Capítulo 2

Adrien se levantó muy temprano en la mañana. Vio la hora y comprobó la fecha de su reloj para verificar que no estuviera equivocado: Era el regreso a clases. Se preparo y bajo a desayunar. Nathalie le había mencionado en días posteriores que no le sería posible acompañarlo, pero él le dijo que estaba bien. Aun así, Nathalie le prometió que lo recogería para llevarlo devuelta a la mansión cuando saliera de la escuela.

Se fue a la escuela, llevado en el auto por el Gorila. El evento en Viena sucedería pronto, faltando solo algunas semanas para eso y ya se sentía abrumado. Pero sabía que su padre lo necesitaba más que nunca. No los defraudaría, o al menos haría el mayor esfuerzo para evitarlo. Ese evento era muy importante para su padre y solo quería que todo resultara como lo planeo. Cuando llegaron al frente de la escuela, Adrien bajo del auto tomando su bolso y despidiéndose de Gorila, entro a la escuela.

Cuando lo hizo se dio cuenta de que tenían a todos reunidos en el patio. Echo un vistazo y vio a su amigo Nino quien le hacía señas. Alya estaba con él, mirando su teléfono. Ella alzo la mirada y también lo saludo. Adrien se acercó a ellos, sonriente.

— ¡Que hay Adrien! —Nino y Adrien chocaron puños — Un gusto verte, viejo.

—Hola Adrien — Alya lo saludo.

—Hola Nino, hola Alya. — miro alrededor y noto que hacía falta algo o más bien alguien.

— ¿Dónde está Marinette?

—No lo sabemos, aunque lo más probable es que se haya quedado estado dormida de nuevo. Tú sabes cómo es ella —Nino se rascaba la cabeza, haciendo una mueca.

Pronto como si hubieran sido ellos quienes la invocaron, vieron a Marinette aparecer a través de la puerta, justo antes de que la cerrarán. Se inclinó un poco y posó sus manos en sus rodillas, cansada de lo rápido que tuvo que correr para lograr llegar a tiempo. Marinette miro hacia adelante, notando dónde estaban sus amigos.

—Hola chicos —dijo de manera cansada y sin aliento acercándose a ellos.

—Chica, por poco y no lo logras —dijo Alya negando con la cabeza.

—Lo siento, es que estos días he estado muy ocupada.

— ¿Ocupada con qué? Estábamos de vacaciones de verano — Alya puso sus manos en la cintura con cara de reproche.

—Tengo muchas órdenes de las chicas con la nueva ropa que me ordenaron. Además de tuve que ayudarle a mis padres con la panadería ayer. He estado bastante atareada con tantas responsabilidades —dijo suspirando Marinette.

—Vale, pero deberías tener un tiempo para ti, ¿Sabes?

En esos momentos, Adrien sentía mucha empatía con Marinette. Él también tenía muchas responsabilidades. Así como ella, estuvo muy ocupado en las vacaciones y en su casa no le dieron permiso para salir con sus amigos. A veces se preguntaba si realmente su padre se preocupaba por su salud mental. Se iba a volver loco si seguía con la misma rutina.

Además, sin contar el hecho de que tenía su propio deber como Chat Noir, porque al parecer Hawkmoth no tomaba vacaciones. Adrien no sabía cómo lo había logrado, porque en el pasado de seguro hubiera colapsado con todo.

De pronto el sonido del micrófono en la tarima de la escuela llamo su atención. El señor Damocles junto con los otros maestros, esperaban que los estudiantes les prestaran atención. El señor Damocles carraspeo.

—Buenos días alumnos, como todos los años les doy la bienvenida al segundo ciclo del año. Esperamos que hayan pasado unas buenas vacaciones de verano.

Todos los alumnos saludaron por cortesía.

—Esta vez empezaremos con uno de los eventos del año pasado. Deberán traer a sus padres o a algún otro familiar para que hablen de su profesión. Sus maestros les darán las respectivas fechas para las presentaciones. Además, con respecto a sus notas espero de ustedes un buen rendimiento académico este ciclo…

El señor Damocles continúo hablando mientras daba las indicaciones. Adrien dejo de prestarle atención, ya que se emocionó de cierta manera. Pero luego recordó el día de las profesiones del año anterior. No logro que su padre diera la charla, y sabía que este año tampoco lo haría, después de todo esta vez la firma de Gabriel´s participaría en la semana de modas de Viena. Y sabia por experiencia que algo tan importante tomaba todo el tiempo de su padre. Su mirada de alegría se esfumo con ese pensamiento. La única que se dio cuenta del cambio en su expresión fue Marinette, quien se encontraba caminando a su lado mientras se dirigían hacia su salón.

— ¿Sucede algo Adrien?

