Capítulo 2: La clínica, café de mis emociones
Me fui a mi casa, no tenía sentido ir a la de Inuyasha, de igual forma no estaría allí. Y Sango posiblemente esté viendo vídeos de cocina, me dijo que se iba a esforzar en hacer cualquier plato de comida, no quiero interrumpirla. Camine para despejar mi mente, me desvíe por el parque. Porque hay tantas parejas, a todos los lados donde volteo solo hay parejas, y yo siquiera sé lo que siento. Intento imaginarme cómo seríamos Inuyasha y yo en una relación. Puedo vernos tomados de la mano, saliendo y compartiendo un plato de comida. Y besarnos; dios que vergüenza. Realmente quiero a Inuyasha de ese modo? Pensar en formar una familia.
Llegué a mi casa, saludé y me fui a mi habitación, y estaba allí en mi cama, ese perrito de peluche que Inuyasha ganó para mí, Inuyasha! Es cierto me duermo abrazando ese peluche, me acosté en la cama y lo abrace, ¿que tiene Inuyasha? Es decir, es temperamental, apenas nos conocimos me insultó, y la segunda vez también me trato muy feo. Pero se mostró valiente al salvar a Ayumi, trabaja para darle una mejor vida y un buen futuro a Sango, se preocupó por mí, cuando tuve el problema en la escuela, además me ha traído a mi casa en la noche para no correr ningún riesgo, después de salir de mis clases de avanzada. También conozco muchos de sus sentimientos, pero aún hay cosas que quiero conocer, quiero saber todo de él. Quiero estar con él.
- Entonces esto es amor?
Le pregunté a mi peluche, como si en él encontraría la respuesta. Una respuesta que no llegó pero que ahora estaba un tanto más segura de lo que siento. Quiero saber más de Inuyasha, quiero estar más tiempo con él, quiero ser quien le de consuelo cuando esté triste. Si estoy enamorada de Inuyasha. Como no me di cuenta antes.
San Valentín es esta semana, podría confesar mis sentimientos. No, no puedo, tengo miedo de que me rechace es decir el solo está pendiente de Sango no tiene tiempo para estar con Alguien, y mucho menos en una relación. Inuyasha no está interesado en mi, tampoco me ha dado señales de estar interesado en mi.
Estoy en clases avanzadas, pero no logro concentrarme bien, Inuyasha me viene a buscar a la hora de salida, ahora que conozco mis sentimientos, me cuesta pensar que siempre voy con él a mi casa en su moto, y que siempre lo abrazó por la espalda, es muy íntimo eso. Y no me había dado cuenta de esa cercanía. ¿Qué puedo hacer? Mi corazón late muy rápido, no creo que pueda estar en la moto así. Me tiemblan mucho las piernas.
- Bueno eso fue todo por hoy, pueden retirarse.
No, por favor no, continúe la clase. Dios siento que mi corazón se me sale del pecho. No puedo más. Por favor dios ayúdame no puedo más.
- Oye te sientes bien? - Es una compañera del salón, no la conozco. Creo que se llama Yura.
- Un poco, me duele mucho el pecho.
- Dios, necesitas un médico?
- No, es solo…
- Vamos a llamar a alguien que venga por ti.
- No gracias, no es necesario.
- Oye Yura, a ella siempre la viene a buscar su novio en moto, voy a ver si ya llegó - le dijo otra chica, y salió del salón. No puede ser fue a llamar a Inuyasha, espera novio?
- Tranquila ya vienen por ti.
- Gracias - Dios esto no puede ser peor.
- Kagome!? - no puede ser Inuyasha está aquí, y creen que es mi novio.
- Dice que le duele el pecho - le dijo Yura, y también me doy cuenta que todo el salón me rodean. Me estoy poniendo peor.
- Kagome. - después de eso Inuyasha me cargó en sus brazos, dios porque me pasa esto.
- Se ve que le cuesta respirar - dice otra compañera de clases.
- Hay una clínica,cerca de aquí. - dice uno de mis compañeros, con que cara los voy a ver mañana?
- Déjenme pasar - les dijo Inuyasha a todos, luego de escuchar dónde estaba la clínica. Se fue corriendo conmigo en brazos.
- Kagome, tranquila ya llegamos.
Dios, qué vergüenza. Ni puedo ver a Inuyasha a la cara, me siento aún peor. Me trajo a la clínica y pidió desesperado que me atendieran.
- Por favor, ayúdeme.
- Qué ocurre? - le dijo una enfermera asustada mientras que otra fue por una camilla.
- No lo sé, le duele el pecho y no puede respirar bien - bueno de poder puedo, nunca me preguntaste nada.
- Llevensela a emergencia. - Inuyasha me colocó en la camilla y me llevó a la sala donde un doctor me atendió. Me preguntó mis datos, y mis síntomas.
- Me duele mucho el corazón - ya no me queda de otra que fingir estar mal, no se que es peor o si puede empeorar.
- Te haré un electrocardiograma para ver qué pasa. - el doctor le pidió a la enfermera que trajera el aparato.
- ¿Qué comiste?
- No he comido nada desde el desayuno.
Podría ser que esté débil por no desayunar, estás embarazada? - cómo demonios me pregunta eso.
- No, doctor, no estoy embarazada.
- ¿Estás segura?
- Si, bueno, yo soy virgen - dios, esto se está poniendo peor.
- Está bien, quizás solo sea fatiga lo que tengas.
Trajeron el aparato, y el doctor observó que tengo un ritmo cardíaco muy acelerado, el me pedía que me calmara pero me resultaba imposible, Inuyasha estaba a mi lado. pero luego de tiempo salió, alguien lo estaba llamando por teléfono y tuvo que contestar, Después de unas horas, por fin me calmé y salió todo bien aún así el doctor me dijo que me quedara descansando por la noche para no tener ningún problema. Ah, aún estoy avergonzada de todo esto, no sé cómo mirar a Inuyasha a la cara, tampoco sé con qué valor iré mañana a clases de avanzada. Dios que complicado es todo.
