Capitulo 209
Agosto 28, 3am
Boutique de Thes
Paris, Francia.
Thes se levantó de un salto al escuchar la aspiradora. Se suponía que estaba sola y temía que los mismos malandros que habían hecho trizas su local hubieran regresado y no porque temiera por su vida, sino porque si los veía, ella misma con sus propias manos los mataría. Total. Julián la sacaría de la cárcel sin problema.
Bajó corriendo las escaleras, pero no estaba preparada para lo que vio: Afro con una pañoleta en la cabeza cubriendo su cabello, un cubre bocas, las mangas de su camisa remangadas y un delantal que reconoció como de Fler. Ya había barrido, trapeado y limpiado el taller y había hecho otro tanto con la boutique. Lo que estaba aspirando eran algunos residuos de hollín en el techo y en las esquinas. Thes tuvo que tallarse los ojos. En serio ese hombre había hecho todo eso? Hasta los vidrios rotos los había cubierto con grandes plásticos negros para que no se viera hacia dentro.
- Qué crees que estás haciendo? – grito Thes lo suficientemente fuerte como para que Afro la escuchara a pesar del escándalo.
Afro volteó y apagó la aspiradora.
- Disculpa. Te desperté?
Thes sacudió la cabeza. Era en serio?
- Son las tres de la mañana! Da gracias que los vecinos son sordos como una tapia o tendríamos a la policía en la puerta.
- Lo siento. No iba a poder dormir sabiendo que todo esto estaba sucio – contestó Afro
- Dormir?- Thes se rascó la cabeza. Lo último que recordaba era haber caído dormida después de tanto llorar y ni siquiera le paso por la cabeza que el siguiera ahí.
Afro se quito el delantal y la pañoleta.
- Yo creo que ya con esto podrías comenzar a redecorar, no crees?
- Ya en serio. Estás loco?
Afro la tomó de la mano para ayudarle a bajar los últimos dos escalones.
- Si mira, aquí puedes poner los estantes, acá las prendas terminadas, la parte de los accesorios… por acá los maniquíes…
Thes ni siquiera le estaba poniendo atención. Solo lo veía como si de verdad o ella seguía en su cama durmiendo, o este metiche le estaba diciendo lo que debía hacer?
- Creo que no comprendes pero, todo mi dinero estaba aquí invertido. Incluso el de Fler. Solo hasta que me entreguen el dinero del seguro puedo comenzar de nuevo.
- Eso lo entiendo pero a la vez no.
- Explícate.
Afro la jalo hacia el taller. Pudo ver varias bolsas negras de basura que tenían que ser sacadas pero en un rincón, algunas cosas apiladas.
- Mira, todas estas cosas que están aquí – dijo mostrando las cosas frente a ellos – son rescatables. Una capa de pintura o una limpieza y pulida y quedaran como nuevas. Podemos pintar el lugar, acomodar y simplemente poner un letrero que estas en remodelación. Las clientas entenderán.
Thes miró las cosas. Había varios maniquíes, la caja registradora, vidrios de los estantes y otras cosas que no habían sido tocados por el fuego y solo estaban sucios. A pesar de eso, no era suficiente el look de la tienda sin mercancía que vender.
- De qué sirve todo eso que dices si todas las prendas, telas y maquinaria fueron consumidos por el fuego? – reclamó Thes - Es imposible.
Afro suspiró. DM tenía razón. Cuando un escorpio se ponía necio era difícil sacarlo.
- Bueno… A ver. Ya pudiste hacer de cero este lugar, verdad?
- Pues… si. Pero tenía dinero para comprar las maquinas y las telas. – respondió Thes
- Bueno si quieres yo puedo…
- Ni se te ocurra siquiera mencionar que tú me vas a prestar dinero - se apresuró a decir Thes algo sonrojada. No quería deberle nada a ninguno de los amigos de Kanon.
Afro cambio rápidamente de estrategia.
- No iba a decir eso – contestó – Iba a decir que puedo pedirle un adelanto a Pandora del dinero que pagara para su vestido y la del monigote que ira de su acompañante y con eso puedes comenzar a comprar las telas y lo que necesites.
Thes lo pensó un poco. Eso sonaba más plausible. Además, Fler regresaría pronto y ver la boutique en ese estado podría hacerle daño al bebe. Ella no quería ser la causante de un problema a su amiga.
- Yo…. Tengo crédito con el proveedor de telas que por cierto me entregara algunas que pedí esta semana … - dijo mas para sí misma – Podría usar ese dinero para dar el enganche de otro equipo e instrumentos y los vidrios para comenzar a pintar y… algunos patrones están en mi locker de la escuela y Fler escaneó la mayoría de mis diseños…
Afro sonrió. Ya la estaba animando.
- Supongo que también nos pueden prestar las mesas y las maquinas en la escuela si vamos después de clases.
- Nos?
- Quiero supervisar tanto el diseño como la confección de este par de trajes en particular – dijo – Son extremadamente importantes y además se lo prometí a Pandora.
A Thes apenas le cayó el veinte.
- Pandora Einstein?
- Si
- Ella aceptó que yo le hiciera un vestido?
- Aja. Es para su cumpleaños. Todo el Jet set estará presente y seria buena publicidad para ti. – insistió – No crees que sería una patada en los tanates de quien te hizo esto que tu salgas a delante a pesar de que han querido que desistieras?
Thes se quedó callada. Si lo que querían era que corriera con su hermano para pedirle ayuda, se habían equivocado. Afro tenía razón. Sería una buena forma de restregárselos en la cara.
- Estas seguro que quieres ayudarme con esto? No soy muy buena compañera. Prefiero trabajar sola.
Afro se encogió de hombros.
- No puedes ser peor que trabajar con un borracho, un bipolar, un bueno para nada…
- Ok ok ya entendí. – respondió Thes – Puedes quedarte en la habitación de Gigi mientras llega… Pero ya que es tu idea, me ayudaras a pintar el local también.
- Pero… eso ensucia mucho!
Thes hizo una sonrisa sádica. Precisamente por eso lo había pedido.
- No hay dinero para pintores, recuerdas? Pintaremos en la mañana, por la tarde voy a la escuela y me alcanzas allá para lo de tu encargo. Tienes algo en mente o me dejaras que lo diseñe yo?
- Tu lo diseñas, yo los apruebo y ambos los confeccionamos. Tómalo como si fuera un aprendiz.
- Está bien. Acepto – Dijo Thes extendiéndole la mano que para sorpresa de esta no solo se la tomó sino se la beso.
- Entonces Jefa… creo que es hora de que vaya a dormir porque mañana será un largo día.
Thes se ruborizó y no contestó. Solo quito su mano y se echo a correr escaleras arriba azotando la puerta de su recamara.
Afro suspiró. Debía recordar con quien estaba tratando e ir poco a poco para… uhhh momento. Para qué? Solo la quería para hacer el vestido de Pandora, verdad?...
Agosto 28, 2pm
Ocean Bank
Miami, Florida
Saga y Laura entraron a la sucursal Ocean Bank donde Saga pidió hablar con el Gerente de la sucursal como Monique le sugirió. No podía ocultar que estaba entre preocupado y ansioso pues el solo hecho de que Monique lo hubiera identificado como Arles, le había recordado todas las estupideces que había hecho en el pasado. Y si el mismo descubría que había hecho cosas que podía hacer que Laura se desencantara y lo dejara? Pronto Los hicieron pasar a una salita privada que fungía como antesala a la oficina del gerente y les pidieron que esperaran sentados, cosa que Saga hizo mientras tomaba de la mano a Laura.
Laura miraba las fotografías náuticas de la pared con interés mientras Saga tamborileaba nervioso una pierna.
- a mí me gustaba cuando pequeña venir a los bancos – dijo Laura para romper el silencio
- No conozco a nadie que no le guste - sonríe Saga - Pero porque razón particular te gustaba a ti?
Laura sonrió mientras se encogía de hombros
- Porque me daban chupetas en forma de corazón o de casita sabor a fresa, y además me llevaba los cheques a mi casa para jugar al banco jijij
- Cheques? Querrás decir Boucher? – Laura asintió – Vaya que estabas loquita desde niña
Laura solo se rió de la expresión de saga
- Las chupetas eran muy ricas. yo qué culpa tengo?
