Espero que lean el fic, porque me está costando mucho, ya que es el primero que me atrevo a escribir

Capítulo 2: La boda

La boda era el día 31 de julio, el mismo día que el cumpleaños de Harry, y estaban ya a 30, por lo que solo faltaba un día. Fleur estaba nerviosa. A Hill los síntomas del hombre lobo aún no le habían surgido, Lupin lo visitaba a menudo, y hablaban sobre el tema.

La señora Delacour siempre andaba detrás de Harry, siempre diciendo lo mismo:

-Oh! Hagui eges perfecto paga mi hija Gabguielle, hacéis muy buena pareja – Ginny cada vez que oía eso bufaba indignada. Y ella y la hermana de Fleur no podían ni verse.

Harry y Ron se fueron a Londres, al callejón Diagon exactamente, para comprar el regalo de la boda, y unas túnicas de gala, también para la boda. Todo el mundo allí miraba a Harry. Ron le había dicho que mucha gente le culpaba de la muerte de Dumbledore, porque el y Dumbledore habían salido esa noche, y nadie sabía a donde fueron.

Después volvieron, en metro, igual que al venir, y enseguida que llegaron, cenaron, porque la cena ya estaba lista. Harry estaba exhausto, y dio las buenas noches, ya que se subió a dormir. Ginny lo siguió, igualmente estaba cansada.

-Buenas noches cielo – dijo Harry, ya que Ginny ya había llegado a su habitación.
-Buenas noches – dijo Ginny y entró en el cuarto.

Harry se dirigía al último piso, donde estaba el cuarto de Ron, y en la cama que pusieron por arte de magia (la primera noche que Harry estuvo allí), se echó vestido. Y se durmió pensando en que mañana les esperaba un día largo…

El día de la boda, y de su cumpleaños llegó. Harry se levantó temprano. Intentó volver a dormirse, pero como los ronquidos de Ron no le dejaban, bajó a desayunar. La señora Weasley también estaba levantada, preparando el desayuno con su pijama.

-Buenos días Harry – dijo la señora Weasley, sin apartar los ojos de la tostadora - ¿tampoco tu puedes dormir?
-No – dijo Harry sentándose en la mesa.
-¿Quieres desayunar? – dijo la señora Weasley.
-Si, me he levantado con hambre. – respondió Harry.

La señora Weasley le preparo dos tostadas y huevos fritos, las tostadas estaban medio chamuscadas y Harry se las untó con mermelada de mora, que a Harry, desde hacía un par de semanas, le gustaban mucho.

Iban pasando las horas, e iba bajando gente también. Ron, Hermione, Ginny, Gabrielle…entre otros. Harry y Ron subieron a cambiarse y a ponerse la túnica de gala.

Solo faltaba una hora para la boda, i Harry no sabía nada de Fleur y Bill. Harry le había preguntado a Ginny la noche anterior de que como había estado Bill, y ella dijo que los días de luna llena tenía leves transformaciones, aunque nada grave.

El jardín ya estaba lleno de sillas y se estaba llenando, ya estaban todos cambiados. Ginny llevaba un traje azul cielo muy bonito, con la parte de la falda en un corte, y un escote atrevido, también llevaba un sombrero a juego. Hermione, por su parte, un traje rosa que le quedaba divinamente, con un buen escote, tirantes, y la falda cortita.

Harry calculaba de que habían cien personas o por ahí. Todos los invitados ya habían dejado sus regalos en el comedor, que de lo pequeño que era se había llenado de regalos. El regalo de Harry era un perfume muy caro, que patrocinaba una maga famosa (aunque era unisexo lo podían usar tanto Fleur como Bill).

-Venga, Harry, vamos – dijo Ron, que había aparecido del lado de Harry de la nada.
-¿Adonde? – preguntó Harry, incorporándose.
-¿Adonde va a ser¡Al jardín! – dijo Ron, con su túnica de gala puesta, sonriendo y con impaciencia.
-Ah! Si, vamos…

Fueron a los jardines y solo quedaba una hilera de sillas, la primera, la cual estaba reservada para los familiares.

