Capítulo 16

Los tres saltaban de techo en techo, acercándose a él rio Sena. Mientras llegaban al departamento del maestro, Chat Noir miraba preocupado a Ladybug.

Bajaron en un callejón que ella conocía bien.

—Esperen aquí.

Ladybug fue corriendo hasta que entro a un edificio.

Ambos hombres decidieron deshacer su transformación para esperar a que Ladybug regresara.

Adrien ya no estaba prestando atención a nada. Solo tuvo contacto visual con Gabriel una vez, pero eso fue lo suficiente como para que evadiera cualquier intento de que él le hablara. Era un silencio muy incómodo.

Escucharon pasos acercándose. En vez de Ladybug, la que volvía era Marinette Dupain-Cheng. Gabriel se dio cuenta de que las sospechas que tuvo hace mucho tiempo eran verdaderas.

—El maestro Fu nos está esperando adentro. Pero debo advertirle, señor Agreste, que él no está para nada feliz de verlo — dijo Marinette con cautela.

Gabriel asintió.

—Lo entiendo.

Adrien y Gabriel la siguieron hasta el piso en el que el maestro vivía. Marinette abrió la puerta y los dejo pasar. El maestro estaba en medio de la habitación, tomando el té.

—Así que este es Hawkmoth. Alguna vez lo sospeche, pero no tenía pruebas suficientes como para comprobarlo. Y supongo que a la que usted carga es Mayura.

Gabriel reconoció a aquel anciano después de ver su rostro. Era el maestro de chino de reemplazo de su hijo. Siempre estuvo bajo sus narices.

—Y usted el guardián de los Miraculous.

Ambos se miraban fijamente. Se podía sentir la tensión en el ambiente.

Adrien decidió intervenir.

—Maestro, es Nathalie, ella uso un Miraculous dañado y termino así. ¿Puede ayudarla?

El asintió. El maestro Fu no era tan cruel como para dejar a Nathalie sin atención.

Gabriel la acostó en el suelo con suavidad donde le indicó Fu.

—Primero requiero que me entregue los dos Miraculous.

Gabriel le entrego primero el Miraculous del pavo real y sin chistar, se quitó el Miraculous de la mariposa.

El Nooro bajo hasta las manos de su amo. Él lo sostuvo en sus manos

—Nooroo, voy a entregarte al guardián de los Miraculous. No me volverás a ver. Pero antes de hacerlo, quisiera disculparme contigo.

El pequeño ser solo lo escuchaba.

—Te hice mucho daño, no solo te traté mal, te mantuve cautivo y sin la libertad que siempre tuviste. Y por lo que reste de mi vida, lo lamentare profundamente.

—Acepto sus disculpas maestro, solo espero que pueda encontrar el alivio que usted necesita — Nooroo floto de su mano y fuera de su alcance.

—Adiós Nooroo.

Gabriel miro el Miraculous de la mariposa entre sus manos una vez más.

—Renuncio a ti Nooroo.

El kwami de la transmisión fue absorbido por el Miraculous, que volvió a su estado natural. El maestro devolvió el Miraculous de la mariposa a la caja.

—Marinette, ¿Puedes buscarme el frasco verde de la parte de arriba del primer estante? — le pidió el maestro desde donde estaba.

—Claro, Maestro.

Luego procedió a tomar el Miraculous del pavo real.

—Este Miraculous tardare un poco en arreglarlo. No es imposible, pero quiero que el vínculo que tiene Duusu con esta pieza no se vaya a romper por completo. Por el momento mi prioridad es la señorita Sancoeur— El maestro dejo el Miraculous en su respectivo espacio y guardo la caja—Marinette, ¿Estas listas con lo que te pedí?

—Si maestro, —le trajo un frasco con algo desconocido dentro —Pero puedo preguntar ¿Para qué es?

—Esto es una poción curativa. Esto le dará tiempo a ella para recuperarse internamente.

El maestro puso sus manos sobre Nathalie, murmurando algunos hechizos. Luego le dio unas gotas de aquella poción por vía oral. Al terminar, se dirigió a Gabriel.

