¡Hola! Me habéis alegrado mucho el día, y por eso, os regalo los dos capítulos que TANTO me han costado escribir
Gracias, pottermaníaca14 y gracias también a mightymouse, estoy muy feliz de que os guste la historia y manden reviews.
Regalito 1
Capítulo 8: Nuevo director de la Orden del Fénix
Harry se giró y se desmayó, lo último que vio fue a Albus Dumbledore, sentado en una silla roja de terciopelo…
Harry se despertó, y vio a un hombre con un gran parecido a Albus Dumbledore, pero estaba claro que no era él, porque Snape mató. Ahora recordaba lo que había pasado, había ido a la reunión con Aberforth, y se había dormido, pero Harry había tenido un sueño, había soñado que Snape era inocente y Dumbledore esta vivo…
-Ah!
Aberforth, estas aquí, verás he tenido un sueño
ridículo, había soñado que tu hermano…
-No
Harry – dijo el hombre. Ahora que Harry lo examinaba bien, era
idéntico a Albus, los rasgos de Aberforth habían
desaparecido totalmente – soy Albus, y créeme, esto no es un
sueño…
Harry también se había fijado en que estaba solo con ese hombre, no había nadie más allí, en el despacho, y como Harry pudo observar, tampoco había ningún cuadro, el retrato de Albus del despacho de la profesora McGonagall le había mentido, porque le había dicho que había un cuadro en el despacho de cabeza puerco de su propio hermano.
En cuanto a lo que ese hombre le decía… Harry no podía creerlo. ¿Podría tener al gran Albus Dumbledore delante sentado en una silla? Era imposible… el lo vio, vio como Snape le lanzaba la maldición asesina y como Dumbledore caía por la torre de astronomía. No podía ser, y Harry se negó a creerlo, una vez más.
-¡No!
– Dijo Harry, comenzando a enfadarse - ¡Se que eres el
hermano de Albus Dumbledore! ¡Por favor! No juegues conmigo…
- aunque a Harry le estaba haciendo dudar, porque Harry conocía
demasiado bien a Albus, y había visto de cerca de Aberforth, y
eran diferentes, aunque se parecían mucho.
-¡Harry,
por favor! ¡Es importante que lo entiendas! – dijo el
misterioso hombre.
-¡Pues
demuéstremelo que en verdad es Albus Dumbledore! – Dijo
Harry, inseguro - ¿Qué pasó en la noche que
murió?
El anciano suspiró e invitó a Harry a sentarse, este lo hizo y escuchó el relato que aquel hombre tenía que decirle:
-Todo
empezó, cuando volviste en tu quinto curso del Ministerio, en
ese momento supe que Draco Malfoy estaba acabado.
-¿Draco?
Pero si el no… - pero el hombre levantó un dedo y Harry
siguió escuchándole, parecía real… ¡podría
ser que Dumbledore estuviera vivo!
-Lo
supe Harry, porque sabía que Voldemort no perdona fácilmente.
Sabía que ya estaba enfadado con Lucius, por creerlo acabado,
pero después del fracaso que obtuvieron el y algunos
mortígrafos más, lo supe de verdad. Supe en ese momento
que Voldemort utilizaría a Draco, no solo para hacer el
trabajo que el nunca ha hecho y siempre temió, sino para ver
acabado a Draco Malfoy. Pero Voldemort en el fondo pensaba que, si
Draco se atreviera a hacerlo, además de quitarse un obstáculo
de en medio, podría rescatar a su padre de Azkaban. Pero
luego, Severus Snape, por órdenes mías, hizo una
promesa inquebrantable con Narcissa Malfoy, jurando ante un testigo,
Bellatrix Lestrange, que ayudaría a su hijo Draco a hacer la
misión que Voldemort le había mandado, matarme.
El anciano se levantó, a Harry le recordaba esa reunión a las anteriores que había tenido con el profesor Dumbledore en su despacho cuando era director. Aunque Harry todavía estaba inseguro de creer que era Dumbledore, lo escuchaba atentamente, pero tenía la mano en el bolsillo, sujetando su varita fuertemente por si alguna cosa iría mal luego…
-Después de eso, supe que el joven Draco intentaría salvar a su familia, pues Voldemort también lo había amenazado diciéndole que torturaría a su madre, y le encargué una vez más a Severus la tarea de cuidarlo y vigilarlo, ahora no lo decía yo, tenía que hacerlo, porque si rompes un juramento inquebrantable mueres al instante, y Severus aceptó.
