Creo que ésta parte me ha salido mal… no sé, juzgad vosotros mismos
Ah! Por cierto… Gracias Engel Selene! Soy muy feliz de que te guste el fic… y estoy abierto a dudas y sugerencias!
Capítulo 7: La magia blanca nunca muere
Harry se sentó, notando el Gran Comedor vacío por la ausencia de Dumbledore. De repente vio a Ernie Mcmillan y Hannah Abbot, los saludó y con la mano les hizo señas para que se acercaran.
-¡Harry!
– Exclamó contenta Hannah cuando ya habían llegado -
¡Qué alegría volver a verte! – dicho esto calló
sonriendo. Ernie le estrechó la mano con un cordial saludo.
-¿Habéis
tenido noticias de algún miembro del ED? – llevándose
una aleta de pollo a la boca, y bebiendo el típico zumo de
calabaza que servían en Hogwarts.
-No,
Harry – dijo Ernie – luego hablamos ¿Vale? Casi no tenemos
clase, solo tres clases por día, ya que nos dejan tiempo para
estudiar los ÉXTASIS. Ah! Por cierto…
-¿Qué?
– preguntó Harry con curiosidad.
-Slughorn
te echa de menos – dijo Ernie guiñándole un ojo
amablemente – luego hablamos, vamos a comer – dicho esto los dos
se alejaron.
Cuando terminaron de comer, Harry, Hannah y Ernie se fueron y dieron un largo paseo por los jardines de Hogwarts. Se sentaron a hablar, delante del lago, tirando piedras al agua.
-Ah!
Por cierto… ¿Qué profesores tenéis? –
preguntó Harry, con interés renovado.
-Eileen
Prince, de transformaciones – Harry se preguntó de que le
sonaba ese nombre y luego recordó…
-¿Qué?
– exclamó Harry, de inmediato.
-¿Qué
pasa? – dijo Ernie, sorprendido.
-¡Es
la madre de Snape! – dijo Harry, alarmado. Era verdad, Hermione se
lo dijo el curso pasado, en Hogwarts.
Los dos muchachos se miraron sorprendidos, y Harry supuso que no lo sabrían, lo que le sorprendió de verdad fue (si era cierto lo que decía la profesora McGonagall de que quería matar a Snape) que la profesora McGonagall la hubiera contratado como profesora.
-¿Y
de defensa contra las artes oscuras? – ya olvidado de lo de Eileen
Prince.
-No
te lo vas a creer, y no creo que te lo esperaras – dijo Hannah con
una sonrisa – se llama Aberforth Dumbledore, y antes de ser
profesor, era el tabernero de cabeza puerco.
Harry simplemente los miraba sorprendido. No podía creerlo. No podía ser… Aberforth Dumbledore, el hermano de Albus Dumbledore, profesor. Pero Albus le había dicho a Harry que cree que su hermano no sabe leer, si esto fuera cierto… ¿Cómo demonios daría clase? Y ahora Harry comprendió porque le resultaba familiar el tabernero de cabeza puerco a Harry, pues claro, eran hermanos, porque ahora que Harry lo comparaba con Albus físicamente, se parecían mucho, por no decir que eran iguales.
-¿Y
que tal da las clases? – Preguntó Harry con curiosidad y un
renovado interés dentro de él – ¿Sabe leer?
-¿Por
qué preguntas eso? – dijo un pensativo Ernie.
-Las
clases están muy bien, se nota que es pariente de Albus
Dumbledore, además del gran parecido físico. Aprendemos
mucho, pero ahora que dices que si sabe leer… eso respondería
a la pregunte de que porque no usamos ningún libro de texto –
dijo Hannah, pensativa también.
-¿Queréis
que vayamos a saludar a viejos profesores? – dijo Ernie,
emocionado.
-De
acuerdo pero antes… Ernie ¿Conservas el espejo que te di? –
Dijo Harry – porque quiero hablar con Ron, Ginny y Hermione, ya
sabes.
-Si,
claro – dijo Ernie sonriendo y sacando un pequeño espejo del
bolsillo - ¿Cómo crees que se enteraron de que estabas
aquí, en Hogwarts?
