Capítulo 4

Ya había pasado una semana desde que Adrien le había pedido que lo acompañara a su presentación. Nathalie se levantó muy temprano y empezó a prepararse. Tomo su traje de trabajo habitual y entro al pequeño baño de su departamento. Después de una ducha rápida, se vistió. Calzo sus zapatos y peino su cabello, realizándose el peinado que usaba todos los días, cuidado que su mechón rojo siempre estuviera a la vista. Luego se aplicó maquillaje, con las sombras purpuras que siempre prefería en sus párpados y un poco de rubor, junto con su labial favorito.

Salió de su departamento no sin antes pasar por la cafetería más cercana para comprar un desayuno rápido: Un croissant con un café negro. El guardaespaldas de Adrien llego por ella y la llevo hasta la mansión. Termino su café y ordeno al chef que tuvieran el desayuno listo. Luego se fue a despertar a los dos Agrestes de la casa.

Tocó primero en la puerta de Adrien.

— ¿Adrien, estás despierto?

No respondió por lo que entró a su habitación. Seguía dormido.

—Adrien, despierta.

El muchacho gruño medio dormido.

— ¿Acaso no quieres ir al evento de tu escuela, Adrien?

Eso hizo que el chico abriera los ojos rápidamente y se levantara de su cama.

—Lo siento, me quedé dormido.

Nathalie solo negó, un poco divertida por el asunto, pero sin demostrarlo.

—Ve a bañarte, ya ordené que te prepararan el desayuno.

— ¿No vas a desayunar tú también? — Adrien se sentó en la cama y se quedó mirándola.

—Ya lo hice, solo faltas tú, vamos.

Nathalie espero a que se metiera al baño y salió de la habitación. Recorrió el pasillo con dirección a la habitación de su jefe. Tocó la puerta.

—Pase.

Gabriel por su parte ya estaba terminando de prepararse. Se puso su chaqueta y luego fue a la mesita de noche y saco el Miraculous del cajón. Abrió la caja y Nooroo salió para recibirlo, inclinando un poco su cabeza.

—Buenos días, maestro.

Se escondió en uno de los bolsillos de su chaqueta. Nathalie se acercó a su jefe.

—Buenos días, Señor Agreste.

—Buenos días, Nathalie.

La mujer empezó a buscar en su tableta la aplicación que usaba para programar todas las tareas que debía cumplir.

—Vine a entregarle su horario de hoy, mientras no estoy.

Mientras hablaba, sincronizo su horario con el de Gabriel, en caso de que surgiera una eventualidad.

Gabriel recibió la notificación.

—Gracias Nathalie, todo en orden.

—Si algo surge no dude en llamarme. Su desayuno estará listo pronto.

Se retiró de la habitación, encontrándose con Adrien ya vestido con ropa de diario. Lo acompaño hasta el comedor y estuvo ahí con él hasta que terminó de comer. Nathalie vio su teléfono y vio que estaban a tiempo.

—Vamos Adrien, no queremos llegar tarde.

El la miro curioso. Ella bajo la vista y le guiño un ojo disimuladamente.

—La puntualidad es algo importante Adrien, no lo olvides.

Al llegar, el lugar estaba bastante lleno. Había muchas personas. Adrien se vio a su grupo de amigos que estaban con sus padres.

La mamá de Marinette los vio y los saludaron.

—Adrien tiempo sin verte, ¿Cómo estás? —Sabine tomo la mano de Adrien apretándola con cariño entre las suyas.

—Muy bien gracias por preguntar, ¿Dónde está Marinette? — pregunto el, después de notar que ella no estaba ahí.

—Fue al baño, no tardará.

— ¿Por qué el señor Dupain no vino? La vez pasada lo hizo.

—Estamos un poco ocupados con la panadería. Tom tuvo que ocuparse de una orden bastante grande.

Justo en ese momento, Marinette volvió.

—Hola Marinette.

—Umm H-hola, Adrien.

Podía ver el nerviosismo de la chica.

