Capitulo 221
Septiembre 16, 6pm
Calles de Luxor
Egipto
Aleix bajo de la cuatrimoto en la que llegaron de un salto. Ciertamente el Hotel Bella Donna, ubicado en la Rue Khaled Ibn Walid dentro de la ciudad de Luxor no era lo que él esperaba. Volteó hacia la izquierda y hacia la derecha del edificio, viendo como los edificios modernos a cada lado de ese hotel estaban llenos de vida y turistas, mientras que el edificio, con construcción obviamente inspirada en la Grecia antigua al ser de la familia Olympo, no solo estaba abandonado, sino la maleza y la humedad ya estaban por todas las paredes de mármol. Faltaban pocos minutos para que el sol se metiera, por lo que sacó su linterna de mano en caso necesario.
Sho estacionó el vehículo y descendió de el para seguir a su maestro.
- Esta seguro que… este es el lugar?
- El nombre en dorado del hotel lo confirma – le señaló Aleix con el dedo – Lo que no comprendo es por qué esta en tal estado?. – al no ver a ningún personal de vigilancia se adentró al patio desde podía verse la ribera del Nilo. La alberca, otrora del tipo infinito, estaba rellenada con arena y había enredaderas por doquier. Por los muebles de alberca que estaban ahí, parecía como que todos huyeron y nunca más volvieron – La vista y el lugar es inmejorable.
- Sera que la señorita Thetys no tiene actualizada la información? – volvió a preguntar la chica mientras evadía varios escorpiones negros que salían de la arena buscando la sombra – Este lugar parece que tiene años sin usarse.
- Es posible ya que ella al parecer no está en funciones activa, pero aun así, pasaremos la noche aquí – Dijo Aleix encaminándose hacia lo que parecía ser el lobby.
- Aquí? – Sho fue sorprendida por una serpiente que estaba cruzando el camino pavimentado por el que transitaban y dio un brinco de casi tres metros – Maestro si quiere yo saco de mis ahorros para irnos a uno de los hoteles de junto, pero no me torture así.
Aleix se volvió para mirarla, por lo que Sho no hizo otra cosa que callar. Sabía que vendría un sermón después de ese comentario.
- Donde hay soberbia, ahí habrá ignorancia. Más donde hay humildad, hay sabiduría. – dijo Aleix – No estamos aquí de vacaciones y bien podemos tomar nuestras bolsas de dormir, un colchón para evitar los animales y si no podemos encontrar una ducha que funcione, ahí está el rio. No debemos perder el piso… - dijo sacudiendo la cabeza a modo de despejarla antes de volver a caminar hacia el Lobby.
- Lo siento Maestro. No pretendí decir…
Aleix siguió su camino caminando lentamente. De reojo podía ver sombras moviéndose alrededor de ellos y la voz de su cabeza le advertía de peligro. No era algo con lo que hubiera lidiado antes según su intuición, pero tampoco algo con lo que quisiera hacerlo.
Dentro del lobby encontró un gran mapa de todo el Nilo.
- Estamos aquí… - señalo para que Sho lo viera – Las últimas personas a las que entrevistamos dicen que venía de dónde?
- Edfu
Aleix siguió la línea del Nilo hasta encontrar esa ciudad.
- Él dijo, que ahí hubo una disminución de volumen pero no tanto cierto?
- Si
- Lo cual quiere decir que estamos cerca del problema. – razonó – Si bajo el volumen por ahí, ya no alcanzó a bajar hasta el Cairo. Debemos ir ahí.
Sho miró el mapa.
- Según lo que la señora Anfitrite y Thetys nos han dicho, queda poco tiempo para que todo el ecosistema sufra una catástrofe ecológica casi imposible de resolver!
- Lo sé. Pero no podemos ni debemos avanzar de noche sobre todo después de saber lo que es una tormenta de Arena como la de ayer – declaró Aleix – Aun siento arena en mis dientes.
Sho asintió y miró hacia abajo del mapa.
- Hay una presa a pocos kilómetros al sur… la presa Aswan. Tal vez hay algún problema ahí.
- Mmm… la presa solo fue construida hace relativamente poco y si no mal recuerdo, fue para poder preservar muchos sitios arqueológicos que de otro modo, hubieran quedado bajo el agua. Nunca había interferido así con el flujo. – dijo Aleix – Pero todo puede pasar.
- Debemos investigar, no?
El ruido de algo cayendo del otro lado del Hotel los hizo voltear. Aleix prendió la linterna de su celular y apuntó hacia donde escucharon el ruido. No se visualizaba nada ni nadie que pudiera haber provocado el sonido.
- Parece que no estamos solos – susurró Aleix tratando de abrir todos sus sentidos
- Yo no he visto a nadie Maestro…
- Vamos a buscar el área de mantenimiento primero y veamos si podemos encender las luces de al menos un área pequeña. Después buscaremos una habitación segura cerca del rio como nos dijo Kanon – sugirió Aleix – Mañana nos pondremos en marcha. Solo son 200 kilómetros pero nos hace falta descansar. Yo hare la primera guardia.
Sho asintió mientras siguió a su maestro quien vio un croquis de las habitaciones, tomó una llave del otro lado del mostrador de la recepción y avanzó hacia las habitaciones. Sho suspiró emocionada al ver que había tomado la última habitación con vista al rio: Una habitación con una sola cama extra grande que ella esperaba, su maestro aceptara compartir.
Una de las sombras que los seguían, dio una señal silenciosa y se alejaron lo suficiente para hacer una llamada.
T – Parakalos
S1 – Queremos que nos confirme si este es la persona que buscamos.
T - envíame la foto
S1 - …
T - Se ve un poco obscura pero sí. Ese es mi cuñado.
S1 – Gracias. Mi señor estará muy complacido. Aunque el esperaba que usted viniera a hacer la confirmación personalmente.
T - Muchas gracias por pensar en mí, pero no. No me sentiría cómodo en su territorio por la misma razón que tu señor no nos visita en Grecia.
S1 - Hace bien. Los Griegos no son bien recibidos aquí.
T - Que le van a hacer?
S1 – No es de su incumbencia.
T - Ya me enteraré. Solo recuerda que yo no les dije nada.
S1 – Enterado.
A una sola orden, todas las sombras desalojaron el lugar. Tenían que avisar a su señor Anubis que la persona que él estaba esperando había llegado. Ahora solo tenían que hacer funcionar su plan para poder llevarlo ante su presencia.
Septiembre 17, 1pm
Cerca de Aswan
Egipto
Aleix se sacudió el Tuareg de color Uva que estaba usando desde que salieron de Luxor para quitar un poco de la arena que se había impregnado en él. Maldijo su suerte al ver como sus lentes obscuros, en la misma tormenta de arena, habían desaparecido y Sho había tenido prácticamente que aferrarse a el para no dejarse llevar por el viento.
Ahora, resguardados dentro de una choza al parecer abandonada y sin una parte del techo, podían sentarse unos minutos para respirar sin que fuera a través de los cuatro metros de tela.
- Estas bien Sho? – preguntó Aleix al ver a su aprendiz casi desplomarse de cansancio – Veo que no estás en forma
- Yo… creí que si… - dijo Sho quitándose su Tuareg color arena casi con desesperación – Es solo que hemos caminado casi 200 km a 46 grados de temperatura y contra la madre de todas las tormentas de arena desde que tuvimos que dejar las motos. Solo falta que nos pique una cobra o algo similar.
- Exagerada. – respondió Aleix sonriendo – Las cobras no pican… se casan con Griffos jaja
- No entendí.
- Olvídalo. Creo que la peor parte fue escuchar de la Sra Anfitrite que prácticamente soy un inútil, lo que es cierto ya que no tengo experiencia en desiertos. Me hubiera traído a…
Aleix calló y se talló los ojos al alucinar con varios escorpiones de aguijón rojo jugando cartas. Sho miró a su maestro.
- No es usted un inútil maestro, lo que pasa es que estamos en contra de la naturaleza y contra el tiempo. Ya vera que pronto lo resolvemos.
- La naturaleza no es lo que me preocupa – dijo Aleix sacando la última botella de agua con apenas un cuarto de vital liquido – Y aquí… es cuando me servirían bien unos condones jajaja
Sho lo miró sorprendida.
- Qué?
- En algún lado vi que podías usarlo como reservorio de agua – contestó – una ducha nos caería muy bien. Traigo arena hasta en el…
El sonido de agua reventando en paredes cercanas de forma muy violenta hizo que Aleix se levantara después de darle un trago.
- Escuchas eso?
- Si Maestro.
- Debemos estar muy cerca de la presa. Quieres quedarte aquí mientras yo investigo? – preguntó mientras volvía a colocarse el Tuareg
- Desde luego que no lo dejare solo. – dijo Sho tratando de levantarse sin que sus piernas le respondieran por el cansancio – Deme cinco minutos.
- Alcánzame entonces.
Aleix salió despacio de la construcción hacia la primera calle pavimentada que había visto en kilómetros. Esta llevaba directamente a la presa, atravesándola podían llegar hacia el aeropuerto. El viento se intensificó en su contra. Aleix paró detrás de un pilar y comenzó a inhalar y exhalar para poder llamar a su cosmos como se le había instruido. Cuando llegó al punto de equilibrio, su cuerpo se llenó de un brillo dorado a su alrededor llamando a la scale de Dragón del Mar y haciendo que aunque el viento arreciara, el pudiera caminar con tranquilidad. Se detuvo a la mitad de la presa para ver a su izquierda: El viento lanzaba el agua con toda su furia hacia la gruesa pared que dividía el rio de un lado casi desbordándose y unas cinco veces más ancha que el lado derecho, donde el nivel del rio era tan baja y angosta, que hizo que Aleix comprendiera la preocupación de la diosa de los animales marinos.
Sho llegó minutos después a su lado con mucha dificultad debido al viento.
- Algo está obstruyendo la presa del otro lado – gritó Aleix – no está fluyendo el agua! Anfitrite no fue bien informada
- Tal vez cerraron las compuertas - devolvió el grito Sho.
- No. – jaló a Sho hacia el saltando hacia una saliente de desagüe varios metros debajo de ellos – todas las compuertas están abiertas.
Sho se atrevió a asomarse más con ayuda de Aleix.
- Y si algo las está obstruyendo, podemos entrar en una de ellas y averiguarlo. Son lo bastante altas y anchas como para caminar y Podremos usar nuestro cosmos para destaparlo…
Aleix negó con la cabeza.
- Es algo más delicado que eso – contestó – Si golpeamos para destapar, con tu poder y el mío, la vamos a romper, y eso provocaría que el Nilo se desbordara sumergiendo ciudades enteras y matando a miles…
- Pero y entonces?
- Sígueme. Primero tenemos que ver que es.
Aleix bajo cuidadosamente hasta una de las enormes compuertas cuadradas adentrándose en ella seguido por Sho. Caminaron alrededor de 20 metros, cuando se dieron cuenta de que una especie de campo luminoso transparente era lo único que los separaba de las miles de toneladas cubicas de agua del Nilo visiblemente contenidas por este campo.
- Lo que sospeché. No hay nada natural en esto. – dijo con el ceño fruncido.
- Pero que está provocando esto, maestro?
- No lo sé – dijo Aleix poniendo su palma cuidadosamente en el campo luminoso con el cosmos de su armadura encendido – Esto es nuevo para mi
Sho encendió su cosmos con cuidado y colocó su palma también. No bien lo hubo hecho, ambos se transportaron dentro de una cueva desconocido.
Aleix frunció el ceño. Eso, además de extraño, se estaba tornando peligroso. El cosmos residual de esa cueva, era demasiado obscuro, terrorífico y a la vez trágico y triste.
- Maestro, dónde estamos? Dentro de la Presa? – preguntó Sho tratando de orientarse.
- Aparentemente no. – Comenzó a caminar hacia adelante que era el único lugar al que podían ir – pero esta sensación… me es familiar.
- Pues a mí me da algo de miedo – dijo Sho acortando la distancia entre los dos – Es como si…
- Como si caminaras hacia la muerte?
- Sí.
- Lo sé. No te separes.