- Recuérdame llevarte al dentista cuando regresemos a Grecia. – dijo Saga
- si claro, yo te recuerdo – contestó Laura con una voz que claramente indicaba que ni loca le recordaría.
- Y hablando de temas escabrosos... tú y yo tenemos un tema pendiente de platicar.
- Cual?
Saga la miró como queriendo saber cómo abordar el tema.
- Te acuerdas que el HDP de mi hermano nos dejó abandonados en los everglades?
- Si
- Y recuerdas que me tarde un poquito hablando con él mientras jugabas a que el caimán te comía?
Laura asintió con la cabeza.
- Pues... mmm... es que... promete que no te vas a poner toda histérica – dijo Saga sonriendo
- amor dilo de una vez. Me pones nerviosa cuando le das vueltas a las cosas
- bueno... es que... creo que tenemos que ir a ver a tu tío… a Colombia
Laura sintió como si le echaran un balde de agua helada en el cuerpo, pero se queda sorprendentemente tranquila.
- Porque?
- Kanon dijo que Misa dijo que él tenía el collar que necesitas para comprender no sé qué cosa y que... por cierto, te robaron tu departamento también.
Laura sacudió la cabeza tratando de comprender.
- Espera… quien robo mi apartamento?
- Artemisa y compañía.
Laura bajo la cabeza y frunció el ceño. De algún modo, no le dolía que ella estuviera usándolo. Después de todo, ella ya vivía con Saga y no tenía prácticamente buenos recuerdos ahí.
- Está bien. Déjala. No voy a peleárselo. Pero lo del collar… no entiendo porque es tan importante.
Saga se puso a pensarlo un momento.
- Yo se que crees que no te presté importancia cuando me contaste tu historia con Anfitrite, pero a veces es mejor dejar enfriar mi cabeza antes de que comience a pensar y pensar y volverme loco. – Aclaro Saga – Si acabamos en el templo de Poseidón no fue ni por Kanon ni por casualidad sino porque tu nos llevaste.
- Por lo que me dijeron allá abajo puede ser pero… y entonces Artemisa?
- Esa es la interrogante que aun no puedo descubrir, pero yo espero que ese bendito collar nos resuelva esas interrogantes para ya dejarlo atrás.
Saga la abrazó y Laura recargó su cabeza en su hombro
- Amor … cuando… entre ver a Hernando… tu entraras conmigo?
- uhhh... no creo que sea una buena idea… pero si tu deseas que este ahí, sabes que lo haré.
- Gracias.
Un hombre alto, bien vestido en un traje blanco de manta entró con la mano extendida.
- Sr. Arles?
- Uhhh… Si
- Soy Mr. Harris, el Gerente de esta sucursal. Disculpe por hacerlo esperar pero no suelo atender a estas horas.- dijo – Mi esposa me obliga a ir al gimnasio de mi hija y hacer toda clase de tonterías y bueno… síganme por favor.
Saga tomó de la mano a Laura para que lo acompañara. Los tres entraron a la oficina, donde Saga le abrió el asiento a Laura y se sentaron frente al Gerente:
- Me dicen que es usted cliente de nuestro banco y viene recomendado por la señora Vanderbilt.
- Efectivamente fui cliente hace ya varios años pero la cuenta se mantuvo abierta. La señora Monique Vanderbilt me dijo que me pusiera en contacto con cualquier sucursal para cerrarla porque iban a tener algún tipo de "movimiento" que lo requería. – dijo Saga muy firme.- Y esta fue la primera que se cruzó en mi camino.
- Cof cof, sobre lo de… la fusión, esos solo son rumores, pero desde luego, estoy para servirle. – Sacó un lector de huellas digitales junto a su computadora. - Ponga su huella aquí.
Nervioso por lo que pudiera encontrar ahí, Saga hizo lo que le pedían. El Sr. Harris estuvo checando el historial bancario antes de exclamar.
- Vaya que es una cuenta vieja. - dijo - El último movimiento fue hace poco más de 5 años con varios depósitos en efectivo que convenientemente entraron en vigor antes de la ley anti lavado del estado de Florida, así que no hay problema en que cierre la cuenta si eso es lo que usted quiere...
Saga intentó estirar el cuello para ver algo en la pantalla pero no lo logró.
- Parece que tiene una buena cantidad aquí señor. – continuó el gerente - Y también hay una caja de seguridad, solo que no en esta sucursal sino en la de Fort Lauderdale. Puedo enviar un mensaje a mi colega de esa sucursal con las instrucciones de que lo atiendan como se merece y… como desea sus 6 millones de Euros señor?
Saga no supo si había escuchado bien.
- yo... me da un momento para hablar con mi esposa?
- Desde luego, iré a ver si mi secretaria ya tiene lista el trabajo que le deje por la mañana. – dijo el gerente mientras dejaba la habitación.
Saga se acercó a Laura y la tomó de ambas manos.
- amor que pasa? – dijo preocupada. Ella hubiera creído que al saber esa cantidad, el estaría brincando de felicidad.
- No puedo tomar ese dinero. No debo. – dijo Saga en un susurro
- porque?
- Si bueno es que... es una parte de la historia que no te he dicho… - dijo Saga visiblemente avergonzado
- Si quieres me la puedes contar y así tal vez puedo entender – respondió Laura comprensiva
- tu... de qué crees que se sostenía el santuario antes de que la fundación Gaude entrara en funciones hace 18 años?
- no tengo ni idea…
- Pues a nada bueno obviamente. –confeso Saga - Si bien el fin justifica los medios que era darles de comer a todos (y mantener a mis… "doncellas"), pues... mandaba a los chicos a hacer cosas que no debían en "nombre de Athena"... y nos pagaban por ello. Ese dinero era depositado en esta cuenta y por tanto está manchado de sangre y aunque yo quisiera tenerlo para darte muchos lujos... no creo que deba tomarlo.
Laura tomo las mejillas de Saga para mirarlo con amor.
- Saga te lo dije antes, y te lo repito: yo no necesito lujos. Estar contigo y que me ames es lo único que necesito. Si no crees que debas tomarlo por mi está bien. Si te vas a sentir incomodo es mejor que lo dejes perder y listo.
Saga le sonrió:
- Gracias Dulzura pero también tengo 3 deudas enormes que pagar... y dos de esas son bastante peligrosas si no las pago – dio
- Cuales deudas?
- Pues… viéndolo en perspectiva… las tres tienen que ver con Kanon. – reflexionó Saga mientras besaba las palmas de sus manos - La única ventaja de tener en este momento cerca a la escuincla del demonio es que lo ha distraído lo suficiente como para que no comience a joder para que se las pague pero en cuanto se regresen...
- Sí, pero tú eres un terco que te niegas a que yo te ayude a pagarlas. – reclamó Laura - tienes dos opciones: o lo dejas perder o lo usas. Si lo usas seguirá manchado de sangre pero tal vez puedas limpiar tu conciencia haciendo cosas buenas con él.
Saga bajo su cara avergonzado.
- Odio recordar este tipo de cosas de mi pasado
- Malo o bien el pasado está ahí, y no podemos hacer nada para cambiarlo. – dijo Laura
- que tal esto: pago dos de esas deudas que son para lo que me alcanza y... si me sobra se los pongo en un fideicomiso a los 11 doraditos por si lo necesitan en un futuro.
Laura lo miro extrañada.
- 11 doraditos? Se fueron a tostar a la playa o de que estás hablando?
- De los suceee…. Hijos de los caballeros dorados. – respondió Saga – Ya vez que Shura y Milo ya están esperando. Crees que eso... cuente como una buena obra?
- Sea cual sea la decisión que tomes yo te apoyare y estaré contigo, aunque eso que dices me parece buena idea. Pero ten presente que cojas o no ese dinero no va cambiar el hombre que eres ahora, el dinero va y viene aunque sea un mal necesario.
- A veces quisiera creerte.
- No importa yo creo por los dos
Saga se le quedó viendo un momento antes de darle un beso muy profundo que dejo a Laura viendo estrellitas..
- Gracias
El Sr. Harris los interrumpió al entrar de nuevo a la oficina.
- Y bien... ya decidió?