Hizo otra pausa, y Harry estaba empezando a confiar en ese hombre, porque este lo miró y Harry, al ver esos ojos azules escondidos tras unas gafas de media luna, comprendió que esos ojos no podían mentir, ni causar mal.
-Continua,
por favor – dijo Harry, sabía que si ese era Albus
Dumbledore ahora estaría leyéndole la mente.
-Bueno,
pues así llegamos a una de nuestras reuniones en Hogwarts, y
pasa lo que había temido que pasara, tu habías
descubierto que Draco se traía algo entre manos, y no era
precisamente lo que yo quería, también oíste una
conversación entre Snape y Draco en navidad, y decidí
decirte que eso era muy improbable, para que dejaras de espiarlo.
Pero eso no es todo, por culpa de esa obsesión con saber lo
que hacía Draco, tropezaste con Sybill Trelawney, y
descubriste el gran error de Severus Snape, el que sin duda le había
hecho cambiar de bando, y yo, lo recibí en los brazos
abiertos. Como veras, Harry, esto que hicimos yo y Severus, jugar a
fingir la propia muerte de alguien, es muy peligroso. Con lo que
hemos hecho ha sido salvarle la vida a Draco y su familia, pero el
verdadero motivo no es ese.
-¿A
no? – Dijo Harry sonando un poco maleducado, aunque no le importó,
todavía no creía al hombre que decía ser Albus
Dumbledore - ¿Y entonces…?
-El
motivo principal de fingir mi muerte – lo interrumpió el
hombre – era hacer que Voldemort confiara en Severus, y que este
tuviera un lugar privilegiado al lado de Voldemort, para así
hacer de espía.
Y Harry lo creyó. Sin duda, ese era Albus Dumbledore, y nadie podría remplazarlo ni imitarlo. El anciano se levantó, como si leyera los pensamientos del muchacho, y este, sin saber muy bien lo que hacía, lo abrazó, lo abrazó fuertemente, y el anciano le correspondió. Pasaron un incómodo silencio, Dumbledore se sentó en el otro lado de la mesa, y contempló al muchacho. Y pasó algo que sorprendió muchísimo a Harry, a Dumbledore le salió una lágrima de los ojos, que se secó rápidamente.
-De veras, Harry, esto me ha llegado al corazón – dijo Dumbledore, muy emocionado – jamás me habían tratado así Harry, nadie me ha tratado sinceramente como tú. Te estimo mucho, de veras, y no permitiré, jamás, que nadie te haga daño, puedes contar conmigo, si hay algo de lo que quieres hablarme – dijo Dumbledore, como si sabía que tenía dudas en su cabeza – puedes contármelo…
Harry pensó, estaba lo de R.A.B., que Regulus se había hecho con el Horcrux, lo de que Harry fuera el último heredero de la magia blanca, o algo así…
-Señor,
cuando fuimos a por el Horcrux de la cueva, cuando lo cogió
¿Se fijó en…? – dijo Harry, pero Dumbledore, lo
adelantó rápidamente.
-¿Te
refieres a lo de R.A.B.? – dijo Dumbledore, haciendo una pausa.
Harry asintió – pues otra vez, Harry, solo se me ocurren
teorías, nada más…
-¡Es
Regulus Arcturus Black! – dijo Harry, contento. Esto sorprendió
mucho a Dumbledore – me llevo todo el verano averiguarlo, pero al
fin lo hice. Es el hermano de Sirius. – añadió al ver
que no reaccionaba.
-Harry,
tengo entendido que te deshiciste de Kreacher ¿No? – Harry,
sorprendido, asintió – no me mires así, me lo dijo el
director de la Orden del Fénix…
-¿Qué?
¿Quién es el nuevo director? – preguntó Harry
con interés renovado.
