Capítulo 1.- Nuevos comienzos y mismos problemas
Parte 1
– *Bostezo* No puedo creer que Onii-chan realmente haga esto todos los días – Dijo una cansada Komachi tras bostezar debido a lo temprano que era, demostrado de paso con su paso lento y su mirada todavía adormilada – Por no mencionar que incluso si llegamos a mi nueva escuela todavía estará cerrada, ¿No podíamos venir más tarde? – Le preguntó entonces a su primo quien caminaba a su lado.
Actualmente era alrededor de las 6:18 a.m. y se demostraba con el cielo todavía de oscuro color donde dentro de poco tomaría un color rojizo por la llegada del amanecer, y caminando por las calles de Tokio se encontraban tanto Komachi como Godou, ambos vestidos en sus respectivos uniformes escolares.
La de Komachi era una playera de marinerito con el cuello y el lazo de un hermoso azul añil como el final de las mangas que iba a juego con su falda azul y zapatos de tacón medio con largas calcetas blancas, un uniforme bastante común para incluso otras escuelas tanto en Tokio como fuera de ellas.
Godou por su parte llevaba un saco negro con bordes blancos alrededor del cuello con botones dorados encima de una playera blanca bien abotonada, un cinturón negro sujetaba un pantalón de vestir negro como el saco junto a unos zapatos negros con calcetines de mismo color, curiosamente llevaba dos mochilas en esos momentos.
– Se volvió una rutina cuando practicaba en la secundaria en el club de béisbol por lo cual estoy bastante acostumbrado a madrugar – Respondió el varón a lo primero que dijo su prima con tranquilidad – En cuanto a la razón de hacerlo ahora y no más tarde, es para ver el camino principal juntos y sea cuando se tarda en llegar, es una de las condiciones del idiota de tu padre la cual acepto mi tía, una vez que veamos cuando tardamos de la casa a la escuela mejorare el horario – Agregó entonces de forma simple y sencilla explicando a Komachi sobre las acciones tomadas aquella mañana.
Si bien incluso él consideraba que era demasiado temprano, decidió continuar a esa hora por razones personales totalmente ajenas a Komachi, como también, para estar seguro de una cosa.
– Creo recordar que habría pasado por ahí un par de veces, recuerdo hay un Starbucks cerca, si estás demasiado cansada podemos ir y pedir un café junto a un pan para que estés despierta, te lo invito como compensación de haberte despertado tan temprano – Ofreció amablemente teniendo en consideración a su prima como el posible hecho de no poseer un horario madrugador como él.
– ¡En serio! – Komachi parecía de la nada más animada mientras sus ojos brillaban – Entonces tomare tu palabra y aceptare la parada al Starbucks, ¡No perdamos más tiempo! – Tomando el brazo de su primo entre las suyas pegando un poco su cuerpo al varón, lo apresuro para llegar a la cafetería extranjera.
Acción que no causo más que una suave risa por parte del varón con respecto a su prima, pues la misma olvidaba que ella no sabía dónde quedaba la cafetería y pase a ello era quien llevaba el camino animadamente.
Más la sonrisa marchito un poco mirando la espalda de su prima mientras recordaba lo que había hablado con su tía la noche anterior, poco antes de acostarse.
-Flash Back-
– ¿Asesino de ricos? – Confundido por el repentino título dado de la nada, Godou cuestiono a su tía con quien hablaba en esos momentos.
– Correcto – Respondió ella con tranquilidad – Aparentemente los medios han intentado silenciarlo lo más posible fuera del círculo social de alta cuna en Japón, pues un par de personas de poderosa posiciones sociales han sido encontradas muertas y curiosamente todas por muertes accidentales, más el jefe de policía Grant no considera tal cosa y sospecha se trata de un tema de un supuesto asesino – Explicó entonces todo lo que sabía con respecto al tema con un tono más serio.
– ¿Acaso está persona es la razón de que decidieras partir fuera de Japón en primer lugar? – Cuestiono con un tono más serio con respecto al tema de haberse marchado tan de la nada, considerando que podrían ser los siguientes en la lista.
En su cuarto poco después de haber tomado una ducha caliente al ser el único varón de la casa y por ende quien más esperaría de ir después de las chicas, se decidió que fuera primero en afán de darles a ellas un tiempo más cómodo sin pensar en el joven, así mismo tenía su toalla alrededor del cuello sobre los hombros mientras mantenía su teléfono pegado a su oído derecho.
Pocos segundos después de haber salido del baño para ir a su cuarto y acomodarse para tener energía para todo lo que pasaría mañana, su teléfono había sonado con el nuevo número de su tía.
Había esperado encontrar a su tío gritándole acerca de diferentes cosas con relación al cuidado de Komachi o sobre molestos pendientes que terminaría ignorando conscientemente, más para su sorpresa había sido directamente su tía quien habló con él para contarle sobre un tema de importancia.
– No puedo decir que eso no influyo en la decisión, pero en verdad tenía asuntos que resolver fuera de Japón – Respondió sin mentira pues consideraba que en dicho tema la seriedad era indispensable – Realmente quería traer a Komachi con nosotros, pero su vida es en Japón y si ese loco descubre que he viajado junto con mi marido y en verdad somos un blanco, Komachi es mi más grande secreto dentro y fuera de mi nombre familiar, por lo cual ella quedara como sucesora directa de la compañía mientras viva lejos de nosotros – Su voz eternamente confiada y segura había perdido un poco el tono ante tal declaración.
Godou no era padre y tampoco tenía pensado serlo tan joven, por lo cual no podía ni imaginar el dolor de una madre al tener que pensar en cosas como esa o tan solo al tener la idea de separarse de su bebe.
En especial cuando había un loco matando a ricos.
– Tengo preparado el testamento en caso nunca volvamos a Japón…
– No digas eso tía, volverán y cuando puedan reunirse con Komachi una vez más ese tala "asesino de ricos" verás se encuentra tras las rejas de por vida por el Oficial Grant, no hay necesidad de hablar de nunca volver o testamento – Sintiendo que no debía dejar hablar a su lejana familiar sobre tal cosa, intento a su manera hacerle cambiar de opinión sobre continuar con ese tema.
– Godou – Mas la misma no parecía convencida – Nadie más que yo quiere que eso pase y volver a casa con ella, pero debo de ser realista y más ante la posibilidad de que nunca pueda volver a verla – Continuó entonces deprimiendo un poco al joven de oscuros cabellos – El testamento está bien guardado y en él digo que el 70% de mi fortuna como cualquier posesión a mi nombre o del idiota de mi marido será suyo, y el 30% restante como ciertas propiedades como también, la persona encargada de cuidar de Komachi hasta la mayoría de edad y quien tendrá control total del dinero que ella reciba y use, está a tu nombre – Y entonces lanzó una bomba inesperada.
– ¿Qué acabas de decir? – Con los ojos abiertos de par en par, el joven asesino de dioses no pudo evitar cuestionar si lo que escucho fue real.
– Justo lo que escuchaste sobrino mío – Y la misma no dudo en aclararlo ni un segundo – Cuando hice el testamento pensé mucho en quien poner como cuidador de mi hija en caso algo me pasara y todavía fuera joven, Ichirou sonaba como la mejor opción pensara donde pensara, pero sabía que ese encantador y galante hombre no podría seguir la línea del tiempo en la que Komachi vive y vivirá, por lo cual pensé '¿Qué hay de ese encantador joven solo un par de años mayor quien parece cuidar de mi princesa como el príncipe del cueto de hadas?' y decidí que para compensar las molestias podía darte una parte de cosas que pudieras disfrutar como lo eran parte de mi herencia como algunas tierras tanto en Japón como extranjeras, principalmente cualquiera que estuviera a nombre de mi marido que nunca se separaría Ufufufu – Finalizó entonces con una maliciosa risa al imaginar la cara de su marido al enterarse de la verdad.
Parecía casi una broma que estuvieran hablando de un tema tan serio con ese tipo de actitud despreocupada y burlona, pero ese era el tipo de personalidad que su tía manejaba con respecto a dicho tema, indicando en muchas ocasiones que en su funeral no quería un velorio sino todo lo contrario, una fiesta donde se celebraran las buenas memorias que compartía con las personas y el legado que dejo con vida.
En palabras de la propia: 'La muerte de un ser cercano solo hace ver la vida de uno mismo como el regalo que es, y el regalo que uno puede dar al difundo, es un adiós con una sonrisa'
– Claro está que lo último que espero es morir así que tampoco esperes mucho ese resultado – Con burla dijo entonces a su sobrino.
– Nada me haría más feliz que eso tía – Aunque para este no fuera un tema de importancia en comparativa con volver a verla – Aunque si mi tío se queda atrás sería mejor, un excelente regalo de regreso – Y fue su turno de responder con una burla.
– Lamento decir que es poco probable eso suceda, es tan escurridizo como una cucaracha – Y como esperaba su tía continuo con su burla pase al amor que tenía por su marido.
-En el Presente-
De ahí en adelante solo fue una simple charla con respecto a cómo fue el viaje y sobre lo que estaban haciendo en esos momentos, además de una explicación por parte del varón a la madre de su prima ante su ausencia, fue bueno que solo fuera a su tía ante la idea de soportar a su tío de enterarse de aquello y hacer un escándalo.
No es que su tía le perdonara de una más comprendía que no fue culpa suya sino por la personalidad de Ichirou, aunque sabiendo que fue llevada a un lugar bastante seguro durante el tiempo que no estuvo en casa le alegraba y más cuando fue a nombre de él y no de su familia, considerando el tema relacionado con lo de los asesinatos.
– Lo veo – Komachi entonces dijo mientras tenía una mirada de ilusión apuntando a su destino.
Ya con el cielo de un rojizo color, tanto Godou como Komachi continuaban caminando hasta eventualmente llegar a su actual destino, el Starbucks, el cual eventualmente se encontró cerca de donde caminaban.
Era un puesto de un tamaño promedio en una bifurcación que daba paso a dos zonas externas para sentarse a tomar un café y usar alguna laptop para trabajos o similares, donde habían largas masetas negras con hermosas flores que decoraban bien el lugar haciéndolo sin duda de los más llamativos de la zona, así mismo una puerta de vidrió doble con marcos oscuros y picaportes de un color dorado, donde arriba de la puerta se encontraba el dibujo de una joven con una agradable sonrisa.
Los dos primos entraron y el interior era casi tan increíble como el exterior con pisos de mármol impecables observando con facilidad los reflejos bajo ellos con una cantidad de hasta 16 mesas y 2 grandes paredes en mitad de la zona donde había asientos como una barra de bar de un lado y del otro, un altura notoria con algunas teles que mostraban canales de música por el bluetooth, ya en la parte final una barra donde se encontraba lo que parecía ser la única empleada en el local.
Una joven e unos 19 años posiblemente de un cabello medio largo de un color oscuro magenta con una pigmentación más suave en las punta con una diadema sujetando su cabello con una piel blanca y de unos hermosos ojos azul-violeta bastante exóticos, de un rostro hermoso con facciones suaves de nos labios pequeños pero carnosos y una nariz pequeña con aretes de perlas en los oídos. Usaba una de esas playeras de moda que contaban con agujeros en todas partes donde la parte delantera era cubierto por el mantel del local que no lograba ocultar su generoso busto, un pantalón de mezclilla que abrazaba su redondo trasero de burbuja como sus muslos gruesos que terminaban con unos zapatos blancos.
– Bienvenidos a Starbucks ¿En qué puedo servirles? – Con un excelente ánimo la encantadora joven adulta preguntó con una radiante sonrisa, claramente practicada para atender a los clientes en general.
– Yo quiero un Frappuccino caramelo con una galleta oreo por favor – Komachi no tardo nada en decir lo que quería tomar en esos momentos.
– A mí deme un Frappuccino moka por favor – Y acto seguido Godou pidió el propio.
– A la orden – Y la encantadora recepcionista tomo la orden y con una sonrisa dio media vuelta para preparar las bebidas pedidas – Pueden tomar asiento mientras esperan.
Los dos primos decidieron hacer caso a la petición de la misma por lo cual fueron a un asiento vació en una de las mesas cercanas y decidieron charlar un poco más, pues cosas que le pasa a uno en el año no se pueden resumir en solo una reunión cada año, así que la joven tenía tema para hablar con su primo para rato.
Parte 2
El tiempo avanzaba como se esperaba y como uno pensaría más personas comenzaban a mirarse fuera del local todavía vacío en realidad, algo que llamó la atención de los primos pensando que sería una tienda mucho más animada al estar cerca de casi 3 institutos y más con la cantidad de alumnos que caminaban fuera, más ninguno le daba una mirada de reojo a la cafetería extranjera.
– Me sorprende que sea tan ignorado un lugar como este – Comentó Komachi sin ninguna intención negativa y más con genuina sorpresa – Realmente pensé que estaría más lleno de lo que está ahora, incluso en esta hora donde los chicos despiertan y algunos buscan un café para despertar.
– No es tan raro si lo piensas bien – Respondió la recepcionista de nombre Beryl quien descansaba su despampanante cuerpo sobre el mostrador mientras miraba a sus únicos comparadores, mismos que le dieron una mirada rápida ante su comentario – No solo Starbucks es una marca extranjera sino también una bastante costosa de por medio, los alumnos, salvo por aquellos que salen de un club deportivo sábados y algunas ocasiones domingos, no son el público principal de la tienda sino los hombres de negocios que buscan el internet y su sueldo les permite tomar hasta 4 de nuestras bebidas o comidas en lo que acaban lo que esperaban hacer – Explicó entonces como funcionaba la sucursal donde estaban.
Si bien Komachi estaba sorprendida al descubrir tal cosa, Godou quien tenía experiencia tanto como mesero para simples restaurantes como bartender para amigos de su familia o reuniones de la misma, conocía un par de cosas con respecto a las empresas que usaban ciertos terrenos no tan obvios para clientes más específicos y de esa manera no solo ganar más dinero sino también engañar a la competencia.
Si estos creen que solo buscan el dinero de adolescentes no entraran en la competencia considerando una pérdida de inversión, sin saber la cantidad de personas adultas o jóvenes adultas que pasan por la misma y que la empresa aprovecha oculta por la idea de una tienda para chicos jóvenes.
Claro que siempre hay sus excepciones y en verdad alumnos entraban a la tienda, pero aquello era un objetivo secundario o simplemente ocasional.
– Oh mierda – Y repentinamente la dulce joven había maldecido para sorpresa de los primos.