A Sho no se lo tenían que decir dos veces. Lo único que se escuchaba era el ruido metálico de las pisadas de Aleix con la armadura y una pequeña corriente de agua que ellos no alcanzaban a distinguir.
Llegaron a una cámara muy amplia y con visibles agujeros a la superficie que dejaban entrar algunos rayos solares que a través de unos espejos visiblemente modernos y mucha astucia, iluminaban el lugar de manera natural. Varias columnas habían caído y había cadáveres tirados en el suelo por todo el lugar. En el centro un solo sarcófago con el sello de Athena rodeado de lo que parecía ser una mini fosa seca por el momento.
- Esto es una tumba? O más bien un horrible cementerio? – exclamó Sho volteando hacia otro lado
- No. Esto parece ser las ruinas de una tumba importante – dijo Aleix al ver los jeroglíficos y acercándose al sello de Athena – Parece que de esto se encargaron algunos jóvenes dorados y su diosa. Puedo sentir su cosmos aun aquí. - Cerró los ojos mientras acariciaba el sello casi con fervor oculto – Bien hecho Leo.
- Tenemos que salir de aquí, Maestro – dijo Sho haciéndose para atrás – Su amigo Kanon dijo que nos alejáramos del agua ni entráramos en las ruinas y…
No pudo continuar porque de las cuatro paredes, como si estuvieran camuflados en ellas, salieron más de cien soldados vestidos como Shentis egipcios antiguos amenazándolos con sus Khopesh de un color dorado brillante. Uno de ellos, más grande y fornido con una máscara de cabeza de perro negro salió por detrás de ellos.
- Vaya! Parece que los griegos no se rendirán hasta acabar con todas nuestras ruinas – dijo en tono malhumorado
Aleix se puso delante de Sho para protegerla.
- Lo lamento. No era nuestra intención entrometernos en lo que sea que estaban haciendo y tampoco hemos tocado nada – dijo Aleix con voz firme
- De verdad crees que te vamos a creer? Vendrán conmigo a intentar convencer a mi jefe y si es benevolente con ustedes, les dará una muerte piadosa.
Aleix intento prender su cosmos para defenderse, pero no pudo y peor aún, su armadura desapareció de su cuerpo dejándolo relativamente indefenso.
- Que sucede? – susurro.
El fortachón comenzó a reír.
- La ventaja de algunas veces enviar a nuestra gente a hacer remodelaciones es que el pago se hace de forma muy variada. – dijo – Entre ellos, el secreto para lo que ustedes llamarían… el Kekkai. No es ciento por ciento como el de Hades, pero funciona para nosotros.
Ni Sho ni Aleix replicaron a eso. Ambos sabían a lo que se referían. Su poder, por poderoso que fuera, se vería disminuido mientras existiera este Kekkai a su alrededor.
- Ahora sígannos por las buenas o por las malas. De ambas formas será divertido ver como se arrastraran a los pies del gran Anubis.
- Tienes que ir con ellos – dijo la figurita panzona y calva en la cabeza de Aleix – Tu destino depende de ello.
Aleix le lanzó una señal afirmativa a Sho y la tomó de la mano para comenzar a caminar. No sentía temor ya que no había hecho nada malo, pero la curiosidad de lo que había dicho buda y por conocer a un personaje tan importante fuera del esquema griego era tan grande, que los siguió sin chistar para sorpresa de todos los ahí presentes, que se habían preparado para repeler una pelea que nunca ocurrió.
Septiembre 17, 4pm
Cafetería Sandy Candy
Atenas, Grecia
Touma entró a la hora convenida con Marin en la cafetería Sandy Candy. Había solo una mesa desocupada ya que las demás mesas estaban ocupadas claramente por estudiantes de una preparatoria cercana en grupitos más o menos grandes, y aunque recorrió el lugar con la mirada, no se veía a Marin por ningún lado. Tomó asiento de manera que pudiera ver la puerta y le hizo una señal a Misa, la mesera, para que se acercara. Esta llegó apresurada tirando varios vasos de agua en el proceso con la cadera sin que escuchara una sola de las burlas de los adolescentes, como si estuvieran acostumbrados a su torpeza.
- Buenas tardes señor, que se le ofrece? – dijo mientras buscaba desesperadamente la pluma que había puesto detrás de su oreja.
Touma trato de fingir severidad ante una joven que ya traía el cabello alborotado entre el calor y por andar corriendo y que ahora no encontraba algo que era básico para su trabajo.
- No me vas a dar un menú primero?
Murmurando por lo bajo, Artemisa corrió por uno y regresó.
- Desea ordenar ya o en un momento?
- Por qué tan agresiva? Ni siquiera he visto tu menú – contestó Touma divertido
- No es agresividad señor, pero cómo ve el lugar está lleno y no encuentro mi pluma y ya van dos veces que confundo mi orden y…
- Ya ok. Tienes razón. Solo tráeme un vaso con agua. Esperare a mi cita para ordenar. Gracias
- Su amigo de la vez pasada? No lo he visto por aquí.
- No. Esta vez es una chica.
Los ojos de Misa se abrieron muy grandes
- Chica?
- Una preciosa pelirroja de ojos azules a la que quiero mucho – contestó Touma guiñándole un ojo a lo que Misa rechinó los dientes y se retiró pensando en mil y un formas de cacharlo y vengarse de ellos dos en cuanto pudiera. Donde estaba Eris cuando la necesitaba?
Touma se inclinó hacia la derecha para poder verle el trasero en silencio antes de que se diera la media vuelta y le trajera un vaso que por poquito rompe al azotarlo con fuerza sobre la mesa.
- Algo más?
- No. Gracias. Bueno si... Has visto a una preciosa mujer cabello rubio ondulado hasta las rodillas de ojos preciosos y labios sexys que hace latir el corazón de los hombres con tan solo su presencia?
- Muchas mujeres son así tendrá que ser más específico "señor"
Touma sonrió mientras la veía fijamente.
- Bueno... Regularmente usa un vestido blanco muy largo y tiene ojos enormes y una mirada que te enamora cuando... jaja pero que estoy diciendo. Ella nunca entraría en un lugar así como este. Lo siento. Es que en cierta forma tú me la recuerdas mucho.
- De verdad? O solo coquetea conmigo?
- Es cierto.
Se escuchó una campanilla en la puerta principal con lo que se anunciaba la entrada de un comensal, y Touma pudo ver como Marin ingresaba siendo escoltada por Orfeo y Moses ya sin mascara. Touma se levantó para hacerle ver su posición y Marin no tardó mucho en reconocerlo mientras corría a sus brazos.
- Touma!
- Marin – susurró Touma para infortunio de Misa, quien solo apretó los puños frustrada antes de ver a Orfeo. Dos podían jugar el mismo juego, aunque obviamente Touma ni siquiera sabría que estaba jugando. Se fue a limpiar la única mesa que se había desocupado
- No sabes cuánto te he extrañado. – exclamó Marin dándole un fuerte abrazo.
- Siento no haber podido llamarte antes pero... Me tenían atado de manos... Literal – dijo Touma en tono enigmático - Mejor cuéntame tú. A qué viene que traigas escolta? No creí que tuvieras miedo de mí.
- Claro que no. no es por eso, es porque soy la nueva jefa de estado del Santuario y una de las estúpidas reglas que le pusieron a mi antecesora fue siempre salir acompañada – contestó Marin en tono de fastidio.
- ah sí. El puesto que tenía Shaina. Debes estar feliz de haber subido a ese puesto. – contestó Touma abriéndole el asiento a lo que Marin agradeció.
- Me gusta pensar que fue por méritos propios y sin humillar a nadie o sin hacer quedar mal a la gente como... – Marin tomó el menú frente a Tuma - Mejor pidamos algo antes de que se me derrame la bilis - Se volteó hacia los dos caballeros de plata que no sabían que hacer – Orfeo, Moses, vayan a tomar algo a una de las mesas. Yo invito.
Los dos asintieron y entre bromas y chistes se fueron hacia la mesa donde estaba Artemisa limpiando, quien los saludó familiarmente y les tomó la orden mucho antes de que Marin levantara la mano a lo lejos para pedir su atención.
- Un club sándwich y una gaseosa de cola de dieta por favor – dijo Marin sonriendo.
- Dos de lo mismo por favor – intervino Touma
Artemisa lo anotó con la pluma que ya había encontrado y dijo.
- Ustedes dos hacen bonita pareja pero es una lástima que el ande buscando a una rubia y usted no es rubia. A menos que se pinte el cabello. Lo hace?
Touma no pudo dejar de sonreír.
- No, no, no. No soy griego así que no estoy a favor del incesto
- Y mi corazón, aunque todo arañado, sigue siendo de un maldito felino infiel. – dijo Marin.
- Incesto?
- Bueno, creo que es la palabra correcta ya que ella es mi hermana
- Son hermanos? - preguntó Artemisa casi brincando de alegría.
- si por fin está conmigo después de mucho buscarnos – contestó Marin antes de dirigirse a Touma – A quien dices que buscas?
Touma miró hacia Artemisa, quien fue requerida con otras mesas y volvió a salir corriendo hacia allá.
- ok pero no puedes decirle a nadie. – dijo Touma inclinándose más hacia ella – Es mi señora Artemisa. Desapareció del Olimpo.
- Eso es gravísimo, Hace cuánto?
- No lo sé... Me tenía en el calabozo por uno de sus ataques de celos y solo hasta que a Calixto sintió que no podía manejarlo me pusieron al tanto
- Touma! Por qué no me buscaste? cuando saliste del olimpo?
- Hace unos días
- yo te llame pero siempre se iba a buzón…
- no tengo mi celular!
- por eso usaste el de la cobra?
- Hablemos de otra cosa, Marin – dijo al ver que la pelirroja iba a comenzar a despotricar contra su ex amiga - Dime como te va en esa nueva posición. Te gusta?
Hubo un largo silencio que hizo que Touma frunciera el ceño.
- Entonces no te gusta.
- No es tan glamoroso como se escucha – confesó Marin – No tengo tiempo de entrenar, estoy esclava de los deseos de Aioros, Sasha y Hera, la mitad de los dorados me odia y algunos hasta me atacan….
- Atacarte? Dame nombres y yo me vengaré– dijo Touma muy serio.
- Jaja gracias, pero no exageres. Puedo cuidarme sola. – respondió Marin de buen humor – Hay personas a las que les gusta más tener un Patriarca que le falta el respeto a la representante de su diosa, o que está acusado de nepotismo, o que tiene el santuario hecho una desgracia…
- En serio? Todo eso hizo Shion y compañía?
- Te parece poco? Dejaron todo tirado y le faltaron al respeto a la señorita Sasha, a la diosa Hera y a la diosa Athena solo por capricho! Ya ni quiero decirte lo que se nos dijo en confidencia porque volveré a enojarme. Por favor ven conmigo al Santuario. Ahí te daré el asilo que necesitas.
Artemisa se acercó sonriendo a la mesa de Orfeo dejándoles su pedido y agachándose por petición de Orfeo haciéndola ruborizar ante algo que le decía. Touma vio la escena desde su lugar donde no le pareció.
- Lo siento. Por el momento no tengo otra opción – respondió muy serio mientras Artemisa entregaba su pedido y se retiraba aun sonriendo.
Touma la miró penetrantemente mientras se retiraba y continuó:
- No soy parte del santuario. No puedo ni debo entrar. Tú estarías rompiendo las reglas si lo hicieras y te pondrías al mismo nivel que dices que estuvo Shion. Para que me comprendas, Me metí en un lio de donde Shion me sacó y aparte de ser mi fiador, le dieron mi tutela hasta ser mayor de edad. Tengo que vivir con él o cerca de él, y diariamente por la mañana hasta que el juez diga lo contrario, debo ir al precinto numero 1 a firmar mi liberación.
- Pues que hiciste Touma? – preguntó Marin – Y él no puede ni debe ser tu tutor! Soy tu hermana mayor!. Que tengo que hacer para coger tu tutela? Ellos solo harán que tú me odies diciéndote lo peor de mí y no voy a permitirlo!
- Si te hace sentir mejor, me iré de ahí en cuanto pueda. Ya te dije que debo encontrar a mi señora y no puedo hacerlo con el vigilando. Y contrario a lo que tú piensas, ellos no mencionan el santuario si pueden evitarlo.