— No creo que mi padre pueda participar en el día de las profesiones este año. Y me hacía mucha ilusión que lo hiciera —dijo Adrien mirando con desilusión al suelo.

Marinette se acercó a él para tratar de reconfortarlo.

—No te preocupes Adrien, estoy segura de que debe haber una solución para esto.

—Eso deseo, Marinette.

Entraron últimos al salón de clases y se sentaron en sus respectivos asientos. Lo que no notaron era la forma en la que Lila los había visto cuando entraron juntos. Pronto llego la señora Mendeleiev, quien les daría su clase de la primera hora. Para mala suerte de la clase, la maestra decidió asignar el primer proyecto que tenían que entregar. Y no era precisamente un trabajo sencillo.

Cuando termino la primera clase, Marinette y Ayla salieron al patio para un pequeño descanso. Lila las siguió desde cierta distancia y alcanzo a escuchar a Marinette diciendo que iría un momento al baño. Sonrió maliciosamente. Ella esperaría a Marinette a la salida del baño cuando todos retornaran a clase para aclarar algunas cosas con ella.

Marinette entro en el baño y se miró al espejo. Tikki salió de su bolso, mirándola preocupada.

—¿Estas bien? Te noto algo estresada.

—Me siento un poco abrumada eso es todo Tikki. Es lo mismo de siempre.

—Si tú lo dices, pero sabes que estoy aquí para ayudarte — y con eso Tikki volvió a su escondite.

La muchacha se echó agua en el rostro para refrescarse un poco y salió del baño.

Pero solo para encontrarse a quien menos quería ver ese día: Lila Rossi.

—Hola Marinette.

—Lila —Marinette apretó los dientes.

—He visto que te acercas mucho a Adrien, Marinette, quizás demasiado…

Marinette vio sus intenciones por lo que decidió hacerle frente.

—Lo que sea que quieras hacer Lila, no es de tu incumbencia, tú no puedes obligarme a alejarme de Adrien.

—Oh, pero lo hare. Tendré a Adrien en la palma de mi mano…

Adrien salió justo en ese momento del salón. Vio a Marinette y a Lila quien literalmente estaba casi encima de Marinette, de una manera amenazante. Eso no le gusto ni una pizca, por lo que se acercó con paso largo y apresurado a ambas chicas.

— ¿Que está sucediendo? — Lila volteo rápidamente reconociendo la voz de Adrien.

—Oh, nada Adrien solo le pedía ayuda para la tarea de la maestra Mendeleiev a Marinette.

Adrien la miro con enojo. En esos momentos mostraba aquella mirada que heredó de su padre, lo que hizo que Lila diera un paso para atrás.

— Pero bueno pensándolo bien creo que ya se cómo hacerla.

Con ello la italiana se retiró, dando una mirada de disgusto, por su plan arruinado. Adrien la vigilo hasta que se hubiera retirado. Le puso la mano en el hombro a Marinette, quien se sobresaltó un poco con el tacto.

— ¿Te encuentras bien, Mari?

—Sí, gracias a ti. Pero ¿Como me llamaste? —Lo miro extrañada, era muy raro que se refirieran a ella con ese apodo.

— ¿Mari? ¿Acaso no te gusta?

—No, no me gusta… digo no, no digo que no me guste, es solo que hace años nadie me llamaba de esa manera.

Adrien se quedó pensativo por un momento, no quería dejarla sola, sobre todo con Lila merodeando por ahí.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? Podría convencer a Nathalie para yo pueda acompañarte.

Marinette lo pensó por un momento. No sabía si eso sería una buena idea, pero, por otro lado, la asistente de Gabriel estaría ahí, así que no debería ser tan incómodo.

—Está bien Adrien—respondió un poco nerviosa—Lo haré por hoy.

Adrien sonrió.

—De acuerdo, entonces te espero hacia la salida, nos vemos más tarde.

Adrien volvió al salón de clases. Marinette suspiro e hizo lo mismo.

Cuando la jornada escolar termino algunas horas después, Marinette se sentó en una de las bancas del patio.

—Marinette, ¡Adrien te invito a ir con él en su auto! —Tikki la miraba emocionada desde su bolso.

—Lo se Tikki. Pero yo no sé si sea una buena idea, sabes cómo es la asistente de Gabriel.

La chica estaba preocupada de que Adrien se metiera en problemas por aquella propuesta que le había hecho.

No noto cuando Ayla se sentó a su lado. Marinette decidió decirle que no iría con ellos.

—Alya voy a irme con Adrien a mi casa —dijo ella. Ayla alzo las cejas de manera picara. Marinette rodo los ojos.

—No es lo que crees —repuso la chica de coletas —Solo me llevará a mi casa, no es nada del otro mundo.

Ayla vio la expresión de su rostro.

—No te veo muy convencida ir.

Marinette negó con la cabeza.

