Capítulo 19
Un par de días después Gabriel le presento algo que llamo poderosamente su atención. Entro con algunas prendas en sus manos y las dejo encima de la cama.
Eran unos diseños que nunca había visto. Las prendas que estaban ahí eran exquisitas. La primera era un conjunto con una blusa sin mangas purpura con pantalón de tipo paperbag. El segundo era un vestido negro de coctel largo y que se ceñía a su cuerpo y la tercera era un camisón. La tela de este era de seda y de color rojo, del mismo tono del mechón de su cabello.
"Es inspirado en ti, Nath. Y solo para ti."
Nathalie tomo el camisón entre sus manos, se sentía muy suave y la tela era bastante fina para la que usaban en las piezas de las otras colecciones. Se la colocó con ayuda de Gabriel y vio como le quedaba perfecta. Usaba una bata blanca muy mullida a juego, con el símbolo de la marca Gabriel.
—Espero que esto sea de tu agrado.
Ella trato de usar la ropa nueva que Gabriel le regalo en ciertos días cuando caminaba alrededor de la mansión con el paso de las semanas. Aunque sus caminatas eran a paso muy lento porque no se sentía capaz de realizar su caminata como la hacía antes. Además de que por recomendaciones de su fisioterapeuta usaba zapatos cómodos como deportivos o incluso sandalias y empezó a ir a un gimnasio a realizar ejercicio. Con ellos logro recuperar bastante parte de su movilidad, aun cuando en ciertas ocasiones sentía que sus músculos no trabajaban como debían.
Gabriel por su parte seguía cuidándola incluso al punto de dormir a horas insanas en el mismo sofá en el que él se sentaba mientras la vigilaba. Una noche, Nathalie no se puedo guardar más el comentario.
—Te vas a lastimar la espalda si sigues así – dijo ella viendo en la posición que se le encontraba en el sillón.
—No me importa, después de todo soy una basura de persona que no se merece tu perdón.
Ella lo miro seriamente.
—No deberías ser tan duro contigo.
—En eso te equivocas. Todo esto es mi culpa y solamente mía —dijo Gabriel mientras se acomodaba en el sofá.
Nathalie aún se sentía demasiado cansada como para pelear con él, por lo que decidió desistir.
El día domingo no fue la excepción. Se levantó antes que ella y le llevo el desayuno. Hizo que tomara una píldora para él dolor de cabeza que le había surgido de repente y la ayudó a hacer los ejercicios diarios, justo como le había pedido el doctor.
Gabriel sentó en el sillón que dejo en frente de su cama, quedándose dormido sin inmutarse. Nathalie se levantó viendo que ya no era vigilada por él. Se fue al baño a cambiarse por la blusa y el pantalón paperbag que le había regalado Gabriel.
Al dirigirse a la salida, Nathalie vio lo calmo que se veía Gabriel cuando dormía. Pudo notar lo agotado que estaba, por unas ojeras bastante prominentes en sus ojos. Tomo una de las mantas que estaba encima de una de las sillas y cubrió a Gabriel.
Aunque aún no estaba convencida de todo lo que estaba haciendo por ella, el seguía siendo la persona que la había estado cuidando diligentemente desde que salió del hospital. Solo por ello, el también merecía descansar, así solo fueran cinco minutos.
Salió sigilosamente de la habitación, dejando la puerta medio abierta. Empezó a bajar las escaleras para llegar a la salida.
Adrien acababa de salir del comedor. La vio y se acercó a ella, sorprendido de que estuviera levantada.
—Nathalie, ¿Comó dormiste?
—Muy bien Adrien —Vio hacia la habitación y volvió a mirar a Adrien —Estaba pensando en salir un rato de la mansión.
—¿A mi padre no le molestará?
—No puede mantenerme prisionera aquí si eso es lo que pretende. No pasara nada si salimos un rato. Además, está dormido puede que incluso volvamos antes de que despierte.
—Entonces ya tengo un lugar a donde ir —dijo Adrien con alegría.