El sonido de la puerta al abrirse llamó la atención de ambos mientras Beryl se ponía recta y su rostro claramente disgustado se transformaba como si nada en la sonrisa que tanto tiempo llevaba practicando, aunque en comparación con la que ellos fueron recibidos, esta era más clara que era forzada y pronto entendieron la razón.
Un grupo de 4 adolescentes había entrado en la sucursal donde 3 de ellos reían a carcajadas con uno de ellos, claramente su líder, entraba con una sonrisa arrogante como despectiva con sus manos en los bolsillos y una actitud que claramente quería decir: 'Soy mejor que todos ustedes'
Este tenía un corto cabello castaño oscuro casi genérico en realidad con una piel blanca y unos pequeños ojos negros como el ónix, facciones regias como encantadoras que sin duda le hacían un chico atractivo en toda regla. Llevaba un uniforme con una playera blanca bien abotonada y el saco en sus brazos como la de sus compañeros y un pantalón negro de vestir que terminaba con unos zapato negros comunes para cualquier estudiante, pues al final eso era lo que era si las mochilas que cargaba un pobre chico más bien apenado mostraba fuera del lugar.
Claramente un grupo que si bien no tenían la apariencia de tal, se trataba sin duda de delincuentes juveniles, aunque realmente los otros 3 sí que parecían revoltosos de pie a cabeza.
El líder del grupo no miro a nadie en su camino hasta la recepción y con la sonrisa de superioridad saco su billetera, de la cual un gran billete se mostró en el mostrador para acto seguido…
– Deme un Frappuccino expreso junto a un té verde frío con al menos 4 cubos de hielo y un expreso doble – El joven entonces pidió lo que iba a llevar antes de que la empleada pudiera decir su frase de trabajo y cuando pensaba retirarse para poder hacerlas – Y por favor quiero leche de esas ENORMES ubres – Un comentario claramente inapropiado salió de la boca del joven quien solo estaba ahí sonriente.
Tanto Godou como Komachi quienes estaban sentados solo observando, dejaron de tomar sus frapes casi al instante, donde la más joven no podía creer lo que había escuchado hace un momento y el joven solo pudo fruncir el ceño, no queriendo creer que en verdad existieran idiotas prepotentes como ese hoy en día.
Beryl quien continuó profesional no cambió su expresión ni tampoco se mostró afectada, solo mantuvo su forzada sonrisa para continuar con el papel de buena empleada.
– Lo lamento estimado cliente pero creo haberle comentado en otras ocasiones que ese tipo de servicios no son realizables en esta sucursal ni en ninguna otra – Recitó casi como si leyera un libreto y aparentemente no era la primera vez que aquel joven iba diciendo tales cosas a su persona – Agradecería que se abstenga de usar un vocabulario como ese a los trabajadores, así que tome asiento y espere a que tengamos listo su pedido – Así entonces con su mano señalo una mesa cercana con la intención de ignorarlos y centrarse en su trabajo.
Más aquel joven hizo caso omiso a las palabras de la empleada y una vez más saco dinero de su billetera para colocarla sobre el mostrador antes de separarlas para dejar en la claro la cantidad, donde su sonrisa no desaparecía claramente interesado en continuar con su juego a como diera lugar o hasta comprar la dignidad de la otra persona.
– De hecho puedes quedarte ese mantel nada más mientras sirves esa leche en el vaso y si es complicado, soy bueno ordeñando – Con una clara intención lasciva dijo aquello último mientras hacia una extraña mímica con las manos mientras le miraba a los pechos sin descaro – No me dejes esperando y empieza, si me gusta demasiado podría incluso pedir repetición – Y como si fuera el señor del lugar dio la orden a la pobre empleada.
Su sequito de idiotas ladraban risas como si fueran perros, divertidos e incluso expectantes a lo que en verdad pudiera suceder.
La expresión de Beryl no parecía poder contener su furia por mucho más tiempo incluso ante las consecuencias que eso indicaban, deseosa de poder dar fin con todo dando un golpe en la cara de ese niño bonito quien venía constantemente a molestar, ya no le importaba perder ese trabajo sino simplemente saciar su ira…
– Sabes que acosar sexualmente a una mujer en un área publica es considerable un delito, incluso si la pena no sea realmente dura en comparación con crímenes sin duda peores – Fue entonces que una voz detuvo tanto a la empleada de continuar por donde iba a continuar y al joven quien molestaba.
Ambos junto con el grupo de este segundo, miraron para ver en una silla sentados un joven de su edad o tal vez un año menor junto a una chica joven claramente más menor que ellos, ambos con bebidas del local pero donde el varón dejo el suyo en la mesa antes de pararse con los brazos cruzados y su ceño fruncido.
– Si solo viniste a molestar entonces vete que no solo incomodas al personal de la tienda sino también a los otros comérseles, más si quieres tus bebidas entonces vete a una mesa y espera tu orden como debes – Sin duda en sus palabras incluso si se trataban de 4 chicos con solo él, pero con la crianza de su abuelo… no, por su concepto de actos morales no podía simplemente dejar a un imbécil como ese hacer lo que se le dé la gana.
El chico atractivo no se vio afectado en lo absoluto y lo único que había cambiado fue su confiada sonrisa arrogante con una mirada desinteresada de su persona, con una mirada aburrida como si se tratara de cualquier cosa y curiosamente, quien se miraba sorprendida fue Beryl quien tenía en su rostro una expresión de culpa, como si hubiera hecho algo realmente malo pase a ser claramente la víctima.
Más Godou no le tomo importancia considerando solo al imbécil frente suyo como algo de relevancia más no por la razón correcta podía decir, esperando que simplemente dejara de molestar a Beryl en su trabajo o simplemente se marchara, de ser necesario compraría otro frape si con eso ayudaba la perdida que fuera la ida del mismo.
Fue entonces cuando el prepotente chico dio media vuelta y comenzó a caminar hacia donde él se encontraba, claramente no con buenas intenciones y para Godou, quien pase a ser un pacifista, estaba tan enfurecido que podría darle una paliza a ese chico solo por placer.
Los pasos fueron lentos (o al menos así se sentían) y la mirada del joven demostraba no planeaba hacer una charla, al menos no hasta que su rostro mostro una encantadora sonrisa que no perdía esa sensación prepotente y confiada que mostraba al entrar al lugar como si fuera duelo del mismo, observando al varón con inferioridad sin saber quién era.
– Parece que hay personas que no saben meterse en sus asuntos – El chico comentó tranquilo y con total normalidad como si nada pasara – Puede que no sepas quien sea pero no te preocupes, cuando termines en el hospital eso no importara más y aprenderás a no meterte en las cosas de otros – Y así dio un paso hacia adelante y mando su cuerpo directamente para dar un golpe en el estómago.
Para una persona normal ver tal repentina acción sería casi imposible y eludirla mucho menos, más para Kusanagi Godou cuyo nivel de pelea era básicamente destrucción de ciudades por meros errores, notar el golpe fue básicamente como mirar a una tortuga marina caminar sobre el suelo y eludirlo, tan simple como dar un paso hacia atrás en el momento adecuado y sorprender al confiado varón.
En ese preciso momento dio un paso hacia adelante y camino sin titubear hasta quedar delante del joven quien continuaba en su posición de golpe, quien no podía creer que su golpe había fallado de tal manera.
Solo hasta que su mirada observo un puño a escasos cm de su rostro y entonces dio un paso hacia atrás, sin notar que Godou tenía extendida su pie detrás, lo que provoco que al dar el paso hacia atrás tropezara y cayera de espaldas sonoramente, algo que fue sorpresa para todos los presentes, a lo cual Godou solo dio una mirada con desdén al joven.
– ¿No me digas que en verdad creías ensuciaría mis manos en golpearte, verdad? – Le preguntó Godou al chico tirado en el suelo con descaro – Para imbéciles como tú basta con destruir ese "orgullo" de mierda y nada más, la próxima intenta no resolver tus problemas con violencia que sin duda solo quedas mal, así que espera tu pedido en la mesa o simplemente márchate de una vez – Tras decir eso dio media vuelta para volver a su mesa con su prima quien tenía una mirada fija en su primo.
No era raro de niño verlo comportarse de maneras similares con otros chicos cuando molestaban a alguien de su familia por personas externas, fuera en fiestas localizadas en hoteles o en campamentos a zonas turísticas, si alguien intentara meterse con sus primos se la verían con él casi al instante y sin dudar.
Fue en realidad a causa de ese despreocupado sentido de protección a su preciada familia que sus primas más animadas, Tsukihi & Karen desearon convertirse en aliados de la justicia, razón de que siempre que podían intentaban seguir a Godou para aprender de aquel chico que solo se dejaba llevar por su intuición y moral propia, aunque este mismo negara ser la razón del comportamiento de ambas.
Entonces el chico en un rápido movimiento se levantó y se preparó para ir en contra de aquel chico que se atrevió a burlarse de él.
– ¡Cuidado! – Beryl advirtió casi al instante esperando que el joven no resultara herido.
Este dio media vuelta para observar como el joven pensaba darle un golpe por la espalda, claramente imposible a reaccionar.
– ¿Acaso hay algún problema aquí? – Cuando entonces una voz interrumpió al grupo.
El joven detuvo su golpe al instante mientras todos miraron a la entrada del local para ver a una mujer parada frente a ella, con su mirada seria clavada justamente en los dos chicos claramente a punto de golpearse.
Una mujer entre sus 28 a 30 años de edad con un largo cabello marrón oscuro cuya pigmentación se hacía más clara en los mechones de una piel blanca y unos afilados ojos marrones severos, un rostro de caracteres maduros como serios que revelaban su personalidad y reforzada con la peligrosa mirada que le daba a los adolescentes. Llevaba un uniforme policial que abrazaba su figura de reloj de arenas donde la falda apenas contenía sus gruesos muslos como torneados claramente por el ejercicio, en su mano yacía su bastón en caso de necesitar usarlo.
El chico de castaños cabellos chasqueo la lengua al notar que su tiempo para jugar terminaba, por lo cual dio un paso hacia atrás…
– ¡!
Ante la sensación de algo cerca de su barbilla, observó como el joven a quien estaba por dar un golpe se encontraba con su puño a 0.5 mm de su barbilla, indicando que habría perdido la pelea sin haber acertado ese último golpe sorpresa, algo que claramente no aceptaría en voz alta o en vida siquiera.
Godou al ver que el chico no pensaba continuar con aquella tontería retiro su puño de la barbilla del mismo sabiendo que incluso un petulante como ese, no se atrevería a ser violento o grosero frente a un oficial.
– ¡Olvídelo ya no quiero nada! – Irritado dio media vuelta mientras se marchaba con su sequito en la espalda, dando una mirada de reojo al chico – "Haré que te arrepientes de haberte cruzado en mi camino bastardo, pues no sabes a que territorio has caído" – Y sin cuidado paso a un lado de la oficial saliendo del local.
Godou por su parte soltó un suspiro mientras retomaba su asiento con una clara mirada irritada por la manera en que empezaba su día.
Cosa cambió cuando sintió un abrazo a su derecha mirando a su prima Komachi darle uno para tratar de calmarlo, cosa funciono casi al instante cuando paso su mano por la cabeza de la misma y entonces el sonido de unas pisadas llamó su atención para ver a la oficial quien tenía una sonrisa en esos momentos.
– Si bien debería darte una reprimenda sobre hacer escándalo en un espacio público, soportar a ese tipo de persona sin duda no es una tarea fácil y menos cuando era en defensa personal tras ver que te atacaba la primera vez – Esta dijo para sorpresa del varón y con un guiño dijo – Vi el comienzo desde fuera y pensaba intervenir antes, pero sin duda fueron más rápidos antes de que pudiera entrar.
– Hubiera preferido no recurrir a la violencia en primer lugar, pero simplemente no soporto a imbéciles como ese – Respondió con sinceridad y clara molestia con solo recordar la cara de aquel sujeto – Me sorprende que en verdad hayas soportado a tal persona en más de una ocasión – Entonces paso su mirada a Beryl quien se acercó con un frape expreso en mano – ¿No he pedido nada?
La hermosa chica solo entrego el vaso al varón quien lo tomo.
– La casa invita – Beryl entonces dijo con una agradable sonrisa – No te imaginas las veces que viene diciendo tonterías como esa, en parte por culpa de una persona quien hizo una foto subida de tono con solo un delantal y un vaso de Starbucks en mano – Su rostro reflejo la molestia vivida de soportar al chico en anteriores ocasiones – Aunque es la primera vez que trae a más gente con él, temo lo que hubiera pasado de no haber estado presente o haber intervenido – Leve miedo escapaba de su boca ante la aterradora idea de las cosa que pudieron haber sucedido.
No es que Godou la culpara.
Si aquel bastardo no les dio la orden a sus compañeros de sujetarlo y entonces él pudiera golpearlo de tal forma, fue solamente porque su ira cegó sus pensamientos o daba por hecho que su sequito captaría el mensaje y actuaria sin necesidad de palabras, pues claramente era el tipo de persona que no jugaba limpio.
– Dado que la empleada del local es bastante agradable en realidad y si la casa sigue invitando, puede que me pase más seguido – Godou entonces dijo dando un sorbo a su bebida mirando a Beryl.
– Pues está encantadora empleada te sugiere que no te dejes llevar – La misma le dio una descarada mirada cruzándose de brazos, resaltando la parte de su aspecto con un tono más bien coqueto pero en señal de burla.
Fue entonces que ambos soltaron una risa tonta como la policía incluso si esta era entre dientes al ver la interacción de ambos adolescentes, solo Komachi quedo fuera de la situación pensando se trataba de cosas de mayores o su primo siendo él mismo.
Aunque para fortuna del varón el ambiente una vez pesado regreso a ser más amigable que antes.
– Pues si eso continúa no tienes que temer, me acaba de reasignar a esta zona dado que el anterior policía de la zona se está retirando así que puedes contar conmigo para tratar este tema de raíz, sin necesidad de una recompensa claro, que es mi obligación después de todo – Eso último lo dijo mirando al varón sentado con el vaso del frape en mano dando sorbos al mismo.
– Ayudas a una chica y eres un héroe de 5 minutos pero pides una recompensa por una buena acción y eres el malo toda la película – Respondió a la indirecta captada con una risa notoria en su palabras que resonaban con la encantadora oficial quien devolvió el chiste.
De la nada ya no eran un grupo de personas desconocidas que llevaran 5 minutos de conocerse, sino amigos de toda la vida en una reunión casual entre semana, demostrando a Komachi una vez más cuan poderosa era la sangre de su abuelo Ichirou o el genio de su primo con las mujeres incluso superior al del mismo.