- Kagome, ¿dónde está Kagome? - es la voz de mi madre, también está aquí
- Mamá - entró en la habitación donde estoy en observación
- Kagome, hija estás bien? Estábamos preocupados.
- Lo siento mamá. Pero cómo supiste que estaba aquí.
- Me angustie porque no llegabas, y el chico que te trae llegó a casa y nos dijo que estabas aquí. - Inuyasha fue a buscar a mi madre?
- ¿Hablas de Inuyasha?
- Si, ese chico de ojos dorados hermoso, se parece al perrito con el que duermes todas las noche - mamá no me des más avergüenza.
- ¿Y dónde está él?
- Está afuera, le digo que pase? - me da vergüenza, pero debo agradecerle por todo.
- Si, por favor. - mi mamá, salió a buscarlo, hay dios me está acelerando el corazón otra vez, puedo escuchar el bip de la máquina.
- Kagome, estas bien? - Ese era Inuyasha.
- Bueno, ya sé que Kagome está bien, iré por un café. Ya regreso - mi propia madre me abandona. Me quedé a solas con Inuyasha
- Inuyasha, gracias. Y lamento todo esto.
- No seas tonta, si te sentías mal no debiste haber ido a clases.
- Es que no, me sentía mal.
- Entonces fue bueno que llegara a tiempo, si me demoraba más quizás esto tendría otra historia. - si supiera que todo esto fue por él.
- Inuyasha, yo… quería decirte que… - soy cobarde no puedo hacerlo.
- Que ocurre Kagome, dímelo.
- Yo… gracias por todo.
Y reinó el silencio, no sabia de que hablar con inuyasha, y parecía que tampoco sabía qué decir. Se sentó a mi lado en la silla, y yo estaba en la cama, por alguna razón quería acariciarle la cabeza, quería que supiera que yo estaba bien, y que todo en realidad fue un malentendido. Pero soy cobarde para decirle y también soy cobarde para confesarle lo que sentía. Sin darme cuenta mi mano ya estaba en su cabeza y lo estaba acariciando. Él no me rechazó, simplemente se quedó quieto. Iba a decir algo pero justo entró una enfermera a revisar mis signos y tuvimos que separarnos y voltear a otro lado.
- Bueno veo que estás bien - me dijo mientras revisaba la máquina. - hace unos instantes te volvió a subir el ritmo cardíaco, pensé que quizás te estaba dando un infarto.
- No, yo estoy bien.
- Se ve que tienes buena compañía.
Fui yo, o Inuyasha volteo rápidamente a ver a la enfermera, me pareció ver qué le pedía silenció. Después de eso la enfermera salió riendo y nos volvimos a quedar solos ¿qué fue eso? ¿Qué pasó allí?.
- Inuyasha, conoces a la enfermera?
- Que? No, es la primera vez que la veo.
- Ah!?...
No me la creo, parecía que quería ocultarme algo. Me siento un poco, celosa? También es la primera vez que experimentó este sentimiento. No me gusta, y tampoco me gusta la idea que Inuyasha esté con alguien más. El silencio volvió a reinar en la habitación, ¿qué hago? Mi madre se fue para quedarme a solas con el.
- Kagome.
- Dime
- ¿Estás segura, que estás bien?
- Si, tranquilo ya pasó todo. El doctor dijo que sólo fue una fatiga.
- Me alegra escuchar eso. Oye Kagome, yo… bueno… nada.
- Inuyasha.
- Me alegro que no fuera nada serio.
En la mañana siguiente me dejaron irme, Inuyasha se quedó conmigo toda la noche, mi mamá me vino a buscar ahora en la mañana. Inuyasha nos acompañó hasta la casa, se mostró muy preocupado por nuestra seguridad aunque era de día. Pero fue un poco incomodo ya que ninguno de los 3 hablo mientras estábamos caminando.
- Bueno ya llegamos.- dijo mi madre
- Muchas gracias Inuyasha, por todo - le dije a Inuyasha, y tanto mi mamá como yo nos inclinamos para agradecerle.
- No es por nada, no hay nada que agradecer - se sonrojo un poco, creo que es la primera vez que lo veo sonrojarse.
- Te invito a almorzar en agradecimiento por todo lo que hiciste.
- No quiero molestar, además Sango seguro está esperándome, tengo que ir a casa.
- Saluda a Sango de mi parte.
- Si. - después de eso Inuyasha se fue, ahora que lo pienso se vino caminando donde estará la moto?
Inuyasha se fue y mi mamá y yo entramos en la casa. Sin embargo no termine de cerrar la puerta de la entrada cuando.
- Ahora entiendo por qué te gusta - me dijo mi madre.
- Que? Que? No me gusta, yo… - cómo lo supo? ¿Soy tan obvia?
- No lo niegues Kagome, se te nota.
- ¿Se me nota tanto?
- Si, y puedo asegurarte que a él también le gustas tú.
- Realmente me gustaría que así fuera.
- Kagome, no creo que lo ocurrido lo haga por cualquiera. Estaba desesperado porque eras tú.
- Mamá…
Estoy en mi habitación, mi perrito, mi hermoso perrito blanco será cierto que a Inuyasha no le soy indiferente, será verdad que yo también le gustó. Sería muy bueno para ser verdad, no sé de qué forma averiguarlo. Además también me pregunto quién lo habrá llamado cuando estábamos en la clínica. No quiero sonar celosa pero me mata la curiosidad. Bueno será mejor no darle tanta vuelta, Asi que baje a cenar tal y como lo comunico mi madre. En medio de la cena me di cuenta que estuve en una clínica.
- Mamá lamento el costo extra que tuviste que pagar por estar en la clínica.
- ¿Costo extra?
- Si, descuentalo de mi mesada hasta que lo pague.
