Capitulo 204
Agosto 24, 6pm
Sala de Recuperación
Hospital AHEPA, Atenas
Junet dejó a un lado la revista femenina que Shaina le había comprado horas antes cuando escuchó que alguien tocaba a la puerta.
- ¡Adelante!
Shaina entró con un papel en la mano.
- ¡Lo conseguimos! ¡El Alta es para mañana!
- ¿En serio? ¡Qué bueno! – dijo Junet emocionada– No hay mejor forma de recuperarse que en casa y solamente con la cálida cosmoenergia del maestro…
- Jajaja demasiado rápido creo. – respondió Shaina – No nos dieron el alta para hoy porque quieren ver que el especialista te vea mañana antes de irte dado que no pueden creer en lo rápido de tu recuperación.
- Oops – respondió Junet tocando los vendajes en su vientre – Bueno, no podre seguir usando mis bikinis al menos por un buen rato. Pero me ayudaras a preparar de nuestra famosa crema cicatrizante, ¿verdad?
- Claro que sí.
Shaina la miro con ternura. Sabía que tal vez era demasiado joven y por eso no había dado realmente suficiente importancia a lo que le habían dicho respecto a sus posibilidades futuras de ser madre. Junet pareció leer en su mirada lo que estaba pensando porque tomó ambas manos de su amiga.
- Vamos Shaina. Solo tengo 19. No me afecta en nada. ¡En serio! – dijo sonriendo
- ¿De verdad? Yo estaría devastada – murmuró entre dientes
- Pues sí. Porque estas casada y es normal que pienses en niños, pero yo no – dijo Junet tomando la revista sin ver que Shaina se ponía rígida. Ese tema nunca lo había tocado con Minos – De hecho, estaba viendo un anuncio que me llamo la atención – dijo buscándolo y mostrándoselo cuando lo hubo encontrado
Shaina tomó la revista. Era de una universidad nueva donde prometían que terminarías una carrera en 3 años y si venias de otra universidad, podrías revalidar materias.
- Quieres…
- ¡Si! Tienen la carrera de psicología y… - hizo algunas señas a Shaina para que fuera confidencial – Y voy a tratar de examen de todas para saltarme los tres años Jejeje.
Shaina la miró asombrada.
- ¿Como harás eso?
- He estado estudiando por la noche con los libros que me prestaba el maestro de la biblioteca. Seguiré estudiando ahora todo el día y así podre ponerme a trabajar pronto y no seré una carga para el maestro por mucho tiempo. Ya lo veras – dijo muy segura
Shaina se quedó callada un momento. Junet tenía planeada su vida fuera del santuario. Ella llevaba un día y ya se estaba volviendo loca: Todo el día había pensado que no había hecho las cosas correctamente. ¡Debió entregar su trabajo, despedirse de Sammy y las niñas… de Geist!
Estaba pensando en eso cuando la enfermera Lenk llegó.
- Es hora de la siesta – dijo yendo hasta donde Junet seguía conectada al suero.
- No tengo sueno – reclamó la rubia
- Ordenes médicas.
- ¡Pero ya me dieron el alta!
- Pues a mi no. ¡Así que se duerme porque lo digo yo! – contestó la alegre enfermera antes de inyectar el medicamento en el suero – El sueño siempre ayuda a recuperarse más rápido pero las jóvenes impacientes como usted siempre quieren evitar dormir por no perderse nada de la vida.
Junet iba a comenzar a replicar, pero la medicina comenzó a hacer efecto. Shaina le dio un beso en la frente, le quitó la revista y salió al pasillo.
Shion y Mu ya la esperaban afuera:
- ¡Mu! – exclamó Shaina abrazándolo pero se detuvo de repente para preguntar – Ahora si ya puedo abrazarlo, verdad?
- ¿Se lo preguntamos a tu marido? – bromeó Shion
- Ahhh mejor no – contestó sonriendo – Que haces aquí?
- Fui a liquidar un negocio y ver como seguía Junet – contesto Mu
- Aquí este cabeza hueca… hizo ayer lo mismo que otros tres cabezas huecas – dijo Shion sonriendo mientras abrazaba a Mu como su igual
- ¿Que hiciste qué? – preguntó sorprendida – Pero… por qué?
Mu se ruborizó un poco.
- ¡Ay Mu! ¿Y Kiki?
- Él siempre fue mi primera opción para el sucesor Shaina – dijo Mu viendo algo apenado a Shion – Sabes bien que no se me dan bien las relaciones con mujeres.
Shion lo miró de reojo. Solo esperaba que esos Mu y Geist aprendieran a comunicarse antes de que fuera demasiado tarde.
- Pienso tomarlo como unas vacaciones – dijo Mu – Y después… puedo trabajar en alguna joyería o tal vez tomar un curso de actualización lejos de Grecia.
- ¿Por qué?
- Para que no me de nostalgia.
Shion lo abrazo de nuevo para mostrarle su apoyo y Shaina volvió a abrir la revista sin leerla.
- En serio que si somos cabezas huecas. – pensó – Al menos ellos saben que harán o tienen un oficio. Yo si me quedo sin Minos, me muero de hambre. Que depresión.
Shion se llevó a Mu a un lado.
- ¿Es en serio lo del curso de actualización Mu? ¿Se que ya no soy nadie, pero por qué no ir con la persona más indicada para mostrarte las nuevas y modernas técnicas de orfebrería? El mejor de todos. Además, te servirá de vacaciones también.
- ¿No entiendo – dijo Mu – A donde esta ese curso?
- Muy muy muy lejos de aquí y es bastante exclusivo. Puedo conseguirte el cupo si quieres.
Los ojos de Mu brillaron. En el fondo creyó que Shion se opondría, pero parecía que no era así.
- Si. Si quiero. Yo lo pagare desde luego.
- Claro Mu. No esperaba menos – dijo Shion – Iré a hacer algunas llamadas.
Mu asintió y se sentó junto a Shaina, quien pasaba las hojas de la revista en silencio. Su pensamiento fue para su amigo Shaka a quien le envió un mensaje telepáticamente esperando que le llegara.
- "Amigo, he renunciado al Santuario, pero siempre estaré disponible para ti. Llámame a mi celular cuando lo necesites e iré contigo al instante. No importa cómo te llames ahora, siempre contaras conmigo"
Agosto 24, 10 am
Bar de la Playa
Columbus, San Salvador
Aleix regreso corriendo a resguardarse de las locas que lo perseguían, detrás de la barra y detrás de Sho. Una semana de hacerla de mesero únicamente con bóxer negro y corbata de moño justo en el bar donde estaban las mujeres más lujuriosas del hotel no le causaba la menor gracia. Era el castigo que le habían puesto por aquel malentendido en sus sueños noches atrás, pero aceptaba la responsabilidad por no haber detenido a sus compañeros de hacer una fiesta sin permiso y de comprometer la integridad física no solo de Sho sino de las demás niñas aspirantes a Sirenas que Poseidón tenía en sus filas, quienes afortunadamente habían tenido el buen tino de ir a resguardarse bajo las faldas de Anfitrite.
Para buena o mala suerte de Aleix, Sho también estaba castigada por la misma razón, pero ella vestida de conejita de playboy y solo atendiendo mujeres también por su seguridad, solo que obviamente a ella solo le habían dicho lo de la fiesta para no arruinar su ya casi corrompida alma.
- ¿Cuantos cocteles más, Maestro? – dijo Sho sirviendo varias bebidas del dispensador de Slush
- Ya no más, Sho. No seas mala. – suplicó – Ya tengo varios moretes en mi trasero por culpa de esas viejas locas que se la pasan pellizcándolo.
- Jejeje quien le manda estar así de bueno… digo… no defenderse con ellas – dijo ruborizándose mientras veía el torso desnudo de su maestro e iba a mirar un poco más abajo cuando Aleix deliberadamente empujo una de las bebidas hacia ella para que lo frio de la bebida lo evitara.
- Ups, lo siento – dijo muy serio – Anótalo a mi cuenta.
- Ya lleva cinco – contestó Sho limpiándose las piernas con un trapo
- No importa. Así acumule diez – dijo Aleix. ¿No quería más tentaciones – Sabes? He decidido seguir tu consejo y regresar a la búsqueda de mi… esposa.
Sho dejo lo que estaba haciendo para voltear a verlo
- ¿En serio? Wow! Ya era hora.
- Pues sí, ¿pero… y si el jefe se enoja? Ya no soportare más castigos así… créeme.
- Jijiji No creo. Escuché que hubo cambios en el santuario y… oops
Aleix entrecerró los ojos.
- Sabes que odio que andes de chismosa.
- No. Solo unas amigas me leyeron los boletines oficiales – dijo apenada
Aleix iba a alegar con ella, pero una nueva voz en su cabeza le dijo fuerte y claro:
"Amigo, he renunciado al Santuario, pero siempre estaré disponible para ti. Llámame a mi celular cuando lo necesites e iré contigo al instante. No importa cómo te llames ahora, siempre contaras conmigo"
Aleix se tomó la cabeza y se agarró de la barra para no caer porque el mundo pareció comenzar a dar vueltas. Sho también lo notó y lo llevo a un camastro vacío.
- ¿Se insoló? Le dije que tenía que usar sus lentes obscuros y…
- ¿Te importaría si me recuesto cinco minutos? – pregunto Aleix
- Bueno… más propinas para mí – respondió Sho guiñando un ojo – Regresare a checar como sigue pronto.
Aleix se recostó y Sho lo tapó con una toalla de alberca para que no diera tentación a las lujuriosas y fue a meserear. Con el calorcito de la playa y los ojos cerrados, no tardó mucho tiempo en quedarse profundamente dormido.
Agosto 24, 6pm
Campos Elíseos
Inframundo
Varias ninfas pasaron corriendo junto a Thanatos quien estaba afinando su lira y tiraron sus herramientas. Se pararon de inmediato esperando la muerte pues si había otro castigo por molestar al peli plata no la conocían. Hypnos ya había fruncido el ceño resignado. Ahí iban cuatro de sus más preciosas ninfas tiradas a la basura. Pero nada de eso paso. Thanatos recogió las herramientas del suelo y solo murmuró un tenue "tengan más cuidado" que hizo que su hermano comenzara a preocuparse.
- ¿Sucede algo hermano? Esperaba ver a esas niñas explotar. – confesó Hypnos
- Después no te soporto en tus recriminaciones – respondió Thanatos con voz monótona – Prefiero olvidar el asunto.
- Comienzo a preocuparme. ¿Qué sucede? – preguntó Hipnos mientras se ponía de cuclillas frente a el para verlo a la cara.
- No he podido dormir bien. – respondió Thanatos – Solo me la paso pensando.
- ¿Desde cuándo?
- Cuatro días.
- Estas consciente que eres un dios y no necesitas dormir, ¿verdad? – preguntó Hypnos
- Si lo se… pero he utilizado mucho mi cuerpo mortal últimamente y eso ha agotado mis energías – dijo – Con decirte que se suponía que tenía que matar como a ciento y pico mil de personas junto con dos santos de Athena y me dio flojera ir.
- Wow! Eso sí que es grave – dijo Hypnos – Con lo que te hubiera gustado hacerlo. ¿Aunque… eso no habría estado rompiendo las Leyes de la vida?
- No. Había mano negra – respondió mientras ahogaba un bostezo – Así que al final no altere nada.
- Pues menos mal. El horno no está para bollos. ¿Y si… hacemos que Morpheous modifique tus sueños para que descanses un poco? – preguntó Hypnos a su hermano – Se de buena fuente que ya la arregló.
A Thanatos le brillaron sus ojos plateados.
- Mmm… eso suena interesante – dijo bostezando – Hazte cargo entonces. Hazme soñar rico como para que descanse y te quedas tu solo haciendo guardia aquí. Nadie va a pasar ahora que hay tregua, pero pues la costumbre.
- Me puedo coger a una ninfa…
- O tres…
- O cinco…
- Mentiroso. Si acaso podrás con cuatro, pero no más – dijo Thanatos levantándose
- Reto aceptado. Hare que alguna de ellas grabe la acción para demostrártelo.
Thanatos aceptó y fue a sus aposentos a descansar. Nadie podía darles sueños más placenteros que Morpheous y contaba con eso para reponer energías o no podría seguir haciendo su trabajo.
Agosto 24, 6pm
Templo de Hades
Inframundo
El escándalo que tenían los trabajadores a su alrededor no impedía que Hades estuviera enfrascado en su trabajo y que ni siquiera escuchara a su hermano entrar por la puerta. Poseidón veía asombrado como una horda de cinocéfalos trabajaban a todo vapor.