Orfeo volvió a llamar a Artemisa para tomar y besarle la mano y esta solo se retiró cuando fue necesario atender otra mesa. A Touma se le encendieron los ojos.
- No es tu escolta algo llevado con las jóvenes? Él ya se ve bastante grande para ella.
Marin volteó a ver a Orfeo sin darle mucha importancia a lo que Touma acababa de decir. Le tomó una de sus manos con las dos de ella.
- Quiero verme más seguido contigo Touma. En serio te necesito de mi lado. Me siento muy sola.
- Problemas con el novio? – preguntó Touma algo distraído.
- No tengo novio, Recuerdas? Y tú? Te permiten tener novia?
Touma regresó la mirada hacia su hermana sonrojándose graciosamente debajo de su máscara.
- Todo mi amor es para la diosa a la que sirvo.
- jajaja jajaja si lo entiendo pero eso no te impide enamorarte o sí?
Touma no pareció comprender la burla de Marin.
- pues... Sí. Yo amo a mi diosa y ella debe ser la única mujer para mí. Y si necesitas que te lo diga más claro, estoy enamorado de ella.
Marin comenzó a reír con fuerza. Touma la miró interrogante.
- Lo siento. Es que… pareciera que estoy escuchando a Seiya una vez más.
- No le encuentro la gracia, Marin – respondió algo molesto – Yo la amo y ella me ama a mí!
- Si claro. Entonces no tendré sobrinos de tu parte, verdad? – respondió Marin aun sin creerle.
- Solo tengo 17. No puedo decírtelo aun. – contestó Touma – pero y tú?
Marin recordó a Aioria, tomo algunos segundos para controlarse y se puso muy seria.
- El día que encuentre a un hombre fiel, que me respete y que tenga una melena dorada… digo, que no tenga una melena y… - su voz comenzó a quebrarse – olvídalo.
- Matare a ese maldito HDP. Te dije que era un maltratador de mujeres! Lo matare si lo veo!
- Cálmate Touma… Mist necesita a su papa y Artemisa tendría un problema fuerte con Hera si le haces algo!
- Eso me tiene sin cuidado! No permitiré te haga daño y salga impune! – gritó Touma haciendo que otra gente de otras mesas volteara.
- Shtt. Mejor dime. Dijiste que tenías que encontrar a Artemisa. Tienes alguna pista?
Touma respiro profundo cuatro veces antes de contestar:
- La última vez que la vieron, estaba con su hermana Eris. – dijo Touma inclinándose hacia adelante – Mi señora se lleva bien con su hermana a pesar de que Hera no la dejaba entrar al olimpo, pero nunca había desaparecido tanto tiempo sin alguno de nosotros. Ayúdame a encontrar a Eris aunque comprenderé si no puedes ahora que Hera es la dueña del santuario. Hera no se lleva bien con mi señora. Así como Hera con Athena. O Hera con Eris. O Hera con Deméter. O Hera con...
- Hera con todo el mundo. Lo sé – contestó Marin entendiendo las implicaciones – Pero también sé que Eris es muy peligrosa y ya tuvo un problema con Athena antes… que podemos hacer?
Ambos, metidos en sus propios pensamientos y sin dejar de mirarse terminaron su sándwich. Marin quería ayudar a su hermano pero nos sabía ni por dónde empezar. Touma solo esperaba que Calixto y Lascomoune pudieran aguantar el plan B sin problemas por más tiempo o tendrían que recorrer a Zeus y nada bueno vendría de eso. Marin rompió el silencio.
- Touma con ustedes se está quedando una chica rubia llamada Junet?
- Sí. Por qué?
- Por culpa de ella fue que me pelee con Shaina. Por culpa de ella todo el santuario piensa mal de mí.
- Casi no la veo. Se la pasa en la escuela y se levanta muy temprano y acuesta tarde. Cuida de la casa de Shion como si fuera su mujer o algo peor. Tiene un carácter medio loco la verdad pero es muy dulce.
Marin suspiró aliviada. Su conciencia no la había dejado en paz desde su conversación con Shaina por teléfono. A pesar de todo ella había querido bien a Junet estos años que habían estado juntas.
- Touma, independientemente de lo que escuches, créeme que si yo no me hubiera defendido de ellas ese día, estaría en el hospital o muerta como tanto querían las dos. – dijo casi para si - me obligaron y me chantajearon a pelear cuando yo no quería. Tienes que creerme. Yo no quería. No he podido dormir bien preguntándome si ya se habría recuperado por completo. Y ahora qué dices que está bien, puedo tener un poco de paz.
- Marin, yo no les he querido preguntar por qué se salieron del santuario porque no me corresponde juzgarlos. Los cuatro tienen sus propios problemas personales. – dijo Touma – Shion sale a hacer servicio comunitario y de ahí a administrar el negocio de su amigo. Precisamente del que asesinaron; Junet se la pasa estudiando porque quiere ser Psicóloga. No sé si así era de tenaz antes, pero no deja de estudiar hasta que termina todo un libro; antes vivían ahí otros dos caballeros pero como que solo la usan de casa de seguridad. No entiendo muy bien eso. Y pues ahora Shaina que está en un momento de transición y parece que Shion le extendió la mano.
Marin tamborileó los dedos sobre la mesa algo impaciente.
- No me sorprende. Shion siempre permitía que los Aries hicieran y deshicieran en el santuario y nadie les podía decir nada. Mu no era tanto así, pero Shaina si y Junet ya se vio que también iba para ese lado. Como un ejemplo, siendo Sammy mi alumna la separo de mí grupo y la puso en mi contra. Ahora es una niña rebelde y desobediente que no quiere estar arriba con nosotros e intenta escaparse para bajar al recinto en cuanto no la vemos. Se está convirtiendo en un gran problema y todo gracias a ellos… - se tapó la cara con ambas manos – Y aun así las extraño. Estúpidas borregas.
Touma se levantó para abrazarla y escuchó cuando Artemisa se reía de algo que le decían Orfeo y Moses.
- Tranquila. Más adelante podrás hablar con ellas. Todo está muy reciente.
- Gracias. Disculpa. Todo cambiara cuando Aioros tome el poder oficialmente.
- Eso espero. Si no, perderán a su Sambocho en manos de un ángel de Artemisa porque te llevare a vivir conmigo en el Olimpo. Convenceré a mi diosa. Solo espero encontrarla antes que el Sr. Apolo. Me preocupa no poder sentir su cosmos. Y si algo le paso?
- Seguramente solo lo está camuflando. No tardara en aparecer.
El reloj básico de Touma comenzó a sonar con una Alarma y él se incorporó rápidamente.
- Tengo que irme a reportar o me encarcelaran de nuevo. Te llamare muy pronto y agendaremos otro encuentro, si? Y pregunta a tu patriarca si está permitido coquetear con jovencitas mientras trabajan. No te cuidan tan bien como deberían. Mesera la cuenta!
Artemisa levanta la mirada asombrada a Touma y corre hacia él.
- por lo que se él sería el primero en decir que si jajaja - respondió Marin recordando a Aioros con Liz mientras Touma ponía cara de interrogación - luego te contare. No te preocupes. Yo pago.
- Gracias. La próxima vez, ven sin escolta. Me molesta su sola presencia.
Touma se despidió con un beso y un abrazo de Marin y salió apresuradamente del lugar no sin deliberadamente golpear con su hombro a Orfeo, quien también lo miró algo fastidiado.
Marin sonrió al verlo partir y suspiró algo melancólica. En estos tiempos de oscuridad para ella, al menos tenía a un hermano dispuesto a defenderla pero que en este momento estaba viviendo con las personas equivocadas. Ojala se equivocara y nadie en esa casa lo fuera a poner en su contra porque de ser así, la sangre que no corrió en su momento en el santuario, correría ahora por las calles atenienses sin ningún cargo de conciencia para ella.
Septiembre 18, 2 pm.
Diamond Mall
Belo Horizonte, Brasil
- Me estas sacando el aire Edna! – gritó Niv mientras su amiga la tenía contra la pared ayudándole a cerrar un pantalón tipo skinny.
- Trabaja conmigo Niv! – decía su amiga mientras hacia el esfuerzo de cerrarle los 5 botones a su amiga – Sume la panza!
- Esto no funciona Edna. – declaró Niv – Mejor consígueme una talla más grande.
- Que talla más grande ni que ocho cuartos.
Daphne, Renata e Isabel esperaban ansiosas en la sala de espera de la tienda 0-3-5. Cada una de ellas disfrutaba de un capuchino helado mientras se veían al espejo reflejando sus cuerpos esbeltos con los productos que se estaban probando.
- Como que ya se tardaron no? – pregunto Isabel
- Yo mejor voy a ver qué onda – respondió Daphne perdiéndose dentro de los mostradores – Oigan ustedes dos… - abrió la puerta del mostrador donde estaban sus amigas y sorprendida vio como Niv estaba en el suelo sentada en ropa interior como ranita con tremendos lagrimones mientras que Edna no sabía ni como calmarla – Pero que pasa aquí?
Edna salió del mostrador y se llevó a su amiga a un lado dejando llorando a Niv.
- Es que no le queda.
- Que no le queda? El pantalón?
- Ni el pantalón, ni las blusas, ni el vestido… - dijo Edna en voz baja – Creo que subió más de dos tallas.
- Chanclas! Pues hay que traerle una más grande y ya! Al fin que no puede ver que talla se está poniendo. – respondió Daphne de forma práctica.
- Ahí está el detalle. Estamos en 0-3-5… nada hay arriba de la talla 5 – respondió Edna.
Daphne le hizo una señal y Edna fue a reunirse con las demás dejando a Daphne con Niv.
- Amiga no llores.
- Es que estoy gordaaaaaaa buaaaaaaaaa
- Pues… solo es cuestión de hacer un poquito más de ejercicio y comer menos calorías. Recuerda que no has entrenado con nosotras en más de dos meses. Y que es lo que has dicho siempre aparte de que cerremos la boca?
- Que… que no debemos… hacer nada que nos haga… perder la figura?
- Exacto. Vístete e iremos a otra tienda que tiene cosas más lindas. No te dejaremos ir sin comprar muchas cosas bonitas para que se las presumas a tu marido. – dijo mientras la ayudaba a levantarse. Vio que el sostén le quedaba chico de la copa y curiosa se las empezó a picotear con el dedo.
- Hey!
- Oye… cuando te hiciste el aumento de senos? Se ven muy naturales. – preguntó
- Che loca. Estas viendo que no puedo operarme los ojos y quieres que me opere las bubis? Por qué? También se ven gordas?
- Sí.
- Buaaaaaaaaaaaa
- Vístete y te espero afuera con las demás. – respondió Daphne sonriendo – Pasaremos por lencería también.
Niv asintió y Daphne salió corriendo con sus amigas.
- OMG OMG OMG!
- Qué? – pregunto Isabel
- Ya la calmaste? – siguió Edna
- OMG OMG OMG!
- Te calmas o te agarro a cachetadas – dijo Renata – Donde esta Niv.
Daphne tomó aire y se abanicó con ambas palmas de un modo exagerado.
- Recuerdan aquella vez que fuimos a la Clínica de Planificación familiar porque Isabel estaba asustada de haber metido la pata?
- Tsss como no.! – respondió Edna – todas nos pusimos el implante después de eso.
- Recuerdan el panfleto que estaba en el escritorio?
- No – respondieron las otras tres preguntándose a donde iba todo esto
Daphne agarró su teléfono y comenzó a buscar la información. Cuando la encontró, ya todas estaban a su alrededor.
- Díganme si Niv tiene alguno de estos síntomas: Mareos y Nauseas…
- Si… ella dijo que algo en el avión le cayó mal y cuando llegó a Brasil tenia Nauseas – contestó Renata
- Ok. Cansancio y Fatiga?
- Bueno pero por el jet lag eso es normal – contestó Isabel.
- Y Cambios de humor?
- Es Niv. Eso no se le nota jajaja – respondió Edna – Además, debe andar en su PMS. También dijo que anoche tuvo cólicos. Ya en serio, a donde quieres llegar?