- Kagome, hija. Fue Inuyasha quien pagó todo.
Inuyasha? Que extraño nombre - dijo sota.
- Quien es ese hombre, no me gusta ese nombre parece pandillero - dijo mi abuelo en tono reprobatorio.
- Es un buen chico, muy amable y parece tener interés en Kagome. - dijo mi mamá, en defensa pero solo provocó que me avergüence y se convirtiera en tema de debate en la mesa.
- Mamá, no puede ser que dejaras que Inuyasha pagará todo.
- Hija, él insistió además pidió que te atendieran de la mejor manera. Que te hicieran exámenes completos de todo, y se molestó cuando le dijeron que no era necesario.
- No puede ser - que vergüenza, Inuyasha pago por todo debió salirle muy caro, dios el quería ahorrar para su casa, seguro gaste de sus ahorros.
- Sabes Kagome, me agrada mucho ese chico. - me dijo mi mamá, pero me siento fatal.
- A mi no, me agrada nada, que clase de pandillero te está acosando - seguía insistiendo mi abuelo.
- Abuelo, no es un pandillero, es un hombre trabajador. Que se esfuerza día a día. Para darle un futuro a su hermana - le reproche a mi abuelo.
- Bueno mamá tienes razón, a Kagome le gusta ese tal Inuyasha - dijo sota, que vergüenza su forma de decirlo.
- Ya dejen de hablar de mí.
- Mi querida nieta, se está relacionando con un delincuente.
La discusión sobre Inuyasha continuó hasta que todos terminamos de comer, a mi mamá le agradaba, sota quería saber cómo era su "cuñado" y mi abuelo dijo que cuando viniera llamaría a la policía. Dios porque me diste una familia tan dispareja. Me volví a meter en mi habitación, me senté en la silla a estudiar. Y sin darme cuenta, se me hizo incluso costumbre que tenga el peluche de perrito en mis piernas mientras estudio, cada vez que me bloqueó lo acarició como si estuviera vivo. Como si fuera un perrito de verdad. ¿Por qué me aferro tanto a este perrito? ¿Qué tiene que lo hace tan especial? ¿Por qué me recuerda tanto a Inuyasha?
- Oye hermana si quieres privacidad con ese perrito deberías de ponerle seguro a la puerta - se asustó que alguien me hablara.
- Sota, ¿qué haces en mi habitación?
- Quería pedirte ayuda con un problema que tengo sobre química.
- Bueno te perdono por ser algo de la escuela.
- Sin embargo, veo que tienes un rato con ese peluche en las piernas y ahora lo abrazas, ¿por qué te gusta tanto?
- No es asunto tuyo.
- Acaso te lo regalo ese tal inuyasha?
- Ya te dije que no es asunto tuyo, dime cuál es tu pregunta, y no me molestes.
- Vaya que estás gruñona.
- No estoy gruñona, tú me molestas.
- Sabes estarás sola si sigues con ese carácter - está discusión se está incrementando y ambos estamos gritando.
- No es cierto. Y no me molestes - lo dije ya para parar la discusión, no veo que esto me lleve a ningún lado.
Ayude a sota con su problema y se fue, creo que debería empezar a cerrar mi habitación, temo por mi salud mental. Solo puedo abrazarme a mi perrito, es el único que no me molesta estando en casa. Soy feliz con mi perrito. Me acosté en la cama con él y me dispuse a dormir tranquila sabiendo que está conmigo.
Tengo que agarrar valor, tengo que ser valiente y entrar en clase de avanzada, pero me da un poco de vergüenza después de lo que pasó. Bueno, cuando entre todos me veían, estoy segura que hablan de mi. Pero me da vergüenza que no sean ni discretos en quedarse viéndome fijamente. Llegó el profesor a dictar la clase. Allí todos tomaron asiento y guardaron silenció.
Las clases se hicieron con regularidad, a la hora de salida, sabía que tenía que ver a Inuyasha pero ya no podía ponerme nerviosa con él.
- Oye, ya te sientes bien - me dijo esa chica de cabello negro corto.
- Eh, si. El médico dijo que solo era fatiga, por no comer - le dije con algo de pena, aunque esa enfermedad no se la cree nadie.
- Sabes también tuve ese mismo nervio cuando me entregué a mi novio la primera vez. - ¿cómo? Entregar? No entiendo.
- Como?
- Tranquila es algo personal; por cierto, me llamo Yura Sakasagami
- Ah, Kagome Higurashi, pero puedes decirme Kagome
- Bueno tú llámame Yura, sabes es lindo tu novio, cuando lo vi por primera vez me impresionó, aunque cuando lo vi contigo me decepcionó saber que no era soltero, aunque era bastante obvio que alguien así no sería soltero. - me da vergüenza, mi novio? Inuyasha no es mi novio, me estoy ruborizando mucho.
- Ah, Inuyasha no es mi novio. - le dije rápidamente, no quiero que haya mal entendidos.
- Se llama Inuyasha? Vaya ese nombre hace que mi cuerpo tiemble... ¿ no es tu novio? -. Lo dijo en un tono seductor
- Pero yo…
- Ah, creo que ya entiendo. Sabes por la forma en la que te mira, y por tomarse la molestia de venir aquí a buscarte, me da a entender que no le eres indiferente.
- Me lo dicen, pero no estoy segura.
- ¿A ti te gusta el?
- Yo… yo…
- Oye! La niña del corazón roto, tu novio está aquí! - que vergüenza, y más aún cuando lo grita.
- El no es… - está justo en la puerta, espera eso quiere decir que estaba escuchando mi conversación con Yura?
- Kagome, ya es hora de irnos. - me lo dijo para voltear y retirarse.
- Inuyasha?
Me despedí de Yura y seguí a Inuyasha, trato de recordar mi conversación con Yura, pero no recuerdo decir nada malo. Acaso entendió mal algo?
