Capítulo 6

Aquel día estaba lloviendo a cántaros. Aunque los pronósticos decían que ese día sería soleado, al parecer habían estado equivocados. Y a Gabriel eso le colmaba la paciencia. Pero por otro lado podría ser una oportunidad perfecta para poder akumatizar a alguien.

Sus súplicas fueron respondidas de inmediato. Entro a su guarida rápidamente y creo un akuma que podía transformarse en rayos con la lluvia.

Chat Noir iba en camino para ayudar a Ladybug, quien ya se encontraba en la escena. Con la lluvia que se avecinaba, temían que la batalla de complicará. Por suerte logro llegar a tiempo.

Probo ser un oponente bastante bueno para el dúo de superhéroes. El lucky charm, era una sombrilla muy grande que bloqueo la lluvia, lo que no permitió que pudiera propagarse por las nubes. Chat Noir destruyo el objeto akumatizado, un pararrayos. Ladybug purifico el akuma y después de lanzar la sombrilla al aire, todo volvió a la normalidad. Excepto por las nubes de lluvia. Pequeñas gotitas empezaban a caer, indicando que la lluvia retomaría su intensidad.

—Sera mejor que nos retiremos, no querrás mojarte gatito. —bromeo Ladybug.

—Bueno eso no es bueno para mi pelaje — Chat Noir se pasó la mano por sus dorados cabellos, sacándole una risa a Ladybug.

—Adiós gatito — Ladybug lanzo su yoyo al aire para retirarse. Chat Noir salto al suelo para esconderse en el callejón más cercano.

— ¿Acaso ya nos vamos? —dijo Plagg.

—Primero necesito ir a chequear a Marinette.

— ¿De nuevo? — recordó Plagg rodando los ojos, porque ya unos días antes la había ido a ver.

—Lila estaba haciendo de las suyas otra vez cuando no estaba mirando y no voy a permitir que Marinette resulte akumatizada.

—¡Pero está a punto de llover! — exclamo el Kwami, mirando al cielo.

— ¿Te asusta el agua, Plagg? —dijo Adrien de manera burlona.

—No, pero es fría y no muy agradable — Plagg tembló un poco —¿Además no tenías que encontrarte con tu novia?

—Sabes que yo y Kagami ahora solo somos amigos. Además, solo será un rato—Le dio un pedazo de Camembert a Plagg para que recargara energías —¡Plagg transfórmame!

Salto de techo en techo hasta que llegó hasta el balcón de Marinette. Sentía un par de gotitas que caían del cielo. Tocó rápido en la puertilla que daba acceso a la habitación de su amiga y en unos segundos Marinette la abrió.

— ¿Qué haces aquí? —susurro Marinette.

—Vine a verte, este gato necesita hablar contigo.

Lo dejo pasar. El entro de un salto a la cama de la chica y bajaron a la otra parte de la habitación. Marinette tomo unas almohadas de su cama y las acomodo para sentarse en el suelo. Chat Noir hizo lo mismo. Marinette tenía el cabello suelto y usaba el pijama que llevaba cuando escaparon de su guardaespaldas. Tenía que admitir que era muy bonita.

—Estos días me preguntaba cómo estabas ya que hace bastante tiempo que no hablamos.

—Bueno es complicado —Marinette hizo una mueca de disgusto cuando menciono eso.

—¿Alguien te ha estado molestando?, porque sabes que puedes volverlos tiras con mis garras —Chat Noir hizo la mímica de rasguñar como un gatito. Marinette rio un poco.

—Hay una chica que juro destruirme si no hacía la que decía y hoy ha tratado de herirme.

Chat Noir ya sabía a quien se estaba refiriendo, pero para no levantar sospechas, empezaría con su propio interrogatorio. Aun así, no podía ocultar lo furioso que se sentía. Ya hablaría seriamente con Lila sobre esto.

— ¿Puedo saber quién es ella?

—No creo que sea conveniente —Marinette respondió.

Chat sabía que se estaba poniéndose a la defensiva por lo que no tuvo más remedio que recurrir a medidas más drásticas.

—Si no me vas a responder entonces creo que recibirás la visita del monstruo de las cosquillas.

—¡¿Qué?! —exclamo ella y antes de que pudiera huir el empezó a hacerle cosquillas.

—¡Basta Chat Noir!— Marinette no podía evitar reírse hasta que salieron lágrimas de sus ojos —Está bien, su nombre es Lila Rossi.

—La hija de los Rossi —dijo Adrien tratando de lucir lo más confundido que podía.

— ¿La conoces? —pregunto Marinette.