Saga se sentó y miró las fotografías detrás del gerente. Había una que llamaba la atención por ser un enorme yate blanco con el gerente vestido de marino arriba de el.
- Supongo que es una pregunta idiota aquí en Miami pero... le gusta navegar?
- De hecho no. Fue un regalo de mi suegro y solo lo utilizo para cuando me quiero escapar de mi esposa para tomar una cerveza sin que me esté molestando - dijo el gerente viendo la fotografía a la que hacía alusión Saga - Solo me causa gastos. Por qué?
Saga tomó de la mano a Laura y le sonrió y ella asintió con la cabeza.
- Me lo vende?
Agosto 28, 9pm
Segunda casa dorada
Santuario de Athena
Niv y su padre, estaban solos terminando de tomar un café después de la cena. Aldebarán aun no llegaba del trabajo y aprovecharon para seguir platicando. Carlo llevaba los trastes sucios mientras Niv los lavaba.
- Debo decirte hija que me tiene muy sorprendido esta nueva habilidad tuya
- No es nueva padre. Pero no quiero discutir contigo. – contestó Niv siguiendo en lo suyo
- Como es eso? Vamos Niv. Sabes bien que todo lo que te sucede me importa mucho – suplicó Carlo.
Niv azotó los platos en el lavabo.
- Te lo dije a los 10 y lo único que hiciste fue mandarme con el sicólogo!
- Niv… jurabas y perjurabas que eras una aprendiz de Jedi.
- Y como esperabas que te explicara algo que no entendía? Mas bien, que aun no entiendo?
Carlo se quedo callado. El apenas y recordaba el incidente. Recordaba que tanto niños como maestros estaban tan asustados cuando el llego al colegio de su hija siendo apenas una niña que la directora, supersticiosa como había sido la mujer de color, había encerrado a Niv en la oficina de la dirección, encontrando a su hija con su enorme trenza negra, visiblemente cortada toscamente por sus compañeros, en sus manos mientras la veía tratando de comprender que era lo que había hecho mal.
- Yo solo quería compartir los mangos papa… - había dicho Niv señalando una hilera al final del campo de juegos.
Carlo se había apresurado a llevársela cargando y mientras pasaron por los arboles que ella le había señalado, se dio cuenta que no había manera de que Niv hubiera trepado por la fruta y no había mangos tirados.
- Niv, que árbol dijiste que trepaste?
- No papa. Use la fuerza! Como en las películas que te gustan! – señaló Niv emocionada.
- Niv, eso es ciencia ficción. – había respondido Carlo – No es verdad.
- Pero… yo podría ser un aprendiz de Jedi! – insistió la niña
- Basta Niv. Tendré que llevarte al médico – dijo Carlo – tal vez el hecho de haberte mimado tanto te haya afectado.
Niv entonces había pasado por un interminable desfile de sicólogos, pedagogos infantiles, siquiatras y al ver que ellos la tachaban de tener excesiva imaginación, y que su padre la había sacado del colegio para ponerle tutores, la había hecho retraer y olvidar esa poquita habilidad que había demostrado a su edad cerrándose no solo a no tener amigos sino a ser la hija perfecta para que su padre no volviera a sentirse avergonzado de ella.
Carlo volvió a mirar a su hija quien estaba conteniéndose para no llorar. Hasta ahora, siempre la había visto fuerte, tanto intelectual como físicamente. Se había convertido en su mano derecha en el club y la había visto desarrollarse en el futbol y en su carrera tan bien como si hubiera tenido un hijo varón. Tal vez la falta de su madre le estaba pasando factura apenas, cuando se había quedado sola.
- Niv, perdóname por no creerte en su momento. – dijo abrazándola – Debes comprender que ser un padre soltero nunca fue muy fácil para mí. No quiero que me odies.
- Nunca podría odiarte papa – respondió Niv – Supongo que yo no fui una niña muy fácil que digamos.
- Bueno… pero aun así no te cambiaría por nada. – había contestado Carlo soltándola – Es por eso que quiero insistirte en que vayas a ver al especialista.
- Y dale con lo mismo.
- Niv… acaso no quieres ver lo apuesto que se ve Alde con ese uniforme brillante?
Como resortito, Niv volteó hacia él y Carlo lo notó por lo que siguió picando a su hija.
- Además esas dos chicas que vinieron ayer con la señora bonita, están de muy buen ver… yo digo que si hay mas chicas así por aquí serian una gran tentación.
- Alde me quiere a mí. – dijo Niv algo dudosa
Ella había sentido la energía de Europa emanando hacia Alde y había escuchado sus suspiros. Eso era algo que Niv no esperaba tener tan cerca.
- Claro que si Hija, pero acaso no es más fácil combatir al enemigo cuando se sabe contra que se está luchando? Además, solo quiero que vayas para ver cómo has ido evolucionando. No por ninguna otra cosa.
Niv agachó la cabeza mientras pensaba. Traía puesto unos capris y una blusa de botones que le llegaban a la rodilla, pero no era lo mejor que tenía en su guardarropa. Había hecho todo lo posible por seguir los consejos de Samira, pero con Zita cada vez mas espaciando sus visitas debido al embarazo y Samira fuera del santuario, no había muchas a quien pedirle ayuda.
- Y… otra cosa Niv… - dijo Carlo recordando la conversación de Alde con Hera la noche anterior.
- Dime papa
- Sé que te consta que soy un padre moderno y por eso te deje venir con Alde a vivir con él pero…
- Pero qué?
- Bueno… Yo creo que a tu mama le hubiera encantado verte casada.
A Niv se le subieron los colores al rostro. Qué más quisiera ella ser la señora de Taurus, pero Alde nunca había tocado el tema. Seria acaso que él no consideraba esa posibilidad ahora que ellos ya hacían una vida marital?
- Si bueno es que…
- Y yo quisiera poder regresar a Brasil, habiéndote entregado ya Niv!
- Papá!
- Yo solo digo. – dijo Carlo muy serio – Que tal que la próxima vez que tenga un "accidente" en las escaleras no la cuento, eh? Yo quiero ver por lo menos a uno de mis nietos nacer.
- Qué cosas dices? Tú no te vas a morir pronto. Te lo prohíbo! – dijo asustada.
- Niv. Ni tu ni yo ni nadie sabemos cuándo es la hora de nuestra muerte. Siempre te lo he dicho. En verdad, quisiera que quedaras protegida en caso de que algo pasara y no hablo económicamente, pues mi testamento esta hecho desde que naciste.
- Pero papa…
- Ya sé que tu no tendrías el valor de hablar con él, pero yo sí.
- No lo hagas Pa… eso sería… vergonzoso!
- Bueno pues si el…
Ambos se quedaron callados al escuchar los acordes de una melodía viniendo del corredor. Conforme avanzaba la música los dos corrieron a asomarse:
Esta novia mía,
será mi tormento
de noche y de día,
no se lo que siento;
cara tan bonita, cara tan bonita
será mi tormento...
Novia mía, novia mía,
cascabel de plata y oro,
tienes que ser mi mujer;
novia mía, novia mía
con tu cara de azucenas
mucho, mucho te voy a querer...
Por llevarte hasta el altar,
cantare con alegría,
que sin ti no quiero a nadie,
no quiero a nadie,
novia mía...
Carlo pudo ver a Alde detrás de la puerta visiblemente nervioso con un enorme ramo de flores mientras Milo sostenía las bocinas, Aioria el iphone conectado a las bocinas y Camus cantando.
Novia mía, novia mía,
cascabel de plata y oro,
tienes que ser mi mujer;
novia mía, novia mía
con tu cara de azucenas
mucho, mucho te voy a querer...
Por llevarte hasta el altar,
cantare con alegría,
que sin ti no quiero a nadie,
no quiero a nadie,
novia mía,
novia, novia mía...
Apenas se escuchaban los últimos acordes de la canción, cuando Niv salió corriendo a aventársele a los brazos de Alde.
- Niv…
- Si?
- Te casas conmigo…?
- Claro que sí! Cuando?
- Lo antes posible.
- Hoy?
- Uhhh mañana?
- Al menos dame una semana para comprarme un vestido muy bonito para ti!
- Pero… a mi me gustas así.
- Dame gusto.
- Bueno.