- ¿A qué se debe tanto can por aquí? – gritó Poseidón a su hermano
- ¡Están remodelando el lugar! – gritó Hades en respuesta
- ¿Otra vez? ¿Y por qué ellos?
- Recomendados de Athena. Parece que son los mejores albañiles que puedas obtener y sobre todo a este nivel de suelo. – respondió – Que haces aquí? Creí que seguías resentido por lo del disque juicio de Ares.
- No debiste apoyarlas y lo sabes.
Hades se encogió de hombros
- Hice lo que consideré correcto.
- ¿Desde cuándo?
- Siempre. ¿Viniste solo a eso? Pudiste ahorrarte el viaje pues mañana voy a estar de metiche en el juicio de tu General Marino. – preguntó Hades – Quiero ver todo el chisme.
- No lo dudo. Te encanta estar de comadre. Pero no. No vine solo a eso. De hecho, vine los últimos tres días, pero no estuviste. – reclamó Poseidón – Puedo saber dónde andabas?
- Puedes. Ando reclutando espectros.
- ¡No jodas! En serio? Quien se te murió?
- ¿Ninguno que yo sepa – respondió Hades – Acaso no estás tú reclutando aspirantes a Sirenas?
- Porque tengo una vacante.
- Jajajaja 45 aspirantes, una vacante? ¿Cuál quieres que me chupe?
- ¡Chupa me esta! – bromeo Poseidón haciendo una seña obscena aguantando la mirada de hielo de Hades – Oh vamos! ¿Siquiera deja terminar de darte la queja no?
- ¿Qué hicieron mis jueces esta vez?
- Nada que yo sepa, pero si quieres les pongo vigilancia.
- No es necesario. ¿Entonces contra quién?
- Los gemelos.
Hades lo miró con fastidio. Esos dos eran inofensivos.
- Explícate. – pidió Hades mientras servía dos tragos y le ofrecía uno a su hermano
- Esos dos, casi hacen que Aleix viole a Shoko en Atlantis. - dijo Poseidón muy serio – eso no lo puedo tolerar.
- ¡Vamos! Esos dos no han pisado Atlantis nunca – replicó Hades tomándose de un solo trago el líquido de su vaso.
- No sé cómo lo hicieron, pero yo vi su cosmos desaparecer del cuerpo de Aleix donde lo estaban manipulando. ¡Exijo que sean reprendidos! – gritó Poseidón tomando el contenido de su vaso y rompiéndolo con su mano.
Hades quedó un momento en silencio. Esos dos eran capaces de lo que fuera sobre todo ahora que su madre seguía vagando extrañamente por la tierra.
- ¿Está bien… supongamos que te creo… que quieres que haga? Ponle un cinturón de castidad a tu… esperpento que tienes como Dragon Marino y… tengo una mejor idea. Vamos a ver que carajos están haciendo esos dos.
- De acuerdo.
Ambos se dirigieron a los campos elíseos para ver en que andaban esos dos.
Mukai, mundo de los sueños.
Junet había ido de compras y repuesto toda la ropa que había querido. Yulij había sido su cómplice y ambas traían varias bolsas en sus manos. Entraron a la habitación que parecía limpia y acogedora y dejaron las bolsas en el suelo.
- ¿Segura que el maestro de dio permiso de comprar todo eso?
- Él dijo que podría usar su tarjeta para lo que yo quisiera – respondió Junet – Además, necesitare la ropa para la escuela.
- ¿Ya… y las botas y el látigo? – volvió a preguntar la peli plata.
- Para ensenarle a usar el látigo – respondió Junet – El me lo pidió.
- Ahhh. Oye… en el lobby del hotel dijeron que hoy había una fiesta en la disco. ¿Vamos? – dijo Yulij emocionada.
- ¡Si! ¡A prepararnos entonces!
Aleix abrió los ojos al escuchar el trinar de un pájaro. El verde del prado donde estaba sentado lo deslumbró un poco al igual que las flores a su alrededor. Se dio cuenta que estaba en posición de loto y vestía una túnica blanca alrededor de su cuerpo. Pudo sentir claramente como su cabello comenzó a crecer más y más sin que él pudiera evitarlo y lo tomó con ambas manos. Era largo hasta la cadera, rubio y sedoso. No estaba comprendiendo muy bien que estaba pasando, por lo que se levantó del lugar donde estaba sentado y comenzó a caminar por el prado verde. Lo último que recordaba era estar en la playa con Shoko. Al final del prado, había una pared blanca con una puerta. Miró a su alrededor y el prado desapareció. Solo tenía una alternativa para salir de ahí: Cruzar la puerta.
Thanatos recibía un masaje completo en la espalda por parte de tres muchachas muy guapas. Ninguna de ellas era una ninfa, pero claramente tenían instrucciones de hacer relajarse al dios de la muerte pues mientras una masajeaba su espalda, otra estaba en sus piernas y otra en sus brazos y cabeza. Se veía que todas estaban disfrutando su trabajo y Thanatos también agradecía el trato. Había una suave música relajante tocando y estaba a punto de quedarse dormido cuando la música cambio a un estruendoso heavy metal. Thanatos brincó del susto y del coraje.
- ¡Apaguen eso! – les gritó
- ¡No podemos! – dijo una de ellas llorando – el reproductor de sonido está en la otra habitación y la puerta no abre!
Tapándose los oídos ante tan odioso sonido Thanatos fue hasta la puerta para abrirla y matar al reproductor que lo había despertado, pero una luz blanca lo cegó por un momento.
Hades le dio una palmada en la nuca a Morpheous tan fuerte que cayó hacia el frente y se quedó de rodillas frente al amo del inframundo.
- ¿Qué carajo crees que estás haciendo Morpheous? – preguntó enojado – Que es esta cosa? – dijo señalando a una pantalla con controles que había frente a él.
- Yo… es que Hypnos… - comenzó a balbucear
Poseidón se acercó a la pantalla. Se veía a Thanatos ser apapachado por tres mujeres dándole un masaje relajante.
- ¿Qué pasa si hago esto? – dijo mientras apretaba varios botones al mismo tiempo ante la mirada horrorizada de Morpheous. Poseidón vio entonces que el semblante de Thanatos había cambiado y comenzaba a gritar – Uy! Creo que ya entendí. Esto fue lo que hicieron con Aleix, ¿verdad? – preguntó directamente a Morpheous.
Hades lo amenazó con su espada directamente en su garganta para que respondiera.
- ¡No! ¡Bueno… si! ¡Pero es que estaba en etapa experimental! ¡Yo no tuve la culpa! ¡Se lo juro! ¡Solo sigo ordenes!
Estaba a punto de atravesarlo cuando Poseidón sugirió a Hades:
- Que nos ensene a usarla y se vaya y no raje con Hypnos y le perdonas la vida.
- ¿Qué planeas?
- Diversión.
Los ojos de Hades brillaron.
- Morpheous? Ya escuchaste a mi hermano. Levántate y enséñanos a usarla.
Aun temblando de miedo, el pobre Oneiroi, no tuvo más remedio que obedecer. Siempre era más temible Hades que Hypnos y Thanatos juntos.
Thanatos entró a la habitación que parecía una recepción de un spa. Encontró el reproductor de música y prácticamente lo arrancó de la pared para hacerlo trizas.
- ¿Quién fue el idiota que cambio la música? - Gritoo sin esperar a que nadie le contestara.
- Creí que le gustaba Metallica mi señor – dijo una voz masculina detrás de él.
Volteó hacia él y vio sentados con las piernas cruzadas a seis personajes que instantáneamente reconoció y le dio dolor de cabeza: Milo, Aioria, Mu, Shura, DM y Afro. Estaban vestidos con Surplices negras como las que estaban al servicio de Hades.
- ¿Qué están haciendo aquí? ¡Si quieren problemas los van a tener! – dijo muy serio
- Tranquilo – dijo la misma voz que ahora sabia pertenecía al Ex caballero dorado de escorpión – Somos del mismo bando.
- Nos ha enviado nuestro señor Hades a servirlo – dijo Aioria
- ¿De verdad? – preguntó incrédulo
- Si, ¿pero… no cree que ese mameluco de Hello Kitty es algo rosita para usted? – Preguntó Afro – No le va al tono de su piel.
- ¿Que? – Thanatos corrió al espejo más cercano y se puso a gritar como niña mientras se lo quitaba y afro le pasaba una bata de terciopelo.
Volteó a ver a los nuevos espectros y estos sonreían.
- ¡Lárguense! ¡No los necesito! – volvió a gritar
- ¿Podemos jugar con sus ninfas? Hay dos que me hicieron ojitos – decía Milo
- ¿Que? ¿Imposible? ¿Quienes?
- Una se llama Zulay y la otra es Yola – respondió obediente – Le prometo que nomás la puntita.
- Tú las tocas y yo hago que tu novia Camus te depile las bolas con Kola Loka.
Thanatos estaba tan encabronado que ni siquiera podía pensar con claridad. Mu le ofreció su lira.
- Me tome la libertad de embellecer su lira preferida – dijo Mu trayéndosela toda brillosa por estar cubierta por cristales swarovski. ¡Mas parecía un accesorio de las Bratz – Que le hiciste idiota descerebrado! ¡Yo te mato!
- No nos puede matar. Ya estamos al servicio de Hades – dijo DM – Además ya pusimos las literas dentro de su habitación. Solo le advierto que Aioria ronca por ambos lados.
- No me cae muy bien la comida del inframundo – reclamó Aioria – Y por cierto… necesito tomar los fines de semana libres para ir a ver a mi hija.
- ¡Claro que no!
- ¿No pues yo también tendré un sirenito… justo al año de casados… con la cara de angelito y la cola de pescado… - comenzó a cantar Shura – Creen que si me lo traigo sus panales sucios salgan oliendo a pescado podrido?
- ¡Asco! – exclamaron los otros cinco.
Thanatos hizo el ademan de querer vomitar y se echó a correr sin rumbo con los ex dorados detrás de él. ¿Por qué su hermano le hacía esto? Por qué no lo ponía a soñar con alguna rubia de ojos azules con labios de tentación como…
Ambos dioses estaban muertos de risa revolcándose en el suelo mientras Morpheous salía corriendo de ahí para que no le fueran a echar la culpa de lo que le estaba pasando al dios de la muerte.
- ¡No te pases! – dijo Hades quitándose algunas lágrimas de los ojos – Espero que ya te hayas vengado
- Jajaja Si. Su cara lo dijo todo Jajaja dudo que vuelva a hacer algo así – exclamo Poseidón apenas pudiendo hablar por la risa
- Si lo vuelve hacer, lo convertimos en la concubina de los espectros – dijo Hades más serio mientras se levantaba y tomaba una silla – Condenado Morpheous, ya me dio juguete nuevo y justo cuando ya va a bajar Perséfone y me arruinara la diversión.
- Tan fácil como invitar a tu suegra a que venga…
- ¿Te la regalo – respondió Hades viendo que un foquito azul se encendía donde decía memoria – Oye… y si seguimos fisgoneando?
- Sale. ¿Pero pide unas palomitas no?
Aleix corrió y corrió. No hallaba la salida de ese corredor blanco que lo llevaba a dar vueltas, a regresar sus pasos... Escuchaba muchas voces al mismo tiempo y lo estaban volviendo loco:
- Síguenos por aquí Aleix
- Como fuiste capaz de traicionarla
- Tú no eres mejor que los demás
- No sabes quienes son tus amigos
- No saben quiénes son tus enemigos
- Nos hiciste a un lado
- Nunca vas a recuperar lo que perdiste
- ¡La preferiste a ella!
- ¿Dónde está su esposa, maestro?
- ¿Ella no te dijo tu nombre?
- Yo siempre estaré para ti amigo.
- A veces tienes que ensuciarte para poder ayudar a los demás.
- Pensaste que no nos daríamos cuenta
- Tu orgullo es tu peor pecado
- Buda no es un dios
- El brahmanismo es mejor que el budismo
- ¡Ya estuvo bueno! ¡Deja de jugar!
- Siempre fuiste muy apegado a Saga.
- ¡Vamos! Ella es la novia de tu ex aprendiz
Aleix se tapó los oídos mientras corría. ¿Por qué lo atormentaban así? Él estaba seguro de que estaba soñando, pero algo lo hizo dudar. No podía despertar. Tal vez si encontraba la salida…
Una puerta marcada con una flor de loto apareció finalmente frente a él y no dudó ni un segundo en abrirla.