Harry, sonriendo, cogió el pequeño espejo y al mirarlo a su cristal y pequeño marco, vio su cara reflejada en el espejo, también vio la cicatriz en forma de rayo que tanto le caracterizaba y tanto tiempo hacía que no se la veía en un espejo o algo muy parecido. Después gritó:
-¡Ron Weasley!
Las
palabras que Harry había dicho pasaron a ser letras que se
escribían en el espejo, que respondió: "Ernie ¿Qué
pasa?" y Harry volvió a hablar de forma clara y precisa,
para que se entendiera.
-No
soy Ernie, soy Harry, ya he despertado.
Y el espejo volvió a escribir las palabras de Harry, que se desvanecieron en un instante. Esto le recordaba mucho al diario de Tom Sorvolo Riddle (lord Voldemort claro). Instantes después, el espejo respondió: "¡Harry! ¿Cómo has estado? ¿Qué tal todo?"
-Bien, supongo – dijo Harry, haciendo una pausa – pero esta noche hablaremos, tenéis que ir los tres a "Las Tres Escobas", nos vemos allí a las nueve y media. Responde y dame una repuesta satisfactoria, si puede ser.
Las palabras de Harry se volvieron a formar en letras i se desvanecieron y Ron contestó: "De acuerdo, allí nos vemos, recuerdos de Hermione y Ginny, te dejo adiós."
A Harry le dio un vuelco el corazón. Hermione, la persona a la que amaba en silencio, por ella era por quién había despertado del coma hoy, por volverla a ver, y a poder ser, por volverla a besar…
-Bueno
Harry, vayamos a ver a Slug, supongo que tendrás ganas de
verle – dijo Ernie sonriendo – porque quiere hablar contigo, me
dijo que cuando despertaras del coma (el estaba seguro de que ibas a
hacerlo) fueras a hablar con él a su despacho.
-Yo
también tengo ganas de verle… pero ¿Por qué
quiere hablar conmigo? – dijo Harry.
-No
se como se llamaba de lo que quería hablar contigo, era algo
de… ¿Horcruxes, puede ser? Si, era algo así – dijo
Ernie, volviéndose a poner pensativo – también me
dijo que supone que te irás de viaje, y que quiere darte
pociones muy útiles, como veritaserum o poción
multijugos.
-Si
vamos – dijo Harry, muy contento y sonriendo, pues esas pociones le
podrían ser muy útiles para las misiones de vigilancia
del ED.
Llegaron al despacho del profesor Slughorn y dieron un golpe, después un anciano calvo y tremendamente gordo, que se frotaba la parte baja del vientre, miraba a Ernie (todavía no había visto a Harry, ya que no había abierto la puerta del todo) con los ojos entrecerrados y con gesto ofendido. Tenía sus ojos muy saltones y su enorme y plateado bigote de morsa. La coronilla de aquel personaje apenas llegaba a la barbilla de Ernie.
-¿Qué
quiere señor Mcmillan? – le dijo Horace Slughorn a Ernie,
que se defendió pronto.
-Oh!
Profesor le traigo a Harry – replicó Ernie.
El profesor Sughorn, abrió del todo la puerta y se fijó en Harry, se alegró mucho y ensanchó una enorme sonrisa de oreja a oreja:
-¡Pasa, Harry, pasa! – dijo Slughorn, olvidándose por completo de Ernie y Hannah, pero luego dijo: - ustedes dos espérenlo en otro sitio, luego os lo devuelvo – y les cerró la puerta a Ernie y Hannah en las narices.
El despacho de Slughorn era el que Snape tenía el curso pasado, y no había variado demasiado, en general, las cosas estaban en el mismo sitio. El profesor Slughorn, con educación le invitó a sentarse, Harry lo hizo, y el profesor Slughorn se sentó a la otra parte de la mesa que había en el despacho. No hablaron, estaban en un silencio, así que Harry tomó la iniciativa:
-¿Quería
hablar conmigo, profesor?
-Así
es – respondió Horace Slughorn sonriendo – me enteré
por casualidad que me emborrachaste para que te diera el recuerdo.
¿No es así? – no lo decía rencoroso, sino que
con un tono casual bien logrado.
-Hombre,
así tampoco fue, digamos que yo necesitaba el recuerdo, pero
si hay que decirlo así, es verdad – dijo Harry con valentía,
quería sonar indiferente, pero en su voz se notó un
pequeño tono nervioso.
