Capítulo 21
Nathalie decidió que se quedaría por esa noche, acompañando a Gabriel mientras el resolvía sus asuntos con la compañía para volver a contratarla. Ahí fue cuando Gabriel recordó lo que quería explicarle acerca de Emilie. La llevo a su habitación para que pudieran hablar a solas. Ambos se sentaron en la cama.
—Nathalie, antes de que te fueras, solo quería decirte el por qué Emilie sigue aquí.
Ella se sentó en la cama.
—Solo quería que tuvieras la oportunidad de despedirte de ella. Se que ella fue tu amiga, por lo que sería justo que pudieras hacerlo.
Nathalie se sentía como una tonta. Si tan solo lo hubiera escuchado desde un principio…
—Le diré adiós a Emilie.
Nathalie dirigió su mirada a su rostro.
—¿Estás seguro?
El con la mirada más sincera que pudo darle, Gabriel le respondió.
—Lo estoy. Ya es hora de que la deje ir.
Gabriel saco unos papeles del cajón de su mesita de noche. Se los entrego a Nathalie y ella los reviso, dándose cuenta de que eran los papeles de defunción de Emile. Vio la fecha en la que esto fueron expedidos. Era el día en el que ella había escapado para conseguirle los Miraculous. Era todo verdad.
Nathalie no podía evitar sentirse aliviada de que Gabriel fin tomo el valor de dejar ir a Emilie. Ambos se prepararon para contárselo a Adrien. Discutieron cual sería la mejor forma de contarle, pero Nathalie fue la que sugirió que le mostraran todo el lugar donde se encontraba la madre de Adrien. Era lo mejor para todos. Además, Gabriel quería que a Adrien no le quedaran dudas acerca de todo lo que paso.
Decidieron hacerlo al día siguiente, cuando volviera a la mansión. No tenía sentido seguir esperando, sobre todo cuando Adrien ya lo sabía todo. Apenas llego Adrien a la entrada, lo estaban esperando al final de las escaleras del primer piso.
—Ven con nosotros. Hay algo que debemos mostrarte —dijo Nathalie, de manera maternal.
Adrien se extrañó, pero no los cuestiono. Gabriel le indico dónde presionar en el cuadro de su madre. Adrien sintió como el piso cedía y se lo llevaba a la parte baja de la casa. Él no sabía que tuvieran sótano, pero eso no le daba un buen presentimiento.
Llegó a un lugar bastante amplio con una ventana bastante grande que tenía los mismos diseños de mariposa que el resto de la casa. Vio que había luz que iba hacia una plataforma redonda. Adrien suponía que este lugar lo usaban su padre y Nathalie para esconderse como Hawkmoth y Mayura.
Escucho al ascensor bajar de nuevo. Esta vez era Gabriel iba junto a Nathalie mientras bajaban.
—Sigue adelante, hijo.
Adrien sentía cierto miedo e incertidumbre.
Cuando se acercó no podía creerlo. La persona que se encontraba allí era su madre, justo como su padre le había dicho hacia un tiempo. Su padre se acercó a él puso su mano en el hombro de Adrien.
—El maestro vino a revisarla hace unos días y me dijo que ya no había nada que hacer. Y tenerla así solo prolonga su sufrimiento.
Adrien supo lo que eso significaba. El inmediatamente se abrazó a la cápsula y lloro amargas lágrimas. Nathalie fue al lado del muchacho y está lo abrazo por la espalda mientras lloraba por su madre.
Gabriel también se unió a ese abrazo. Era muy dura la situación. Sobre todo, el haber dejado a Emilie en ese estado tanto tiempo. Pero sabía que, así como la amo tanto en vida tenía que dejarla descansar en paz y respetar sus últimos deseos. Gabriel abrió la capsula después de que Adrien se bajó de esta.
—Mamá, te he echado mucho de menos. Te amo. Nunca voy a olvidar los momentos que pase contigo.
Adrien le beso la frente a su madre. Luego Gabriel se acercó a la capsula, mirando a su esposa.
