Capítulo 22

Nathalie y Gabriel planearon salidas con el transcurso del tiempo para trabajar en su relación. Fueron por primera vez juntos a comprar un helado de André. Ambos pidieron uno para cada uno. A Gabriel le entrego uno de zarzamora y frutos rojos. Ella recibió nuevamente el de almendra y red velvet. Ambos compartieron su helado entre los dos.

Gabriel aún se estaba acostumbrando a salir más de casa. Incluso salían en las noches al parque más cercano para que Gabriel se sintiera más cómodo, siendo un horario donde no había tanta gente a su alrededor. Comían juntos en el comedor con Adrien, todos los días sin falta y en las tres comidas, a excepción de los días en los que Adrien era invitado por sus compañeros de clase para comer.

Una noche cuando ya se estaban preparando para dormir, Nathalie le menciono a Gabriel una idea que rondaba por su cabeza por varios días.

—Sabes, creo que deberías ir a terapia. Hace mucho tiempo quería que lo hicieras, sé que te haría bien. No sé si estés de acuerdo.

Gabriel tomo su mano y la beso.

—Yo haría todo por ti, querida.

Consiguieron cita con el mejor terapeuta de la ciudad. El los invito a su consultorio para evaluar completamente la situación.

—Señor agreste es muy importante que no esté solo en este proceso— Por debajo de la mesa Gabriel tomo la mano de Nathalie y se la apretó ligeramente —Su familia es parte importante de él, acuda a ellos. Lo espero en la siguiente semana.

Con el paso de las semanas, todos volvieron a retomar su vida normal. Adrien solía salir a patrullar en las noches, por lo que Nathalie y Gabriel a veces se quedaban esperando a que volviera. Ellos sabían que en futuro habría otro Hawkmoth, algo que no dudaron en contarle a Adrien y Marinette, quienes empezaron a tomar medidas. De esa forma estarían preparados.

A pesar de todo, en esos momentos Gabriel estaba feliz. La terapia era una buena idea para que él y también Adrien pudieran por fin hablar de sus problemas padre e hijo. Nathalie también asistió a algunas las sesiones a insistencia de Gabriel.

Pero Gabriel estaba seguro de algo en ese punto, y era que ya se estaba haciendo a la idea de que quería que Nathalie se quedara con él, como su esposa. Aunque creía que era mejor consultar a su hijo primero antes de tomar la decisión. Para él lo que pensara su hijo era muy importante.

—Hijo necesito hablar contigo —le dijo Gabriel a Adrien luego de que volviera de la escuela y Nathalie lo recibiera en la entrada.

—Ven a mi despacho —luego se dirigió a su asistente—Nathalie cierra la puerta antes de que te vayas.

Ella asintió y les dio privacidad. Los tacones de Nathalie resonaron por la sala principal hasta que se oyeron lejanos.

— ¿Que querías hablar conmigo? —pregunto Adrien.

—Veras he estado pensando durante un tiempo en una idea. Y no sabía si requería de tu perdón primero —Gabriel quien estaba mirando una de las ventanas del estudio con las manos atrás de su espalda, volteo para ver a su hijo a los ojos.

— ¿De qué? ¿Para poder convivir juntos de nuevo? Sabes que no me siento listo —Adrien se notaba visiblemente incómodo.

Gabriel negó.

— Lo sé, pero eso no era o que quería hablar. He estado pensado que quiero que Nathalie se quede con nosotros para siempre. Quiero pedirle matrimonio a Nathalie.

El ambiente estaba callado, Gabriel pensó qué tal vez era demasiado pronto para una decisión tan importante. El solo continuo.

—Pero quisiera tener tu permiso antes.

Adrien sostuvo su mirada.

—Estaba esperando que me preguntarás. Y si quisiera que ella fuera parte de la familia oficialmente, si es lo que te hace feliz.

Gabriel le sonrió.

—Me alegra escuchar eso, hijo — Gabriel vio al reloj — Ya puedes retirarte. Solo te pido mantener esto en secreto.

—Lo haré, padre.