—No puedo hacer más por ella. Aunque podrá recuperarse más fácilmente, hay heridas físicas que no me es posible curar. Hay que llevarla al hospital. Yo los alcanzare ahí en cuanto pueda. Pero no les aseguro que Nathalie vaya a salir bien de esta.

—Muchas gracias, maestro.

Gabriel tomo en brazos a la mujer.

—Maestro, ¿Cree que esto es una buena idea? —Wayzz mirando como se iban.

—El señor Agreste aún tiene muchas cosas que entender —el maestro se levantó de su asiento con las manos en su espalda —Y es nuestro deber explicárselo.

Gabriel corrió hasta el hospital más cercano. Cuando entro los enfermeros lo atendieron y trajeron la camilla. El la dejo en la camilla que trajeron para atenderla. Antes de que pudiera ir detrás de la camilla, el doctor de cabecera lo detuvo.

—No, debo entrar con ella. —Gabriel estaba desesperado.

—Señor Agreste ella necesita que nos deje atenderla, por favor. Le daremos noticias tan pronto como podamos, ahora ¿Podría decirme todo lo que sabe acerca de lo que le sucedió?

Gabriel le conto todo, solo omitiendo algunos detalles.

—De acuerdo señor Agreste, haremos lo posible para cuidarla, pero le sugiero que se vaya preparando porque no sabemos si la señorita Sancoeur podrá sobrevivir a cualquier procedimiento que se le deba a hacer. ¿Tiene a algún familiar para que podamos contactar con ellos?

—Ella no tiene a nadie más, yo soy su empleador. Su familia la abandonó hace años.

El doctor se agarró la barbilla, pensando. Vio el desespero reflejado en el rostro de Gabriel.

—Entiendo, si bien no puedo hacer que alguien que no sea un familiar este a su cuidado, esta vez creo que tendré que hacer una excepción.

Con eso, el doctor se retiró. Pasaron un par de horas después de que internaron a Nathalie de emergencia. Marinette y Adrien decidieron quedarse para esperar al maestro y saber del estado de Nathalie.

El doctor llego a la sala de espera buscar a Gabriel.

—Ya pueden ingresar a verla. La tuvimos que sedar.

El doctor los llevo hasta la habitación en donde se encontraba hospitalizada Nathalie.

Gabriel no estaba preparado para lo que vería. Ahí vio a Nathalie, acostada en aquella cama de hospital. Sus ojos estaban hundidos y con ojeras, con su piel más pálida de lo normal. Un respirador la apoyaba. Su pecho subía y bajaba débilmente.

—La mantendremos bajo observación. Sus pulmones estaban bastante dañados, tuvimos que intubarla para que respire bien. Por el momento su pronóstico es reservado.

En esos momentos Gabriel había dejado de escuchar lo que decía el doctor. Su mente había quedado en blanco. Adrien se había puesto muy pálido ante las palabras del doctor.

Después de que el doctor los dejara, alguien entro en la habitación. Era el maestro Fu.

—Vine a ver cómo iban las cosas. Y a hablar con usted señor Agreste.

Gabriel salió del estado del que se encontraba al escuchar las palabras de Fu.

—Marinette, ¿Puedes escoltar a Adrien? Esto es entre el señor Agreste y yo.

—Si maestro —Marinette tomo la mano de Adrien para que ambos se fueran a la sala de espera —Vamos Adrien.

Después de que ambos chicos se retiraron, el maestro de dirigió a Gabriel.

—¿Qué quería hablar conmigo? — Gabriel estaba confundido.

—Quería hablarle de los efectos del deseo con los Miraculous. Ya que parece que usted no tiene idea con lo que estuvo jugando. Pero primero quisiera preguntar, ¿Para qué quería los Miraculous? — El maestro se apoyó en su bastón apoyando ambas manos sobre este.

Gabriel miro a donde se encontraba Nathalie, antes de responder.

—Yo solo quería traer a mi esposa de vuelta. Se encuentra en un coma mágico en estos momentos.

El maestro se tomó la barbilla ante esta revelación.