Todos los presentes rolaron los ojos algo fastidiados con tanta dulzura. Carlo estaba derramando algunas lagrimas de felicidad y aun mas grandes cuando Niv volteó feliz a verlo y le dijo:
- Haz la cita con el especialista papa.
Agosto 29, 10 am
Mirador Gran Cañón
Arizona, USA
Kanon mantenía abrazada a Tania mientras esperaban su turno en los binoculares panorámicos con los que podrían admirar aun más el gran canon. Estaban colocados en el nuevo mirador de cristal. El celular prepagado que Kanon había comprado antes de tomar el avión de Miami a Phoenix estaba soñando con el timbre en el que le avisaba que tenía un mensaje de texto.
- Te dije que los 100 dólares a la chica funcionarían – dijo a Tania quien puso una expresión de preocupación – Fue buena idea viajar directo al examen para tener todos estos días libres.
- Y yo te dije que me buscarían. Tal vez tenga que regresar antes después de todo– dijo
Kanon la abrazó más fuerte.
- Por qué? No es como que tuvieras quince y te hubiera robado. Además no mentiste. Fuiste e hiciste los exámenes.
- Si pero eso fue hace varios días.
- Y los que te faltan – dijo Kanon sin soltarla – Iremos a California y ya después te regreso sana y salva con el fastidioso de tu hermano.
- No le digas así. – lo defendió Tania – Es un poco atrabancado a veces pero… es bueno. En serio.
- Si, como una purga en verano. – respondió Kanon besándola para que olvidara el tema.
A Tania se le olvido por un momento lo que estaba pensando como siempre que Kanon la besaba pero había una cosa que le trasladaba en la cabeza y no pudo evitar preguntar una vez que la fila comenzó a avanzar.
- Kanon… porque dijiste a Vlad que… que yo era tu… novia?
Kanon no contesto de inmediato, por lo que Tania siguió con su interrogatorio.
- Tu dijiste que no nos pondríamos etiquetas y… Vlad se altero mucho. Creo que él sabe que… tu tuviste algo que ver con su encierro.
La fila volvió a avanzar pero Tania esperaba su respuesta.
- Yo… no lo sé. – dijo Kanon esquivando la mirada mientras veía el paisaje – supongo que fue la salida fácil para que no te molestara.
Una punzada de decepción cruzó por el corazón de Tania pero no dejo que eso se reflejara en su rostro.
- Ah menos mal! Ya me habías asustado – contestó avanzando hasta el telescopio y tomando el turno.
Kanon notó el sutil cambio en el semblante de Tania, pero solo se mordió su labio y agito su cabeza para sacudir sus pensamientos. No iba a cometer el mismo error de su hermano con Laura pues lo haría ver igual de débil.
Tania miro hacia la inmensidad del gran camión. Sus colores rojizos y la perfección en la misma falla que constituía el camión, le daba una magia especial al lugar. Debajo de ellos, el Rio Colorado, corría con la fuerza de mil años ya que era época de monzones. Estaba a punto de pasarle el lugar a Kanon cuando al ver hacia abajo, una familia acampaba cerca de la orilla del rio en lo que parecía ser uno de esos tipis de nativo americanos que de repente comenzaron a correr hacia una roca a varios metros arriba de sus cabezas. Tania pudo claramente ver como la que parecía ser la madre, por la figura más que nada, se agarraba la cabeza desesperada y comenzaba a gritar pidiendo auxilio. El problema radicó en que el camión no hacía eco, y no se escuchaba nada.
- Kanon! Hay que pedir ayuda para esa pobre gente. Algo paso! - le dijo mientras le señalaba el lugar del incidente.
Kanon rápidamente se puso en alerta y puso atención a donde señalaba Tania. Con los catalejos pudo ver que varias personas se inclinaban sobre una roca y obviamente la señal allá para celular o radio era imposible debido a las condiciones del terreno.
- Quédate aquí. Iré a ver en que puedo ayudar. – dijo Kanon
- No! Yo voy contigo. – dijo Tania
- Puede ser muy peligroso. – insistió Kanon
- Entonces estamos de acuerdo. – dijo Tania sosteniendo la mano de Kanon con firmeza.
Kanon no se detuvo a seguir discutiendo y sin más, corrió hacia la orilla del camión donde pidió a Tania que se agarrara con fuerza mientras la abrazaba y se dejaba caer por los casi 800 metros que separaban el mirador de la base del camión.
Tania no dejo de mirar a Kanon. Ni siquiera veía hacia abajo. Acaso estaban locos? Acababan de saltar de forma suicida por el camión sin pensarlo! Pudo sentir que Kanon había colocado los pies en tierra y de algún modo le parecía tan natural que él pudiera hacer eso… después de todo… era Kanon.
El la bajo de sus brazos y comenzó a correr hacia donde estaba la familia empinada en lo que parecía un hueco entre las rocas, desde donde se escuchaba el llanto de un niño pequeño.
- Podemos ayudarlos? – Preguntó Kanon a una pareja con dos jóvenes varones bastante fornidos que trataban desesperadamente de llegar hasta el niño.
- Mi hijo ha caído en una hendidura y no podemos sacarlos – dijo la señora hecha un mar de llanto.
- Tranquila mujer. Tal vez el señor Masauwu ha decidido llevárselo. – respondió el que parecía ser el jefe de la familia.
Kanon y Tania se asomaron por la grieta y vieron al niño de uno años llorando desconsoladamente unos 3 metros más abajo, sobándose un brazo pero con una de sus piernitas definitivamente en una posición que daba a entender que estaba rota. Desafortunadamente la grieta era apenas lo suficientemente ancha para que el niño pasara.
- No podemos romper la roca porque eso comprometería la integridad física del niño – dijo Kanon – Y no puedo bajar por ahí. No quepo.
- Sabes primeros auxilios? – pregunto Tania quitándose la mochila que traía al hombro.
- Obvio que no. – dijo Kanon viendo como Tania se quitaba la sudadera que traía a la cadera y la hacía trizas.
- Que carajos crees que estás haciendo? – preguntó Kanon
- Voy por él.
- No no vas.
- Hasta donde sé, no eres mi dueño y además soy la única que cabe por aquí. – dijo Tania quitándose cualquier exceso de ropa para sorpresa de todos los presentes. – que busquen algunas ramas o algo con que entablillarlo y mientras ayúdame fajándome el pecho.
Kanon se quitó su playera e hizo unas tiras mucho más anchas. No estaba entendiendo ni la mitad de lo que Tania le decía, y no porque fuera un idiota, sino porque no podía creer que Tania tuviera los suficientes ovarios como para organizar y realizar el rescate casi sola.
Tania le dio a los jóvenes las tiras de ropa para que hicieran una cuerda trenzada con las tiras lo suficientemente fuerte como para sostenerla a ella o al niño y a los padres les ordenó improvisar alguna camilla, lo que hicieron fácilmente con los materiales que tenían para acampar.
Kanon en silencio apretaba lo mas que podía el pecho de Tania para que no se estorbara al pasar por la grieta mientras ella rezaba porque todo eso funcionara.
Casi un cuarto de hora más tarde, y enredada en la improvisada cuerda, Tania comenzó a bajar por los tres metros que la separaban del niño.
- Estas bien? – preguntó Kanon mientras sostenía la cuerda.
- Si. Esto esta húmedo. Y se escucha el rio correr… de hecho… como que es un brazo que esta semi húmedo – contestó Tania
- Baja con mucho cuidado.
- Bájame mas rápido. Estaré bien!
Kanon la obedeció y en pocos minutos Tania llegaba junto al niño, comprobaba que su pierna estaba rota, le daba un chocolate al niño para que se tranquilizara y lo inmovilizara en la camilla improvisada.
- Kanon! Esta listo para que lo suban!
Kanon comenzó a subir la cuerda pero llego al punto que el niño no podría atravesar la grieta por los materiales con los que fue hecha la camilla.
- Debe estar lloviendo cerca de aquí, pues el cauce del rio está subiendo – dijo uno de los jóvenes.
- Rescatemos las cosas antes de quedarnos sin nada – dijo el otro haciendo que su hermano lo siguiera y solo se quedaran la pareja y Kanon.
- Sujete esto – dijo Kanon al padre
Este lo obedeció y Kanon se hincó.
- Cierra tus ojitos por favor para que no te caiga tierra – le dijo al niño.
