Capitulo 4: salvada y tienes prohibido beber

Yuki nos trajo el pedido, y Eri estaba un poco mejor, ahora que me pongo a evaluarla me doy cuenta que Ryoga y ella eran una relación que solo iba de un lado. Creía que Eri también lo amaba pero era solo Ryoga, siento un poco de lástima por el. Y por Eri de tampoco poder estar con quien quiere, porque el amor es tan difícil? Comimos y nos fuimos del local, a buscar mis resultados del examen. Le volví a pedir disculpas al profesor por venir tan tarde. Y me entrego el sobre con el resultado.

- Vas a abrirlo? - me pregunto Eri.

- Creo que lo haré en casa

- Bueno, si eso deseas.

Eri y yo nos despedimos, y camine de camino a casa. Siento un poco de nervios por lo que pueda decir.

- Cuidado! - alguien me grito. Por que?

Siento que alguien me hala hacia atrás, no comprendo… un auto me pasa justo al frente, lo sentí tan cerca que pude sentir como el aire se cortaba. Yo estuve a punto de morir?

- Estas bien? - tarde un momento en volver en mi.

- Eh, si. Gracias.

- Me alegra que no te pasará nada.

- Si, pero la luz estaba en verde.

- Si, tú tenías el paso. Pero el auto no parecía desacelerar, supongo que estará mal de la cabeza. En la otra esquina hay una caseta de policía para que metas la denuncia.

- Gracias

- Te acompaño quizás aún estés en shock o algo, segura estas bien? No te duele nada?

- No, estoy segura. Estoy bien

Fui a la caseta Policial y le conté al Policía lo ocurrido.

- Que bien que este joven estaba allí para ayudarte - me dijo el oficial de policía

- Si, yo también se lo agradezco mucho - creo que ya me he inclinado muchas veces.

- No fue nada, me alegra que no pasará nada malo.

- Si, se le agradece su apoyo en la sociedad - hasta el oficial se inclinó.

- Bueno ya debo irme voy tarde a trabajar - me dijo ese chico, para salir de la caseta, lo seguí.

- Disculpa, Me podrías decir tu nombre? Me gustaría saber el nombre de mi rescatador.

- Ah, Kōga Okami.

- Muchas gracias señor Okami - y esa sería mi última reverencia.

- Bueno… cuídate

Se fue, era un buen hombre. Era algo incómodo pero estoy feliz de estar viva. Reanude mi camino a mi casa, cuando vi la moto de Inuyasha estaba estacionada en una mini market, será la misma? No recuerdo la matrícula. Quizás si me asomo pueda que vea a Inuyasha. Y efectivamente allí estaba. Al cruzar el pasillo me vio también me saludo y entré para hablar con él.

- Hola

- Hola

- Veo que ya recuperaste tu moto.

- Si quedo casi como nueva.

- Y qué haces?

- Un compañero de trabajo acaba de ser padre y quería llevarle algo de regalo pero no sé que llevarle - Inuyasha tenía la cesta con varios juguetes para niños de unos 5 años.

- Si, está recién nacido esos juguetes no le sirven aún.

- En serio? Son coloridos y hay un bebé en el empaque.

- Pero ese bebé está más grande, ven si lo deseas puedes llevarle estos biberones, pañales también van a necesitar y muchos.

- Gracias por aparecer para ayudarme, no sé qué haría sin ti.

- Me alegro de verte.

Luego de comprar los artículos de bebé, cuando llegamos a caja para pagar, el señor nos vio juntos y nos felicitó, Inuyasha y yo nos avergonzamos, pero ninguno le dijo al vendedor sobre su error.

- Lamento que pasaras por eso Kagome.

- Eh, no importa. - creo que mi rostro está aún más rojo si eso es posible, yo embarazada de Inuyasha.

- Kagome, sube te llevo a tu casa.

- Eh, gracias.

Este tipo de cercanía, bueno después de que dijeran eso, cómo debe sentirse Inuyasha, ya que él aún no me ha dicho que piensa de la familia, es decir recuerdo nuestra conversación sobre que él no se creía buen padre, pero no sé si ha cambiado de opinión.

- Inuyasha…

- Dime

- ¿Aún piensas que serás un mal padre?

- Lo pienso…

- Aún creo que estás equivocado.

- Kagome...

- Lo digo en serio Inuyasha, serás un buen padre.

Llegamos a mi casa, Inuyasha no dijo nada durante el camino de regreso. Al llegar me bajé de la moto. Inuyasha estaba muy pensativo.

- Kagome

- Dime, Inuyasha.

- Me gustaría contarte de mi pasado.

