Capítulo 9

Nathalie despertó y salió de su habitación a las 6 en punto. Toco la puerta de su jefe y el la dejo pasar. Realizaron todas las tareas necesarias en el transcurso del día, aunque ese tiempo entre ellos estuvo un poco callado ya que Nathalie aún seguía enojada con Gabriel. Tres horas antes del desfile ya todo estaba listo para comenzar. Los modelos se estaban preparando en el camerino.

Ambos volvieron al hotel para cambiarse. Nathalie ya estaba preparando el vestido que siempre usaba en este tipo de eventos, cuando Gabriel toco la puerta. Él ya estaba usando su traje y en su hombro traía el portatrajes.

—Va a haber una gala por la celebración del desfile y necesito un acompañante. Pero como no quiero ir con nadie más, tú serás mi acompañante.

—Pero señor…—Ella decidió protestar, pero el alzo su mano libre, deteniéndola. —Yo soy su asistente.

—No acepto un "pero" como respuesta. Traje un vestido para ti. Es un diseño exclusivo —dijo mientras colgaba el vestido en el armario.

Nathalie lo abrió. Era un vestido dorado largo y un poco abierto en la parte frontal del torso, así como en la espalda, aunque en una menor proporción. La falda era sostenida por un pequeño cinturón y tenía un corte, que dejaría al descubierto ambas piernas. Una larga capa cubría los hombros del vestido. El patrón del vestido se asimilaba a escamas doradas, que brillaban ante la luz.

Ella entro al baño privado para ponérselo. Necesitaba unos cuantos ajustes, pero en general le quedaba bastante bien. Gabriel le ayudo a ponerse el cinturón que demarcaba su cintura y a terminar de ajustar el vestido, con la maestría que lo caracterizaba, y de acomodar la capa para que fluyera de la forma en la que él lo diseño.

El la tomo de rostro y empezó a examinarla meticulosamente.

—Te arreglare yo mismo.

Luego le indico que se sentara en el tocador. Tomo un tarro de la mesa lo que reconoció como la cera dorada que el usaba en sus modelos y que era temporal. Lo aplico encima de su mechón de cabello rojo con sus manos.

—Se quitará con agua. No te preocupes —dijo antes de que Nathalie pudiera protestar.

Gabriel le dio unas sandalias del mismo color del vestido para que los usara. Le amarro una parte de su cabello con una peineta con forma de hojas para poder amarrar los mechones que había recogido. Las joyas de este sobresalían detrás de su cabeza, como su fuera una corona.

Luego Gabriel uso su set de maquillaje en ella, aplicándole un color dorado a sus parpados y usando un labial del color natural de sus labios.

Gabriel le sugirió a Nathalie que usara sus lentes de contacto para esta ocasión. No era muy fan de usarlos porque no le parecían muy prácticas a la hora de quitárselos, pero tomo la sugerencia. Usaría un bolso a juego con el vestido en donde guardaría su teléfono y demás objetos necesarios para la gala. Gabriel también le dio un par de joyas que hacían juego con el atuendo.

Adrien entro en la habitación.

—Padre, Nathalie los estaba buscando…—luego vio a Nathalie a detalle y quedo con la boca abierta —Te vez muy bonita.

Ella se acercó y peino sus cabellos en forma de agradecimiento

—Tú no te vez mal tampoco Adrien. ¿Dejaste listo todo lo que necesitas para esta noche?, ¿Ya comiste algo?

—Si, gracias por avisarme antes para poder comer algo, realmente no sabía cuánto tardaría todo el evento — Salió de la habitación, en dirección al ascensor —¿Nos vamos?

Nathalie asintió. Ella se dirigió adelante de el sin dirigirle la palabra a Gabriel.

—¡Nathalie espera!

Ella para y volteo solo para mirarlo.

—He visto como cuidas de mi hijo —menciono de manera dulce.

—Solo cumplo con mi deber— Ella solo permanecía seria.

—No todos los asistentes cuidan tanto de los hijos de sus jefes. Te importa tanto mi hijo, tanto que pienso que lo amas más que yo. Y yo siento mucho lo que te dije ese día. No estaba pensando claramente. Me merezco ese golpe que me diste.

Rara vez se podía escuchar a Gabriel Agreste disculpándose por algo. Un ligero rubor cruzo sus mejillas, haciendo que mirara al suelo.

Él le levantó el mentón de la manera más delicada posible, para que lo viera a los ojos.

—Aprecio que estés ahí con el cuándo yo no puedo.

—No hay de qué —y luego agrego —Acepto tus disculpas. Pero no quiero volver a escuchar lo que me dijiste.