-Yo
soy el nuevo director de la Orden – dijo Aberforth Dumbledore
entrando en el despacho, con unos papeles – claro, que no sería
nadie sin la ayuda de mi queridísimo hermano – añadió
Aberforth sonriendo, se parecían mucho, ahora que Harry tenía
a los hermanos Dumbledore delante para compararlos el uno con el
otro. Harry se alegró de que fuera Aberforth, pues así
Albus le podría dar órdenes.
-Bueno
Harry, dile a Kreacher que venga, ahora que trabaja en la Madriguera
– dijo Dumbledore, Harry lo volvió a mirar – deberías
practicar más la Oclumancia Harry, tienes una mente débil,
siento decírtelo así.
-¡Kreacher!
– gritó Harry, sin hacer mucho caso a los comentarios de
Albus, pues no le gustaba que le criticasen por hacer mal la
Oclumancia, puesto que el opinaba que Snape se la enseñó
muy mal.
Un elfo doméstico, medio sucio, apareció allí, de muy mal humor, todo se tenía que decir.
-¿El
amo buscaba a Kreacher? – preguntó este de mala gana.
-Kreacher,
por favor, ve a limpiar los cubiertos de la taberna – dijo Albus, a
Harry le sorprendió un poco, y a Aberforth también, por
lo que Harry pudo vislumbrar. El elfo doméstico obedeció
y se marchó – Harry, necesito quedarme con él un
tiempo, quiero averiguar como pudo Regulus coger el Horcrux.
-Kreacher,
por favor, ve a limpiar los cubiertos de la taberna – dijo Albus, a
Harry le sorprendió un poco, y a Aberforth también, por
lo que Harry pudo vislumbrar. El elfo doméstico obedeció
y se marchó – Harry, necesito quedarme con él un
tiempo, quiero averiguar como pudo Regulus coger el Horcrux.
-¿Cómo
cree que lo hizo señor? – dijo Harry, con gran respeto a
Dumbledore.
-Una
vez más… solo puedo mostrarte mi teoría, Harry,
aunque me gustaría seguir respondiendo tus dudas – dijo el
anciano sonriendo.
-Bueno…
a ver… si usted está vivo… ¿Cómo es que ha
aparecido su retrato en el despacho de Minerva McGonagall? –
preguntó Harry, Dumbledore parecía esperar la
respuesta.
El anciano se paseó por el despacho, mientras Harry y Aberforth seguían mirando a Albus. Este se percató de esto y habló:
-Ese es un pequeño encantamiento que inventó el profesor Snape, aunque era inútil, yo supe que podría servirme de mucho cuando yo estuviera preparado para fingir mi propia muerte. Consiste en hacer o fabricar un objeto con la utilidad de un recuerdo, es como se crean los retratos, pero en este bastaba con hacer un retrato en una persona que aun esta viva, y así, lo hicimos, el retrato ya estaba hecho el empezar Hogwarts, estaba guardado en el despacho del profesor Snape, y cuando nosotros salimos del despacho esa noche, el profesor Snape lo puso, así que desde que nos fuimos a la cueva el retrato ya estaba allí. Por eso siempre dormía en el retrato, porque para poder hablar por él, tenía que concentrarme en el retrato y dejar lo que estaba haciendo, siempre oía la voz de la profesora McGonagall para que despertara, la oía en mi mente.
El anciano volvió a suspirar y añadió:
-¿Algo
más, Harry?
-Si…
eh… ¿La profesora McGonagall sabe que esta usted vivo? –
preguntó Harry, pues recordó la conversación que
tuvo con ella, ya que esta quería acabar con Snape.
-Oh!
Por supuesto ella siempre había formado parte del plan…
-¿Qué?
– cortó Harry a Dumbledore, muy sorprendido.
El antiguo director de Hogwarts lo miró con asentimiento, queriendo decir que lo creyera, que McGonagall había formado parte del plan siempre, sin decir nada el pobre Harry…
-Pues
ella estaba muy enfadada con Snape, incluso quería matarlo…
-Estoy
seguro – dijo el anciano sonriendo – de que Minerva se veía
divertida y todo lo hizo por hacerlo más creíble, sin
duda – añadió Dumbledore.
-Bueno…
y una última pregunta, ¿Por qué dice en una de
sus cartas que soy el último heredero blanco? – dijo Harry,
y puso un poco nervioso a Dumbledore, cosa que le pareció
extraña.