Adrien la invito a ir al parque un rato. Irían caminando y también invitaron al gorila con ellos. Ya que Gabriel se había quedado dormido le dejaron una nota en la puerta. No querían molestarlo sabiendo que realmente necesitaba un descanso, después de pasar tantas noches en vela cuidando de Nathalie.
Adrien y Nathalie se fueron caminando con calma, al ritmo que Nathalie podía manejar. Adrien había enredado uno de sus brazos con los de ella.
—Le dije a Marinette que estaríamos cerca de su casa. Y pues tiene un poco de tiempo para estar con nosotros.
Aunque estaba un poco incomoda sabiendo la verdadera identidad de Ladybug, ella sabía que le debía a la chica la segunda oportunidad que le dio a la Gabriel y a ella. A Marinette no pareció importarle que estuviera allí con Adrien. Fue bastante educada y le pregunto si estaba bien. Supuso que además de estar preocupada, también Marinette se lo informaría al guardián de los Miraculous.
La chica saludo a Adrien con un beso en la mejilla.
—André el heladero acaba de llegar, así que estaba esperándolos para compartir un helado.
Nathalie estaba indecisa sobre tomar el helado. Sabía de la fama que tenían esos helados para los enamorados. Pero cuando Adrien le suplico que por favor aceptara el helado, no pudo negarse.
El cono de helado que Andre el heladero le entrego era de era de almendra y red velvet. Lo miro por un momento, ese helado le recordaba mucho a Gabriel.
Vio como Adrien tomaba la cucharilla del helado y tomando un poco de lo acercó a la boca a Marinette, quien lo acepto con gusto, con una pequeña sonrisa. Luego ella tomó un poco del suyo y trato de acercárselo a los labios del Adrien, pero este término en su nariz.
Nathalie miró con sorpresa por lo que acababa de pasar, pero Adrien río por lo que había hecho, haciendo que también que Marinette riera. Sonrió un poco viéndolos a ambos, creía que se relación tenía mucho futuro y ambos se complementaban bastante bien.
Solo que ella deseaba que su relación con Gabriel pudiera haber tenido tal oportunidad. En el fondo lo amaba, pero… sentía que no valía la pena.
Marinette los acompaño hasta la mansión. Tomaron el camino largo de nuevo, para que Nathalie pudiera estirar las piernas. Caminar casualmente se sentía extraño para Nathalie, después de tanto tiempo de no hacerlo.
Gabriel se despertó de un suspiro. Un sueño en el que Nathalie desaparecía de nuevo lo estaba atormentando. Pero luego observo la cama y vio que ya no estaba ahí. Se levanto de un salto dejando que la manta cayera al suelo.
—¡Nathalie!
No hubo respuesta. Buscó en toda la habitación hasta que escucho unas risas afuera de la mansión. Gabriel rápidamente miro a la ventana, corriendo la cortina de golpe. Eran su hijo, Marinette y Nathalie quienes iban escoltados por el guardaespaldas. Tomo su bata para cubrirse y corrió afuera. Abrió la puerta de golpe. Todo se quedaron callados instantáneamente.
—¿Se puede saber dónde estaban? — expreso irritado.
—Fuimos al parque un rato, padre. ¿No leíste la nota? —Adrien se enojó un poco porque ya supuso la respuesta de su padre.
Gabriel negó. Suspiro tratando de calmarse un poco, pasando su mano por su cabello.
—No está mal que quieran que ella salga, pero la próxima vez quiero que me avisen con anticipación y cuando este despierto.
Ambos chicos asintieron, pero Nathalie no menciono nada del asunto. Gabriel les sostuvo la puerta para que todos entraran. En esos momentos, Nathalie solo pensaba en que noto que algo le sucedía a Gabriel desde que se encontraban en el hospital. Pero realmente no sabía o discernía que era. Aunque luego de que se puso a pensar, suponía que Emilie aún seguía en el sótano de la mansión. Era algo que la estaba carcomiendo desde el inicio.