- Kanon… está entrando agua… - grito Tania.
- Tranquila. Deja soluciono primero esto – dijo Kanon quien concentrándose, daba pequeños golpecitos a la grieta como si lo estuviera taladrando.
Tania no podía saber lo que estaba haciendo pues estaba más preocupada por averiguar de dónde entraba esa agua que ya estaba llegando a sus tobillos. Tal vez había otra grieta.
Kanon siguió en lo suyo intentando al menos tres veces que el niño pasara sin conseguirlo. Tania no quiso preocuparlo pero el agua le estaba llegando a las rodillas.
Un golpe más y la camilla pudo pasar sin problemas para beneplácito de toda la familia.
- Gracias! Gracias! Son ustedes los Kachinas enviados a socorrernos – dijo la madre abrazando a Kanon mientras este desataba rápidamente la camilla para poder lanzar la cuerda improvisada a Tania.
- Kachinas? Qué es eso?
Un ruido seco se escuchó desde ahí y los tres voltearon hacia la grieta donde vieron una gran cuarteadura que se hacía en la roca y un estruendo seguido del sonido del agua corriendo. Kanon corrió para sacar a Tania de ahí pero era demasiado tarde. La corriente del rio que había entrado de golpe en esa grieta, se había llevado a Tania.
Agosto 29, 18 pm
Reservación Indoamericana
Arizona, USA
Tania abrió los ojos al sentirse amarrada como tamalito sin poder moverse. Apenas y podía ver de lo obscuro que estaba y era obvio que ya no estaba dentro de la cueva pues alcanzaba a ver las estrellas. Intento moverse y no pudo. Lo único que sabía era que estaba cerca de una fogata, calientita. Tanto, que sentía las mejillas ardiendo. Veía la sombra de alguien pasar junto a ella varias veces y cuando él se dio cuenta que estaba despierta, se dirigió hacia ella por lo que Tania logro ver que definitivamente era un anciano de alguna tribu nativo americana. Era bajo de estatura, una camisa de piel de ciervo y mocasines del mismo material junto con unos jeans ya descoloridos. Su pelo era largo y blanco, y sobresalía en un extraño ángulo bajo un viejo sombrero de fieltro cuya ala, antaño rígida, casi le caía sobre la cara. Una pluma gris y blanca colgaba del sombrero.
- Tranquila. Está a salvo.
Tania asintió haciendo que le doliera la cabeza. La voz del hombre la tranquilizaba.
- Dónde estoy? Donde está Kanon? – preguntó intentando mover manos y piernas pero le fue imposible.
- Estas en la reserva Havasupai – dijo el hombre – Taiowa te trajo hasta aquí. Descansa.
Tania comenzó a retorcerse. Que descansar ni que nada. Tenía que encontrar a Kanon para ver que había pasado con el niño. Lo habrían rescatado? Lo último que recordaba había sido entrar a una especie de cueva donde debió perder el sentido de algún modo.
- Suélteme. Necesito regresar. – insistió
- A donde?
- Con Kanon.
- Y eso donde es?
- Pues… cerca del Mirador de cristal del Gran canon – contestó Tania.
- Ahí muchacha… El padre viento me ha dicho que en realidad, no tienes a donde regresar pues la persona que buscas, no está ahí.
Tania lo miró confundida. De qué rayos hablaba ese anciano. De verdad Kanon se había ido sin ella?
- Veo confusión en tus ojos. Si prometes quedarte quieta, te mostrare algo muy interesante que desde luego será de tu completo interés.
Tania cerró los ojos. No tenia elección. No podía regresar si ya era de noche pues ni siquiera sabía dónde estaba. Asintió y el anciano pareció complacido. Caminó lejos de Tania hacia una bolsa del otro lado de la fogata de donde sacó un pedazo plano de yeso como el que usaría un niño para dibujar en el piso. Con la palma de la mano derecha, empezó a hacer presión sobre el yeso con un movimiento constante y circular. Mientras Tania miraba, aplastó el pedazo de yeso hasta reducirlo a un fino polvo sólo con la presión de sus manos. Cuando acabó, con sólo un montoncito de yeso pulverizado en la mano, Tania se dio cuenta de que la estaba observando. Ella había estado concentrada en sus manos y en la transformación del yeso en polvo, pero él había estado concentrado en ella. Sus ojos brillaban, y la sorpresa de Tania al ver que la observaba se desvaneció. El Hombre después se dio la vuelta, se arrodilló y empezó a rociar el yeso sobre la arena formando una línea alrededor de ellos. El puso sus manos sobre las mejillas de Tania. Su tacto era frío ahora que Tania estaba calientita entre las pieles, pero en sus ojos ardía una alegre llama. Tania supo sin necesidad de verlo que la huella de las manos de Pluma Negra lucía blanca y perfecta sobre su sucio rostro. Le quitó las ataduras de las pieles pero no dejo que ella saliera de ellas por completo. Hizo que ella se sentara, y después se sentó también. Tania no estaba segura de poder hablar aunque lo intentase, así que se quedó sentada y atenta. El anciano lanzó unas ramas verdes hacia la fogata. El humo se hizo más espeso, y pronto Tania no pudo ver imágenes como si prácticamente viera una pantalla de televisión.
Una linda chica muy parecida a ella estaba tomada del brazo de un chico casi idéntico a su hermano, solo que ambos vestían ropas muy abrigadoras. Un tercer chico, de largos cabellos como los de Kanon pero de un color que parecía verde, se situó poco a poco entre los dos. Iban para todos lados los tres hasta que el joven del cabello plateado comenzó a alejarse y solo quedaron la chica y el del cabello verde. Tania entrecerró los ojos para poder ver mejor. La mirada del chico era fría y calculadora pero cuando la veía a ella, cambiaban radicalmente. Después de unos minutos en los que Tania pudo ver claramente que estaban enamorados, el chico de cabello verde se despidió de la chica, quien en la siguiente imagen se notaba que había muerto días después de aliviarse de un varoncito, el cual quedó a resguardo del hermano, quien dejo a resguardo al recién nacido para vengar a su hermana. La visión cambio y ahora era Vlad y Kanon quienes peleaban fieramente… como si la historia estuviera condenada a ser repetida.
- Que es esto? Que me quiere decir? – Preguntó Tania – Quienes eran ellos?
- Parece que los dioses quisieron darte algún indicio de tu pasado y de tu futuro – dijo el anciano – Solo tú puedes encontrarle la solución a ese problema.
Tania frunció el ceño mientras veía como en el humo, Kanon fácilmente hacía daño a su hermano.
- Pasado? Mi madre solo tuvo a mi tía Lucy y mi padre…
- No muchacha esto viene de más atrás. – dijo el anciano – Y tu futuro no está muy lejano.
- Pero… yo no aparezco en esta visión. De qué habla?
El Anciano hizo una señal con su mano y la visión desapareció dejando únicamente el humo regular de la fogata. Una corriente de aire frio paso frente a ellos y Tania comenzó a titiritar. El anciano le dio una taza de barro con una bebida caliente que ella se tomó rápidamente.
- Pase lo que pase, no dejes que tu corazón se congele ante la frialdad de el – le dijo el anciano antes de hacerla que se recostara otra vez – Vendrán tiempos difíciles, pero si logras superar las pruebas, serás inmensamente feliz.
Tania quiso reclamar que necesitaba más información, pero la bebida caliente y las pieles en las que estaba envuelta hicieron que el sueno la reclamara.
Kanon y la familia de Havasupai llegaron a la reservación con el niño en brazos, pues después de aplicarle su healing y ayudarles a acomodar el hueso que no estaba roto sino dislocado, solo habían tenido que regresar a la reservación para poder pedir ayuda para encontrar a Tania, pues Kanon hubiera querido hacerlo él solo, pero sabía que Tania le reclamaría el hecho de abandonarlos a su suerte.
- Vamos con Dos Lunas – dijo el jefe de la familia – Es el Jefe de la tribu y Chaman oficial. No somos muchos sabe? El nos dirá que hacer respecto a su compañera.
Kanon asintió y los siguió. Atravesaron varias chozas de madera hasta salir del otro lado donde Kanon no pudo evitar correr al reconocer algunas hebras platinadas sobresalir de un montón de pieles y relacionarlas de inmediato con Tania. Corrió a arrodillarse y estrechar a una dormida Tania entre sus brazos.
