Capitulo 225
1 de Octubre 8am
Base de la escalinata dorada
Santuario de Hera
Camus miró a Kiki voltear nervioso hacia las escaleras que conducían a los doce templos. Camus sabía que le preocupara que alguien bajara y los viera llegando apenas, pero Aioros le había dado su palabra y a pesar de todas sus reservas anteriores, el le habia creido.
Inicio de Flashback
Aioros llegó de Asgard muy confundido. Si bien las cosas con ese pueblo parecían marchar en paz y a pedir de boca, la situación que había presenciado con Camus como protagonista, había sido totalmente inesperada. Y no podía hablar con Sasha al respecto, pues había traído a lo que ella llamaba "una nueva amiguita" al santuario.
La chica de 17 años parecía muy dulce y culta, y de algún modo le recordaba a Liz, pero eran demasiado obvios sus intentos por quedar bien con él durante todo el camino de regreso al santuario. Y si bien se sentía halagado por sus atenciones, no quería que lo malinterpretara Liz a su regreso.
Sasha e Izzy compartirían habitación esa noche en lo que le adecuaban una y el, agotado de todas las emociones y la diplomacia, dejó su túnica en el perchero de la oficina y se dirigió a la puerta para ir a relajarse a las Termas. Se desvistió y estaba por poner el pie en el agua del primer escalón, cuando resbaló en una gruesa capa de hielo cayendo sobre su trasero.
Toda su desnuda humanidad fue quemada por el frio al deslizarse por la superficie congelada varios metros.
- Pero que…?
Camus estaba en la orilla de las termas mirandolo con desden.
- Camus!
- Maldicion. Debí esperarme a que estuvieras dentro – dijo el aludido con una ligera mueca
Aioros gateo con mucho esfuerzo hasta la orilla resbalándose a cada momento y cuando finalmente lo hizo Camus le extendió la mano como cortesía, logrando que Aioros subiera a una superficie con mejor tracción.
- Que haces aquí? Por qué no te anunciaron?
- Son las tres de la mañana y yo estoy de guardia – respondió Camus con voz helada – Nunca hubiera podido sorprender a Shion o a Saga de este modo.
- Me agarraste cansado
- Seguramente.
Aioros se puso sus sandalias y su bata para calentarse un poco.
- A pesar de todo lo que había pasado Aioros, te tenía un mínimo de respeto por todo lo que nos enseñaste de niños. Pero lo que me hiciste…
- Te juro que yo no sabía nada! – respondió Aioros – A mí solo se me dijo que habíamos sido invitados a un evento como los regentes del santuario. Jamás se me dijo que tu estarías ahí, o para qué.
- Y tampoco hiciste nada al respecto!.
- Esperabas que hiciera un escándalo delante de todas esas personas importantes?
- Si! Eso es lo que se espera del Patriarca! Que este de nuestro lado! – Gritó Camus dando vueltas como león enjaulado mientras por enésima vez intentaba congelar la pulsera que lo mantenía lejos de Fler sin conseguirlo.
Aioros lo miraba extrañado. Camus siempre había sido frio y calculador. Ahora estaba casi histérico. Camus pareció percibir sus pensamientos porque se detuvo y eso le permitio a Aioros respirar hondo y profundo antes de decir:
- Tal vez fue un matrimonio arreglado, Camus. Pero aún pueden enamorarse e incluso puedas tener a tu sucesor con ella – mencionó Aioros – Al igual que su hermana, la señorita… digo… la señora Fler es muy hermosa y si te lo propusieras, serias todo un galán. Tómalo como un pequeño empujón que te dio el destino. Ya se instaló en tu casa?
Camus se mantuvo en silencio un momento. Que tan despistado era Aioros que no habia visto lo abultado de su vientre? De haber sido alguna otra mujer en igualdad de circunstancias, ni siquiera por Athena hubieran podido casarlo.
- No te dijeron las condiciones de ese matrimonio, verdad?
- No. Sasha no lo mencionó.
- No se nos permite estar juntos, Aioros. – reveló Camus – Tan pronto cruzamos el umbral de la puerta, nos separaron.
- Como dices?
- Los dioses nórdicos presentes se burlaron de mí y me lo advirtieron. Solo será un matrimonio de palabra y no se me permitirá verla. – confesó - Por tanto, como esperas que pueda enamorarme, tener mi sucesor o buscar a alguna otra?
Aioros pareció analizar sus palabras porque se quedó muy serio.
- Lo siento. Supongo que podrias divorciarte…
- De verdad crees que se me permita hacerlo siendo este un matrimonio arreglado? Vamos Aioros. Pon a funcionar esa cabeza tuya. Desata tu bandana si ya no te deja pensar bien. Esa, no es una opción. Necesito hablar con ella y no contesta ni su celular ni el de donde vive. Tambien ya le deje varios correos electronicos. – dijo – Necesito que me des un permiso ilimitado para ir a buscarla a Paris.
- Como sabes que está ahí?
- Allá vive. No creo que esté en Asgard.
Aioros guardó silencio. Por qué Camus estaba tan ansioso por hablar con ella. Regularmente en los matrimonios arreglados a ambas partes les daba lo mismo el asunto. Camus decidio confiar una ultima vez en el.
- Dime Aioros… que harías si de repente te quitaran a Liz y no te dejaran estar con ella?
- No te atreverías….
- Oh no! Yo no. Solo es una situación hipotética. – aclaró Camus – Que harias?
- No es lo mismo. Yo la amo y la buscaría hasta el fin del mundo y … - sus ojos se abrieron muy grandes y volteó a ver a Camus – Acaso la señora Fler y tu…?
- Yo también la quiero buscar hasta el fin del mundo – fue la respuesta del acuariano – Y tú eres el único que puede darme el permiso para hacerlo.
- Pero no puedo dejarte salir. Quedan muy pocos dorados…
- Eso no es verdad. Hoy llegaron DM, Afro y Dohko. Te quedan siete dorados contandome ahora que tu hermano se fue. No te pido que me des vacaciones. Solo necesito que me prestes a Kiki unas horas cada día sin que Sasha se entere – pidió – Necesito hacer averiguaciones, viajar rapido…
Aioros miroo a Camus una vez mas. El no jugaria con algo asi. De los 13, tal vez estaba en el top 3 de los mas serios de los dorados. Ademas, si se estaba abriendo con el, era su oportunidad de ganarselo como aliado.
- Está bien. Te extenderé un permiso especial pero solo dos horas de 6am a 8am – dijo Aioros – pero me mantendrás al tanto de tus avances y nadie más debe saberlo. Ok?
- Gracias.
- A ti por confiar en mi. Te ayudare en todo lo que pueda. Te lo juro.
Camus camino hacia la salida.
- Oye! Descongela mis termas!
- Oblígame
Fin del Flashback
Camus le puso la mano en el hombro a Kiki para tranquilizarlo.
- Gracias. Mañana lo intentamos de nuevo. Sube a cambiarte y a desayunar y ni una palabra a nadie.
- Si
Camus no subió a su casa de inmediato. Siguió de largo hasta el coliseo y se quedó en las últimas gradas viendo a los otros entrenar. Tenía el celular en la mano. Ese día habían podido llegar hasta la boutique de Thes, pero Fler no estaba ahí y le dejaron un mensaje en la puerta.
Casi dos horas más tarde, mientras intentaba leer un mapa de Europa para conocer otros caminos para llegar a Paris sobre la mesa del comedor, su teléfono comenzó a sonar:
C Alo?
F Camus!
C Fler! Mon amour! Dónde estás?
F Voy llegando a casa y vi tu mensaje. Estas bien? No te hicieron nada? Temí lo peor.
C Yo también. No sabes cuánto me alegro de oír tu voz. Están las dos bien?
F Sí. Vengo del aeropuerto.
C Qué? A dónde fuiste?
F Tomé un avión a Grecia pero cuando sobrevolábamos Venecia lo regresaron por una amenaza de bomba.
C Merde! Yo intenté ir pero de algún modo no puedo acercarme más cerca de 1000 Kilómetros precisamente. Tambien te he estado llamando…
F La linea esta fallando mucho desde el incendio y mi celular pareciera que requiere nueva bateria. Oh Camus! Que vamos a hacer? Y justo ahora!
C No lo sé. Al menos no nos han podido cortar esta comunicación.
F Intentaré hablar con mi hermana. No puede hacerme esto!
C Hazlo. Yo también intentare hacer algo de este lado. Te juro que haré todo lo humanamente posible para que estemos juntos y esta vez no puedan separarnos. Me crees verdad?
F Claro que sí. Confió en que lo lograras.
C Ya llegó Thes?
F No. Pero no debe tardar. Tiene mucho trabajo acumulado.
C No quiero que estés sola.
F No estaremos solas. Te tenemos a ti, aunque sea un poco lejos y podemos hablar diario.
C Lo prometes?
F Claro que sí.
Camus se fue a sentar al sillón y comenzó a platicar con ella como lo hacía en los buenos tiempos. Fler escuchaba atenta a Camus y su corazón se tranquilizaba con cada palabra que el decía. Confiaba en que pronto los dioses les permitirían estar juntos como la familia que era ahora. Solo era cuestión de tener paciencia, fe, y mucho amor.
1 de Octubre, 4pm
Aeropuerto internacional Charles de Gaulle
Paris, Francia
DM entregó él te chai late, con tres shots de leche de almendras, hecho con agua pura de manantial, con espuma al 2% extra caliente, a Afro que estaba sentado en la sala de espera de conexiones del Aeropuerto internacional de Paris. Era la tercera vez que lo regresaba por haber pedido mal su bebida y esta última, había que tenido que escribírsela en la palma de la mano para no echarlo a perder y gastar dinero a lo tonto.
- Si esta vez no te gusta, vas tú. – amenazo DM terminándose su soda – Ya comienzan a verme rarito en esa cafetería.
- Con esos pelos y esa ropa, más bien creyeron que te habías encontrado una cartera tirada o te la robaste y con eso pagabas las bebidas – Afro olio su vaso antes de darle un trago y aprobarla – No sé por qué no puedes seguir viéndote tan decente como cuando seguías en la escuela. Te veías tan fifi…
- Y tú por que no puedes portarte como hombrecito como cuando… como cuando… - intentó pensar en alguna situacion pero no se le ocurrió nada – Olvídalo. Lo floripondio no se te va a quitar nunca. Recuérdame por que tuvimos que hacer conexión en Paris?
- Por qué los pasajes salen de nuestro bolsillo y no iba a pagar de más. – respondió Afro – Además de que tuvimos que pagar extra con las maletas…
- Yo no tengo la culpa que te encante cargar de más…
- Cof cof tus juguetes cof cof
DM se ruborizó un poco. Las últimas noches en Londres ni siquiera se le había ocurrido usarlas ni una sola vez. Solo recordó que las tenía porque tuvo que empacarlas.
- Y además, una maleta extra con la ropa que tuvimos que comprarte. Y las camisas y pantalones para reponer las que le robamos a Shura…
- Si… ni me lo recuerdes. – DM se recostó en las bancas poniéndose las piernas de Afro de almohada – Que piernas tan huesudas jajaja
- Al menos no fueron tus patotas.
- Déjame ser… Estoy nervioso por lo que vamos a encontrar en el Santuario. Por más que Athena nos dijo que tuviéramos paciencia y ayudáramos a la chica nueva, no me convence.
- Más bien lo que dijo fue, que todo era un plan para que finalmente hubiera paz por más de 200 años y romper el ciclo… nunca dijo que tuviéramos paciencia zoquete.
DM puso sus manos en la nuca, encajándole el codo en el abdomen a lo que Afro se quejó.
- Eso duele!
- Pues sí, ver a Aioros de Patriarca, a Marin de Sanbocho y a nuestra libertad dorada de hacer las cosas que queramos eliminada, duele.
- Me refería a tu codazo! – contestó Afro empujándolo y haciendo que cayera al piso – Mas te vale que no me quede moretón o si no…
- Y el de mis nachas que me acabas de hacer con el madrazo qué?
- Es tan lindo ver a una pareja amándose… jajaja
Ambos voltearon para ver de dónde provenía la voz tan familiar.
- Maestro! – Exclamaron al ver a Dohko con su mochila al hombro y una muñeca inflable (inflada y vestida) cargándola con una mano.
- Temo preguntar por su… compañera – dijo Afro
- Ella? Se llama Minmai – dijo poniéndoselas enfrente para desagrado de Afro y curiosidad de DM, quien la olfateó de más cerquita
- No esta usada. – fue su veredicto
- Que asqueroso eres! – exclamoo Afro
- Qué?
- Jajaja no. Ella solo es mi compañera de viaje – sacó del bolsillo de la muñeca un boleto – Ven? Hasta pague por que se sentara junto a mí. No me gustan los aviones.
- El mas viejo y poderoso de los dorados y le tiene miedo a un pajaro de metal. Que loco – exclamó Afro volviéndose a sentar
Dohko se sentó junto a ellos, dejando la muñeca sentadita en la orilla.
- Cada quien con sus fobias. Y bien, como les fue?
- Yo no hice nada de lo que tenía planeado gracias a don sebas aquí presente. – dijo Afro
- Pues no me importa porque a mí me fue Genial! – replicoo el susodicho - Saque mi diploma y un diplomado al mismo tiempo. Nananana
- Felicidades! – exclamó Dohko – Y gracias por lo que hiciste por mí hace unas semanas. Te debo una.