—Entonces ese deseo probablemente hubiera causado que la señorita Sancoeur o incluso Adrien hubieran tomado su lugar.

Gabriel apenas empezaba a procesar esa información.

—Yo no lo sabía… no pensé que el deseo tuviera ese tipo de precio— Gabriel estaba bastante afligido, entendiendo que habría pasado si su deseo se hubiera cumplido.

—El universo tiene que mantenerse en equilibrio. Si tú esposa despertara de su letargo, alguien más tomaría su lugar, alguien a quien ames igual que a ella.

—Un intercambio equivalente —respondió Gabriel, empezando a asimilar la idea de lo horrible que era aquello.

Fu asintió.

—No… no…

Gabriel cayo de rodillas agarrándose la cabeza. Miro al suelo, incapaz de verlo. Sus ojos empezaban a arder.

—La señorita Sancoeur se recuperará Gabriel. Pero si usted le transmite esa energía negativa no la ayudará en lo absoluto.

Gabriel continúo mirando al suelo.

—Agradezco esto señor Chang. Yo no sé qué hubiera hecho si usted no hubiera intervenido.

—No tiene por qué agradecérmelo. Pero lamentarse no cambiará nada — El maestro procedió a irse a la salida —Espero que encuentre un mejor camino. Y que nunca vuelva a recaer.

Ese anciano lo podía considerar por hecho. Nunca más quería volver a poseer un Miraculous. Solo le trajo dolor a él y a su familia.

—Además, es usted quien le debe una explicación a su hijo.

Era verdad, ahora el primer paso era tener una seria charla con su hijo.


Gabriel y Adrien volvieron a la mansión.

—Adrien, antes de que te retires necesito hablar contigo. Es importante.

—Está bien padre. Espero que lo sea.

Gabriel y Adrien se sentaron en el comedor.

—Solo quisiera decirte la verdad, sobre todo. Sobre los Miraculous, sobre Hawkmoth… Todo.

Adrien solo se preparó para escuchar lo que tenía que decirle.

—¿Por qué te volviste Hawkmoth, padre? —El chico le pregunto.

—Yo quería salvar a tu madre, Adrien… Ella estaba muy enferma, al igual que Nathalie.

Adrien se levantó bruscamente de su asiento. Y empezó a retroceder poco a poco.

—¿Dónde está mi madre?

—Está aquí en la mansión, en una cámara criogénica. Aún está bajo un profundo sueño.

Adrien tenía los ojos desorbitados. Lo único que pudo hacer fue correr.

—¡Adrien espera!

Adrien se fue corriendo a su habitación, solo pidiéndole una cosa. El quería que lo dejaran solo. Gabriel le cumplió su deseo.

En unos días tendrían lista la habitación de Nathalie en el hospital para que pudiera quedarse. Gabriel pago la cuenta por adelantado de todo lo que necesitarían para tratar a Nathalie. Les dio toda su información personal, la que tenía como su empleador.

Primero paso por la habitación de Nathalie. El staff de limpieza de la mansión ya había limpiado esa habitación. Las sábanas estaban limpias y los cobertores habían sido cambiados. Se sentó por un momento, admirando todos y cada uno de los cuadros que Nathalie tenía en su mesita de noche.

Luego se fue a su oficina. Todavía no habían limpiado allí, por lo que aprovecharía para sacar y guardar algunas de las cosas de Nathalie. Sabía que su bufanda estaba ahí la última vez que reviso, por lo que no quería que le pasara nada.

Lo primero que encontró al abrir el cajón de arriba, fue un pequeño cuaderno, uno bastante nuevo y que nunca había visto antes. Lo abrió encontrándose con una hoja escrita con la caligrafía de su asistente. El empezó a leerla.


Escribo esto como prueba fehaciente de lo que está pasando en la mansión Agreste. Y de los errores que cometí en mi tiempo allí.