En la noche se dio cuenta de lo que realmente era lo que estaba sucediendo. Él se derrumbó frente a ella cuando estaba sentado en su cama, dándole las buenas noches, antes de irse al sillón de nuevo.
—Perdón, Perdón, perdón...Fue mi culpa, todo esto fue mi culpa…
La voz quebrada de Gabriel la hizo estremecer. La única vez que lo escucho así fue cuando su esposa había caído en coma por el Miraculous dañado.
¿De verdad se estaba echando la culpa de todo lo que paso?
En ese punto Gabriel se había recostado en la cama, a su lado, tapándose el rostro.
«No Gabriel, para por favor»
Podía sentir el dolor en sus palabras. En la forma en la que lo decía. Tenía que detenerlo. Tenía que hacer que parará. Miro al hombre y varias lagrimas caían por su rostro.
Jamás lo había visto tan destruido y triste. Era muy raro ver al gran Gabriel Agreste llorando de esa manera, porque casi nunca sucedía. Hasta ahora.
—Yo también tengo la culpa, Gabriel— dijo ella pasando los brazos por los lados de Gabriel para darle un tosco a abrazo.
—Claro que no, debí haberte detenido de hacer esta locura, yo permití que usarás ese estúpido Miraculous —dijo Gabriel de manera lastimera, con la voz entrecortada.
—Pero no me obligaste a usarlo, yo lo hice completamente por mi propia voluntad —Paso sus manos por su espalda tratando de darle consuelo. A ella se le empezaba a formar un pequeño nudo en la garganta.
—Y por ello casi pierdo todo.
Aquello la impacto. Ella aun creía que Gabriel aún tenía el deseo de traer de regreso a su esposa. Después de que se calmó un poco, Gabriel la miro a los ojos.
—Nathalie con el pasar del tiempo he logrado estar más cerca de ti y de ver cómo eres en realidad. De todo lo que sufriste, de tus sueños. Y solo tengo algo que decirte…
Nathalie se quedó en silencio, esperando lo que quería decirle.
—Tú si tienes un corazón Nath. No dejes que nadie te diga lo contrario.
Eso la hizo llorar. Pero esta vez no fue de tristeza, sino de alivio y felicidad. Y lo siguiente que le dijo fue como la estocada final:
—Tú vida y bienestar también es importante. Tú estés importante, no solo para Adrien, sino que para mí también.
Ambos se acomodaron en la cama. Él puso su cabeza sobre la de ella. La arropó de modo que pudiera acurrucarse en las mantas. Nathalie sintió como trataba de amoldarse a su cuerpo sobre las cobijas. Tratando de cubrirla, de protegerla como si pudiera irse en cualquier momento durante su sueño. Gabriel no permitiría que se fuera, nunca más.
Adrien llegó de madrugada a la mansión. Escapó de su cuarto sin que ninguno de los miembros de la casa se diera cuenta y se dirigió a la torre Eiffel a su cita con Ladybug. Aunque de lo único que discutieron era de cómo iba su relación con su padre. Le dolía hablar de eso, pero su novia lo comprendía y le dejaba hacer pausas de vez en cuando para que pudiera desahogarse en su regazo.
Ella le dijo que tal vez ya era hora de que pusieran a un lado sus diferencias y aclararan de una vez su situación.
Adrien entro silenciosamente a la mansión. Él sabía que, a esa hora, su padre estaba preparándose en su habitación para volver la de Nathalie para vigilarla. Aclaro la garganta y alzando la voz dijo:
—Padre quiero hablar contigo.
Golpeó la puerta, pero no recibió respuesta del otro lado.
— ¿Padre?