- Ahhh nada que un excelente abogado no supiera hacer. Luego le mando la cuenta jaja
- Necesito saber? – preguntoo Afro curioso
- No.
Dohko olió la bebida de Afro haciendo una mueca de asco lo que provocó que Afro la pasara para la otra mano.
- De que estaban hablando antes de que llegara? – preguntó Dohko
- De las nuevas disposiciones del santuario y que serán un dolor en el trasero.
- Mientras no se meta con mis rosas, no creo que haya problema – intervino Afro
- El principal problema no son nuestros nuevos gobernantes chicos, sino la desunión de nuestras filas. – aclaró Dohko – Kanon ya se puso de parte de Sasha junto con Aldebarán, Shura y Yo. Las casas doradas de Aries, Virgo y Sagitario están vacías…
- Creí que Kiki estaba a cargo de Aries – dijo Afro
- No está listo aun – respondió Dohko – Camus, Aioria, y Milo no están de acuerdo con esa decision.
- Pero tampoco se van – intervino DM
- No son tan estúpidos – dijo Dohko – Y si ustedes se unen, seremos mayoría y ellos ya no tendrán nada que discutir. Porque… están de lado de nosotros, verdad?
- Pues…
- Athena habló con nosotros – dijo Afro – Y le somos leales a ella.
- Me da gusto oírlo y a la señorita Sasha también le dará. Está muy ansiosa con eso.
- Aunque ella no sirve 100% a Athena, asi que tampoco creo que debamos seguirla ciegamente.
Afro y Dohko voltearon a ver a DM con asombro.
- Por qué?
- Intuición. – contesto muy serio – Hay algo… no lo sé…
- Pero?
- Pero ya lo dijo Afro, soy leal a Athena y seguiré sus instrucciones al pie de la letra. Las de Athena. No las de Hera, no las de Sasha…
- Y hablando de cosas menos peligrosas… - dijo Afro viendo en tono de advertencia a DM – Logró cumplir su misión?
Ahora fue el turno de Dohko de sonrojarse y rascarse la cabeza
- Pues… este… no. Falle vilmente. No es tan fácil.
- Bueno pues en la farmacia de allá atrás, el viagra está al 2x1 – respondió DM recibiendo tremendo coscorrón por parte del chino.
- No me refería a eso! Sino que…. Por circunstancias fuera de mi control no me dio tiempo.
- Pues únase al club – dijo Afro mandando mensaje de texto – A mí ya ni me contesta.
DM ahora fue el que lo miró de forma extraña.
- Quién?
- No te importa.
DM lo señaló en tono burlón.
- Es la guereja verdad? Ja! Lo sabía! Kanon te va a castrar!
- No. Ya le dije y pues así como darme permiso pues no pero no me importa.
Dohko los miraba interactuar sin saber de lo que hablaban.
- Ustedes si cumplieron su misión?
Ambos negaron con la cabeza.
- En palabra de un gran maestro… "Por Circunstancias fuera de mi control no me dio tiempo" jeje – se burló ahora Afro, seguido de DM
La voz femenina en el parlante anunciándoles el abordaje de su vuelo los hizo dejar por un momento su conversación para recoger sus cosas y seguir las instrucciones. Ya se pondrían al día mas adelante.
Octubre 2, 2 pm
Hospital AHEPA
Atenas Grecia
Camus, Milo, Kanon y Sammy estaban esperando su turno en la sala de espera. Sammy platicaba hasta por los codos con Kanon mientras de reojo veía con extrañeza a los dos plateados que los vigilaban desde lejos para informar a Aioros y a Sasha que cumplieran con las órdenes dadas: Aplicar inyecciones de Vitamina B12 a Camus y a Sammy.
- No me va a doler? – preguntó Sammy
- La verdad no te aseguro nada. – contestó Kanon sobándole su cabecita - Pero Camus te va a poner el ejemplo y también se las pondrá. Veras como no chilla.
Camus se apretó los ojos con los dedos mientras le hacia una seña obscena a Kanon disimuladamente y Milo volteaba a verlo preocupado. Desde hacía unos días Camus se comportaba de forma extraña y no quería decirle lo que le estaba pasando. De hecho, no había hablado con el sino por mensaje de texto pues la parte de las escaleras aledañas a la casa de acuario, se habían vuelto resbaladizas y eso parecía Siberia de lo frio y congelado. Al enterarse Sasha de esto, y como Aioros iba a cumplir su palabra de no decir nada y ayudarle con el asunto de Fler, ella creyó que tal vez se encontraba con alguna deficiencia vitamínica y lo había obligado a ir, junto con Sammy, al hospital para su aplicación. Camus había aceptado a regañadientes, porque era un buen pretexto para salir del santuario y perderse un rato, no contando con que Marin les había puesto escolta precisamente para prevenir eso.
Varios minutos pasaron con gente entrando y saliendo del hospital como un día cualquiera. Laura, vestida de civil en unos leggins, suéter largo de cuello alto y una cola de caballo, visiblemente apurada sin voltear a su alrededor directo a la recepción.
- Disculpe, el Dr. Stavros?
- Lo lamento. El Dr Stavros junto con varios médicos tienen una junta médica importante para un paciente de neonatología. Deberá esperar como todos en la sala de espera – respondió la enfermera indiferente.
- El me llamó. Dijo que tenía que venir y…
- Deberá esperar como todos en la sala de espera.
Fastidiada por el tono de voz de la enfermera, miró el reloj y decidió hacerles caso. Ya había perdido su hora del almuerzo así que más daba?.
Sammy la reconoció y corrió a su encuentro sin que ninguno de los tres dorados hicieran nada por detenerla: Milo cabeceaba con los brazos cruzados, Camus leía una revista vieja que había encontrado por ahí, y Kanon jugaba con su celular.
- Lauraaaaaaa! – gritó Sammy abrazando sus piernas junto a cobrita – No me has ido a ver.
- Sammy! – la cargo – Estaba de viaje y luego cambie de trabajo. Pero estuve en la boda de Niv. Te veías muy bonita con tu vestido. Recuerdas?
- No. Bájame.
Laura obedeció y de nuevo corrió con Kanon quien solo levantó la mirada por un segundo antes de que la niña chocara con su celular provocando que se cayera al suelo y comenzara a reganarla. Laura iba a ir a saludarlo pero al ver esto mejor se fue a donde estaba Camus pero Kanon la detuvo con sus palabras
- Por qué no me sorprende verte por acá? Vigilas el nepe de mi hermano?
- hola cuñado. Vine por algo muy distinto – dijo intentando sonreír aunque no estaba muy de buenas
- súper bien por ti – respondió Kanon volviendo a su juego - sorry por la ultima escenita en tu casa. Prometo que no va a volver a suceder esta semana.
Laura roló los ojos. O sea que solo les duraría el gusto unos días?
- No te preocupes que ya lo venía a venir
- Menos mal que nos vas conociendo – contestó mientras Laura, apenas a dos pasos de donde Camus estaba le vio la cara de Acuariano que traía y decidida a no fastidiarlo se sentó junto a Milo.
Camus no pareció tomarlo muy bien.
- ja! Solo eso me faltaba. Que también me ignores. – dijo cruzándose de brazos.
- No te ignoraba solo que tienes una cara de felicidad que no puedes con ella – Camus le señalo la silla junto a él y Laura se cambió de lugar pateando sin querer las piernas de Milo despertándolo y dándole un beso en la mejilla a Camus.
- Qué? – Milo se limpió un poco de baba – Ah Laura! Ni lo peles. Ojala con los shots que le van a poner se le quite lo amargado
- Athena quiera que resulte ser alérgico para que terminen de matarme – reclamó Camus.
- Que ridículo eres.
Laura veía esta conversación un poco preocupada. Camus no era regularmente así. Se inclinó un poco más para verlo mejor.
- Uy pues que te hicieron? - exclamó
- Nada. Olvídalo
Milo hizo un gesto de desesperación.
- Laura por favor. Dale unas cachetadas para que reaccione.
- Con eso le levantaríamos el ánimo?
- A él no sé, pero a mi sí. Usa tus famosas técnicas de interrogación para sacarle la información que no me quiere decir.
Ahora fue Camus quien hizo una mueca.
- Sus técnicas no pueden conmigo y ella lo sabe.
- Pero…
Kanon, sin voltear a verlos, los interrumpió.
- Déjenla en paz que le va a hacer daño a mi sobrino.
Laura se sonrojó y bajo la mirada y Sammy corrió hacia ella señalando su vientre.
- Bebe mascarita!
- Este… alguien quiere algo de la cafetería? – dijo levantándose incomoda ante la mirada atónita de Camus y Milo.
Sammy levantó su manita como si estuviera en la escuela.
- No Sammy. Tú te quedas aquí. Te pasaran en cualquier momento – ordenó Kanon – Y Camus tampoco.
- ;$/!(
- Maestro Kanon... El maestro Camus debe muchos billetes!
Kanon puso su sonrisa más fregativa.
- Camus. Debes muchos billetes al frasco de groserías. Le pediré a Aioros que te los descuente de tu próxima quincena.
- /!,&,!'
Laura, al ver que Sammy se tapaba los oídos y abría grande los ojos se atrevió a darle un zape a Camus
- hay niños presentes!
Camus la miró y después a Kanon imitando la voz de un niño pequeño.
- Maestro Kanon, puedo ir al baño?
- No te tardes que sus turnos no tardan en salir.
Tanto Milo como Camus se pusieron de pie.
- y nos traen un postre par de lacras! – gritó Kanon sentando a Sammy junto a el
- lacras lacras... lacras lacras – tarareaba Sammy mientras bailaba a su cobrita.
Laura le lanzó una mirada de reproche que Kanon ignoró olímpicamente.
Los tres caminaron en silencio a la cafetería, y después de llegar y pedir algo se sentaron en una de las mesas con el localizador al frente.
- Ahora si dinos. Que sucedió Camus? Por qué Milo dice que no le has dicho tampoco?
- Porque es algo que me avergüenza un poco y yo tengo que resolver solo – contestó
Laura le tomó ambas manos entre las suyas pero fue Milo el que dijo.
- Camus somos tus amigos. No nos dejes fuera… otra vez.
Laura asintió confirmando las palabras de Milo.
- Prometen no gritarme ni enojarse?
Ambos asintieron no muy convencidos. Camus se tomó unos segundos para hundirse un poco en su asiento.
- Me casé
- Qué demonios?
- Repite eso.
- Cuando fue?
- Hace cuatro días
Tanto Laura como Milo se miraron entre ellos entre horrorizados y sorprendidos.
- No me digas que con la chica que trajeron de Asgard? La tal Izzy
- Claro que no! A ella ni la conocía antes de esa brillante idea de Aioros de traerla. Creo que ni la he visto bien.
- Cierto. Que no has salido de tu casa.
Laura se desesperó.
- Con quien fue Camus?
- Con... Fler
Tanto Milo como Laura lo miraron fijamente. Ninguno de los dos entendía por que en lugar de brincar de felicidad, Camus parecía muerto viviente.
- Pero hay algo más, cierto?
- No me dejaran esta con ella. Solo... Fui una moneda de cambio entre su hermana y los regentes del santuario
- Qué? Porque?
Camus tomó aire ante de contarles todo lo que sucedió mientras ponía su cabeza entre sus manos. Al terminar Laura abrazó a Camus e intercambió miradas con Milo quien estaba que trinaba.
- Ay Camus. Son unos malditos! Ni tú ni ella merecen esto.
- Hermano pero ya intentaste ir con ella y comprobarlo?
Camus asintió.
- Kiki me ha estado ayudando pero cada que estoy a 1200 km de donde esta ella regresamos al punto de inicio y aparentemente a ella también. Ya no quiero que ella y la bebe se arriesguen.
- Y dices que todo tiene que ver con esa pulsera?
- Si
Milo bajó la cabeza arrepentido.
- Lo siento. Yo te la puse
- No. Es mi culpa. Yo debí regresarla.
- ahorita de nada sirve echarse la culpa – declaró Laura – Pero tienes razón en que ella debe estar tranquila por el bien del bebe y de ella misma. Al menos tú y ella lograron hablar y eso ya es algo.
- Y la pregunta del millón... Ya te perdonó? – preguntó Milo
- Espero que sí.
Milo Azotó la mano en la mesa haciendo saltar al localizador de la mesa el cual comenzó a vibrar y Milo se levantó a recoger la orden.
- No puedo creer que Aioros se hay prestado a esto! No se ve como una mala persona – dijo Laura
- Aparentemente no estaba enterado pero, me dio su palabra de que me iba a ayudar. – Camus se inclinó más hacia ella - No solo me preocupa eso de Fler. Samira debe salir de cuentas pronto y por lo que veo que son capaces de hacer nuestros dirigentes, son capaces de no darle permiso de ir con ella. Tampoco está a la vuelta de la esquina como para que él se pueda escapar. Y eso va a volver loco a cierto bicho. No puedo ni debo salir del santuario porque si me voy ahora y lo dejo solo, va a hacer alguna tontería.
Laura asintió pero no pudo contestar porque Milo regresó y puso la charola en la mesa.
- A todas estas que es lo que hacen aquí? Es de rutina o vienen por algo específico – preguntó Laura.
- Pues... Algo así como castigo medicado para don berrinches y doñita berrinches
- ella es escorpio. Que esperabas?