Marinette tomo su mochila y saco una caja y se la entregó a Adrien.

—Hice… digo hicimos esto para ti, espero que te guste.

Abrió la caja y encontró una hilera de macarrones, de color blanco.

—Son de fruta de la pasión con un poco de almendra— Por un momento ella se preocupó —No eres alérgico a la almendra, ¿Verdad? —dijo de manera nerviosa.

—No, tranquila, solo tengo alergia a las plumas.

Saco un macarrón y se lo llevó a la boca.

—Umm, está delicioso.

Nathalie seguía viendo las interacciones de los muchachos desde lejos. No noto cuando la señora Cheng se puso a su lado.

—Hola señorita Sancoeur. ¿Cómo está?

—Estoy bien, gracias señora Cheng— contesto cortésmente.

—Pensé que el padre de Adrien vendría —continuo la conversación Sabine.

—El señor Agreste está muy ocupado por estos días, por lo que no le fue posible asistir, sin embargo, me apersone en su lugar para acompañar a Adrien — Nathalie respondió de la manera más profesional.

—Me parece muy lindo de su parte que se preocupe tanto por él.

Nathalie parpadeo perpleja por lo que dijo.

—Es solo mi trabajo — Nathalie intento quitarle importancia.

—No debería decir eso, no todos los asistentes se preocupan tanto por un chico que no es su hijo — Sabine le aseguro, de forma dulce.

Esas palabras calaron en ella. En la realidad, ella consideraba a Adrien como el hijo que nunca tuvo ya que prácticamente lo vio crecer.

Pronto se escuchó la campana que les aviso de que debían entrar a sus respectivos salones de clase. Adrien la guio hasta su salón de clases, se paró a su lado y espero su turno. Se dio cuenta de que la mayoría de los compañeros de Adrien trajeron a alguno de sus padres o hermanos mayores. En cierta manera le aliviaba haberlo acompañarlo, porque de otra manera, el sería el único que no habría traído a alguien.

Cuando fue su turno, fue concisa y respondió todas las preguntas que le hacían. Al terminar todos aplaudieron. Ella noto como Adrien la miraba y toda la atención que le presto en todo el tiempo en el que habló y que siempre lo hizo con una sonrisa.

Después que la sesión terminara y mientras que esperaba a que Adrien se despidiera de sus amigos reviso su teléfono. Había dos mensajes y eran de Gabriel.

Gabriel_ 15:40

Espero que vuelvan pronto

Gabriel_ 15:40

Nathalie te necesito.

Se preguntaba qué era lo que estaba planeando está vez. Vio que Adrien se le acercó.

—Estuviste grandiosa Nathalie. No sé qué hubiera hecho si no hubieras venido.

—Gracias Adrien— le dijo de manera dulce y poniendo una mano en su espalda de manera cariñosa —Vamos es hora de irnos —lo tomo del hombro y empezó a guiarlo hasta la salida.

Luego de un rato de viaje por las calles de París llegaron a la mansión. La asistente de Gabriel mando al chico a su habitación, mientras que ella se fue al atelier. Gabriel ya la estaba esperando, con el Miraculous del pavo real en la mano. Apenas Gabriel le entrego el Miraculous, Duusu salió de volando de él.

—Señorita Nathalie, ¿Cómo está? ¿Aún sigue enferma? —Duusu floto a ella examinándola.

—No, estoy mucho mejor ahora Duusu.

Dussu empezó a dar vueltas alrededor de ella, emocionado. Tenía que admitir que le agradaba aquel kwami, era una pequeña bolita llena de alegría.

Bajaron a la guarida para transformarse. Ya transformados, Hawkmoth atrajo a una de sus mariposas.

—Iras a ver si puedes quitarle los Miraculous a esos mocosos. Yo enviaré a mi akuma para que te asista. Si algo pasa o la situación se complica, tu Mayura, volverás aquí. Procura que no te sigan.

—Por supuesto, Hawkmoth.