Desde hace años trabajo para Gabriel. Se de la historia de cómo surgió en un mundo tan competido como lo es la moda. El hecho de que su esposa siempre estuvo para él, incluso si los Graham de Vanilly dudaban de que beneficio les traería aliarse con un "don nadie" como lo llamaban ellos. Pero para la señora Agreste era toda su vida, según lo que me conto cuando empecé a trabajar para los Agreste.

Yo lo conocí cuando fue a buscar trabajo con la esperanza de poder mejorar mi vida. Y sucedió. Todos mis problemas habían sido solucionados por aquel hombre y su mujer.

Con el pasar de los días me di cuenta de lo buena que era esa familia conmigo. Me ofrecieron un nuevo departamento que entraba dentro de lo que me iban a pagar, para mi comodidad. Me cayó como anillo al dedo, porque realmente me quedaba dinero solo para algunos días más. Si no me hubieran contratado, ahora mismo estaría en la calle.

La señora Agreste era, bueno es una persona muy agradable. Me trato muy bien en todo lo que llevo trabajando para ellos. Ella era la única persona que todos los días me preguntaba si estaba bien. Aprecio mucho por eso. Pero ella enfermo, por un Miraculous que YO, Nathalie Sancoeur encontré después de muchas búsquedas por libros y mapas en mi adolescencia. Y por ello me siento muy culpable. Una familia que era feliz fue destruida. Quisiera nunca haberlos encontrado.

He visto a Adrien crecer frente a mis ojos. Siempre guardo todas las cosas que me regala. Lo considero como a un hijo, uno que nunca tuve. Es demasiado bueno para este mundo por lo que mi deber es protegerlo. El no merece el trato que Gabriel le da.

A pesar de eso, Gabriel se ha mostrado más atento a lo que me sucede últimamente. No es normal que un jefe actúe de esa manera. Supongo que es por he estado usando el Miraculous del pavo real, el Miraculous que está dañado. A hora se lo que sentía Emilie al utilizarlo. Es una sensación que de la única manera de describirlo que encuentro es que es horrible.

Siento que se me va el aire cuando abandono la transformación, además de perder mis fuerzas físicas. Pero todo es por él, por ellos. Se que no tengo posibilidades con Gabriel, el único hombre que he amado verdaderamente. Es inalcanzable para mí. El solo tiene ojos para su esposa en coma y no para una simple secretaria como yo. Una don nadie como yo.

Emilie es el sol y yo solo soy la sombra que acompaña a Gabriel.

Con el tiempo Gabriel y yo nos hemos vuelto más cercanos. Sé que lo que hacemos está mal, pero solo quiero verlo feliz de nuevo. Aunque hemos peleado, sé que no lo hizo intencionalmente. Gabriel se preocupa mucho por su hijo, Adrien. Pero desde hace tiempo he pensado que se ha estado consumiendo con su obsesión con Emilie, olvidando a quien tiene que cuidar.

Adrien ha estado… bastante triste. He tratado de hacer que su vida no sea tan miserable. Sé que tiene todo y más de lo que podría pedir físicamente. Pero veo que siempre necesita de su padre. Desde que Emilie se fue, Gabriel cambio mucho. Solo le importa su trabajo y no su hijo.

Eso me recuerda algo: Yo robe el regalo a Adrien de esa chica, la que gano el concurso de Gabriel con el bombín. No quería decepcionar a Gabriel, y tampoco quería ver a Adrien triste porque creyera que su padre se olvidó de su cumpleaños. Adrien me cuestiono acerca de esto. Me sentí muy culpable. Si le digo que era para complacer a Gabriel ya no confiaría en mí. Pero le dije que lo hice que era para hacerlo feliz, que en parte era verdad. Al final me disculpe y todo termino bien para todos.

Esa muchacha… es lo mejor que le pudio haber pasado a Adrien desde que su mamá "desapareció". Ha tratado de estar con el todo lo que puede. Incluso una vez lo ayudo a escaparse. Se que suena irresponsable, pero al menos me alegra que pudiera huir de la rutina por lo menos un día.

Después descubrí que Adrien es Chat Noir. Se que debí decirle a Gabriel. Pero viendo lo que hizo durante los últimos meses me hizo temer. No sé lo que sería capaz de hacer si lo llegara a saber. Aunque tuvo sus sospechas, estuvo a punto de herir a su hijo en contadas ocasiones. No puedo permitirlo.