Abrió la puerta y encontró que Gabriel no sé encontraba en su habitación. Su pijama estaba arreglado tal y como la había dejado el día anterior. Extrañado empezó a caminar hacia el lado contrario, justo por donde había venido
La puerta de la habitación donde se alojaba Nathalie estaba entreabierta. Decidió acercarse y entrar de manera sigilosa encontrando una escena que le pareció de no creer. Nathalie dormía acurrucada debajo de las mantas con parte de su rostro cubierto por la cobija. Gabriel dormía encima del edredón abrazando a la mujer por encima de las cobijas con parte de su rostro enterrado en sus negros cabellos.
Adrien miraba sorprendido la escena. Cuando la relación de su padre y Nathalie no parecía dar frutos o ir para alguna parte para una reconciliación, ambos parecían ser más cercanos que nunca. Decidió que les daría un descanso a ambos porque realmente lo necesitaban.
Fue hasta su habitación para tomar una siesta. Se pasó la noche afuera y no pudo dormir mucho, aunque el tiempo que pasó con su Lady le pareció muy grato.
Pasada la mañana Nathalie se despertó. Después de ver como actuó Gabriel, le hizo cambiar un poco de parecer. Al parecer ella si era muy importante para él. Pero no podía estar segura hasta que le hiciera la pregunta más importante.
Justo cuando Gabriel se levantó y después de que le dio un beso en la frente, sentándose en el sillón al lado de su cama, decidió lanzar la pregunta.
—Gabriel, ¿Emilie sigue aquí? — Nathalie lo miraba. Ella deseaba que le dijera que no. En el fondo sabia la verdad, pero solo quería asegurarse. No quería que sucediera lo mismo que la primera vez que le dijo que iba a dejar de ser Hawkmoth, pero luego retrocedió en su decisión.
Lo que menos quería era volver a esa rutina. Y mucho menos quería que Gabriel la viera como el reemplazo de Emilie. Todo menos eso.
A Gabriel le tomó por sorpresa la pregunta. El solamente estaba esperando a que Nathalie terminara de recuperarse para que ella también pudiera despedirse de Emilie.
—Si —dijo Gabriel —Pero es por una buena razón déjame explicarte…
—¿Explicarme? Gabriel…—Nathalie sentía las lágrimas acumulándose en sus ojos. Se volteo en la cama y oculto su rostro en la almohada.
—Nathalie…
Pero Nathalie lo interrumpió.
—Solo vete.
Gabriel quería explicarle, pero ella no estaba dispuesta a escucharlo. El salió de la habitación y justo cuando cerró la puerta Nathalie se echó a llorar en la cama. Sabía que no podía quedarse, eso solo los lastimaría a ambos. Su corazón no podía aguantar más, necesitaba descansar. Con Emilie ahí no se sentía bienvenida en la mansión.
Había llegado el momento de volver a su departamento.
Ella se levantó y sigilosamente entro en la habitación de huéspedes donde estaba todas las cosas que trajo durante su estadía en la mansión. Empaco sus cosas en la maleta especialmente su ropa, dejando todos los diseños que Gabriel hizo para ella en el armario. Pero lo que no noto fue que Adrien pasaba por el pasillo frente a la habitación.
—¿Nathalie? ¿Qué haces? —Adrien entro intempestivamente, viendo alarmado la maleta de Nathalie.
—Me voy de aquí Adrien — ella limpio discretamente las lágrimas que volvían a salir de sus ojos y continúo doblando su ropa.
—¡¿Te vas?!, pero ¿Por qué? — Adrien se estaba poniendo nervioso.
—Yo no pertenezco aquí.
—Pero ¿qué dices?, claro que perteneces aquí— Le tomo las manos y ella las retiro.
—Lo siento Adrien, pero tengo que dejarlos.
El la abrazo por la cintura cuando Nathalie cerro la maleta y se dispuso a irse.
—Por favor, no…
Nathalie paso su mano libre por sus hombros y lo abrazo.
—Prometo llamarte cuanto pueda, y si me necesitas estaré ahí para ti. Lo prometo.
Adrien asintió con lágrimas en los ojos. Cuando parecía que su padre y el por fin comenzaban a ser felices de nuevo, su felicidad seria arrebatada en tan solo unos minutos. El solo quería que Nathalie se quedara ahí cuidándolos como siempre lo había hecho.