—Nunca olvidare lo que viví contigo Emilie. Se que debo dejarte ir, para que yo pueda avanzar y para que tu puedas descansar. Cuidare de Adrien justo como te lo prometí en un principio. Tienes mi palabra.
Gabriel la tomo en brazos. Se mantuvo así por unos momentos, sabiendo que esa sería la última vez que estaría con Emilie. Beso su frente y la recostó de nuevo en la capsula. Nathalie se acercó a la cápsula.
—Adiós, Emilie. Gracias por todo —dijo Natalie, con cierta nostalgia.
Gabriel se levantó de donde estaba y desconecto la fuente que mantenía la capsula encendida. Esperaron en silencio unos minutos.
Una pequeña brisa acaricio en el rostro a ambos Agreste. Era una sensación cálida y muy reconfortante, exactamente igual que la que Emilie. Nathalie también lo sintió desde donde estaba. Era como si Emilie se estuviera despidiendo. La sensación desapareció poco después.
Emilie Agreste se había ido. Por fin su espíritu podía descansar en paz, después de mucho tiempo.
Adrien se derrumbó llorando en el suelo, como nunca lo había hecho. Su padre se acercó a él para abrazarlo. Gabriel sentía como si una estaca atravesaba su corazón.
Por fin Gabriel había aceptado la etapa de duelo.
Esa noche Nathalie y Gabriel se quedaron en la habitación de Adrien para proporcionarle el confort que necesitaba. Adrien lloro hasta que se quedó dormido. Los tres estaban ahí, juntos. Plagg se les unió también, durmiendo en la cabeza de Adrien. Los únicos que no estaban dormidos, eran Gabriel y Nathalie. Ambos rodeaban a Adrien de manera protectora, para brindarle el confort que necesitaba.
Nathalie sabía que Gabriel no parecía estar bien. El ambiente estaba bastante callado.
—¿Estas bien, Gabriel?
El no dijo nada.
—Gabriel sé que estabas aguantando todo este tiempo para que Adrien no te viera y no se pusiera peor. Solo déjalo salir, Gabriel. No me molestaré si lo haces. Se que la amabas mucho, está bien.
Gabriel empezó a derramar las lágrimas que había estado conteniendo desde el momento en el que libero a Emilie de su sufrimiento. Nathalie tomo una de sus manos y paso su pulgar por el dorso de esta. Paso un rato para que por fin Gabriel lograra calmarse. Nathalie limpio las últimas lágrimas que cayeron de sus ojos con su pulgar.
—Organizaremos un funeral privado. Yo mismo me encargaré de que sea discreto y que nos vayamos a meter en problemas por esto —Gabriel dijo con voz quebrada.
Gabriel muy temprano en la mañana hizo algunas llamadas para empezar con el proceso de la legalización de la muerte de Emilie.
Pagaron una exorbitante cantidad a una autoridad competente para oficializar la muerte de Emilie y por el silencio de todas las personas que vieran el cuerpo. Como Emilie desapareció hace mucho tiempo el proceso se facilitó, solo tendrían que decir que la policía ya no la estaba buscando y que era mejor dejar una tumba. Los servicios funerales prepararon todo para una ceremonia privada dentro de la mansión. Dejaron al cuerpo de Emilie en un ataúd.
Marinette había llegado a la instancia junto al maestro Fu. Ella vestía de luto, así como el anciano. Gabriel guío al maestro hasta donde estaba su esposa. El maestro se aseguró de estabilizar las energías de la casa, así como de comprobar cómo estaba la salud de Nathalie que ya estaba completamente recuperada.
Todos ellos asistieron al funeral, para darle un último adiós a Emilie.
Llevaron el ataúd a la sala principal y el oficial fue a oficiar el funeral. Nathalie estaba sentada junto con Adrien mientras que Gabriel mantenía sus manos en sus hombros.