-Sabes,
también supongo, que me avergüenzo mucho de ese recuerdo,
y no me gustaría que la gente lo supiera lo que hice, y tú
no se lo has enseñado a nadie ¿Verdad? – dijo
Slughorn, que en este momento, parecía nervioso.
Harry se levantó y paseó por el despacho con inquietud.
-Tranquilo
profesor, nadie aparte de yo y Dumbledore, lo sabe. – dijo Harry.
Decir lo de Dumbledore fue un poco incómodo, ya que estaba
muerto y no se podía chivar.
-¿Y
que piensas hacer? – dijo Slughorn.
-Como
supongo que sabrás, Voldemort cumplió se fantasía
de hacer siete Horcruxes.
-¿Crees
que habrá sido capaz? – preguntó Slughorn con un eje
de sabiduría.
A Harry, se le vino una gran idea a la cabeza, se acordó de R.A.B. en ese momento, y la carta que le envió. Decía que el profesor Slughorn le había quitado el invento de la poción, y si eso era cierto ¡Slughorn podría decirle quien era, porque lo conocía sin duda!
-No
me has contestado Harry… - comenzó a decir Slughorn, pero
Harry lo interrumpió.
-¡Profesor!
¿Usted sabría decirme quien es… R.A.B.?
-¿R.A.B.?
– Hizo un gesto de credibilidad y negó con la cabeza – no
conozco a ningún R.A.B.…
-Dice
que inventó Felix Fecilis…
De repente el profesor Slughorn lo miró muy sorprendido y parecía muy nervioso, más de lo habitual. Incluso se podría decir que estaba sudando.
-¡No
lo conozco, no me hables de él por favor! – dijo Slughorn,
negando con la cabeza.
-Por
favor, solo dime que significan esas letras, necesito saberlo, es muy
importante para mí, más importante incluso que tu
recuerdo de Voldemort y los Horcruxes. – suplico Harry muy
alterado.
Harry estaba suplicando, quería saberlo, es más, necesitaba saberlo, porque ¿Cómo sabía R.A.B. que Harry iba tras los Horcruxes de Voldemort? De alguna forma podría estar vivo, y también podría ayudar a Harry.
-No
puedo decírtelo Harry, también me avergüenzo de
ello, me equivoqué con ese alumno, porque acabo siendo
mortígrafo, pero cuando esté preparado, Harry te lo
diré. – dijo Slughorn sin mirarlo a la cara.
-Pero
profesor… esta bien esta bien, pero antes de que me vaya esta noche
me lo tienes que decir ¿Vale? – dijo Harry señalándole
con el dedo amenazadoramente.
-Si
estoy preparado… bueno Harry, vete ya – dijo Slughorn,
levantándose – es que tengo clase…
Harry asintió y con una rapidez asombrosa se marchó del despacho de Horace Slughorn.
El resto del día lo pasó en la biblioteca, revisando libros con poderosos hechizos o buscando información sobre alumnos del colegio con las iniciales R.A.B., y también buscando información de Horcruxes, claro.
Por fin llegó la noche y Harry (ya muy contento por volver a tener la capa en sus manos) se salió del Gran Comedor, ya se había despedido de la profesora McGonagall, pues ya no volvería a Hogwarts.
Cuando estaba saliendo de Hogwarts, un hombre con las piernas cortas corría hacia él con una maleta y gritando su nombre:
-¡Harry!
Harry se giró mientras el profesor Slughorn llegaba hacia donde estaba él y le dio la maleta que llevaba.
-Toma,
aquí tienes gran cantidad de veritaserum, también te he
hecho un poco de poción multijgos, también la de
Muertos en Vida, puede serte útil, pues simula que estas
muerto. Ah! Y un poco de Felix Felicis…
-¿Quién
inventó Felix Felicis?