Nathalie bajo por las escaleras. Gabriel salió del atelier y la vio a ella con la maleta a cuestas. Pareció entender la mirada que le dio la mujer, porque no la detuvo. Ella siguió su camino y cerró la puerta principal de golpe. Adrien corrió a la entrada y vio por la ventana.
—Por favor, padre no dejes que se vaya.
Con la mayor mirada de desasosiego Gabriel miro por la ventana al auto que usaban todos los días.
—Lo siento Adrien, pero no puedo detenerla. No de esa manera.
Vieron cómo se subía al auto y arrancaba, yéndose lejos de ellos y de sus vidas.
Gabriel mantuvo sus manos en la ventana viendo como el auto se alejaba de la mansión. Después de perderlo de vista, Gabriel solo se dio la vuelta, con el rostro con una expresión triste.
—Si me necesitas, Adrien, estaré en mi dormitorio —Y con pasos largos subió al segundo piso, solo para dar un portazo cuando llego a su destino.
Gabriel se había encerrado en su propia habitación. Tomo una de las botellas de whisky que guardaba en un cajón con llave y se sirvió un poco. Luego fueron dos y luego tres vasos hasta que perdió la cuenta de cuantas copas se había servido. Trato de levantarse, pero cayó al suelo cuando lo intento. El suelo se movía mucho.
—Ella es mi reina, mi único motivo para vivir. La coroné cuando me empezó a ayudar y nunca me di cuenta —El empezó a llorar amargamente. Paso un largo rato hasta que escucho golpes en la puerta.
—¿Padre? ¿Padre sigues ahí? —Adrien tocaba insistentemente la puerta.
— ¡Vete Adrien no deseo que me molesten! —grito Gabriel.
Adrien sabiendo que hablaba enserio, se fue a buscar al Gorila. El Gorila abrió la puerta sin problemas. Ambos se encontraron a un Gabriel Agreste dormido con una botella de licor en su mano. El gorila procedió a tomar la botella de su mano solo para recibir amenazas de que sería despedido. Adrien le indico al Gorila que desistiera y salieran del dormitorio. Gabriel solo les volvió a cerrar la puerta con llave y al parecer coloco algún objeto para bloquear la puerta.
Adrien solo entro a su habitación y cerrando la puerta, se deslizo por ella, cubriéndose con sus brazos. Permaneció allí un buen rato. En ese punto estaba secándose las lágrimas que derramo por la ida de Nathalie. Aunque Adrien aún estaba un poco arisco con todo el asunto de su padre siendo Hawkmoth, no era tan cruel como para no ayudarlo. Además de que quería a Nathalie de vuelta.
Plagg vio a su portador con lastima, pero luego recordó algo que vio en la habitación de Gabriel, un objeto que quizás podría ayudarlos. Se fue a buscarlo y con mucho esfuerzo la dejó en el escritorio de Adrien sin decir nada, porque quería dejarlo tranquilo por unos momentos. El solo se sentó en la cabeza de Adrien a esperar.
Después de que pudo calmarse un poco Adrien decidido que llamaría a Marinette porque ella siempre sabía qué hacer y decir.
—Hola princesa.
—Hola mi príncipe, ¿Estas llorando? —pregunto ella, notando la voz llorosa que tenía Adrien.
Él le conto todo lo que paso ese día.
—Voy para allá. No tardo.
Se fue como Ladybug y antes de llegar se deshizo su transformación. Ella toco el timbre y espero a que abrieran el portón. El Gorila la dejo ingresar y le gruño en señal de aprobación. Él sonrió, viendo a la chica subir a la habitación de Adrien. Marinette toco la puerta de Adrien antes de entrar. Como estaba medio abierta entró de inmediato. Vio a Adrien sentado en su sillón mirando a la ventana.
—Hola Adrien —Ella dejo sus cosas en el sillón y se acercó a donde estaba Adrien sentándose a su lado. Tomo la mano de Adrien.