Al finalizar la ceremonia, Adrien le coloco a su madre una rosa dentro del ataúd. Marinette lo abrazaba y apoyaba su cabeza en su hombro, dándole apoyo. Al final le pasó su pañuelo para que se limpiará las lágrimas. El la abrazo como si no quisiera que lo dejara.
Cuando se llevaron el cuerpo, la casa se sintió diferente. Ya no tenía aquella presencia de la mujer. Por fin eran libres.
—Hizo lo correcto Gabriel. Liberar del sufrimiento a su esposa fue lo mejor que pudo hacer —menciono Fu detrás de él.
—Ya era hora de mirar hacia el futuro y dejarla ir —dijo Gabriel.
Emilie sería a enterrada en la cripta familiar durante la noche. Porque para el resto del mundo, Emilie Agreste aún estaba desaparecida.
Llamaron a los Graham de Vanilly para decirles de la tumba. Amelie estaba muy triste, pero aliviada de que su cuñado por fin la dejaba ir y hacia lo correcto. Le ofreció devolverle el anillo que Félix había tomado sin permiso, pero él le dijo que se lo quedara. Ya no importaba. Además, Gabriel creía que era hora de pasarle su anillo de bodas a Adrien, como pequeña parte de su herencia como Graham de Vanilly. Emilie dejo todo arreglado para cuando el día en que ella ya no estuviera, Adrien recibiera toda la fortuna que obtuvo en sus años como actriz, solo cuando el chico cumpliera la mayoría de edad.
Gabriel se acercó el al final del funeral a Adrien. Se saco el anillo de bodas del bolsillo de su chaqueta y lo coloco en la mano de Adrien.
—Tu madre siempre quiso que tu tuvieras al menos uno de los anillos. Es parte de tu herencia como Graham de Vanily. Cuídalo bien.
—Lo hare padre —Adrien guardo el anillo en uno de los bolsillos de su traje.
Esa noche Gabriel durmió con el corazón tranquilo, después de mucho tiempo.
Nathalie estuvo con él esa noche. Durmieron al estilo cucharilla, justo como a él le gustaba. Despertó cerca a Gabriel. Su aliento hacía que los diminutos bellos de su cuello se erizaran.
Adrien aún parecía deprimido. Evitaba más a su padre por lo que siempre escapaba de la mansión como Chat Noir cuando Gabriel intentaba hablar con él. Eso lo frustraba, pero Nathalie estaba a su lado para calmarlo.
Gabriel había tratado a Nathalie como su reina después del incidente. La ponía en un pedestal que solo lo había visto hacer cuando Emilie estaba con él. Poco a poco ella fue ablandando su corazón de nuevo, recordando porque estaba enamorada de él.
Volvieron a empezar su relación desde cero. Gabriel empezó a cortejarla tal y como había hecho con Emilie en su tiempo. Desde paseos por el parque hasta citas en lugares lujosos. Incluso le permitió ir a Adrien con su novia como si fuera una cita doble o dejaba que invitará a sus amigos a su casa para que pasaran el rato mientras no estaban.
A Adrien le encantaba esa nueva faceta de su papá, a pesar de aun no haberlo perdonado por lo que hizo. Era justo como cuando su mamá aún estaba viva. En su recuerdo dejaron un cuadro de ella y la estatua en el jardín. Todos los demás cuadros como el que encontraba en el atelier e incluyendo el de la entrada principal fueron retirados de su sitio y serian reemplazados por unos nuevos y menos deprimentes.
A el Gorila por su parte, se le notaba más feliz y de buen humor con toda la situación. Jamás se imaginó que Nathalie y Gabriel terminarían juntos. Era como uno de esos sueños raros, solo que este era muy real.
Y Nathalie no podría haber sido más feliz en su vida. Amaba su trabajo, pero más amaba a los Agrestes. Le gustaba ver a Adrien tan feliz. Pero, aun así, sabía que algo lo molestaba mucho.
Nathalie aprovecho un día en que Adrien se fue a dormir temprano. Ella noto la expresión en su rostro.