- Tania preciosa… creí que te había perdido! – dijo tocando el cuello de Tania con su nariz – No sabes lo angustiado que estaba. Estaba a punto de romper las montanas de ser necesario con tal de encontrarte. No volveré a dejar que hagas algo tan estúpido como lo que hiciste. Me aterra de solo pensar que pude haberte perdido. Que no entiendes que ahora que mi hermano está casado tu eres lo único que puedo amar libremente?
Tania abrió los ojos lentamente.
- Eres tú?
Kanon la colmó de besos mientras veía la alcancía que tenía en la frente y que habían cubierto de hierbas. Aplicó su healing para hacerla sentir mejor.
- Tardaste… mucho…
- Lo siento. Pero te tengo una buena noticia. Eres una heroína.
- Heroína, cocaína… que mas da jeje… - decía sin poder abrir por completo los ojos como si los parpados le pesaran mucho.
- Tontita.
Tania volvió a caer en un sueno muy profundo y Kanon simplemente la acomodó para que durmiera en sus brazos.
Dos lunas le puso una mano en el hombro.
- Han salvado a uno de nuestros miembros más jóvenes de ser tragados por la madre tierra. Haremos una fiesta en su honor.
- No. – dijo Kanon quitándole un mechón de cabello de la cara a Tania – Me la han devuelto sana y salva y es todo lo que yo quería. Solo déjennos pasar aquí la noche antes de volver a la ciudad.
Dos lunas asintió.
- Tendrán mi cabaña que es la más grande. Ella es una luchadora y sus destinos están unidos. Pero solo si los orgullos de ambos logran entenderse, es que podrán vivir felices por siempre. Recuérdelo.
- Lo hare. – dijo en tono de promesa mientras se levantaba con Tania en brazos.
Dos lunas dio instrucciones para que ellos estuvieran a solas en la cabaña y quedaran a sus ordenes en caso necesario, pero Kanon habría de velar el sueno de Tania agradeciendo a todos los dioses del Olimpo el no haberse llevado a Tania de su lado. Todo esto solo quedaría como un desagradable incidente del cual reirían cuando fueran viejos.
Agosto 29, 8 am
Palacio Valhala
Asgard, Noruega
Fler despertó con el sonido de la puerta abriéndose. Todas las damas de compañía de Hilda traían toda su ropa para colocarla en su respectivo lugar.
- Se me ha levantado el castigo entonces? – pregunto aun adormilada.
- La señora Hilda nos ha pedido que la ayudemos a arreglarse pues la espera para que tome el desayuno con ella
Fler no dijo nada y solo asintió. Ya le diría unas cuantas palabras a su hermana cuando la viera por haberla tenido encerrada tres días de la forma más ignominiosa posible.
Las damas le prepararon el baño, la ayudaron a asearse y a ponerse presentable para bajar. Se sorprendió un poco al ver que su vestido le quedaba perfectamente bien del abdomen a pesar de ya estar en su semana 18. Las damas en ningún momento la juzgaron ni le hicieron preguntas lo que se le hizo raro pero tampoco dijo nada.
Cuando bajo, con ojos rabiosos por encontrarse con su hermana, se vio sorprendida por varios miembros de la corte que la felicitaban de todo corazón, abrazándola, besándole el ruedo del vestido o simplemente haciéndole fiesta. Ella respondía alegremente y hasta el mal humor le bajaron. No sabía bien por qué tanta efusividad hacia ella, hasta que entró en el salón comedor y todos se pusieron de pie para vitorearla.
Confundida y curiosa, se sentó junto a su hermana como siempre, quien la recibió con una sonrisa.
- Fler, hermana. Me alegra que finalmente puedas venir a convivir con nosotros – dijo Hilda
- Si no me hubieras encerrado en mi recamara… - susurro Fler
- Solo quería que descansaras. El camino a Asgard siempre es agotador sobre todo en alguien de tu condición – dijo recibiendo un vaso de leche de una de las cocineras entregándosela a su hermana
- Robándome mi ropa? – volvió a susurrar Fler - que clase de descanso es ese.
Hilda sonrió y batió sus pestanas. Se veía tan hermosa que varios de los presentes suspiraron al verla, pero Fler sabía que después de ese gesto venia una mentira.
- Mi querida Fler, lo único que hice fue mandar a agrandar la cintura de tus vestidos. – Fler se sorprendió. Así que por eso le quedaban bien.
- Gracias, supongo. – contestó – Pero no lo vuelvas a hacer de ese modo.
- Claro que no. Le pediremos a tu amiga ropa nueva para ti. Sera parte de tu ajuar.
Fler dejo el vaso en la mesa cuando sintió que la sangre dejó de circular por su cuerpo.
- A… ajuar?
- Claro queridita. Creí que ya estábamos de acuerdo en eso. Además, el vestido que me hizo tu amiga fue todo un éxito y pronto tendrá muchos pedidos de parte de mis amigas.
Fler paso saliva. Tan rápido había resuelto el problema?
- Estoy más que segura que estarás contenta con los arreglos que hemos hecho para ti, Fler. – dijo en un tono que a Fler le dio miedo - Tu boda se llevara a cabo antes de un mes y ya todo el pueblo de Asgard festeja.
- Que que? Estas…? – respiró hondo - ok ok… Con quien?
- Importa?
- Desde luego! Yo soy la que voy a pasar el resto de mi vida atada a él.!
- Baja la voz. No hagas escándalos aquí. – ordenó Hilda – El señor Odín y toda su familia estuvo de acuerdo en que era lo mejor para todos.
Fler bajo la mirada y cerro los puños en su regazo.
- Todos?
- Bueno… - Dijo Hilda con renuencia – El señor Thor y el señor Loki no estaban muy de acuerdo pero finalmente recapacitaron y dieron su voto a favor.
Fler quería gritar, pero ella le había prometido a sus hermanos que lo haría así que no tenia alternativa.
Hilda sacó un hermoso brazalete blanco con figuras de flores. Se lo puso en la mano izquierda a Fler y sonrió.
- De parte de la diosa Freya para darte buena suerte en tu matrimonio.
La atención de Hilda fue requerida del otro lado y Fler se hundió en su asiento. Tal como lo veía, su pecado de alguna vez haber amado a Camus, iba a pagarlo muy caro… y prácticamente toda la vida. Ya no tenía escapatoria.
Agosto 29, 10 am
Taller de Hefestos.
San Salvador, Bahamas
Hefestos estaba tratando de encontrarle algún defecto técnico a la pieza que acababa Mu de mostrarle, pero a pesar de usar su binóculo, no podía encontrarlo. A pesar de eso, las piezas parecían muertas.
- Muy bien Mu. Parece que Shion se quedaba un poco corto al alabar tus habilidades como artesano. – dijo haciendo que Mu se sonrojara.
- Agradezco sus palabras Maestro – dijo Mu – Pero todo se lo debo a usted.
- Solo tengo una pequeña pregunta, bueno tal vez dos.
Mu asintió dándole permiso para hacerlas.
- Por que las piezas finales siempre las haces con piedras moradas? – dijo a Mu haciendo que este se sorprendiera. No se había dado cuenta de ese detalle. – Y porque siempre vas y las tiras al mar?
- Con todo respeto Maestro – dijo Mu – El precio del curso incluía los materiales, lo que hace que las piezas finales sean mías y… prefiero hacer eso con ellas.
- Y lo del color?
- No sé.
Fes roló los ojos. Mientras Mu no se abriera, eso no iba a funcionar.
- Tomate cinco minutos – dijo Fez – Volveremos a empezar.
Mu se retiró en silencio hacia la playa mientras que Fez iba a su frigo bar por una botella de agua. Su teléfono celular comenzó a sonar.
F Hola?
S Fez! Buenos Días
F Shion! Que milagro. Como estas?
S Muy bien. Como van con ese proyecto?
F Pues… te diré.
S Que sucede? Acaso Mu no está a la altura de tus cursos?
F No. No podría decir eso pero…
S Pero qué?
F Esta tirando una pequeña fortuna en piezas solamente por sus huevos lemurianos. Termina la pieza, la apruebo y va y la tira al mar. Yo la recupero y la escondo pero igual es extraño.