Parte 3
– Fue divertido poder charlar un poco y disfrutar de un buen café por la mañana, pero es tiempo de marcharnos – Godou se levantó entonces tomando su maleta y con Komachi siguiendo su ejemplo – Espero que nos volvamos a encontrar – Dijo mirando a las dos encantadoras féminas sentadas en la misma mesa donde se hallaban.
Poco después de que el ambiente se hiciera afable es que la oficial fue tentada para quedarse y hablar un poco con aquellas personas, sabiendo que debía de continuar con su trabajo de vigilar la zona, pero al mismo tiempo fue casi tentador, por no decir hipnótico, la idea y cedió ante la voz que le tentaba a tomar asiento y pedir un café junto a una dona por muy americano que sonara.
Beryl quien no tenía muchos clientes en la mañana también tomo asiento y comenzó a hablar de ella, al punto donde Komachi y la misma parecieron compartir cosas similares y haciéndose tan amigas que incluso habían intercambiado números y correros para poder charlar sin problemas.
– Pues mi turno es en las mañanas por lo cual no debería ser un problema si toman esta ruta constantemente – Beryl dijo mucho más animada de lo que incluso ella misma esperaba, culpaba al par de hermanos quienes realmente sabían hacerse querer.
Más la mirada de ambos se puso un tanto nervioso ante tal comentario y aquello llamó la atención de la misma, pues no pensaba había dicho nada malo en su idea.
– En realidad esta no es la ruta que íbamos a tomar y solo pasamos por que había despertado a Komachi demasiado temprano y pensaba compensarla con un café pues recordaba este Starbucks, realmente deberíamos estar caminado a unas cuantas cuadras antes para llegar a la Academia St. Tachikawa – Reveló entonces con una sonrisa socarrona sabiendo que realmente poco probable era que pasaran a aquel establecimiento y menos de forma regular.
– Si ese es el caso entonces no debería de haber ningún problema – Más para sorpresa de ambos fue la joven policía quien les dijo algo curioso – La academia no está más lejos que un par de minutos, unos 8 como máximo, siguiendo hacia adelante e incluso un puente que conecta directamente con la entrada de la academia por petición de los padres de alumnas de tal escuela, al menos una de las 3 entradas de la misma.
– ¿Tiene 3 entradas? – Alzando una ceja Godou cuestiono la veracidad de tales palabras.
Y no era para nada extraño considerando que hablaban de una academia y no algo como un complejo de gran tamaño, solo podría esperar que se tratara de la entrada de los coches para los alumnos en una zona privada para ellos, pero eso a lo mucho sería una segunda entrada y limitada a maestros y no alumnos.
– Es una academia privada, ¿Tan raro te parece que tenga más de una entrada? – Respondió entonces la oficial Makiko con burla ante la extrañeza del varón con el tema – Y si solo eso ya te sorprende, quiero ver tu cara cuando veas el tipo de edificio que es – Fue su turno entonces de mostrar una socarrona sonrisa pero realmente animada – De todos modos, ahora saben que pueden pasar sin problemas por este lugar sin problemas y más les vale que no fallen o podría arrestarlos~ – Cantó aquella última advertencia mirando entonces a los dos chicos quienes no sabían si la misma hablaba en serio o solo estaba jugando.
Aunque realmente a Komachi solo le importaba una cosa.
– Entonces vendremos mañana también – Y eso era poder continuar con su nueva amistad quien respondió con una sonrisa igual de alegre.
Ambos primos confundidos por hermanos dieron una reverencia a las personas mayores frente a ellos antes de salir de la cafetería extranjera y entonces con unos ánimos renovados además de una buena cantidad de energía por la cafeína dieron paso su caminar hasta el puente que supuestamente quedaba a pocos minutos de donde estaban inicialmente.
Fue en medio de la cantidad de personas que pasaban ya a esa hora que iban de chicas jóvenes de la edad de Komachi hasta hombres y mujeres adultas con sus ropas de trabajo, hubo uno de ellos que destacaba y al mismo tiempo pasaba desapercibido, como si nadie pudiera verlo.
Un hombre de andrógina apariencia con un largo cabello negro oscuro sucio que resaltaba una piel horrendamente blanca y sus parpados rasgados al punto de parecer constantemente cerrados, si algo llamaba la atención del mismo era una enorme cicatriz o tatuaje quizás en su frente como puntos de saturación. Su cuerpo cubierto por el traje típico de un monje budista de épocas antiguas japonesas como si fueran del periodo Heian o anterior.
Con solo un segundo paso lado a lado de Godou quien como las demás no personas no tenía la intención de darle una segunda mirada y simplemente continuar con su camino.
Curiosamente después de haber paso a su lado y haber continuado un par de pasos, mientras continuaba caminando y charlando con su prima, volteó un poco su rostro para ver a aquel misterioso hombre quien daba una sensación moribunda y algo… malévola.
No creía que hubiera mejor manera de describir la presencia de aquel monje que tal palabra y algo en su interior le decía, no era alguien a quien debía de olvidar, incluso si no era una deidad o un Campione, su instinto le decía que podría cruzar su camino en más de un ocasión.
Decidió no pensar demasiado en ello y continuar con su camino, más el propio monje quien sabía obtuvo la atención de una persona que no esperaba encontrar, sonrió divertido acerca de lo que estaba por pasar y de su mano derecha pudo observar un objeto vendado y lleno de sellos a por montón con leve mancas rojas de un tono carmesí y un inmenso poder en su interior, mismo que al parecer reaccionaba con aquel ser que poco a poco se alejaba.
Pasando unos pocos minutos más, menos de los que la oficial había dicho en verdad, ambos familiares llegaron al puente anteriormente mencionado.
Si bien debía de cruzarlo para llegar a la entrada como había indicado la hermosa oficial anteriormente mencionada, Godou noto entonces la verdad acerca de la academia sin necesidad de acercarse cuando simplemente de aquel lado del puente, y realmente poco antes, se podía ver la nueva escuela de su prima y dejaba al varón sin palabras.
Un enorme edificio que se alzaba más allá de las demás construcciones de la zona donde incluso había una gran cantidad de verde dentro de la misma, incluso había una zona donde habían plantados arboles de sakura y alrededor el gran edificio habían al menos otras 2 de tamaños más pequeños en comparación.
– "Debato con mi tía de cambiar a mi prima de una escuela privada relativamente normal a una privada claramente para personas ricas, si es que buscaba alejarla del asesino de ricos en primer lugar" – Se dijo así mismo con una mirada de "Es en serio" a la academia no tan lejana en esos momentos.
Eventualmente ambos cruzaron el puente y como se les indico pudieron ver una de las entradas de la academia, donde una de las maestras se encontraba parada saludando a las diversas alumnas que entraban con sus uniformes y maletas entre charlas y leves risas, donde curiosamente habían más mujeres que hombres, más no pudo evitar notar que no había visto a ni un solo hombre en realidad.
Una mujer de unos 32 a 25 años de rasgos extranjeros con un largo cabello marrón claro sujeto con un chongo de una piel caucásica y unos ojos negros suave casi de un tono gris, un rostro atractivo casi seductor en realidad más su expresión severa no acentuaba bien tal encanto natural con una nariz apunando arriba y unos gruesos labios de un tono cual melocotón. Llevaba una playera blanca sin mangas que apenas podía contener su busto de tamaño considerable que podía incluso rivalizar con la de su tía, además de una falda roja que mostraba un poco su figura pero vagamente, lo más llamativo era sin duda los lentes que usaba junto a un par de pendientes con un diamante en ellos.
– Buenos días – Godou entonces saludo a la hermosa maestra quien dio una rápida mirada al varón quien vestía un uniforme claramente diferente.
– ¿Lo puedo ayudar en algo caballero? – La misma sin perder sus modales preguntó al varón si acaso estaba perdido o similar.
– Más que ayudar – Con una intranquila sonrisa por tal formalidad, paso su vista a Komachi quien se encontraba parada a su derecha – Mi nombre es Kusanagi Godou y soy el primo como tutor legal provisional de mi prima aquí presente, Hikigaya Komachi, quien se transfirió recientemente a esta academia y como tal, no solo la acompaño para que conozca su nueva escuela sino también con la intención de darle mis datos en caso necesite comunicarse conmigo – Así mismo explicó la razón de estar ahí en esos momentos.
– ¿No es muy joven para ser un tutor legal? – Más la maestra no confiada con respecto a las palabras del varón fue que alzó una ceja acusadoramente y se cruzaba los brazos, lo que de alguna manera resaltaba una belleza madura – Incluso es obvio usted poseería un tutor legal antes de serlo, O ¿Acaso usted es un joven emancipado? – Y como uno esperaría fue que cuestiono considerando alguna opción dentro de lo posible.
Una nerviosa sonrisa se apodero del varón mientras desviaba la mirada de la claramente honesta maestra frente a él, pues realmente no sabía cómo explicar la ausencia del verdadero tutor legal tanto suyo como de su prima.
– Mi abuelo quien es el verdadero tutor legal de mi prima como también el mío, se encuentra fuera de Japón en un viaje hacia las Islas Canarias y dejo a mi cargo el cuidado de la misma hasta su regreso, por esa misma razón vine para dejar mis datos pues incluso si uno se comunicara con él no serviría de nada pues solo reenviaría el mensaje a mi persona, por lo cual es más eficiente informar sobre tal cosa y de paso dar los datos que se usaran hasta un tiempo indefinido – Informó entonces de la situación.
Claramente la maestra no creería eso y Godou para nada le culpaba, si fuera él un maestro y un joven le dijera tal cosa no le creería en lo absoluto.
– ¿De verdad espera que crea algo como eso? – Y sin mucha prisa demostrar que su pensamiento no era erróneo.
(Incluso si quiere creer eso ¡No es más que la verdad!)
Fue lo que quiso decir en esos momentos ante la realidad y fama de su familia, incluyéndolo a él mismo por mucho que le gustara pensar lo contrario, pero una vez más, eso no cambiara nada el hecho de que no tenía manera de demostrar su argumento por muy inverosímil que sonara en primer lugar.
Sin más que la honestidad de su lado, intentó a decir un par de cosas para convencer a la maestra con respecto a que no estaba mintiendo, más algo le detuvo en esos momentos.
– Mi madre, quien junto a mi padre debían partir fuera de Japón en asuntos con relación al negocio familiar, considerando la posibilidad de esta situación en específico me dio esto para explicar la situación actual – Komachi intervino entonces llamando la atención de ambas personas mayores mientras sacaba de su maletín una carta que fue dada a la maestra.
La misma tomo la carta en manos y comenzó a leer su contenido poco a poco, donde su severa expresión cambio a una de sorpresa con una clara duda, pero una prueba irrefutable dentro de la misma dejaba en claro que todo lo que leía era verdad.
– ¿Hay algún problema Miss Namhorm? – Fue entonces cuando una nueva voz interrumpió al grupo.
Una mujer joven de unos 22 a 25 años posiblemente con un corto cabello negro estilo tazón de una tez bronceada semejante a la de Godou con unos ojos negros claros cual chocolate negro, un rostro de caracteres animadas como despreocupas que hablaban de su personalidad con simpleza. Llevaba un saco deportivo azul de addidas junto con un silbato en su cuello demostrando su clase además de un pantalón deportivo de la misma marca que abrazaba su figura de reloj de arenas que sin duda daba pele al de Mio.
– Miss. Waam buen día – La nombrada maestra saludo entonces a su compañera con una sonrisa y una leve reverencia educado que fue imitado por la misma maestra extranjera – Y con respecto a su anterior duda, puede que sea un tema que deba ser tratado con la directora, si no es una molestia, ¿Podría escoltar a nuestra nueva alumna junto a su primo con la directora y hacer entrega de esto por mi parte? – Entonces le pregunto mientras extendía en su mano derecha la carta anteriormente dada por Komachi.
La maestra estaba sin duda confundida por tan repentina petición, más tampoco tenía una razón verdadera para negarse.
– No hay ni un solo problema – Entonces la misma tomo la carta y miró a los dos jóvenes frente a la maestra con lentes – Les pido por favor seguirme y no quedarse demasiado lejos, lo menos que uno quisiera sería perderse en una academia que no conoce – Y demostrando ese espirito más libre en comparación con su compañera, dio comienzo a su leve guía.
Los dos primos entonces siguieron a la nueva maestra, aunque Godou tenía curiosidad con respecto al contenido de la carta, más su duda cambió de tema a otro que venía con mayor fuerza.
Entre el largo camino hacia el edificio educativo con árboles en todos lados pintando el alrededor con colores verdes a rosados por los árboles de alrededor, aunque no se podía evitar notar el color marrón en unas hojas por la cercanía del invierno, más no era el tema de los árboles que le rodeaban los pétalos y/o hojas que de vez en cuando caían de los mismos, sino aquella obviedad que los rodeaba con facilidad.
Mirara donde mirara solo podía ver chicas caminando y charlando, todo con los mejores modales posibles e incluso su propia prima encajaba en dicha imagen, cosa provocaba que su propia existencia en ese lugar pareciera una mancha de barro en una playera blanca.
Claramente eso provocaba que algunas de las chicas miraran donde él se encontraba y le miraran específicamente a él.
Algunas con clara curiosidad, otras un tanto nerviosas, habían quienes tenían veneno en sus ojos y otras con una… peculiar mirada a su persona.
– Disculpe la molestia, pero podría ser esta escuela, ¿Una academia solo para mujeres? – Sin dejar de pensar en una duda que no sería respondida solamente pensando, decidió preguntar a su guía directamente.
La ausencia de otros hombres no hacía más que darle esa imagen y realmente considerando que era una academia para chicas de alta cuna, una academia solo para mujeres tampoco sonaba como algo de otro mundo dentro de las altas castas, de hecho incluso era algo bastante común para evitar el conocer a varones o de mala calaña como abusadores de las hijas que representaban una mitad de un fortuna por parte de la familia como la del marido a obtener.
Podía escucharse como algo cruel y sin duda sería de los primeros en ir en contra de tal ideología, pero no podía mentir con respecto a dicho tema considerando que esa era la realidad de muchas personas importantes, mirando en sus descendientes más un camino a multiplicar su fortuna que personas.
– En parte estás en lo correcto y al mismo tiempo te equivocas – Respondió la maestra dejando confundido al varón – La Academia St. Tachikawa es sin duda una academia Mixta donde pueden ingresar tanto hombres como mujeres sin problema, sin embargo, al mismo tiempo es un convento católico.
Ante esa información el varón se sorprendió un poco al igual que su prima, quien al parecer no sabía nada acerca de ello.