- De acuerdo. Tu que pretexto tienes?
Camus se dirigió a Laura.
- nuestros... "Jefes" dicen que nos hacen falta shots de complejo B para mejorar el humor.
- Shion solo te hubiera dado unas cachetadas. Son más efectivas – dijo Milo comiendo sus papas a la francesa con queso.
- Y a Sammy? – preguntó Camus
- Vitamina SH.
Laura comió de su sándwich deliberando.
- Nada más ni nada menos que complejo B, eh? pobre Sammy. Me pregunto si se la ponen a Nat también le mejorara el humor?
- Quien es nat?
- La bicha pervertida que se quería coger a Aioros… y a Mu… y a…
- Conoces a algún bicho que no lo sea?
- Sammy
- Pueeees... Si se sigue juntando con Kanon, no dudo que estará peor que yo. – contestó Milo. – Lo que me recuerda. Bebe mascarita? Ya salieron con su domingo 7?
Laura se ruborizó y asintió.
- Solo tengo unas pocas semanas. Lo siento Camus. Me acabo de enterar. Te lo juro. Tú sabes que algo así no me lo callaría.
- Nadie te está reclamando nada – contestó – Felicidades.
- Si yo estuviera en tu lugar Camus, comenzaría por hablar con la hermana y cuñado o con quien esté a cargo y les pediría disculpas para que vean mis buenas intenciones. Tal vez ellos no lo han comprendido. – dijo Laura poniendo a pensar a Camus
- Algo así como echarte la culpa para suavizar sus sentimientos? – preguntó Milo.
- Si
- Puedo intentarlo. Solo que no sé qué decirle. Me ayudas? – Pidio Camus.
- Claro – Milo le paso una pluma y una servilleta – A quien la vas a dirigir?
- A Siegfried de Dubha Alfa – contestó – Hilda estoy segura que la rompería antes de leerla. No hay celulares, no hay internet…. Viven en la edad de hielo.
- Y eso a ti te encanta.
- Pues sí.
Laura se tomó un momento para pensar y comenzar a escribir.
"Estimado Siegfried:
Agradezco de antemano el hecho que prestes atención a esta misiva a pesar de que no he sido la mejor persona que ha pisado Asgard. No tengo palabras tampoco para agradecerte tu amabilidad al permitirme hablar con Fler después de todo este tiempo. Era algo que ambos necesitábamos y por la forma tan ruin en la que me comporté en su momento, me gustaría que extendieras mi deseo de dar una disculpa pública al pueblo de Asgard y tu familia por cualquier daño que haya ocasionado con mi actuar. Debes saber, que mi única prioridad en este momento, es el estar con ella y con mi hija. Hare todo lo que este a mi alcance para lograrlo y hacerlas felices. Creo que tú debes comprenderme mejor al estar en una situación, si bien no igual, pero similar en circunstancias. Tu hijo será todo un Honorable Dios Guerrero que enorgullecerá a toda la región y a tus dioses y deseo lo mismo para mi hija. He aprendido de mis errores varias lecciones y estoy más que seguro, que no volverán a repetirse, o yo mismo me entregaré a ustedes para recibir el merecido castigo…"
Le entregó la servilleta a Camus y el y Milo la leyeron.
- Diplomática y con corazón. Puede funcionar.
- Gracias Lau. La enviare tan pronto pueda. – dijo Camus guardándola en su bolsillo – Espero que se entienda igual cuando la traduzca.
- Si no puedes, pídele a tu ex cuñado Minos que te ayude – lo fregó Milo
- Excelente idea Milo. Te enviaré a ti para que le pidas el favor. Estoy seguro que estará encantado.
- Idiota.
Kanon llevó a Sammy a los sanitarios cercanos y esperó afuera. No había señales ni de Camus ni de Milo por el pasillo y ya solo faltaban tres turnos para pasar.
Sammy terminó lo suyo e intentaba lavarse las manos pero no alcanzaba. Una de las enfermeras que salían del Sanitario la cargó para que pudiera hacerlo y al dejarla en el suelo, salió por otra puerta seguida de Sammy.
La niña no reconoció la salida, pero se distrajo con una señora en silla de ruedas con muchos globos metálicos rosas que era empujada por su marido hacia el área de cuneros y ella simplemente la siguió mientras intentaba agarrar uno de los globos.
Subieron al elevador hasta el cuarto piso donde finalmente el señor se dio cuenta de que Sammy quería un globo y con una sonrisa se lo dio. Sammy dio las gracias agarrando a cobrita con una mano y el listón del globo del otro, perdiendo la salida de lado derecho del elevador y saliendo por el izquierdo.
Vio como de una de las habitaciones, la 504, cinco médicos con sus batas salieron con expresiones tristes en sus rostros y uno de ellos era el gemelo de su maestro. El la iba a poder ayudar a regresar con él. Corrió sin gritar hacia donde estaban ellos, pero al pasar por la puerta abierta de la habitación, se detuvo y volteó hacia adentro.
- Santi!
De nuevo corrió hacia la cama donde el niño estaba conectado a todos los monitores, oxigeno, y su piel parecía extrañamente gris. La bomba del respirador iba muy despacio y la línea en el monitor cardiaco era bastante irregular. A pesar de eso, al escuchar su nombre, Santi volteó hacia donde la niña lo miraba sorprendida.
- Sammy… viniste!
Sammy arrastró la pesada silla de la esquina de la habitación para treparse en ella y quedar a la altura de la cama.
- Te sientes mal?
- Sí. Casi no puedo respirar – dijo sonriendo – Mi mama dice que… debo estar bien porque… me toca ser el hermano mayor pero…
- Hermano mayor?
Santi asintió de forma apenas visible.
- Mi mama va a… tener un bebe pero… yo no lo voy a conocer.
- Claro que si! – gritó Sammy encendiendo su cosmos envolviendo la cama con el – Yo te voy a ayudar a que lo conozcas! Tus hermanos te necesitan… tu mamá y tu papa también!
Santi cerró los ojos para reponer un poco de fuerzas.
- Mira te traje un globo! – dijo Sammy amarrándoselo en la mano como había aprendido a abrocharse las agujetas – Es azul! Como tu pelo!
Santi abrió los ojos con nuevas fuerzas.
- Es un coche…
- Sí. Santi. Prométeme que estarás bien hasta que pueda aprender a curarte! – insistió Sammy
- Puedo… intentarlo – respondió el niño sin dejar de sonreír mientras sus parpados se cerraban de agotamiento.
Sammy lo sacudió varias veces para despertarlo y los ojos de Santi intentaban abrirse sin conseguirlo. Sammy no sabía qué hacer. Sus lecciones con Shion, cuando llegó a tomarlas, no llegaron tan lejos. De pronto sintió la presencia de alguien conocido cerca y se tensó. Volteó a ver a Santi, dejó a Cobrita en la silla y salió de la habitación para ir hacia ella.
Apolo caminaba cómodamente en su bata de hospital con su cabello echado para atrás y su tableta en la mano. Revisaba los reportes clínicos de los pacientes geriátricos cuando de la nada sintió la presencia de Sammy y volteó para ver a la niña mirándolo con ojos suplicantes. Volteó hacia todos lados esperando ver alguien que la estuviera cuidando pero no había nadie.
- Hola?
- Tu eres el Dios de la Medicina, verdad? – preguntó la niña.
- Si
- Tu puedes curar a cualquier persona, verdad? – insistió Sammy
Apolo frunció el ceño. Por qué le preguntaba eso?
- Verdad?
- Siempre y cuando no interfiera con su línea de vida, sí.
- Sé que tú eres mi padre – dijo muy seria haciendo que Apolo se tensara – Se también que no me quieres. Pero - puso sus manos juntas para orar cerrando sus ojitos – Por favor dios de la medicina, atiende mi ruego. – Apolo se sorprendió sobremanera – Cura a Santi para que pueda volver a jugar conmigo.
Apolo se quedó en silencio. Quien era Santi?
- Como te dije, no sé si sea posible. Debo ver su libro de la vida primero.
- Entonces ven! – exclamó Sammy jalándolo de la bata – Velo! Cúralo!
Apolo la siguió curioso. Llegaron a la habitación de Santi, pero Apolo no esperaba ver a Hypnos y Thanatos contándole el cuento de como ellos habían vencido solitos a los monstruos de cobre que atacaban el castillo del rey. Santi reía cuando los dos hacían las pantomimas de los caballeros de bronce muriendo pero se quedaron callados al ver a Apolo en la puerta.
- Buenas tardes. – dijo Apolo mientras Sammy corría hacia silla para subirse a la cama de nuevo – Me permiten hablar con ustedes dos por un momento?
Ambos gemelos asintieron y en silencio salieron al pasillo.
- Que hacen aquí? – preguntó
- Nuestro trabajo – dijo Hypnos – Que haces tú aquí?
- Aparentemente el mío – respondió Apolo
- Lo dudo. El viene con nosotros. – intervino Thanatos – Orden directa de tu padre.
- Que tiene el que ver con esto?
- Es uno de sus querubines.
Apolo hizo una mueca. En ese caso no podía interferir, pero su hija se lo estaba suplicando. Ahora que le iba a decir?
- Cuánto tiempo?
- Unas horas. – respondió Thanatos – Hypnos me está apoyando a que sea lo más leve posible.
- Como debe ser.
Apolo comenzó a hacer planes. No iba a poder salvar al niño, pero tal vez pudiera hacer que esto jugara a su favor tanto con Sammy como con su hermana.
- Está bien. No los interrumpo más. Deben estar muy entretenidos inventando esa maravillosa historia – se burló
- Pudo haber sido cierta – se defendió Hypnos
- Si claro.
Apolo entró de nuevo a la habitación. Sammy volteó sus ojos esperanzada a él.
- Podrás curarlo?
- Tal vez podrás verlo completamente bien, si te vienes conmigo para servir a Artemisa en lugar de a Athena – dijo mientras Santi lo miraba de forma triste – Estarían viviendo muy muy cerca el uno del otro.
Sammy se bajó de la silla y se echó a correr hacia la puerta.
- No! Yo no quiero irme a ningún lado!
Apolo se encogió de hombros.
- Sabes que te puedo enseñar a curar como lo hago yo, verdad? No nada más a él, sino a todos los niños enfermos del mundo.
Sammy miró hacia Santi, quien tosía sin poder evitarlo. Apolo pasó de largo por el dintel de la puerta al sentir a Athena de un lado del pasillo y el cosmo de Artemisa del otro. Athena no le interesaba por el momento y podía deberse al hecho de que Sammy estuviera ahí y por tanto alguno de sus caballeros, pero y Artemisa?
Caminando lento pero seguro, Sammy lo vio desaparecer en el elevador, pero tomando una decisión rápida corrió a tratar de alcanzarlo.
Después de que Camus y Milo regresaron a la sala de espera por órdenes de Kanon, Laura finalmente había encontrado al Dr Stavros, quien junto con Saga y tres de sus colegas, la invitaron a hacer una inspección del nuevo piso del edificio. Saga intercambiaba miradas traviesas con ella al saber que para todos los presentes, ella seguía siendo Nina Díaz.
- Señorita Nina, pase usted – dijo el Dr Stavros abriéndole paso al elevador.
- Gracias.
Los otros cuatro doctores se colocaron a la misma altura que ella excepto por Saga, quien se puso convenientemente detrás para manosearle el trasero a su gusto, haciendo que Laura se ruborizara y bajara un poco la mirada para ocultar su turbación.
- Por favor no se separen y tengan cuidado – dijo Stavros – La remodelación no está completada y puede ser peligroso.
Cuando el ascensor abrió sus puertas, todos se dieron cuenta que las luces estaban apagadas, por lo que Stavros les pidió un momento para ir al interruptor temporal y encender las luces. Cuando lo hizo, se dieron cuenta que en efecto los pisos aún estaban cubiertos con plásticos de los pintores, faltaban las luminarias y los acabados.
- Cuanto le falta a este piso para estar listo? – preguntó Laura preguntándose si el presupuesto les alcanzaría.
- Estimamos que el equipamiento que encargamos a Alemania llegara a fin de mes y deberá para entonces ya estar concluido y listo.
- Y ya decidieron a que departamento se va a asignar? – preguntó Saga curioso
- Ojala sea para investigación – respondió otro medico
- Mejor Gineco obstetricia – replicó el otro.
- Ya tiene todo un piso! Mejor a planificación familiar – alegó el tercero.
- Estamos por definirlo señorita Nina, la junta no ha podido decidirse – dijo Stavros guiándolos por el recorrido
Laura miró a los cuatro médicos incluyendo a Saga. Todos eran casi de la misma edad y con un porte muy elegante.
- Disculpen, me recuerdan a que área pertenecen cada uno? - preguntó
- Oncología infantil – respondió el primero
- Pediatría – dijo el segundo
- Cardiología. – afirmó el tercero
Saga fue el último.
- Soy el comodín.
- Significa que aún no tiene especialidad y cubre alguno de nosotros en caso necesario – aclaró el primero al ver que Laura no entendía.
- Soy el cubre turnos pero como se escucha muy bajo, le decimos comodín. Necesito aprender de todo un poco antes de decidirme por alguna. Comprende?
Laura asintió y sonrió.
- Creo que es muy importante estar seguro de lo que se elija en algo tan importante.