Daphne las acercó más para leer en voz alta:
- También el aumento del tamaño de los senos e hinchazón en el vientre son síntomas probables en el primer trimestre…
Las tres chicas la miraron interrogantes.
- No entienden? Que Niv está "en Barcelona", le llenaron de fruta la piñata, le cayó mal el estofado, se comió la empanada antes del recreo…
Ninguna de las tres hizo ninguna expresión ya que seguían sin entender y Daphne se atrevió a darle un zape a cada una de ellas.
- Tontas! Que nuestra Niv nos va a hacer tías!
Las cuatro comenzaron a abrazarse y gritar como locas mientras Niv abría la puerta.
- Entonces a donde vamos ahora? – dijo quitándole de la mano uno de los frapuccinos a sus amigas.
Las cuatro agarraron sus cosas mientras se miraban entre ellas con una interrogante. Si Niv estaba tomando café como si nada, significaba que Niv lo sabía.
Septiembre 19, 10 am.
Templo principal
Santuario de Athena
Sasha abrió la correspondencia que era para ella. Cuentas, que ponía en un montoncito de lado izquierdo para dárselas a Marin más tarde, e instrucciones de Hera y Athena de lado derecho. Agradecía la tranquilidad que le daba el hecho de que había puesto a Liz de niñera de las niñas con tal de no tenerla arriba distrayendo a su patriarca. La última de ellas, una carta de Hera fechada el día anterior y con estampado de Urgente hizo llamar a Marin y Aioros. Los dos entraron a su oficina sin sentarse. Sasha se levantó también y comenzó a leer:
- "A mis queridos líderes del santuario… He tenido que atrasar mi regreso al Santuario debido a inesperados sucesos que nada tienen que ver con ustedes, mas no por eso he dejado a un lado mis responsabilidades. Se me ha recordado que debido a acontecimientos de años anteriores en los que mi familia se vio lastimosamente involucrada (otra vez), muchas familias humanas fueron destruidas y muchas personitas inocentes y muy jóvenes siguen sueltos, sin refugio y sin ayuda. Ya he enviado a varios de mis ángeles a recoger a una docena de ellos para empezar y afortunadamente, encontré una isla perfecta para establecer ahí una zona de refugio para ellos. Aun así, necesito alguien de confianza que se encargue de los toques finales de la remodelación y además tenga mucha experiencia en cuidar niños pequeños. Por lo tanto, ya que tengo personal de sobra en el santuario por falta de niñas y porque así me ahorraría un sueldo ya que sus gastos saldrían de una de mis fundaciones, sugiero se me envié una de las maestras del recinto lo antes posible y… " bueno aquí ella menciona algunos detalles más que veremos más adelante – dijo Sasha doblando de nuevo el sobre.
- Espere, que? – exclamó Marin haciendo que Sasha volteara sorprendida.
- Que sucede? – preguntó Aioros al ver la reacción de Marin
- No tenemos personal de sobra en el recinto! – dijo Marin – Todo lo contrario. Solo quedan Geist, Kyoko, Yulij, Mayura y Kakyuu con las 13 niñas si cuento a Sammy.
Sasha se quedó pensando. Ojala y pudiera mejor mandar a Liz y así mataría dos pájaros de un tiro, pero no era el momento adecuado. Lo que le recordaba, que debía hablar con Kanon al respecto.
Aioros se puso a pensar. No era tan descabellado que cada una de ellas se quedaran con 3 niñas si una tenía que irse, no era para que Marin reaccionara así.
- Llama a Mayura – dijo a Marin – Ella es la más indicada para manejar este asunto. Y en el camino, hay un paquete urgente que debemos enviar a Saori Kido – le extendió un sobre con la petición de Athena – Que llegue hoy mismo a destino.
Marin así lo hizo y media hora más tarde, Mayura se presentó antes los tres, donde Sasha expuso el problema mientras Mayura permanecía sobre una rodilla dos escalones más abajo como el protocolo se lo dictaba.
- Tu eres la Jefa del Recinto ahora – dijo Marin – Crees que se pueda hacer?
Mayura asintió de inmediato.
- Se puede hacer una reorganización de alumnos donde yo me pueda quedar con los más avanzados sin importar la edad y de ahí dividimos el grupo entre las otras tres. Después de todo, tengo entendido que al inicio del año eran tres maestras únicamente. Seguimos teniendo una extra aunque una se vaya.
- Eso es cierto Marin. – respondió Aioros – Yo sugeriría que se enviara a Kakyuu. Es joven y puede agarrar experiencia con esos otros niños.
Marin quedó en silencio. Kakyuu, aunque graduada y fuerte, nunca había estado sola. Y menos para ese tipo de responsabilidades.
- Yo sugeriría mejor a Kyoko – mencionó Mayura - No tiene armadura y Kakyuu sí. En caso de una eventualidad, se tendría que mandar a pelear a Kakyuu y dejaría a los niños solos. No podemos arriesgarlos así.
- No lo sé. – dijo Aioros – Yo sigo esperando que su prometido venga por ella y no quisiera que él se enojara al no verla aquí (jeje). A Yulij no la envió porque en el futuro me ayudara mucho a aprender a leer las estrellas, algo que mi predecesor no tuvo mucho tiempo de ensenarme.
Mayura volteó la cabeza hacia Marin para esperar su decisión. Sasha no tomaba partido porque si no, se le iba a salir la idea de mandar a la novia en turno del patriarca y sabía que no sería la idea bien recibida.
- Yo voto por enviar a Geist – dijo Finalmente
- Geist? Por qué? – Pregunto Aioros extrañado.
- Hay muchas razones. La primera es porque es la más experimentada de entre nuestras opciones porque Mayura ni siquiera contemplaría perderla. Segunda, ella tiene experiencia viviendo sola y aunque no tiene armadura, sabe emplearse muy bien para defensa y protección de los niños. Además, sus alumnas tienden a ser muy obedientes y disciplinadas, por lo que no tendrán problema de estar bajo la tutela de alguien más. Es la más adecuada para irse por unos meses en lo que encontramos otras maestras o en lo que Hera puede encontrar a otra más profesional para que se haga cargo de este nuevo proyecto. (y además es el último eslabón del grupito de Shaina que queda en el santuario).
Los cuatro guardaron silencio y Aioros volteó a ver a Mayura, la cual asintió por debajo de la máscara.
- Está bien. Que sea Geist entonces Mayura. Dale la noticia y a las niñas – dijo Sasha – Deberá salir dentro de las siguientes 48 horas para cumplir los deseos de la diosa Hera. Aioros, Marin, gracias por el consenso. Los detalles los veré yo directamente con Mayura.
Marin y Aioros hicieron una reverencia con la cabeza y salieron de la habitación. Sasha invitó a Mayura a levantarse y acercarse al escritorio para planear los preparativos de la Salida de Geist y los planes del recinto para su ausencia mientras Mayura sonreía por debajo de su máscara: El plan de Shion para sacar a Geist del Santuario a tiempo para que nadie notara su embarazo había resultado. Como era posible que conociera tan bien la psiquis de cada uno?
Septiembre 19, 2p.m.
Westminster School.
Londres, Inglaterra
Dm esperaba, bien aseado, peinado y con su mejor traje a que los hermanos de Helena salieran desde la puerta de las aulas hacia el patio. Escuchaba de manera atenta a dos adolescentes que le hacían preguntas sobre la LSEPS y su programa de becas.
El viernes anterior se había informado acerca de la escuela donde los había visto. Era una de las últimas escuelas tipo internado mixto que existieran en el centro de Londres. Nadie podía obtener acceso a los estudiantes si no eran tutores y familiares y era tan estricta la seguridad, que se requerían más de cinco filtros y firmas para obtener un permiso si no lo eras.
Pero ninguno de los directivos contaba con la astucia de DM. Phil indirectamente le había dado la idea y las herramientas para el acceso: Como becado, Phil debía hacer 30 horas de servicio social cada semestre. Phil estaba en el departamento de vinculación académica y este mes, estaban abriendo las solicitudes de becas de primer ingreso. Tenía que ir a todas las escuelas de educación media superior, promoviendo la escuela y sus becas de excelencia. DM había prácticamente "pedido prestado" su portafolio que usaba los martes y jueves para visitar las escuelas con toda su propaganda, gafete y carta presentación, cambiado la foto y fácilmente pudo entrar con ellas haciéndose pasar por Phil.
DM reconoció a la niña mayor Eyra. Ya se estaba convirtiendo en una señorita y se parecía mucho a Helena, excepto por los ojos mucho más obscuros. Estaba acompañada de un chico también ya pre adolescente y por la forma en la que sonreían y bromeaban, supo que era el siguiente Hermano: Gisly. Los dos esperaron a que los alumnos de primaria salieran y Seren e Ivar, con el mismo uniforme sobrio de los dos mayores, salieron tomados de la mano.
Los dos adolescentes que estaban con DM le entregaron las solicitudes y él tuvo la oportunidad de hablar con ellos. Les hizo una señal con la mano y los cuatro se acercaron lentamente.
- Buenas tardes niños…
- Buenas tardes señor – exclamaron todos mientras Eyra daba un paso al frente para preguntar – Es usted la persona que nos dará información acerca de unas becas que podemos obtener más adelante?
DM asintió. Había creído que sería mucho más fácil hablarles cuando estuviera frente a ellos pero la culpa seguía sin dejarlo.
Gisly decidió tomar la palabra.
- Permítanos presentarnos caballero. – dijo Gisly dándole un firme apretón de manos - Mi nombre es Gisly. Estoy en sexto grado. Mi hermana Eyra, la mayor, está en séptimo. Mis dos hermanos menores, Seren, de tercero y por ultimo pero no menos importante, Ivar, de segundo año.
Todos los hermanos hicieron una reverencia muy formal ante el caballero bien vestido frente a ellos. DM estaba sorprendido por los modales y dicción de los niños aunque ese no era su idioma natal. Esperaba que fueran igual de latosos y pequeños que Sammy. Obviamente no había relacionado que hacía casi tres años que no los veía y los niños tendían a crecer.
- Mucho gusto. Yo soy Phillip Lowell pero pueden decirme Phil.
DM se quedó callado unos segundos después de decirlo. No sabía cómo comenzar, pero los niños lo miraban esperando que dijera algo.
- Vengo de parte del comité de becas de la LSEPS para… entregarles información para cuando quieran continuar sus estudios y, por si acaso quisieran aplicar para las becas. – dijo volteando a ver a los más grandes – Sobre todo ustedes dos que son los que más rápido podrían tener acceso.
Les entregó cuatro panfletos y a Ivar se le iluminaron los ojos.
- Es el cuartel general! Yo si quiero estudiar ahí!
- El qué?
- Wyvern suele llevarnos ahí los domingos cuando se le olvidan sus cosas – Explicó Gisly – Y como parece un fuerte, solemos jugar a los espías y en los jardines así que Ivar dice que ahí es nuestro cuartel general.
- Nunca los he visto ahí. – dijo DM extrañado – cuando es eso?
- Regularmente no hay nadie. Eso es antes de que nos venga a traer el domingo – respondió Gisly – o antes de reunirnos con las mujeres después de ir al cricket. Aunque este fin de semana no vinieron porque su papá los castigó.
- Pandy odia el cricket. Y yo pienso, igual que ella que es soberanamente aburrido – dijo Eyra desafiando a su hermano
- Desde luego. También las carreras de caballos. Por eso solo nos lleva a nosotros. – respondió el adolescente – Las mujeres ahí solo sirven de adorno.
- Eso es machista y te acusare con Pandy! – reclamó Eyra
- Pandy? – preguntó DM tratando de seguir la conversación.
Los cuatro niños voltearon a verlo.
- Oh! Mil disculpas. Quisimos decir Miss Heinstein. – explicó Eyra roja de vergüenza
DM estaba algo confundido. Pandy? Se parecería la personalidad de Pandy a la de Candy? Pandy también usaría los corsets de cuero que a el tanto le excitaban?
- Usted se parece a un amigo que tenía nuestra hermana Lena en Asgard. – dijo finalmente Seren – Él era muy gracioso pero siempre olía raro.
- Ah sí! Siempre andaba despeinado y escondiéndose – siguió Ivar
- Gulp, Y… donde está su hermana Lena? – preguntó estúpidamente
Los cuatro niños se agarraron de la mano.