Con ello Mayura salió al exterior donde se escondió entre los techos de la zona. Espero a que el akuma saliera y lo siguió. Vio a la víctima y sonrió de manera maliciosa. Tal vez esta vez lo lograría.

Un chico lloraba en una banca cercana, sus hojas de notas musicales estaban en el suelo rotas, junto a su violín. Justo cuando tomo su violín para volver a casa, la mariposa negra entro en él.

—Violinista, un gran artista como tú no debería ser rechazado por la compañía que lo vio crecer en su carrera. Te daré poderes para que demuestres lo que vales, lo único que debes hacer es entregarme los Miraculous de Ladybug y Chat Noir.

—Si, Hawkmoth — Una nube negra la rodeo dejando en su lugar a un nuevo akumatizado. Este tomo su violín y toco creando una onda expansiva que destruyo el puente en el que se encontraba.

Mayura esperaba detrás de un edificio cercano, vigilaba cuando se presentaran Ladybug y Chat Noir. Cuando ambos se llegaron a la escena ella salió para enfrentarlos e intentar provocar a Chat Noir.

—Parece que no está solo —Comento Chat Noir.

Ladybug miraba con enojo a Mayura.

Mayura extendió su abanico.

—Sabes que ella no te ama, solo eres su compañero.

—Aun así, es mi amiga.

Mayura rio complacida.

—Cuantas veces te ha dicho que no eres necesario para el equipo.

Chat Noir la vio con furia.

—No la escuches Chat, solo está tratando de desestabilizarte.

—Vaya la mariquita ha venido a defender a su gato, que adorable —dijo Mayura aun tratando de provocarlos.

—No será tan adorable cuando seamos nosotros te atrapemos a ti y a Hawkmoth —dijo Ladybug furiosa.

—Buena suerte con eso, la necesitaran.

Con ello Mayura se abalanzó contra ellos, con ayuda del akumatizado. Tenía mucha habilidad. Pronto sintió el desgaste que le provocaba el Miraculous dañado y pensó en retirarse. Pero Chat Noir le cortó el camino.

—¿Vas a algún lado, pajarita?

Mayura retrocedió un poco.

—A un lado minino.

Y con eso le dio una fuerte patada que lo mando a volar. Ella aprovecho la confusión para escapar. Chat se levantó para seguirla, pero Mayura había desparecido completamente. Pateo el suelo frustrado.

—No puede ser, volvió a escapar.

Volvió a donde estaba Ladybug y ayudo a levantarse.

—Lo siento ma lady, te falle.

Ladybug poso sus manos en sus hombros y lo miro a los ojos de la manera más sincera que alguna vez lo había visto Chat Noir.

—No te disculpes, esto no es tu culpa. Tú no has hecho nada malo.

—Gracias por tu consideración, bogaboo.

Vieron a akumatizado recuperando sus cargas musicales.

—Ahora solo tenemos que patearle el trasero a este akuma — Ladybug sostuvo su yoyo —¡Vamos allá!

Mayura a duras penas llegó a la mansión cuando perdió el conocimiento. Gabriel ya había deshecho su transformación. Fue a ver las cámaras de seguridad para verificar cuando Nathalie llegara. Vio por donde entro y fue rápidamente a auxiliarla, encontrándola inconsciente. La cargo hasta una de las habitaciones de invitados de la mansión y la dejo sobre la cama. Coloco una almohada en su cabeza y la arropó con sus sábanas. Necesitaba descansar y Gabriel quería que estuviera lo más cómoda posible. Le retiró las gafas y se quedó observándola, como dormía tranquila, aunque eso solo duro hasta que ella empezó a toser en sueños.

Él se sentó en el borde de la cama. La vigilaría hasta que despertara. Se recostó junto a la pared detrás de la cama, subiendo las piernas a la cama para estar más cómodo.

No se dio cuenta cuando se quedó dormido.