Mientras Adrien se retiraba del lugar, Gabriel tomo su teléfono, busco el número de la joyería asociada a Gabriel's y .

—Señorita, ¿Cuánto se demorará un orden de anillo de compromiso? Lo necesito lo más pronto posible con uno de mis diseños. Lo enviaré lo más pronto posible. Y espero tener tanta confidencialidad con la orden como sea posible.

La mujer que lo atendió tomo nota de todo.

—Estaré al tanto de todo. Muchas gracias —Gabriel dejo su teléfono en su bolsillo. Y se dispuso a hacer varios diseños de anillos que le recordaban a Nathalie. Escogió el que más la representaba a ella. Anoto los materiales: Oro de 24 quilates. Una noche midió los dedos de su amada mientras dormía por lo que anoto las medidas en un costado del diseño, además de las joyas que quería usar en él. Cuando estuvo satisfecho, envió los diseños a la joyería para que lo fabricaran.

Incluso le pareció conveniente hacerle saber a Adrien cuando lo haría.

—Planeo pedirle matrimonio el próximo mes— dijo Gabriel mientras su hijo y el cenaban en el comedor, a petición de Nathalie para que pasaran un tiempo juntos ellos solos, ya al parecer a Adrien se le paso un poco el enojo porque parecía menos incomodo —Pero aún estoy planeando dónde llevarla.

—Tal vez no necesitas llevarla a otra parte, padre —dijo Adrien mientras se retiraba del comedor.

La idea de su hijo lo puso a pensar, podría hacer algo en la mansión, porque sabía que a Nathalie no le importaría el lugar al que fuera, mientras él estuviera ahí.


Organizaron todo para ese día. Adrien se ofreció a ser mesero en la cena en la que Gabriel le pediría matrimonio a Nathalie y enlisto la ayuda de Marinette quien tenía algo de experiencia en servicio de mesas para que guiara a Adrien un poco en la tarea. Ella le enseño a llevar la bandeja y algunas cosas de etiqueta. Adrien realmente quería que Nathalie se quedara con ellos; y que su padre y ella tuvieran una buena velada.

Marinette llego vestida con el traje de Maid a la mansión la fecha indicada. La dejaron entrar y Adrien salió a recibirla y ayudarle con sus cosas, además de la caja que traía en sus manos.

—Ten cuidado, es un postre muy delicado.

Ambos llevaron el postre a la cocina donde el chef estaba preparando todos los demás platos. Luego se fueron a la habitación de Adrien para que se cambiara. Marinette saco de la bolsa un traje

—Esto es lo que usarás, Adrien.

Adrien tomo el traje entre sus manos examinándolo.

— ¿Qué es eso?

—Es tu traje de trabajo. ¿Tienes zapatos del traje que usaste cuando te di el bombín? —pregunto Marinette.

—Si claro — él se los mostró tomándolos del lugar donde los guardaba.

—Entonces cámbiate y veré si tengo que hacerte unos ajustes —Marinette dijo mientras sacaba algunas de sus herramientas de trabajo.

Al salir de su baño Adrien estaba casi listo. Su cabello estaba peinado hacia atrás dándole un toque más elegante. Marinette tuvo que realizar algunos ajustes, pero no era algo que con hilo y aguja no se pudiera arreglar. Le ayudo a colocarse el delantal y cuando termino, Adrien admiro su trabajo.

—Me veo un poco raro. Pero el traje esta perfecto Marinette, gracias — dio la vuelta para ver todo el traje desde diferentes ángulos.

—Te vez muy elegante. Ahora necesito que hagas una prueba con la bandeja—la chica tomo la bandeja para demostrar cómo usarla —Sostenla así— No pudo empezar a demostrar cuando tropezó con sus propios pies y casi cae al suelo, de no ser porque Adrien la sostuvo de la cintura a tiempo. Aunque no podían decir lo mismo de la bandeja que cayó estrepitosamente al suelo.

Gabriel se encontraba arreglándose frente al tocador de su dormitorio. Para la ocasión usaba un traje plateado. Se ajustó la corbata y se estaba peinando se cuando escucho el estruendo en la habitación de Adrien. Camino rápidamente hacia el lugar del sonido encontrándose a un par de adolescentes que se notaban bastante avergonzados.