-Yo ahí no puedo ir – dijo Harry, viendo a Ron tan decidido – esta reservado para los familiares.
-¿Cómo que no? – dijo Ron - ¿Y tu que eres?

Ambos sonrieron y se sentaron. Ron se fue con su familia, y Harry y Hermione iban juntos (algo que agradó a Harry). Al otro lado de Harry se sentó, muy a su pesar, la hermana de Fleur, Gabrielle. Harry, desconociendo las razones, le tentaba besar a Hermione¿sería que… la quería, Harry negaba la cabeza, porque el quería a Ginny… ¿o no? Harry notó una fuerte sacudida al estómago. Harry sabía que eso era un amor imposible.

"¿Pero en que estas pensando? – dijo una vocecilla en su cerebro"

"Harry, la quieres… - decía otra vocecilla en su interior, no del cerebro, sino del corazón"

"¡No la quieres! – Dijo la primera voz – ¡es la novia de tu mejor amigo¡No puedes hacer esto¡También ella es tu mejor amiga¿No la querrás perder para siempre, verdad?"

"No, por supuesto – pensó Harry."

"Algún día lo tendrás que hacer – dijo la segunda voz – o no te lo perdonaras en la vida"

Harry estaba incómodo ante esta situación. Hermione lo miraba un tanto preocupada, pero Harry estaba más concentrado pensando, y no le dijo nada.

Al fin empezó todo, una música de boda comenzó a sonar, Bill esperaba ya a su esposa en un arco de flores (iba muy elegante, traje muggle, y el pelo largo y bien hecho) estaba muy emocionado, i tenía los ojos en lágrimas, aunque no le cayeron por las mejillas. Fleur por su parte, estaba bellísima. Ya era muy guapa sin ir de novia, pero ahora estaba reluciente. Un bonito traje de boda, blanco y con sombrero y el pelo recogido invadía a Fleur.

Harry se dio cuenta de que era a la primera boda mágica a la que asistía, y se dio cuenta también de que se parecían mucho. Los casaba un hombre del Ministerio (en las bodas muggles, curas o sacerdotes).

La ceremonia se estaba volviendo muy pesada y a los veinte minutos de tiempo, por fin llegó el momento.

-Por el poder que me ha otorgado el Ministerio de magia, os declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia – lo último que dijo iba dirigido a Bill que captó el mensaje.

Cogió a Fleur de la cintura y ambos se unieron en un entrelazado y apasionado beso, que duró bastante tiempo, por lo menos para Harry. Fleur lanzó el ramo de flores, y acomodó sus manos en la nuca de su esposo. Curiosamente, el ramo de flores fue a parar a Hermione, que miró a Harry sonriente.

La señora Weasley, y Ginny estaban llorando, también lo hacían la señora Delacour y Gabrielle.

Después se montó una gran fiesta en los jardines Weasley, donde todos parecían felices, excepto Harry, que en esos momentos echaba de menos a Dumbledore, y tenía miedo, por que la seguridad de la Madriguera era floja, de hecho, no había. ¿Y si aparecía Voldemort por allí? Sonaba descabellado, pero todo podía pasar.

Pero Harry se dio cuenta de que llegó el ministro de magia y su ayudante Percy Weasley, y se pusieron por lo menos, veinte aurores por allí vigilando. La seguridad había aumentado en consideración. Percy estaba en un estado algo lamentable, Harry sabía que quería mucho a su antiguo jefe, Cornelius Funge. Percy hablaba con su madre, quien parecía muy contenta de verlo por allí. De repente, la señora Weasley lo vio y lo llamó:

-¡Harry! Ven acércate.

Harry se acercó, mirando a Percy. Harry sabía que desde que cursaba quinto curso en Hogwarts, le tenía manía.