Albus se sentó en la silla de terciopelo rojo y miró fijamente a Harry, posando los codos en la mesa.
-Todo a su tiempo, por favor Harry, si quieres que te diga la verdad – dijo Albus mirándolo fijamente a los ojos – estaba preguntándome si hacía lo correcto al escribir eso en esa carta, pero lo hice, y espero que en cada reunión en la que nos reunamos, puesto que eres líder de una entidad a mi nombre. Pero Harry, en esta solo te podré contar que es un secreto muy importante y una revelación potente sobre la figura, más emblemática, terrorífica, inquietante e inteligente que los magos hemos tenido jamás – a Harry enseguida se le ocurrió alguien con la descripción que Dumbledore le acababa de dar, y pensó repentinamente en Voldemort – y no es Voldemort…
Harry sabía que Albus Dumbledore le acababa de leer la mente, sin embargo, el muchacho de diecisiete años actuó con indiferencia.
-Bueno Harry, creo que deberías de irte, ya que es muy tarde – dijo Dumbledore al fin, levantándose – por favor, solo cuatro personas conocemos este pequeño secreto. Son la profesora McGonagall, Severus, tu, y mi hermano, así que si quieres, se lo puedes contar a Ron y Hermione, pero a nadie más, ¿Entendido Harry?
El muchacho asintió, y Albus le puso una mano con cariño, rodeándolo por el hombro y haciéndole salir de la habitación, se paró delante de él, y le dijo:
-El 28 de octubre, será nuestra próxima reunión, Harry, y quiero que la hagamos en el despacho de la profesora McGonagall, en Hogwarts, ¿Te parece bien? – Harry asintió y Dumbledore dio la reunión por finalizada – bueno nos vemos, cuídate, mi hermano te llevara a la salida, yo me voy a dormir.
Aberforth tomó el relevo de Albus, y dirigió a Harry a la salida.
-Nos vemos Harry, en la próxima reunión con la Orden, el 27 de octubre ¿vale? Venga, adiós – y dicho esto se adentró en su taberna.
Harry se concentró en Grimmauld Place, y sin hacer el menor ruido, se dirigió a dormir. Se sentía el hombre más feliz del mundo. Dumbledore, ¡vivo! Harry lo sabía, sabía que este no lo hubiera dejado solo ante el peligro de los Horcrux, y así lo hizo, porque en realidad había fingido su muerte. Se adurmió siendo la persona más feliz del mundo, y cuando lo pensó, se sintió mucho más feliz al poder contagiar su buen humor a Ron y Hermione… y a Ginny, claro.
La mañana amaneció muy bonita, aunque más bonita era la cara de Harry al levantarse. Ron, cuando lo vio en la cocina con una sonrisa, dijo:
-¡Que
bien le ha sentado al señorcito la reunión con
Aberforth Dumbledore, eh! – dijo Ron, sirviéndose unas
tostadas.
-Si,
porque Albus Dumbledore está vivo – dijo Harry rápidamente,
sin andarse con rodeos.
¡PLAM!
Harry asustado giró su cara, y vio a Ron con la boca muy abierta, y la tostada en la mano, le había caído la taza de té, la cual se había derramado por toda la cocina, pero como si temiese de algo, salió de la cocina, corriendo, y en dos minutos entraron Ginny, Ron, y Hermione con una gran sonrisa en los labios, de oreja a oreja.
-¿Es
verdad lo que…? – pero no necesito seguir, ya que Ginny cuando
preguntó eso vio a Harry asintiendo con la cabeza, y esta se
había abrazado a Hermione dando saltos y muy contenta, lo
mismo hacían los otros dos amigos.
-¡Ahora
comprendo porque Dumbledore dijo eso de "Nunca abandonaré
Hogwarts, siempre que me quede alguien fiel"! – dijo Hermione muy
contenta.
-Si
pero escuchadme chicos – dijo Harry, mientras todos, quietos, le
prestaban atención – no se lo digáis a nadie ¿Vale?