– O más correctamente hablando, lo era – Continuó para entonces señalar la enorme infraestructura – Inicialmente la academia era una iglesia remodelada como un refugio por parte de misionero extranjeros para dar ayuda al País de Japón durante el trágico evento grabado en…1945 – Al mencionar la fecha, la maestra no pudo sino sentir algo en su garganta mirando de reojo a los chicos nacidos de tales tierras.
Godou frunció el ceño sintiendo una sensación de molestia ante el nombramiento de la fecha en cuestión, mientras Komachi desvió la mirada al suelo un par de segundos sintiendo tanta tristeza incluso si fue un evento de un pasado no tan lejano reamente.
– En la actualidad el convento paso a convertirse en una gran academia, más la directora quien era la heredera del lugar no borro por completo el trabajo del convento, convirtiendo la Academia St. Tachikawa como una academia religiosa y por esa razón es que las aulas de chicos y chicas está separada, donde en este lado del convento pertenece a las chicas y esa es la razón de que todas presten un tanto de atención a tu persona por ser un varón como también el que solo vas chicas – Explicó entonces cambiando el tema de la fecha como de paso terminar de dar la razón al joven sobre la cantidad total de mujeres.
Poco después de eso Godou en verdad pudo notar a mujeres adultas con las respectivas ropas de monjas o algunas con algún accesorio en forma de cruz o con algún ángel.
Eso solo le dejaba una pregunta importante:
¿Cómo sería la directora de esta academia?
Parte 4
En la parte más alta del antiguo convento (el cual era de básicamente 5 pisos sin contar la punta donde estaban), la directora yacía sentada en su silla giratoria detrás del escritorio negro con una variedad de objetos que iban desde papeleo interminable hasta una laptop o una barra donde yacía su nombre [Principal Naomi Grace] una lámpara que apuntaba al centro, posiblemente de uso durante días muy nublados, como también un portalápices.
Una mujer madura en sus 40 años por más joven que se mirara de un corto cabello negro como el azabache de una piel extremadamente pálida cual nieve y con unos ojos negros cual noche sin estrellas detrás de unos lentes cuadrados de asta fina negros, un rostro hermoso cautivador que robaría el aliento de cualquier hombre que le diera una mirada en especial con sus facciones regias y maduras. Vestía con un saco morado de líneas blancas verticales bien abotonada salvo las primeras del pecho donde había un tipo de playera blanca más había una zona del busto expuesta todavía mientras llevaba una falda a juego con su saco oculto detrás su escritorio.
Actualmente se encontraba con la carta escrita por parte de la madre de Komachi hacia la institución para confirmar que actualmente su sobrino sería el tutor legal temporal de su hija, solo hasta que el ausente abuelo regresara del viaje fuera de Japón retomando sus obligaciones como tal.
La misma dejo tranquilamente la carta en su escritorio y paso su mirada al varón sentada justo delante de ella, el cual claramente se encontraba nervioso por toda la situación.
– Miss. Waan podría hacerme el favor de llevar a la joven señorita Hikigaya a su aula para que pueda dejar sus pertenencias y empezar a socializar con las demás chicas, dado que es una alumna no debería de quedarse demasiado en la oficina de la directora – Mientras misma hablaba saco de uno de los cajones de su lado del escritorio lo que parecía ser una hoja enmarcada que extendió a su nueva alumna – Este es su nuevo horario de clase Hikigaya-san, espero pueda memorizarlo o anotarlo en un lugar donde no la vaya a olvidar – Aconsejo al tiempo que sus rosados labios se alzaban suavemente hacia arriba en una encantadora sonrisa.
– S-sí – Komachi tomo entonces el papel enmarcado para levantarse de su asiento y mirar a su primo, el cual solo mostró una tranquila sonrisa – Con su permiso – Con una reverencia dio media vuelta al tiempo que la maestra en cuestión abría la puerta del despacho y salía junto a ella.
Eso dejo entonces al varón enfrente de la intimidante mujer quien lideraba la escuela.
– ¿Se le ofrece un café? – Preguntó de la nada la directora sacando al varón de sus pensamientos.
– ¿Eh?
– Preguntaba, ¿Quisiera tomar una taza de café? – Repitió la pregunta entonces al confundido varón, y este pareció procesar tan rápido como Windows XP o Internet Explorer al abrir una ventana.
– Sí no es una molestia – Aceptó entonces la humilde invitación de la maestra.
La misma con aquella suave pero elegante sonrisa asintió para levantarse de su cómodo asiento y caminar hacia una máquina de café que había en la habitación.
Claramente una maquina curiosa de ver en un despacho como lo era la oficina del director en vez de en la sala de maestros o su zona de descanso, más bien podría ella madrugar demasiado y era más eficiente tener una en dicho lugar que ir a por uno en la zona correspondiente, sin mencionar la obviedad de que, claramente, cada quien hace lo que quiere con el espacio que usa.
En unos pocos segundos el cuarto se llenó con un amargo olor un tanto ya familiar para el varón solo ese día, más no por ello no le daría otro trago si se le daba la opción, por no decir que sería maleducado no aceptarlo tras que se le fuera invitado.
– Entonces joven Kusanagi, ¿Dónde dijo que se encontraba su abuelo en estos momentos? – De la nada la directora cuestiono al joven sin dejar de mirar la máquina de café.
– En las Isla Canarias – Respondió casi al instante entonces.
La directora entonces comenzó a verter el café en dos tazas y con cuidado tomo los platos debajo de las mismas y dio media vuelta, caminando de forma elegante y tranquila sin hacer demasiado ruido y sin mover el contenido de las tazas sin importar el paso que diera, claramente un arte extremadamente entrenado, principalmente por personas de alta cuna como esperaba fuera la misma.
Llegando a donde una vez estaba sentada Komachi, la directora extendió su mano donde llevaba una de las dos tazas hacia el varón.
– Gracias – Y el mismo la aceptó gustoso.
– ¿Le molesta si tomo asiento aquí frente a usted o le sería acaso incomodo? – Cuestiono entonces mientras con su mano libre la colocaba en el respaldo de la silla ahora vacía.
– No me importa en realidad, pero, ¿Segura no quiere sentarse en su silla, claramente más cómoda, detrás del escritorio de su oficina? – Fue la respuesta como duda del varón ante la repentina petición de la directora, por no mencionar que aquella era su oficina y no debía de pedir permiso en primer lugar.
– Solo uso esa posición al hablar con alumnos problema o con padres con alguna queja severa, si ese no es el tema, suelo preferir estar en una posición menos dominante y charlar con tranquilidad sobre el tema en cuestión – Le respondió la directa para entonces sentarse con elegancia en la sencilla silla mientras tenía su taza sujeta con su mano derecha – Siempre he pensado que no es lo mismo hablar con la Directora que simplemente hablar con Naomi Grace y espero está charla sea entre Kusanagi Godou y Naomi Grace, así que cuéntame joven Kusanagi, ¿Qué hace tu abuelo en las Canarias? – Entonces soltó una nueva duda mientras iba a darle un sorbo a su café antes de detenerse y mirar al varón con un poco de pena – Creo que no le pregunte si quería azúcar con su café.
– No se preocupe así está bien – Respondió con una sonrisa para dar un sorbo – Delicioso – Comentó entones lo que opinaba del café.
– Le agradezco – Y la maestra estaba satis fecha de escuchar tal halago para dar un sorbo a su propia taza.
– Con respecto a mi abuelo – Entonces retomando la pregunta de la directora – Un amigo suyo fue diagnosticado con un tumor en la cabeza que podría ser cáncer cerebral, para fortuna parece ser tratable y no letal como se esperaba en el comienzo, pero al parecer está demasiado decaído y el doctor teme que un efecto placebo lo lleve a su indudable muerte y ante tal situación, una de sus hijas tomo su teléfono y marco al número de mi abuelo para contarle toda la situación esperando que pudiera animarle y darle fuerza para combatir lo que le sucede – Su voz sería dejaba en claro que no era una broma ni una historia inventada de la nada e incluso sus ojos mostrando simpatía por el pobre hombres con un posible letal destino.
No conocía a ese amigo de abuelo, sin embargo podía compadecerse de su destino como también de su situación, esperando que la fortuna le dé una sonrisa ahora que su abuelo se encontraba con él en esos duros momentos.
– Tu abuelo sin duda debe de ser un excelente caballero si viajo hasta tal lugar por un amigo en tal estado – La directora habló con una media sonrisa sintiendo empatía por la pobre victima que al menos estaba bien acompañado.
– 'Por un amigo y una promesa, hasta lo imposible debe convertirse en posible', fue algo que aprendí de él – Citó entonces una de las frases del mismo con una gran sonrisa.
Pues con eso no podía mentir en lo absoluto, pues para Godou, su abuelo era sin duda una figura demasiado importante en su vida como en sus memorias, una persona a la que admiraba al punto de querer ser más como él que cualquier otra persona…
Sin la fama de ser un mujeriego muchísimo mejor.
– ¿Sabía usted Kusanagi-san que una persona puede saber mucho de otra solo con una charla de pocos minutos? – Grace de la nada cambió el tema para sorpresa del varón, quien no esperaba tal situación.
– Creo que mi abuelo había mencionado algo como eso – Intentó hacer memoria del momento exacto en que hubiera escuchado decir algo como eso al mismo, más realmente no tenía un recuerdo tan claro de ello – ¿Tal vez en vez de decirlo fue lo que pensé al verlo hacerlo? – Se preguntó a sí mismo un tanto curioso de tal posibilidad, después de todo, no sería raro ver a su abuelo en una situación donde conocería a una persona con solo sentarse a hablar una vez con un mero desconocido.
Sin saberlo la propia directora realizaba tal experimento en su persona.
Desde la taza de café que le ofrecía hasta hablar sobre su familia en esos momentos, todo era parte para poder discernir la naturaleza del joven frente a ella, el cual pase a estar cara a cara y con sus cuerpo en banquete para ser devorada por la vista del varón, este mismo solo le miraba a la cara con las más inocentes y honestas sonrisas, nunca mirando de reojo su busto o cuando servía el café su trasero.
Al tocar temas cercanos a familiares demostrar como hablaba con ellos y que tanto era verdad como que podía inventar, pero las manchas de mentira no se formaban en ningún momento, solo atención a sus palabras y respuestas del fondo de su corazón.
– A pesar de encantarme la idea de poder hablar un poco más con usted Kusanagi-san, ante la hora actual sería mejor marchara ahora si no desea llegar tarde a su propia escuela – La directora señalo entonces un reloj a un lado de la habitación que demostraba la hora para un sorprendido Godou – Si posee los contactos a su persona puede dejarlos sobre el escritorio, en caso contrario no debe molestarse en dejarlo teniendo en cuenta que la propia Hikigaya-san nos puede dejar los datos necesarios.
– No hay problema, ya los tenía apartados – Godou se levantó de su silla y entonces dejó su información como correo y número celular en un papel sobre el escritorio – Con su permiso debo retirarme…
– Espero un segundo por favor – Más la directora le detuvo para su sorpresa – ¿Recuerda el camino hacia la salida? – Con esa pregunta miró al varón en espera de una respuesta, la cual solo llego en un corto silenció – Si me da un segundo – Se levantó de su silla y fue al comunicador de su escritorio que encendió – Hermana Marine sería tan amable de presentarse en la oficina de la directora lo antes posible – Y entonces llamó por las bocinas de la academia antes de apagar el botón – En un momento una de las hermanas le guiara a la salida más cercana posible.
Al escuchar eso Godou no deseaba recurrir a tanto, eventualmente podría encontrar la salida por su cuenta, más antes de poder decir tal cosa…
[Toc-toc-toc]
El sonido de la puerta se escuchó y eso le había sorprendido bastante, pues no esperaba que una persona llegara tan rápido hacia la oficina con tan solo un par de segundos tras haberla llamado.
– Puede pasar – Entonces la directora dio el permiso mientras se sentaba una vez más en su escritorio cruzando suavemente las piernas, algo que llamaría la atención de cualquier hombre, salvo el que se encontraba frente a ella quien miró a la puerta – "Sin duda una persona interesante" – Se dijo a sí misma con una sonrisa bastante encantadora.
Godou por su parte se había quedado sorprendió cuando miró a la hermana de nombre Marine.
Una monja solo un par de años mayor a su persona con un cabello rojo granate largo con una parte oculta con su cofia negra con blanco que iba bien con su pálida piel como si el sol nunca le tocara por no mencionar sus exóticos ojos rojos como piedras de rubí, un rostro dulce de características suaves dignas de una muer de fe que al mismo tiempo podría despertar el pecado dentro de uno. Como uno esperaría usaba su traje de monja el cual resaltaba bien su figura femenina en especial la zona del busto que era la más destacable.
– Mando a llamarme madre Grace – La encantadora joven preguntó al entrar al cuarto, solo para mirar entonces al varón en medio de la habitación con leve sorpresa – ¿Un nuevo alumno de la sección masculina? – Preguntó entonces ante la primera cosa que se le vino a la mente tras ver a un chico de misteriosa cara en la habitación.
– No hermana Marine, le presento a Kusanagi Godou, su prima empieza a estudiar en la academia y como sus padres no están en Japón por términos laborales y su abuelo ausente por razones personales, vino a informar sobre la situación y brindar sus datos para llamarlo como el tutor legal provisional de la misma – La directora entonces explicó la presencia del varón – Y con sus asuntos arreglados espera poder marcharse antes de que pueda llegar tarde a su propia academia así que esperaba puedas guiarlo a la salida cuanto antes – Así entonces le explicó la razón de haberla llamado tan de imprevisto.
– Comprendo – La misma asintió con una sonrisa para pasar su vista al joven – Si ese es el caso, por favor sígame – Con una leve reverencia dio media vuelta para poder guiar al joven hacia la salida.
Godou asintió mientras iba a espaldas de la monja, para detenerse en la puerta y dar una mirada de reojo a la directora, quien espero ver cómo sería la1 despedido del chico.
– Muchas gracias por tomar su tiempo conmigo y gracias por el café – Con su sonrisa marca Kusanagi dio una leve reverencia antes de marchare hacia donde la hermana iba.
Cuando la puerta se cerró, la directora se quedó sentada mirando la puerta con una sonrisa divertida de toda la situación, tomando entonces el papel con los datos del varón y procediendo a guardarlas de momento, cuando entonces levantó la mirada y sin nadie presentes…
– ¿Qué es lo que piensas del 7mo rey? – Preguntó entonces al aire por lo que parecía, más la misma dio media vuelta con su silla hacia la ventana de su despacho.