Las pisadas de alguien que no eran ellos seis retumbaron por todos lados haciendo que se detuvieran.
- Que extraño. No debería haber nadie en este piso aun. – dijo Stavros queriendo ir a ver quién era
- No será el fantasma de la jefa de enfermera asesinada? – bromeó uno de ellos
- O tal vez los muertitos de la sala de urgencias no pudieron encontrar la luz – sugirió otro con voz temblorosa
- No tendrían ya que haber bendecido este piso? – mencionó el tercero – O mínimo poner crucifijos….
- Jajaja que no era judío? – dijo Saga
- En momentos así, puedo ser hasta santero si quiere – respondió asustado.
Stavros respiró profundamente antes de comenzar a explicar y mostrarles la primera Sala. Más de uno vieron una enorme sombra pasar frente a ellos alertando a Saga quien podía sentir una presencia mas no podía definir de quien se trataba.
- Señorita Díaz, por favor tenga cuidado. – dijo mientras se acercaba más a ella en caso necesario.
Los seis voltearon al escuchar que el elevador se abría de nuevo pero no salía nadie.
- Señores, es obvio que el piso tiene algunas fallas. Por eso todavía no está listo. Vengan. Les enseñare la central de enfermería y antes de que me lo pregunten, tiene cuarto de descanso y los colchones serán muy cómodos y sin cámaras.
Los cuatro doctores chocaron palmas entusiasmados. Eso quería decir que podrían cotorrear con las enfermeras que se dejaran sin que hubiera pruebas en su contra. Laura dio un paso hacia Saga sutilmente dándole un pisotón con los tacones que él supo interpretar bien.
- Y esta, será el ala privada. – siguió diciendo Stavros ensenándoles una habitación muy espaciosa con grandes ventanales y vista a la ciudad – De preferencia serán atendidos personas de grandes recursos para que nos ayuden con los costos de recuperación, mas nunca serán negadas en caso de que sean necesarias, a alguna persona de bajos recursos. Síganme al área de quirófanos. Aquí hay más trabajo que hacer así que pisen con cuidado.
Todos se acercaron a la puerta quedándose de lejitos.
- Quien será el primer valiente? – preguntó Saga
Por toda respuesta, Stavros y Laura pasaron seguidos de ellos.
- Se hace cada vez más oscuro. – dijo Laura – Falta iluminación.
- Así es. No han terminado de colocar las luces y…
Un gran escándalo, como si se hubieran caído varias cosas en otras habitaciones, lo interrumpieron haciendo que todos volvieran a voltear.
- Si solo estamos aquí nosotros… se habrá metido algún gato? – preguntó uno de los doctores
- Al décimo piso y en el elevador? Yo votaría por una rata de dos patas – contestó el otro – Vamos a ver?
- Pues lo que menos necesitamos es que se roben lo que hay – dijo Stavros – ustedes vayan por allá y el Dr. Gemini y yo por acá. Si hay alguien, tenemos que agarrarlo.
Saga asintió y tomó de la mano a Laura.
- Quédate aquí. Estarás segura en el área VIP. No tardamos. – le susurro
- No vayan a exponerse de más.
Saga asintió y junto con Stavros fue por un lado del pasillo. Para no meterse en problemas, Laura se acercó a la ventana para ver hacia abajo. Los jardines donde algunos de los enfermos paseaban se veía verde y hermoso desde esa altura. Tomó su collar con la mano de forma nerviosa y en ese instante alguien la volteó y azotó contra la pared más cercana. Sorprendida, levantó su mirada para ver quien había sido su agresor, pero solo podía ver una sombra mucho más alta que ella que poco a poco tomó forma de un médico pelirrojo.
- Oiga!
- Dónde está mi hermana? – dijo inmovilizándola con su cosmos.
Laura no comprendía que estaba pasando, pero su collar, al estar lejos del agua solo brilló en color blanco. Apolo lo tocó con su dedo y este dejo de brillar.
- No voy a repetirlo. Este collar tiene el cosmos de mi hermana.
- Entonces si Artemisa es su hermana… usted es…
- Así que tú eres la famosa protegida de mi hermana. La que le dije que le iba a causar mas desgracias que alegrias. Tal vez aparezca si te torturo lo suficiente – dijo provocándole un poco de dolor haciéndola gritar
- Juro que no sé dónde está!
Se escucharon pasos pequeños correr hacia ellos.
- No la lastimes! – Gritó Sammy haciendo que automáticamente Apolo la soltara.
Sammy corrió hacia Apolo al mismo tiempo que se escucharon las pisadas de los doctores correr de regreso al escuchar el grito de Laura.
- Acepto. Iré contigo para poder ayudarlos, solo no le hagas nada.
El sistema eléctrico comenzó a parpadear hasta apagarse escuchándose en el pasillo las voces confundidas de los doctores.
Apolo encendió su cosmos iluminando la habitación y extendió la mano hacia la niña.
- Nos vamos entonces?
Sammy miró a Laura y tomó la mano de su padre desapareciendo ambos para consternación de Laura. Como pudo, salió al pasillo gateando para encontrarse a los pies de Saga, quien la iluminó con su celular.
- Te encuentras bien dulzura? Escuchamos un grito.
- Yo… yo… - Saga le extendió la mano para que ella se levantara - lo siento
Aprovechando que Stavros seguía en otro lado del lugar, Saga apagó la luz y poniendo contra la pared a Laura, comenzó a besarla para ayudar a tranquilizarla. Laura no pudo evitarlo y correspondió el beso que no para hasta que el la sintió derretirse en sus brazos.
- Podemos fingir que no te sientes bien para que esto se termine. De todos modos sin luz, será difícil continuar.
Laura asintió y Saga le dio un último beso antes de volver a encender la luz. Acababan de dar tres pasos cuando se encontraron a los demás.
- Si había alguien, escapó – dijo Stavros – Mandare poner vigilancia y arreglar esas luces. Vámonos y regresemos otro día.
Todos asintieron y bajaron por el elevador. Al llegar al primer piso, vieron que todo el personal de seguridad, asistencia y limpieza se habían puesto en alerta. Corrían y buscaban algo como desesperados.
- Que sucede? – le preguntó Stavros a uno de los camilleros
- Desapareció una niña de cinco años. El hospital fue sellado hasta encontrarla.
Laura pareció reaccionar a esto. Entonces no había imaginado lo de Sammy.
Todos los médicos corrieron a sus estaciones para apoyar pero Laura se quedó con Saga.
- Es Sammy! Sammy desapareció con Apolo!
- Que dices?
Kanon entonces chocó con ellos.
- Saga, Laura, han visto a Sammy? Pidió permiso para ir al baño. Yo me quede afuera pero después de un tiempo le pedimos a una enfermera que entrara por ella y ya no estaba. Pudo usar la otra puerta.
Saga miró a Laura.
- Donde viste a Sammy con Apolo? – le preguntó Saga
- Cuando me dejaron sola en el décimo piso pero…
- Voy allá. Camus y los demás están divididos entre todos los pisos. – dijo Kanon corriendo al elevador.
- Ten cuidado que no hay luz!
Camus corrió por los pasillos buscando a Sammy. Era obvio que por ser un hospital no podían gritarle y muchas de las puertas estaban cerradas y se necesitaba una llave electrónica para pasar, pero trataban de buscarla hasta por cosmos, lo que no siempre les había funcionado en el pasado debido a la habilidad de la niña de ocultarlo a voluntad. Camus llegó al quinto piso y comenzó a buscar a la niña rincón por rincón. Para cuando llegó hasta el área de cuneros, se detuvo por un segundo a contemplarlos. En unos meses, detrás de ese vidrio, el vería a su hija nacer. Esa era una promesa que se hizo a sí mismo. De aquí a tres meses, su esposa y su hija estarían en Grecia con él, viviendo felices. Como lo lograría? Aun no estaba claro, pero como que se llamaba Camus de que así seria.
Estaba sumido en sus pensamientos cuando comenzó a sentir un fuerte y cálido cosmos detrás de él. No era Sammy eso era seguro. Volteó hacia el lugar donde emanaba, y vio que la sala donde estaban las bancas para los familiares estaba vacía a excepción de una chica muy joven de cabello castaño que le sonreía. Como atraído hacia ella, Camus caminó para acercarse y dos pasos antes de llegar con ella, su cuerpo se puso en una rodilla reconociendo que el cosmos pertenecía a Athena.
- Athena! - exclamó con la cabeza agachada
La chica frente a él le sonrió dulcemente.
- Hola Camus. Qué bueno encontrarte.
- De verdad es usted? – preguntó asombrado. Estaba tan acostumbrado a verla en Saori o incluso había imaginado también usando a Sasha que verla en ese otro cuerpo lo sacaba de balance.
- Si mi querido caballero. Ven - palmeó la banca al lado de ella invitándolo - Siéntate a mi lado
Camus volvió a voltear a su alrededor y se levantó para obedecerla, sentándose si bien no en la siguiente banca, si en la que seguía.
- Hice algo mal? Lo siento. Es una pregunta tonta. Por supuesto que lo he hecho como para que usted haya tenido que bajar a regañar a este humilde siervo suyo.
- Por qué lo dices?
- No recuerdo ninguna otra ocasión en la que haya tenido el honor de estar a su lado a solas y sin su avatar.
Athena no perdió su sonrisa, y puso sus manos en su regazo.
- Ese es enteramente un error mío, pero ahora que uso mi verdadero cuerpo, espero poder compensarlo a todos ustedes y estar más cerca si me lo permiten.
- No sé si Hera nos lo permita
Athena se inclinó en tono confidencia.
- Aquí no está Hera. Puede que ella tenga al santuario y a ustedes con ella por mi debilidad, pero no por eso pienso abandonarlos. – declaró - ustedes son mis queridos caballeros a pesar de las circunstancias.
- No he dejado de rezarle – confesó sonrojado
- Lo sé.
- A todos nos hará muy feliz que se acuerde de nosotros. Pero… está aquí por casualidad?
Athena dudó un poco.
- No. En realidad, quería ver y saludar a Saga pero no he podido. Hasta hice una cita como paciente. Es un médico muy cotizado!
- A Saga? Por qué?
Athena le ofreció un poco de agua de una botella que Camus rechazó pero le ayudó a enfriarla.
- Quería preguntarle por la posibilidad de que el Heredero de Géminis sea engendrado por él, y no por Kanon.
Camus se mostró sorprendido.
- Por qué? Acaso Kanon no es digno? Ahora que hizo?
- Jijiji por qué piensas que hizo algo? Últimamente he recibido muchos ruegos de su parte para no tener hijos. Creo que el mismo no se siente muy digno.
Camus guardó silencio unos segundos.
- Siendo sinceros, más de la mitad de nosotros tampoco queríamos.
- Sin embargo los hijos son una bendición cuando vienen del amor, pero aun así ninguno de ustedes ha pedido nunca tenerlos, excepto el. – dijo tranquilamente – Además aquí entre nos, así podre tener a mis dos santos de géminis juntos por primera vez en… mmm… creo que nunca los he tenido juntos!
- Creo que necesita pasar más tiempo con ellos. Se matarían después de una semana. Pero La buena noticia es que Laura ya está embarazada. Nos lo dijo hace unos minutos.
Athena aplaudió emocionada.
- Entonces es el momento perfecto para sugerírselo, no crees? También debo felicitarlo.
Camus siguió mirándolo arrobado.
Athena tomó sus manos entre las suyas.
- Basta de hablar de Saga. Dime mi querido Camus, como estas después de lo que paso en Asgard?
Ella pudo sentir como todo el cuerpo del acuariano se tensó.
- Como es que usted sabe...?
- Recuerdas a la mujer que te dio la espada de la armadura de Libra? – Camus intentó recordar y abrió los ojos muy grandes al reconocerla.
- Usted… pero por qué?
Athena le sonrió.
- Ya te dije. Al usar mi cuerpo real, soy más libre de hacer cosas, aunque de cierto modo, aún más vulnerable. Yo estuve ahí, aunque Sasha y Aioros no están enterados de eso porque nunca me han visto en este cuerpo y desde luego, no use mi cosmos en ningún momento.
- Por qué no me detuvo?
- Detenerte de cumplir tu sueño? No Camus. Si yo hubiera sentido algún dejo de duda en tu corazón, posiblemente lo hubiera hecho. No estoy de acuerdo en la forma en la que se dieron las cosas, pero estoy muy segura de que llegaras a ser muy feliz. Recuerda que no todo es lo que parece.
Camus se sonrojó. Athena sabía demasiado para su paz mental.
- Aioros… prometió que me ayudaría pero no sé si esto sea posible cuando Sasha se dé cuenta.
Athena se puso más seria.
- Sasha debe seguir órdenes de Hera, también tiene ordenes mías pero me da la impresión de que ella también está siguiendo sus propios planes. Lo de Shion, Shaina, Mu… Y ahora tú, no estaba planeado y de ningún modo lo apruebo. – dijo – yo cometí el error de no decirle a Shion y eso acarreó muchos problemas, pero afortunadamente, sigue fiel a Mí. Por cierto… Como sientes a Aioros en ese puesto? – le apretó la mano insistentemente – Necesito que me digas la verdad y todo lo que piensas.
Camus lo pensó un momento. Como encontrar las palabras adecuadas sin decir groserías?