-Hola Harry ¿Qué tal? – dijo Percy, muy nervioso.
-Bien, supongo – dijo Harry con tranquilidad y naturalidad – siente lo que le pasó a Funge, de veras lo siento mucho.
-Estarás contento ¿no? – dijo Percy, enfadado. Los nervios habías desaparecido completamente, y miraba a Harry con furia y sacando los dientes.
-¡Percy! – exclamó la señora Weasley indignada.
-¡Cállate madre! – dijo Percy sin mirarla. Sus ojos no se habían desviado de Harry.
-¿Cómo puedes pensar eso? – dijo Harry. Había reventado - ¿Quién te has creído que soy, maldito imbécil¡Claro que no me alegro, a pesar del daño que me habéis hecho entre los dos! – dijo Harry, fulminando a Percy con su mirada asesina - no me esperaba esto de ti, Percy… - Harry dijo esto señalándolo con el dedo.
-Lo siento, Harry – dijo Percy, verdaderamente arrepentido de lo que había dicho – veo que eres un buen chico – dicho esto se marchó a por una copa o algo, porque Harry no lo volvió a ver.

La señora Weasley se había ido en busca de Percy, dejando a Harry solo, pero se le acercó Rufus Scrimgeour.

-Hola Harry – dijo Scrimgeour, acercándose a Harry.
-Ah! Es usted – contestó Harry tercamente.
-¿Podemos dar un paseo y hablar?
-No veo porque no.

Pasearon un poco y por fin Scrimgeour habló:

-No volveré a pedirte que vengas al Ministerio de vez en cuando – dijo disimulando su enfado – pero por favor, necesito saber que hacías con Dumbledore Harry.
-No puedo decirlo, recuerde soy hombre hecho y derecho de Dumbledore. El me ha dejado deberes, y quiere que lo haga yo, pero he estado pensando – dijo Harry, sabía que Scrimgeour se moría de ganas de saber que era eso, pero lo disimulaba muy bien para sorpresa de Harry – si es por el bien de la comunidad mágica, acepto la propuesta que me hizo el pasado curso.
-¡Muy bien Harry¡Eso te honra! – dijo Scrimgeour, muy satisfecho – tu padre estaría muy contento ¿sabes que lo conocí? Si, fue un gran mago, y una terrible perdida…
-Pero tengo dos condiciones, primera; liberad a Stan Shunpike. Dos, no quiero que nadie¿me ha entendido? Nadie pregunte lo que hacía con Dumbledore.

-Dicho y hecho – dijo Scrimgeour – ahora liberaremos a tu amigo – miró al reloj – bueno Harry, yo me voy, te espero el día 19 de agosto… ah! Y feliz cumpleaños.
-Gracias – dijo Harry extrañado – allí estaré – y Scrimgeour se alejó, muy contento.

Harry se sorprendió mucho, ni los Weasley, ni Hermione, se habían acordado de su cumpleaños, algo que deprimió un poco a Harry.

"Seguramente están demasiado ocupados por la boda y eso, y se les habrá ido ni a la cabeza – pensó Harry – si, debe de ser eso. Supongo."

Había mucha gente en los jardines de los Weasley todavía, y eso que ya era algo tarde. Harry no podía ver ni a los Weasley, ni a Hermione, estaba un poco preocupado. Después entró para ver si estaban en la pequeña cocina y un gran alboroto gritó y Harry pudo visualizar un cartel en el cual ponía:

FELIZ CUMPLEAÑOS HARRY

Harry notó que su felicidad aumentaba notablemente. Allí, muy apretujados, estaban los Weasley (esto incluye a Percy, que sonreía) Hermione (Harry vio lo linda que estaba y le sonrió), también estaba Tonks, Lupin, Ojoloco…y varios miembros de la Orden. Todos se acercaron a felicitarlo, y le comunicaron que arriba, en su habitación (la de Ron) había un montón de regalos, Harry dijo que luego los vería, y se fue a hablar con Ginny.