Del otro lado de la pared se encontraba una persona encapuchada sentada con una de sus piernas atrapada con sus brazos y la otra dejaba caer en el borde de la pared, más lo que sin duda destacaba de aquella persona, era un par de alas blancas como la nieve misma que miraba al cielo azul en esos momentos.
– Una persona misteriosa – Fue lo que respondió aquella persona con un tono voz sin duda masculina – Sin duda creo que terminara involucrándose en muchas cosas complicadas, incluso tal vez con los actuales Rojo y Blanco, la pregunta verdadera que debemos hacernos es: ¿Será un enemigo más o podría lo que falta para completar la paz entre facciones? – Menciono pensando en el tema sin apartar la mirada del cielo.
Parte 5
– Realmente le agradezco su ayuda para encontrar la salida – Godou le dio entonces una pequeña reverencia a la hermana después de haber llegado de forma relativamente rápida a la salida de la academia/convento.
– Usted no tiene nada que agradecerme – Respondió la monja con una suave risa – Solo hice lo que la madre Grace pidió hiciera y nada más, en todo caso, que dios bendiga su día con salud y buena fortuna – Unió sus manos enguantadas en una pose de rezo mientras daba tal despedida al varón sin perder su hermosa sonrisa digna de una inocente y pura monja.
Sin más razón para quedarse donde estaba fue entonces que comenzó a marcharse continuando por el camino que recordaba era por donde llegaría a su nueva escuela.
Fue entonces cuando solo un par de pasos después de haber salido directamente del alrededor de la academia de su prima [ ~ ~ ~ ] un sonido había llamado su atención junto con la sensación de algo temblar en su bolsillo derecho, sacando del mismo su teléfono para mirar en la pantalla un nombre bastante conocido.
– ¿Se puede saber por qué no te has comunicado conmigo como quedamos harías la noche de ayer? – La voz de Erica salió del otro lado del teléfono y como Godou esperaba, no se escuchaba para nada contenta.
– Tuve complicaciones al dejar a Komachi en su academia, no es fácil explicar como un adolescente apenas unos años mayor a una nueva alumna de transferencia se presenta como tutor legal provisional debido a la ausencia de sus padres en el extranjero por temas de trabajo y un abuelo fuera por un amigo enfermo casi moribundo – Fue la respuesta de Godou con leve molestia y no por ser regañado, sino por haber predicho todo lo que iba a suceder y no encontrar una manera de demostrarlo de ante mano.
– Lo hecho hecho1 está – Erica suspiro sabiendo que algo como eso en realidad le sucedería a su marido – He cambiado de plan y Lily se movilizó cerca de donde estás para llevarte a una zona más cerca de la academia para que no llegues mucho más tarde que Mio, lo que menos queremos es que un demonio ataque sin tu presencia cerca – Informó entonces del cambio de planes que se llevaban a cabo – Actualmente Ena es quien está de guardaespaldas en estos momentos en búsqueda de cualquier señal de peligro cerca de ella, solo espero que a partir de mañana sigas mejor el plan.
– ¿Algún rastro de demonios cerca de la zona? – Preguntó con leve seriedad del asunto ante su clara ausencia o su tiempo consumido, más no podía hacer nada más en esos momentos en realidad.
– La fortuna parece sonreírnos este día – Fue la respuesta de Erica de forma un tanto poética – Más no bajaría la guardia por un buen primer día, así que te remarco una vez más, trata de seguir el plan a partir de mañana – Recalcó sin piedad evitando que su rey cambiara de tema como deseaba hacer.
– Lo intentare – No confiado ante la posibilidad de cualquier situación que pudiera quitarle tiempo, todavía intentaría hacerlo en bien de su nueva hermana.
El plan que Erica mencionaba tanto no era otro que un camino hacia la academia tanto para Mio como para él, tomando caminos adyacentes con la vigilancia puesta en la joven descendiente de Wilberto que funcionaría como un guardaespaldas o simplemente para comprar tiempo si el nivel del mismo era superior al de las chicas o similar al de Humpty Dumpty, donde el único en verdad podría hacer algo sería el propio rey demonio.
Así entonces Mio iría por el camino de siempre encontrándose con sus amigos de la academia o simplemente haciendo lo que ella hacía, Godou por su parte iría a contra esquina en una calle diferente pero en el mismo espacio que Mio, donde de ser necesario iría corriendo hacia ella para pelear en contra de la amenaza al mismo tiempo, María caminaría por otra zona en búsqueda de esencia demoniaca para dar paso a una caza de demonios.
Después de todo y según María, lo que más podría afectar la vida de Mio eran los demonios de alrededor que podrían alertar a los miembros del clan de los héroes.
Dicho nombre en realidad revelaba de lo que se trataba, considerándose uno de los grupos mágicos externos al Comité de la Verdadera Historia como también uno más antiguo que el mismo, pero conservadores al punto de no plantarse como la organización principal no deseosos de compartir su entrenamiento o cambiar sus costumbres.
Al menos era de esa manera en la que Kaoru los describía.
– Si algo sucede me contactare de inmediato – Sin más razón para continuar la charla, más allá de simplemente deseo de escuchar la voz del otro, eventualmente debían de colgarse el uno al otro – Suerte en tu primer día y no te atrevas a buscar un amante solo llegando o puede que en verdad me deje llevar por la ira y clave a Cuore di Lione con la maldición de Longinus repetidamente en tu corazón, después de todo, algo como eso de seguro que no es nada para ti – Finalizó entonces su mensaje con una dulce voz que sin duda demostraba lo serio que iba con el tema.
– Sabes que no haría algo como eso – Respondió sintiendo el sudor frío recorrer su frente ante tal pasional amenaza – "Mierda, no me es difícil verla hacer tal cosa si intento imaginarlo" – Y el color de su piel poco a poco bajaba ante el miedo de su improbable (según él) destino.
– Te amo – Y entonces con honestidad declaro sus sentimientos una vez más antes de colgar.
Guardo el celular entonces y levantó la mirada mirando el camino para notar algo, incluso entre la cantidad de personas que había alrededor en esos momentos, un hermoso brillo plateado fue todo lo que pudo observar en esos momentos, provocando entonces una sonrisa en su rostro.
Dentro de lo que claramente era un callejón oscuro y bastante sucio como uno cabría esperar, tal vez no al nivel de los que uno encontraría en ciudades americanas como NY o Las Vegas, se encontraba tal hermoso brillo blanco que destacaba con simpleza.
Como un diamante blanco en bruto en medio de un montón de carbón o tal vez el único vestido de boda que conservó su color tras ser empapado con lodo.
Cualquiera que fuera la comparativa que dieran, simplemente la belleza plateada era algo que uno no podría evitar notar y pase a ello, parecía ser que él único capaz de darse cuenta de ella era el rey demonio y nadie más, que de ser el caso, tampoco le molestaba.
– Lamento haberte hecho esperar, Liliana – Se disculpó entonces llevando su mano derecha detrás de su cabeza con una sonrisa nerviosa.
– No tiene nada de que disculparse mi señor, le dije a Erica que era necesario pensar en una buena forma de hacer pasar la situación de su prima y ella lo dejo de lado – Suspiró suavemente incluso aunque había acertado en su predicción en el día de la planeación – Aunque me imagino que no fue accidental sino que esperaba algo con eso, algo que al menos ahora no puedo pensar que puede ser – Frunció un poco el ceño recordando de quien hablaba y como era su amiga de la infancia en realidad.
Erica por nada en el mundo pasaría un solo ni simple detalle de lado sino creyera que fuera necesario, pues en lo que se trataba de tener el control de la situación, no hay espacio para una sola cosa que no estuviera dentro de lo planeado, incluso si eso significaba no decir nada a sus compañeros en afán de que funcionara y tras eso ninguno de ellos le diría nada más que un par de acusaciones antes de aceptarlo, pues así era ella.
Liliana no dudaba que tal vez la propia Erica dejo de lado el tema en afán de que Godou hiciera lo que hizo y dejara todo a manos de su habilidad social nula, de tratarse de un hombre en vez de una mujer, para tratar el tema y de alguna manera eso se volviera un apoyo a futuro, por muy ilógico que sonara en primer lugar.
Claro si no fuera Erica de quien hablara, pues muchas cosas ilógicas que ella pudiera pensar, terminaban por tener todo el sentido del mundo cuando ella hacia realidad su propia habilidad nata que sin duda parecía una magia propia.
– Sin embargo, podemos dejar ese tema de lado y centrarnos en… lo importante – De la nada su voz levemente seria como estricta que era característica de su persona, tomo un tono más suave y sumamente femenino.
Sus ojos azules como los más hermosos zafiros obtuvieron de la nada un brillo vidrioso al tiempo que su piel hermosamente blanca, se pintaba de rosa en sus mejillas mientras de la nada desviaba su mirada lejos de la del varón.
Un comportamiento extraño de la propia caballera quien se mantenía recta y firme en todo momento, de un carácter frío casi distante en primera instancia cuando se le ve, más aquello solo era una parte de su encanto natural que no era diferente al de una princesa salida de un cuento de hadas…
O incluso que fuera un hada misma.
Y no fue poco después que las mejillas del varón también se volvieron de un color rosa al entender la razón de su actuar, pues como Erica había mencionado, debían de viajar hacia su academia de una manera más rápida para que no llegara tarde o se mantuviera demasiado tiempo lejos de Mio y para lograr tal cosa…
– Debo hacer uso de Vuelo antes de que sea incluso más peligroso su uso por la gente de alrededor – Sus palabras salían nerviosamente de sus humedecidos labios con un tono de vergüenza, casi como si la misma Liliana buscara una excusa.
El arte mágico característico de las brujas, descendientes de las diosas madre tierra, era sin duda el hechizo de Vuelo, mismo que no tenía nada que ver con su representación artística o animada del cual se requiriera una escoba, pues tal magia en realidad tenía un concepto diferente al que uno pensaría.
Se cree que la magia Vuelo es en realidad una imitación de la Velocidad Divina perteneciente a las autoridades de los dioses, aunque es más probable la idea fuera sacada de un Re Demonio Campione de antaño quien habría tomado la autoridad de una diosa madre tierra, pues dichas habilidades compartían bastantes peculiaridades más enormes diferencias también.
Si le preguntaras a una persona como es que funcionaba el hechizo, lo más probable es que no supiera responder adecuadamente sea este incluso una gran bruja o un sabio mago, estos solo darían una mera explicación al respecto de lo que se consideraba.
Una vez un hombre dijo: "En vez de decir que la presencia más importante para los magos son los Campiones, debemos decir que los magos somos las imitaciones de los Campiones"
Que hechizos nacieran en base a las autoridades usurpadas de los dioses primordiales de los Reyes Demonios del pasado no sonaba como algo imposible, principalmente por el hecho de que era más fácil tratar con los humanos ascendidos a reyes que con los dioses quienes con un solo pensamiento, podían hacerse invisibles incluso para los mejores magos.
– De acuerdo – Godou acepto entonces la petición de Liliana.
El varón poco a poco se acercó a la encantadora joven bruja, misma quien estaba en esos momentos a espaldas del varón con un aura azulada rodeando su cuerpo, más atenta al sonido de las pisadas de su señor.
Para que dos personas pudieran realizar un vuelo adecuado con el hechizo del mismo nombre, bastaba con que la otra persona pusiera su mano en cualquier parte, ya fuera la cabeza, hombros o incluso la espalda de la misma y esta brindaría la magia en esa persona, logrando que entonces ambos pudieran volar incluso si la otra persona no tuviera energía mágica o no supiera el hechizo, siempre y cuando el contacto se mantenga pues de soltarse la magia terminaría.
Tal era la razón por la cual se decía que la mejor manera para realizar el hechizo con otra persona era que el acompañante pusiera su mano en el hombro de la bruja y la sujetara fuerte, de esa manera seria fácil enviar el hechizo a la otra persona y que la bruja pudiera moverse sin complicaciones.
¿Por qué verter poder mágico en la otra persona y no reservar ese costo volando?
Es algo que puede alguno se pregunte y en realidad es sencillo.
Una de las similitudes entre la Velocidad de Dios con el hechizo de Vuelo era alterar el peso gravitacional del usuario, lograr que el peso de una persona sea equivalente al de una pluma o menos que eso, permitiendo al cuerpo moverse con la agilidad de una abeja en el aire o un gorrión, más no por ello se ven exentos de las leyes de la gravedad como lo era la Velocidad Divina, por lo cual su vuelo y manejo en el aire podía variar de llevar un peso extra, haciendo que fuera más fácil verter poder en ese peso extra que él no hacerlo.
Más una característica especial perteneciente a los Campiones era su alta resistencia mágica fuera esta benigna o maligna no importaba, cualquier magia que intentara afectar a un rey demonio sería simplemente destruida, razón por la cual Godou no podía simplemente tomar del hombro a Liliana para realizar el hechizo Vuelo como lo haría en otras situaciones.
Claramente no era la primera vez que realizaban una actuación como aquella y era tan simple como que Liliana sujetara al varón del brazo, incluso cargarlo de estilo nupcial, abrazarlo era también otra opción, cualquiera que fuera el caso simplemente ambos estarían en un contacto cercano sin duda y eso era un tanto vergonzoso para el hada celeste.
Claro estaba el hecho de estar más que contenta con la idea, incluso si no lo pudiera demostrar abiertamente, más sin embargo…
– M-mí señor – Con sorpresa miró a su espada con su cara toda enrojecida tras sentir un suave tacto alrededor de su cuerpo.
Godou había quedado a espaldas de Liliana y antes de que pudiera preguntar acerca de cómo se sujetaría, había envuelto a la encantadora joven alrededor de sus brazos sujetando con una suave fuerza el abdomen de la misma quien se tensó rápidamente ante tal acto inesperado y sin aviso, algo que el propio rey sabía era y aun así lo hizo.
Sin importar como lo mirara tal cosa era una acción extraña en su persona.
Debería haberse gritado mentalmente desde el momento en que tuvo tal pensamiento o hubiera dudado para hacer tal acción, más sin embargo fue todo lo contrario, simplemente hizo lo que pensó y no se encontraba avergonzado ni nada menos, incluso su astucia ganada como si de la nada hubiera aparecido, fue tal que acerco su boca al oído de Liliana y susurro.
– No tenemos todo el día – Evitando de esa manera cualquier objeción por parte de Liliana.
Con su rostro totalmente rojo de la vergüenza por las acciones de su señor, asintió en silenció con una sonrisa de felicidad en cara que se alegraba este mismo no le mirara poner, sabiendo que debía de ocultar a toda costa este momento con su señor de Erica costara lo que costara.