- ¿Qué demonios hace Aleix ahí? – dijo Poseidón molesto – Tu lo metiste al juego?
- ¡No seas idiota! ¿No crees que de querer meter a alguien metería a alguien menos complicado?
- ¿Entonces?
- ¡Deja ver y cállate! – dijo Hades – Ninguno agarra los controles hasta no saber lo que está pasando ok?
- Está bien.
Thanatos apareció vestido casualmente en una calle muy elegante que no reconoció. Frente a él, un hotel cinco estrellas con una larga fila de personas esperando a que el monigote los dejara pasar, le llamó la atención. Decidió ver que era lo que pasaba, pero apenas había dado dos pasos, otra figura vestido de manera similar chocó con él.
- Disculpe. ¡No me fije y… – dijo Aleix – Tu!
- ¿Que? ¡Como te atreves! – exclamó Thanatos enojado al máximo – Voy a matarte ahora mismo – dijo invocando su técnica más letal: Terrible Providence
Aleix solo se puso en posición de defensa, pero preparándose para intentar de nuevo la variante de la explosión de galaxias que había utilizado cuando Shura rescató a Zita, pero justo en el momento en que ambos atacaban al otro, de sus manos solo salía confeti.
- ¿Pero qué carajo?
- Esto no está nada bien – dijo Aleix
Ambos intentaron varias veces antes de darse por vencidos.
- Juro que matare a mi hermano por esto – exclamó Thanatos
- Pero no entiendo – dio Aleix – Si estoy soñando por qué no lo hago con algo lindo… como tu hermana o…
- Ahhh Jajajaja es cierto! ¡Eres el nuevo cuñado! Mis más grandes condolencias – dijo Thanatos metiendo las manos a sus bolsillos.
Aleix se puso pálido. Keres era hermana de Thanatos? ¿Como no lo recordaba?
- ¿Tú sabes dónde está? Llevo mucho tiempo buscándola.
- Únete al club, bueno no. No es como que la quiera ni siquiera cerca de mi – dijo Thanatos – Estoy seguro de que ella te encontrara. Lo que me recuerda… que tengo que festejar. Te invito un trago que espero no se vuelva limonada en mi boca. ¿Oíste Hypnos?
Aleix solo murmuro:
- No tomo.
- Si esto es un maldito sueno, en realidad no estas tomando, ¿verdad mariquita?
- Idiota.
Thanatos se dirigió hacia donde estaba la multitud.
- ¿Pero… que quieres festejar?
- Que eres de la familia y ahora tengo pase libre con cierta mamacita – respondió proyectando en su mente a Junet.
- ¡Ah no! ¡No le vas a hacer daño! –reclamó Aleix – Así tenga que matarte a puño limpio.!
Thanatos sonrió con suficiencia.
- Traidor… Adultero… Agresivo… encajaras muy bien – se burló – Lastima que no ande mi madre o mi tía por aquí jeje. Aunque con ese peinado pareces muñequita.
- ¡Ya cállate! ¡Soy mucho más hombre que tú y te lo pruebo cuando quieras! – retó Aleix molesto de que le dijeran sus verdades en la cara
- ¿En verdad lo crees? Te apuesto que si Junet estuviera aquí me escogería a mí. Soy más guapo, más rico y soy un dios.
- Si eso es cierto, ¿porque estás aquí y no con ella? – contestó Aleix recordando que la última vez que la había visto ella había pensado que era el amante de Marín.
Thanatos iba a contestar cuando abrió grandes sus ojos al ver frente a ellos a dos chicas, una de ellas precisamente la persona de la que estaban hablando. Aleix siguió su mirada y también se quedó estático. Ella llevaba su largo cabello rubio suelto sobre sus hombros y rizado en la punta de forma seductora. Su cuerpo curvilíneo resaltado por el vestido de terciopelo rojo que acentuaba el azul de sus ojos. Llevaba un par de sexys zapatos de tacón que iban a juego con el vestido. Acentuando sus preciosas piernas... y daban una voz de alarma en algún sitio en el centro de él. Junet echó la cabeza atrás y rio por algo que su amiga le había dicho. Su pelo resbaló de sus hombros y bajó por su espalda.
La boca de Aleix se secó. La amiga de Junet de cabello plateado también era bonita y recordaba haberla visto en la boda bailando con Fes, pero Aleix sólo tenía ojos para ella.
- ¿Qué está haciendo aquí? - preguntó Aleix – La soñaste tu o yo?
- No lo sé, pero el destino quiere que veamos finalmente a quien elegiría. ¿Le entras?
Thanatos ya se estaba dirigiendo hacia ellas cuando Aleix por fin entendió la pregunta. Esto no podía estar sucediendo. Le iba a resultar casi imposible permanecer amistoso con el si ella estaba alrededor. Mantener algún tipo de control estando cerca de ella ya de por si era un reto. Quería arrastrarla hasta algún sitio oscuro y reclamarla. Parecía que ella despertaba al cavernícola que había en él.
Aleix se tomó un momento para serenarse y siguió a Thanatos. A pesar de que el lugar estaba a reventar, un pequeño brillo con una flecha parecía indicarles la posición de ella, quien, junto a su amiga, había decidido ir directo a la barra por un jugo. Pareció intuir que se aproximaban porque volteó antes que ellos llegaran hasta ella. Les miró dubitativamente un momento, su mirada pasando de uno a otro de arriba abajo, y entonces se recuperó y sonrió.
- ¿Qué hacen aquí? – sus grandes ojos azules reflejaban miedo. Aun recordaba la última vez que estuvieran en el mismo lugar.
- Es una coincidencia - respondió Thanatos – No te asustes.
- ¿Coincidencia? - dijo ella mirándoles curiosa - Han venido por aquí, para ligar o algo?
- No - dijo Aleix - Hemos venido... a encontrarnos con alguien
- Marín no está por aquí – susurro Junet dándole la espalda a Aleix
- No sé de dónde sacaste esas ideas, pero…
- Ella se lo dijo a su ex, por teléfono y gracias a mi lo sabe todo el santuario – confesó Junet desviando la mirada. ¿Porque la agresividad? Era claro que era un sueño.
Thanatos aprovechó para pedir tres bebidas una de ellas sin alcohol para Junet, a quien su amiga la dejo sola de repente.
- Marín es solo mi amiga. – aclaró Aleix apenado.
- No es necesario que me lo aclares – dijo Junet
- Si, si lo es. Aquí hay un pajarote en el alambre. ¿Quieres bailar? – preguntó Aleix
Ella dudó un momento y Aleix pensó que diría no. Junet se acercó a él, Inclinó su cabeza a un lado y su pelo cayó sobre su hombro. Aleix tragó saliva imaginando…
Ella sonrió y dijo:
- Claro. A eso vine.
- Yo también quiero bailar. – reclamó Thanatos. No se lo iba a dejar tan fácil a Aleix.
- Eso no se puede – dijo Junet tímidamente
- Ya verás que si – respondió guiñándole un ojo haciendo que Junet se ruborizara.
Aleix no dijo nada, pero sabía que Thanatos la deseaba tanto como él. Eso solo terminaría en desastre, aunque fuera solo un sueño. ¿Por qué carajos no podía despertar?
Él y Thanatos la siguieron hasta la pista de baile y cuando ya estaban en el centro, ella los cogió de las camisas y los acercó a ella. Había visto hacer eso en una película y siempre había querido intentarlo.
Cuando su cuerpo empezó a moverse al ritmo de la música, un ritmo latino, Aleix notó que a ella le gustaba bailar. Ella elevó sus manos por encima de su cabeza y arqueó su cuerpo al ritmo de la música. Aleix y Thanatos difícilmente podían moverse, estaban demasiado hipnotizados con la mujer que tenían delante.
Junet se acercó a ellos dos, rozando su cuerpo con el de ellos de forma gatuna, sensual. El contacto fue directo a su ingle e intercambió una tensa mirada con Thanatos.
Una imagen de un látigo y Junet a su merced se coló en la mente de Aleix, que tragó saliva con dificultad. Por iniciativa propia, sus manos encontraron las caderas de ella. Una parte de él casi gritó de felicidad cuando ella no retiró sus manos.
Thanatos le dio la vuelta y la rodeó con sus brazos. Aleix miró cómo Thanatos la acercaba íntimamente contra su gran cuerpo y se contoneaban al ritmo de la música sexy. Placer y dolor marcaban la expresión normalmente estoica de Thanatos. Aleix lo entendía bien. La mujer los había hechizado y cautivado. Había algo en ella que les llamaba.
Aleix se preguntó si Junet sentía algo parecido, o si ese dulce dolor estaba reservado exclusivamente para Thanatos y él mismo y ella solo estaba jugando con ellos para darles una patada en el trasero en cualquier momento.
Durante un momento, Aleix se preguntó cómo podrían hacer funcionar todo esto-una mujer para dos hombres. Él y Thanatos eran rivales. Solo uno de ellos debía poder ganar, pero Thanatos tenía la ventaja de ser un hombre libre.
Incluso ahora Aleix sentía un disparo de envidia cuando vio cómo Thanatos pasaba acariciando con sus manos la espalda de ella y bajo la larga melena hasta alcanzar la curva de su nuca.
La pareja se volvió un poco y Aleix entrevió la cara de Junet. Sus ojos estaban cerrados y tenía una expresión relajada. La pintura rosa de los ojos brillaba con las luces parpadeantes sobre ellos y sus labios estaban llenos y entreabiertos, como pidiendo un beso.
Todo lo que Aleix quería hacer era tenerla como Thanatos la tenía. Un gran ataque de celos lo llenó, haciendo que sus dedos se curvaran codiciosos. Aleix le dio a Thanatos unos segundos más, y luego se colocó detrás de ella, aprisionándola entre ellos.
Los tres bailaron con su propia música y el mundo entero despareció. Aleix nunca se había dado cuenta de que echaba algo de menos... alguien, pero ahora lo sabía. Con ella, él se sentía completo. Él puso sus manos en las caderas de ella, y Junet se apretó contra él, ajustándose perfectamente contra su entrepierna. Aleix gruñó al sentir sus suaves curvas y el aroma de ella inundando sus sentidos. Tuvo que contenerse para no coger el dobladillo de la falda y tirar de él hacia arriba y solo lo detuvo el hecho de estar rodeado por demasiada gente.
Thanatos se retiró un momento para tomar de su bebida que seguía en la barra dejando que Aleix la tomara entre sus brazos. Ella se volvió y se derritió contra él, suspirando:
- ¿Qué es lo que me pasa con ustedes dos? Me hacen sentir tan...- Junet se dio cuenta de que hablaba en voz alta y se calló de repente.
Aleix sonrió. Así que ella también sentía algo. Él la acercó un poco más y se balanceó íntimamente al ritmo de la música, sintiendo su piel bajo sus manos y su suave y fragante pelo rozando su piel.
- ¿Tan qué? - le murmuró al oído.
- Deseada… sexy… - contestó ruborizándose
- Yo creo que eres encantadora - dijo Aleix acariciando los labios de ella con sus nudillos. - Junet te doy mi palabra. Marín solo es una muy buena amiga.
Una sonrisa tímida cruzó su boca. Como le gustaría creerlo. ¿Pero pues por qué no? Solo era un sueño y podía desear lo que fuera. Aleix la mantuvo contra su cuerpo, bajando sus manos lentamente hasta la fina curva de su trasero y encontrando la mirada de Thanatos durante un momento.
Ambos sabían que necesitaban a esta mujer de una manera carnal, y la necesitaban rápidamente. Incapaz de resistirse más, ahuecó su cara entre sus manos y la besó. El aroma y el sabor de Junet llenaron sus sentidos y se convirtió en lo único que había para él en ese lugar. Sus labios eran tan llenos y suaves como los recordaba. Bebió de su plenitud y después los acarició con la lengua, pidiéndole silenciosamente que los separara. Ella lo hizo y él sumergió su lengua a un cielo cálido y dulce. La lengua de ella luchaba con la de suya, bailando a lo largo de la de él en su pequeña boca. Aleix no podía tener bastante con el sabor de ella. Inclinó su boca sobre la de ella y bebió de ella, intoxicándose más y más.