— ¿Qué sucedió? —Gabriel lucía un poco alarmado.

—Lo siento señor Agreste, soy tan torpe —Se disculpo Marinette, recogiendo la bandeja del suelo.

— ¿Qué es lo que están haciendo? — Gabriel estaba un poco extrañado.

—Marinette me enseñaba a como sostener una bandeja llena de comida en una cena romántica —le respondió Adrien.

— ¿Vas a hacer de mesero acaso? — Gabriel levanto una ceja.

—Pues si ese es el plan.

Gabriel vio el reloj de la habitación de su hijo. Ya casi era hora de que Nathalie llegará.

—Me tengo que retirar, debo terminar de prepararme para cuando Nathalie llegue.

Antes de irse se dirigió a Adrien.

—Agradezco todo lo que haces por mí y por Nathalie, Adrien —dijo Gabriel de la manera más sincera.

—Solo lo hago porque quiero que sean felices.

Gabriel se retiró de la habitación y Adrien bajo a la entrada al escuchar al auto aparcándose. Nathalie llego justo en esos momentos. Era conducida por el Gorila, a petición de Gabriel. Solo le dijeron que se vistiera elegante para ese día. No estaba muy segura de porqué. Nathalie bajo del auto. Vestía una prenda muy elegante descubierto en los hombros, de color negro y de tipo coctel. Una tela muy fina cubría sus hombros y estaba cubierta por un abrigo de piel. Unos pendientes de oro largos y una pequeña cadena reposaban en su cuello. Usaba maquillaje un poco más oscuro de lo normal para la ocasión.

Pronto Adrien llegó al auto y abrió la puerta.

—Te vez bien Adrien —menciono ella, al ver como estaba vestido el chico.

El extendió su mano y la ayudó a salir.

—Buenas noches Nathalie. Yo seré uno de tus meseros esta noche. Tú también te vez muy bonita.

Adrien le guiño un ojo. Lo tomo del brazo y se dejó guiar hasta la entrada de la mansión. El abrió la puerta y la dejo pasar primero.

Quedó maravillada por cómo estaba decorado todo. La entrada estaba llena de todo tipo de rosas y flores variopintas. También había un par de velas algunas aromáticas que mejoraban el ambiente con un fino olor a vainilla. Cerró los ojos por un momento y aspiró el aroma.

—Su abrigo madame — Adrien extendió su mano.

Se quitó el peludo abrigo que había traído y Adrien lo tomo para dejarlo en una percha.

—Si me permites te guiare a tu mesa.

A Nathalie le sorprendía todo esto, porque está era la primera vez que la caballerosidad de Adrien relucía tanto. El saco la silla de su sitio y dejo que Nathalie se sentará.

—Mi padre estará en breve. Mientras tanto te ofrezco algo de vino.

Noto que en las manos de Adrien estaba uno de los vinos que los Agrestes guardaban desde hacía varios años. Una cosecha bastante vieja, pero muy buena si mal no recordaba. Adrien le sirvió una copa, para luego retirarse hacia la entrada principal. Supuso que fue a buscar a Gabriel.

Gabriel había visto que Nathalie había llegado. Saco la cajita del anillo del cajón del tocador y lo guardo en el bolsillo interior de su chaqueta. Sentía el peso de este en su pecho, cerca de su corazón. Era como si este quisiera recordarle que estaba a punto de hacer una decisión muy importante. Escucho la puerta abrirse y Adrien entro por esta.

—Nathalie ya está aquí, padre. La lleve al comedor y te está esperando.

—Gracias por avisarme hijo.

Posó sus manos en sus hombros. Le dio un forme apretón y se fue adelante de él. Cuando llegó al comedor, la vio y se dirigió hasta donde estaba.

Gabriel tomo su mano con delicadeza y le dio un beso. Rodeó la mesa y se sentó frente a ella en el otro lado. Pronto llegó Marinette sosteniendo unos platos en la bandeja que había tenido antes.