– 'Bendición de Artemisa concede el uso del vuelo' – Cantó palabras de poder y con un salto, sobrepaso el más altos de los edificios de la zona para entonces moverse a su destino.
En lo alto del cielo la hermosa hada plateada volaba como un ave con su señor abrazando su espalda, viajando hacia el lugar de destino que se encontraría cerca de su nueva escuela, donde no conocía a nadie más que Mio, misma a quien debía de ignorar por petición de la mima para ayudarle de alguna manera que no podía comprender.
Ciertamente podía sentir un poco de nerviosismo al pensar en eso, era la primera vez en su vida que sería un alumno de transferencia, comenzando a mitad del semestre en vez del inició como todos los demás.
– "¿Es así como Erica y Liliana se sintieron al mudarse?" – Se preguntó Godou al mirar el cuello de su caballero de azul.
Repentinamente un pensamiento se apodero de su cabeza, uno que nunca había esperado pasara jamás y del que claramente debía de reprenderse por pensarlo en primer lugar, más en vez de eso e impulsado por un desconocido impulso, bajo un poco su mano derecha todavía sujeta al abdomen de Liliana quien no pareció notarlo.
– ¡!
Solo hasta que una sensación cálida y al mismo tiempo fría sensación invadió su abdomen, bajando la mirada para notar como el varón, su rey, había levantado su playera de la nada sujetando piel con piel para evitar caerse.
– No deberías de distraerte – Susurro Godou al oído de Liliana quien no sabía que decir o hacer en esos momentos – Tu solo sigue volando a donde debemos, no pasara nada – Con cada susurro los brazos del rey subían por la ropa poco a poco, cm a cm.
Liliana no pudo evitar sino soltar un par de suaves gemidos ante tal acción y tomo entonces la orden de su señor, volando hacia su destino, incluso cuando sabía que debía de reprimir el comportamiento del mismo…
¿Debía?
Ella no era como Yuri quien consideraba la actitud libidinosa de su amo debía ser tratada, un harem abundante era una clara señal de un rey como reino estable sin problemas, lo único que era necesario era darle un control a dicho Harem para que pudiera funcionar, cosa que era realmente su trabajo principal.
Sí, ella era la gran chaperona de Kusanagi Godou, pero al mismo tiempo una de esas damas del harem del mismo.
Por esa razón no podía decirle nada sobre sus acciones en esos momentos, incluso cuando se encontrara justo debajo de su sujetador, tentando levemente su pequeño monte para saber si podía o no continuar.
–…
Silenció fue la única respuesta que obtuvo y decidió tomarlo entonces como un sí.
Con cuidado movió su sujetador y sintió la suave sensación de dos panqueques en sus manos, además de la sensación de su cuerpo temblar a su toque, disfrutando de su trabajo.
En comparativa con Mio quien poseía el cuerpo más desarrollado de todas por lejos desde su abundante busto a su redondo trasero, Godou no buscaba placer con cuerpos llamativos ni nada semejante, simplemente buscaba la satisfacción de sus queridas compañeras y por eso comenzó a acariciar el pequeño busto de Liliana.
Como si sobara una herida movía sus manos de los lados al centro con cuidado acariciándolos con suavidad, donde en ocasiones con sus dedos molestaba las cerezas del suave pastel, provocando gemidos en la hermosa hada quien lo disfrutaba y no le detenía pues Liliana lo sabía, bastaba con una sola palabra y Godou cumpliría.
¿Pero podía decir esas palabras?
Si su rey era feliz tocando su cuerpo como lo hacía en esos momentos, ¿Realmente quería que se detuviera?
Así continuó el vuelo hasta que eventualmente tuvieron que bajar en el callejón indicado por Erica, donde ambos chicos se separaron casi al instante de tocar el suelo, donde Liliana procedió a arreglar su uniforme escolar y por parte de Godou…
– "¡¿PERO QUÉ MIERDA ACABO DE HACER?!" – Grito mentalmente a su propia persona cuando su rostro estallo en una explosión de rojos increíbles, al tiempo que se daba cuenta de aquello que tuvo que hacerlo cuando todavía se encontraba en el cielo abrazado a Liliana – "No importa como se mire o como lo piense, lo que hice está muy mal y para colmo, fue con Liliana…" – Miró de reojo hacia la caballero de plateados cabellos quien continuaban arreglando su playera.
Su expresión tranquila al revisar cada arruga de su uniforme para poder evitar ser expuesta tras lo sucedido, aunque sus mejillas rojas daban una escena bastante sensual al verla avergonzada como centrada en esconder toda evidencia, lo que al mismo tiempo hacía pensar al joven una cosa importante.
– "Ella tampoco me dijo que me detuviera" – Incluso en el poco tiempo que volaron juntos y este mismo poseído por una extraña (y lasciva) fuerza, decidió comenzar a jugar un poco con el pecho de su compañera y esta solo lo acepto.
Incluso si eso debía de ayudarle a considerar que sería más simple mirarla que al pensar en que ella hubiera pedido detenerse, contrariamente parecía darle un efecto secundario al encontrar su permiso incluso más vergonzoso.
– De este punto no tiene que caminar mucho para llegar a su nueva escuela – Liliana rompió entonces el silencio cuando termino su tarea.
Godou volteó a ver a la linda chica quien dijo eso y cuando sus ojos chocaron con el otro, sus mejillas se prendieron de un rojizo color recordando lo que hace poco acaba de pasar, aunque realmente la misma no pareciera enojada e incluso tenía una suave sonrisa en sus rosados labios.
– G-gracias – Agradeció la acción de su caballero para entonces poder ir hacia su nueva vida escolar, tema del cual ya no se encontraba nervioso en realidad – Liliana-san – Y antes de marcharse de aquel callejón, llamó a su caballero quien le dio una mirada – L-lamento mi comportamiento de antes – Se disculpó entonces al sentir que era lo que debía de hacer.
– No tiene nada de que disculparse – Más la misma no parecía estar de acuerdo para su sorpresa – Esa noche en Nápoles en contra del Dios Hereje Perseo/Mitra jure lealtad a su persona tanto con mi espada como mi cuerpo, si bien fue una sorpresa que usted de la nada hiciera eso, puede usar mi cuerpo y alma como le plazca desde esa noche hasta el fin de nuestras vidas e incluso más allá – Reafirmo entonces el juramento realizado bajo la noche de estrellas en medio del campo de batalla.
Tal acción provoco una sonrisa en los labios del varón quien al mirar a su compañera, esta cruzo miradas con él y entonces, como si algo se apoderara de sus mentes y cuerpo, se acercaron lentamente uno del otro sin prisa ninguna, solo para entonces…
[Chuuu~]
Un suave beso comenzó en medio de aquel callejón, donde Godou llevo sus brazos alrededor de la cintura de Liliana y la misma llevaba sus brazos alrededor del cuello del varón, donde ambos cerraron sus ojos y dejaron que fueran sus lenguas quienes hablaran en nombre de ellos, de formas tan apasionadas intensas como quisiera.
Lengua con lengua entrelazándose una con otra mesclando la saliva del otro para crear un nuevo sabor, uno del cual solo ellos podrían disfrutar en realidad.
Suavemente la lengua del varón tomo un mayor interés en la cueva donde había entrado con anticipación, no solo prestando su atención a su compañera de baile sino también al interior mismo, explorando la cálida sensación del lugar chocando de vez en cuando con los dientes pero siempre volviendo con su acompañante.
Y mientras las lenguas se conectaban, la misma sensación de antes comenzaba a invadir al varón una vez más, donde sus manos comenzaban a bajar de su espalda hacia los muslos para sorpresa de Liliana.
El sonido de los húmedos besos resonaba en el callejón aunque al estar un tanto lejos de la entrada nadie podía escucharlos en realidad, pase a ello la posibilidad no era 0 y ambos lo sabían e incluso de esa manera, la hermosa caballero de azul no interrumpió a su rey de usar su cuerpo como a él le diera la gana, pues al final su cuerpo le pertenecía a él y a nadie más.
Las manos que se deslizaban como una serpiente por la espalda de la joven llegaron entonces a la zona libre de tela que eran sus muslos, donde la piel era tan suave que era como tocar una tersa tela, bajando y subiendo en simples caricias que aumentaba poco a poco como la intensidad del beso en esos momentos, tanteando la zona donde pensaba realizar su ataque.
Los gemidos de Liliana muteado por el beso en la que se encontraba recibiendo, más no era imposible zafarse si lo deseaba y decirle que se detuviera, más no lo hacía y Godou al entender eso como un afirmativo, podía continuar como deseaba.
Subió su mano derecha por debajo de la falda deslizando toda la mano por los muslos hasta poder llegar a su trasero cubierto por una tela, su ropa interior.
Una maliciosa sonrisa interna se formó en su cabeza cuando continuó subiendo hacia arriba donde se encontraba la línea inicial de aquella prenda por el momento desconocida, la cual tomo con su dedo índice y su pulga para jalarlo con cuidado sin intención de romperla y entonces…
*SLAP*
– ¡Kya! – Liliana se separó del beso para gritar de sorpresa después de que el sonido de algo golpear la carne se escuchó en el callejón – ¿P-por qué hizo algo como eso…? – No pudo continuar cuando su rey bajo la cabeza y fue directamente a su cuello como un león a su presa que acaba de cazar.
Un beso.
Otro beso.
Poco a poco el rey comenzó a besar su cuello con cariño subiendo de poco a poco hasta su mejilla derecha done entonces antes de besar su mejilla, este mismo uso la lengua en su lugar para sorpresa de la misma quien sintió recorrer electricidad en su cuerpo cuando la lengua pasaba desde el rabillo de sus labios hasta sus sensibles orejas donde al llegar, sin piedad Godou paso su lengua para su sorpresa y la corriente se hizo más fuerte.
– Ahh~ Hmmm~ Ahhh~ – Liliana no podía más que gemir suavemente mientras su señor jugaba con su cuerpo como este deseaba.
Entonces Godou regreso su mano hasta el comienzo de la las bragas de Liliana, más no para molestarla al golpearla con la misma, pues sus manos como dos agiles serpientes en búsqueda de un ratón, fueron bajo la prenda de tela y sintió entonces la suave sensación cual malvavisco en sus manos y deseoso de experimentar como se sentía, apretó con suavidad sintiendo sus dedos hundirse en la carne con facilidad.
Sujetando las nalgas de Liliana comenzó a mover sus manos separándolas y juntándolas, suavemente y a un ritmo lento como su lengua que continuaba jugando con su oreja, lamiendo sin intención de ir demasiado brusco y solo para su disfrute.
Debido a estar pegado a la oreja derecha Godou no podía ver la expresión de Liliana y la misma estaba agradecida por ello, con sus dirigiéndose hacia arriba mientras baba escapaba de sus gimientes labios y con la lengua tonta fuera, sus muslos comenzaban a sentirse pegajosos e incomodos, pues sus bragas sin duda se encontraban empapados con el jugo de amor que comenzaba a soltarse, dentro de poco su consciencia se perdería con una enorme liberación.
Mucho más grande que cualquiera que haya logrado experimentar por si misma antes o después de haber conocido Godou
Al mismo tiempo el rey sabía que era tiempo para aumentar la velocidad de su agarre en el trasero de Liliana y pasar a una intensidad mayor su ataque a su oído, buscando con desesperación el sonido de un ahogado gemido final y poder dar un fin a una escena mayor entre ambos.
Así entonces con un agarre incluso más fuerte en el trasero de Liliana y lamiendo con intensidad el pabellón el oído derecho, Liliana contaba con solo un par de segundos antes de por fin liberar todo sin cuidado ni control…
Solo hasta que Godou alejara su lengua de su oído como sus manos del trasero de su compañera de batalla, quien miró entonces a su señor casi con confusión y desespero, sintiendo su cuerpo arder pidiendo una calma a como diera lugar, algo que no era solo de ella cuando se podía ver la dolorosa tienda de dormir que había en su pantalón, sin duda una tortuosa sensación debía admitir.
Y por mucho que deseara simplemente dejar llevar su lado más perverso para escuchar a Liliana solo llamando su nombre en tiernos gemidos, sabía que no era ni el momento y mucho menos el lugar para tal cosa.
– No quiero llegar tarde a mi primer día de clases – Con una sonrisa divertida comentó con despreocupación a Liliana quien no podía decir nada en contra de tal verdad.
Podía desear arrancar su uniforme y actuar de la forma más indigna de un caballero en esos momentos, pegar su cuerpo desnudo y sudoroso al de su amo quien le citara tan hermosas palabras en medio de su apasionado pero amoroso coito, sentir el deseo interminable de alcanzar lujuriosamente el pecaminoso deseo de satisfacer sus necesidades el uno con el otro, arrojando fuera cualquier ética moral o caballerosa que conociera.
Más una cosa era un deseo y otra totalmente distinta la realidad y ambos tenían cosas que hacer, en especial cuando su amo debí dar un gran ejemplo como un rey debía.
Godou entonces noto la mirada de Liliana quien buscaba continuar donde lo dejaban, por lo cual se acercó a ella y con cuidado levanto su rostro, para unir sus labios una vez más en un dulce y amoroso beso.
Uno que fue bien aceptado por Liliana.
*Pop*
Con un sonido húmedo separaron el beso notando la hebra de saliva que conectaba sus lenguas antes de caer por el peso de la gravedad, ambos se miraron con amor mutuo sin problemas, sabiendo que era el momento de decir adiós.
Parte 6
Poco después de haberse separado de Liliana en el callejón y que la misma se fuera volando para que ella no llegara tarde, Godou tuvo que salir corriendo notando el tiempo que faltaba para que la escuela cerrara y no pudiera entrar, más su cara estaba tan roja que parecía un semáforo corriendo al no verse tan bien y más como una estela a causa de su nata velocidad.
Algo que ciertas personas parecieron notar con ojos en las estrellas ante una nueva estrella naciente en los clubes deportivos, aunque el mismo rey demonio no lo supiera.
Eventualmente llego al portón de la academia y entro con prisa sin mirar mucho a las demás personas que llegaban con él, ni siquiera prestando atención a los murmullos por ciertos alumnos estuvieran o no presentes, pues realmente no le interesaba para nada el tema en realidad.
Solo cuando llego a la entrada de su nueva academia, a la cual no le dio un vistazo primero, solo asegurándose de que estuviera llegando a tiempo, suspirando una vez se detuvo para sacar todo el aire de sus pulmones y respirar profundamente para calmarse una vez en su destino.