- Eh? Tu pasado.

- Quizás puedas entender porque digo las cosas, pero…

- Inuyasha…

- Sabes que mejor olvídalo.

- No, no quiero olvidarlo. Quiero saberlo.

- Cuando te lo cuente, no querrás volver a verme.

- Inuyasha

Tomo su rostro en mis manos para que me viera directo a los ojos.

- Escúchame bien, conocer tu pasado me dará una mejor perspectiva de ti y me ayudará a amarte un poco más, si tú llegas a contarme tu pasado y se me ocurre dejarte por eso, entonces significa que yo no soy la indicada para ti. Y quiero serlo quiero estar contigo, quiero… solo hablo de lo que quiero, supongo que soy un poco egoísta.

- Kagome… no lo eres, no eres egoísta, eres una de las personas más buenas que conozco, y eso es lo que me gusta de ti, también me molesta de ti. Que pones los sueños y deseos de los demás antes que los tuyos propios.

- Inuyasha… gracias, igual trataré de mejorar esa parte.

Nos despedimos, Inuyasha se fue a trabajar, que sería tan malo para que Inuyasha crea que voy a dejarlo? Tendría que ser algo muy malo. ¿Mató a alguien? Creo que eso sería lo malo. No creo que Inuyasha pueda llegar a matar a alguien aunque en el pasado en varias ocasiones no ha faltado mucho para eso. Inuyasha tiene problemas de ira pero nunca me ha lastimado a Sango o a mi, de hecho nos cuida mucho. Confío en Inuyasha.

Llegué a casa, saludé a mi mamá y la ayudé en la cocina. Luego nos sentamos en la mesa a comer y hoy estaba la novia de Sota de visita, al parecer los dos van a estudiar hasta tarde. Eso de que un hombre y una mujer estén solos en el cuarto no me gusta. Pero mi mamá lo aprueba, por mi parte no voy a meterme en ese asunto, tengo bastante en que pensar. Una vez terminamos de comer, recogí mi plato y me fui a mi habitación. Me acosté en la cama y recordé lo que dijo Miroku en la mañana, me abrace a Makoto tratando de buscar consuelo. Pero Miroku tenía razón, esta es nuestra última semana en la preparatoria. Así que debo disfrutarla.

Pasó la semana y no encontré formas de hacer que fuera más divertida o para añorarla, Sango es la que ha estado deprimida esta semana y la entiendo es algo triste que se quede sola. Pero no puedo ir a la escuela cuando ya no pertenezco aquí. Y además de eso no puedo seguir haciéndole las comidas a Inuyasha ya que Sango ahora práctica en la cocina las comidas y no se pueden desperdiciar. La semana que viene es nuestra graduación.

Al salir de clases, cada uno se fue a su casa. Decidimos salir después de la graduación para celebrarlo. Por mi parte también quería hacerlo.

Mensaje de Kagome: Inuyasha me gustaría salir contigo este domingo. (Enviado hace 1 segundo)

Dudo que me conteste ahora pero quiero salir con Inuyasha y quizás él tenga una idea sobre cómo podemos vernos luego de graduarme. Quiero tener una excusa para verlo. Estoy caminando sin rumbo, y terminé llegando al parque infantil.

No puedo evitar recordar las palabras de Inuyasha.

Recuerdo

- Inuyasha…

- Dime

- ¿Aún piensas que serás un mal padre?

- Lo pienso…

- Aún creo que estás equivocado.

- Kagome...

- Lo digo en serio Inuyasha, serás un buen padre.

Fin del recuerdo

Ahora que lo veo de otra manera, Inuyasha no me ha hablado de sus padres, y Sango tampoco. Dudó mucho que siempre han estado solos, es decir tuvieron que tener una mamá y un papá, ¿no? ¿Qué ocurrió con ellos?

- Oye tú eres la chica que casi muere

- Ah? Señor Okami, gracias por lo de ese día.

- No fue nada ¿qué haces por acá?

- Ah, no tenía rumbo fijo, simplemente llegué aquí.

- ¿A un parque infantil? ¿Te gustan los niños?

- Bueno, creo que lo mismo que todos.

- Yo fui padre recientemente y aún no me hago a la idea.

- Felicidades por tu hijo

- Gracias

- Ya tiene nombre?

- Shippō, significa los 7 tesoros.

- Vaya es un nombre muy grande

- Mi esposa, cree que de esa forma al niño no le faltará nada.

- Estoy segura que tu bebé, tendrá grandes riquezas en su vida.

- Espero. es nuestro primer hijo.

- Estoy segura que harás un buen trabajo de padre.