—Les traigo la entrada de la comida —ella dejo los platos en su lugar y se fue de vuelta a la cocina.

Nathalie vio el contenido del plato y luego en toda la habitación. Estaba igual de decorado que la entrada. Puso su mano encima de la de Gabriel.

—Es hermoso, Gabe. Gracias.

Pasaron un rato de la velada charlando mientras que llegaba el platillo principal que en esta ocasión era una langosta y al final les llevaron el postre. Un exquisito suflé, cortesía de la panadería de los Dupain-Cheng que lo hicieron para la ocasión.

Justo cuando terminaron y Nathalie se levantó de su asiento, Gabriel se levantó y rodeo la mesa. Se arrodilló en frente de ella, sacando la cajita de su bolsillo.

—Nathalie has estado en esta familia por años, ahora sé que no podría vivir sin ti. Y quisiera hacer esto oficial, ¿Quisieras casarte conmigo?

Gabriel abrió la caja. En él estaba un anillo con un pequeño rubí en el centro, junto con un patrón perfectamente dibujado alrededor del anillo. Simplemente hermoso y exquisito.

Nathalie vio embelesada a Gabriel. Su labio temblaba procesando un poco lo que acababa de decir. Y ella ya sabía su respuesta.

—Si, quiero casarme contigo.

Le puso el anillo en la mano temblorosa de Nathalie y la abrazo con fervor. Ambos se dieron un fogoso pero tierno beso.

Adrien grabó todo desde su celular. Era un momento que quería atesorar por siempre.


Al día siguiente empezaron con los preparativos de la boda al igual que comenzar todo el papeleo que ello implicaba. Como querían algo privado solo harían las invitaciones para algunos miembros de la familia. Invitarían al primo y tía de Adrien, si es que podían asistir, a petición de Adrien. Incluso le permitieron a Adrien invitar a algunos de sus amigos. Solo le pidieron que fuera lo más discreto posible, porque no quería que los paparazis los molestaran en un día tan especial para ellos.

Luego con el tema del vestido Gabriel ya sabía lo que quería hacer.

—Yo diseñare tu vestido de bodas — dijo Gabriel mientras Nathalie miraba algunas revistas de modas.

—Estoy feliz con lo que sea que decidas, incluso si eso rompe la tradición — Nathalie le dio un beso en la mejilla.

El plan de Gabriel era simple diseñaría el vestido y reclutaría la ayuda de Marinette para trabajar en él. Además, aprovecharía para disculparse por todos los problemas que le causó.

Marinette estaba sorprendida cuando el auto del señor Agreste llego a la panadería y el mismísimo Gabriel entro en ella para buscarla. Con el permiso de sus padres Marinette se fue con Gabriel y él le explico todo mientras arribaban.

—Señorita Dupain-Cheng, sé que se pregunta el porqué de todo esto, pero la traje para que me asista con el vestido de bodas de Nathalie. Es una buena oportunidad de ver de qué está hecha.

Al llegar Gabriel llamó a Nathalie para que entrara en el atelier y a Marinette le entrego el metro para tela y una libreta pequeña de medidas.

—Necesito que me asista con las medidas mientras yo realizo el diseño del vestido, ¿Está de acuerdo?

Marinette asintió y se acercó a Nathalie. La chica le empezó a tomar las medidas para el vestido, Mientras Gabriel diseñaba en su tableta digital con su stylus. Mientras Gabriel dibujaba y miraba de reojo a las dos mujeres, noto que Marinette estaba un poco nerviosa. Cuando terminó de tomar las medidas se dirigió a Gabriel y le entrego la libreta.

—Muchas gracias. Ahora señorita, necesito que me diga su opinión sobre el vestido. Pero primero necesito que tú, Nathalie, te retires porque me gustaría que tú vestido fuera una sorpresa para ti.

La mujer asintió y salió del atelier, cerrando la puerta. Ella miro a sus manos y el anillo que resplandecía en una de ellas. Lo froto un poco con una sonrisa. No noto que Adrien ya la estaba esperando en la salida.