- Nuestra hermana mayor se encuentra arreglando las flores del Folkvangr para la diosa Freya – explicó Gisly
- Pues yo digo que eso no es cierto. Yo he sentido que me cuida cuando me da gripa – reclamó Ivar
- No empieces con esto o el Sr. Lowell pensara que estás loco y no te darán la beca – replicó Eyra
- Pero es la verdad!
A DM se le volvió a hacer un nudo en la garganta. Si tan solo supieran…
- Mencionaron dos nombres que yo conozco – dijo – Qué relación tienen ustedes con la señorita Heinstein o con Wyvern.?
- Ella es nuestra amiga y hermana de Wyvern – dijo Gisly
- Y Wyvern es nuestro tutor legal. – explicó Eyra haciendo que DM tirara todo lo que traía en las manos y los dos más chicos le ayudaran a levantarlo – Bueno no son hermanos de sangre. Ellos eran como nosotros y los adoptaron creo.
- No! El adoptado es Wyvern con sus hermanos – dijo Gisly
DM recibió las cosas de los niños pequeños acomodándolos de nuevo en sus manos.
- Perdón. Es que no escuché bien. – se excusó DM – el chanclamanthys… digo, Radamanthys de Wyvern Heinstein, es su tutor legal?
Gisly frunció el ceño.
- No me gusta el tono en el que lo pregunta.
- Disculpa pero, si la reina de Inglaterra viene y me pega con la chancla, no estaría tan sorprendido. Wyvern es conocido por ser un tipo rudo, violento, jactancioso, intransigente, orgulloso y arrogante. Lo que menos me imagino es un ser como el siendo amable con niños y mucho menos que no son de su sangre. – se le salió decir mientras veía como a Ivar se le aguaban los ojitos pero no lloraba por su nueva educación.
- Creo, señor Lowell, que usted es el arrogante – dijo Eyra – Nosotros cuatro estamos muy agradecidos con ellos dos de que nos tomaran bajo su ala cuando solo éramos unos pobres huérfanos a punto de morir de hambre en nuestro pueblo.
- Y ellos nos llevaron a los mejores hospitales de Oslo y por eso Eyra ya no tose ni esta blanca como fantasma! – exclamó Seren – y a mí ya no me duele el pecho.
- Y dijeron que nos darían la mejor educación que ellos pudieran pagar sin que su papa lo supiera – reclamó Ivar – Ellos son los mejores hermanos mayores después de Lena que podríamos tener.
- Ivar! – Gisly le tapó la boca por atrás a su hermano menor – hay cosas que no se dicen.
DM se peinó con el dorso de la mano. Las cosas que estaba descubriendo no era lo que él esperaba en absoluto.
- Nos va a dar una solicitud?
- No creo que la necesiten si… Wyvern los soporta económicamente – respondió DM sin pensar.
- Nosotros no esperamos ser una carga para el – dijo Gisly – En algún momento, siendo tan apuesto y rico tendrá que casarse y sabemos que muchas esposas no aceptaran que él nos mantenga.
- Lo que Gisly quiere decir, es que tendremos las calificaciones necesarias para la beca y como no hemos sido adoptados, podremos ser considerados como de una minoría y aplicar para la beca. Wyvern y Miss Heinstein son nuestros modelos a seguir – interrumpió Eyra muy seria.
DM se sintió chinche. Hasta los niños tenían más sentido común que él. Les entregó dos solicitudes y los niños comenzaron a llenarlas. Los más chicos miraban a DM con los ojos entrecerrados. No les había gustado que dijeran cosas malas de Wyvern. DM se bajó a su nivel.
- Y… les gusta Londres? Es muy diferente de Asgard.
- Muy caliente – respondió Ivar – Las profesoras me ponen abrigo y bufanda y yo solo quiero quitármelo todo
- Calor? Bueno supongo que comparándolo con Asgard, esto es el caribe. – respondió DM – Supongo que viven aquí todo el año.
- Excepto en vacaciones y días festivos que nos vamos de viaje – dijo Seren – Ya Conocimos a Mickey y Donald!
- Miss Heinstein le esta enseñando cosas de niñas a mis hermanas – intervino Ivar – Y Wyvern nos esta ensenando a ser unos perfectos caballeros.
- Van por buen camino.
- Y hasta nos compró un perro! – dijo Seren saltando emocionada fuera de protocolos por primera vez – Esta en la granja donde están los caballos de carrera de Wyvern.
- Es casi del tamaño de un pony! – explicó Ivar – Se llama Beethoven.
- Déjenme adivinar. Es un San Bernardo?
Los niños lo miraron extrañados.
- Claro que no! Es un rottweiler.
- Por qué no me sorprende? – susurró DM de forma despectiva. La manera en que se expresaban los niños de Radamanthys lo estaban sacando de quicio.
Eyra miró el cambio de humor en DM y lo miró de manera inquisidora.
- Usted los conoce verdad? Estudian juntos?
- Si
- Es verdad que Pandy, digo, Miss Heinstein tiene las mejores calificaciones de su grupo? – pregunto de nuevo
- Solo por algunas décimas. Aún le falta mucho. Sobre todo modales con los que menos tienen – dijo recordando como trataba ella a los becados.
- Suena a que le tiene envidia – respondió Eyra entregándole su hoja – Sobre todo ahora con su nuevo look. La ha visto? Parece toda una princesa. Yo le pediré unos vestidos como los que ella usa para mi cumpleaños.
DM no contestó. No parecía una princesa. Parecía un sueño hecho realidad. La mujer más sexy y candente de Londres, pero ella parecía que ya tenía nuevo dueño, lo que tampoco le hacia la menor gracia y estaba cada día más dispuesto a averiguar quién del club se la había robado y cambiado tanto.
- Le gustaría comprobar que todo lo que decimos es verdad? – pregunto Gisly – el 13 de Noviembre, como cada año, iremos a ver a Lena los cuatro.
- Como dices?
Gisly se lo llevó un poco lejos de sus hermanos menores mientras le entregaba su solicitud.
- El 13 de noviembre murió Lena. Los seis la visitamos a manera de respeto y le llevamos flores. Verá que no hemos mentido en como son Wyvern y Miss Heinstein. Podrán volverse amigos también.
- Pero su hermana no murió en Asgard?
- Miss Heinstein hizo todos los trámites para traerla al cementerio de su familia. – respondió Gisly mientras escuchaba la campana que les invitaba a entrar de nuevo para sus actividades extracurriculares.
- En el castillo Heinstein? En Turingia?
- Si
- Y dices que su "padre" no sabe de ustedes ni nada.
- Eso dijeron eso y les creemos. Lo siento señor Lowell, Tenemos que irnos pero… ingresara las solicitudes verdad? – preguntó antes de ir junto a sus hermanas.
- Tengan buenas calificaciones y con gusto las ingreso. – contestó DM sacando una de las tarjetas de Phil, tachando su teléfono y poniendo el suyo – Sé que tienen a Wyvern y a Pandora, pero… si necesitan de alguien más, o si tienen algún problema que ellos no puedan resolverles… llámenme. Les prometo que vendré de inmediato.
Gisly asintió y guardó la tarjeta en su bolsillo mientras tomaba la mano de Seren.
- Mucho gusto en conocerlo Mr. Lowell – dijeron los cuatro antes de darle la espalda para comenzar a caminar hacia las aulas de nuevo.
DM se despidió con la mano y casi salió corriendo de ahí. De algún modo intuía que no debería haber ido, pero por otro lado, estaba aliviado de saber que Pandora solo había blofeado cuando dijo que les haría daño. Y eso lo hacía sentir cucaracha después de todo lo que le había gritado ese día. Corrió hacia el primer bar abierto que encontró. Necesitaba un trago, o cinco… o diez…
Septiembre 19, 5pm
En algún lugar subterráneo
Egipto
Sho se desvaneció por segunda vez en la última media hora y Aleix optó por cargarla en brazos. Calculaba que sería ya casi media tarde porque comenzaba a enfriar después de un día infernal que sentía a pesar de estar aún bajo tierra. Llevaban caminando por horas subiendo y bajando por túneles y cámaras mortuorias en forma de laberinto con trampas mortales y toda clase de bichos rastreros con apenas unos pocos tragos de agua y unos mendrugos de pan que los soldados con mascara de perro solían aventarles de vez en cuando. Sorprendentemente Aleix se sentía mucho mejor con solo eso de alimento que cuando comía regularmente las tres comidas, pero para Sho obviamente ayunar no era lo suyo. Estaba ya demacrada y Aleix temía que pudiera darle algo como la Fiebre del Nilo o alguna de esas enfermedades de la región con los que ellos dos aun no sabían lidiar.
Media hora más tarde, todos se detuvieron antes una enorme puerta de piedra con varios jeroglíficos. El líder de todos sus captores metió su mano en uno de las decenas de agujeros que estaban labrados en la pared y Aleix de inmediato supo era la última trampa antes de poder entrar a donde quiera que estuvieran yendo. La puerta tardo unos segundos después de escucharse varios clicks y los soldados delante y detrás de Aleix y Sho, formaron una valla con las Armas desenfundadas. Aleix supo que era el final del camino.
De la puerta salieron dos esclavos, quienes con dos cubetas de agua cada uno, se las aventaron a Aleix y Sho sin contemplaciones, haciendo que Sho se despabilará y saltara de los brazos de Aleix con nuevas fuerzas.
- Pero que caraj…! – antes de que pudiera terminar, le aventaron otra de las cubetas de agua en la cara
Aleix volvió a tomarlo con calma. Agradecía de hecho el agua fría con ese calor infernal y cuando los mismos esclavos les dieron una toalla, se dio cuenta que lo que quería eran "purificarlos", por lo que se limpió lo más que pudo, haciendo que Sho lo imitara.
- Ahora que están presentables, podrán postrarse ante la grandeza y magnificencia de nuestro señor. – dijo el líder de los enmascarados poniéndole su espada curva en las espaldas para hacerlo avanzar.
- Maestro, porque no hemos hecho nada para salir de aquí? – preguntó Sho susurrando – Yo he visto su fuerza y velocidad. Hubiéramos podido vencerlos.
- Porque quiero ver cuál es su propósito real al traernos hasta acá – respondió Aleix del mismo modo – De querer matarnos, ya lo hubieran hecho días atrás.
Entraron a una cámara tan brillante que parecía haber sido hecha de oro. Un trono se encontraba varios escalones más arriba, y entre ellos y el trono, una mesa de piedra labrada y sobre ella una figura femenina muy menuda, con la cabeza cubierta por una gasa blanca y vendada en el 70% de su cuerpo, dejando ver únicamente un abultado abdomen.
Aleix miraba todo con detenimiento. Parecía estar dentro de un templo muy importante por las riquezas y alfarería de oro y piedras preciosas que estaban por doquier.
- Arrodíllense ahora! – ordenó el líder mientras recibían dos golpes en las curvas de las rodillas para hacerlos flaquear.
Una hilera de soldados entraron detrás de ellos y procedieron a arrodillarse con los brazos extendidos al frente y la frente pegada al piso mientras la otra había quedado en alerta. Aleix si bien se sentó sobre sus talones, no iba a doblegarse ante nadie que no fuera su... diosa?. Aun pensaba en este último pensamiento mientras un sacerdote tocaba el suelo con su cayado.
- Arrodíllense todos ante Inpu! "Señor de las necrópolis", "Señor de la Tierra Sagrada", "Señor del País Sagrado", "Señor de Rosetau", "El que está sobre su montaña", "Señor de las cavernas", "El que preside la capilla divina", "El que está en la cámara del embalsamamiento", "Señor de los embalsamadores", "El que está sobre las vendas", "El que cuenta los corazones", "El Señor de Nubia"…
- Ya, ya. Descansa la lengua Apofis… - exclamó una supermusculosa figura masculina delante de ellos vestido con magnificas túnicas doradas mientras subía a su trono. – Acérquenlo! Quiero verlo más de cerca. A la chica déjenla ahí. Ella no me interesa
- Ella viene conmigo. – contestó Aleix
- Nada le pasara… aun. – dijo Anubis sentándose en su trono con su cetro negro mientras les hacia una señal a los soldados, quienes trajeron casi a rastras a Aleix para volver a doblegarlo frente a él.