S Mmm…
F Tienes alguna idea de por qué?
S Si. Pero no puedo estar seguro.
F Corazón roto puede ser?
S Lo más probable.
F Tiene sentido. Sera difícil sacarlo de eso no?
S Si, un poco pero no imposible. El es el único que puede hacerse cargo de su propia vida.
F En serio? Lo vas a dejar así? Que paso con el padre amoroso que…
S El padre solo puede dar consejos. Es responsabilidad del hijo tomarlos o no.
F De plano vas a agarrar ese plan?
S Si.
F A ver si no te arrepientes luego.
S Ya veremos. Podrías pasarme a Mu?
F Uhhh? Y… tu telequinesis? se averió.
S No. Solo tengo prohibida usarla en esta casa.
F Jajajaja en serio? Jajajaja
S No te rías. Es más difícil de lo que se escucha.
F No si me rio de que te agarraron de los tanates amigo mío. Esa rubia es peligrosa.
S Bueno me lo pasas o que.
F Ya voy jajaja
…
…
M Hola?
S Buenos días Mu. Como va todo por allá?
M Muy bien Maestro. Estoy aprendiendo mucho. Y ustedes?
S Pues… supongo que bien. Adaptándonos. Te llamo porque Kyoko le pidió a Mayura que le diera mi teléfono y a la vez que yo le diera tu teléfono y…
M Creí que nadie tenía su nuevo número. Porque Mayura tendría su número.
S En serio Mu? En serio eso es lo único que se te ocurre preguntar?
M Se me hizo curioso, es todo
S Ok. Te decía. Kyoko te llamara en cualquier momento. Parece que le prometiste…
M Ya sé. Yo siempre cumplo mi palabra. No tiene por que repetirlo
S Bueno, no sé de que estás hablando pero bueno. Solo era para avisarte que te llamara hoy mismo.
M Gracias Maestro. Creo que ya lo está haciendo pues mi celular esta vibrando.
S Suerte Mu. Si necesitas algo, avísame.
M Gracias de nuevo.
Mu le entregó el teléfono a Hefestos quien le hizo una señal que contestara su celular afuera. Mu salió hacia la playa.
M Hola?
K Mu?
M Hola Kyoko. Como van las cosas por allá?
K En el santuario? Es un caos. Pero ni que debo decirte si ya debes de saberlo.
M Puedo imaginarlo. Pero tu como estas?
K Sigo preocupada por mi hermana. Nadie sabe nada de ella desde que dejo la escuela y me preguntaba si… si tu…
M Si puedo ayudarte a encontrarla?
K Por favor.
M Desde luego. Tienes su foto?
K Te la envié. Es la ultima que tengo de ella.
M Tan pronto termine el curso, me pondré a buscarla.
K Gracias Mu. Lamento lo de la última vez. Sabes que no espero que…
M Pero yo si estoy dispuesto a cumplirlo.
K Qué?
M Porque no? Sé que te gusto por las situaciones que se dieron y, no me eres del todo indiferente.
K Si pero tú ya tenias a alguien…
M No. Estoy tan soltero como alguien puede estarlo. Cuando regrese a Grecia hablaremos de eso
K Está bien. Solo encuentra a mi hermana si?
M Te lo prometo.
Kyoko interrumpió la conexión seguramente porque estaba dentro del santuario y no quería ser descubierta.
Mu revisó su celular y efectivamente tenia la imagen de una chica pelirroja que hubiera reconocido en cualquier lugar y una sonrisa algo vengativa apareció en su rostro. Shaka no quería nada con él? Le daría nuevos motivos para que lo odiara y con buena razón.
Agosto 29, 7am
Cafetería
Atenas, Grecia.
Eris observaba a Artemisa caminar de un lado a otro en su recamara mientras se veía coquetamente al espejo. Parecía extrañamente feliz. La había visto salir desde muy temprano por las mañanas y regresar a las cinco toda cansada, con las piernas hinchadas pero muy tranquila y lista para alimentarse con lo que Eris le tenía preparado. Eris estaba algo preocupada. Parecía estar extrañamente a gusto entre los humanos y aunque ahora que estaba a solas con ella volvía a ser la misma arrogante y altanera de siempre, cuando estaba sola parecía preferir a los humanos y no a sus pares divinos.
- De nuevo al centro comercial hermanita? – preguntó a pesar de que ella ya sabía el lugar y nombre de a donde su hermana trabajaba
- No. Hoy iré a la Disco así que no me esperes despierta. – Contestó Misa retocando su gloss.
Lanzándole una mirada de ni se te ocurra seguirme, Misa salió rumbo al café donde trabajaba. Esa noche había música en vivo y ella que compartía el amor a la música con su Hermano Apolo, quería escuchar a los músicos, sin importarle que tuviera que trabajar en su día libre y saliendo de su propia boca la proposición a su jefa, quien sin chistar acepto.
Flashback
Eris aun dormía cuando Artemisa se despertó. La miró dormir por un rato. No podía dejar de pensar en el golpe a su orgullo que había sido el que Eris la hubiera llamado una inútil, parasito social y mantenida. Su persona, diosa o humana simplemente no podían ser objeto de esas descripciones. Pensando en eso, se vistió con lo primero que encontró, se embolso 250 euros que Eris había dicho que era para la comida de tres días, se bebió todo un cartón de néctar de manzana y salió caminando sin rumbo.
Había visto como se movía Eris en sus negocios haciendo negocios, amenazas y otras cosas por computadora. Se desenvolvía con una naturalidad que la hizo sentir envidia. Durante esos pocos días que habían estado viviendo en el departamento de Laura, había visto llegar a hombres que parecían poderosos solicitando el favor de Eris y esta, cobrándoles sumas generosas que desaparecían con la misma facilidad con que llegaban según Eris por el pago de sueldos y desde luego la manutención de sus hijas con quienes charlaba por la noche, de las cuales aparte de las que estaban aun estudiando, se enorgullecía principalmente de una que era especialista en contención de epidemias haciendo su trabajo social en algún lugar de África.
Artemisa entonces comenzó a soñar con algún día presumir las bondades de su bebé a los demás olímpicos y decirles que su linaje no era inútil y que a diferencia de otros semidioses, sus hijos si amaban a la humanidad...
Pensando en esas cosas, se detuvo frente a un local tipo cafetería puesto que en el escaparate frente a la calle había un letrero anunciando 3 plazas, mesera, ordenanza y lavador de platos.
Sin pensarlo dos veces, la chica que anteriormente fuera la diosa de la luna, ingreso al local, entrevistándose directamente con una migrante costarricense, una hermosa morena de cabellos azabache llamada Sandra:
- entonces, ¿no tienes experiencia laboral?
- es que, en mi familia siempre hemos tenido gente que haga las cosas para nosotros y pues, puede decirse que me escape de casa al resultar embarazada - dijo Misa en una mentira que era verdad en parte.
- en serio? – dijo la chica - Pues, creo que puedo ayudarte con algo pero deberás comenzar desde abajo. Ven. Te enseñare como lavar platos, puedes comenzar ahora?
Artemisa asintió y la siguió hasta el área de la cocina y luego hasta el gran mueble que serviría para lo que debía ser su labor. Sandra le enseño a la diosa de la luna la forma correcta sobre como lavar platos y media docena de platos y algunas tazas hechos añicos, bastaron para que Artemisa encontrara el ritmo correcto y se acomodara a la labor, y por supuesto, jamás se percato de que Eris la había seguido y miraba sorprendida como su hermana había sido capaz de hacer a un lado su orgullo divino y estaba en ese local trabajando como nadie se lo esperaba, dando muestras de que quería y podía ser mejor que muchos de los que vivían en el Olimpo.
Fin del flashback
Misa salió del departamento bailoteando. Le encantaba sentirse libre y menos dependiente de Eris, quien siempre le daba un poco cantidad de dinero para cuando se fuera a "vaguear", pero lo que ella ignoraba era que Misa solo estaba viviendo de su sueldo pues ese dinero lo guardaba bajo su almohada. Parecía olvidar las cuentas bancarias que Apolo le había abierto y en el cual le depositaba una buena cantidad mensual.