—¿Estas bien, Adrien? —ella noto algunas lágrimas cayendo por su rostro.
—¿Por qué me tienen que pasar estas cosas?
Marinette solo lo abrazo mientras que hablaban.
—Mi padre esta borracho. Lo encontré en el suelo con una botella de whisky en la mano. Ya no sé qué hacer. Cuando fui a ayudarlo hasta su cama repetía el nombre de Nathalie. El hecho de que no esté aquí con él lo está matando.
Marinette se mordió el labio, insegura de que hacer.
—Tal vez hay que darles más tiempo —sugirió Marinette.
—¿Más tiempo? No, será demasiado tarde —dijo Adrien.
Hubo silencio por un momento. Entonces noto una hoja de papel encima del escritorio de Adrien.
—¿Oye que es eso? —Marinette señalo donde estaba el objeto. Adrien miro a esa dirección. Ambos se acercaron al escritorio.
—Es uno de los dibujos de papá. ¿Cómo llego aquí? —Adrien solo miro a Plagg quien se encogió de hombros.
Adrien y Marinette empezaron a ojearlo. Era un dibujo de Nathalie, uno que nunca lo habían visto antes. Parecía bastante reciente, algo que les sorprendió. Marinette miraba boquiabierta el dibujo, uno de su diseñador favorito.
—Es precioso. Se nota lo mucho que se esforzó con él.
De pronto a Adrien se le ocurrió una idea.
— ¡Ya se!, podríamos buscar el cuaderno de dibujo que mi padre utilizo para la colección que creo para Nathalie y entregárselo a ella para que lo ojee un poco y vera lo mucho que mi padre la aprecia.
—Creo que deberíamos escribirle algo primero. Pero Adrien ¿Como sabemos que eso funcionará? —No estaba muy segura de la idea de Adrien, después de todo ella apenas conocía a la ex - asistente de Gabriel.
—Es nuestra única posibilidad por el momento, Marinette. No tengo otra idea.
—Entonces hay que intentarlo, no perdemos nada con hacerlo ¿Dónde guardo tu padre él cuaderno? — Marinette se levantó decidida.
El solo se levantó junto a ella, alicaído.
—En su habitación. Y se niega a salir o dejar entrar a cualquiera por cualquier motivo.
Ambos se fueron hasta la habitación de Gabriel. Tikki logro abrir la cerradura, mientras que Plagg logro empujar el mueble que Gabriel puso en la puerta para que sus portadores pudieran entrar. Gabriel aún seguía dormido.
Sigilosamente Marinette tomo el cuaderno de la mesita de noche y salió de ahí cerrando la puerta suavemente.
Volvieron a la habitación del chico y también cerraron la puerta.
Dejándolo encima del escritorio de Adrien, lo abrieron y lo primero que encontraron fueron los diseños que Gabriel hizo. Eran bastante hermosos. Luego llegaron a una página en donde había un retrato de Nathalie en su escritorio trabajando. Lo continuaron un montón de dibujos más, todos de Nathalie o relacionados a ella.
—Mira todo esto —Marinette miro fascinada los dibujos hechos por su diseñador favorito.
—Con que eso era lo que tanto hacía en este cuaderno —Adrien estaba sorprendido —Deberíamos escribir una carta. Así tal vez no se niegue a verlo. ¿Podrías hacerlo?
Marinette le sonrió apenada.
—Pienso que tendría más significado si la escribieras tú con tu puño y letra, Adrien.
—Es que, a pesar de que soy muy bueno con las palabras, esta vez es diferente — Adrien se sentó en su escritorio tomando un lápiz que estaba encima de este.
—Pues yo te ayudare —dijo Marinette parándose a su lado.
Parece que las cosas no terminaron como Adrien esperaba.
Respuesta a review:
LaCaracolaMagica: Gracias por tu comentario UwU. De hecho tengo miedo de mis propias teorías XD.