- Inuyasha...
- Kagome, lamento que las personas piensen que tenemos algo, si eso te pone muy incómoda… bueno tratemos de buscar una solución - me dijo algo desanimado.
- Inuyasha…
- Ten - me dio el casco de la moto, cierto el debe llevarme a casa, y luego ir a trabajar.
- Sabes que no me dejo llevar por rumores, de hecho pensé que eso podría molestarte a ti.
- A mi?
- Si, bueno quizás tú quieras estar con alguien y llegué a sus oídos que estás conmigo… Ella estaría muy triste.
- Kagome, no quiero estar con nadie
Me dijo casi inmediatamente, ya veo, no quiere a nadie en particular, sin embargo en algún punto puede encontrar a alguien a quien quiera, y a mi me bastará con que sea feliz. Yo no puedo hacer más que abrazarme a su cintura. Mientras la idea de que se vaya, cruza por mi mente. Me duele en verdad pensar que ya no estaremos de esta forma. Pero quiero que sea feliz solo eso, aceptaré cualquier cosa mientras Inuyasha sea feliz. Llegamos a mi casa, le doy las gracias a Inuyasha por traerme, nos miramos un rato, como si entre nosotros hay palabras por decir y cosas sin aclarar, pero Inuyasha termina dándome las buenas noches y se va; Mañana es San Valentín, y quiero confesarle lo que siento, no creo que pueda seguir guardando este sentimiento mucho tiempo. Así que llegué a casa y preparé galletas de chocolate, una bolsa para cada uno, incluyendo claro a Inuyasha aunque la bolsa de él tenía más galletas. Claro que intentaría decirle, y se que no me aceptara solo por las galletas,pero al menos así me sacaría está atadura del pecho, sin embargo si Inuyasha me rechaza será difícil verlo a la cara después de eso. Pero si no lo hago ahora siento que sería peor.
Mañana será un nuevo día. Y aunque quiero y anhelo que me acepte y me diga que también me ama. Realmente también lo quiero. Estoy en mi habitación acostada boca arriba, abrazando a mi perrito. Viendo el techo el corazón me late fuerte mañana le diré a Inuyasha lo que siento, estoy un poco nerviosa por eso. Y sin previo aviso, suena mi teléfono. Cuando leo el nombre dice Sango.
- Hola, Sango. Buenas noches.
- Kagome buenas noches, perdona por llamarte tan tarde.
- Tranquila no hay problema.
- Podemos vernos?
- Claro Sango, déjame cambiarme y tome un taxi para allá.
- Gracias y perdona que te llame tan tarde, la verdad era que no quería que Inuyasha se enterará de esto.
- ¿Es algo malo? - me asusto ese comentario.
- No, no es malo. Es algo más personal.
- Está bien. Dame 1 hora y estaré allí.
- Está bien, gracias.
Me cambié de ropa, no iba a salir en pijama aunque lo guardé en mi bolso, baje y mi madre aún estaba despierta viendo la TV, le dije que me llamo Sango y que me iba a pasar la noche en su casa. Mi mamá me permitió salir, antes de irme me iba a decir algo pero m dijo que no importaba, así que Tomé mi bolso y salí de casa, por supuesto le informaría cuando llegue. Me demoré en encontrar un taxi pero una vez lo encontré le pedí que me llevará al departamento de sango, cuando llegó le pagó al taxista y fui al departamento de Sango. En su puerta tocó el timbre. Para que me abra la puerta.
- Hola, pasa
- Hola, ¿puedo saber qué pasa? ¿Por qué me necesitas a esta hora?
- Mañana es San Valentín
- Si lo sé.
- Kagome, puedo preguntarte algo? Y me contestarias con la verdad?
- Si, te prometo hablar con la verdad
- ¿Alguna vez te has enamorado?
- Eh?
- Si, quiero saber si alguna vez te has enamorado, ¿cómo se siente?
- Pues es un sentimiento, algo confuso, te pones nerviosa de estar con él, sientes que cualquier cosa que hagas resulta vergonzoso frente a él, te sientes como si el corazón se te fuera del pecho. Son solo emociones extrañas que no sabes controlar.
- Ya veo, entonces es igual para ti.
- Sango, estás enamorada?
- Si, pero… creo que se olvidó de mí.
- Como?
- Verás, hace tiempo me obligaron a llevar unos papeles a la sala de profesores, pero en el camino me metieron el pie y tropecé con todo los papeles. Me caí al suelo. Pero él me ayudó, sin importarle los rumores ni las habladurías del momento. Simplemente me ayudó con los papeles y me acompañó hasta el salón de profesores, una semana después cuando unas chicas estaban hablando mal de mi cabello, él salió a defenderme diciendo que podía ser modelo. Incluso recuerdo que me pidió ser su novia, pero lo rechace en ese momento. Luego que me di cuenta que lo sentía, me enteré que se cambió de escuela.
- Sango…
- Pero me gustaría darle estas galletas, la cosa está en que no sé, a qué escuela va, solo sé cómo se llama.
- Dime su nombre, si lo deseas puedo preguntar en la clase de avanzada mañana y ver si alguien me informa de algo.
- Gracias Kagome, sabía que podía contar contigo.
- No hay de que.
- Se llama Miroku Mirai - casi me da un infarto.
- Me puedes repetir el nombre.
- Miroku Mirai.
- Sango lamento decirte esto pero olvídate de él.
- Que! ¿Por qué?
- No es bueno para ti.
- Cómo lo sabes
- Porque lo conozco.
- Estás segura.
- No creo que haya otro igual.
- Kagome, por favor. Explícame.
- Es mi primo, es hijo de un monje budista. Vive en las afueras de Tokio, mi tío siempre lo cambia de escuela cuando se mete en problemas.
- Pero él me dijo que me quería y que quería tener una relación conmigo.
- Lamento decírtelo pero se lo dice a todas las mujeres que conoce.