-Solo
te diré una cosa – dijo Slughorn – vale, esta bien, te lo
voy a decir. Las iniciales R.A.B. significan… Regulus Arcturus
Black, el hermano de tu amigo Sirius Orion Black – dicho esto se
alejó rápidamente, dejando a Harry boquiabierto…
No podía ser. ¿Regulus, el hermano pequeño de Sirius? ¿El aparentemente mortígrafo muerto? No era posible, Regulus no hubiera traicionado a su señor… ¿o si? Quizá fue por eso de que estuviera muerto, aunque la carta de Harry demostraba lo contrario. Quizá pareciera que se fugó del país o algo, para que los mortígrafos no lo mataran. Aunque estaba impresionado, Harry también estaba muy contento, pues ya había descubierto una duda que hacía tiempo no le dejaba dormir, pero la pregunta para Harry ahora era… ¿Cómo podría Regulus saber que Harry iba tras los Horcruxes de Voldemort? De alguna forma lo sabía, y Harry esperaba ansioso el día que podría reunirse con él para hablar de los Horcruxes…
Como todos estaban en el Gran Comedor, nadie lo vio así que sin ponerse la capa, salió por los jardines de Hogwarts, y antes de llegar a las verjas del colegio, le pareció ver a Crookshanks, pero no estaba muy seguro de eso.
Entró en Las tres escobas, y Harry lo notó muy vacío saludó a Rosmerta, la tabernera, y en una mesa alejada vio a sus amigos Ron, Hermione y Ginny.
Los tres exclamaron y sonrieron al verle, y todos le dieron un abrazo, notó primero el abrazo de su amigo, después el cálido abrazo de Hermione (a este se le erizaron los pelos de la nuca) y por último recibió un beso y abrazo de Ginny (Hermione disimulaba distraídamente hacia un lado cuando esto ocurrió al igual que Ron).
Se sentaron y Harry rompió el silencio:
-¿Qué
ha pasado? ¿Cómo ha estado el mundo mágico este
último mes? ¿Qué habéis estado haciendo
vosotros? – esto cogió un poco de improvisto a los
muchachos, ya que no se esperaban esa ráfaga de preguntas.
-Bueno,
pasar lo que se dice pasar… poco. El mundo mágico ha seguido
estando muy en peligro. Siguió habiendo muertes de grandes
magos, como dice el señor Weasley, pero nosotros no conocemos
ninguno. Y nosotros no hemos hecho nada, pues no tenemos la luz que
nos guíe hacia el futuro – dijo Hermione divertida
guiñándole un ojo a Harry.
-Y…
¿Sobre R.A.B., o posibles Horcruxes? – preguntó
Harry, esperanzado, y contento, pues iba a darles una gran noticia a
sus amigos, ya que ahora sabía que R.A.B. era Regulus, el
hermano de Sirius.
-No
– contestó tajantemente Ginny – y estoy harta, nunca
sabremos quien es… ¡Nunca!
-Pues
estás de suerte, ya que yo acabo de averiguar quien es –
dijo Harry esbozando una sonrisa bien formada, de oreja a oreja,
mientras sus amigos lo miraban sorprendidos y con los ojos bien
abiertos y la boca bien abierta.
-¿Y
quién diablos es, Harry? – dijo Ron, también
sonriente.
-No
os lo puedo decir ahora y aquí, es muy peligroso – dijo
Harry viendo como Narcissa Malfoy, y Pansy Parkison, entraban ahora
en ese instante en el local – mirad quien acaba de entrar…
Los tres amigos giraron bruscamente la cabeza y vieron como las dos mujeres se sentaban en la mesa del lado, estas estaban en un estado deprimido, Pansy tenía la túnica desgarrada, el ojo amoratado, la señora Malfoy estaba sangrando en el labio, parecía que acababan de venir de una pelea, o algo por el estilo. La señora Malfoy cogió la varita y se curó con rapidez la sangre del labio, y miró a Harry, y, cosa que sorprendió a Harry, parecía contento porque luego se dirigió a Pansy sonriendo.
El resto de la noche fue muy agradable para los chicos, pues estaban riendo alegremente y bebiendo cerveza de mantequilla.
-Harry
¿Qué llevas ahí? – preguntó Hermione
clavando sus ojos en la pequeña maleta.
-Recordad,
en la base del ED os lo enseño todo – al oír ese
nombre del ED, Pansy lo miró rápidamente, y mantuvo un
pequeño contacto visual con Harry, este lo rompió
mirando para otro lado.
Los muchachos se disponeros a marcharse y se disponían a salir.