Nathalie despertó un par de horas después. Noto como había algo o más bien alguien ejerciendo una presión poco común en la superficie en la que se encontraba. Al menos eso era lo que creía. Gabriel se encontraba sentado al lado de su cama. Se sentía mareada.

—Gabriel —susurró ella. Este se despertó de inmediato.

—Despertaste.

Ella tosió de manera fuerte. Él se levantó y fue al baño donde lleno un vaso con agua, saco una de las aspirinas del cajón y la echo en el agua.

—Toma te traje esto —Gabriel la ayudo a levantarse para apoyar su espalda con la cabecera de la cama. Nathalie tomo el vaso, bebiendo con avidez. Noto lo seca y carrasposa que estaba su garganta.

—Debes descansar Nathalie, lo necesitas.

—Está bien señor, gracias.

Gabriel se levantó cerrando completamente las cortinas mientras ella se cambiaba de ropa. Se retiró de la habitación apagando la luz y ella volvió a acomodarse en la cama. Se quedó mirando al techo, antes de cerrar los ojos de nuevo.


Nathalie se encontró en un lugar extraño era como si fuera una especie de limbo. No había nada, solo oscuridad. Pero de pronto una figura apareció ante ella. Tenía un vestido blanco largo lleno de brillo y su rostro era bastante deslumbrante. Reconocería a esa persona en cualquier parte.

—Emilie.

La figura etérea de la mujer sonrió cuando la vio y camino hacia a ella. A medida que se acercaba el lugar empezaba tornarse en un tono multicolor. Emilie tomo las manos de Nathalie entre las suyas.

—Nathalie, que bueno volver a verte.

—Emilie, ¿Cómo es posible? —pregunto Nathalie. Miro a su alrededor, tratando de deducir donde estaba.

—Estamos en tu subconsciencia —respondió la señora Agreste, como si supiera de su duda.

— ¿Eres real? —Nathalie estaba muy confundida no sabía lo que estaba sucediendo.

—Por supuesto que soy real— Emilie hizo una mueca—Pero no veo que estés muy feliz de verme.

—Estos últimos días no han sido muy favorables.

—Oh Nathalie, la vida es tan difícil. Quisiera poder ayudarte, pero... No puedo. Sin embargo, te voy a dar un consejo y a pedirte algo.

Le soltó las manos y retrocedió un poco.

—Nunca te rindas. Lucha por tus sueños y por los de los que son parte de tu familia también. Estaré aquí para guiarte en el camino. No sé si me pueda recuperar de lo que me hizo el Miraculous, pero si pudiera elegir un último deseo, sería que cuidaras a mi hijo y a mi esposo. Se que él es muy testarudo y sé que no será fácil de convencerlo de que deje de usar los Miraculous para lo que no debe, pero quiero que lo reconsideren, así sea por un momento.

Nathalie asintió seriamente, como siempre, aunque un poco dudosa.

—Lo haré, con mi mejor esfuerzo.

—Así se habla. Te pensaré todos los días —Emilie empezó a desaparecer como niebla. Nathalie intento alcanzarla, pero aquella visión se alejaba rápidamente.


Justo en ese momento Nathalie despertó. Todo eso fue un sueño muy lucido. Vio la hora en el reloj y solo paso una hora desde que cerró los ojos. En solo unos minutos volvió a dormirse. Con unas más horas de sueño se sintió mucho mejor como para levantarse y retomar su trabajo, a pesar de que Gabriel le insistió que volviera a su habitación, pero ella lo paro y le dijo:

— Estoy bien, ahora eres tú el que necesita de mi ayuda en estos momentos. Además de que Adrien también me necesita.

Y al parecer ellos no eran los únicos atareados. En los días siguientes, Adrien pasaba por una semana mala. Estaba hasta el cuello de tareas y de clases extras, y no solo eso, sino que tuvo que cancelar muchos planes con sus amigos. Ni siquiera pudo quedar con Kagami. La única vez que la vio fue en clase de esgrima y estaba muy enojada. Ni siquiera le dirigió la palabra.