—Digamos que en algunos lugares es bastante reconocida —el chico se rasco la cabeza, un poco nervioso. En esos momentos se estaba arrepintiendo de haberle dado ese consejo de no exponer a Lila. Pero sabía que, si tomaban las cosas de mala manera, terminaría muy mal. Era por eso que puso en peligro su "amistad" con Lila. Porque era la única forma de no poder en peligro la integridad física y emocional de Marinette.

—Tal vez no pueda ayudarte físicamente, pero te daré un consejo. Confía en las personas más cercanas a ti y no permitas que esa tal Lila de la que hablas se pase de la raya contigo.

Marinette miraba al suelo, sin saber que decir. Pero luego recordó algo que si parecía que era muy importante que Chat Noir supiera, al menos de parte de Marinette y no de Ladybug.

—Hay algo más. Lila se ha estado comportando extraño últimamente. Desaparece sin aviso, a veces la he visto hablando con alguien por teléfono de manera muy discreta, porque cuando la gente se le acerca, cambia la conversación. Es… como si tramara algo.

Chat se quedó un poco pensativo. Un relámpago ilumino la habitación, y vio como la ventana se cubría poco a poco de gotas de agua—Creo que tengo que irme ya, a los gatos no nos gusta mojarnos.

Marinette tomo su cola antes de que saltara a la parte superior de su habitación para irse.

— ¿Vas a salir así con esa lluvia? Afuera llueve a cántaros, podrías quedarte hasta que cese.

—Lo siento, pero tengo mis propias responsabilidades que cumplir y no puedo quedarme más tiempo.

Marinette pensó por un momento y luego recordó algo que le podría servir.

—Entonces espera —Encontró la sombrilla que Adrien le había dado el día en que se conocieron y se le entrego —La necesitas. Solo devuélvemela cuando vuelvas, es de un amigo.

—Muchas gracias princesa — el hizo una reverencia.

Salió directo al balcón y salto a la calle. Se fue caminado y cubriéndose tanto como pudo con la sombrilla hasta que llegó a unas calles de su casa. Entro de un salto a su habitación y cayó grácilmente en el suelo.

—Plagg, destransformación.

Al parecer su traje no le quitó lo empapado que estaba.

—Chico, la próxima vez me avisas y me pongo traje de buzo —Plagg se sacudió, mojando un poco el suelo.

—Perdón Plagg, la verdad no espere tomar tanto tiempo en casa de Marinette.

—Si bueno, espero que no nos vayamos a enfermar después de esto —Con ello busco un pedazo de Camembert de su reserva y se dispuso a consumirlo.

Adrien fue al baño a tomar un baño caliente. Así cuando Nathalie o su padre entraran tendría un justificante del porque tenía el cabello empapado. Y esperaba que con ello pudiera evitar un inminente resfriado.

Al día siguiente Adrien se levantó con el cuerpo adormecido. Sentía el malestar de cuando le dio fiebre de pequeño. Era una sensación molesta e incómoda. Se levantó como pudo y vio que ya era hora de levantarse y prepararse para ir a la escuela. Uso toda su energía para llegar al baño y lavarse los dientes. Se echó un poco de agua en la cara para ver si le hacía efecto, pero no funcionó.

Cuando estuvo listo escucho a Nathalie tocar y entro con su agenda de todos los días.

—Buenos días, Adrien. Hoy tienes una sesión fotográfica y tus clases de chino y esgrima de movieron para hoy.

—Gracias Nathalie

Noto que Adrien lucía un poco raro. Su cara lucía un poco pálida y sus ojos tenían un poco de ojeras.

—¿Estas bien Adrien? No te vez muy bien —Sintió su frente un poco tibia.

—No te preocupes estaré bien. No quiero defraudar a mi padre —dijo Adrien con una sonrisa.

—De acuerdo, pero si te sientes indispuesto te traeré a casa.

Ambos se dirigieron a la escuela. En el auto, Nathalie no podía evitar ver qué Adrien se ponía un poco más pálido a medida que avanzaban. Cuando llegaron y el salió del auto, lo detuvo tomándolo de la muñeca.

—Adrien estás seguro de que quieres entrar, te noto muy pálido —Le tomo de la mano y noto que estaba muy frío.

El negó.

—Adiós Nathalie.

Ella aún estaba muy preocupada, incluso más con la forma en la que se retiró. Al entrar, Adrien se dio cuenta de que sus amigos lo vieron con preocupación

—¿Viejo, estás bien? Te veo enfermo —dijo Nino.

—Si, Nino tiene razón estás más blanco de lo normal —Ayla vio su rostro, un poco preocupada.

Marinette también lo observaba con preocupación. Estaba segura de que presentaba síntomas de fiebre. ¿Su padre era realmente tan cruel como para mandarlo a la escuela en ese estado? Decidió que lo vigilaría. Si algo pasaba, siempre podía llamar a su madre quien tenía el teléfono de la asistente de Gabriel.