—¿Te sucede algo Adrien? —Nathalie se sentó en la orilla de la cama y paso el dorso de sus dedos por una de las mejillas de Adrien, cariñosamente —Adrien, sé que no debería preguntar esto, pero ¿Cómo van las cosas entre tu padre y tú?
—No muy bien, sé que quiere disculparse, pero no me siento capaz de perdonar todo lo que hizo, el hecho de que mantuviera a mi madre de esa manera, el que fuera Hawkmoth por esa razón me deja sin que pensar.
—Yo también me arrepiento de todo lo que hice. Solo pienso que deberías considerar darle una oportunidad. Estoy segura de que ya sufrió lo suficiente.
—No se Nathalie, intento lastimarme a mí y a Marinette. Aun no me siento listo para perdonar a mi padre —Adrien acomodo su cabeza en la almohada —De verdad quiero que el haga parte de mi vida, pero simplemente no puedo.
—No te culpo, después de todo lo que sucedió. No tienes que sentirte presionado, Adrien— Nathalie dijo, comprensiva. Se levanto de la cama no sin antes darle un beso en la frente a Adrien.
— Sé que no es fácil para ti. A mí me costó mucho, pero con el tiempo me he dado cuenta de que si cambio y esta vez es en serio.
Adrien se acomodó entre las cobijas mirando a Nathalie.
— Lo pensaré.
Salió apagando la luz del cuarto de Adrien, sin esperar encontrar a Gabriel en la salida esperándola. Parecía que había estado escuchando su conversación.
—Siento que Adrien me odia.
—Dale tiempo, amor, después de todo aún no lo ha asimilado del todo que su padre fue Hawkmoth —ambos se fueron directo a la habitación de Gabriel, donde se sentaron en el sillón.
—Quizás tienes razón—Nathalie pasaba sus manos por su cabello —Solo quiero compensar a mi hijo por haber sido un padre tan terrible.
Ella sonrió.
—Lo lograrás. Adrien no puede estar enojado toda la vida y tú tampoco puedes seguir culpándote por lo que sucedió todo el tiempo— Tomo su rostro con ambas manos y lo obligo a que lo mirara —Eso quedo en el pasado, recuérdalo.
La noche siguiente, Adrien se fue solo avisándole a Nathalie a donde iría. Ella le dio el visto bueno y él se marchó.
Fue hasta el balcón de Marinette. Dónde ella se encontraba diseñando ya que hacia un poco de calor ese día.
—Princesa. Buenas noches — Hizo una reverencia, aun parado en el balcón.
— ¿Gatito?
—Quisiera quedarme aquí contigo, ¿Puedo? — dijo tímidamente.
—Ven aquí —Se recostó con ella en la sillita del balcón. Ella le acariciaba sus cabellos haciendo que este ronroneara a gusto.
Algunas horas después, Gabriel entro a la habitación de su hijo y se dio cuenta de no había regresado. De seguro estaba en el hogar de su novia.
Sabía que no merecía su perdón.
—Solo debes darle tiempo. Sabes lo temperamental que puede ser— dijo Nathalie apoyándose en el marco de la entrada.
Gabriel entró dando pasos largos y se sentó en el sillón.
—Yo no tengo el derecho de buscarlo después de lo que le hice.
Nathalie entro y se sentó junto a él. Con sus dedos pulgares, presiono justo en el sitio donde sabía que siempre se tensionaba.
Gabriel se quitó las gafas y se masajeo el puente de la nariz. Sentía la tensión en todo el cuerpo.
—Vamos te preparare un baño caliente, te hará sentir mejor —Nathalie froto un poco la parte baja de su espalda y luego lo tomo de la mano ayudándolo a levantarse.
Entraron al baño privado de Gabriel y ella abrió la llave del agua caliente. Él con su bata ya puesta, se sentó en la taza del inodoro mientras esperaban. Ella probó el agua con la mano.
—Listo Gabriel. Pásame tu bata — Nathalie extendió su mano.
Él le sonrió con algo de picardía. Nathalie solo pudo rodar los ojos, divertida.