—Prometido —dijo el mientras que apretaba su mano ligeramente y se la llevaba a los labios para besar su dorso, inclinándose un poco —Vamos se nos hace tarde.

El auto que los llevaría al evento ya estaba ahí. Era conducido por el gorila. Se sentía rara, ya siempre asistía como la asistente de Gabriel Agreste. Esta vez iría como su acompañante. Bajo las escaleras del hotel hacia el auto. Durante el viaje, noto que Gabriel no dejaba de mirarla.

Al llegar al lugar, Gabriel salió primero para ayudar a salir a Nathalie. El vestido brillaba más con las luces de las cámaras. Él le ofreció su brazo y ella la tomo.

Pronto los paparazzi los rodearon y empezaron a hacer preguntas. Nathalie se sintió un poco incomoda por toda la atención que les daban. Gabriel se dio cuenta, colocándose delante de ella para cubrirla y que fijaran su atención en el mientras que Gorila lograba dispersarlos. El tomo su mano y la guio fuera de ese lugar.

Entrando se encontraron con un salón bastante decorado y con una luz bastante cálida brindada por la gigante lámpara de techo colgante en el centro del salón. Audrey Bourgeois estaba esperando a un costado de la pasarela. Al acercarse a ella, noto su presencia.

—Ah Gabriel, viniste, veo que traes compañía. ¿Puedo preguntar quien es tu acompañante?

—Ella es mi asistente Nathalie.

Ella la miro por encima de sus lentes oscuros.

—Umm, no la reconocí. Parece que por fin se deshizo de ese horrible traje negro que siempre usa.

Nathalie decidió ignorar aquel comentario. Pero Gabriel no lo dejaría pasar.

—Para tu información Audrey, el uniforme de trabajo lo asigne yo, así que te exijo más respeto hacia mi asistente —dijo Gabriel firmemente.

Audrey mantuvo su expresión seria. Continúo charlando con él, de temas que se salían del conocimiento de Nathalie. Ella decidido que iría a ver como estaba Adrien y realizaría algunas de sus funciones como asistente. Se fue directo a los camerinos y mostrando su identificación la dejaron entrar. Ahí estaba Adrien, viendo los trajes que le entregaron.

—Vine a avisarte que ya casi es hora de salir—Nathalie miro la hora en su teléfono.

— ¿Y dónde está mi padre? —Adrien se colocó el sombrero que debía usar para la primera vuelta.

—Está ocupado. Lo veras en el desfile — pronuncio ella, mientras seguía chequeando su teléfono, antes de posar una mano en el hombro de Adrien —Te deseo suerte.

Salió para buscar a Gabriel quien estaba charlando con otros de los diseñadores. Cuando los organizadores hicieron el llamado, ambos fueron a buscar sus respectivos asientos en la primera fila del desfile de modas. Gabriel ayudo a Nathalie a sentarse. Las luces se apagaron y el desfile comenzó. Todos y cada uno de los vestidos que Gabriel diseño aparecieron en la pasarela. Adrien tuvo que mostrar los trajes para adolescentes y cada vez que el salía Nathalie le sonreía.

Cuando termino el desfile de sus diseños, Gabriel subió al podio, donde recibió los respectivos vítores. También poso para algunas fotos con su hijo. Nathalie y Gabriel decidieron mandar a Adrien de vuelta al hotel para que descansara. Él se los agradeció y el Gorila lo llevo.

La noche transcurrió de manera normal, con los otros diseñadores que se presentaron. Ya a la media noche, todo el mundo empezó a retirarse. Estuvieron unas horas más hasta que definitivamente se acabó el evento y permitieron que los demás empleados se retiraran a sus lugares de descanso.

El Gorila volvió para llevarlos al hotel. Ambos subieron en el ascensor. Nathalie acompañaría a su jefe a su habitación. Antes de entrar, Gabriel se dirigió a ella.

—Nathalie, gracias por acompañarme esta noche. Realmente lo aprecio — y con ello se inclinó para darle un beso en la mejilla. Ambos se retiraron a sus habitaciones. Nathalie solo se apoyó en la puerta de su habitación, sin creer lo que acababa de pasar.

Unas horas más tarde, ella fue a despertar a Adrien, quien parecer durmió con el traje puesto. Le dijo a qué hora se iban para que estuviera preparado. Realizo la misma tarea con su jefe, para poder partir a París antes del mediodía. Nathalie, Gabriel, Adrien y el Gorila volvieron en el avión privado.

Al llegar a la mansión desempacaron sus cosas y organizaron todo. Adrien después de desempacar, se puso al tanto con sus amigos para sus responsabilidades en la escuela.