-¡Feliz cumpleaños, cariño¡Te quiero! – dijo la pelirroja, besándolo. Se estuvieron besando hasta que Fred carraspeó.
-Espero que no sea el último – ante estas palabras todos callaron, nerviosos – era broma – se apresuró a añadir Harry, y todos siguieron con la fiesta.
-Harry ¿puedo hablar contigo? – dijo Lupin seriamente.
-Si claro – respondió Harry.
-Vayamos a otro sitio, que aquí ha mucho jaleo – le condujo hasta los jardines y le dijo: - ¿quieres unirte a la Orden?

Harry sonrió. Siempre se había querido unir, soñaba con eso y aportar lo que sea para acabar con Voldemort.

-Si claro ¿por? – dijo Harry, imaginándose la respuesta.
-Porque puedes, el 7 de septiembre será nuestra próxima reunión, ya hemos hablado con la profesora McGonagall y esta de acuerdo…
-No voy a ir a Hogwarts – lo interrumpió tajantemente Harry.
-¿Cómo que no? Tienes que ir Harry… - dijo Lupin con responsabilidad.
-No quiero, y aunque quisiera no podría ir, porque el profesor Dumbledore me ha dejado trabajo para hacer, y no lo voy a defraudar…
-Ya hablaremos de eso – dijo Lupin incapaz de discutir, no tenía ganas.

Siguieron con la fiesta celebrando ambas cosas, y esperaron a que todos los invitados se fueran, Harry por curiosidad se subió a ver los regalos. Ya era de noche.

Harry entró en su habitación y comenzó a abrir regalos. Hagrid le enviaba una pluma y una nota "para tu próximo año en Hogwarts" desde luego, Hagrid no sabía que Harry iría a Hogwarts, y se llevaría una sorpresa al no verlo allí. Otro de Hermione y Ron juntos (un interesante libro de las estrellas del quidditch) otro de Ginny (unos pasteles caseros), Horace Slughorn también le había hecho unos regalos, unas grageas de todos los sabores con una nota "espero que este año puedas asistir a mas reuniones del Club Slug". Pero Harry había captado su atención a un sobre, que contenía una carta y una botellita de color líquido dorado, a la que Harry identificó como Felix Fecilis. En la carta decía:

Al señor Harry Potter:

Esta poción la inventé yo, pero el desalmado Horace Slughorn me quitó ese honor. Así que te envió una muestra, ya que se que la conoces bien. Espero que le ayude en la búsqueda de Horcruxes, y algún día hablaremos, ya que finalmente el señor oscuro no logró matarme.

Atentamente,

R.A.B.

Harry se quedó de piedra, paralizado.

-¡RON¡HERMIONE¡GINNY! – dijo Harry gritando fuertemente. Oyó fuertes pisadas en la escala y los tres muchachos aparecieron.
-¿Qué…? – pero fue interrumpido por Harry, quien le enseñó la nota. Se la lanzó y este la leyó en voz alta, nadie dijo nada.
-¿Qué significa esto? – Dijo Harry - ¿Cómo sabe que voy tras los Horcruxes? Dumbledore no se lo pudo decir, esta muerto, y vosotros tampoco ¿Cómo demonios lo sabe?
-No se Harry – dijo Hermione pensativa – pero sabes que nosotros no…
-¿Pero quien eres R.A.B.¡Por Dios! – dijo Harry, fuera de sí y paseando por la habitación.
-Mejor que nos vayamos a dormir Harry, será lo mejor – dijo Ginny, Harry no tenía sueño, pero sabía que Ginny tenía razón.
-Si es verdad – dijo Ron.
-Si, buenas noches – dijo Hermione
-Buenas noches – dijo Ginny, y ambas salieron de la habitación.

Harry apagó la luz y Ron ya estaba dormido, habían tenido un día raro, largo, y muy cansado. Harry, como era lógico, no podía dormir.