- Espero no equivocarme, solo quiero hacer bien mi trabajo.

- Y qué haces aquí?

- Ah, la verdad me da pena decirlo.

- Mmm… - supongo que no debo inmiscuirme donde no me llaman.

- Por cierto llámame Kōga. Eso de señor Okami hace que me sienta viejo.

- Está bien señor Kōga

- Solo Kōga

- Está bien, Kōga, bueno tú puedes decirme Kagome.

- Kagome? - Esa voz, Inuyasha?

- Oh, Inuyasha ya llegaste - le dijo el señor Okami. Pero Inuyasha solo lo vio a él y luego me vio a mi.

- ¿Qué haces aquí? Kagome

- Solo caminaba

- ¿La conoces? - le preguntó el señor Okami, digo Kōga a Inuyasha

- Si, es mi pareja - le dijo Inuyasha, es la primera vez que lo escucho decirlo.

- Ah, no sabia que salve la vida de la novia de mi mejor amigo - dijo Kōga, espera que? Mejor amigo?

- ¿Cómo salvar su vida? - preguntó Inuyasha sin saber nada.

- Inuyasha, Kōga me salvó la vida, hace una semana que me atropellara un auto.

- Como que Kōga, te salvó de morir atropellada deberías fijarte por donde vas y porqué lo llamas por su nombre es raro.

- El me dio permiso de hacerlo.

- Es cierto, no me gusta eso de señor Okami, sueno viejo - digo Kōga pero por alguna razón Inuyasha se veía muy molesto.

- Sabes algo toma. Kagome nos vamos?

- Ah, si… adiós Kōga

- Hasta pronto, Kagome.

Le dio un sobre a Kōga y me dio el segundo casco de moto, me lo puse y nos fuimos. Porque estará tan molestó.

- Oye, se puede saber que te pasa?

- No quiero que lo vuelvas a ver.

- Que? Oye no puede prohibirme con quien verme y quien no.

- Kagome, te lo pido, no te acerques a él.

- ¿Por qué? Dime la razón.

Estaciono en una calle solitaria, supongo que es para poder hablar mejor.

- Kagome, él no es bueno.

- Puedes hablarme con sinceridad.

- Bien, pero quiero que quede entre nosotros

- Está bien.

- Kōga engañó a su esposa varias veces.

- Pero acaban de tener un bebé

- Y créeme cuando te digo que Kōga solo está con ella por ese niño.

- Oh, pobre Shippō

- Ves Kagome, esa es otra señal, no soy bueno para esto.

- Sabes algo me molesta tener la misma discusión contigo. Pareces un disco rayado. Déjalo ahora. Deja esa idea absurda en este instante.

- Kagome sigues sin querer ver la realidad, sigues viviendo un mundo donde todo es bueno y perfecto.

- Crees que mi vida es perfecta!

- Pues sí lo es, tienes a tu familia contigo. Tienes gente que te quiere, nunca has tenido que pasar una necesidad, nunca has conocido lo duro que puede ser el mundo.

- Déjame decirte algo claro que yo también lo he pasado mal, me suspendieron por unos tontos rumores, un chico intentó propasarse conmigo, hace tiempo también uno casi me hace daño y también estuve a punto de morir. Además hay que agregar que el idiota con quién estoy saliendo no para de juzgar todo lo que hacemos aún cuando no hacemos nada. Nunca hemos salido, ni siquiera hemos tenido una cita.

- Kagome…

- Quiero hacer cosas contigo. Solo nos estamos hiriendo el uno al otro.

- Lo siento. No pensé que tú también la estás pasando mal.

- Tu debes estar pasándola peor.

- Kagome.

- Sabes algo, estoy molesta contigo. Muy molesta.

Se que es una reacción algo inmadura de mi parte, pero me fui de allí, Inuyasha me llamó varias veces, pero no quiero seguir con esa pelea, no veo que termine en algo bueno. Y no quiero terminar la relación así. Llegue a mi casa y me abrace a Makoto. Supongo que Inuyasha estará preocupado por si llegue a casa. Así que le envié un mensaje diciendo que llegue a casa, luego de eso no tenía ganas de hablar más. Cuando volví a ver el teléfono.

Inuyasha: lo sé, te seguí hasta que te vi llegar a casa. (Recibido hace 35 minutos)

Enviado: lo siento (enviado hace 1 segundo)

No es nuestra primera pelea y tampoco será la última, supongo que mejor dejo el tema de la paternidad, aún creo que Inuyasha se equivoca. Pero creo que debería de buscar escuchar su historia para saber. Es decir me dijo que era por Sango pero no creo que sea solo eso.