—Vamos que no tengo toda la noche.
El rio a gusto. Ella tomo su bata y la dejo colgada en la percha. Dejo sus pantuflas al lado de la puerta. Gabriel entro en la tina.
—¿Ahora que harás tú?
—Voy a descansar. Volveré en un rato –Volteo para irse, pero algo la detuvo.
Gabriel envolvió sus brazos en su cintura y la sostuvo con fuerza. Con un ligero movimiento, la hizo caer dentro de la tina junto a él con ropa y todo.
—Gabe…
—Lo sé, lo se… Solo me estaba divirtiendo.
Nathalie sentía como su ropa se pegaba a su cuerpo. Usar su blusa blanca favorita no fue tan buena idea después de todo.
No sabía lo incómodo y a la vez excitante de que estuvieran en una situación tan íntima.
—Y ahora mi ropa esta empapada gracias a ti —Nathalie le mostro su manga que escurría agua.
—Puedes dejarla secando en la puerta. Por ahora puedes relajarte aquí conmigo —susurro en su oído, enviándole escalofríos bajando por su espalda. La abrazo debajo del agua. Ella lo abrazo también. Estuvieron un rato así hasta que escucharon toques en la puerta. Nathalie se levantó rápidamente para que Gabriel saliera de la bañera y se pusiera su bata de baño.
Al abrir la puerta Adrien ya se encontraba allí. Vio lo empapada que estaba Nathalie y a su padre a su lado.
—No es lo que tú piensas —dijo Gabriel.
Adrien solo se tapó los ojos con una sola mano.
—No quiero ni pensar que era lo que hacían. Solo los buscaba porque quería que supieran que mañana no estaré en casa. Ayudaré a los padres de Marinette con la panadería y puede que me vaya por medio día.
—Está bien Adrien, puedes ir —dijo Gabriel. Adrien no dijo nada. Antes de retirarse se despidió de Nathalie.
—Buenas noches, Nathalie.
Gabriel mostraba una cara de tristeza.
—Ya ni siquiera me dice las buenas noches.
—Oh, Gabriel —ella poso una de sus manos en su mejilla —Todo se resolverá, estoy segura de eso.
Ese mismo fin de semana, Gabriel se fue a desearle las buenas noches a Adrien. Llevaba algo que estuvo preparando por días y estuvo esperando el momento indicado para entregárselo a Adrien. Gabriel aprovecho para entrar a la habitación. Toco la puerta alertando a Adrien quien estaba arreglando sus cosas.
—Adrien, ¿Puedo pasar?
—Si, Adelante padre — dijo Adrien mientras se sentaba en su cama. Gabriel se paro frente a él.
—Adrien yo lamento todo lo que paso, se que con palabras no puedo arreglar nada de lo que hice y tampoco puedo retroceder el tiempo para evitarlo todo.
Adrien solo lo miraba seriamente.
—Lo se padre.
Gabriel extendió el regalo que traía entre sus manos.
—Toma esto como señal de paz. Nathalie ya me conto que no tuviste un regalo de cumpleaños de parte mía, por lo que decidí hacerte uno.
Adrien se quedo mirando la caja.
—Mejor tarde que nunca.
Adrien recibió el regalo en sus manos. Retiro la tapa de la caja, encontrándose con una chaqueta. La saco y la admiro. Era muy diferente a lo que normalmente usaba en sus desfiles.
Al examinarla, vio lo detallada que era. Tenía varios bolsillos internos, pero particularmente le llamo la atención el diseño detrás de esta. Era el bordado con la forma de un gato con un color verde fosforescente. La textura de loa chaqueta también era de bastante calidad.
Gabriel noto como se le ilumino la cara a su hijo cuando examinaba la chaqueta.
—Gracias padre.
Al menos eso era un buen comienzo. Para Adrien esta era la primera vez que su padre era tan considerado con sus regalos.
Lo iba a publicar ayer pero no pude jaja. Tomen este capítulo como regalo de navidad XD.