Anubis lo examinó de pies a cabeza con la mirada algo que también hizo Aleix.
- Dime tu nombre, humano.
- Aleix – contestó el susodicho sentado sobre sus talones sin importarle que la punta de una de las espadas estuviera tocando su espalda.
- Nombre completo para saber tus pecados.
- No sabía que esto era un juicio. En todo caso le correspondería a la corte de Minos juzgarme, no a usted.
Anubis hizo una señal y pusieron la punta de cinco espadas en la garganta de Sho quien hizo una exclamación que hizo voltear a Aleix.
- Le hare de nuevo la pregunta. Nombre completo
- No me lo sé. Solo sé que soy Aleix de Dragón Marino. General Marino a cargo del Océano Atlántico Norte a las órdenes de Poseidón.
- Entonces porque vino a Egipto? Está lejos del Atlántico Norte.
- Estoy en una misión encomendada por Poseidón para salvar la fauna del bajo Nilo. No pretendíamos molestar a nadie. – contestó Aleix tranquilo – Déjenos ir y haremos como que nada de esto paso.
Anubis lanzó una mirada con burla a su sacerdote. Acaso no sabía que no les costaba nada simplemente matarlos y pretender que nada pasaba de igual forma? Pero Anubis tenía bien claro el por qué había sacrificado el agua del Nilo para atraer a Aleix. Obviamente no se lo iba a decir.
- Hubo una alerta debido al bajo cauce del Rio Nilo y seguimos el problema hasta la presa de Aswan – siguió diciendo Aleix – Anfitrite y Poseidón estaban muy preocupados y…
- Y Poseidón recuerda que este no es su territorio?
- El delta del Nilo es parte del territorio a mi cargo – Contestó Aleix
- Digamos que te creo. Y ella? Es una marina de Poseidón? O tu amante?
Aleix se sonrojo un poco mientras que el color del rostro de Sho había cambiado a un color granate intenso.
- Es una aprendiz de Marina apenas. No hay ninguna otra relación entre nosotros.
- Hace cuánto eres tú el encargado del Atlántico Norte? Conocí a otro mucho menos… amistoso hace menos de 7 años. – preguntó Anubis – Ciertamente nos dio mucho trabajo con sus tonterías.
Aleix se mordió la lengua. Si Kanon le había hecho algo a la persona frente a él, eso no era problema suyo, pero no iba a empeorar las cosas.
- Hará unos cuatro meses.
Anubis se levantó encabronado gritando.
- No solo irrumpen en mi territorio sino que me manda a un novato? que me impide no tomar esto como una declaración de guerra?
Aleix no se movió ni un centímetro a pesar de este exabrupto.
- Excelente pregunta. No estoy armado. Ni ella. No hicimos ningún daño a ninguno de los canes que se quedaron allá afuera. Y el tenerme aquí sin fundamento declarando la guerra a dioses más poderosos que ustedes no es como muy inteligente de su parte, no cree?
Anubis golpeó su bastón en el piso haciendo temblar a su sacerdote.
- Más poderoso según quién?
- Las historias de los libros en la que a usted, Inpu, ni siquiera lo consideran un dios. – respondió Aleix con paciencia
Anubis respiró profundo para no estallar.
- Aun así los griegos no se acercan por acá, y usted no debió hacerlo tampoco. Es considerada una gran falta de respeto a mis ojos. Su actitud es mucho peor que la de su predecesor que ya es bastante decir, pero que podía esperarse de alguien que no es fiel ni a su propia sombra? De un desertor cualquiera en venta al mejor postor?
- Veo que de eso si está enterado. – respondió Aleix muy serio – No los tenía como chismosos. Entonces también está enterado que no recuerdo mucho de esa disque "deserción".
- No te culpo. Athena no es más que un remedo de diosa que no ha servido para nada en los últimos 2000 años. – respondió volviendo a sentarse en su trono sintiendo la mirada penetrante de Aleix en la espalda.
- No le permito que…! – Aleix gritó intentando controlar sus palabras. La verdad es que no lo estaba consiguiendo.
- Qué? – respondió Anubis evaluando a profundidad la reacción de Aleix
- Athena no es... – comenzó a decir Aleix tomándose la cabeza como si le doliera.
- Athena es un remedo de diosa? No es tonta? Ni una de las más prostituidas de su adorado Olimpo?
Aleix se movió rápido para atacarlo, y lo hubiera conseguido de no ser por los guerreros de Anubis, quienes lo detuvieron con 12 lazos brillantes haciendo reír a Anubis.
- Porque el enfado? No dije nada de Poseidón. A él le debes lealtad, no a Athena.
- Maestro! – Gritó Sho corriendo hacia Aleix quien fue de nuevo capturada de la misma forma que Aleix quedándose unos metros detrás de él.
Anubis se dirigió entonces hacia ella.
- Espera. Te he visto antes. No se suponía que habías nacido para ser recipiente de Eris? La que arruinó la vida de su hermana y… jajaja también desertaste de las filas de Athena? - mira a Aleix mientras lo dice – Tan mal están sus filas que todo mundo la abandona?
- Eso no te importa! –respondió Sho
Apofis le dio una cachetada a Shoko por orden de Anubis.
- Cuida tu boca chiquilla o no seguiré con consideraciones. Una cosa es un general y otra una simple aprendiz. No tendré mas consideraciones.
Aleix comenzó a forzar a salir su poco cosmos como Shaka porque estaba furioso de ver como Sho estaba siendo tratada.
- Entonces con quien quieres que inicie una guerra? Con Poseidón o Athena?
- Si te contesto te desquitaras de nuevo con Sho porque sabes bien que no puedes arriesgarte a tocarme – dijo Aleix comenzando a desatarse y viendo como otros corrían a socorrer a sus amigos que eran aventados por los aires. - Misma jerarquía de Thanatos, misma cobardía…
Anubis volvió a sonreír. Ese hombre frente a él era aún más interesante de lo que le habían dicho sus investigaciones.
- Hablas de mi querido colega Thanatos… También tienes algún problema con él? En realidad hace varios siglos que me está invitando a darle una azotaina a Athena y contigo me dan más ganas de decirle que sí. Apofis… Con cuantos caballeros cuenta Athena en este momento?
- Ninguno señor. Recuerde que ahora Hera es la responsable de gobernar la tierra. –dijo el sacerdote - Athena fue despojada de templo, santuario y demás. Es presa fácil en este momento.
Aleix, de nuevo lidiando con los guardias intervino.
- No estoy seguro que quieras lidiar con Hera.
- Quien dijo que yo tocaría propiedad de Hera? Es a Athena a quien queremos fastidiar y ahora que está sola, mucho mejor. – respondió Anubis – Además, Si me preguntan, diré que una santia de Athena me faltó al respeto y vino a declarar la guerra. Dado que usted trabaja para Poseidón, no será inmiscuido.
- Yo no estoy declarando ninguna guerra! – dijo Sho siendo jalada por los lazos dorados y azotada en la pared de la tumba quedándose tirada momentáneamente.
- Si ella vuelva a hablar sin que yo le pregunte lo tomare como una ofensa y las consecuencias no serán buenas – Advirtió Anubis fastidiado por la interrupción - Donde estaba antes de volverse general marino?
Aleix miró a Anubis con coraje, pero en lo posible no le daría motivos para que hubiera otra guerra.
- Estaba viajando por América. Ella es muy joven. No volverá a hablar – dijo Aleix mientras volteaba a verla haciéndole una mirada de advertencia a Sho que hizo que se mordiera la lengua.
- Está casado?
- Si, con Keres – respondió Aleix algo sonrojado
- Y donde esta ella?
- No lo sé. Escondida en Grecia supongo.
- Porque no está con ella?
- Porque su amiga loca me abandono en Nueva York sin dinero y sin medios para regresarme! – gritó Aleix - La he estado buscando para pedirle cuentas pero no la encuentro y nadie me dice donde esta!
Anubis volvió a mirar penetrantemente a Aleix para saber si decía la verdad pero cuando Sho quizo incorporarse chocando con el filo de la tumba y volteando para arriba, la gasa que cubría la cara de la mujer quedó frente a ella.
- Keres! – gritó antes de voltear hacia Anubis – Que le hiciste maldito!
Anubis lanzó un ataque eléctrico con su bastón hacia ella, pero Aleix se interpuso para sorpresa de todos recibiendo toda la descarga.
- Que… dijiste Sho? - preguntó soportando el alto voltaje
Anubis lo soltó para preguntarle a ella.
- Tú conoces a Keres?
- Claro que sí! Era mi amiga! – contestó Sho – Ella fue la que me dijo que pidiera trabajo con Poseidón cuando me quitaron mi armadura en favor de mi hermana! Alguien nos mandó un correo diciendo que Ares la había matado pero no lo creí… después de todo… es Keres!
Aleix se incorporó poco a poco para acercarse a unos metros el cadáver.
- Pero esta no es Keres. Mi… "esposa" es rubia, de ojos azules, muy delgada…
- Y que sabes de sus bebes? – volvió a preguntar Anubis a Sho ahora que había confesado ser amiga de su hija.
- bebes? – exclamaron los dos al mismo tiempo.
Anubis se quedó callado. Apofis pidió permiso para contestar que le fue concedido.
- Keres, diosa de la muerte violenta, estaba en embarazo a la hora de ser asesinada. Estaría cumpliendo 5 meses de gravidez.
Ambos jóvenes estaban en shock.
- Keres… quedo embarazada?
- Pero Maestro… debe ser otra Keres su esposa porque mi amiga, QEPD, si estaba casada pero con alguien llamado Chris Hermsworth. Lo recuerdo porque nos lo enseño mientras veíamos una película la última noche que estuvimos juntas.
Anubis se agarró el puente de la nariz. Su hija estaba tan loca como su hermana.
- Por qué no trae a la loca de Isis y le preguntamos? – sugirió Aleix - Ella sabía que yo andaba buscando a Keres! Y si me hubiera dicho que estaba embarazada la hubiera buscado con más ahínco!
Anubis le hizo una señal a Apofis, quien salió por una puerta lateral apresuradamente.
- En primera, deja de decir que Isis está loca. No es algo de lo que estemos orgullosos aquí y un griego tampoco tendrá permitido decirlo.
- Pues yo no soy… - Aleix comenzó a sentirse confundido en su mente – ok. Siga
- Como conociste a Keres?
- No estoy muy seguro – contestó tratando de aclarar su mente.
- Que sabes de ella?
- No mucho. Ella dijo que estábamos saliendo... Tiene una amiga Isis que es una bruja... Digo... Hechicera, y que ella se parecía mucho a... – abrió los ojos muy grandes al darse cuenta de la verdad – …Junet
Apofis volvió caminando detrás de Isis, quien estaba vestida como su posición lo dictaba. Al ver a Aleix corrió hacia ellos.
- Holy shit! Donde lo encontraste? digo ... hola
- Lenguaje
- Perdón
Si la mirada pudiera matar, Aleix la hubiera atravesado varias veces. Isis se dio cuenta pero estaba en su territorio así que no tenía miedo.
- Isis lo conoces? – preguntó Anubis.
- Pues... sí. Ya le creció el pelo y se le acabo mi tinte. Te queda mejor el rubio. – dijo tocando su pelo antes de ser empujada por el hombro de Aleix.
- Deja que salga de aquí... – volvió a murmurar Aleix alzando el puño
- Silencio.! Isis, Este es el esposo de keres? – preguntó Anubis
- sí. El mismo. Lo embalsamaras y enterraras con ella como es nuestra costumbre? Déjame hacerlo porfis! Sabes que adoro hacer momias.
- ja! Ni que les se las fuera yo a poner tan fácil. – respondió Aleix cruzándose de brazos
Anubis hizo de nuevo una demostración de su poder para controlar a un Aleix que quería atacar a Isis.
- Muchachito arrogante… me estas cansando la paciencia. Isis, Aleix es su verdadero nombre?
- No
- Cuál es su verdadero Nombre?