Al llegar a su trabajo en el café, Misa se cambio de vestimenta, colocándose su uniforme de Maid, y yéndose directamente al lavaplatos.
La noche comenzó y todo parecía ser digno de una velada en el Olimpo: primero llegó un Haitiano con su Saxofón interpretando varias melodías hermosas, incluyendo el tema "sacred" que tanto apasionaba a Misa desde la primera vez que lo había oído, Luego una violinista llamada "Kinki" interpreto varios solos magistrales de violín.
Cuando ella termino, se dio un receso para la venta de cocteles, café, vino y algunos bocadillos ligeros y fue en ese momento cuando Sandra llamo a Misa.
- Ven! deja eso y lo lavas mañana. solo ven que ellos son magníficos – dijo con voz emocionada - Por eso los deje al final! Se hacen llamar el trió "plata pura".
- En serio? Nombre mas ridículo no pudieron encontrar? - respondió Sandra
- Créeme el nombre no importa pues su talento es único y ellos también están que ufff.
Segundos después se hizo el anuncio al trió y estos se apropiaron del escenario.
El pelilila Crystal, el rubio Albiore y el peliceleste Orfeo durante una hora deleitaron con su música a los presentes antes de despedirse. Terminado el concierto, los tres se dirigieron hacia una mesa en la terraza y Sandra envió a Misa a atenderles. Misa, quien había caído en los efectos de aquella música celestial, se creyó afortunada pero pudo ver en el rostro de las verdaderas meseras, que ellas daban gracias por no atender al trió, que ocurría?
Al acercarse a la mesa, Misa abrió grandes los ojos. Delante de los tres chicos, una figura castaña, que conocía tan bien como su propio reflejo estaba en la mesa sentada. Athena la barrio de arriba abajo un poco celosa de su belleza.
- Y tu quien eres? – dijo Athena de manera muy pedante - Nunca te había visto en esta cafetería y mira que suelo venir seguido.
Artemisa sonrió. Su hermana tampoco la había reconocido.
- Me llamo Misa y hoy seré su mesera - dijo la diosa lunar.
- Misa? - pregunto Athena alarmada pues sabia su hermana (de la que se decía había desaparecido del Olimpo hacia unos días) que Artemisa amaba ese sobrenombre - se puede saber de dónde sacaste ese apodo? Porque no es un nombre-
Athena sintió cierta curiosidad por ver si su hermana no estaba frente a ella espiándola a favor de Hera. Eso ya sería el colmo.
- La señorita es muy inteligente - dijo sinceramente – En realidad lo adopte porque soy súper fan de Amane Misa, personaje de Death Note
Athena la miro con cierta desconfianza, pero Misa le devolvió la mirada desafiante, cosa que Artemisa nunca haría, pues prefería irse por la tangente. Al ver eso Athena dejo de sentir sospechas de la identidad de la joven, aun así, le había caído mal pues su belleza distraía a sus caballeros frente a ella.
- Y entonces… sabes o no hacer tu trabajo? – dijo Athena atacándola con mal humor – Limpia la mesa y sírvenos 3 cafés y un agua mineral.
Misa sonrió con coquetería.
- Perdone señorita, pero es que como no estoy acostumbrada a estar ante chicas lindas que se visten como rameras...
Athena se levantó de pronto haciendo sobresaltar a Misa, mas no retrocedió ni un paso. No se iba a dejar humillar de su hermana ni ahora ni nunca.
- Que dijiste escuincla?
Athena volteó hacia sus tres caballeros pero estos se hicieron los occisos.
- lo lamento mi diosa, pero líos de mujeres no son para nosotros dijo Crystal.
- Además si usted quiere que juguemos a la traición, pues entonces no la podemos defender - mencionó Orfeo
- qué? la niña mimada con complejo de ramera no puede defenderse sola? – insistió Misa dándole la espalda – Salen 3 cafés y un agua mineral!
Athena deseaba con todo su corazón darle una bofetada a esa chiquilla insolente, pero para su desgracia, los acuerdos que había firmado hacia unas semanas la obligaban a respetar la integridad física de esa joven, especialmente porque estaba embarazada y porque sentía el cosmos residual de Eris en ella y sin santos que la protegieran, no entraría en batalla.
Misa fue por las bebidas que pidieron con ayuda de las demás meseras y llevando la charola con mucho cuidado. Sirvió primero los cafés y apenas acababa de depositar el ultimo café en la mesa cuando Athena se movió deliberadamente para derramarle el agua en su uniforme.
- Ups. Lo siento – dijo Athena sin sentirlo.
- No se preocupe. – dijo Misa entre dientes.- En un momento se lo repongo.
- Es solo agua. Un poco de agua no hace daño – dijo Athena con indiferencia creyendo que había ganado la partida, pero no esperaba que Artemisa fuera a la cocina y regresara con un vaso en una mano y la jarra completa con hielos en la otra, misma que se la echo por completo a su hermana en la cabeza.
- Es solo agua. Un poco de agua no hace daño – repitió Misa poniendo el vaso con agua mineral frente a ellos dándose media vuelta para irse directo a la cocina con mucha dignidad.
Athena se levantó como resorte y hubiera arremetido contra ella de no haber visto a Eris entrar interponiéndose entre ellas y reírse de cómo su putivestido se transparentaba por lo mojado.
- Y tú qué haces aquí? – dijo Athena aunque Artemisa pensó exactamente lo mismo
- Yo? nada, solo salí a dar una vuelta y vine a mi cafetería favorita – respondió Eris sin que Misa se diera cuenta – Que no sabías que vivo en un humilde apartamento a tres cuadras de este lugar?
- No te creo - dijo la diosa de la sabiduría.
- y si primero te secas? - Eris le hizo un ademan a Misa quien por instinto intuyo que era un "Lárgate y manda a alguien más con una toalla" y así lo hizo.
Unos minutos después, Eris trajo a través de un portal un hermoso vestido de los suyos propios para Athena, y haciendo que los santos se voltearan, la cubrió con una suave neblina mientras su hermana se cambiaba.
- Esa mujer me las va a pagar! – exclamó molesta y humillada
- No harás tal cosa – dijo Eris - Ella esta aquí por recomendación mía porque es hija única de un mafioso que me servía y murió por tanto es mi responsabilidad moral.
- Sigues siendo una estúpida- Reclamó Athena - haz como yo, consigo huérfanos, les prohíbo tener una familia y me sirven, mueren y los reemplazo sin tener que soltar dineros a sus familias
Tres pares de ojos se abrieron enormes ante esta declaración. Pero entonces… por que se rumoraba que los dorados habían sido obligados precisamente a tener familia?
- no gracias. soy más feliz siendo infeliz yo sola que haciendo infelices a otros – dijo Eris - bueno, mis negocios hacen infeliz a mucha gente pero no es mi culpa, yo solo doy ordenes, quienes deciden como administrar son mis allegados, así que en teoría no es mi culpa ¿y tú? Que me cuentas? aun amas a Ares?
El rubor cubrió las mejillas de Athena
- como se te ocurre semejante estupidez? Hace siglos que olvide el amor que le tenía. Es más, hasta puedo asegurarte que sería capaz de asesinarlo de darse la oportunidad...
Eris lanzó la carcajada una vez más.
- o sea que si lo amas, verdad? - Eris sabia donde tocar para hacer sufrir a Athena.
- ustedes, vayan a la planta baja a comer algo! – dijo Athena a sus santos - Nos reuniremos después
Los santos agradecieron enormemente el hecho de dejar de escuchar cosas que no debían y se fueron a una mesa en la planta baja, mientras las dioses seguían en su charla, una charla que Eris había iniciado para que Athena se olvidara de Misa.
En cuanto los tres se sentaron en una nueva mesa, todas las meseras llegaron al momento ofreciéndoles sus servicios, pero Albiore pidió que les atendiera la misma que había enojado a Athena.
- en que puedo servirles? - pregunto una nerviosa Misa a sus clientes.
Sus ojos parecían llorosos pues había estado llorando pensando en que Athena haría que la despidieran de su trabajo.
- Podrías traernos dos refrescos de naranja y un café - dijo Orfeo, quien se quedo clavado en los ojos de la diosa, haciendo a Artemisa sonrojarse y salir casi corriendo por su pedido.