—Papá me pido que te llevará a otra parte mientras él y Marinette trabajan en el vestido y estaba pensado en ir a dar una vuelta al museo de Louvre. ¿Qué te parece?

—Me encantaría Adrien, pero primero déjame cambiarme.

Ella se colocó una ropa más casual para salir. Adrien ya estaba listo y al salir le ofreció su brazo a Nathalie y ella lo tomo. Caminaron hasta el museo. Nunca se había molestado en recorrer el museo, pero no sé arrepentía. Encontró unas obras muy buenas. Ambos se sentaron en una de las bancas del museo por un rato.

Como aún les quedaba un tiempo para volver, ambos fueron por una bebida a la cafetería más cercana. Nathalie compro un café bien cargado y Adrien una malteada. Se quedarían un rato antes de que tuvieran que volver.

Mientras tanto Marinette y Gabriel terminaron con algunas de las correcciones al diseño del vestido. Gabriel escucho todas las sugerencias que daba la chica, demostrándole todo el talento que tenía, el tomo algunas de sus sugerencias para la mejora del vestido, junto con los colores de la tela. De cierta manera le recordaba a cuando él era un joven aspirante a diseñador.

—Sabe usted me hace recordar esa época en la que empecé a diseñar como un joven inexperto. Pero Emilie siempre estuvo ahí a mi lado apoyándome — Gabriel viendo las similitudes en Marinette con su primera esposa. Ambos fueron grandes amigos y muchos años después decidieron formalizar su relación.

Ahora que estaban en esa conversación, Gabriel quería aprovechar el momento para disculparse con Marinette.

—Antes de que continuemos, solo quiero que sepa que todo lo que sucedió con Lila Rossi después del día de los héroes es en gran parte mi responsabilidad — el trago un poco de saliva —Quiero pedirle disculpas señorita Dupain-Cheng, por todo lo que pasó y todo lo que cause. Me asegurare de que Lila reciba su castigo. Sé que no puedo borrar los errores que cometí, pero por lo menos quiero compensarle.

—Lo se señor Agreste —dijo Marinette con toda la seguridad del mundo —y me aseguraré de que no se vuelva a repetir una situación como está.

Eso levanto un peso de encima de Gabriel. Y aun había una última cosa que quería preguntarle hace mucho tiempo.

—Esto me perseguirá por el resto de mi vida, señorita Dupain-Cheng ¿Pero por qué hacerlo? ¿Por qué no entregarnos a mi o a Nathalie a las autoridades?

—No quiero que piense mal, señor Agreste, pero no lo hice por ustedes. Lo hice por Adrien. No sé qué destino hubiera tenido el solo, sin nadie más que lo cuidara o que su tía se lo hubiera llevado a Inglaterra. Además, no me sentía capaz de dejar a Nathalie así— A Marinette le corrió un escalofrió por la espalda —Tan enferma… tan vulnerable.

A Gabriel se le vinieron recuerdos de aquello. Deseaba que algo como eso nunca volviera a pasar. Antes de que retomaran su trabajo, Gabriel se dirigió a Marinette una vez más.

—Señorita Marinette, también quiero pedirle un favor.

La chica le prestó atención de nuevo.

—Quiero que cuide de mi hijo cuando yo y Nathalie ya no podamos hacerlo —Gabriel extendió la mano para estrecharla con la de ella. Después de mirar su mano con un poco de duda, Marinette la tomo sin problemas.

—Lo prometo señor Agreste, cuídate y amare a Adrien.

Ambos guardaron las cosas que estuvieron utilizando. Justo en esos momentos Nathalie y Adrien habían vuelto. Marinette salió a recibirlos.

—Hola Adrien— Le dio un beso en la mejilla, luego vio a Nathalie y la saludo—Hola Nathalie. El señor Agreste ya terminó con lo que debía hacer.

Marinette se fue un par de horas después de pasar un rato con Adrien en su habitación.