Nathalie decidió retomar el trabajo que dejo antes de irse. De casualidad le llegaron notificaciones a su teléfono. Vio fotos suyas en las páginas de noticias y de chismes. Incluso la que tomaron con ella del brazo de Gabriel. Supuso que su jefe también las vio por la cara que hizo.

En ese momento una llamada entro en el teléfono de Nathalie.

—¿Sí?

—Oh hola, Nathalie, soy Amelie, llamo porque quiero saber cómo esta Gabriel— dijo alegre la mujer.

— "Esto no puede ser bueno" —pensó Natalie.

—En esos momentos él está ocupado —contesto ella mirándolo.

—Oh es que solo quería avisarle que iremos de visita en un par de días y nos quedaremos una semana. Nada como visitar a mi sobrino Adrien para ver como esta. Además de que su primo Félix está ansioso por verlo —Nathalie rodo los ojos.

—Le avisare a Gabriel, estaré al tanto cuando arriben— Nathalie colgó. Y luego le dirigió la palabra a Gabriel.

—Amelie llamo, dijo que va a venir unos días a visitarnos.

Gabriel detuvo todo lo que estaba haciendo.

—¿Cuánto tiempo planean quedarse? —pregunto mientras examinaba sus sketches.

—Aproximadamente una semana.

Gruño por lo bajo, pero luego pensó que podría ser la oportunidad perfecta para recuperar el anillo que su sobrino, Félix, le robo. Y no solo eso, sino que podría hacer un buen akuma con eso.

—Diles que los estaré esperando.

Nathalie asintió.

El día que llegaron Adrien estaba esperándolos en la entrada, emocionado. Nathalie estaba con él. Adrien corrió a saludar a su tía y a su primo. Amelie se adelantó para saludar a su cuñado.

—Hola Gabriel, tiempo sin vernos.

Félix estaba detrás de ella, de brazos cruzados, mirando desafiante a su tío. Gabriel examino sus manos, pero no vio rastros del anillo. Talvez lo tenía oculto en otra parte, los Graham de Vanilly eran conocidos por llevar los anillos gemelos a todas partes. Esa misma noche, Amelie solicito hablar con Gabriel, a solas.

—¿Acaso estas ocultando algo Gabriel? —Amelie pregunto, tratando de ir al grano.

—No, Amelie. No estoy ocultando nada—contesto el fastidiado.

—¿A sí?, porque parecías muy cómodo con tu asistente en esas fotos de la gala —le reprendió ella en tono sarcástico.

—Le pedí que me acompañara, como mi compañera, nada más.

Amelie vio que la conversación no iba a ninguna parte, así que decidió terminar ahí.

—Espero que sea cierto, Gabriel. O si no, voy a tener una charla muy seria con mi sobrino, así no te guste.

Los primeros días estuvieron tranquilos, con Félix comportándose extrañamente bien. Adrien lo llevo a conocer a sus amigos, porque pensó que quizás le haría bien conocer otras personas. Aunque realmente no hubo muchos avances.

— Solo quiero que tengas amigos como yo — le dijo a Félix esa noche después de reunirse con sus amigos.

—No lo entiendes, no le agrado a nadie, y me porte mal con ellos la última vez.

—Eso no quiere decir que no puedan perdonarte —contesto Adrien sentándose a su lado.

En los días siguientes Gabriel permitió a Félix y a Adrien salir un rato. Félix se la paso muy bien. Mientras que esperaban a que los recogieran para llevarlos a la mansión, Félix y Adrien charlaban y comían helado.

—Supongo que tal vez debería seguir tu consejo.

—¿Um? —exclamo Adrien mientras comía un trozo de su cono.

—El de abrirme a otras personas. Personas que conviven conmigo, pero que desconozco.

Al llegar a la mansión, Amelie pidió a su hijo hablar a solas. Un comportamiento que a Gabriel le pareció muy sospechoso. Por si acaso guardo el anillo gemelo que le quedaba en la pequeña caja fuerte de su habitación para evitar que "desapareciera".

Después de la conversación con su madre, Félix se encerró en el baño de su habitación. Félix solo quería ayudar a su madre a averiguar la verdad. Salió sigilosamente hasta llegar a la puerta del atelier, donde se aseguró de que no había nadie, logrando entrar en él. Abrió la botella de agua que traía en su mano, regando su contenido en el suelo a unos metros de la entrada de atelier. Salió discretamente para esperar el momento oportuno e ir en búsqueda de su madre

Nathalie y Gabriel pasaron por el vestíbulo de la mansión directo al atelier. Ella tropezó con la parte mojada. Hubiera caído al suelo de no ser que Gabriel se encontraba frente a ella. Sintió como se abrazó a su cintura. Nathalie no era de tener este tipo de incidentes, por lo que sabía el causante de esto. Miro al suelo y noto que el piso estaba mojado.