En el descanso Adrien se sentó en una de las bancas que estaban en el patio. Sus amigos lo acompañaron. Marinette recordó lo que decía su papá: un croissant te puede llevar de energía.

—Te noto sin energías. Toma —Ella saco su croissant de su mochila y se lo dio. Él lo miro indeciso

—Pero es tu único croissant.

Puedo comer otro en casa, pero tú lo necesitas más que yo.

—Muchas gracias, Marinette.

Lo comió despacio. Adrien noto que ya no sentía mucho el sabor en sus papilas gustativas. Tomo un poco de agua, ya que sentía más deshidratado de lo normal. Continúo con las clases como pudo. Tal vez debió si debió hacerle caso a Nathalie. La señorita Bustier se preocupó por él y estuvo a punto de mandarlo a la enfermería, pero él la convenció de que no lo hiciera. Después de todo solo quedaban cinco minutos de clase.

Cuando llegó el final de la jornada salió a paso lento. Su coche estaba ahí esperándolo. Nathalie salió a su encuentro. Tenía cara de preocupación. ¿Realmente se veía tan mal como para que sus amigos y conocidos reaccionen así?

—Te llevaré a casa Adrien —dijo Nathalie decidida.

—Pero que hay de la sesión… No quiero que te metas en problemas con mi padre.

—La sesión de fotos puede esperar— Tomo su rostro con delicadeza —Pero no tu salud, tu bienestar es más importante.

Lo ayudo a subir y ella subió detrás también dejando que la cabeza de Adrien se mantuviera en su hombro. Le tomo las manos congeladas, tratando de dale calor entre las suyas.

—Debemos llevarte a la mansión rápido —Se dirigió al guardaespaldas —Gerald cambio de planes, llévanos a la mansión ahora.

El gorila asintió y se dirigió a la mansión Agreste. Aparco lo más cerca que pudo de la puerta. Nathalie ayudó a Adrien a salir del auto y ambos entraron a la mansión. Nathalie dejo a Adrien apoyado en la pared, al lado de la puerta del atelier.

—Quédate aquí Adrien. Iré por tu padre.

Nathalie entro corriendo al atelier, dónde se encontraba Gabriel. No quería que regañara a Adrien y no le importaba llevarse el regaño ella misma. Pero el bienestar de Adrien era su prioridad número uno en esos momentos. Vio a Gabriel a punto de los regresar a su guarida.

—Señor Agreste. Lo necesito urgentemente.

Gabriel se sorprendió ante su presencia.

— ¿Qué haces aquí?, tú y Adrien tendrían que estar en la sesión fotográfica de hoy.

—Gabriel…

— ¿Acaso estas desobedeciendo mis órdenes?

Adrien entro en la oficina como pudo, sin que los dos adultos se dieran cuenta. Se sostuvo de la puerta débilmente. Sus ojos rodaron a su cabeza y perdió el conocimiento.

Ambos adultos detuvieron la discusión cuando escucharon aquel sonido seco.

— ¡Adrien!

Estaba frio.

—Llamare a la doctora—La mujer tomo su teléfono y busco el número entre sus contactos, marcándolo de inmediato.

Gabriel cargo a su hijo en brazos antes de que el Gorila interviniera. Noto lo frio y débil que estaba. Lo llevo a su habitación, seguido de su asistente, quien tenía el teléfono en la oreja, esperando que el doctor de la familia contestara pronto. El diseñador recostó con cuidado a su hijo en la cama y lo arropo. Cerro las ventanas con el control remoto. Vio a su asistente hablar por el teléfono.

—¿Y la doctora? —pregunto mientras Nathalie finalizaba la llamada.

—Viene en camino —contesto ella —Pero me dio indicaciones que debemos seguir mientras llega aquí.

Busco entre los cajones de Adrien, de donde saco un pañuelo de algodón.

—Necesito que mojes esto y se lo pongas en su frente. Yo buscare el termómetro.

Nathalie se fue al atelier y a su escritorio, de allí extrajo un termómetro. Volvió arriba, y entro justo para ver como Gabriel le acariciaba la cabeza a su hijo, retirando los cabellos de su frente para poder colocar la tela empapada en agua.

Nathalie le puso el termómetro en la boca. El doctor arribo en unos pocos minutos. Examino a Adrien y luego dio su diagnóstico.

—Parece que es una fiebre muy alta. Deberá guardar reposo por unos días para que se recupere. Nada de actividades que requieran salir al aire libre por un tiempo. Estaré al tanto si me necesitan

—Gracias doctora— Gabriel estrechando su mano.