Los tres muchachos asintieron con la cabeza y siguieron celebrando…
Esa tarde llegó una lechuza a Harry, era del hermano de Dumbledore, Aberforth, que le indicaba la dirección de la casa para que pudiera ir a la reunión:
Querido Harry:
La reunión de la Orden del Fénix va a tener lugar en Lofitraw Binner, una pequeña aldea que se sitúa cerca de Godric's Hollow, ya sabes, cerca del pueblo de tus padres. Bueno, como debes suponer, la casa está protegida con el encantamiento "Fidelio" y yo soy el guardián secreto, así que el 27 de octubre (por si lo has olvidado fecha de la reunión) a las seis de la tarde aparécete en la taberna, ya sabes, cabeza puerco, y allí, tendremos unas palabras antes de irnos.
Recibe un abrazo,
Aberforth Dumbledore
Harry releyó la carta, y se la guardó en el bolsillo, pero de pronto la letra le pareció la letra de Albus, pues ahora que lo recordaba, Aberforth no sabía leer.
Los días pasaron muy divertidos, Harry había estado hablando con los restantes miembros del ED con insistencia, Neville y Luna se habían alegrado mucho de verlo, y habían hablado también de "El Profeta". Harry se había leído el periódico de un día después de que Voldemort apareciese allí, al parecer, el periódico lo daba por muerto, y culpaba a Rufus Scrimgeour, el ministro de magia, por esto. También decía que Voldemort y sus mortígrafos habían desaparecido instantes después de que Voldemort "matara" a Harry. Pero luego, en los periódicos de los días venideros, a pesar de que se alegraban de que Harry no estuviera muerto (algunos decían que era simplemente inmortal), el Profeta se disculpaba públicamente ante el ministro de magia, Rufus Scrimgeour.
Esos días eran muy oscuros, Voldemort había seguido matando gente. Había muerto la familia Rorsienders (a los que Harry no conocía), una de las más prestigiosas familias, que como decía Hermione, se había quedado sin descendentes.
Por fin llegó el esperado 27 de octubre, Harry ya se había aparecido en Hogsmeade, aunque no lo había hecho delante de la taberna cabeza puerco, sino que delante de Las tres escobas, y comprendió que fue un total error, pues había coincidido con los alumnos de Hogwarts que habían ido a Hogsmeade.
Harry se puso la capa invisible, y lo había hecho delante de unas Slytherins, que se habían quedado mirando a Harry sorprendidas. Recorrió el camino que ya había hecho hacía unos días para llegar a cabeza puerco, y entonces se dio cuenta de que en verdad estaba cerrada, porque no había nadie dentro y estaban las puertas cerradas, y era una hora comerciante, donde los clientes abundaban.
Harry entró ya en cabeza puerco, donde Aberforth ya lo esperaba.
-¡Harry! – dijo este – venga vamos, memoriza esto – y le dio un arrugado y pequeño trozo de pergamino.
Harry lo leyó y ponía:
"Numero siete de Lofitraw Place"
Harry lo recordó y lo memorizó en su mente.
Sin ver ni siquiera a Albus (Aberforth dijo que se había ido en buscas de nuevas pistas sobre Horcrux, ya que Kreacher, el elfo doméstico, le había hecho sospechar, después de que le contara lo de Regulus) salieron fuera del local, y ante miradas de asombre, hicieron la desaparición conjunta, porque Harry no tenía ninguna imagen del sitio a donde iban.
Aparecieron en una plaza con muchos números de casa, estaba el cinco el seis… el ocho. El siete Harry no lo pudo ver, aunque cuando recordó lo que había escrito en el pergamino que Aberforth le había dado, había aparecido una gran mansión, al lado del número seis y ocho, de color blanco, excepto las ventanas y las puertas, de un gris mezclado con negro. Era una casa muy bonita.
-¿De
quien es esta casa? – Dijo Harry - ¿Está bien
protegida?
-Si.
Por supuesto que está bien protegida, Percival Dumbledore –
vio que Harry lo miraba sorprendido – mi padre y el de Albus, puso
unos poderosos encantamientos defensivos, y Albus puso sus defensas
también – al ver que Harry no reaccionaba dijo – porque
esta es "la antigua y liberal, mansión de los Dumbledore"
Que intrigante, la casa de los Dumbledore.
Dark Dumbledore X