- No estaba listo. El poder le nubla un poco su mente y no lo deja tomar las decisiones adecuadas. Tal vez con un poco más de tiempo y guía…. o si Saga le diera algunos consejos...
Athena asintió.
- Es difícil llenar los enormes huecos que dejaron sus antecesores, más no imposible Camus. Ténganle paciencia. – le tomó la mano en la que traía el brazalete. Athena infundió un poco de sus cosmos en ella para leerlo – Vaya… es un trabajo muy bueno de Völundr, pero parece que necesitaremos la ayuda de algún dios nórdico para quitarla. – Le sonrió a Camus – Sí. Sé que no te están dejando ver a Fler con esto. Los escuché en la cena a pesar de que parece que soy invisible en este cuerpo. No es muy llamativo verdad?
Camus se tomó un segundo para viborearla. Acostumbrados a verla con avatar copa D o DD, con una copa B parecía más joven, mas no por eso menos bella.
- Creo que ese día, todos tenían puesta su atención a la novia – dijo cortésmente.
- Tienes razón. Como están tus relaciones con Asgard?
- En este momento, pesimo.
- intenta buscar una forma de suavizar todo. yo te ayudare con algunos dioses nórdicos para intentar solucionar esto a tu favor. No te desesperes. No estás solo en esto mi querido caballero, aunque no puedo asegurarte que colaboraran rápido.
- Estaré en deuda con usted toda mi vida si con esto puedo finalmente traer conmigo a mis dos amores.
Athena lo miró fascinada mientras Camus se sonrojaba al escucharse decir eso.
- Es tan dulce escuchar a mi caballero más frio decir eso. Debes mantenerte tranquilo mientras llega ese momento, porque si no te mantienes tranquilo los que quieren tenerte separado de ella sabrán que están ganando.
- No dejare que me la quiten. – declaró Camus - ya me vieron la cara de tonto una vez. no cometeré el mismo error dos veces.
- Entonces no debes perder la fe. Confía en que tus hermanos y yo estaremos contigo y te ayudaremos. Tu felicidad es algo que anhelo mucho después de todo lo que has pasado. Por cierto, has podido hablar con ella? Como están?
Camus sonrió finalmente.
- Están hermosas. La bebe tiene seis meses y va a ser tan espectacular como su madre. Le he estado dando mil vueltas al asunto y creo que los dioses nórdicos se oponen a nuestra relación porque no saben hasta donde llegaría yo por tenerlas de vuelta y no volver a soltarlas jamás.
- los dioses nórdicos están jugando unilateralmente y se les olvida que tú perteneces al panteón griego no al suyo. Por tanto, y con tal de que lo comprendan, soy capaz de involucrar a mi padre en esto. No dejaremos que separen a una familia que podría ser feliz. Además, adoro tu sonrisa cuando hablas de ellas. Quiero verla más seguido.
- Podrá hacerlo cuando este con ellas lo hare las 24 horas.
Milo comenzó a llamarlo por cosmos, y Camus se levantó. Había olvidado que estaban buscando a Sammy.
- Mi señora, tengo que irme. Sammy desapareció.
- Como dices? Oh no! Apolo y Thanatos estaban por aquí. Los senti. Tu crees que?
Camus besó sus manos en señal de respeto.
- La vamos a encontrar. No nos abandone y escuche nuestros ruegos.
- Iré a su templo a ver si esta allá. Mi conversación con Saga puede esperar un poco mas.
Camus asintió y corrió hacia donde Milo lo buscaba viendo a Athena desaparecer por el pasillo.
Los cinco se reunieron en el quinto piso.
- Que sucede Milo. La encontraste? – Preguntó Kanon mortificado.
- No, pero encontré esto – dijo mostrándoles a cobrita
Laura la tomó y la reconoció de inmediato.
- Donde estaba? Ella no la dejaría tirada en cualquier lado.
- Vengan. Les mostrare.
Milo los llevó hasta la habitación 504, donde una enfermera terminaba de cubrir con una sábana el cuerpo de un niño mientras los padres lloraban en el pasillo. La enfermera salió y Saga y los demás entraron mientras Milo les señalaba la silla donde había estado la muñeca. Kanon abrió la sabana sorprendiéndose de ver el cuerpo inerte de Santi y comprendiendo el porqué de la muñeca ahí. Laura también lo vio y lo reconoció y escondió su cara en el pecho de Saga para ocultar sus lágrimas. Milo y Camus bajaron la mirada y Saga abrazó a Laura para ocultar su tristeza. Ya lo esperaban pero no tan pronto. Solo esperaba que Sammy no hiciera ninguna locura por esto.
2 de Octubre, 5pm
Templo principal
Santuario de Hera, Grecia
Marin jugaba con Mist en su oficina. Aun no habían ido a recogerla y ya estaba retrasada su madre por varios días. Con una niña tan adorable como era posible que la madre se olvidara de ella.
Mist le ofreció uno de sus juguetes haciendo que Marin sonriera: Mist tenía la misma sonrisa encantadora de su padre.
Inicio de Flashback
Aioria toco la puerta de la oficina del Patriarca. Escuchaba una conversación pero solo la voz de su hermano así que dedujo que estaba al teléfono.
- Adelante!
Aioria soltó la manita de Mist al entrar, lo que hizo que esta se pusiera a correr hacia su tío para abrazarlo.
- Hola muñequita. – dijo acariciándole la cabecita y dándole una paleta de dulce que tenía en el cajón – ve a jugar.
Obediente, la niña se fue al rincón con cojines que Aioros había acondicionado para que ella jugara con algunos bloques de madera y muñecos de peluche.
- A que debo el honor de tu visita? – dijo Aioros muy serio.
- Ahora que te hice?
- Que?
- Regularmente me das la bienvenida de un modo bonito. Ahora pareciera que tratas de deshacerte de mí.
- Lo lamento. Estoy un poco estresado – confeso – Liz no tiene para cuando volver. Su madrastra se rompió una pierna y su padre está de viaje; Sasha está viviendo su juventud a lado de Izzy y en cuanto me pongo a trabajar llegan a interrumpir a llevarme aquí o allá.
- Izzy? Ah si! La chica que trajeron de invitada desde Asgard, pero no es asgardiana. – dijo Aioria – Porque la trajeron?
- Sasha le tomó afecto
- No se diga mas
- Y luego está lo de Camus…
Aioria se sentó frente a él.
- Entonces tu sabes que es lo que le sucede?
- Sí, pero no debo decirlo. La verdad a mi también me tomó por sorpresa y no estuve de acuerdo pero… olvídalo. No debo decir nada.
- Si sabes que para pasar por ahí han tenido que poner una alfombra porque todo el lugar está más congelado que el Polo norte verdad?
Aioros tamborileo sus dedos. Estaba al tanto y no podía culparlo.
- Sí. Yo fui quien mandó la alfombra.
- No contesta ni el saludo, ni a Milo!. Solo sabemos que está vivo por el frio que hace.
- Lo sé. Y también sé que ha salido de su casa para caminar sin rumbo. Pero eventualmente se calmara. Estoy seguro.
- Pues tu sabrás. Sabes algo de Lyfia? No era para que ya hubiera venido por Mist?
- No ha contestado.
- Y como voy a hacerle con la niña? Yo tengo que irme manana. Por cierto… compraste mi boleto?
- Marin lo tiene en su escritorio. Pídeselo.
Aioria tuvo a bien mostrarse avergonzado. Iba a ser muy extrano pedirle a Marin el boleto de avion para ir a japon a buscar a la chica perfecta para tener su sucesor. Aioros sonrió.
- No te preocupes. Yo entrego a la niña en caso de que venga.
- Y si no?
- Pues mejor para mí. Así me entreno para cuando tenga mis hijos.
Aioria se acercó un poco más.
- Y…. ya comenzaste a practicar con ella?
Un coscorrón fue a caer a su coronilla.
- Eso no te importa, pero ya deberías saber que Liz es una niña bien.
- Pero ella también tiene por donde… - Otro coscorrón aún más fuerte fue a darle en la mano que se sobaba el primero.
- La próxima vez, hare que Camus te muestre que tu también tienes por donde con una estalactita de hielo.
Aioria se paró como resorte.
- Perdón perdón. Ya no pregunto. Iré por mi boleto y a empacar. Te dejo a Mist?
- Obviamente. Tengo que disfrutar a mi sobrina todo lo que pueda.
Aioria sonrió todavía sobándose la mano y salió a buscar a Marin. Uno de los guardias lo anuncio en la puerta de su oficina. Marin se levantó lentamente de su asiento detrás de una pila de papeles.
- Disculpe la intromisión. Solo vengo por mi dinero y mi boleto de avión.
- Perdón?
- Aioros dijo que lo dejó sobre su escritorio.
Marin comenzó a buscarlo hasta que lo encontró. Un sobre amarillo sin nombre. Dentro había un fajo de billetes y la impresión del boleto de ida de Aioria al aeropuerto internacional de Narita en Japón. Marin vio el boleto y después asombrada, volteó hacia Aioria.
- Te vas a Japón? Iras a visitar a Saori?
- Le mandé un mensaje y me acogerá en su casa por unos días. – respondió muy serio – Después estaré por mi cuenta.
- Vas a llevarle algún recado? – volvió a preguntar haciendo que Aioria la mirara extrañada.
- Creí que estaba al tanto. Debo ir a cumplir mi misión.
- Y escogiste Japón para eso?
Aioria extendió la mano para recibir el sobre, pero Marin en lugar de eso, se sentó y puso el sobre frente a ella, haciendo que él se sintiera incomodo de pie frente a ella.
- Sí.
- Creí que ya no necesitabas cumplir esa misión. Tienes a tu hija aquí contigo.
Aioria frunció el ceño. Sabía que aunque Marin intentaba representar su papel, lo que quería era no dejarle olvidar su error. Tomo aire y contestó de la manera más neutra posible.
- Las reglas establecidas previamente para esta misión, impiden que Mist sea considerada para ser mi sucesora.
Marin escaneo la mirada de Aioria. No encontró mentira en ellos.
- Aun no me has respondido por qué Japón.
- Creo que para poder superar la ultima ruptura que tuve, necesito encontrar a otra persona con características similares. Lo único que se me ocurrió fue eso. – dijo Aioria – Además, tengo un plan C y también está en Japón.
- Entonces admites que solo querías usarme como incubadora.
Aioria respiró profundo.
- No. Ciertamente no. De verdad no has leído las reglas verdad?
Marin se ruborizó. La verdad no lo había hecho. Tenía mil y un cosas que hacer que a su punto de vista eran mas importantes. Aioria asintio comprendiendo.
- Déjame ponerte al tanto. – dijo Aioria – Los sucesores de las armaduras doradas deberán ser concebidos por una virgen que nos ame y a los que nosotros amemos. Pero las madres, son las que tienen la última palabra en relación al entrenamiento de nuestros hijos. Nadie podrá obligarlas a entregar a los niños. Y francamente, después de conocer a Mist y saber lo que se siente ser padre, no creo tener el valor para hacerlos pasar por el sufrimiento que tuvimos nosotros. Mist es un amor de niña, pero yo no amaba a su madre y ella nunca entregaría a Mist. Es su vida.
Marin bajó la mirada. Tenía esa esperanza muy en el fondo pero oírselo decir a Aioria le calmaba un poco.
- Y si bien, en un momento creí que contigo podría cumplir las órdenes de Athena, esa esperanza se fue cuando…. Pasó lo de Shaka.
Marin se levantó a servirse un poco de agua. Esta conversación llevaba en el horno mucho tiempo y el hecho de que Aioria no estuviera perdiendo los estribos la sacaba de balance. Es como si Aioria de verdad se hubiera rendido.
- No te preocupes. Eres una mujer hermosa y supongo que Shaka se aprovechó de que estabas vulnerable por mi culpa. – continuó diciendo Aioria – Creo que lo que más me enojo fue que prácticamente lo hicieras público y con eso me humillaras. No era algo que yo esperaba de ti. Si, tuve un resbalón con consecuencia muy muy lejos de aquí, pero nunca escuchaste que la gente hablara de eso o sí?
- Claro que no. Todos ustedes se alcahuetean.
- Como quieras ponerlo, pero te enteraste por un error de los de arriba. Yo ya ni siquiera pensaba en eso – Volviendo a extender su mano para que le entregara el sobre a lo que Marin tuvo que ceder – Y no creas que será tan fácil mi misión. Después de todo, no creo que haya un switch para prender y apagar tu corazón tan rápido despues de tantos anios de mantenerlo latiendo por una sola mujer. Tengo una segunda oportunidad el próximo año y ya para entonces estaré bien. O al menos eso espero.
Marin bajó la mirada sin decir nada. Eso quería decir que el todavía la quería? Aioria vio que no hubo una respuesta de su parte e hizo una reverencia.
- Vendrán por Mist muy pronto. Si ya me he ido para entonces, por favor le pido que le entregue sus cosas a Aioros para que el la entregue. Las dejare empacadas y listas.
Marin asintió y Aioros salió de su oficina rápidamente para dejar a Marin pensando muy seriamente en el futuro.
Fin del Flashback
Estaba sumida en esos recuerdos cuando tocaron a la puerta.
- Disculpe señorita – dijo uno de los guardias – la persona que estaban esperando esta al final de las doce casas. Hago que suba?
- Claro que no. Que espere ahí. Donde está el patriarca?
- Está tomando una siesta. Dijo que no lo molestáramos.