- No es cierto.
- Sango, sé que es difícil, pero no te mentiría. El no tiene arreglo.
- Pero yo creo que él puede cambiar, estoy segura que si se enamora cambiará.
- Sango…
Ninguna de las dos quiso seguir con esa discusión, no nos estaba llevando a ningún lado. Miroku siempre fue un mujeriego desde que cumplió los 15, actualmente tiene 20. Pero sigue sin madurar, solo quiere ligues fáciles, para estar en la cama y luego dejarlas, muchas terminaron con el corazón roto. Miroku no es bueno para Sango, ella merece a alguien que le sea fiel, alguien que la quiera. Y que la apoye en todo.
Pasamos la noche tratando de evadir el tema, estudiando o cocinando pero cuando encendimos la TV, bueno cada canal hablaba sobre lo lindo que es el amor, sobre cómo consentir a tu amado, incluso en los comerciales no paraban de decir que tenías qué regalarle algo al amor de tu vida. Recién ahora me doy cuenta de lo influenciables que somos.
- Oye, kagome.
- Dime
- Y tú le vas a dar galletas a la persona de la que estás enamorada?
- Eh?
- Si, cuando te pregunté si estabas enamorada por la forma en que me hablaste me hizo darme cuenta que tu tienes a alguien especial.
- Eh, si… yo tengo.
- Puedo saber quién es? - me pregunto emocionada, no quiero decirle que estoy enamorada de su hermano. Que pensara ella? Nunca lo considere.
-Bueno, es alguien que ya conoces.
- ¿Es Inuyasha? - cómo pudo adivinar tan rápido? - es decir, mi hermano es el único hombre que conozco, o está enamorada de un profesor?
- No, no quiero a ningún profesor.
- Entonces es Inuyasha.
- Eh, bueno… si.
- Qué alegría, ya quiero que seas mi cuñada.
- Pero no puedes decirle a Inuyasha.
- ¿Por qué no?
- Porque… porque… Se supone que lo haré yo.
- ¿Vas a darle galletas a Inuyasha?
- Si - le mostré el paquete que le hice, y que tenía en mi bolso.
- Vaya deben estar muy ricas.
- También te hice a ti y a las chicas. - aproveche en darle la bolsa a Sango.
- La diferencia es obvia entre las bolsas - en serio, lo primero que noto fue eso? Espera es muy obvio que él tiene más?
- Qué vergüenza.
- Gracias por las galletas.
- Si, aunque estoy asustada de darle las galletas a Inuyasha, es decir y si me dice que no. No sabría cómo verlo a la cara después de eso.
Kagome, sabes no soy buena leyendo a mi propio hermano, pero incluso yo me doy cuenta que no le eres del todo indiferente, es decir siempre que hablo de ti, o cuando estoy hablando contigo siempre se queda para tratar de escuchar la conversación; además cuando pasó lo de la clínica, no fue a trabajar para quedarse contigo sabes.
- Que? No fue a trabajar?
- No, faltó esa noche, para estar contigo.
- No puede ser, me siento aún peor.
- ¿Por qué?
- Inuyasha, también pagó la clínica, además también me cargó para llevarme, dios ese aquel día fue lo más vergonzoso que me pudo pasar.
- Osea que ya tienes varias semanas enamorada de mi hermano.
- Bueno si.
- Y como no me di cuenta antes.
- Bueno, no nos hemos visto mucho físicamente, siempre hablamos por teléfono.
- Yo creo que le gustas a Inuyasha
- A mi también me gustaría eso - realmente quiero que me corresponda.
Terminamos de ver una película, nos bañamos y terminamos por ir al cuarto a dormir. Sango se durmió rápido pero yo estaba nerviosa, nunca pensé en que si Inuyasha me rechaza entonces ya no volveríamos a vernos. es decir, ya no me aceptaría las comidas, ya no iría a buscarme a las clases; aunque esta es la última semana ya la próxima semana me reintegro a la preparatoria. Así que la incomodidad sólo se convertiría en indiferencia. Temo que después de eso me va a ignorar. Y no quiero eso. No lo quiero. Por eso temo lo que viene, pero si guardo este sentimiento entonces será peor. No puedo dormir así que voy a la cocina a tomar agua, estoy en el mesón tomando agua cuando escuchó la puerta abrirse, casi me ahogo es tan madrugada? No puede ser y yo estoy de intrusa en la casa. Inuyasha me pasó por un lado hacia la sala, no me vio pero yo lo veo desde la espalda, debería de hablarle? Espera su brazo, está herido.
- Estás bien - le dije sin medir mi voz, y eso provocó que se asusta, pero no me importó que se asustara, yo solo quería ver su brazo.
- Kagome, qué haces aquí? - me lo dijo aún, con el susto encima. Pero yo solo veo su brazo.
- ¿Qué te pasó?
- Ah, tranquila no es nada, solo es superficial.
- No lo es, debemos ir con un médico.
- Kagome tranquila, sanará rápido. Con desinfectar y vendarlo está bien.
- No, no está bien. Esto puede infectarse si no se trata bien.
- Kagome.
- ¿Dónde está el botiquín de primeros auxilios?
- En el lavabo. - fui a buscarlo, como puede ser que venga así aquí.
- Inuyasha, quítate la camisa y dame el brazo para limpiarlo. - para limpiar la herida, desinfectarla y por último a vendarla.
- Kagome no seas tonta, sanará solo.
- Quítate la camisa, para curarte el brazo, ahora - aún entre discusión, logré que se quitará la camisa para comenzar a curarlo.
- Kagome, te ves muy seria.
- Pues si, esto me preocupa, tú me preocupas mucho. - no hubo forma de evitar que esas palabras salieran de mi boca. Qué vergüenza que sepa que me interesa.
- Realmente te preocupó?
- Pues si, siempre me preocuparé por ti - siento mis mejillas arder, y mi corazón está como loco.