Sus amigos de la escuela por su parte entendían que no podía ir con ellos por lo estricto que el señor Agreste era con él. Marinette, Nino y Alya trataron de subirle el ánimo sin éxito.

A la salida no esperaba la llamada de Kagami. No sonaba muy feliz. Aunque la llamada empezó tranquila, Kagami empezó a perder la paciencia.

—Kagami, tranquila.

—No Adrien ya me cansé de esperar a que escojas, era ahora o nunca, pero creo que no sabes todavía lo que quieres. Además de que no eres capaz de enfrentarte a tu padre para que te deje salir.

—Kagami entiéndelo lo he intentado, pero padre es un hueso duro de roer —dijo el, recordando las palabras de Nathalie.

—Pero no lo suficiente. Lo siento, pero yo ya me estoy cansada de no poder pasar tiempo contigo. De que no tomes una decisión, de si quieres una relación conmigo.

—¿De qué hablas?

—Lo siento Adrien, pero creo que esto no va a funcionar —en esos momentos la llamada termino abruptamente.

Apretó los puños, por una vez estaba más que frustrado. Su padre nunca le dio la libertad para hacer lo que quería. Lo que el tanto deseaba tener, era una vez más frustrado por quien más amaba. El deseaba su libertad.

Una mariposa akumatizada estuvo a punto de entrar en su bolso, pero respiro hondo para lograr calmarse y esta busco otro objetivo.


Nathalie se encontraba redactando un correo electrónico cuando escucho el tono de su celular de nuevo. Esta vez era Gabriel quien la llamaba.

—Es nuestra oportunidad Nathalie, rápido vete al arco del triunfo. Acabo de akumatizar a alguien y es bastante poderoso.

Ella se dirigió al cuadro de la señora Agreste, para sacar el Miraculous. Cuando lo toco, Duusu salió disparada de él.

—¿Vamos a salir hoy, señorita Nathalie?

— Si prepárate porque hoy vamos recargados. ¡Duusu transfórmame!

Salió por una de las ventanas de la mansión y de un salto subió al techo de una de las casas cercanas. Corrió por los tejados hasta que llego al lugar que su jefe le indico. Aquel akuma que estaba encima del arco del triunfo sí que tenía cierto aire perturbador. Sus ojos azul eléctrico era lo único que se distinguían de ellos El resto era negro como su cornea. Usaba un traje blanco con unos tacones del mismo color y su cabello era verde brillante.

—Ahora poder hacer lo que se me plazca sin que nadie interfiera.

Aparentemente era un chico de la edad de Adrien. Ladybug ya estaba ahí y minutos después llegó Chat Noir, que lucía bastante serio. Mayura decidió no ponerle atención a eso y centrarse en la batalla. Creo un amok como apoyo al akumatizado y lo envió a ayudarlo sin dejar su escondite.

Pero el plan fallo estrepitosamente. Ella retrocedió asustada y corrió de vuelta da la guarida. Escucho a su Miraculous titilar. Solo le quedaba un minuto para transformarse. Nathalie reconoció el lugar en el que se encontraba por lo que se dirigió al escondite más cercano que pudo pensar: Su departamento.

Corrió y vio que había dejado su ventana abierta la noche anterior. Era su oportunidad. Tomo impulso y salto, logrando entrar sin que nadie se percatara. Justo en ese momento perdió su transformación. Se quedo allí en el suelo de su sala, tratando de recuperar el aliento. Duusu la miraba con preocupación.

—Señorita Nathalie, ¿Se encuentra bien?

—Si, no te preocupes Duusu. Solo descansare un poco.

Fue en esos momentos en el que, con la poca fuerza que le quedaba, se fue a su dormitorio, se subió a la cama y perdió el conocimiento.


Nuevo capitulo (un milagro por cierto), También tengo que decir que hice un boceto del capitulo anterior. Si están interesados en verlo, lo pueden encontrar en mi tumblr e instagram: theredeyeswolf (links de mis cuentas tambien estan en mi perfil)