- Está bien. Vamos Mist. Hora de volver a casa.
Mist obedientemente la tomó de la mano y comenzó a caminar junto a ella.
Lyfia estaba parada al final de la escalinata que conducía a las doce casas. Dos caballeros plateados le impedían el paso y comenzó a ponerse ansiosa. Tan pronto había recibido la nota de ir por la niña había corrido hacia allá, lamentablemente tarde. Se sentó en una banca debajo de un árbol que daba sombra intentando cubrirse de los rayos solares y la humedad a la cual no estaba acostumbrada. Y si Aioria estaba molesto con ella por dejarle a la niña más tiempo? Casi tres cuartos de hora más tarde, los tacones de Marin se escucharon bajar por la escalinata. Cargaba a Mist de un lado y una maleta del otro.
Lyfia pasó saliva al ver a Marin. Su uniforme, recién llegado, la hacía lucir imponente, peligrosa y letal: Completamente opuesto al de Shaina, su vestido era de seda color negro con dorado. Era tipo Halter con escote de corazón, de largo hasta los tobillos con dos aberturas a lo largo de las piernas y una torerita estilo oriental con hombreras y cuello mao con mangas larga de gasa. A propósito, había dejado su máscara con Kiki. Quería ver a esa mujer de frente.
- Buenas tardes - dijo Lyfia haciendo una pequeña reverencia
- Llegas tarde – contestó Marin en un tono un tanto indiferente.
- Lo lamento - Lyfia se agachó y le abrió los brazos a Mist - Mist ven con mama.
Mist la miró con extrañeza y abrazó el cuello de Marin volteando hacia el lado contrario. Lyfia sintió que se le estrujó el corazón.
- Mist nena, soy tu mama. Ven conmigo. Te extrañe mucho mi amor. – insistió esta vez en noruego.
La niña pareció reconocer el acento, porque volteó la cabeza y miró hacia Marin quien asintió con la cabeza y la colocó en el piso. Mist se tomó unos segundos para ver a Lyfia antes de sonreír y correr hacia ella tropezando en el camino. Marin tuvo que morderse un labio al ver a las dos reunirse después de tanto tiempo. Por un momento su mente se inundó con pensamientos acerca de la vida imaginada al lado de Aioria y de futuros hijos, hijos que ya no llegarían al menos no al lado de Aioria. Mist, después de ser abrazada y besada por su madre, se soltó de sus brazos y fue a tomar la mano de Marin para acercarla más a Lyfia jalándola mientras decía palabras en noruego que Marin no comprendía. El cuerpo de Marín parecía no responder al gesto que Mist trataba de hacer, pero sintió la energía de la niña agitarse un poco y comprendió que no debía negarse a un gesto de nobleza, así que finalmente cedió. Mist alegremente tomo con su otra manita la mano de Lyfia comenzando a saltar entre las dos sin soltarlas. Para sorpresa de Marin, Mist comenzó a hablar en noruego muy rápido con su madre. Lyfia se sonrojo un poco al entender a su hija.
- Muchas gracias por traérmela. Espero que no haya sido una molestia para usted. Ella me está contando que la quiere mucho.
Marin esbozó una sonrisa a medias como respuesta.
- Aioria... el... no te aviso que vinieras por ella? - Preguntó dubitativa
- sí, pero la carta me llego un poco tarde, donde está el? - mira alrededor – No debería estar entregándomela su padre.
Marin escogió sus palabras con cuidado.
- Él está en Japón - respondió tratando de restarle interés
- en Japón? y dejo a Mist aquí sola? – casi gritó Lyfia – Creo que debo avisarle a mi abogado.
- Él fue requerido para una misión importante en Japón - respondió Marin tajante. Por qué tenía que estarlo defendiendo?
- Nada debe ser más importante que su hija. Él lo prometió. Y este lugar es violento y peligroso…
Marin se contuvo para no perder los estribos.
- Tú hija estuvo bien cuidada durante su estancia no solo por su padre sino por el patriarca, los dorados y hasta la misma Hera! - dijo aseverando levantando un poco más la voz -Tú hija no está en un reclusorio lleno de maleantes así que cuida la forma en que te refieres al santuario ya que quieras o no, al final este también será el hogar de tu hija
- Quiero hablar con la Sanbocho o con el patriarca para que me confirmen la seguridad con la que se manejara este asunto si no es molestia – pidió Lyfia
- Estás en presencia de la misma, pregunta tus inquietudes y serán respondidas
- Usted es la sanbocho? - preguntó sorprendida. Le habían dicho que era una peliverde.
- Sí ¿por qué la sorpresa? ¿A caso tú también crees que solo Shaina puede desempañar bien el puesto?- respondió Marin ahora en un tono un tanto agresivo
- Yo no sabía que habían cambiado de sanbocho. Lamento la confusión. Como debo dirigirme a usted? - dijo con respeto pero sin bajar la cabeza esta vez.
- Tú debes referirte a mí como Denka Sama – dijo Marin con voz seria aunque en realidad era solo una broma. Ese era el honorifico japonés para las princesas, no para los jefes de estado como ella.
Lyfia entonces le hizo una reverencia como si estuviera frente a Hilda.
- gracias por cuidar a mi hija Denka Sama. – Marin sonrió victoriosa – Puedo preguntarle algo?
- Si
- Usted… debe conocer a la novia de Aioria.
Marin palideció. Aioria tenía novia? Tan pronto?
- Pues… también es pelirroja como usted y es un caballero femenino según entiendo. No recuerdo su nombre. Marcia? Mirna?
- Creo que esta atrasada en noticias "señora". Aioria solo quiere estar bien con la pequeña Mist y el noviazgo con esa mujer es algo que quedó atrás para el- contesto con tristeza en su tono de voz
- Aun así, me gustaría hablar con ella para aclarar malos entendidos.
Mist interrumpió la conversación entre las dos mujeres mientras gritaba:
- Marin… Ángel! Marin!
- Ah si! Marin! – dijo Lyfia – es la persona que busco nena.
Mist corrió a abrazar las piernas de Marin.
- Marin! Marin! – extendio sus bracitos para que la cargara.
Marin no pudo negarse a la niña y la cargó en brazos haciendo que Lyfia volviera a ruborizarse. Acaso ella era...
- Ohhhh lo siento. No lo sabía. Entonces… Aioria y usted viven juntos?
- Aioria y yo ya no estamos juntos y tampoco lo estaremos nunca más. Estate tranquila.
- Perdón? a que se refiere?
- No necesitas fingir demencia. Tú te acostaste con el mientras estuvo en Asgard, sabias que tenía una relación y no te importo. Eso acabó con nuestra relación. – contestó Marin esta vez sin poder contenerse.
- Las cosas no fueron así. Yo no sabía que tenía una relación. – insistió Lyfia
- Y él no te dijo nada? Vaya novio el que tenía.
- él estaba afectado por el árbol Yggdrasil y se desmayó. Dudo mucho que él estuviera pensando en engañarla conmigo o con nadie más. Solo… fue la necesidad de calor en una emergencia y una cosa llevó a la otra…
- Claro... y tú aprovechaste la oportunidad.
- su temperatura seguía bajando! Moriría! Solo paso!
- Solo pasó? Esa es tu maldita respuesta? Lo arruinaste todo.
- Frodi aseguró que el que Tenia novia era Aioros y no Aioria. Cuando me entere de la verdad, sabía que yo solo podría ser amiga de Aioria porque él amaba a otra mujer. Debe creerme. – Le quitó a una Mist adormilada de los brazos – Es por eso que no estaba de acuerdo en que la niña viniera a vivir con él. Solo se llenara de resentimiento e ideas equivocadas.
Marin se llevó la mano a la cara en un claro gesto de exasperación.
- Resentimiento? Por Athena... no eres tan lista como pensaba. – dijo finalmente - Aioria adora a su hija por sobre todas las cosas y procura su bienestar por encima de todo y de todos! – y agregó en un tono un tanto triste. -Y yo sería incapaz de hacerle algún daño. Le he tomado mucho cariño y aquí nadie la llenaría de sentimientos impuros. Qué clase de personas crees que somos?
Lyfia pareció avergonzada y se limitó a abrazar a Mist quien ya cabeceaba sin control.
- Yo admito que si sentí resentimiento cuando pensé que Aioria no quería responder ni saber de mi hija, pero ahora sé que todo fue un error. Le pedí a alguien que tenía mejor acceso, que mandara una carta para que solo Aioria diera su apellido y no fuera considerada bastarda, pero él nunca respondió así que asumí que no quería saber de mi hija. Ahora sé que él nunca respondió porque nunca le llego la carta por eso él no sabía que tuvimos una hija juntos. Tú no sabes lo que hemos sufrido por eso.
- Que prejuiciosa saliste – contestó Marin rodando los ojos - Sammy creció con nosotros y prácticamente ha sido como la hija de todos, nadie le hace desprecios y tampoco se le inculcan sentimientos malos. Aioria puede ser un bruto, un bobo... un... un tonto hermoso pero jamás dejaría abandonado a algún hijo suyo. Lo juzgaste muy mal asgardiana
Lyfia sonrió por debajo. Marin lo defendía mucho como para no querer nada con él. Un tonto hermoso? Ja! A quien quería engañar. Marin pareció no darse cuenta de la valiosa información que le había dado.
- En todo caso, nos trajiste problemas Lifya pero no me consideres tan malvada. tu hija necesita a su padre y yo no voy a impedírselo
- Yo no quiero ser causante de más problemas, pero Mist esta encariñada con su padre y no puedo separarla de él. Quiero aclararle algo: Aioria y yo nunca tendremos nada pero si ustedes dos todavía se aman debería buscar una forma de arreglarlo. – acaricio la mejilla de su hija – Yo estaba equivocada respecto a usted. Mist a su lado parece estar contenta y tampoco puedo quitarle eso ya que parece que aquí tiene más aceptación que en mi propia tierra.
La mirada de Marin se suavizó un poco.
- Es una opinión razonable. Bien aceptada y te seré franca. Yo si quiero arreglar las cosas con él y Mist está dentro de mis pensamientos y mis planes de aceptarlo, pero tú no. Y no quiero que la hija entre ambos sea tú pretexto para buscarlo.
- Estoy dispuesta a firmar cualquier cosa que usted me ponga enfrente que diga que tendré trato con Aioria solamente por el bien de ella y sin ninguna insinuación romántica de ningún tipo. Pero requiero la certeza de que la relación de ustedes no la afectara a ella tampoco ni ahora que esta pequeña, como en algún futuro si llegan a formar una familia.
La risa de dos chicas jóvenes bajando las escaleras, interrumpieron la conversación: Eran Sasha y la invitada más reciente en el santuario: Izzy. Sasha fue directamente con ellas seguida de la castaña.
- Ah Marin! Aquí estas. Justo estaba hablando con Izzy de ir a buscarte. - volteó a ver a Lyfia - Y tú? Quién eres? Como entraste a este santuario?
Lyfia hizo malabares con Mist para poder hacerle una reverencia algo más marcada que las que le hacía a Marin reconociendo a la ex reencarnación de Athena.
- buenas tardes señorita, yo soy Lyfia de Asgard y vengo por mi hija Mist.
Sasha miro a Izzy quien asintió confirmando las palabras de la chica y se volvió hacia Lyfia.
- Ahhh tu eres la nueva embajadora entonces? Yo soy Sasha y ella es Izzy – Lyfia miró a Izzy de una manera que hizo que esta desviara la mirada. Era obvio que la conocía o por lo menos la había visto antes en alguna de sus visitas a Asgard - No te esperaba aquí sino hasta dentro de un mes. Tu habitación aún no ha sido preparada.
- Disculpe?
Obviando la visible incredulidad de las dos chicas frente a ella, Sasha intento ponerse seria y le extendió el sobre conteniendo el documento firmado por Asgard consintiendo la transferencia.
- Precisamente para esto buscaba a Marin: Para entregarle este documento y que comenzara a hacer los arreglos, pero ya que está aquí, debe haber algún lugar donde pueda quedarse mientras tanto.
Miró directamente a Marin, quien no salía de su asombro ni se dio como aludida por lo mismo. Lyfia recibió el sobre y verificó su contenido. En efecto estaba firmado por Hilda y todo el consejo de Asgard.
- Lo lamento pero yo todavía no he sido notificada de esta decisión y solamente vine a recoger a mi hija. Espero que comprenda y me disculpe si continuo con mis planes originales mientras esto sucede y ustedes pueden terminar también los arreglos aquí. – respondió Lyfia diplomáticamente.
Sasha hizo un pequeño mohín de frustración. Parecía que esa parte del trato aun no podría cumplírsela a Hilda. Le pidió el sobre de vuelta y se lo entregó a Marin.
- Si, tiene razón. Además estoy segura que necesitara traer todo su equipaje de verano. Por favor déjele una forma de comunicación a Marin para que ella pueda ponerse de acuerdo con usted. Fue un placer conocerla – dijo con su típico encanto – Pero le prometí a Izzy que le mostraría Rodorio. Que tengan un excelente viaje.
Tanto Marin como Lyfia las vieron alejarse parloteando alegremente, pero la cara desencajada de Marin lo decía todo: Ella no estaba al tanto de ese asunto y un dejo de decepción y traición comenzó a rondar por su cabeza. Lyfia cambio de brazo a su hija mientras se ponía frente a Marin.