Thanatos vio esto y la apartó del él, rodeándola con sus brazos, y Aleix sintió dolor. Thanatos la alzó y la besó tan ferozmente como Aleix la había besado. Las rodillas de Junet se levantaron del suelo y Thanatos la sujetó hasta que sus pies volvieron a apoyarse en el suelo. La boca de Thanatos trabajaba febril y posesivamente sobre la de ella. Ella se sujetó de sus brazos, intentando mantenerse erguida durante el proceso.
Aparentemente Aleix no era el único que se sentía celoso. Aleix miró cómo las manos de Thanatos trazaban sus curvas, amenazando con penetrar bajo el final del vestido hacia áreas más íntimas. Junet se movía y se contorneaba contra él, excitada y desesperada por su toque. Thanatos deslizó su muslo entre sus piernas y rozó su sexo. Aleix apretó sus puños en otro repentino ataque de celos.
Ninguno de las personas alrededor parecía notar o preocuparse de que ellos tres estuvieran a punto de dar una exhibición en la pista.
Al final, Junet rompió el beso y los miró antes de correr hacia la salida.
- Ahhh no se vale! – gritó Poseidón aventando palomitas de maíz al monitor – Esto estaba más bueno que el porno del cable
- Jajaja y divertido, además – dijo Hades subiendo los pies a la mesa – Eso de ver a Thanatos en acción es algo nuevo. Con lo maman que es.
- Deja de eso. ¡Pinche Aleix dándosela de muy santo y le está poniendo los cuernos a su vieja! – dijo Poseidón – Digo, la niña los vale pero…
- ¿Y entonces que se vaya con melón o con sandia?
- Mejor con la vieja del otro día.
- ¿O sea, con los dos?
- No creo que quiera. – analizó Hades – Por algo salió corriendo.
- Duh y para que tenemos el control nosotros si no lo usamos? – dijo lanzando una sonrisa maquiavélica el dios de los mares – Nos divertimos, vemos porno, me vengo de Thanatos, le doy una lección a Aleix… todos ganamos.
- Mmm… que retorcido eres… ¡Me gusta!
Así ambos dioses comenzaron a controlar el sueño.
Ambos siguieron a Junet a distancia prudente. Se dieron cuenta que se alojaba en ese hotel y la siguieron hasta su habitación.
- ¿Es correcto lo que hacemos? – preguntó Aleix a Thanatos
- ¿A qué te refieres?
- ¿La estamos obligando a elegir – dijo Aleix – Y si se asusta?
- Creo que al haber sido una saint de Athena, pocas cosas le asustaran – respondió Thanatos – Además, no es algo que ella no quiera. Ya viste como respondió conmigo.
- Y conmigo no fue menos fogosa – sonrió Aleix
- Pero si te parece mal puedes irte con tu esposa – fastidió Thanatos – si la encuentras.
- ¿Y dejarte en ventaja? Ni lo suenes.
- Entonces tira una moneda. Cara voy primero, cruz, tu primero. – sugirió el dios de la muerte
- Me parece justo. – respondió Aleix buscando una moneda en su pantalón. – Pero con la condición de que el otro pueda estar presente y viendo la escena y ella nos dirá al final con quien se queda. ¿De acuerdo?
- Si.
Aleix lanzó una moneda y para su desgracia, salió Cara. Thanatos levantó ambos pulgares emocionado y se decidió a tocar la puerta.
Junet estaba frente al espejo viendo como sus ojos estaban brillosos, sus labios hinchados por los besos y el cabello ligeramente despeinado. Se había dicho a si misma muchas veces que no volvería a caer en el juego de ellos dos y aquí estaba, con los dos al mismo tiempo y en el mismo lugar. Quería despertar, pero al mismo tiempo la curiosidad la mataba. Tal vez era algún tipo de fantasía que en la vida real nunca podría hacer realidad y menos ahora que ya no pertenecía al Santuario.
Escuchó que tocaron a la puerta y se paró a abrir creyendo que era su amiga:
- Lo siento por dejarte sola, pero…
No pudo decir nada más porque Thanatos terminó de abrir la puerta se inclinó y la besó. Fue tan inesperado que le quitó todo el aliento. Junet no podía pensar, sólo le devolvía el beso. Todo lo que podía sentir, todo lo que quería sentir era la boca de él sobre la suya. Notó que sus brazos rodeaban por propia iniciativa los hombros de él y su boca se abrió permitiendo la suave, la posesiva invasión de su lengua.
Levantó el borde de la camisa buscando la piel del dios de la muerte. La encontró caliente al tacto, los músculos de su espalda agrupándose y moviéndose. Junet rozó sus palmas en la piel de Thanatos. Thanatos gruñó con el contacto.
Junet rompió el beso y murmuró contra sus labios:
- Yo no soy así y lo sabes, pero…
El cortó el final de la frase con un beso, asaltando su boca con hambre.
- Me gustas así - dijo Thanatos contra sus labios entre beso y beso. Le dio una serie de besos con lengua que hizo que su cuerpo reaccionara de una manera extraña.
Ella tiró de la camisa hacia arriba intentando quitársela. Thanatos se la sacó por la cabeza y ella jadeó ante la maravillosa visión de su pecho.
Thanatos miró a Aleix y solo entonces Junet recordó que estaba allí. Sus labios se separaron al ver su mirada hambrienta. Él se sentó en el sofá de la habitación, mirándolos fijamente. La expresión en la cara de Aleix cuando se sentó apretando la mandíbula hizo que su cuerpo se calentara por él. ¡Por Athena! era imposible decidirse por alguno de los dos. Sus besos tan diferentes hacían que sus rodillas se doblaran de igual manera. ¿Qué tipo de chica fácil era?
Thanatos centró su mirada en Junet. Sus manos cogieron el borde del vestido y se lo quitó. Ella sintió cómo se lo quitaba por la cabeza y lo vio caer al suelo.
Ambos chicos quedaron pasmados al ver que no traía nada debajo. Junet se ruborizo un poco al darse cuenta de lo mismo y se preguntó si en el suero no tendría alguna droga. Un dejo de pudor la hizo cubrirse con los brazos sus senos y entrepierna.
- Es bellísima. Quiero tocarla - suspiró Thanatos - Aleix, ¿estás de acuerdo?
Junet escuchó a Aleix moviéndose en el sofá algo incómodo.
- Quiero ver, Thanatos. La próxima vez, tú serás él que mire - Había un rastro de reto en su voz de posesión.
El miedo se sacudió en el interior de Junet durante un momento ya que no le estaban preguntando a ella lo que deseaba, o si a le parecía bien lo que estaba pasando y nunca hubiera creído que el tan admirado Maestro Shaka fuera tan pervertido. Pero por el aspecto que ella tenía los dos varones sabían que ella no se opondría.
Al mismo tiempo, la conciencia comenzó a hacer mella en Junet. Shaka, Aleix o como quisiera llamarse ahora estaba tachado de traidor a Athena. Marín decía que se había acostado con él. Él decía que no. Geist decía siempre que los hombres decían cualquier cosa con tal de tener sexo. Momento… esto no era la vida real. Era un sueño solamente. Y de todos modos nada en su vida tenía sentido ahora. Quizás era mejor seguir los acontecimientos hasta donde quisieran llevarla. Ahora mismo, parecía que era directamente a los brazos de Thanatos. No era un mal sitio donde estar después de todo.
Thanatos la observó un momento, y luego la cogió de la mano.
- Ven, bella. Enseñémosle a Aleix qué bonita eres.
Ella lo tomó de la mano y Thanatos la guío hasta el sofá, enfrente a Aleix. Fijó su mirada en la de él. La mirada oscura y caliente en los ojos de Aleix mientras miraba a Thanatos caminar detrás de ella, la hipnotizó hasta que el cuerpo grande y caliente de Thanatos la abrazó desde detrás y ella jadeó y cerró los ojos un segundo. Cuando los abrió fue para ver a Aleix mirándola de arriba a abajo. Era más que evidente que sus pantalones comenzaban a quedarle chicos del tiro.
Thanatos depositó suaves besos sobre su hombro desnudo. Ella podía sentir su aliento en su piel, el suave roce de su boca cuando rozó con sus labios su clavícula hasta el lugar donde su cuello se unía a su hombro. Allí, la mordió suavemente.
Era un gesto de dominación, de posesión. Era primario, erótico y provocó cosas maravillosas en su cuerpo. Junet cerró sus ojos y gimió, sintiendo su cuerpo caliente por la excitación. Thanatos mordió un poco más fuerte y a ella se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo y aflojo el brazo que cubría su pecho.
Sonriendo al ver esto, continuó mordiéndola, Thanatos subió sus manos sensualmente, lentamente hasta sus pechos. Los ahuecó en sus grandes manos como su fueran dos pajarillos. Ella las sentía algo frías sobre su suave piel. Eso la hizo temblar. Probando, él movió sus dedos índices sobre sus endurecidos botoncitos, a un lado y a otro, a un lado y a otro.
Ella se retorció contra él, pero él la mantuvo en su sitio, manteniéndola abrazada entre sus fuertes brazos. Él amasó sus pechos, jugueteó y rozó sus sensitivos pezones. Junet gimió. Ella no tenía experiencia en esos menesteres, pero Thanatos era bueno en lo que hacía y con la penetrante mirada de Aleix/Shaka sobre ella... hacía que estuviera cerca de explotar.
Thanatos liberó la sujeción de su garganta y la sangre fluyó por su cuerpo en respuesta. Sus rodillas se sentían débiles. Si una bomba explotara en la calle, ella no se hubiera dado cuenta y mucho menos le importaría.
- Quiero ver cómo haces que se corra - Aleix se relamió los labios - y Dime cómo se siente ella. De todos modos, es la única vez que te permitiré hacerlo o tendré que matarte.
La respiración de Junet se quedó atrapada en su garganta tanto por la amenaza como por lo que le estaban haciendo. Thanatos bajó la mano lentamente por su abdomen, sus dedos enredándose en su vello, para después ahondar entre sus muslos, forzándola suavemente a abrir las piernas y darle mejor acceso. Thanatos metió su mano entre sus muslos y deslizó su dedo medio dentro de ella. La invasión la hizo gemir. Aleix miraba toda la exhibición con una expresión necesitada en su bella cara. Esas expresiones si estuviera en el lugar de Thanatos no podría apreciarla de igual manera.
Thanatos deslizó su dedo dentro y fuera de ella con cuidado mientras respondía la pregunta de Aleix:
- Esta mojada, caliente y apretada, y creo que quiere algo más.
La besó en el cuello y pregunto:
- Te atreves a llegar hasta el final preciosa Junet?
- Si - respondió sin respiración
Thanatos y Aleix sonrieron con complicidad y satisfacción.
- Eso está bien. – dijo añadiendo un segundo dedo, estirando sus músculos un poco más, y deslizándolos dentro y fuera de ella lentamente
- A ella le gusta que le quiten el control – dijo Aleix desabrochando su camisa despacio – Es una mujer con mucho poder en sus manos, pero a la vez le gusta que le ordenen.
- ¿En serio pequeña? Porque nada me gusta más que dar órdenes y esperar a que me obedezcan – señaló Thanatos
- Si - respondió con un gemido tembloroso.
Thanatos tomó su pecho con la otra mano y continuó con el hábil tormento. Al mismo tiempo tocó con la palma de la mano su punto más sensible, haciéndola jadear de placer.
- Nada me gustaría más que usar su propio látigo para amarrarla y tenerla como yo quiera – dijo Aleix sorprendiendo a sus dos compañeros de aventuras.
Ella tembló violentamente, conjurando su mente una imagen de sí misma atada y a la merced sexual de esos dos hombres.
- ¿Te gusta sentir mis dedos, Junet? – dijo el peli plata arrastrando las palabras con un tono sedoso. - No puedo esperar más para deslizarme dentro de ti. No puedo esperar para hacer que te corras en mi mano tampoco. Lo he esperado por meses.
Y con estas palabras Junet estalló empapando su mano. Su orgasmo fue tan poderoso que perdió la habilidad de mantenerse en pie y Thanatos tuvo que sujetarla para llevarla a la cama donde la deposito suavemente. Aleix los siguió para no perder detalle.
- Ábrelas.
Obediente, ella separó sus piernas y Thanatos se arrodilló entre ellas, lamiéndola con largas lamidas. Sus fuertes manos la asieron de los muslos, manteniéndola abierta por casi por la fuerza. Junet arqueó la espalda y enterró los dedos en su pelo denso, sus pechos señalando el aire. Implacablemente, Thanatos la lamió, a veces metiendo su lengua en lo más profundo, parando, llevándola de nuevo hasta el borde de otro orgasmo. Thanatos la mantuvo en el sitio con sus manos grandes y bebió de sus fluidos. Junet no creía que pudiera escaparse de él, aunque quisiera. Thanatos parecía poseído por el sabor de ella haciendo sonidos de satisfacción.