- Kagome, yo…
- No hace falta que me agradezcas, además siempre haces este tipo de cosas por mi. - es verdad Inuyasha, siempre se preocupa de que esté bien.
- Kagome. - no me había dado cuenta que siempre repite mi nombre, porque me gusta la forma en que lo dice.
- Yo quiero… decirte… - El teléfono de Inuyasha sonó y nos interrumpió. Kikyou fue lo que logré leer en la pantalla, salió del departamento para hablar en privado.
- Me pregunto quién será? - la llamada no duró mucho, solo unos minutos. Entró y volvió a sentarse en la mesa frente a mi.
- Perdona por la llamada.
- Era importante? Es decir para llamarte a esta hora.
- Solo quería saber cómo estaba la herida.
- Un compañero de trabajo?
-Algo así. No importa. ¿Qué querías decirme?
- Eh, no nada. - ya perdí la valentía.
- Ya veo. - nos quedamos en silencio, en la mesa sin mirarnos a la cara, quizás por vergüenza o porque ese momento se estaba poniendo muy tenso. - qué es eso
- Eh? - vi la dirección que me señalaba, y lo que vi me dejó helada. Sango dejó las galletas de Inuyasha sobre el mesón de la cocina.
- Yo, eh?
- Son galletas de San Valentín, acaso Sango le dará estás galletas a algún chico?
- Como? - Inuyasha piensa que las galletas son de Sango para alguien.
- Kagome, dime Sango está interesada en alguien. - bueno si, pero no creo que sea yo quien deba decirle.
- Bueno, ¿por qué no le preguntas a ella?
- Maldita sea, quien sea que le rompa el corazón le voy a romper las piernas.
- Creo que exageras
- No lo hago, protegeré a Sango de todo.
- Inuyasha, realmente sería tan malo, si ella se enamora de alguien?
- Por supuesto, no confío en nadie y menos si se trata de algún hombre.
- Inuyasha, y si fuera yo quien se enamora de un hombre?
- Eh? - se quedó callado, solo me veía entre asombrado y dolido por mis palabras, creo que debería de decirle lo que siento y decir que la bolsa es mía. Y ayudar a Sango solo está vez.
Inuyasha, quiero decirte que estoy enamorada.
- Estoy enamorada de…
- Ya basta, no puedo seguir escuchando.
- Pero...
- Kagome, lo siento no soy quien, para que le cuentes sobre tus gustos. - eso fue un rechazo?
- Inuyasha, yo… perdoname...
Yo no puedo, no puedo evitar llorar, eso fue un rechazo, eso es un claro rechazo, no puedo seguir aquí me duele mucho el pecho me duele verlo. Mis piernas comenzaron a correr. Salí del departamento, no puedo estar en ese lugar. Escucho la voz de Inuyasha llamarme pero no quiero verlo, no quiero que me vea llorar. Sigo corriendo, hasta llegar a un parque. No lo soporto más y en una banca me desplomó a llorar. Me duele realmente me duele, no debí confesar lo que sentía. No debí decirle. Es obvio que no siente lo mismo por mi.
- Oye que hace una mujer, como tú a esta hora? - es la voz de un hombre pero no lo conozco.
- Lo siento, solo quiero estar sola.
- ¿Sola? Ah, bueno ninguna mujer debería estar sola
Este tipo me agarró las manos, no me suelta, salí corriendo de la casa siquiera me percaté que aún es de noche y no es seguro salir a esta hora, además admito que estoy sola, un manjar para pervertidos como esté; quiero zafarme pero él es muy fuerte, me tumba en la banca del parque, coloco mis manos por sobre mi cabeza, y las agarró con una mano, la otra la coloco en mi seno derecho, es la primera vez que un hombre me toca, tengo miedo y no quiero que mi primera vez sea así, con un desconocido. pido ayuda pero nadie vendrá, Inuyasha por favor sálvame, pero ¿por qué lo haría? Salí corriendo y lo perdí de camino para acá. Este es mi castigo por ser tan egoísta.
- Inuyasha, ayúdame por favor - no quiero esto.
- Kagome - esa voz, Inuyasha
- ¡Sueltala! - le grita Inuyasha.
Inuyasha apartó al hombre que me tenía agarrada y comenzaron a pelear, pero Inuyasha tenía la ventaja ya que lo agarró con la guardia baja al otro tipo. Sin embargo me doy cuenta que Inuyasha no detiene sus golpes, ya el tipo está inconsciente, no se mueve, Inuyasha lo golpea mientras gruñe. No puede ser que lo va a matar. Me levanto y trato de detener la pelea, le pido que se detenga, tardó unos minutos en reaccionar pero lo hace, comprobé que el hombre aún respiraba, y le pedí a Inuyasha que nos fuéramos de allí. Y nos dirigimos al departamento. Al llegar me doy cuenta que las manos de Inuyasha están llenas de sangre así que lo llevó al baño a limpiarlas, no parece estar consciente hace todo lo que le pido, solo ve sus manos, y va a donde le indico. Finalmente lo senté en el sofá, y me arrodillé frente a él.
- Inuyasha, ¿estás bien? - no obtengo respuesta, solo tiene su vista fija en sus manos, así que tomó su rostro con mis manos y lo obligó a mirarme.
- ¿Por qué? - por fin me habló.
- ¿Por que, que? Inuyasha
- ¿Por qué te fuiste?
- Me dolió, y mucho…
- ¿Qué cosa?
- Tu rechazo - abrió los ojos y me miró fijamente.
- Mi rechazo?
- Si, verás… yo…
- Kagome, dímelo por favor dímelo.
- Inuyasha… yo… estoy enamorada de ti.
- Kagome…
- Pero ya se que no soy correspondida, aún así duele. - no puedo aguantar las lágrimas, no quiero que me vea llorar.
- Kagome, te equivocas yo no sabía qué era eso.
- Que?