- No lo sé. Keres no me lo dijo. Solo que ella estaba enamorada de él y... Que la cabeza hueca le dio mal una de mis pócimas... y se casaron…disfrutaron de la luna de miel… yo no lo conocía antes de ese día – confesó
- cof cof bruja cof cof – tosio Aleix.
Isis volteó a ver a Aleix y le dio la espalda para estar de frente a su hermano.
- No podríamos hablar de esto en privado Inpu? Qué tal que este hombre me hace algo?
- Sabes que estas bajo mi poder luego de tus jueguitos con Keres y el merece saber la verdad y así sabré si merece verla o no. Dime todo lo que sepas y tu – dirigiéndose hacia Aleix – Comenzaras a respetar a mi hermana o me desquitare con tu aprendiz. Última advertencia.
- Inpu… tu sabes que ella... Tu sabes lo enamorada que estaba de Asmita y el... Pues se parece mucho físicamente. – dijo viendo a Aleix - Cuando ella tenía tiempo libre de su trabajo con Ares, ella se escabullía en ese santuario griego únicamente para estar cerca de él y hasta a la regadera lo seguía camuflando muy bien su cosmos. Separo parejas, manipuló mentes, falsificó documentos, forzó relaciones carnales y solo es la punta del iceberg. Siempre se te dijo que no la dejaras con Ares porque se le pegarían las malas mañas pero siempre la consentiste en eso!
Aleix comenzó a sentirse algo mareado. Lo encerrado del lugar junto con el cansancio acumulado, la falta de agua y comida y la confusión en su cabeza estaba haciendo mella en él.
- La boda se dio mientras estaba con Athena o Poseidón? - le susurro Anubis a Isis
- Athena
- Como Athena pudo permitirlo?
- Porque no vas y le preguntas – respondió de la misma forma misteriosa.
- Te estoy preguntando a ti
- Yo no sé cómo trabajan los griegos.
Anubis hizo un gesto de desesperación con la mano en la cara de Isis apachurrando sus mejillas para hacer que su boca pareciera que daba un beso.
- Aleix según lo que mencionaste buscabas a Isis – dijo sin soltarla - te concedo que le hagas algunas preguntas y ella te las va a contestar.
- Suéltala. Creo que me ha dicho más de lo que yo le hubiera preguntado. Debo decir que todo lo que ha dicho que Keres hizo, me halaga de un modo extraño. Pero me preocupa eso de... Que separó parejas. A que se refería? Yo tenía una pareja?
Isis se puso a pensar.
- no... (al menos, no formalmente)
- Entonces... Fue alguien cercano a mí? – volvió a preguntar Aleix.
- unos vecinos. Una pelirroja y el que vivía en la casa de al lado. Ella solo quería consolarte a ti y a ella pero, como el desastre que ella era, nada salió bien, intentó arreglarlo y le salió peor y yo por motivos de seguridad nacional tuve que alejarme de Grecia jaja lo cual no le quita que estuvo buenísimo...
Anubis comenzó a sobarse ambas sienes. No sabía si de verdad quería saber más de las tarugadas que había hecho Keres.
- Aleix, como ya habrá oído, Keres es mi hija y efectivamente está muerta junto con dos de sus tres hijos nonatos.
- No, eso no es posible. – respondió Aleix
- Ella estaba en embarazo de trillizos y si, la asesinaron de una manera despiadada. De la venganza ya me estoy haciendo cargo. Uno de esos bebes ha dado aún señales de seguir viviendo e incluso, como puedes ver, ha seguido creciendo más o menos de un modo normal, pero últimamente, ya casi no se le siente latidos. Era un bebe muy fuerte.
Lo soltó de cualquier amarre y el bajo las escaleras para situarse junto a Keres.
- Ven Aleix. Comprobemos algo. – Aleix se acercó a él viendo el rostro tranquilo de Keres - Esta es la verdadera cara de Keres – dijo mostrándole a una joven castaña de cuerpo algo menudo y con el vientre muy abultado- Coloca tu mano en su vientre.
- Pero... Ella no se parece a... - exclamó Aleix tratando de recordar el rostro de su esposa - Esta chica es solo una adolescente!
- Es la verdadera apariencia de Keres – repitió Anubis antes de tomar la muñeca de Aleix y ponerla en el vientre de su hija – Puedes sentirlo?
Aleix se concentró y una chispa muy pequeña de cosmo se dejó sentir junto a su mano. Automáticamente los ojos de Aleix comenzaron a humedecerse y tan pronto como lo hizo, ese pequeño cosmos se extinguió por completo.
- Que paso? Porque ya no la siento? – preguntó Asustado
Anubis puso una mano en su pecho y la otra en el vientre encendiendo su cosmo. Hizo una mueca con una sonrisa triste.
- Él bebe solo esperaba despedirse de su padre aparentemente. Lo siento.
Anubis hizo una señal y tanto el sacerdote como los guardias comenzaron a caminar hacia ellos para llevarse el cadáver a la cámara de embalsamamiento. Aleix adivinó lo que iban a hacer y agarro de los hombros a Inpu.
- No...! No se puede morir!... Haz algo! – le suplicó.
Anubis lo miró por unos segundos antes de cancelar todo con un gesto y comenzar a escanearlo de nuevo.
- Su energía se diluye muy rápido. Isis ven y ayúdame!
Isis, quien veía todo un poco confundida, corrió a ayudarle con su cosmos encendido.
- Dijiste que estaban muertos!
- Pues si… Tú! usa tu cosmo para llamar a tu hijo! Haz algo útil! – gritó Anubis.
Aleix volvió a cargar toda la energía que pudo sobre el vientre de Keres cerrando los ojos subiendo el poco cosmos que tenia
- No. No te mueras... Keres por favor... No permitas que tu hijo... Nuestro hijo... Se muera. Poseidón... Hera... Athena... Ayúdenme. No me importa morir yo... Él es inocente...
- No es suficiente. Isis sientes algo? – preguntó Anubis
Isis negó con la cabeza mientras tiraba algunas lágrimas por su amiga. Pasaron solo unos segundos antes de que toda la cámara comenzara a temblar.
- Que sucede? – Preguntó Anubis al mismo tiempo que parte del techo de la cámara donde estaban explotara y un brillo tan intenso como el sol, cegara a todos los presentes y golpeara a Aleix, quien sin soltar el vientre de Keres aceptó su cosmos como Shaka pasando suficiente cosmos al vientre de Keres, que comenzó a brillar con fuerza.
Anubis, reponiéndose del impacto luminoso y al ver que Aleix se desvanecía por el impacto pero su cosmos se mantenía en el vientre de Keres y se extendía comenzó a trabajar en el cuerpo de Keres.
- Isis! llévate a la chica y asegúrate de que pongan a Aleix en una habitación. Y pídele a todos en la familia que bajen. Los necesito!
Isis se llevó a Sho, quien estaba al pendiente de que se llevaran con cuidado a Aleix y tan pronto hubieran todos cruzado el umbral, Anubis vio con asombro como Keres daba un gran respiro.
Septiembre 19, 10PM
Habitación de Huéspedes.
En algún lugar de Egipto
Shaka continuaba dormido. La recuperación de su cosmos había sido tan repentina y la gruesa nube que cubría sus recuerdos como Shaka se había disipado tan rápidamente, que había colapsado totalmente agotado mentalmente.
Recordó todo, como Shaka y como Aleix… desde su infancia al lado de sus hermanos caballeros, sus peleas con y junto a los santos de bronce por rescatar a Athena, sus viajes, cada una de sus palabras, su nueva vida… su traición a Athena y a todo lo que él consideraba sagrado.
Aun soñando, intentaba tranquilizarse y meditar bien su siguiente paso. Acababa de enterarse que iba a ser padre y que su esposa, aunque no era la que el en su sano juicio hubiera elegido, yacía muerta también y la vida de su hijo pendía de un hilo tan delgado que igual no podía considerarse vida.
En su sueño…
Shaka se encontraba en un campo verde sentado en su favorita posición de loto meditando todo lo que acaba de pasar y orando y mandando todo lo que podía de su cosmos al vientre de Keres.
Una cosmoenergia que él conocía muy bien comenzó a caminar hacia el hasta quedar a unos metros detrás de él. Reconociendo el cosmos y levantándose de su posición, se puso en una rodilla en señal de respeto con la cabeza agachada frente a ella.
- Athena...
- Eres realmente tu mi querido caballero? – La dulce voz de Athena dirigiéndose a el hizo que Shaka temblara de emoción aunque no se atrevía a levantar la mirada avergonzado de sus actos - Mírame por favor. Solo así sabré que eres tú realmente.
- No puedo. He dejado de ser digno de estar en su presencia
Athena se arrodilló gentilmente frente a él y le levanto la cara para que la mire a los ojos. Shaka no pudo dejar de admirar que aunque no reconocía el cuerpo que estaba usando Athena en este momento, su mirada limpia y dulce sonrisa era la misma. Los ojos de Shaka comenzaron a acusarse conmovido.
- No dejas de ser uno de mis caballeros más queridos, Shaka.
- No lo merezco después de todo lo que he hecho estos últimos meses, mi señora.
- De eso hablaremos después, ahora dime sabes tú bebe está bien?
La dulce voz de Athena después de tanto tiempo de estar perdido, le estrujó el corazón.
- No lo sé… - exclamó consternado
- Yo si lo sé. Tú lo mantendrás a salvo porque tu cosmo sigue fluyendo atreves de él. Shaka recuerda bien quien eres.
- Soy Shaka, ex caballero dorado de virgo por juego de los dioses, AKA Aleix de… Dragón Marino y ahora… yerno de un dios egipcio que no sé cómo fue que engendro una diosa griega y esto esta tan enredado que no sé si es cierto o solo fue una pesadilla y además soy un desertor y….
Athena le tomó de ambas manos.
- No intentes averiguar los descalabros sexuales de mi familia porque todos sufriremos. Me alegra tanto que hayas regresado a la normalidad, pero ahora debes tener mucho cuidado. Estas bajo las ordenes de Poseidón ahora y tienes un hijo en camino así que ten paciencia por favor.
- Paciencia? Es esto una prueba del olimpo que me pusieron para demostrar mi lealtad y Mi fe? Porque de ser así, reprobé por donde lo vean. – respirando hondo y profundo – Lo siento. Creo que tardare un tiempo en recobrar mi tranquilidad habitual. Mi otro yo no es tan… no era tan serio como yo.
Athena asintió comprensiva.
- Shaka, tú mismo lo dijiste, fue un juego de los dioses que muy tarde nos dimos cuenta, y créeme que ni yo misma esperaba esto. Yo también reaccione así cuando me quitaron a mis adorados caballeros pero, te aseguro que tarde o temprano, todos volveremos a estar juntos y estaremos mejor que antes. Te lo prometo.
- Pero es que después de recordar todo lo que hice… la gente a la que lastime…
Athena le tomó las mejillas.
- Shaka, debes perdonarte y empezar a enmendar lo que creas que debes enmendar. – respondió – Tu eres uno de mis caballeros más sabios y otros aún más sabios que tú y con más experiencia, han tomado decisiones que nos afectaron a todos por su impaciencia y… mi debilidad.
- Lo dice por la "famosa" rebelión de los Aries?
- Entre otros. – confesó Athena – Y a pesar de yo haberles fallado como líder y como diosa, ellos me rezan constantemente porque no me han perdido la fe. No los considero una rebelión, sino un evento de crecimiento espiritual en ambos bandos. Yo misma estoy aprendiendo muchas cosas estando fuera de la seguridad del Santuario por primera vez en milenios.
Shaka la miró entre curioso y aliviado.
- Entonces… aun puedo contar con su gracia divina? La necesitare para enfrentar lo que viene. Entre ellos recuperar el respeto de mis hermanos dorados… y ex dorados.
- Claro que te ayudare. Varios de tus hermanos te apoyaran y comprenderán la situación, solo debes saber buscarlos.
Hubo un momento de silencio antes de que Shaka se pusiera en ambas rodillas.
- Athena... Ahora que estamos solos, le pido humildemente que me perdone por... Aquel incidente que...de no haber obrado de esa forma... el interrogatorio con la mujer de Saga... Mi castigo...