Abrumada por el placer, Junet sólo podía respirar con dificultad. Ella echó su cabeza atrás y se encontró con la mirada de los más hermosos ojos azules que ella hubiera visto nunca sentada junto a ella, mientras la cabeza de Thanatos se balanceaba entre sus piernas abiertas.
Aleix se agachó y le dio un suave beso antes de tocarle el hombro a Thanatos.
- Mi turno
Gruñendo por tener que quitarse, intercambiaron lugares. Aleix se subió sobre Junet y la besó. Junet mordió su labio inferior suavemente y Aleix se estremeció contra ella. Ella le alcanzó y pasó sus brazos alrededor de su cuello para atraerlo más cerca y Aleix atacó su boca hambrienta, penetrándola con la lengua.
Entre sus piernas, Aleix chupó su punto más sensible dentro de su boca, lamiéndolo y jugando con él como si fuera un trozo de un caramelo. Aleix deslizó un dedo, luego dos dentro de ella y la folló con ellos. Thanatos llegó junto a ella para besarla y tomar ambos botoncitos entre sus dedos haciendo un poco de presión que hizo que Junet se arqueara y se corrió gimiendo en la boca abierta de Thanatos. Su cuerpo convulsionó en el más implacable placer que había tenido nunca.
Los dos únicamente se dedicaron a contemplarla mientras ella se dio el lujo de tener un pensamiento sobre la depravación de la situación: un hombre entre sus piernas y otro en su pecho. Eso debía ser uno de los mayores pecados para una joven, pero ¿cómo podía algo que se sentía tan bien estar mal? ¿Sería que se lo podría preguntar a Shion sin que pegara el grito en el cielo?
- Ustedes dos van a matarme. – dijo Junet – Tal vez no estoy hecha para manejar a dos hombres.
- Todavía nos falta mucha preciosa – dijo Thanatos quitándose el cinturón, pero Aleix se levantó de repente.
- No. Tenemos que detenernos aquí. – proclamó
- ¿Que? ¿Por qué? – dijo Thanatos comenzando a molestarse
- Si. ¿Por qué? – preguntó Junet incorporándose y tapando su cuerpo con una almohada
- Porque… porque… - Por primera vez Aleix se ruborizó un poco – Ella todavía es doncella.
Thanatos se quedó en silencio y volteó a ver a Junet quien estaba más molesta que agradecida por la situación.
Junet salió corriendo de la habitación completamente avergonzada, para chocar con Shaina quien le dio una sonora cachetada y cuando Aleix y Thanatos salieron al pasillo tras ella, ambos volvieron a ser deslumbrados y cada un regresaron al Spa, y el otro al jardín verde con flores completamente frustrados.
Hades le vacío la cubeta de palomitas en la cabeza a Poseidón visiblemente molesto.
- ¿Por qué te enojas?
- Porque solo me dejas con ganas de más y Perséfone no está por aquí idiota. - respondió – Los hubieras dejado seguir!
- ¡Claro que no! – dijo el dios de los mares quitándose la cubeta – Te dije que era castigo para Thanatos. De haber seguido hubiera sido premio.
- ¿Ok, pero y a Aleix?
- Por diversos motivos
- Explícate
- 1.- Porque si está soñando quiere decir que está dormido en horas de trabajo y aprovecha que no estoy
- Buen punto
- 2.- Se supone que está cumpliendo un castigo, tendría que estar trabajando aún más duro.
- Cierto
- 3.- Si resulta que el HDP es Shaka, solo estoy perdiendo tiempo dinero y esfuerzo en el estúpido juicio.
- Pero fastidiarías a Athena y compañía que es mucho más valioso – contesto Hades – Y además tus filas están completas.
- Bueno, eso sí. ¡Y es obediente, leal y compasivo con mis criaturas marinas – respondió Poseidón – Pero aun así no le iba a dar de premio a una virgen!
- Tienes razón. Y ahora… donde encuentro a alguien que me ayude con mi enorme problema – dijo señalando la tienda de campaña de sus pantalones.
- A mí ni me veas. Date un baño de agua fría y acompáñame a Atenas. Ya putearemos por ahí.
- Ok. Pero ayúdame a llevar este armatroste a mi closet. – pidió Hades señalando la máquina de Morpheous – Ni creas que les voy a dejar tan valioso juguete a esos dos.
Poseidón asintió y comenzaron a desarmar las piezas. Ya se la pediría en otra ocasión para manipular a alguien más adelante.
Junet despertó lentamente solo para ver a la enfermera Lenk, Shaina, Shion y Mu la miraban fijamente.
- ¿Lo ven? Les dije que siempre funcionaba – dijo la enfermera tomando sus signos vitales
- ¿Dónde… dónde estoy? – preguntó Junet viendo a los tres
- ¡Cariño nos espantaste! – dijo Shaina abrazándola – Te quejabas, sudabas frio y no podamos despertarte. ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?
Shion y Mu intercambiaron una mirada y una sonrisa cómplice. No era como si nunca hubieran escuchado o visto a una mujer "quejarse" de esa forma. La enfermera intercepto estas miradas y le dio una palmada en la nuca a los dos.
- A veces nuestra morfina provoca ese efecto – dijo – Salgan para que pueda lavar y cambiar el vendaje.
Shaina no vio este último movimiento de la enfermera, pero aun sonriendo, los dos arianos salieron de la habitación.
- No. No me duele nada. – dijo Junet – Pero me siento muy muy cansada.
- Tan pronto terminemos la curación – repitió la enfermera – aunque no sé qué se hace pues ya solo queda un rasguño. No me había tocado ver nada así excepto por algunos pacientes del Dr. G.
Las dos chicas sonrieron y Junet se dejó curar. Menos mal que solo había sido un sueño, pero, aun así, le hubiera gustado llegar más allá con ellos. ¿Porque había tenido Aleix o Shaka que arruinárselo? A pesar de eso, cuando volvió a quedarse dormida hizo todo lo posible por retomar el sueño donde lo dejo, pero eso nunca sucedió.
Agosto 24, 1 pm
Casa de los Smirnov
Columbus Isle, Bahamas
Los incesantes pasos y el rechinido de botas sobre madera terminaron de despertar a Laura. Cuando finalmente pudo enfocar los ojos, se dio cuenta que yacía en una cama pequeña pero pulcra y decorada con mucha modestia. El sol ya entraba por la ventana, y las voces iban y venían. Sin saber exactamente dónde estaba, salió de la cama y se dio cuenta que solo traía una playera de algodón que les llegaba a las rodillas a modo de Pijama fue a la ventana y no vio ni barrotes ni seguros y estaba casi segura de que se veía la playa unos metros más adelante. Caminó hacia la puerta y ya tenía una mano en el picaporte cuando escuchó a tres personas hablar y se detuvo de darle vuelta.
- Yo creo que le va a pegar muy duro la perdida – dijo la voz de un hombre mayor.
- Tampoco será fácil decírselo. - contestó otro - Recuerdas como hablaba de el?
- Lo importante es que pudimos recuperarlos a ellos - contestó una mujer que reconoció como la de la tía Lucy – Pero estoy de acuerdo en que sufrirá mucho.
Mil y una tontería cada vez más dramática, surgieron en la imaginación de Laura. ¿Dónde estaban Saga y Kanon? Acaso alguno de ellos…
Abrió la puerta de inmediato y preguntó con voz desesperada:
- ¿De qué perdida está hablando?
Los tres adultos mayores la rodearon. Uno de ellos vestía una bata de doctor.
- ¡Niña! ¡Despertaste! – exclamó la tía Lucy - ven, regresa a la cama para que te examinen...
- ¡No! yo no quiero ver ningún doctor. ¿Dónde están Saga y Kanon? quiero verlos de inmediato.
Los dos hombres la miraron como si estuviera loca. El medico dio un paso al frente, pero ella retrocedió.
- ¡A mí un médico no pone un dedo encima hasta no verlos! – dijo angustiada
- Mejor llévela Lucy, o capaz que pone toda la casa de cabeza. - dijo el tercer hombre
- Está bien. – dijo agarrándola de la mano llevándola a una habitación al final del pasillo. En la puerta tenía un barco por lo que claramente era la habitación de un varón.
Tocaron a la puerta, pero nadie les respondió, por lo que la tía Lucy abrió con cuidado la puerta y ambas entraron. Saga estaba acostado tranquilamente en la cama con los ojos cerrados por lo que temiendo lo peor, Laura corrió hacia su marido poniendo su oído en el corazón para tratar de escuchar su respiración. La tía Lucy la miró comprensivamente.
- Tranquila niña, solo está agotado - dijo – regresa a la cama a descansar.
- ¿Yo me quiero quedar con él por favor – suplicó - y Kanon? donde esta Kanon?
- En la habitación de Tania, dormido también. Mi sobrina está vigilando para avisarnos cuando despierte.
- ¿Puedo ir a ver como esta y me regreso aquí, por favor?
- Claro, es la puerta que sigue
Laura se acercó a la tía Lucy y le dio un gran abrazo.
- Muchas gracias por todo.
- No hay de qué.
Laura se separó de la tía Lucy y fue a la puerta de al lado que solo esta emparejada y vio que una hermosa chica de largo cabello casi plateado estaba sentada a un lado de la cama acariciando la mejilla de Kanon con el dorso de la mano y una expresión de ternura. Laura la observó unos segundos antes de decidirse a tocar a la puerta para darle tiempo a la chica de recomponerse. Tania se levantó rápidamente y se volvió hacia la puerta.
- Hola. ¿Tú debes ser la sobrina de la tía Lucy verdad? Tania me parece. – dijo Laura cortésmente
Tania asintió un poco alejándose de la cama mientras hizo Laura hizo lo contrario.
- ¿Solo quiero saber cómo está?
- Vivo... cansado... El medico dice que sorprendentemente no corre peligro – contestó Tania
Laura le tomó la muñeca y verificó que tuviera pulso suspirando aliviada.
- ¿Me estas llamando mentirosa? – preguntó molesta
- ¡No! ¡No! No me malentiendas es solo que… ni yo misma puedo creer que estemos vivos. – aclaró Laura volviendo a ver a su cuñado.
- Tampoco nosotros lo creemos – dijo acercándose a Kanon del otro lado de la cama - Su señal se perdió... y después los guardacostas encontraron un pedazo de... - guardo silencio al ver donde se encontraba - Todos iban a ir a buscarlos cuando los encontraron. Dicen que fue un milagro.
- ¿Encontraron un pedazo de qué?
Tania le tapó las orejas a Kanon con suavidad mientras susurro:
- La proa del orgullo marino. No quedó nada.
- dios mío!
Tania le hizo una señal a Laura para que guardara silencio y saliera de su habitación para no molestarlo.
- Avísame cualquier cambio - le contestó Laura en voz baja y se devuelve volviendo a la habitación donde estaba Saga
Para su alegría, en los pocos minutos que Laura había ido a ver a Kanon, Saga se había despertado, incorporado en la cama y el medico aprovechaba para revisar sus signos vitales. Laura se quedó en el marco de la puerta observándolo y respirando más tranquila al verlo incorporado. Saga la vio, se le iluminaron los ojos y extendió los brazos hacia ella momento que ella aprovecho para abalanzarse contra él y abrazarlo con todas sus fuerzas.
- ouch ouch! – gimio el
Laura se separó de el de inmediato.
- lo siento, lo siento. ¿Estás bien? ¿Qué te duele?
- era broma – sonrío – no tengo nada.
- no me da risa. – dijo muy seria.
- a mi sí. Hubieras visto tu cara
El Dr. Sonrió satisfecho del examen y salió de la habitación para encontrarse con las otras dos personas.
- ¿A todo esto... dónde estamos? – preguntó Saga al no reconocer el lugar.
- En la casa de la tía Lucy y sus sobrinos – respondió Laura mientras veía como Saga hacia una mueca.
- no dejes que le hagan nada a mi cabello. esa escuincla del demonio está loca!
- no, pero tú tampoco le digas así porque estamos en su casa – lo regano Laura sentándose en la cama
- ¿Y mi hermano? donde esta Kanon?
- En la habitación de al lado con Tania.