Su rostro continuaba sonrojado mientras los momentos finales con Liliana todavía rondaban su cabeza, la cual no podía comprender lo que acaba de suceder en ese momento, casi como si hubiera sido poseído por Lilith misma o como si se hubiera convertido en un Incubu en tal lugar.
Pues no tenía sentido que un chico tan denso como él fuera tan atrevido en primer lugar.
Inatento dejar de pensar en eso para concentrarse en su primer día de clase, ya era mala su reputación en su antigua escuela a causa de Erica y las demás, como para permitir que fuera él mismo quien lo arruinara cuando tenía la oportunidad de hacer amigos, especialmente hombres, y evitar el falso rumor sobre su personalidad…
Aunque poco podía rebatir dicha fama si continuaba como lo hizo con Liliana.
Simplemente no podía comprender que fue lo que paso, era como si su cuerpo actuara por voluntad propia, moviéndose como deseaba y centrándose en las zonas más importantes de una dama, más no podía ser su culpa…
¡Él nunca haría algo como eso!
– "Deja de pensar en eso" – Se dijo a si mismo mientras entraba a la escuela y miraba los casilleros para los zapatos – "¿Cuál era mi casillero?" – Rápidamente busco en sus bolsas donde sintió unas llaves y al sacarlas miro el número – "El número 10" – Observó las palcas que decían la numeración de filas y noto que estaba literalmente frente de la fila 1 – 50 por lo cual fue hacia donde estuviera su casillero.
Mirando los números encontró el suyo rápidamente y fue a donde debía para agacharse y entonces con un *clack* abrir con su llave el casillero donde se encontraban los zapatos escolares totalmente nuevos, así entonces se quitó sus zapatos para poder guardarlos y cambiarse los que llevaba, cuando entonces…
*Clack*
El sonido de un casillero abierto a un lado del suyo llamó su atención, mirando entonces de reojo a quien sería su vecina desde aquel día.
Una chica e su edad con un largo cabello negro como sus ojos y de una hermosa piel blanca cual perla, de un rostro sumamente hermoso que podría competir con la belleza de Liliana y Erica con facilidad e incluso le daba a sensación de estar viendo a un gato negro. Usaba el uniforme escolar femenino de la cdemia revelando su cuerpo bien desarrollado aunque todavía pequeño en comparción con Erica o Mio.
– Buenos días, al parecer seremos vecinos a partir de ahora – Saludo entonces a la hermosa joven parada a su derecha de forma educada, esperando poder hacer su primer amistad en la academia no importando que fuera una mujer.
Más por el contrario de recibir un saludo de regreso o incluso una desinteresada respuesta para saber si podía ser amigo de esa persona, la misteriosa chica simplemente dio media vuelta con su cuerpo temblando como si fuera un taladro e incluso juraría que su figura se había vuelto de caricatura mientras sus hermosos ojos como espejos de obsidiana casi sin reflejo le miraban el doble de grandes y con un toque más parecido al de un gato del que ya poseía por naturaleza.
Entonces al estar parada frente a él, sus ojos obtuvieron un brillo peligroso donde la imagen de un gato fue borrada para mostrar la de una pantera, con una pesada presión que fácilmente congelaría a quien quiera que mirara esos ojos negros, dejándolo quieto como una estatua preguntándose que había hecho para tal cosa.
Claro estaba, quien fuera menos Godou.
– Hm – Con los zapatos escolares puestos Godou se paró como si nada mirando a la chica frente a él – Mi nombre es Kusanagi Godou y soy un nuevo de intercambio, tal vez seamos de la misma clase así que espero podamos llevarnos bien – Dio una reverencia entonces con una cálida sonrisa amistosa mientras cerraba los ojos, esperando que si se presentara entonces la chica lo haría también, era modales típicos japoneses después de todo.
Sin haberlo notado por tener los ojos cerrados, la chica pareció sorprendida al ver al chico haberse presentado y sus mejillas obtuvieron un lindo color rosa con aquella sonrisa.
Cuando Godou abrió los ojos tras no escuchar nada de la otra parte, solo pudo mirar un color negro pasar a su lado a un paso rápido, parpadeo confundido cuando solo miro la entrada como algunos otros alumnos que le miraban, entonces volteó la mirada para ver el mismo cabello negro alejarse de la entrada a paso raudo sin esperar a nada o nadie, solo alejándose.
– "¿Habré dicho algo que la molesto?" – Confundido ante lo acontecido, solo pudo ladear un poco la cabeza con signo de interrogación flotando sobre ella.
Se alzó de hombros considerando que realmente tampoco era algo tan importante, que fuera su vecina no quería decir que fuera su amiga o compañera, no tenía por qué llevarse bien con todos los que estuvieran cerca de su casillero, solo era su primer intento y como esperaba fracaso, lo que lo llevo a preguntarse…
¿Cómo podían tanto su hermana como Liliana y Yuri creer que tenía un talento con las mujeres al nivel de su abuelo cuando no pudo ni recibir un hola de una?
Aunque por alguna razón que no podía comprender, una sensación de deja bu invadió su cuerpo cuando sintió miradas asesinas a su persona, mirando a su alrededor para notar como todos miraban a otra dirección de la que el miraba, haciendo que pensara que solo era su imaginación, no pensando que la mirada de todos sus compañeros era una señal de aislamiento.
Ya con sus zapatos escolares fue entonces a buscar la oficina del director para recibir tanto su horario como de paso presentar e indicar la misma información que la que dio en la academia de Komachi, recordando donde era que le dijeron estaba por Mio la noche anterior.
Misma que se encontraba en su salón por lo que podía decir de su pacto Amo-Esclavo, demostrando lo útil que era el pacto que María les hizo firmar, incluso si no estuviera tan de acuerdo con lo que sucede al desobedecer.
Centrado en sus asuntos no noto como en su espalda se encontraba recargado en el muro se encontraba una persona con una sonrisa maliciosa, mostrando al varón de la mañana quien llevaba puesto el chaleco de la misma academia que él, donde terminaba de enviar un mensaje para mirar al varón subir las escaleras rumbo a la sala del director.
– Esto te enseñara a meterte solo en tus asuntos, y que nadie se ríe de mí en mi territorio – Susurro amenazadoramente mientras sus labios se curveaban en una sonrisa digna de su naturaleza, donde sus ojos parecían teñirse de un rojo intenso como si de un demonio se tratara.
Sin saber este mismo como en su espalda, oculto incluso para sus ojos en esos momentos, una sombra desagradable que no solo daba un mal presentimiento, sino incluso uno horrendo a decir verdad, encadenando el alma del joven a su existencia que se ocultaría mientras absorbía lo que necesitaba sin que él lo supiera.
De regreso con Godou.
Se encontraba subiendo hasta el segundo piso donde se encontraba la oficina del director, saco su teléfono por un segundo en afán de poder ver la hora y notar lo cerca que se encontraba para que estas dieran comienzo, tal vez solo un par de minutos antes de que sonara la primera campana, por lo cual iba a guardar su celular cuando…
– ¡Pervertido! – Un fuerte grito le sorprendió.
Al levantar la mirada en la parte superior de la escalera al segundo piso, un grupo de 3 chicas se encontraban con miradas enfadadas mientras con sus manos cubrían (inútilmente) sus bragas que se observaban claramente desde debajo de las escaleras, provocando un sonrojo en el varón quien no esperaba eso.
[No planeo describir a estas 3 pues no serán demasiado relevantes en la trama, por favor piensen en ellas como las primeras Gyarus de los últimos hentai que hayan visto y ya, o incluso pueden pensar en la del hentai donde un vato solo lo hace con Gals si quieren]
Al mismo tiempo el grito como la acusación resonó cuando personas se acercaron a ver qué pasaba.
En un parpadeo los barandales del segundo piso se llenaron de otros alumnos y por la localización del 2do piso, podía afirmar que se traban de los de 2do año, más la situación que se estaba formando le estaba dando una muy mal presentimiento y una sensación horrendamente nostálgica por alguna razón que desconocía.
– ¿Qué sucede aquí? – Una grave voz pregunto, mostrando a un alumno, o al menos eso podía pensar al ver que llevaba el uniforme, de gran tamaño que no parecía realmente ser uno.
Un alumno claramente mayor a su persona de un corto cabello negro en punta hacia arriba de una tez morena oscura con unos pequeños ojos negros afilados, de rasgos salvajes como algo toscos que daban la idea general del tipo de persona que era. Llevaba el uniforme escolar más se notaba con facilidad su cuerpo sumamente musculoso remarcado sin problemas.
– Ese chico tomo una foto de nuestras bragas – La chica de cabello rubio intenso comentó acusadoramente mientras señalaba a Godou con una actuación de una pésima actriz.
E incluso cuando eso era algo realmente obvió por donde se mirara, parecía ser que los de 2do año no contaban con buenas neuronas creyendo tal acusación, susurrando entre ellos mientras acusaban su persona de ser un pervertido de la nada.
– E-espera un momento, ¡Yo no hice algo como eso! – Rápidamente intento defenderse en afán de evitar meterse en líos solo comenzando la escuela – ¡No puedes simplemente acusar a las personas de esa manera sin pruebas! – Recriminó entonces esperando que eso funcionara y por la mirada de aquellos que consideraba sus senpai's, no fue factible.
– Tienes el teléfono en mano y apuntando la cámara hacia nosotras – La pelirroja comentó con una mirada de 'Si quiera lo intentas' mientras señalaba entonces el objeto en su mano.
– ¡Solo lo saque para ver la hora! – Comentó esperando que eso fuera lo suficientemente creíble, incluso podía mostrar que no estaba siquiera desbloqueado para tomar foto.
Cuando de la nada…
*Click*
Un sonido resonó en medio de la charla, el indiscutible sonido de una cámara al tomar una foto incluso sin flash pues al estar en pleno día no era realmente necesario.
Tal acto confirmaba lo que las gal's decían sobre él y nadie dudaría después de aquello, incluso aunque Godou no había hecho nada y menos presionar un botón de su celular, de hecho, pudo escuchar del lado de las escaleras donde subía el sonido pero no podía ver nada.
Al momento de intentar aclarar lo que paso…
*Crack-crack*
El enorme alumno de casi 2,10 m de alto y con un cuerpo fornido trono sus puños mientras miraba al varón con su ceño fruncido, claramente una señal de nada bueno en realidad, pues si Godou sabía algo de aquel tipo de persona como esa, era que nunca escucharían una explicación o de hacerlo, no les importaría en lo absoluto.
Pues algo le decía que de darle la oportunidad de enseñar su teléfono este no mirria nada y solo lo rompería.
No tenía ganas de pelear en contra de nadie, ya era malo que lo estuvieran calificando de pervertido sin ninguna razón o prueba, incluso que alguien haya tenido la mala fe o la pésima fortuna de tomar una foto cerca sin saber lo que eso provocaría, más tampoco pensaba dejarse dar una paliza si en verdad fuera a recibir un golpe.
Era inocente y como tal no aceptaría que se le diera un castigo por un crimen que no cometió, incluso si era tan amable o idiota como para permitir que le dieran un golpe en una mejilla, no era estúpido para dejar la otra, simplemente respondería para defenderse con todas las de la ley.
Mas con el cielo por primera vez de su lado…
*Ring~ -ring~ *
El sonido de las campanas llamó la atención de todos los miembros del segundo piso como la de todo el alumnado en general, muchos de ellos fueron hacia sus respectivos salones antes de que los maestros llegaran y les dieran un castigo por llegar tardes, indicando que dicho misterioso alumno se retiraría por el momento…
– Bebe vamos a clase antes de que la zorra de la maestra nos castigue otra vez – La rubia comentó al llamar a su pareja insultando de paso a una de las docentes.
– Adelántate si quieres, no dejare que este bastardo se vaya de rosas cuando se atrevió a tomarle unas fotos a las bragas de mi nena – Más el mastodonte no parecía interesado en la idea de marcharse pronto, cosa provoco interés en muchos de los alumnos aunque las chicas decidieron marcharse entonces.
El gran chico miró hacia abajo con ira en sus ojos, aunque estos mostraron por un momento una sorpresa.
– Mucho habrían retrocedido con los primeros pasos, más en lugar te quedaste quieto esperando – Comentó el musculoso hombre antes de poner una sonrisa arrogante en cara – Mira, te perdonare que hayas tomado esas fotos y dado que pareces el chico desesperado por perder su virginidad pero solo puede consolarse con noches de masturbación, solo dame 2 mil Yenes por la foto y por otros 3 mil te puedo pasar estas mejor – Entonces este saco de su bolsillo su teléfono y mostrar su galería llena de imágenes no aptas para todo público – No solo hay de mi nena sino de otras chicas como las otras 3 putas que la acompañan y si te vuelves un cliente bueno puede que te haga descuentos, hay incluso fotos de algunas maestras – Su sonrisa crecía mientras alardeaba de sus acciones acercando su rostro al de Godou – También hay de madres de tontos que no pueden defenderse y ellas deben de pagar las consecuencias.
Godou frunció el ceño ante todo lo que decía aquel cerdo, más al ver que tenía una oportunidad de evitar meterse en más líos.
– No hice algo como tomar fotos a las bragas de tu novia y no tengo interés en ese tipo de fotos, simplemente hubo la mala suerte de que alguien tomo una foto en esos momentos y parecía ser el caso – Explicó entonces acerca de lo que había sucedido en realidad y esperaba que eso le ayudara a evitar los problemas.
– Entonces serán por las malas – Más el mastodonte no pareció aceptar la paz.
Este entonces se preparó para lanzar un golpe y casi al instante, casi por reflejo más que por inercia, Godou estaba por eludir el golpe, más…
– ¿Acaso hay algún problema Takeyama-san? – Una voz habló deteniendo a ambos en seco.
Ambos miraron a dónde provino la voz para encontrarse con uno un maestro por lo que Godou podía decir.
Su cabello era de un color negro oscuro como si no permitiera a la luz brillar de una tez canela oscura y con unos afilados ojos color chocolate amargo, un rostro de facciones sin duda extranjeras demostrado en su tipo de ojos como su nariz no tan delgada como la japonesa y de una barbilla amplia. Una altura notoria con casi 1,92 cm de complexión fornida sin abusar mientras llevaba una playera blanca bien abotonada junto con un saco negro donde en la zona del corazón yacía la bandera de México, un pantalón de vestir negro sujeto con un cinturón marrón con una hebilla plateada y curiosamente llevaba un llavero en una de las ranuras con un Pikachu en ella.
El ahora conocido como Takeyama miró de reojo al maestro quien alzó una caja en espera de una respuesta.
– Ninguno Antonio—sensei – El alumno respondió a regañadientes al maestro aparentemente mexicano por lo que podía decirse por la bandera en su ropa y su nombre.