-Luego
os alcanzo – dijo Harry con la maleta en la mano que se disponía
a pagar, los tres muchachos salieron y desaparecieron, Harry supuso
que ya estarían en Grimmauld Place.
-Harry
Potter… - alguien había pronunciado su nombre, Harry se giró
y vio a Narcissa Malfoy y a Pnsy Parkison, plantadas delante de él.
-¿Qué
queréis vosotras? – dijo Harry, de forma maleducada.
-Ayuda
a Draco… el no es así… - dijo la señora Malfoy, y
desapareció con Pansy a su lado.
Harry se preguntó porque su madre le había dicho eso, pero sin hacer caso apareció de repente en Grimmauld Place.
-Venid chicos – dijo Harry, los chicos lo siguieron.
Harry dejó su maleta en su habitación, ya que pasaron por allí, y se disponía al tapiz de "la noble y ancestral casa de los Black". Harry señaló una escritura que ponía "Walburga Black" (madre de Sirius) y "Orion Black" (padre de Sirius). Luego miró las ramas que descendían de estos dos, había una quemadura, pero justo al lado había un nombre, un nombre al que Harry señaló y todos vieron, boquiabiertos, en ese nombre ponía "Regulus Arcturus Black" y había una pequeña nota debajo de este, en la cual ponía "R.A.B., por un mundo mortal…"
Harry esa noche durmió muy bien, pensando en que ya había descubierto el misterio de R.A.B., y esperó al 9 de octubre.
El 9 de octubre llegó, y Harry ya estaba dispuesto a irse, porque ya era de noche, y había quedado con Aberforth Dumbledore, y el retrato de Dumbledore, para hablar con calma de Voldemort.
Antes de irse vio a Hermione y Ginny en la cocina, y se acordó de algo:
-Hermione
¿Qué hacía Crookshanks en Hogwarts? – Dijo
Harry – lo vi en los jardines…
-¡Pero
si lo estamos buscando como locos! – Dijo Hermione emocionada, pues
Harry había encontrado a su querido gato – creíamos
que lo habíamos perdido.
-Pues
ya sabes que está en Hogwarts merodeando, bueno chicas me voy
– Y el muchacho de diecisiete años desapareció de un
golpe.
Se apareció delante de Las tres escobas. No le había contado nada de lo que la madre de Draco Malfoy le había dicho, por no asustarlos, o mejor dicho, por no sorprenderlos.
Pasó por una calle que se bifurcaba en otras dos, y tomó la bifurcación de la derecha (Harry se sabía el camino a cabeza puerco de memoria). Luego accedió a la calle principal y se fue a la otra punta del pueblo, donde había una taberna despegada y sola, en pocas personas dentro. Esta era cabeza puerco.
Harry entró, y vio que se había confundido, no había pocas personas, sino ninguna. Pero el tabernero al cual identificó como Aberforth Dumbledore, lo miró y se acercó a Harry.
-¿Harry
Potter? – preguntó el hombre deslizando sus ojos hacia la
cicatriz de la frente. Harry asintió con la cabeza – ven,
pasa por aquí, mi hermano me ha hablado muy bien de ti… te
pareces a tu padre excepto en… - dijo entrando en lo que parecía
su despacho, Harry lo cortó.
-Los
ojos, que son de mi madre, si, lo he oído – dijo Harry
cansado de oírlo.
Pero le esperó una desagradable sorpresa en el despacho de Aberforth, allí estaba el mismísimo Severus Snape. Harry sacó la varita.
-¡TU!
¡Esto es una trampa, no sabes jugar limpio! – lo último
se lo dijo a Aberforth.
-No,
Harry, Severus es inocente – dijo Aberforth, nervioso.
-¿Cómo
puedes hablarle? ¡Mató a tu hermano! – dijo Harry,
apuntando al corazón a Snape.
-No
Potter, el profesor Dumbledore está vivo – dijo Snape, sin
quitar los ojos de la varita de Harry.
-¡Imposible!
¡Tú lo mataste! – dijo Harry, esto debía de ser
una broma, sin duda…
-No
Harry, créelo, no es una broma – dijo una conocida y
familiar voz…
Un final sorprendente… pero si no lo lee nadie… no creo que suba el próximo capítulo…
Salu2
Dark Dumbledore X