- está bien?
- Está dormido al igual que lo estabas tú. Parece que liberaron mucha energía y luego la ola les cayó encima. Si quieres vamos y lo ves, pero no te vayas a pelear con Tania por favor este no es el momento.
- difícil porque no la soporto - dijo Saga incorporándose y saliendo de la cama únicamente en bóxer.
- Haz un esfuerzo amor. ¿Hazlo por mi sí?
- Si es por ti, lo hare con gusto. – dijo Saliendo junto con Laura quien sonreía por la respuesta.
En el pasillo pudieron escuchar gritos de Kanon en un idioma que ninguno de los dos logró comprender.
- Ya despertó – susurró Saga abriendo la puerta y corriendo hacia su hermano al ver que mantenía a Vladimir sujeto por el cuello de su camisa mientras Tania trataba de separarlos sin conseguirlo.
- ¡Basta Kanon! ¡Suéltalo! – dijo Saga viendo como el chico no parecía tenerle miedo a su hermano - Que está pasando?
Kanon miró a Saga queriéndolo retar, pero bajo los ojos avergonzado y soltó sus manos regresando a la cama a sentarse en la orilla. Vlad tomó la situación de forma muy calmada y salió después de murmurarle algo a Tania.
- ¿Hermano, estas bien? – preguntó Saga preocupado.
- Si
- Yo mejor los dejo solos - dijo Tania, pero Kanon le tomó la mano para evitar que se fuera mientras le lanzaba una súplica con la mirada.
Tania asintió como si supiera porque se lo pedía y se sentó junto a él en silencio. Saga hizo lo mismo que ella, pero del otro lado.
- Kanon, por Athena! ¿dime que pasa? ¿Porque estas así?
- Nada
- Kanon...
Kanon bajo la cara para esconder sus sentimientos y Saga lo abrazó. Laura no sabía cómo reaccionar o decir ante ese apoyo de hermanos.
- Solo... solo tengo hambre... – mintió Kanon - Dile a la tía Lucy que si puede prepararnos algo... yo se lo pago después.
- Está bien – dijo Saga saliendo de la habitación tomando de la mano a Laura – Te traeré algo rico.
Kanon y Tania se quedaron solos en la habitación y Tania se levantó para cerrar la puerta y regresó para ponerse frente a él.
- Kanon...
Kanon no pudo seguir ocultando su dolor y la jaló hacia el para que su cara quedara a la altura de su vientre y la abrazó fuertemente comenzando a llorar. Era como el llanto desconsolado de un niño al que su primera mascota fallece en sus brazos. El miedo de fracasar y el alivio de saber que sus hermanos estaban vivos, solo era opacado ante el sentimiento de saber que su bebe, su orgullo marino había muerto sin que él hubiera podido hacer algo para impedirlo. Tania lo abrazó en silencio conmovida por su reacción. Le acarició el cabello y le dio algunos suaves besos sobre su cabeza.
- En serio lo siento Kanon…
- ¿Por qué? Él no les hizo nada – dijo aun abrazándola – Había trabajado mucho en el para convertirlo en el mejor…
- Y puedes volver a hacerlo…
- ¡No! ¡Por culpa de mi hermano nunca puedo tener nada bueno… todo me lo quitan o se destruye y no es justo!
- Si, no tienes que decirme las propiedades tan beneficiosas de tener un gemelo, pero hay algo que tu hermano nunca podrá quitarte ni destruirlo…
- ¿En serio? Porque mi casa quedo hecha…
- Jajajaja tontito… hablo de mi – dijo Tania con ternura – Recuerda que tú eres mejor y más guapo y el único que podrá acceder a mí.
- Pero lo va a intentar. Lo conozco. – dijo alzando su rostro hacia ella – Intentara separarte de mí.
Tania acercó sus labios a los de Kanon y tomando su cara lo besó dulcemente.
- Te prometo que, si lo intenta, le arrojare miel en su cabello y eso le va a doler más que una patada en las bolas.
Esto último hizo sonreír a Kanon quien no pudo evitar tomarla entre sus brazos para seguirla besando e incluso tumbarla en la cama sin que Tania se opusiera en ningún momento.
Laura guio a Saga a la recamara de Vlad en lugar de la cocina para poder platicar un poco antes de seguir las instrucciones de Kanon. Saga cerró la puerta y Laura abrazó fuertemente a Saga.
- que sucede? – preguntó abrazándola también con ternura.
- pensé que te perdía cuando el barco se destruyó y tú y Kanon seguían ahí - dijo Laura
- cuantas veces tengo que prometerte que no me va a pasar nada?
- es que no es tu culpa yo lo sé, pero las circunstancias no ayudan
- bueno, pero estamos aquí, sanos y salvos. No sé cómo, pero lo estamos – aseguró Saga
Laura se separó un poco de Saga para verlo a los ojos.
- ¿Sobre eso… estoy confundida y tal vez necesito que me contestes primero que es un cosmos residual? - dijo
- Cuando has tenido contacto directo con un dios o ha estado involucrado de algún modo contigo, deja un rastro con su cosmos, una huella que solo los dioses o las personas muy cercanas a ellos pueden ver esa huella e identificar a que dios pertenecen – contestó Saga intrigado.
- ¿Y esa huella cuanto puede durar?
- Varios meses… incluso y años.
- Ahhh. ¿Y Misa y Anfitrite tienen algo que ver entre ellas? – volvió a preguntar Laura.
- jajaja no. Son completamente diferentes. Ya dime que sucede.
Laura se sentó en la cama y él se sentó junto a ella. Laura entonces le contó todo lo que había pasado entre cuando había despertado en el fondo del mar, hasta que había despertado en la cama de la habitación de al lado.
Saga no la interrumpió ni una vez hasta que terminó su relato y estaba entre serio y curioso:
- Tal vez Kanon podría decirnos o esclarecer el asunto. Aprovechemos que no están los adultos con él y podemos platicar.
Tocaron a la puerta y Tania les abrió de inmediato. Ambos pudieron ver que Kanon se había metido de nuevo a la cama más tranquilo, pero estaba volteando hacia la ventana.
- Voy a traer una jarra de agua fresca - dijo Tania saliendo de la habitación cerrando la puerta tras de ella.
Saga y Laura se sentaron al pie de la cama. Saga fue el que rompió el silencio.
- Hermano, ¿ya te sientes mejor?
- Si
- ¿Podemos importunarte 5 minutos? Laura tiene una historia que necesito escuches y me des tu opinión.
- Ok - contesto Kanon sin voltear.
Saga la hizo una señal y Laura le relató a Kanon lo mismo que le dijo a Saga.
- Según lo que ella me hizo entender el tsunami iba dirigido a nosotros, y las flechas igual pero no pudieron atinar porque la que las lanzaba tenía mala puntería – agregó al final
Kanon se medió incorporó y podía verse el enfado en su rostro mientras miraba a su hermano.
- Bueno cuñada, puedes ahora estar segura de que no es contigo el problema sino con tu marido.
- ¿Yo?
- ¿A quién han tratado de matar aquí al menos tres veces? – gritó Kanon – Nos estas llevando a nosotros dos entre las malditas patas! ¿Qué dices que fue lo último que te dijo Anfitrite?
- Que te dijera a ti que negociáramos con Eris porque la próxima vez no tendríamos tanta suerte.
Kanon le azota la almohada en la cabeza a Saga quien no reaccionó mal pues, aunque él no recordaba tener nada que ver con esa diosa, pudo haber sido de cuando era patriarca y apenas estaba cobrándosela.
- ¡Pues qué demonios le hiciste!
- yo? nada! (Creo)
- Eris... Eris... algo que no te acuerdes?
- No. Hace mucho tiempo que no tengo nada que ver con ella – afirmó Saga.
- ¿Y tú? - se voltea hacia Laura - Que tienes tu que ver con Eris o Anfitrite?
- ¡No tengo ni la más mínima idea, Anfitrite fue la que nombro a mi mama y luego estaba curiosa por saber cuándo fue la última vez que Artemisa hablo conmigo, pero nada más!
- Pues Fanny solo entra al juego cuando Poseidón no está en el reino submarino y no sé qué diantres pudieron haber hecho esos seis para que ella los castigara así, pero debió ser algo grande.
- Anny? – Preguntó Saga – Te cogiste a esa diosa?
Kanon comenzó a darle más cojinazos a su hermano ruborizado y prefirió cambiar el tema:
- ¿Estaba Aleix ahí?
- Yo no lo vi, pero dijeron algo que al parecer también estaba castigado
Kanon se abraza las rodillas.
- Entonces no podre preguntarle y estamos en serios problemas. Los ataques son cada vez más pesados y certeros y dudo que si hay una próxima vez salgamos vivos – dijo pensativo
Laura aún tenía que quitarse la espinita.
- ¿Alguno de los dos me puede explicar a qué se refería Anfitrite con lo de las burbujas y porque esta hablaba de mi mama y de Artemisa?
Kanon se volvió a su hermano.
- ¿Tiene la marca?
- No.
- Entonces descartamos lo de que eres una de sus bastarditas – dijo Kanon ahora recibiendo un almohadazo de Saga por irrespetuoso.
Tania tocó a la puerta y la abrió. Traía una bandeja con una jarra con agua de limón y cuatro vasos ofreciéndoselo a los 3.
- muchas gracias – dijo tomando el vaso.
Saga tomó otro a regañadientes. Tania le dio el suyo a Kanon también pero cuando puso la jarra en la mesita y se disponía a salir, Kanon la jala por la cintura para sentarla en sus piernas en un claro desafío a su hermano quien prefirió tomar su agua viendo hacia la ventana.
- Tania sabes si Julián está en el hotel?
- No. Salió hacia Grecia ayer. – respondió Tania algo turbada de que Kanon hiciera esas pequeñas demostraciones de afecto frente a su hermano y cunada.
- ¿Con Aleix?
- No. Aleix esta con Miss Sho tomando mi lugar en el Bar en tanga y corbatín.
Laura tomó de su agua para esconder su sonrisa y se apoyó en el costado de Saga. Tania intentaba zafarse de sus brazos con sutileza, pero solo metía más la mano por la cintura de su falda.
- ¿Y quién quedo a cargo del hotel? Zeus?
- No. El único que está ahorita de la familia es el Sr. Fes – respondió Tania ruborizándose.
- Que lastima – dijo Kanon – con él no me llevo.
- Uy y ahorita anda de malas. – respondió Tania – Dice que por culpa de… no me acuerdo quien, su esposa ya no puede venir a visitarlo.
- Eso es extraño – señaló Saga
- Mucho. Han tenido que mover a huéspedes a la otra ala del hotel por el ruido que hace en el taller, pero es un amor. – señaló Tania con una sonrisa
- tú te llevas bien con él? – preguntó Saga.
- Claro. Es mi amigo – respondió Tania
Saga miró fijamente a Kanon y este supo que le estaba pidiendo que la enviara a ella. Kanon volteó hacia Tania y le preguntó con una sonrisa:
- ¿Crees que podrías decirle que nos encuentre aquí? Es de vital importancia para nosotros.
- ¿Por qué no mejor en su casa? ¿Aquí no cabemos todos - dijo Vlad de forma agresiva desde el marco de la puerta haciendo voltear a todos - Que parte de no te quiero cerca de ninguna de las dos no se entendió?
- Vlad! – exclamó Tania apenada.
- ¡Tú cállate!
Laura observó la mirada de hielo de Vlad y los puños y le parecieron extrañamente familiares.
- Mejor ve a ayudarle a la tía con el Dr. Para que los dé de alta y se larguen de aquí. – dijo el gemelo de Tania
Pero Kanon no estuvo contento con su intervención:
- Ella se queda aquí- aclaró Kanon con voz firme
Vlad sonrió de manera sarcástica
- ¿En serio? ¿Quién eres tú para pedir eso?
Kanon miró fijamente a los ojos de Vlad mientras respiraba profundamente para no agarrarlo a golpes.
- ...
- ¿Ves Tania? Ahora obedece o le diré a tía Lucy lo que dijiste bajo fiebre.
Tania se ruborizó y sin mirar a Kanon se levantó de sus piernas para ir con su hermano, pero Kanon la volvió a sentar en el mismo lugar.
- Su novio.
Saga, Vlad y Tania voltearon a ver a Kanon con incredulidad y para sorpresa de toda la temperatura de la habitación comenzó a descender rápidamente como si un ventarrón helado la hubiera atravesado. A pesar de eso Kanon sabía que había otras prioridades en ese momento así que le susurró algo a Tania y le plantó un beso para no dejar en duda lo que acababa de decir frente a Vlad.