- Creí que me dirías que estabas enamorada de alguien más, en ese caso yo no soportaría ver qué te fueras con otro, no soportaría ver que alguien más te tiene. Me morí de los celos aquel día que te vi con ese chico.
- ¿Me viste con otro chico?
- Si, hace tiempo en el distrito comercial, estabas con un chico.
- Hablas de Hoyo, yo no siento nada por él.
- Lo sé, ese día me lo dijiste.
- Como.
- El gato de traje, era yo. - ahora entiendo, el gato era Inuyasha, por eso me seguía.
- Inuyasha, yo no estoy enamorada de él, solo lo estoy de ti. Aquel chico me pidió hacerle un favor y comprarle un regalo a su mamá, eso es todo.
- Kagome
- La bolsa de galletas en la mesa, era mi confesión para ti. Iba a decirte lo que sentía pero me acobarde, lo siento.
- Kagome…
- Pero no te sientas obligado a nada conmigo, todo esto me pasa por ser tan torpe - Inuyasha cayó en el piso y me abrazó, y yo correspondí a su abrazo.
- Kagome, tú no me eres indiferente, y tengo fuertes sentimientos por ti, más de lo que puedo admitir. - no estoy soñando, Inuyasha me confesó sus sentimientos. Y soy correspondida?
- Inuyasha
- Kagome
Nos separamos un momento para vernos a la cara, ambos estamos sonrojados, y espera está posición, y estamos solos. Nos estamos acercando.
- Kagome, dónde estás? - ¿Espera esa es la voz de Sango?
Inuyasha y yo nos separamos rápidamente. Dándonos la espalda. Qué vergüenza.
- Ah, Kagome allí estás, ah Inuyasha bienvenido… pero que hacían los 2?
- Nada - dijimos al unísono, sin embargo la posición en la que estamos da a entender otra cosa.
- ¿Qué estaban haciendo?
- Yo…
- Kagome estaba curando mi brazo, tuve un accidente en el trabajo.
- No puede ser, estás bien? - le pregunto Sango, con obvia preocupación.
- Si, Sango estoy bien; solo vayan a dormir. Mañana tienen clases… las dos… - ese mensaje también fue para mí.
- Buenas noches - nos despedimos Sango y yo.
- Buenas noches.
Cuando abrí los ojos ya Inuyasha se había ido, por suerte se llevó su bento. Al menos estaría bien alimentado. La noche fue un poco intensa, es decir Inuyasha no me confesó su amor pero dijo que yo le importaba, y que sentía fuertes sentimientos por mi. La verdad estoy feliz, hoy es San Valentín, y es el mejor San Valentín de todos. Aunque… que somos ahora? Es decir, ¿se supone que ambos nos queremos? somos novios? Me avergüenza de solo pensarlo. Debería preguntarle a él que es lo que desea.
- Ya estás lista? - le pregunté a Sango.
- Si, vámonos. - decidí acompañar a Sango a la preparatoria, así le daría las galletas a las chicas.
Cuando llegamos a la preparatoria, todos se quedaron viéndome, era extraño aunque supongo que comenzarán nuevos rumores, esto no me gusta nada, y la verdad no quiero que los rumores se sigan extendiendo, me molesta que sean tan inmaduros para la edad que tienen.
Nos encontramos con las chicas y les di su paquete de galletas a cada una.
- Kagome, íbamos a decirle a Sango para irte a ver a tu casa - dijo Ayumi
- Si, pero cómo estás en clases avanzadas posiblemente no podamos vernos mucho tiempo - dijo Eri.
- Aunque la semana que viene te vas a reintegrar, cierto? - pregunto Yuka.
- Si, volveré el lunes
- Qué alegría, estaremos las 5 juntas otra vez. - dijo Eri, y Sango se avergonzó un poco ya que la incluyeron a ella.
- Por cierto Kagome, te tengo una mala noticia. - me dijo Yuka, en tono extraño.
- ¿Qué ocurre?
- Bueno….
- Ah, pero si es mi querida prima - no puede ser esa voz es de…
- Miroku - qué hace aquí?
- Querida prima, te extrañe mucho. - se acerca mucho, además que se toma muchas libertades. Sospecho de su mano.
- Miroku, ¿qué haces aquí? - nos separamos del grupo de las chicas.
- Me inscribí en esta preparatoria. Mi padre está muy enfadado conmigo. Y me dijo que está sería mi última oportunidad, de redimirme.
- ¿Qué hiciste para que se molestará?
- Yo nada, una chica llegó a nuestra puerta diciendo que tenía un problema de 9 meses. Pero resultó que no era mi problema.
- Deberías dejar tu vida de mujeriego, y comenzar a madurar.
- Yo soy maduro.
- Por cierto, como te inscribiste en la preparatoria, creí que ya te habías graduado.
- Te dije que tuve un problema de 9 meses, más la espera por los resultados. Perdí un año.
- Entonces vas a cursar el último año aquí?
- Si, junto contigo.
- No puede ser.
- Estaremos juntos querida prima. - vaya tortura que me puso dios.
- Por cierto, ¿por qué no estás con el uniforme?
- Estoy suspendida, regreso el lunes.
- Como? Tu la santa! ¡La perfecta estudiante! ¡La joya de la familia!... ¿Qué pasó?
- Bueno la gente comenzó a inventar rumores sobre mí. El director se las creyó y me suspendió.
- Osea que no hiciste nada malo?
- No.
- Qué alegría, pensé que estabas en mal camino, como monje debo sacarte de la mala vida y llevarte por el camino del bien.
- Tu eres peor que yo.
- Querida, veo una nube negra sobre ti. - cuando Miroku dice lo de la nube negra significa que quiere algo.
- ¿Qué necesitas?
- Puedes acompañarme este domingo a comprar unas cosas.
- Seguro, no tengo problema.