Después de que la doctora se fue, volvió a la habitación de su hijo, donde Nathalie estaba en la puerta vigilando a Adrien.

—Gracias, Nathalie. No sé qué hubiera pasado si no lo hubieras traído aquí. Lamento la forma en la que reaccione.

Ella asintió, silenciosa.

Gabriel entro y le beso la frente a su hijo cambiando una vez más la compresa que le había puesto en la frente.

—Lo siento, hijo.

Nathalie lo observaba. Era por esta clase de cosas por qué estaba apoyando a su jefe. Porque, aunque fuera Hawkmoth, quería a su familia y estaba dispuesto a todo con tal de mantenerla a salvó.

Recordaba como Gabriel la trato la primera semana de trabajo que tuvo. Pudo decir que se trataba del mismo infierno o al menos para alguien sin experiencia laboral como ella. Por suerte, Emilie estuvo ahí para apoyarla a pesar de que debía cuidarse mucho por su embarazo.


—Nathalie, necesito que le lleves estás carpetas a recursos humanos y que vuelvas a traerme mis carpetas con los diseños —Gabriel le entregó varias carpetas en sus manos.

—Entendido señor.

Fue hasta el lugar y regreso en el auto. Emilie estaba en la entrada envuelta en una manta.

—Señora Agreste. Por favor no debería estar aquí —Nathalie avanzo hacia ella.

—Te estaba esperando. Ven conmigo.

La asistente de Gabriel siguió a Emilie hasta el comedor.

—Se que los primeros días son duros, por lo que quisiera que tomarás él te conmigo —dijo la esposa de Gabriel sosteniendo una tasa de porcelana en sus manos.

—No creo que a mi jefe le agrade eso.

—Mi esposo no se molestará mientras estés conmigo. Suele ser un poco duro con sus empleados. Pero siempre trato de que no se sobrepase con sus exigencias.

Ambas tomaron el té en silencio, con el sonido del reloj en sus oídos.

—Nathalie, ¿Que te llevo a tomar este trabajo? —pregunto Emilie.

Nathalie medito un momento antes de dar su respuesta.

—El querer salir adelante— dijo mientras miraba el líquido dentro de la tasa —Tenía problemas económicos desde hace años.

—¿Aun los tienes verdad? —pregunto Emilie dulcemente.

—Si, dure muchos meses sin un sueldo estable. Sobrevivía con mi trabajo de medio tiempo. Por eso vivo tan lejos.

Emilie dejo su tasa en la mesa.

—Eso se puede arreglar. Hablaré con Gabriel para que podamos conseguirte un departamento cerca de aquí. No te molesta, ¿Verdad?

—No, en realidad creo que sería conveniente — contesto Nathalie estaba de acuerdo con la idea.

Pronto escucharon fuertes pasos acercándose. Gabriel entro en el comedor, pero Emilie se levantó y lo detuvo antes de que pudiera decirle algo a la nueva asistente.

—Amor, déjala. Fui yo quien la invitó a tomar el té. Una vez no hace daño. Además, me encanta la compañía.

El la tomo por el hombro y la abrazo, dándole un beso en la frente.

—Ve a descansar lo necesitas. Ambos lo necesitan —dijo posando una de sus manos en su vientre.

La señora Agreste se fue a la habitación matrimonial. Cuando se hubo retirado, Gabriel se dirigió a su asistente.

—Debe disculpar a mi esposa, le gusta relacionarse con los empleados —Gabriel presiono un poco el puente de la nariz.

—No me molesta en lo absoluto —Nathalie contesto, estoica.

—Trabajará una hora más y luego se irá a descansar —con esto Gabriel se retiró.

La mujer asintió y se dirigió a su escritorio. Trabajo en uno de los informes hasta que fue la hora de irse.


Durante el resto de la noche, vigilaron a Adrien. Entraban esporádicamente para procurar que la temperatura del chico se mantuviera estable. Nathalie entro a la habitación de Adrien de manera sigilosa. Se sentó en la cama y le cambio la tela mojada que tenía en la frente. Esto sobresalto un poco a Adrien, quien parecía tener pesadillas, alucinaciones producto de la fiebre.

Mamá…

La mujer acaricio sus cabellos de manera cuidadosa. Se mordió el labio por lo que estaba a punto de decir.

—Shh... Tranquilo, aquí estoy.

Adrien dejo de moverse inquieto. Nathalie lo cubrió bien y se retiró de la habitación.

Plagg observaba desde el techo, sin poder creer lo que había visto. Plagg floto hasta él y se recostó al lado de su portador, escondiéndose en la almohada.

—Duerme bien, gatito.


Devuelta con un nuevo capitulo. Me anime en trabajar en el después de ver Monster fu :)