Este al ver la escena salió muy molesto de la habitación azotando la puerta tras de él y Tania, obedeciendo a Kanon, salió detrás de él. Podía escucharse una discusión muy fuerte en un idioma que Laura no comprendió, pero Saga sí. Sabía que el hermano de la escuincla del demonio tampoco estaba de acuerdo con esa relación y eso podría jugar a su favor.
- Ok. Tania ira por... carajo! ¿está el aire acondicionado al máximo o qué? - dijo Kanon haciendo que Saga fuera a revisar - Va a ir por Hefestos y el que nos diga cómo comunicarnos con ella.
- Yo creo que está roto porque ni siquiera esta prendido según esto – dijo Saga
- El almuerzo esta listooooooooooo - gritó la tía Lucy en el pasillo como si hubiera leído la mente de los gemelos - vengan a la mesa! jugo de maracuyá frescooooooooooo.
- ¡Yo quiero, yo quiero! – exclamó Laura – Vamos amor?
- Alla te alcanzo – dijo Saga.
Laura asintió y se dirigió a la cocina mientras Saga se volteó algo molesto hacia su hermano.
- ¿Pero tu estas completamente idiota o que te pasa? – le gritó Saga – Acaso no vez que su hermano no te quiere?
Kanon puso sus manos en la nuca entrelazando sus dedos y cruzando las piernas a la altura de sus tobillos.
- ¿Eso cuando me ha detenido para hacer lo que quiero? Tania estará conmigo hasta que a mí se me dé la gana y ni su hermano ni mi hermano podrán hacer algo al respecto.
- No entiendo que te pasa. En serio. ¡No está a tu nivel! – siguió diciendo Saga haciendo enojar a su hermano cada vez más.
- No sé a qué nivel te refieres. – siguió diciendo Kanon - Económico? Los dos estamos jodidos gracias a la familia. ¿Social? Nos codeamos con las mismas personas. ¿Intelectual? Cierto. ¿Ella tendrá un título y yo no. Sexual? Créeme cuando te digo que ella está al nivel que requiero y mucho más.
- Vamos Kanon. ¿Por qué insistes en lo mismo? – dijo Saga en un tono dramático – Las has tenido más bonitas.
Kanon comenzó a reír burlonamente.
- ¿Me estas jodiendo verdad? Es exactamente lo que te dije de Laura y tan te valió madres que te fuiste a vivir con ella. ¿Tan mal te fue o qué?
- ¡Claro que no! Ella y yo somos extremadamente felices. – contestó Saga – En serio estas comparando a esa escuincla con mi Lau?
Los gritos entre esos dos se escuchaban hasta la cocina, donde Laura se encontró con la tía Lucy que servía los platos.
- la puedo ayudar en algo? – dijo Laura.
- No niña, ya está todo hecho. – contestó la señora - Disculparan que no sea una comida tan suculenta, pero no esperábamos visitas.
- No tía Lucy, no se preocupe por eso. Más bien muchas gracias por acogernos en su casa y ayudarnos
- Nos han pegado un susto como no se había visto aquí en varios años. – dijo sirviéndole un vaso de jugo a Laura – Si mal no recuerdo, desde que mi difunto Rommel se perdió en el mar.
Laura no quería que se pusiera melancólica así que prefirió seguir preguntando.
- ¿Como fue que nos encontraron? – preguntó – Su sobrina me dijo algo del radar.
- En realidad, mi sobrino los encontró. El capitán Ron fue a pedir a la guardia costera que le diera la última ubicación del orgullo marino porque no se había comunicado con él desde hacía varias horas y cuando el capitán Brown no encontró señal del barco en su radar ni con el satélite, pensaron lo peor. Le dio la última ubicación conocida y él se la dio a mi sobrino. Vlad, al ser el administrador del señor Kanon, salió a buscarlos en su jet ski y varios barcos pesqueros de aquí también. Los encontró en un islote y dio la señal con bengalas. Los trajeron aquí para que los atendiera el medico porque era más rápido y para vigilar su recuperación de ser necesario.
- Entonces también toca darle las gracias a su sobrino. – dijo Laura tomándose el jugo - A Saga ya lo reviso el medico a fondo verdad? ¿a Kanon también?
La tía Lucy asintió con la cabeza.
- A los tres los reviso el médico mientras dormían. No tenían huesos rotos ni hipotermia que es lo más común por estar tanto tiempo en el agua. ¿Tu recuerdas que fue lo que paso? chocaron con algo?
- Una ola nos embistió y terminamos ahí – contestó evadiendo los detalles
- que mal. tan bonito que estaba ese barco
Se escuchó un portazo y segundos más tarde llegó Saga agitado y acomodándose el cabello.
- parece que es el día de pelea entre hermanos – dijo la tía Lucy – mis niños también salieron gritando. Pero eso es bueno. Quiere decir que se sienten bien
Saga miró a la tía Lucy quien le entrego un omelette con verduras y queso.
- Muchas gracias por la comida.
- No se preocupe. ¿Vendrá el señor Kanon?
- En un rato más. Dice que esperara... a comer con ustedes.
- ¡Oh! que honor. Entonces deberé preparar algo más rico. Iré por unos conchales frescos para hacerle su plato favorito - se quitó el delantal – Se quedan en su casa y si Vlad les hace algo avísenme y le doy su jalón de orejas.
Laura le sonrió y esperó a que la tía Lucy se fuera para decir:
- están haciendo competencia de hermanos para ver qué familia se porta más idiota?
- No me gusta ella para Kanon y no me voy a cansar de decírselo – respondió Saga en voz baja mientras condimentaba sus huevos - incluso el hermano de ella no quiere a Kanon. que más necesita?
- Amor, tú me dijiste que querías ver a tu hermano feliz y que encontrara una mujer que lo hiciera feliz y si esa mujer es Tania, ¿estás dispuesto a cortar la felicidad de tu hermano solo porque no te tomaste el trabajo de conocerla?
Saga recargó su cara en su mano escuchándola atentamente mientras comía
- No pierdes nada intentándolo o haciendo el esfuerzo es más ganas mucho si resulta bien por Kanon porque sabe que contó contigo, pero si no igual al menos si no resulta le podrás decir te lo dije.
- mmm... tendrás que convencerme
- y cómo quieres que te convenza?
- creo que sabes bien como – respondió Saga poniendo la mano libre en la rodilla de Laura - si llegamos a su cabaña antes tendremos oportunidad de que intentes convencerme una y otra y otra y otra vez.
Laura sonrió coqueta.
- Creo que me falla la memoria. Vas a tener que explicarlo con más detalle – retó.
Saga comenzó a subir su mano rumbo a su entrepierna y a acercarse para darle un beso, pero Vlad entró a la cocina interrumpiéndolos.
- Lo siento. Esperaba ver a mi tía.
Laura da un suspiro de desilusión y Saga se separó de ella para seguir comiendo.
- tranquilo amor. esta es su casa – le susurró a Saga y después se volvió a Vlad - dijo que iba por algunos ingredientes.
- Si. Esta es mi casa y espero que la respeten como tal - dijo sirviéndose un vaso de agua haciendo que Saga lo mirara sorprendido.
- es una amenaza?
- es un consejo. – contestó Vlad sin inmutarse ante la mirada asesina de Saga.
- creo que la tía Lucy se equivocó cuando me hablaba de su sobrino – contestó Laura - Me decía lo orgullosa que esta de él, lo amable, responsable y educado que es, pero desde que estoy aquí solo he visto a alguien que parece enojado con todo el mundo, así que me pregunto si la tía Lucy se equivocó o no, pero claro pueden ser figuraciones mías.
Vlad comenzó a reír de forma amargada.
- ¿Pobre de la tía no? Cuanto sufriría al saber la verdad que tanto le quiere ocultar Tania. – dijo - Pareciera que ellas estarían mucho mejor sin mí... - se puso a pensar - Sí. Tal vez eso sería lo mejor - dejó el vaso vacío en el fregadero de la cocina y salió de nuevo de la casa.
Laura y Saga se quedaron viendo hacia la puerta.
- está enojado con todos o con el mismo?
- Me recuerda de algún modo a Camus - dice saga terminando sus huevos
- por la cara de pastel que tienen la mayoría de las veces?
- y por lo sangroncito
- Jajajaja
No pasaron ni treinta segundos antes de que Tania entrara a la casa con un hombre de casi 2 metros pelirrojo y fornido.
- Buenas tardes. – dijo el recién llegado
- Buenas Tardes
- Es por acá señor Fes - dijo Tania - disculpe el tiradero, pero...
- ya sé, ya se... estas convaleciente y no hiciste tu quehacer. – bromeo sonriendo - Con su permiso.
Tania llevo a Fes con Kanon y tocó la puerta.
- ¡Hola! Kanon tienes visita! – dijo en tono cantarino
- Gracias. – Kanon se incorporó en la cama – Lamento no levantarme, pero creo que en esta casa adoran verme en calzones – dijo sonriendo viendo a Tania quien se ruborizó al escucharlo
- Es que su ropa estaba empapada y está en la secadora – se justificó – Voy por ella.
- Gracias.
Una vez que hubo salido ambos se dejaron de jueguitos.
- Se que no le caigo bien. – dijo Kanon
- ¿En serio? Wow y yo creí que ponía una buena cara de póker – dijo Fes – Pero te equivocas. No eres tú con quien tengo un problema sino con tu cara.
Kanon se mostró sorprendido.
- ¿Como dice?
- Bueno, es idéntica a la de tu hermano que esta allá afuera con la preciosa latina en pijama. – dijo Hefestos
- ¡No me digas que le hizo algo porque lo mato! – dijo Kanon tomando un vaso de limonada al comprender que si era así, sus posibilidades de negociar con Eris serian mínimas.
- Si y no. No puedo sentirme a gusto con uno de los ex amantes de mi esposa.
Kanon comenzó a ahogarse y tuvo que darle ligeritas palmadas en la espalda.
- ¿Que hizo que?
- Bueno, posiblemente no se acuerda, pero yo sí. Fue en su etapa en la que Ares lo uso como avatar. Ya hace casi diez años. – Explico el dios herrero – Pero no esperaras que lo perdone.
- Ok. Ok. Menos mal que no le va a hacer el favor a él. – aclaró a Fes – Podría usted ayudarme a encontrar a la diosa Eris? Es de vida o muerte.
- ¿Para ti?
- Si
- Lo dudo. – dijo extrañado – Eris al que menos necesita de enemigo es a Poseidón que es lo que sucederá si por sus tonterías te pasa algo.
- Bueno, parece que no ha visto usted las noticias de Atenas verdad? – preguntó Kanon exponiéndole todas las situaciones por las que habían pasado.
Hefestos no cambiaba su expresión serena, pero Kanon sabia por ciertos gestos, que estaba a punto de estallar.
- Y por eso, le pido humildemente que me ayude. – dijo Kanon – Hare lo que quiera. Solo quiero quitármela de encima.
- No debería de meterme Kanon, ¿pero sabes? Por su culpa no he podido ver a mi esposa e hizo que me encadenaran como perro – Kanon abrió los ojos con sorpresa. – Te diré todo lo que necesites saber. Solo no me involucres y si te voy a pedir algo. Veras…
Tania llegó a la cocina para sentarse junto a Laura y pasarle la ropa seca de los dos.
- Ojalá el señor Fes ayude a Kanon. – dijo – ¡Es un buen hombre, aunque su señora es una… - voltea a verlos – Oh! Lo siento. Hable sin pensar.
- Me sucede todo el tiempo – dijo Laura comprensivamente
Se sumieron en un silencio incomodo por unos minutos en los que Tania miró fijamente a Saga.
- Lo que dijo Kanon hace rato de que es mi novio…. solo fue para molestar a mi hermano.
A Saga se le iluminó la mirada.
- en serio?
- si.
- ¿Y prometes que nunca lo serás? – se aventuró a preguntar Saga para sorpresa de Laura
Tania lo miró fijamente y se levantó de la mesa con actitud inocente para situarse detrás de él y abrazarlo del cuello para murmurar a su oído.
- No te prometo nada "cuñadito" porque eres tan desagradable y chocoso, que, si con decirle que, si a Kanon te fastidio esa expresión facial de niño bonito, ten por seguro que lo hare. Por lo menos mi hermano tiene una razón válida, pero tu solo eres egoísta y mamon.