- Bien, ya me voy querida, las clases comenzaron
Me dijo Miroku para luego besar mi mano, espera comenzaron? Me doy vuelta y veo que ya todos entraron, hablé mucho con el. Y no sé lo presente a Sango, aunque sigo creyendo que es mejor que Sango no se involucre con él. Me fui a mi casa, debo prepararme para mis clases y también debo prepararme para los exámenes que iniciarán pronto. Llegué a mi casa y me puse a estudiar un poco. Allí está mi perrito.
- Me extrañaste? Porque yo sí.
Se que es tonto hablarle a un peluche pero es mío, estoy en mi habitación, aquí nadie sabe nada. Así que me abrazó a mi peluche, mientras estudio un poco.
- Kagome, puedes bajar un momento? - Esa es mi mamá.
- Ya voy. - dejé a mi perrito en la cama y salí.
- Sí mamá?
- Kagome, tu primo Miroku, vendrá a la casa.
- Si, lo sé. Me lo encontré de camino a casa.
- Ah, bueno tu primo ocupará la habitación de huéspedes.
- Está bien.
- Tu tío, te manda saludos, y también nos manda unos regalos por las molestias. - mi tío siempre nos ha querido, aunque su hijo no es un santo. Él siempre habla con mi mamá para saber cómo estamos.
- Mandale mis saludos.
Volví a mi habitación, a estudiar algo hasta que se haga la hora para ir a mis clases de avanzada. La verdad es que hice amigas allí, Yura y yo hablamos. En clase aunque no la veo muy feliz de estar allí. Espero hoy esté de mejor ánimo.
Ya me tengo que preparar para ir a clases, así que salí de casa, me despedí y puse mi rumbo en marcha. Llegué a clases y saludé a Yura que ya estaba allí.
- Hola
- Hola - no sonó muy animada.
- ¿Ocurre algo?
- Hoy decidí decirle a mi padre la verdad.
- La verdad?
- Veras mi padre es director del hospital general.
- Y quería que yo fuera doctora allí.
- Vaya, y qué pasó?
- Verás yo no quiero ser doctora, yo quería ser estilista. Me gusta mucho el cabello y quería ser peluquera. Así que le dije a mi padre que no quería entrar a la universidad de medicina.
- Oh.
- Se molestó conmigo, ahora no me habla.
- Pero si tú realmente deseas trabajar de estilista, entonces puedes hacerlo.
- Mi padre cree que esa carrera no genera suficiente ingreso, y que mi futuro se perdería allí.
- Lo siento, debe ser muy difícil para ti.
- Bueno, mañana me iré de casa, ya tengo una amiga que me dejará quedarme con ella.
- Mientras estudio y trabajaré a medio tiempo para ayudar en la casa.
- ¿Realmente vas a abandonar a tu padre?
- El no me habla desde que le dije, así que mi presencia allí es nula.
- Oh...
- ¿Qué hay de ti?
- Yo?
- Si, ¿qué deseas estudiar?
- Aún no lo había pensado.
- ¿Te esfuerzas tanto por nada?
- Se podría decir que si.
- Pobre Kagome, yo pensé que estaba mal, pero tú estás peor.
- ¿Por qué?
- Lanzarte a un futuro incierto es difícil, no saber qué hacer con ese futuro es peor, sin embargo caminar sin un rumbo puede llevarte a un lugar soñado o una pesadilla.
- ¿Qué debería hacer?
- Esa respuesta solo la puedes saber tú.
- Te puedo aconsejar que hagas una prueba de personalidad, quizás así puedes darte una idea de lo que deseas.
- Una prueba de personalidad… ¿Dónde puedo hacer una?
- Justo van a hacer una, al terminar la clase, si lo deseas puedo acompañarte.
- Gracias.
Llegó el profesor e inició la clase, no podía dejar de pensar en esa prueba de personalidad, así que apenas terminó la clase fui a inscribirme… no se que me diga y tampoco sé qué tan acertado sea.
- Kagome - esa voz es de Inuyasha.
- Inuyasha - olvide que venía a buscarme.
- Ya estás lista para irnos?
- Yo… No puedo
- ¿Ocurre algo?
- Es que voy a hacer una prueba de personalidad.
- ¿Una prueba de personalidad?
- Si, al parecer te dice que es lo que deseas ser.
- Y no lo sabes?
- La verdad, no se que estudiar, y tampoco sé en qué quiero trabajar.
- Kagome
- Inuyasha, tú estás llegando tarde a tu trabajo cierto? Si quieres puedes irte yo después iré a casa sola.
- Tonta, como voy a dejarte sola.
- Pero no puedes esperarme. Vete a trabajar tranquilo. - no lo veo muy convencido, pero...
- Mmm, bien pero dame tu teléfono. - le di mi teléfono, y agregó su número. Tengo el número de Inuyasha.
- Llámame apenas salgas, pediré permiso para venir rápido por ti.
- Inuyasha, no tienes porqué hacer esto.
- Si tengo. Ahora me voy pero llámame y vendré.
Se fue en su moto, yo ingresé en el salón y traté de realizar está prueba, solo nos dieron 40 minutos lo mismo que un examen en la preparatoria. Yura también tomó una hoja, y comenzó a hacer la prueba, Todas eran preguntas personales, llené todos los cuadros con lo que me gusta. Me di cuenta que todo el salón estaba lleno, osea que no soy la única que tiene dudas sobre su futuro. Además afuera también quedaron más estudiantes. Después de llenar toda la hoja, la entregué al profesor, nos dijeron que darían los resultados mañana. Al salir iba a llamar a Inuyasha, pero.
- Querida, allí estás - que hace Miroku aquí.
- ¿Qué haces aquí?
- Bueno me perdí - no creo que se haya perdido más bien estaba buscando algo.
- Ah, no tienes remedio
- Bueno vamos a casa? - me tomó del hombro y comenzó a arrastrarme hacia la casa, creo que estaba escapando de alguien.