Athena le acarició maternalmente una mejilla, haciendo que Shaka cerrara los ojos para disfrutar la calidez de su cosmos.
- Shaka no es solo a mí a quien debes pedir disculpas por eso, pero ella y tú no tienen la culpa completamente. Algo los afecto a los dos descontrolando la situación y no culpare a Saori por no haber puesto atención a la energía que te rodeaba, porque no era la única responsable del santuario…
- Yo también la notaba pero... Nunca le di la menor importancia. Siempre le critique a mis hermanos el no poder controlar sus impulsos y yo tampoco lo hice.
- Eso demuestra que tú eres tan humano como ellos pero debes remediar lo que tus impulsos causaron. Prométeme que lo harás.
- Te prometo Athena, que lo intentaré con todas mis fuerzas y mi corazón. Pero dime… Escuchaste mis suplicas? Por eso viniste y trajiste mi cosmos cuando más lo necesitaba?
Athena se separó de Shaka para levantarse.
- Yo siempre los escucho Shaka, a ti y todos tus hermanos y resto de mis caballeros, pero no siempre puedo intervenir. Esta vez, supe que no solo me necesitabas sino que un inocente moriría si no te ayudaba. Hablé con Hera para que me permitiera sacar la vasija del santuario y para que permitiera el nacimiento de ese niño; con Hades para que no aceptara el alma del niño aun; y con mi padre para que no hubiera ninguna repercusión en tu contra. Tal vez no tenga mi santuario, pero aun puedo ayudar a mi gente. Ahora debo irme y dejarte meditar como lo hacías antes de que yo llegara. Necesitas encontrar la paz y recordar todos esos maravillosos preceptos budistas en el fondo de tu corazón que te ayudaran a sobrellevar estos días. Si me necesitas, contacta a Saori o llámame con toda tu alma como ahora. Y Shaka?
- Si?
- Feliz cumpleaños
Shaka la vio desvanecerse frente a sus ojos y suspiró aliviado antes de sentarse sobre sus talones. Otra cosmo energía comenzó a aparecer delante de él y supo que le esperaba tremenda reprimenda del mismísimo buda cuando lo vio frente a él.
- Oh oh….
Septiembre 20, 1pm
Taller de Hefestos
Columbus Isle, Bahamas
Hefestos martillaba su yunque con fuerza mientras miraba hacia la puerta del baño. Esta ya era la quinta vez que Mu tenía que salir corriendo al baño para vomitar y comenzaba a preocuparse. Por lo que su amigo Shion le había contado, los lemurianos solían ser bastante saludables. Se escuchó el ruido del toilette corriendo el agua y después de la higienización bucal de Mu antes de que abriera la puerta con la cara aun húmeda por haberla metido en agua fría.
- Te sientes bien? – preguntó Hefestos viendo que Mu se sentaba un momento en el banquillo a tomar té de su termo
- Esta humedad va a terminar conmigo. Lo juro. – respondió cerrando los ojos – Déjeme reposar solo cinco minutos.
- Te dije que no deberías trabajar tanto – dijo Hefestos invitándolo a acostarse en el sofá que meses antes había sido testigo del compromiso entre Shaina y Minos – Tu castigo aquí terminó ayer. Ya puedes irte.
Mu obedientemente se recostó. Llevaba varios días mareado y con náuseas y de no ser porque su cuerpo era muy fuerte, hubiera colapsado varias veces.
- Lo sé, pero se me ofreció terminar el último lote de los brazaletes por una paga y en este momento en el que necesito ahorrar…
- Ah sí! Para tu boda con la pequeña Ex avatar de Eris jajaja. Yulij dice que se ha desarrollado muy bien desde entonces, aunque algo arrogante.
- La gente dice muchas cosas – respondió Mu molesto de que ya todo el chisme anduviera en boca de todo el santuario
- Debes quererla mucho como para querer dar el siguiente paso – siguió diciendo Fes – Espero estar invitado a la ceremonia…
Mu se tapó la cara con el cojín más cercano para no gritar. Si quería casarse pero no era esa persona de la que Fes hablaba.
- Debo decirte que desde que ella vino, tus piezas de practica dejaron de ser desperdiciadas en el mar – Mu se tapó con más fuerza por la vergüenza de haber sido descubierto – Y si es por ella que todas esas piezas te salen tan perfectas últimamente, bendita sea.
A Mu comenzó a acompasársele su respiración hasta que se quedó dormido. Se sobresaltó quince minutos después y se levantó de un salto.
- Perdón, me quede dormido.
- Mu, estoy a punto de llamar a Shion para que venga por ti. No me gusta nada la cara que tienes.
- Si bueno, usted no es lo más guapo del mundo tampoco.
- Jaja me refería a tu semblante pálido y enfermo – dijo Hefestos de buen humor haciendo que Mu de nuevo se ruborizara de vergüenza por su reacción – Es muy peligroso para ti manejar el horno con esos súbitos mareos y nauseas.
- Disculpe maestro. No le llame a Shion. Ya tiene suficientes problemas – suplicó – yo creo que es por agotamiento y hambre. No he podido comer bien. El calor hace que la comida me sepa no muy agradable al gusto.
Hefestos asintió. No todos soportaban el calor y la humedad insoportables del caribe en verano más un trabajo de 16 horas frente a los hornos.
- Y que vas a hacer con todas las piezas que has hecho con mis desperdicios? He visto como recoges del bote las virutas y chispas de las piedras que no quiero usar.
Mu se puso de rodillas en una posición de disculpa.
- Le pido una disculpa no haberle pedido permiso para hacerlo. Creí que ya que era basura para usted, podría reciclarla y…
- Tranquilo Mu. Si estaba en la basura es porque a mí ya no me sirve y los materiales no los pago yo, así que puedes usarlos con confianza – respondió invitándolo a levantarse – Porque no me muestras lo que haces cuando yo me voy a descansar?
Mu asintió y fue a donde tenía su morral con sus cosas para sacar una bolsa mediana de color verde de terciopelo. Hefestos aprovechó ese tiempo para apagar el horno. Mu necesitaba descansar y ese horno era una tentación para el para seguir trabajando. Ni Shion en sus años mozos trabajaba tan duro como el hombre frente a él.
Mu despejo la mesa de trabajo, abriendo un pedazo de fieltro morado puso una a una las pequeñas joyas que había fabricado todo ese tiempo con lo que los dioses, no preocupados por el costo de los materiales de sus pedidos con Hefestos, tiraban a la basura: habían anillos solitarios, churumbelas, esclavas para niño, dijes labrados con una pequeña piedra como único brillo, aretes con diversas formas y una que otra pulsera delgada con eslabones de distinto color.
Una a una, Fes las fue revisando tratando de encontrarle alguna falla, pero eran casi perfectas de no ser por el tamaño de las piedras o la pureza de los metales que obviamente habían tenido que ser mezclador y disminuido su pureza para maximizar la cantidad de piezas que se podían hacer. Era una interesante colección y no estaban entre ellas las piezas que Hefestos le había enseñado hacer con el material incluido en su curso.
- Que piensas hacer con ellas?
- Pues… venderlas. Necesito el dinero. – respondió Mu – Creo que… podrían comprármelas en joyerías no tan caras como las de Seira Mou porque no están a la altura pero…
- Shion estaría muy orgulloso al verlas – dijo Fes – Toma. Creo que son tuyas.
Fes extendió la mano para entregarle una bolsa de joyería de plástico con varias joyas dentro. Mu las reconoció como las primeras que tiró al mar cuando aún tenía el corazón roto.
- Estas las necesitaras vender también. No son lo suficientemente perfectas pero te darán muy buen dinero. Solo en el material y las piedras podrías vivir un año con lo que te den. A menos… que a ella le gusten las amatistas moradas.
- Pues…. No lo sé.
- Bueno pero debe tener alguna piedra que le guste. Diamantes! A todas las mujeres les gustan los diamantes! Dicen que son los mejores amigos de las mujeres!
- No creo… bueno… no sé. Supongo que es de gustos más sencillos.
Fes se puso a pensar. Eris nunca había tenido ni tendría gustos sencillos. Le gustaban las flores… odiaba las manzanas y por eso todo mundo le regalaba cosas de manzanas…
Pero Mu solo pensaba en la sencilla belleza de Geist. La manera en la que cualquier regalo, por sencillo que fuera, le hacía brillar los ojos.
- Ay Mu! – exclamó al verlo suspirar – Te pegó duro. Te voy a mostrar algo que ni Poseidón sabe que tengo.
Mu quedó intrigado. Que podría tener Hefestos que no quisiera que Poseidón lo supiera.
Después de unos minutos ausente de la habitación, El dios forjador regresó trayendo una lata oxidada de leche que hizo a Mu mirarlo curioso. Estaba lleno de arena y dedujo que había estado enterrado. Colocó el bote en la mesa y vació su contenido con cuidado: cuatro bultos de terciopelo amarrados con un listón rojo para cerrarlo.
- Estos, son cuatro tesoros en bruto – dijo Hefestos abriendo con cuidado las telas y sacando cuatro piedras sin pulir del tamaño de un puño de niño cada uno: Este…. Es Poudreitte.
- Parece un… no… es diferente.
- No te esfuerces Mu. Lo más seguro es que nunca hayas visto las piedras que te estoy mostrando. Ni Shion las conoce. Esta viene de Canadá. Descubiertas hace unos pocos años cada quilate esta alrededor de 5000 dólares.
- Qué? Tan cara?
- Son mucho más raras que el diamante blanco. – dijo Hefestos poniéndola a contraluz para que Mu admirara su tono rosa – Esta otra – guardó la primera piedra para sacar una de un color indefinido llamando inmediatamente la atención de Mu.- Es la Alejandrita. Entre 7000 y 8000 dólares el quilate. Ahora esta opaca pero cuando la pula, cambiara de color conforme a la luz. Saldrán varios quilates de esta misma piedra.
Mu veía como Hefestos guardaba las piedras y sacaba otras.
- Esta, la tanzanita, hay quienes dicen que es mil veces más difícil de encontrar que el diamante, y por tanto, mucho más cara. Ves como presenta cambios dramáticos de color que dependen de factores como la orientación del cristal y su iluminación? Se debe a la presencia de iones de vanadio.
- Nunca había visto una piedra igual. – respondió Mu – cuanto dice que cuesta el quilate de tanzanita?
Hefestos se puso a hacer un cálculo rápido.
- No son tan caras. Unos 2000 dólares. Desgraciadamente son tan raras que nadie las quiere, pero estas otras – dijo sacando dos piedras rojas – estas dos son las más raras y más costosas de mi colección. Alrededor de 10 mil dólares por quilate.
- Y por el tamaño de la piedra…
- Sí. Cada una de estas podría alimentar el santuario de Athena por un año jajaja por eso no quiero que sepan que las tengo. Son mi tesorito.
- Qué son?
- Berilo Rojo y Diamante Rojo respectivamente – respondió – No te lo esperabas verdad? Y también te preguntaras porque te las muestro.
- Pues sí.
- Bueno Mu, tu eres un artesano, más allá que un herrero. Tienes una habilidad innata para el manejo de joyas y metales preciosos y según me has dicho, quieres dinero para tu boda. Tráeme una de estas piedras o una de similar rareza y, o te ayudo a dividir a la perfección la piedra que traigas para que saques el máximo provecho sin costo – dijo guardando las piedras con mucho cuidado – O yo mismo te la compro sin regatearte el precio si es así de rara y no la tenga yo. Trato hecho?
Mu abrió grandes los ojos. Él sabía que en las montañas de Groenlandia había nuevas minas por explorar así como también Indonesia, Myanmar y Australia. Si el pudiera conseguir una de esas piedras, podría convencer a Kyoko de romper el compromiso y robarse a Geist porque ya estaba claro que ella por las buenas era demasiado necia.
- Acepto el reto – dijo sonriendo mientras volvía a dejarse caer en el banquillo todo mareado – Solo deje que me recupere de este virus y emprendo la búsqueda.
Hefestos le devolvió la sonrisa y comenzó a limpiar sus instrumentos. Al menos ya le había dado un segundo propósito a ese chico para que no se fuera de nuevo para abajo. Solo esperaba que Shion no se enfadara demasiado con él por eso.