- Usted tampoco sabía de esto, verdad?
- No. Y esto, me toma por sorpresa.
Lyfia no tenía que ser adivina para saber que su vida no sería fácil si esto se cumplía.
- Le prometo que yo no pedí ser la embajadora. No se siquiera para que necesitarían una. No quiero que volvamos a los malos entendidos.
Marin respiró hondo y profundo para no estallar.
- Estoy de acuerdo en que tu presencia aquí no es necesario en absoluto. Hablare con el patriarca al respecto.
- Gracias. El único contacto que yo deseo es el de mi hija con su padre… y algunos amigos que hice pero no con Aioria.
- Espero que lo cumplas.
- De hecho… puedo hablar con él si gusta para… ayudarles a arreglar sus diferencias y…
- No! – respondió Marin casi con violencia – No necesitamos intermediarios que más que ayudar creerían más problemas. No puedo evitar la relación con su hija, pero no te quiero de vuelta en su vida. Conozco a las de tu clase. Se valen de sus bendiciones para estar cerca del padre, pero aquí te topaste con pared porque aunque sea para salvar el poco orgullo que me queda, no te acerques de nuevo a Aioria.
Lyfia se sintió herida por la vehemencia con la que Marin la quería fuera. A pesar de eso pudo comprenderla y asintió.
- Entonces ayúdeme a conseguir que revoquen esa orden. No quiero estar aquí tanto como usted tampoco me quiere aquí.
- Sé bien cuáles son mis alcances dentro del santuario y por supuesto que pondré todo de mi parte para que revoquen la orden. Ahora toma tus cosas y regresa a Asgard, ya no tienes nada que hacer aquí.
Mist se despertó al sentir una fluctuación en la armonía a su alrededor y Lyfia la incorporo.
- Mist despídete de la señorita – le dijo acercándosela mientras cargaba su maleta al hombro.
Mist sonrió y le dio un abrazo y un beso en la mejilla antes de que Lyfia retomara fuerzas, se la acomodara y comenzara a caminar hacia la salida mientras Mist le soplaba muchos besitos de despedida.
Marin las vio salir del santuario y tuvo que sentarse en la banca donde minutos antes Lyfia las había esperado. Tenía que hablar con Aioros acerca de ese nombramiento y con Aioria acerca de esa situación entre ellos. Si lo postergaba mucho tiempo, podría perderlo definitivamente.
2 De octubre 8 pm
Departamento de Thetys y Gigi
Paris, Francia
Thes bajó del taxi junto con sus maletas. Ya se había dado cuenta, desde que hizo el check in en el avión y le cobraron sobre equipaje, que su tía le había dado demasiado ropa, zapatos y maquillaje. Acaso había mujer que pudiera quejarse de eso?
Cuando hubo pagado el taxi y este se alejó, comenzó a tocar la puerta que obviamente estaba cerrada por la hora.
- Fleeeeeeeeeeeeeeeeer abremeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee no traigo llaveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees
Tuvo que esperar sentada en sus maletas a que Fler bajara a abrirle.
- Thes! – la abrazó con fuerza en cuanto pudo – Me hubieras llamado para tener todo listo para darte la bienvenida!
- Descuida querida – dijo cargando todas las maletas para aventarlas dentro de la boutique – Lo único que necesito es algo de tomar y mi rica cama con doble colchoneta. Me extrañaste?
- Claro que sí. Y también me tenías muy preocupada.
Thes espero a que Fler volviera a cerrar la puerta para comenzar a subir al departamento.
- No vas a subir las maletas?
- Mañana. Hoy estoy muerta – respondió – Más de 18 horas de viaje. En serio Julián no podía simplemente haberme abierto un portal? Ja! Si claro.
Fler apenas y podía seguir el hilo de la conversación.
- Y a partir de mañana estoy a régimen Fler. Nada de Foi gras, ni bagettes, ni croissants… Creo que subí como 5 kilos gracias a las delicias que me hacía comer mi tía.
- Pues no se te notan. – reconoció Fler – En cambio yo, comienzo a verme como una pelota playera.
- Que tierna! Te has sentido bien? Has tomado tus vitaminas?
- Si y sí.
En cuanto entró al departamento Thes fue a quitarse los zapatos y ponerse un camisón. Fler la miro hacerlo y sirvió un vaso con limonada y hielo como a Thes le gustaba.
- Cuéntame. Por qué tardaste tanto en regresar? Solo ibas a ir a la fiesta de Pandora según me dijiste.
Thes tomó la limonada y se acostó en el sofá. Traía demasiado adolorido el trasero por el viaje como para sentarse. Algo que sí hizo Fler para quedar frente a ella.
- Pues si fuimos a la fiesta. Hasta salimos en televisión. No me viste?
- La verdad no.
- Estuvo súper cool. Cientos de clientas potenciales pidiéndome que haga sus próximos vestidos gracias a lo espectacular que se veía Pandora. – dijo feliz – Ya comencé a diseñarlos y mi correo está lleno de solicitudes. Creo que nos ira muy bien de ahora en adelante.
- Me alegro mucho. Así podremos recuperarnos pronto – contestó Fler sonriendo – Estaba tu hermano ahí?
- Oh si, y toda la familia Olympo… bueno con algunas excepciones. Para variar se enojó un poco porque yo iba acompañada de Afro, pero ya se le pasara. Llegaron las telas?
- Si, a excepción de 4 rollos. Hubo un retrasó en el confeccionamiento pero prometieron tenerlas aquí antes del 10.
- Con esas otras puedo comenzar. – comenzó a cabecear pero Fler insistió
- Por qué no regresaste derechito después de la fiesta?
- Una tipeja se me puso al tú por tú y... Bueno puede ser que yo solo quería molestar a Aiacos pero ella comenzó a meterse conmigo y se me salió de control. Era una ofrecida…
Fler se extrañó mucho.
- Con quién?
- Con quién qué? – bostezó
- Con quien andaba de ofrecida? Con tu hermano?
Thes guardó silencio unos segundos.
- No recuerdo pero después se metió la víbora a defenderla…
- otra vez peleando con Shaina? Ya te dije que ella no es tan mala….
- Ella se metió! Juro que yo esta vez ni siquiera la había volteado a ver. Tooodo el tiempo la ignore. Ignore su horrible vestido, su peinado ridículo, sus modales de marimacho. Todo. Yo estaba en lo mío.
- Entonces esta vez ella tuvo la culpa? Recuerda que ella ya pertenece a la familia Heinstein de acuerdo con la revista de chismes de sociedad.
- Comenzamos a hacernos de palabras y entonces llego Pandora y emparejamos fuerzas. Dos contra dos.
- Por Odín. Tuviste suerte. Creo que Pandora ahora es su cuñada. Por qué no la defendió a ella? Por eso terminaste en el caribe?
- Cuando las cosas escalaron y llegamos a lo físico pues... Nos cacharon y a mí me mandaron con la tía Anfitrite al caribe castigada. A Pandora le fue peor porque ahora tiene que soportar a las dos higaditas siempre. Pobrecita.
- Pues tuviste suerte entonces. El señor Afro fue el que me alertó, ya que él también estaba preocupado. Pero al saber que estabas bien en el caribe eso me tranquilizo un poco. Aun así fueron muchos días.
- Lo siento. Debí llamarte pero parte del castigo era no hablar con nadie aunque de vez en cuando Pandora me llamaba y obvio que las zorras de recepción tenían que pasarme la llamada. Cuando le robe una vez el teléfono a mi tía e intente llamarte recordé que no me se tu número. Solo te tenía en el discado rápido. Y después vino una emergencia con ella y… pues pudo haberse enojado tantito más cuando le dije que toda su gente era una inútil buena para nada y que ella tenía que sacar su huesudo trasero de la arena y moverse para vigilarlos... Y me castigo más tiempo.
Fler roló los ojos.
- Thes debes aprender a controlar tu temperamento! como le dices eso a tu tía?
- se me salió. Me puso brazalete de ira por tres días. Obviamente de no ser porque el brazalete se descompuso con tanta reseteada seguiría ahí jajajaja.
Fler movió la cabeza condescendientemente.
- Lo bueno es que ya estás aquí sana y salva.
- Sí. – se enderezó para no dormirse - Y por aquí que novedades hubo? Fuiste a tu cita médica?
Fler se ruborizó al recordar que Camus había ido con ella como tanto había soñado.
- Sí, todo va muy bien con la bebe. Esta regordeta y hermosa.
- Eso me recuerda que te compré unos pantalones de embarazada de la boutique porque por más que te arregle los pantalones y faldas que tenías, ya tu pancita creció mucho y mejor los dejamos para cuando te alivies. – Fler se sirvió también limonada haciendo que con la luz de las lámparas, la pulsera reflejara la luz junto con su alianza. Thes se dio cuenta y se acercó mas a ella – Y esa pulsera? Esta no es la que te prestó tu amiga y tampoco te la había visto. Y ese anillo? Es como los que te ponen cuando te casas?
Fler rápidamente escondió la mano.
- Si bueno… es que tengo que contarte…
Thes se levantó del sillón y se sentó frente a ella en la mesa. Le tomó la muñeca para verla mejor. Fler no pudo dejar de sacar unas lágrimas.
- Recuerdas que… el día que te fuiste te dije que yo tenía que hablarte de algo?
- Sí.
- Cuando estuve en Asgard, Hilda me tuvo encerrada hasta que no aceptara un matrimonio arreglado por mi embarazo para así no manchar el honor de la familia.
Thes le soltó la mano.
- Que hizo qué?
- Nunca me quiso decir quién era el novio y él tampoco lo sabía y hace unos días desperté en Asgard para la boda…
Thes se levantó de un brinco.
- Fler! Que estás diciendo? Regresaste a Asgard?
Fler comenzó a sollozar.
- No entiendes. Desperté en Asgard y contraje matrimonio.
Thes la abrazó para consolarla.
- Fler... con quien te casaron? Tan malo es? Algún viejo rabo verde? Tu hermana es diabólica. Segura que no anda nibelungueando de nuevo?
Fler hizo un intento de sonreír.
- Me case con Camus pero no puedo estar con él. No nos dejan estar juntos
El semblante de Thes se ensombreció y la soltó de inmediato. Fler notó su molestia y se apresuró a aclararlo.
- Él tampoco sabía nada, todo fue un arreglo de Hilda y la nueva gobernante del santuario. Él y yo… tuvimos unos minutos para hablar y… arreglar las cosas.
- Ahhh.
Fler le hizo un rápido resumen a Thes quien no decía nada.
- … Pero no puedo creer que mi propia hermana me niega la felicidad y la de mi hija.
- Y ya fuiste a buscarlo de seguro.
- Lo intente! Tome un vuelo desde aquí al día siguiente pero lo regresaron. Le llame a Hilda a su celular y me dijo que efectivamente a menos que los mismos dioses nos lo permitan o que ella me mande a buscar, no podré salir de parís!
Thes entrecerró los ojos.
- No dijiste que no había señal en Asgard?
- No hay! El teléfono satelital de Siegfried me conectó con ella. Además Hilda no estaba en Asgard sino en su cita médica que tenía ese día en Minsk. Que debo hacer Thes?
- Estas segura que quieres regresar con ese pedazo de bestia congelada?
- Lo amo. No puedo evitarlo.
Thes se estiró y tronó varios huesos de su cuerpo.
- Pues deja que pasen unos días a que se enfrié el asunto y vuelves a intentarlo o te saltas el intermediario y le pides a Odín y familia que intercedan.
- Lo hare. No tengo otra opción. Y el Sr. Afro Se portó bien contigo?
- Me acompañó un rato antes del incidente, pero hasta ahí.
- Lyfia siempre ha dicho que tiene mucho pegue y buen gusto con las mujeres aunque a veces parezca una. Pero con su nuevo corte, se ve muy bien! – dijo Fler para suavizar las cosas.
- Oh eso no lo dudo. – dijo Thes poniéndose a buscar una agenda en los cajones de la mesita lateral.
Fler se levantó para ayudarla a buscar.
- Que necesitas?
- Estoy segura de que la deje por aquí. La tarjeta de una mueblería. – contestó distraída – A menos que la tenga en mi habitación.
- Mueblería a esta hora? Para qué?
Thes siguió buscando en toda la sala.
- Para tomar el correo electrónico y cancelar un pedido que hice. Creo que aún estoy a tiempo de que me regresen el deposito.
- Muebles para la boutique?
- No. Para la bebe. – respondió Thes encontrando la tarjeta – Aquí esta. Les enviare el correo hoy mismo. Uy y también debo ver que pasó con el dinero del seguro para poder pagarte todo lo que has invertido. Lo vas a necesitar.
Fler abrió grandes los ojos.
- No entiendo. Quieres que me vaya?
- Tú marido vendrá pronto por ti, así que hay que estar preparada. Desde luego el proyecto de maternidad no tiene mucho sentido ahora. Aunque me pusiera a trabajar día y noche en el, para cuando termine los primeros modelos, tú ya habrás dado a luz y estarás muy lejos. Creo que el universo mandó una buena señal con el incendio. Voy por mis maletas de una vez.
Fler veía ir y venir a Thes sin comprender nada.
- Pero… era un buen proyecto.