Pensé en robarle el Miraculous a Adrien, pero no pude. No me sentía bien haciéndolo. Tal vez pueda hallar la forma de que me lo entregue, sin el uso de la fuerza. Le prometí a Emilie que velaría por su bienestar y aun lo estoy cumpliendo.

Hace unos días salve a Adrien. Sé que el Miraculous Ladybug lo arregla todo, pero todo fue muy instintivo. No me cabía en la cabeza verlo herido, sin ayuda. No fui capaz de dejar que ellos mismos arreglaran el problema con el Akuma.

Tengo un plan armado. Los atraeré y solo les explicare para que quiero los Miraculous. Me los darán y yo pediré el deseo. Todo estará bien. Si no vuelvo, fue que fracase y el Miraculous acabo por matarme.

Si algo me pasa quisiera dejar esto en claro:

Gabriel, te amo con todo mi corazón. Desde que vi lo preocupado que estabas por tu familia y por mí, me hiciste sentir cosas que nunca había sentido por alguien más. Nadie en mi vida se preocupaba tanto por mí.

Hoy confirmo la maldición de los Sancoeur. Nosotros podemos amar ni podremos ser amados. No tengo derecho a ser feliz y mucho menos amar a alguien como Gabriel. Eso solo me trae dolor y desdicha. En estos momentos es cuando desearía nunca haber conocido a la Familia Agreste.


Gabriel resistía las lágrimas, le escocían los ojos. Tomo aire temblorosamente y arrugo la carta en sus manos.

Ya no podía contener más su frustración.

Lo primero que toco el suelo fue el escritorio de Nathalie.

Luego le siguieron las plantas, sus maniquíes y todos los cuadros, incluyendo el de Emilie, dejando al descubierto la caja fuerte. Cuando tiro el bote de basura que estaba debajo del escritorio de Nathalie descubrió la gran cantidad de papeles ensangrentados que ella había tirado allí. Algunos tenían manchas más oscuras que otras, lo que indicaba que ya llevaba tiempo allí. Derramo las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos.

El atelier estaba hecho un desastre incluso peor de lo que quedo cuando se convirtió en el Coleccionista. Gritado frustrado y herido. Se escuchó por toda la mansión.

Adrien estaba en su habitación viendo por la ventana cuando escucho todo el escándalo en la parte de debajo de la mansión. Plagg salió alertado de su bolsillo.

—¿Chico que está pasando?

—No lo sé, pero vamos a investigar —Adrien corrió debajo de donde provenía el ruido y se preparó para abrir la puerta. Al hacerlo vio lo que había sucedido. Se sorprendió por el estado de la oficina de su padre. Estaba prácticamente destruido.

Su padre estaba arrodillado en el suelo, agarrándose el cabello desesperadamente.

—¿Qué sucedió? —pregunto Adrien bastante sorprendido.

—Soy un monstruo. Un miserable –Gabriel agarraba el cabello con desesperación.

—Al fin te das cuenta —menciono Plagg con ironía.

—¡Plagg! —exclamo Adrien.

—No él tiene razón. Déjalo. Yo la mate —murmuro Gabriel entre sus manos.

—Padre…

—Yo soy la causa de que Nathalie este así, en ese estado. Me merezco todo lo malo que me suceda —Gabriel se tapó el rostro afligido.

—Tienes que estar ahí para ella, padre. Necesita de tu apoyo para salir de esta, no puede hacerlo ella sola.

Gabriel respiro hondo. Eso era lo único que podía hacer para compensarla. Pagaría para que la transfirieran a una mejor habitación de la que ya estaba para que le dieran un buen cuidado. Incluso pagaría una suma más alta para que lo dejarán quedarse allá todo el tiempo que quisiera. Era capaz de irse a la bancarrota solo para que Nathalie se recuperara.


Lo siento mucho por la espera, es que este semestre estaba muy loco. Espero que haya valido la pena la espera.