—Debe ser tu imaginación, en fin, solo váyanse hoy sin mí, ¿Vale?

—Claro, después me cuentas como te fue.

Luego de que terminaran completamente su jornada escolar, todos salieron directo a sus casas. Adrien termino de empacar sus cosas dentro de su bolso cuando todos se habían ido. Marinette que se quedó esperándolo afuera de la escuela. Le envió un mensaje a su guardaespaldas y recibió la respuesta de que estarían allí pronto.

—Aún no le he dicho a Nathalie si puedes ir conmigo —dijo el chico rascándose la nuca cuando se sentó al lado de Marinette, en las escaleras a la salida del Françoise Dupont —Pero estoy seguro de que Nathalie no podrá negarse.

Esperaron un poco hasta que el auto que recogía a Adrien llego al frente del colegio.

—Espérame aquí.

Adrien se acercó al auto y Nathalie abrió la puerta desde dentro al verlo.

— Hola Nathalie, ¿Podríamos llevar a una compañera a su casa?

La mujer lo vio seriamente.

—Sabes lo que piensa tu padre de llevar a compañeros en el auto.

—Pero no es cualquier compañera, es Marinette a la que quisiera llevar a su casa.

— ¿La señorita Dupain—Cheng? —pregunto esta, un poco más tranquila.

—Si es ella —Adrien puso esa carita de ángel en súplica que siempre tenía cada vez que quería algo. Digno de un modelo como él —Por favor, Nathalie.

Le iba a decir que no, pero con esa mirada le era imposible. Nathalie suspiro derrotada.

—Está bien, pero ninguno de nosotros le dirá una palabra a tu padre, ¿De acuerdo?

Su rostro se ilumino de la alegría.

—Muchas gracias, Nathalie.

Nathalie salió del asiento trasero y se subió adelante. Dejo el espacio para que la muchacha pudiera subir en los asientos de atrás. Adrien le abrió la puerta a Marinette para que subiera. La chica los saludo cuando entro al auto.

El gorila arranco en dirección a la casa de la jovencita. Como ya sabía dónde vivía y el lugar no era tan alejado, llegaron bastante rápido.

Durante ese corto lapso de tiempo, Nathalie noto el ambiente que había entre los dos chicos. Era similar al que había entre ella y Gabriel. La forma en que ambos se miraban, su lenguaje corporal, todo era muy similar.

De cierta forma, sentía lastima por la chica.

Aparcaron al frente de la panadería Dupain - Cheng. Adrien como todo un caballero bajo y ayudó a salir a Marinette del auto.

—Muchas gracias por traerme.

—De nada, si alguna vez me necesitas, mándame un mensaje.

Marinette se quedó mirando al auto hasta que desapareció de su vista. Entro en la panadería suspirando y con una pequeña sonrisa en su rostro.

Adrien se quedó mirando en dirección a la panadería hasta que desapareció de su vista.

—Adrien.

Nathalie lo estaba observando desde la parte delantera.

—Adrien ya lo hemos discutido antes, sabes que no podemos llevar más gente en el auto. Tu padre te lo tiene prohibido.

—Lo sé—Se cruzó de brazos molesto —Pero por una vez quería que al menos uno de mis amigos me acompañara.

La mujer no abandonó su mirada severa, pero sabía que estaban siendo muy injustos con el muchacho. Se quedo callada un momento pensando sus siguientes palabras.

—Veré que puedo hacer —Miro por la ventana un segundo —Sabes muy bien que tu padre es un hueso duro de roer.

—No hace daño intentarlo.

Cuando llegaron a la mansión. Gabriel ya los estaba esperando.

—Adrien necesito que te pruebes algunas prendas de la colección que viene para realizar unos ajustes.

— ¿Eso significa que no tendré clase de chino?

Gabriel negó con la cabeza.

—Si la tendrás, pero se correrá tu horario. No puedo permitir que te atrases en tus lecciones.

Eso hizo que Adrien se sintiera frustrado y le contestara de manera desanimada.

—Si padre.

La mujer miraba de forma neutra, pero en el fondo se sentía inútil. Podía palpar la infelicidad de Adrien. Y estaba segura de que Gabriel podía sentirlo a través de su Miraculous. Si Emilie viera como su esposo trataba a su hijo, estaría furiosa. Luego de años de haberla conocido, tenía cierto temperamento, especialmente si tenía que ver con el bienestar de su familia.

Y también debía decir que a ella tampoco le gustaba ver a la familia Agreste en la situación en la que se encontraba.

Estaba dispuesta a dar todo por la familia que le había brindado un lugar en su hogar, cuando la suya la había abandonado. Quienes la acogieron como si fuera un miembro más de la familia.

Incluso si eso le costaba la vida.


Después de unos meses vuelvo a actualizar. Planeo actualizar más seguido si es que puedo.