Thes se encogió de hombros
- Además, yo no quiero ir al santuario con los que ayudaron a mi hermana a hacer esto. – declaró
- Entonces dile que te ponga casa. No creo que no lo haga. Lleva tiempo queriendo esta oportunidad, o no? - dejando las primeras dos maletas en su cuarto y bajando por las otras dos – Yo sé que llevan semanas comunicándose y coqueteándose mutuamente y no me habías dicho nada. Que se haga cargo entonces y yo me desentiendo. Así no les estorbo.
Fler la miró sorprendida.
- Tu como sabes eso?
- Dejaste tu correo abierto en mi computadora en una de esas conversaciones. Y no te estoy reclamando - aventando descuidada y rudamente las maletas a su habitación para sorpresa de Fler.
- Estas enojada?
- Enojada? Por qué habría de estar enojada? Tu vida es eso. Tuya. No es como que hubiera echado a perder mi reputación declarándome gay al mundo entero solo para ayudarte, o que legalmente seas mi concubina para que tengas el servicio médico y ahora deba desmentirlo quedando como una completa imbécil. – se volteó hacia Fler haciendo ojitos inocentes - Solo te pido que al menos me avises cuando te vayas y te despidas o si te da mucha flojera hacerlo, aceptare un correo electrónico y dejas la llave con la vecina. – se metió a su habitación – Sabes qué? Olvida todas las tonterías que dije. Estoy muy cansada y ya no pienso con claridad así que pasa buenas noches.
Thes azotó la puerta haciendo brincar a Fler del susto y lentamente tratando de analizar toda la reacción de Thes, Fler comenzó a apagar las luces y a caminar hacia su habitación cerrando la puerta de la manera más suave posible. No quería enfadar aún más a su amiga.
3 de Octubre, 4pm
Segunda Casa Dorada
Santuario de Athena, Grecia
Alde terminó de regar las plantas de su jardín con ayuda de Europa. Sin Mist tratando de correr en el jardín, sin Sammy que aún no había sido encontrada, sin Niv que iluminara su día, sin Mu que lo hiciera reír con sus mojigaterías y prácticamente solo con Aioros en las casas doradas, el santuario le parecía casi muerto.
Desde la tarde anterior hasta ese momento, todos los caballeros dorados se habían evocado a buscar algún rastro de la niña, sin conseguirlo. Sasha intentaba comunicarse con Hera sin respuesta; Aioros había enviado una misiva a través de Star Hill para Apolo para comprobar si la niña estaba con el sin que tampoco hubiera tenido una respuesta, pero todos y cada uno de ellos rezaban a Athena por que la niña estuviera bien y a salvo.
- En qué momento este Santuario perdió su rumbo? – preguntó en voz alta.
- Disculpe?
- Nada
Europa dejó la regadera en su lugar y se disculpó con Alde. Tenía que atender a las dos señoritas del templo mayor ahora que ni Mist ni Liz se encontraban en el santuario para que Sasha no la corriera. Alde la miró subir mientras se quitaba sus guantes para el jardín. Extrañaba a Niv.
Como si hubiera invocado a los dioses del celular, este comenzó a sonar con lada de Belo Horizonte, mas no era el del celular de su esposa.
A Hola
C Alde! Hijo! Como estas?
A Carlo? Le pasó algo a Niv?
C No, no. Acaso no puedo saludar a mi yerno favorito de vez en cuando?
A Pues… soy tu único yerno… espero.
C Claro que lo eres. Por eso eres mi favorito.
A Menos mal. Aquí regando mis flores para que cuando regrese Niv pueda verlas en todo su esplendor.
C Y… cuando piensas venir por ella?
A Jajaja ya se cansó de su hija?
C No! Pero los recién casados no deben estar tanto tiempo separados, y ahora menos!
A Ahora menos? Cuál es la diferencia?
C Pues… tú sabes… en su estado se pone muy sensible.
A Bueno, desde que llegó, su percepción del mundo cambio y su ceguera no la afecta tanto como cuando apenas se vino de Brasil.
C No Alde. No ese estado. El otro.
A El de su pelo cortito? Bueno ese ya le creció. Dejó las pelucas porque sabe que yo la amo tal como es.
C Alde por dios! Trabaja conmigo. Estoy hablando de su embarazo.
A Su qué?
C Ella no te lo ha dicho?
A Hable con ella por la mañana y no me dijo nada.
C Tal vez quería darte una sorpresa y lo arruine. Que tan pronto puedes venir? Ella está de necia que quiere operarse pero no comprende que es peligroso. Solo tú puedes convencerla.
A Puedo pedir permiso en un par de días. Hay un problema aquí y no puedo moverme por el momento pero… Esta seguro? Y el Dr. que dice?
C Tan seguro como que este año volveremos a ser campeones. El médico le dice que espere pero ella no quiere.
A Si lo creo. Ella es algo… voluntariosa. Este es su celular?
C Sí.
A Le mandare mensaje en cuanto pida el permiso para ir para que este al pendiente. Pero no me está mintiendo verdad?
C Claro que no! Y no le vayas a decir que yo te dije o me mata.
A No lo hare. Gracias por la llamada
Ambos colgaron el teléfono y Alde se le quedó viendo al teléfono por un momento hasta que finalmente se le prendió el foco.
- Voy a ser papá…. VOY A SER PAPAA! – salió corriendo a la terraza para gritar y que todo el santuario lo escuchara. – VOY-A-SER-PAPAAAAAAAA!
Y gracias al magnifico eco que había en las 12 casas, así fue.
4 de Octubre, 6am
Casa de Ares
Bagdad, Irak
Samira se levantó con mucho esfuerzo de la silla donde hacia su oración. Todos los días pedía porque, en cuanto comenzara a entrar en labor, no se asustara y tuviera un parto saludable. Miró hacia afuera de la ventana hacia el desierto. Apenas comenzaba el sol a asomarse por entre las dunas de arena y se quedó contemplándolo con una sonrisa mientras tocaba su vientre duro como piedra.
La matrona contratada por su suegro de tiempo completo, le había dicho que el parto estaba muy próximo, pero aún no. Ella quería que Milo estuviera presente. Era su esposo.
- Francine, estas ahí?
La monja oscura apareció en la puerta.
- Podrías decirle al Tío si me presta el teléfono para llamarle a Milo?
Francine salió unos minutos y casi de inmediato llegó con el celular de Ares. No es que Samira no pudiera usar el de Shion, pero ese solo era para emergencias o si le prohibían usar el otro.
Marcó el celular y tardó un poco en contestar.
M Parakalos
S Milo! Habla Samira.
M Pedhi Mou… como estas? Es muy temprano. Todo bien?
S Lo siento. Es que luego el teléfono está ocupado a otra hora. No te desperté verdad?
M No. De hecho apenas voy entrando al santuario. Sammy desapareció y la buscamos toda la noche.
S Oh no! Sammy está perdida! Cómo fue?
M Creemos que Apolo se la llevó pero no tenemos forma de comunicarnos con el aun.
S Apolo? Lo conozco?
M Sí. Estuvo en la boda de Shaina. Pero no te abrumes con nuestros problemas. Como estas?
Samira no se percató de que Ares estaba en la puerta escuchando su conversación.
S Pues… apenas puedo caminar y estoy hecha una ballena. Tengo una doula y una matrona de tiempo completo y tu padre ha sido muy amable al respecto. Vendrás para estar conmigo, verdad?
M Claro que sí. Cuando crees que deba estar ahí?
S Lo antes posible. Dicen que no más de cinco días.
M Eso es muy pronto. Le voy a pedir permiso a Aioros en este preciso momento. Lo despertare si es necesario.
S No vayas a meterte en problemas.
M Yo? Soy un angelito…. Ah no. Ese era Aioros. En todo caso, no te preocupes. Estaré ahí pronto. Quieres que te lleve algo?
S En el closet hay una maleta de tela amarilla. Está llena de cosas que había estado juntando para la niña.
M Cuenta con ella. Te llamo más tarde. Mientras descansa y ni se te ocurra tenerla antes de que yo llegue.
S Claro que no. Te esperaremos. Besos.
Ares dejó la puerta antes de que ella colgara y esperó en su oficina a que Francine fuera a entregarle de nuevo el teléfono, lo que ocurrió minutos después. Marcó rápidamente un número.
Z Que no sabes la hora que es?
A Buenos días, Padre. Espero que no haya interrumpido tu mañanero jaja
Z Estoy junto a tu madre. Ella no se presta a eso. Que quieres?
A Te sugiero que te salgas de la cama y de la habitación porque no quiero que mi madre escuche.
Z Dame un momento
A …
Z …
A …
Z Ok. Que quieres decirme?
A No crees que has pecado de negligente conmigo?
Z Como dices?
A Prometiste regresarme mi cosmo y mi divinidad. Ya te espere demasiado.
Z He estado ocupado.
A Como dije, Padre, ya es tiempo. Lo necesito en menos de media hora. Es cuestión de vida o muerte.
Z Te deje mi protección…
A Oh no! No de vida o muerte para mí, sino para ti. Samira está a pocos días de dar a Luz y si no me lo regresas en media hora, mi siguiente llamada será a mi Madre
Z No te atreverías.
A Pruébame.
Z Está bien, está bien. En media hora enviare a Gabriel a quitarte los grilletes. No quisiera inducir el parto con mi presencia. Aunque desde luego que me encantaría estar ahí.
A Ni lo sueñes. Eso me lleva a la petición número dos.
Z Mas chantajes?
A Más bien un favor. El esposo de Samira está en Grecia. Estoy casi seguro, debido a los acontecimientos que se han suscitado ahí últimamente, que no le darán permiso de venir para estar con ella. Y no. No permitiré que tú te hagas pasar por él. Envía un mensaje a Sasha a nombre de mi madre para que la obligues a permitirle venir.
Z Y a ti que te importa si él está o no? No es de tu familia
A Le puedo pedir a mi madre directamente el favor, pero tú sabes que ella va a querer estar en el parto para bendecirlo y… existe la posibilidad de que ella se entere de quien es el verdadero padre al ver tu marca porque según me contaste, esta vez tu bastarda tiene tu ADN
Z Gulp.
A Ahora que lo veo bien, parece que yo te estoy haciendo un gran favor.
Z Está bien. Tú ganas. Lo hare también.
A No sabes cuánto te agradezco tu ayuda desinteresada. Te mandare una foto cuando nazca y recuerda que solo tienes media hora.
Z Ya estoy enviando la orden y el mensaje. Ahora déjame terminar de dormir.
A Jaja Y podrás? Por cierto. Te acabo de enviar el link de un hentai buenísimo.
Z En serio? A ver.
Ares estuvo hablando por otros cinco minutos con su padre antes de colgar. Veinte minutos más tarde, Ares reía de las tonterías que Loki le estaba enviando a través de su computadora. Chismes, memes de los olímpicos y nórdicos y fotografías graciosas.
- Deja de enviarme pendejadas que estoy esperando a Gabriel y quiero verme con cara de doberman. – le escribió Ares
- Gabriel "el angelito" Ángelus?
- Si
- Uy! Tengo algo jugoso que mostrarte.
Acto seguido, una serie de fotografías de Liz con Aioros en el centro comercial, en unas posiciones que claramente no se veían de amigos aparecieron en la pantalla.
- Oye… que no esa es la Intocable?
- Seee, con el nuevo Patriarca del Santuario de Hera. Creció mucho la sobrina, no?
- Ejem ejem.
Detrás de Ares, con una cara de pocos amigos, apareció Gabriel. Ares revisó el reloj: 2 minutos para el plazo de los 30 que le había dado a Zeus.
- Justo a tiempo. – dijo Sonriendo sin importarle que las fotografías estaban a la vista de Gabriel – Que me trajiste?
- Sabe bien a lo que vine – dijo Gabriel muy serio a lo que Ares extendió sus manos, Gabriel las tocó y Ares comenzó a sentir como volvía a ser el. Su cosmos brillo tanto que la casa tembló por un segundo.
- Ahhhh ya me hacía falta. Dile a mi padre que cumpliré mi palabra.
Gabriel asintió dándose la media vuelta y de reojo viendo las fotografías. Se detuvo por un segundo antes de voltear a verlas bajo la mirada traviesa de Ares.
- De donde sacaron estas fotografías?
- Me las mando Loki. – respondió Ares - No tengo más información al respecto pero yo que tú, le cuidaría mejor el tesorito antes de que a caperucita se la coma el lobo feroz jaja
La mirada helada de Gabriel lo hizo callar.
- Puede enviármelas?
- Seguro que si
Gabriel volvió a asentir y desapareció tan rápido como había llegado. Ares se las envió y siguió platicando con Loki.
- Ups, creo que Gabriel se enojó al ver las fotos de su hija jajaja
- Que zoquete eres! Como dejaste que las vea? Hypnos me va a matar.
- Si claro. Si te mata, quien le paga las cervezas jajaja Si tarugo no es. A propósito, como consiguió Hypnos esas fotos?
- Se las pasó su hermano.
- Bueno te dejo. Tengo que ir a eclipsar al sol por un momento.
- Ya vas a ir a Joder a tu hermano?
- Como adivinaste?
- Puedo ir?
- Esta vez no. Pero te invitare cuando le rompa la cara
- Te hare cumplir esa promesa
Ares se levantó de su asiento para estirarse y desaparecer hacia el olimpo. Hora de hacerle una visita en su templo a su hermano y más le valía que no encontrara ahí a Sammy. Apolo era en absoluto buena influencia para su hija.