Saga estaba a punto de levantarse e increparla, cuando Tania lo soltó al ver entrar a Fes, y corrió hacia él.
- Listo chiquita. Asunto arreglado – dijo Fes a Tania tomándola de la barbilla
- ¿En serio? ¡Gracias señor Fes! Le debo una. – dijo Tania sonriendo.
- Sí. ¡Ya no tienes de que preocuparte y ustedes dos... dice Kanon que vayan a la cabaña para que se den una ducha y vayan de shopping otra vez porque mañana temprano los tres se van a Miami!
Los tres lo miraron asombrados
- ¿Qué cosa? – preguntó Laura – Pero…
- ¿Se tienen que ir tan pronto? - preguntó Tania desilusionada a Fes
- Si. Es imperativo. mañana sale el avión para allá Y tú vas con ellos. – dijo el dios herrero haciendo que Saga abriera grande la boca por la sorpresa.
- ¿Yo? por qué? – preguntó Tania.
- Kanon dice que ni siquiera una ola gigante va a hacer que rompa su promesa contigo. Al rato hablará con tu hermano y con tu tía.
Los ojos de Tania se encendieron de emoción y Saga con una cara de no me jodas corrió a la habitación donde Kanon ya se estaba arreglando.
- ¿Como que nos vamos a Miami? creí que no podíamos ni debíamos tocar tierra! – le preguntó Saga.
Kanon comenzó a cepillar su cabello con el cepillo de Tania frente al espejo.
- Eso es cierto. Tu no debes hacerlo y Laura tampoco por lo que irán a la marina y nos esperarán ahí. Tania y yo tenemos un compromiso muy importante que no vamos a poder eludir y de eso depende el futuro de los dos, Tuyo y mío. Así que aprovecha esta noche, porque mañana será un largo día.
Agosto 24, 4pm
Casa de los Ángelus
Soho, NY
Liz estaba viendo la tele con su pijama comiendo unos palitos de zanahoria con limón y sal cuando la puerta principal se abrió y la figura de su padre entró. Con mucho sigilo se movió hacia el para aventarse sobre el de caballito:
- ¡Papa!
- Lizzy! ¡Regresaste! – dijo quitándosela de la espalda para abrazarla con cariño – Te extrañé mucho! ¿Por qué no me dijiste que vendrías hoy? Hubiera llegado más temprano.
Liz le sonrió a su padre
- Quería que fuera sorpresa. – respondió – Las niñas a mi cargo comenzaron la escuela antes de lo planeado y los Karoly me dejaron venir a casa. – lo tomó de la mano y lo llevo al sillón – Cuéntame que ha pasado desde que me fui.
- Jajaja Lizzy solo fueron unas cuantas semanas. – respondió Gabriel de buen humor
- ¿Muchas cosas pueden pasar por aquí y lo sabes – dijo sentándose en el suelo frente a él en posición de loto – Donde esta Sam? Llegué y no vi su auto en el garaje
- Fue a Washington DC a ver el bebe recién nacido de una de sus amigas. - respondió el arcángel
- ¿Y por qué no fuiste con ella?
Gabriel guardó silencio.
- Pa? ¿Por qué no fuiste para bendecir al bebe? ¡Se supone que eres el arcángel que cuida a las embarazadas y los recién nacidos!
- No necesito estar presente para eso Liz, solo cuando se me invoca y en este caso la chica es judía – dijo suavemente – Además, no me gusta la expresión de Sam cuando está cerca de uno.
- Pero los bebes son hermosos y tienen sus manitas y uñitas chiquititas y su ropita y zapatitos y…
- Y nunca podré darle uno – contestó Gabriel entre dientes.
Liz fue ahora la que guardó silencio. Sabía que su padre ya no se arriesgaría nunca más a que una aberración como ella pisara la tierra de nuevo. Gabriel miró como se entristecía la mirada de su hija y bajo a nivel del suelo para abrazarla.
- No seas tontita. No me arrepiento de haber tenido a esa cosita preciosa a la que le puse Lizzy. – dijo tratando de animarla
- ¿En serio?
- ¡Claro que sí! – dijo tomándole la barbilla sonriéndole – La hice con tanto amor que me salió preciosa. Demasiado para mi paz mental.
Liz sonrió complacida.
- ¿Me llevas Disney para celebrar mi regreso? ¿Como cuando estábamos sin Sam?
- ¿Puedes esperar tres días? – pregunto Gabriel – Tengo trabajo mañana.
- ¿En la oficina?
- Ahhh… no. – titubeo – El Jefe me ha mandado llamar y no puedo negarme a ir.
- Al Olimpo.
- No. A Grecia. A la audiencia final en contra de tu amiguito el traidor. – dijo sin querer.
- No le digas así por favor. Shaka es inocente. – insistió Liz – Me llevas?
- ¡Claro que no!
- ¿Por qué no? – preguntó muy seria – Pronto cumpliré 19 y lo más seguro es que escoja alguna de las excavaciones a las que me han invitado y estén ahí. Como sé que te vas a poner bastante histérico y paranoico, aprovechamos, vamos a checarlas juntos y me ayudas a elegir.
Gabriel pareció dudar por un segundo y Liz continuo:
- Además, yo iría contigo y nadie se atrevería a hacerme daño estando tu ahí, ¿verdad?
- Si bueno, yo no diría eso. Tu tío Mickey impone más miedo. – dijo sonriendo – Pero tienes razón. Estarías conmigo y si yo no puedo cuidarte bien nadie podrá.
Liz aplaudió al comprender que le había ganado.
- ¿Cuánto tiempo nos iremos?
- Unos dos o tres días, pero tendrás que prometer que me vas a obedecer en todo y pase lo que pase en ese lugar te quedaras calladita y sin hacer escandalo o te prometo que te encierro en algún lugar donde no te va a gustar. – amenazo Gabriel
- ¿Un convento?
- No sería mala idea…
Liz le dio un beso en la mejilla y se levantó corriendo hacia su cuarto.
- ¡Tengo que empacar! ¿Qué clima hay ahorita en Grecia? Olvídalo. Ahorita lo busco en internet. ¿Qué zapatos me llevo? ¿Trajeron mis vestidos de la tintorería?
Gabriel suspiró al escuchar a su hija emocionarse. Esperaba que mantuviera la compostura en el juicio porque Zeus no iba a tolerar interrupciones y menos si eso comprometía los resultados. Pensándolo bien tal vez no había sido una buena idea.
Agosto 25, 8 a.m.
Comedor del Palacio
Asgard, Noruega
Hilda, acompañada del brazo de su esposo entró al largo comedor, donde sus doncellas y dioses guerreros aguardaban de pie su llegada. Una pequeña figura rubia enfundada en su chamarra de plumas aguardaba detrás de ellos casi pegada a la pared, por lo que solo hasta que casi llegaron a sus lugares Hilda la vio.
- ¡Hermana! ¡Llegaste! – dijo abrazándola efusivamente
- Desde ayer solo que no te alcance y después ya te habías retirado a dormir – contestó Fler correspondiendo
- Me da gusto verte Fler – dijo Siegfried mientras las chicas se separaban – Parece que ya te acostumbraste a climas más cálidos. ¿Por qué no quitas la chaqueta?
Fler le lanzó una mirada de angustia. La verdad era que no contaba con que toda su ropa ahí le quedaba o muy ajustada que se veía su barriguita o de plano no le cerraba.
- No. Yo… siento que me voy a resfriar – dijo en voz baja – Creo que el cambio de clima fue demasiado brusco.
- Oh lo siento mucho. – dijo Hilda comprensivamente – Después de desayunar iremos a mi saloncito para ponernos al día, ¿quieres?
- Claro.
En cuanto la pareja tomo asiento, los demás los siguieron iniciando una ruidosa y alegre conversación, brindando por la llegada de Fler y por haber cerrado un trato comercial con Lord Olef de Hammerfast.
Fler se mantuvo en silencio todo el desayuno solo sonriendo cuando alguien le dirigía la palabra. La tarde anterior después de la breve conversación con Lyfia había meditado todo el camino a Asgard en lo que sin ninguna intención había provocado al no poner atención en la petición de su amiga. Había sido completamente egoísta y en su deseo de venganza hacia Hagen, había destruido más de dos vidas.
Para cuando hubo llegado a palacio y con pretexto del viaje largo, había ido directamente a su habitación aprovechando el hecho de que Hilda estaba con Siegfried en algunas negociaciones importantes y no había ido a recibirla, y había pasado toda la noche orando en penitencia hacia sus acciones pasadas. Ahora comprendía que todo lo que había pasado con Camus solo era el castigo divino de los dioses por lo que le había hecho a su amiga.
Cuando se dio por terminado el desayuno Fler fue la primera en retirarse para sorpresa de todos. ¿Que podría hacer para que el castigo de sus acciones no alcanzara a su bebe?
Estaba pensativa en su habitación colgando la chamarra en el perchero cuando tocaron a la puerta:
- Fler? Soy yo. Hilda. ¿Puedo pasar?
- Pasa.
Hilda despidió a sus doncellas para pasar a solas a platicar con su hermana.
- Querida hermana. ¿Quieres que llame al médico? No te vi con la alegría de siempre en la comida – dijo preocupada
Fler la miró con ojos tristes.
- No. Solo estaba un poco melancólica. – respondió Fler – De cierta forma extraño todo el barullo de palacio.
Hilda extendió sus brazos para que Fler las tomara, pero al esta extender una sola, la forma de su blusa se pegó a su cuerpo y su figura antes perfecta, dejo vislumbrar su pequeño volumen de 17 semanas de embarazo lo que Hilda fácilmente reconoció y conteniendo la respiración solo bajo los brazos y se sentó en la cama totalmente en shock.
Fler corrió a arrodillarse a los pies de su hermana mayor quien estaba tratando de aclarar sus ideas antes de comenzar a decir algo de lo que pudiera arrepentirse.
- Lo siento. – dijo Fler apoyando su cabeza en las piernas de su hermana – No quería que te enteraras de este modo.
- ¿Por qué no me lo habías dicho? – preguntó Hilda
- Yo… Tú estabas enferma y…
- Nos vimos en Ámsterdam. – dijo Hilda de nuevo – Ahí tuviste otra oportunidad.
- No lo creí conveniente. Perdóname por favor Hermana. – dijo Fler – Se que te falle, les falle a ambos…
Hilda respiró profundamente.
- Supongo, que esto es una señal de Odín. – dijo para sí misma en voz alta
- ¿Señal?
- De que debo retirarme del cargo Fler. – dijo acariciando suavemente el cabello de su hermana.
- ¿Que? ¡No! ¿Por qué lo dices? – preguntó Fler asustada.
Hilda hizo una sonrisa triste.
- Sabes que las normas de conducta de nosotros los Asgardianos es completamente diferente a las de los demás europeos. – explicó – Nos regimos por normas más estrictas y algunos podrían decir que hasta medievales.
- Si lo sé, pero…
- Una de ellas, afectó a tu amiga Lyfia hace poco – siguió explicando Hilda – Pero parece que no te percataste de ello
- No me percaté de muchas cosas. - dijo Fler entre dientes
- Voy a… consultarlo con Siegfried, pero, creo que estará de acuerdo conmigo en que los ancianos del consejo pedirán mi renuncia cuando te vean. ¿Como hacer que mi pueblo siga las reglas y normas de conducta que nos han mantenido unidos durante siglos, cuando mi propia hermana las rompe sin que haya consecuencias?
Fler comenzó a temblar.
- ¡Entonces expúlsame! ¡Yo soy la del problema! Yo soy la que debe ser castigada, ¡no tú! – comenzó a gritar, pero Hilda solo le sonrió:
- Somos una familia Fler. Prefiero perder mi posición aquí que tu cariño hermana. No te preocupes. Estaremos bien. – dijo separándose de Fler y levantándose de la cama.
Fler se quedó hincada en el suelo mientras Hilda caminaba a la puerta:
- ¿No me vas a preguntar quién es el padre? – susurró Fler
Hilda se detuvo y lo pensó un momento:
- Me doy una idea, pero no importa si no está aquí para hacerse cargo. – respondió Hilda sin voltear - Te mandare un poco de mi ropa que te quedara mejor para que puedas andar a gusto por los alrededores.
Hilda salió al pasillo dejando a Fler sola y pensativa. Tal vez lo mejor para todos, era que ella desapareciera. Así todo lo que ella había provocado, volvería a su curso normal.