Pero de repente se oyó el aullido de un lobo. Harry se despertó rápidamente, se vistió y empuñó su varita imaginándose lo peor. Ron hizo lo mismo diciendo "¿Qué ha sido eso…?". Bajaron a la cocina, donde estaban el señor y la señora Weasley, Ginny y Hermione.
-Oh no… - dijo el señor Weasley – Bill…

Dicho esto y sin saber muy bien lo que hacía, Harry salió corriendo al jardín, donde Bill, medio transformado, intentaba morder a Fleur. Harry le lanzó un leve hechizo a Bill, quien se percató de su presencia, y corrió hacia él, dejando a Fleur libre. Fleur corrió rápidamente hacia la cocina y se refugió en ella, dejando a Harry con el medio hombre lobo. Harry se dio cuenta de la magnitud del problema y se metió rápidamente en el cobertizo de los Weasley, donde había viejas escobas.

-¡Bill! – Gritaba Harry esperanzado – ¡Sabes que no eres así!

Pero Bill sin hacer caso, arañaba la puerta del cobertizo y Harry sabía que en algún momento la echaría abajo. Pero el ruido cesó. Harry abrió la puerta y se encontró con Bill, ya en su forma normal, inconsciente e indefenso. Bill despertó. Harry lo estaba auxiliando.

-Ah! Que dolor de cabeza – dijo Bill, rascándose la nuca. Se dio cuenta de que estaba con Harry y preguntó: - ¿Qué ha pasado, Harry?
-¿Qué ha pasado? – Preguntó Harry, atónito – que te has medio transformado en hombre lobo y casi muerdes a tu pobre esposa Fleur.
-Oh! No… - dijo Bill, haciendo un tremendo esfuerzo por levantarse - ¿Dónde esta?
-Dentro, creo – dijo Harry ayudándolo.

Bill se fue hacia la puerta tambaleándose y a medio camino volvió a caer inconsciente. Salieron todos, el señor Weasley iba en cabeza, i fueron a ayudar a Bill.

-Creo que pronto volverá en sí – dijo el señor Weasley examinando a su hijo.

Fleur estaba llorando, pero para nada culpaba a Bill de lo ocurrido. Parecía preocupada, y Harry no se había fijado pero todavía llevaba el vestido de novia puesto, medio desgarrado claro.

Lo llevaron a su habitación con una camilla que iba por sí sola, sin ayuda de nadie. Cuando llegaron a la habitación en la que dormirían Fleur y Bill, este de repente despertó, y comprendió al momento todo la que había pasado, mirando a Fleur.

-Fleur, te lo juro, lo siento mucho, no volverá a pasar, no te enfades por favor, sabes que te quiero… - Bill estaba muy arrepentido. Temía que su esposa lo dejara si iba a ser siempre así…
-Clago, Bill, lo sé, yo también te quiego mucho, lo sabes – dijo Fleur, que besó apasionadamente a Bill.

Nadie se había esperado eso después de intentar morderla, pero Harry sabía que ese era el poder del amor, el poder que Dumbledore decía que era su protección. El amor todo lo podía hacer, todo lo podía conquistar…
Harry se daba cuenta de lo que Voldemort había hecho, todo lo que pasaba era por su culpa, todo. Harry prometió una vez más venganza contra Voldemort, prometió acabar con él, con toda la maldad que había desprendido y producido por el mundo, tantas personas inocentes, que estaban muertas por su culpa.

"Nunca más – pensó Harry – Nunca más…"

-Vamos a dormir – dijo Ron, abandonaron el cuarto de Bill, y subieron las escaleras – pobre Fleur, si esto tiene que pasar siempre…
-Es todo su culpa Ron lo sabes – dijo Harry mas serio de lo normal – tenemos que acabar con él.
-Así será Harry, lo harás tu y nosotros te ayudaremos – entraron en el cuarto, se punieron el pijama y se metieron en la cama (Harry había apagado ya la luz) – Buenas noches.
-Buenas noches – dijo Harry, incapaz de dormir.

Tardó dos horas en dormirse, pensando que ese hombre lobo, Fenrir Geyback, el que había mordido a Bill y a tantos niños pequeños (entre esos estaba Lupin), debía pagar la desgracia que les había obligado a vivir.

Gracias a todos (si es que hay alguno) que usa su tiempo para leerlo.

Salu2

Dark Dumbledore X