—Ese mocoso me las va a pagar.

En esos momentos, Amelie entro a la oficina.

—Esto es un malentendido, Amelie. No es lo que tu piensas.

—Claro y yo soy ciega —exclamó ella cruzándose de brazos.

—Es en serio Amelie —insistió Gabriel.

Ella no muy convencida cerró la puerta.

—Lo siento mucho señor, fue un accidente —se disculpó Nathalie.

—Lo sé, y se quien se llevará su castigo. —Gabriel se dirigió fuera del atelier.

Félix acababa de regresar al vestíbulo.

—¿Félix me explicas que hacías en mi oficina? Está prohibido y tu bien lo sabes. —le espeto Gabriel.

—No se dé que me hablas, tío —pronuncio Félix desinteresado.

—No me mientas.

—Solo exploraba un poco —dijo Félix desafiante.

Gabriel vio su oportunidad.

—Ya es la segunda vez que abusas de mi confianza, Félix y eso ya colmo mi paciencia. Son cosas de adultos, no tienes porque interviniendo. Tu solo eres un niño.

Eso hizo enojar a Félix. El solo estaba tratando de ayudar a su madre con lo que le había contado.

Era una oportunidad perfecta para un Akuma. Gabriel entro de nuevo al atelier y le dio la señal a Nathalie de que iba a entrar en su guarida. Al entrar, se transformó inmediatamente y dejo salir a la mariposa del cetro y permitiendo que se posará en su mano para demonizarla. La mariposa salió y se dirigió a la botella de agua vacía que traía Félix entre las manos.

—Oh un muchacho que solo quiere saber la verdad de lo que está pasando. Pues bien, te daré el gusto de poder averiguar secretos. Solo deberás traerme los Miraculous de Ladybug y Chat Noir a cambio.

—Si Hawkmoth —Una nube negra lo cubrió para resurgir con un traje elegante negro y en su mano se formó un cetro con liquido dentro.

—Voy a averiguar todos sus secretos.

Nathalie ya se estaba preparando para salir del atelier, cuando el akuma le cerro el paso. Félix Ella retrocedió para esconderse detrás de su escritorio y poder evadirlo. Pero este fue más rápido y logro alcanzarla. Ella cayo sentada al suelo y el akuma rego el líquido sobre ella. Sus ojos se tornaron purpura.

—Levántate.

Ella obedeció sin resistencia.

—Ahora, ¿Cómo es la relación entre Gabriel y tú?

Hawkmoth estaba sorprendido.

—¡No, detente, te lo ordeno! — Hawkmoth gritaba desesperado, temiendo que Nathalie revelara su identidad.

—¿Gabriel Agreste? Yo lo…

En esos momentos entro Chat Noir en la habitación.

—Déjala en paz —Exclamo lanzando su bastón dando justo en su mano, haciendo que su cetro se deslizara por el piso. Mientras eso pasaba, Chat Noir le envió un mensaje a Ladybug para que viniera a ayudarle.

Después de una batalla que dejo el atelier hecho un desastre, el dúo de superhéroes logro purificar el akuma.

—¿Dónde estoy? —Félix pregunto un poco confundido.

—En el atelier del señor Agreste— Contesto Ladybug —Pero eso te lo aclararan luego.

Y con ello Ladybug y Chat Noir se retiraron. Adrien entro a su habitación y corrió al atelier. Amelie iba detrás de él. Después de unos minutos explicando que sucedió Amelie miro a su hijo reprochándolo.

—Félix estoy muy decepcionada de ti. Te dije que no intervinieras en este asunto. De eso me encargo yo.

—Félix ¿Otra vez? —pregunto Adrien.

El rodo los ojos, fastidiado.

—No lo hice a propósito, yo solo quería ayudar a mi madre a averiguar que es lo que esta sucediendo.

Adrien lo miro decepcionado.

—Creo que necesitas mejorar tu actitud.

Gabriel aprovecho el momento para dirigirse a todo el mundo, pero centro su mirada en Amelie.

—Quiero que quede claro que entre yo y Nathalie no existe nada más allá de nuestra relación profesional.

Amelie solo suspiro.

—Solo quería asegurarme de que Adrien, mi sobrino, estuviera bien.

—Pues lo está, no tienes que preocuparte por él, tengo todo bajo control —le espeto Gabriel apretando sus puños.

Amelie decidió no presionar más en el asunto. Pero estaría al tanto de Adrien cada tres días. O al menos ese fue el arreglo que realizo con Gabriel. Después de esa discusión, Amelie y Félix retornaron a Londres.


Las cosas se están empezando a salir de control ¿No?