– ¿Entonces por qué continuas parado en las escaleras a punto de golpear a un compañero y no estás caminando a tu clase como debes? – El maestro cuestiono con una mirada severa hacia el enorme alumno – ¿Acaso debo de hablar con tu padre una vez más acerca de tu reprochable comportamiento? – Sin piedad lanzó una nueva pregunta sin apartar sus ojos marrones de los del fanfarrón de 2do.
Este chasqueo la lengua para marcharse, claramente enfadado mirando de reojo a la víctima que estaría por buscar dentro de poco.
– Gra…
– En cuanto a ti – Más antes de que Godou pudiera agradecer al maestro – Dado que no reconozco tu rostro debes ser el alumno trasferido del que el director comentó en el grupo de maestros, solo es el primer día y ya te estás metiendo en problemas – Sin piedad ni tiempo a responder el maestro comenzó a regañar al varón – Te advierto que no soy tolerante con los alumnos problema, a la primera vista de problemas provocados por usted, va directo a la dirección ¿entendido? – Finalizó sin cambiar su expresión severa ni por un solo segundo.
– Entendido – Respondió fuerte y claro.
– Espero sea el caso – Su ceño fruncido cambió entonces a una mirada más tranquila más no por eso animada, demostrando el tipo de persona seria que era en realidad – Dado que vas a la oficina del directo, acompáñame que debo dejar unos papeles – Entonces miró de reojo al joven de intercambio para entonces retomar su camino.
– Gracias – Con una reverencia camino a espaldas del maestro extranjero.
Ambos caminaron por el segundo piso pasando entonces por un par de aulas de por medio, observando a algunos maestros impartiendo sus clases iniciales como a algunos alumnos que destacaban entre aquellos, nada que realmente fuer llamativo más sin duda podía decir que era una buena escuela solo con eso.
Dentro de poco llegaron hacia un par de puertas de gran tamaño de roble con un lindo decorado, en la parte superior y fijada a la pared yacía el letrero de [Dirección].
El maestro Antonio abrió la puerta sin haber tocado y dejo ver la diferencia entre cuartos de aquella habitación con la que había visto en la Academia St. Tachikawa, empezando por el hecho de que era en realidad más pequeña en realidad.
Las paredes del cuarto con diferentes decorados de cada lado empezando con el derecho donde estaban las fotos de todos los directores que habían tomado el mando de la institución desde el fundador hasta el actual, en medio de aquellas fotos había una mesa de noche con fotos de algunos de estos mismos en un pedestal, a los lados de la pared yacían algunos objetos raros como lo eran estatuas de mármol e incluso algunos de madera.
Del lado izquierdo había muebles de madera que funcionaban como una pequeña biblioteca con diferente tipo de libros e incluso con los nombres de los tipos de lecturas, en medio de ambos descansaba una vitrina de vidrió con diferentes trofeos fueran de oro o plata como también escrituras o fotos con los equipo, extraño considerando que otras escuelas lo dejaban visibles cerca de la entrada para presumir.
En la parte final de la habitación se encontraba el escritorio del director como el mismo, quien se encontraba en esos momentos frente a un ordenador con una seria mirada, como si estuviera analizando algo de suma importancia.
– ¿Qué tal dejar de andar apostando su dinero en línea y se pone atento a su trabajo de verdad? – El profesor entonces caminó hacia el escritorio con una suavidad al caminar que en ningún momento se escuchó sus pasos y entonces cuestiono fuertemente mientras soltaba su maletín en la mesa del escritorio sorprendiendo al mismo.
Entonces presionando un botón de la computadora, un sonido se escuchó de…
[Si desea un mejor servicio~ no olvide dar una buena propina]
De una mujer con un acento innegablemente americano y seguido el sonido de cartas siendo repartidas.
Godou tenía sus ojos en blanco ante tal situación.
– Aquí están los papeles requeridos para el proceso de entrada de los Clubes seleccionados para entrar en las competiciones cercanas, requieren una revisión completa como de su firma antes del fin del día de hoy – Sin respeto y hablando con suma casualidad a quien debía ser su superior laboral, el maestro saco una gran cantidad de hojas para ponerlas a un lado de la computadora del director – Mueve el culo para tenerlo entero antes de que sea mi hora de salida el día de hoy o realmente lamentaras haberme ignorado – Dijo acercando su rostro al del director con una peligrosa mirada en esos momentos.
– N-no debe de preocuparse Antonio-sensei, ¿Cuándo le he fallado? – Nerviosamente el director cuestiono buscando calmar el ánimo de su empleado.
Este solos se limitó a poner recta su espalda alzando una ceja, para al tomar su maletín, sacar un pequeño cuaderno y abrirlo en lo que parecía ser una hoja al azar y no seleccionada, mirando el contenido de la misma y…
– Puedo hablar de los eventos ocurridos del 12 al 18 de Febrero del Año pasado o solo remontándonos un par de meses atrás que recuerdo un cierto evento – Dejo de leer su libreta para mirada el maestro quien se encontraba sudando frío – Además, aquí se encuentra el alumno de transferencia que comento el día de ayer en el grupo – Así entonces dio paso a un lado mostrando a Godou mirando con una mirada vacía.
El director observó al varón parado quien no sabía cómo reaccionar en esos momentos al ver como un director era tratado por un maestro, claramente algo que de suceder debería ser al revés.
– ¿Hace cuánto se encuentra ahí? – El director miró al maestro quien continuaba con sus brazos cruzados y dándole una mirada de muerte, más fría que una tormenta de nieve en medio de la Antártida.
– Tal vez si hicieras tu trabajo como es debido y no te pones a hacer el imbécil lo sabrías – Su voz era fría tanto como su mirada congelando entonces la habitación de por medio – Llego junto conmigo hace… – Entonces levantó su mano derecha donde descansaba una reloj bastante bonito – Un par de minutos a lo máximo – Y declaró sin decir el tiempo exacto.
– ¿Eh? – Fue lo único que pudo decir antes de parpadear un par de veces y ponerse claramente nervioso ante la demostración que estaba dando por culpa del maestro – Y pase a eso…
– El horario – Interrumpiendo al director quien pensaba tomar un papel serio, el maestro mismo habló para sorpresa del director – El horario que deberías tener preparado para el nuevo alumno de intercambio – Explicó afilando su mirada mientras perdía su paciencia con cada segundo que pasaba intercambiando palabras con aquel sentado en la silla.
Este mismo no comprendía nada de lo que pasaba y solo saco de uno de los cajones detrás de su escritorio una hoja enmarcada – Aquí está – Fue lo único que dijo, solo para ver como el maestro lo tomaba de sus manos.
– Tú primera clase es Historia con Hashiba-sensei, acompáñame para que no vayas más tarde – El maestro extranjero declaro entonces mientras caminaba hacia la salida pasando el horario a su respectivo dueño – No te quedes atrás que no iré a buscarte si te pierdes – Y con eso dicho volvió
Godou no podía entender nada de lo que pasaba y por primera vez en su vida, no era culpa de su capacidad deductiva nula fuera de la batalla o porque tratarse de un tema solo para grandes mentes intelectuales, sino por todo lo que pasaba que nada de sentido tenía mirara por donde se mirara.
Solo dio una reverencia entonces al director antes de ir detrás del maestro extranjero, quien caminaba en silencio y una vez más, con pisadas mudas como si del mismo Lu Yingua se tratara.
Tenía curiosidad acerca de lo que acaba de pasar en la oficina del director, más sentía que no era el momento para eso fuera por ser un desconocido total de ambos adultos o, no saber cómo reaccionaría el maestro ante las repentinas dudas, solo podía sentir que esas respuestas eventualmente llegarían.
Con un par de minutos regresando a la planta baja y este mismo llevo al alumno a una puerta que mostraba [Clase 1-A] en la pared arriba de la puerta, entonces toco la puerta y espero al maestro que debía estar impartiendo clase en esos momentos.
La puerta se abrió para mostrar a un profesor nada destacable en realidad, quien levantó una mirada al ver al maestro de clase superior en su puerta, solo hasta ver a un chico en su espalda.
– Lamento la interrupción en su clase tan de la nada Hashiba-sensei, más traigo a su nuevo alumno, el de transferencia del cual se nos comunicó ingresaba – Repentinamente el mismo maestro habló de manera suave y respetuosa al maestro frente a él incluso al ser alguien equivalente en comparación con el director.
– Ya veo, gracias por traerlo y lamento la molestia de haberle hecho hacer eso en mi lugar – Este mismo dio una reverencia al maestro frente suyo.
– Estaba de paso así que no fue una molestia – Respondió para no necesitar un agradecimiento – En cualquier caso no le robo más su tiempo, me retiro, ojala tengamos otra oportunidad de hablar este hermoso día, que dios lo bendiga – Sin más dio media vuelta con suma gracia mientras marchaba una vez más.
Godou podía no saber quién era aquel maestro ni tampoco debía saberlo, pero algo que estaba claro, era que no era una persona normal y algo le decía que volvería a cruzar caminos con esa persona en algún momento.
– Pasa para que puedas presentarte y continuemos con la clase – Entonces el maestro comentó dando paso al varón dentro del aula.
Godou asintió para caminar hacia el interior con un poco de nerviosismo acerca de su primera impresión, yendo hasta la mitad del salón frente al pizarrón del salón y mirando a sus demás compañeros de clases.
– Atención clase – El profesor aplaudió para llamar la atención de todos los que estuvieran en otro tema – Hoy tenemos a un alumno nuevo con nosotros, se acaba de transferir así que espero todo el mundo sea amable con él, ¿Podría presentarse usted mismo? – Entonces el maestro observó al varón quien asintió.
– Mi nombre es Kusanagi Godou y por diversas causas tuve que transferirme a esta nueva escuela, no tengo a ningún conocido así que espero podamos llevarnos bien – Se presentó entonces con simpleza considerando que realmente no había mucho más que decir además de ello.
El salón quedo en silenció, donde todos los chicos parecían mirarle de mala manera y las chicas susurraban cosas malas sobre él por alguna razón, debido a que no debía de poder escucharlo no reacciono ante algunas cosas de las cuales estaba escuchando, acerca del evento ocurrido en la mañana en los pasillos del instituto.
– ¿Nadie tiene una pregunta que hacerle a Kusanagi-san? – El maestro preguntó y nadie dijo levantó la mano o dijo nada, solo hubo silenció – De acuerdo – Sin mucho interés saco su lista y miró de reojo – Matou-san podría por favor levantar su mano – Nombrando a una de las alumnas esta misma levantó su mano – Su asiento se encuentra a un lado de Matou-san, por favor vaya a su asiento y abra su libro en la página 59 – Dio indicación el maestro.
Godou asintió sintiendo como toda energía escapaba de su cuerpo mientras caminaba hasta donde se encontraba la mano extendida, la cual estaba a un lado de la ventana, queriendo decir que su asiento no sería a su izquierda donde no hay nada sino a su derecha.
Observó el asiento libre y coloco su maletín donde debía para entonces tomar asiento y soltar un suave suspiro, donde al mismo tiempo una mirada asesina le acompañaba junto con crueles palabras que no esperaba, solo le quedaba esperar una forma de limpiar su nombre.
– "Vaya día de mierda llevo" – Su cuerpo que había comenzado su día relativamente bien ahora se sentía pesado como plomo, solo deseando dejarse recostar en su escritorio y descansar un poco.
Más no podía simplemente dejarse llevar por el cansancio y hacerse el tonto en su primer día, hacer tal cosa poco o nada le ayudaría a limpiar su nombre, solo podía ser optimista y esperar que todo se solucione de alguna manera, después de todo, él no haría nada que lo metiera en problemas mayores a los que estaba.
¿Verdad?
…
En medio del pasillo de la planta de los de 2do año, frente a la puerta de un club escolar, se encontraba Godou con sus puños ensangrentados mientras había un total de 3 alumnos tirados en el suelo inconscientes1 pero llenos de moretones y sangre.
Al mismo tiempo con alumnos susurrando entre ellos mientras tomaban fotos de la escena en cuestión.
Por fin
Debo decir que me tomo tiempo terminar esto… el cual para este punto ha llegado a las 20 mil palabras, a pesar de que había dicho antes que los próximos capítulos solo dudarían menos…
Chicos ¿Por qué me hacen esto?, si saben que debo hacer menos, ¿Qué sentido tiene que me dejan hacer más?
Realmente este capítulo debía durar mucho menos que esto en un balance de 8 mil palabras a 12 mil como mucho, pues es solo un capítulo de Slide of Life sin contar con temas como combates o desarrollo del mundo, de ser el caso sin duda la media debería ser de 12 a 14 mil palabras como máximo, pero de alguna manera casi llega a ser tan largo como el capítulo más largo de toda la serie.
En todo caso y como mencione antes, en este punto solo hemos visto un par de cosas y tal vez algunos crean que por ejemplo la escena del Starbucks parezca innecesaria a primera vista, pero créanme cuando les digo que cada cosa por pequeña o tonta que parezca, fue pensada para que tuviera sentido entre más avance la historia, incluso dentro del capítulo ya he tocado un poco acerca de lo que ira este tomo además de la nueva vida de Godou en su nueva escuela como los problemas que sucederán.
De hecho no solo hay pistas de lo que se verá este tomo sino también de futuros tomos que vendrán a continuación, sutiles pistas que darán pasó a una explicación más extensa de lo que el mundo tiene para ofrecer.
También me disculpo por el cliffhanger del final que para el paso que voy, se verá resulto el próximo año (espero en dios no y solo sea un chiste).
Realmente no puedo comentar nada desde que solo es el primer capítulo del tomo 2, pero más cosas interesantes esperan en los próximos capítulos, desde nuevos personajes recurrentes a la incorporación de nuevos aliados en el equipo, puede que muchos sepan de quien habló si todavía recuerdan como termino el Tomo 1, así como avance en antagonistas y villanos centrales tanto de Godou como de Mio.
Así mismo aprovecho para aclarar que, los próximos capítulos no serán tan extensos y seguirán la regla de las 8 mil a 12 mil palabras (espero), por lo cual no vayan muy emocionados de ver este tipo de palabras con normalidad, que nunca acabare de hacer la serie de lo contrario ToT
Antes de terminar aquí van los reconocimientos de personajes usados en el capítulo:
- Beryl (Oc perteneciente a Junkpuyo)
- T. Waan/T. Namhorm/T. Grace (Oc's pertenecientes a Puzenketsu)
- Date Makiko (Digimon Cyber Sleuth)
Sin más que decir…
Nos leemos luego.