La terapia hizo maravillas en Gabriel. Volvió a ser el hombre que era antes de que Emilie cayera enferma. Nathalie seguiría trabajando para él, pero su jornada de trabajo cambio por completo. Con los cambios comenzó una nueva era en la compañía. Los empleados eran tratados de una mejor manera, pero eso no quitaba lo estricto que era el señor Agreste. Por suerte ya no estaba de mal humor todo el tiempo, al contrario, era bastante feliz.

Para esa época Gabriel saco la colección inspirada en Nathalie en el mercado exceptuando algunas piezas que eran exclusivamente para ella. Aquella colección fue bastante exitosa. Fue su forma de decirle al mundo que estaba comprometido. Los medios explotaron con la noticia. Fueron comidilla de la ciudad unas cuantas semanas. Aunque Nathalie quedo un poco abrumada por toda la atención que estaba recibiendo, Gabriel se encargó de aplacar aquellas noticias amenazándolos con sus mejores abogados.

Todo empezaba a volver a la normalidad. Así mismo los preparativos para la boda iban en progreso.


Los Dupain Cheng escucharon la campanita de la puerta de la panadería. Sabine salió a atender llevándose una grata sorpresa.

—Señor Agreste, señorita Sancoeur, un gusto verlos por aquí. ¿Hay algo que podamos ofrecerles?

—Vinimos porque queremos mandar a hacer nuestro pastel de bodas aquí —dijo el señor Agreste sosteniendo la mano de Nathalie.

—Oh eso es maravilloso. Tenemos varias opciones, así mismo podemos cumplir con lo que quiera el cliente. Llamare a Tom para que lo discutamos.

Sabine volvió con su esposo y puso el cartel de cerrado en la tienda.

—Así no nos molestaran, vamos adentro.

Entraron en la panadería y les sirvieron un poco café a ambos.

—Ahora que les gustaría, ¿Quisieran ver una sugerencia, o ya tienen alguna idea? —pregunto Tom.

—Bueno quisiéramos un pastel tradicional del sur de Francia —dijo Nathalie.

—Oh, el de cubierta blanca—Tom saco una de las fotos que tenia de los pasteles que ya habían hecho con anterioridad.

—Si y quisiéramos que estuviera decorado con flores rojas y blancas —menciono Gabriel.

—Las rosas serian una buena opción —Tom tomo un pedazo de papel y empezó a hacer un dibujo de la posible idea.

—¿De cuántos pisos seria?

La pareja se miró.

—Unos tres pisos. Tendremos varios invitados.

Sabine empezó a tomar nota en un cuaderno.

—¿Tienen fecha estimada para la boda?

— Si dentro de dos meses. Tratamos de ser lo más discretos con esto— recomendó Nathalie.

—Entiendo. ¿Hay algún sabor que les interese? Tenemos varias opciones. —Sabine les mostro la carta con la lista de sabores que manejaban.

Ambos escogieron los sabores que querían en el pastel de los que eran posibles. Sabine cerro el cuaderno, ya tenían todo lo que necesitaban.

—Entendido creo que ya podemos trabajar en con la información que nos dieron.

Mientras que Gabriel y Nathalie iban por los arreglos florales, Adrien estaba planeando sus propias acciones. Él se encontraba en su habitación escribiendo en una hoja en blanco.

Escucho un golpe en su ventana y la abrió. Ladybug cayo grácilmente dentro de la habitación.

—Hola— Le dio un beso en los labios al chico —¿Qué haces?

—Estaba pensando en escribir una carta a Nathalie para el día de la boda. Algo así como un discurso.

Ella camino junto a él hasta su escritorio destransformandose en el proceso.

—Tengo una idea, pero no sé si sea lo suficientemente buena.

—Podrías venir a mi casa para ayudarte, mientras trabajo en lo que me pidió tu padre —al decir esto Marinette le guiño un ojo.

—¿No te dijo que debía ser secreto? —pregunto Adrien divertido.

—Bueno tu eres su hijo, además él no tiene por qué saberlo. No eres tú el que se va a casar de todas maneras.

Adrien se agarró el mentón.

—Vaya eres toda una rebelde.


Ya casi llegamos al final de esta historia. Por lo menos ahora ya todos son más felices.