Pasó la semana y terminamos nuestras clases, la siguiente fue mi graduación y estaba mi familia, no vi a Inuyasha y me gustaría que estuviera aquí conmigo. Incluso estaban mis amigas conmigo y Miroku, Sango llegó tarde pero estaba allí. No quise preguntarle por Inuyasha, ya que sabía que me diría que estaría trabajando. También pienso que trabaja mucho. Y no hay un equilibrio entre todo, el solo trabaja. Ah, mis amigas querían celebrar la graduación así que decidimos ir a un salón a beber, y allí quizás ahogue mis penas en alcohol.

Así que nos fuimos a un salón privado. Al llegar para alquilar la habitación la secretaría nos preguntó cuántos seríamos. Eri le dijo que somos 9 integrantes le pregunté a Eri, que solo somos 6 personas.

- Kagome creo que no sabes Contar, jajaja

- Pero… - me puse a contar, Ayumi, Yuka, Eri, Sango Miroku y yo.

- ¿Ya contaste mejor?

- Sigo contando 6.

- Kagome somos 9.

- Sigo sin saber quiénes son - sigo confundida, sobre las personas

- Perdón por llegar tarde - cuando mire era el novio de Yuka. Así que él iba a venir.

- Yo también, lamento llegar tarde - ese fue Yuki, el amigo de Eri.

- Bueno solo falta uno - dijo Sango, de quien habla.

- Bueno veamos la carta mientras llega, no creo que le falte mucho. - dijo Ayumi, pero de quien hablan?

- Ya llegué, perdonen la demora.- dijo Inuyasha?

- Inuyasha - está aquí realmente vino.

- Perdón por tardar en llegar pero tu familia ya está bien. - mi familia?

- Ah, Kagome olvidé decirte que a Inuyasha no lo dejaron entrar en la ceremonia de graduación, pero al salir acompaño a tu mamá, hermano y abuelo a casa. - Sango me dijo eso.

- Pero porque no te dejaron entrar? -

- Dijeron que el auditorio estaba muy lleno, y no podían dejar mucha gente de pie, por norma de seguridad. - es verdad que había mucha gente.

- Luego salieron y se me perdieron de vista, cuando logré ubicar a tu mamá. Me dijo que ya se venían para acá. Así que la acompañe a su casa y luego viene para acá. - Inuyasha Siempre siendo un caballero.

- Gracias por acompañarla.

- De nada, por cierto qué le dijiste a tu familia de mi?

- Eh?

- Es que tu abuelo no paró de decir que yo, era un delincuente y que yo te estaba metiendo en ese mundo. - abuelo, te mataré

- Solo ignorarlo… gracias por estar aquí, y gracias por ir a la graduación.

- Lamento no entrar

- No importa con saber que estabas presente me basta.

- Que romántico - dijo Yuka

- Vayan a un cuarto - dijo el novio de Yuka, pero a Inuyasha no le gusto su comentario

- Bueno vamos a beber - dijo Eri,

Al parecer mientras hablamos pidieron cerveza, jugos y también comida. Nunca había bebido licor, pero no puedo seguir ignorándolo, además Inuyasha bebé alcohol, y las chicas junto a los hombres beben alcohol, Sango solo puede beber jugo. Asi que yo también voy a beber alcohol.

La noche transcurrió de forma divertida, entre juegos y risas, además del "torneo" de karaoke, fue muy entretenido, y me parece que Eri y Yuki están muy unidos, veo como si ambos se gustan pero niegan sus propios sentimientos. Es un poco triste.

- Oye que tanto le ves? - me dijo Inuyasha

- Eh, a quien?

- A ese chico Gasai - creo que está borracho.

- Inuyasha estás ebrio?

- No, no estoy ebrio - le veo la cara muy roja. Creo que sí.

- No le veo nada, solo miro lo felices que son todos. Este es un ambiente muy ameno.

- Ameno?

- Si, es cuando comes y pasas momentos de convivencia agradable con familiares y amigos.

- Ah - al parece no conocía el término de la palabra.

- Me gusta este ambiente, aquí todos se divierten. Incluso Sango está feliz - Inuyasha siempre está pensando en Sango.

Inuyasha tiene razón, todos se divierten y les gusta estar aquí, me gustaría que momentos así nunca terminen, quiero que estos momentos perduren siempre.

Me levanto ya que quiero ir al baño, me cuando me levante me mareé un poco y volví a caer pero Inuyasha me tomo en brazos antes de golpearme de pompas contra el piso, me sorprende que aún tenga reflejos, ha bebido más que yo.

- ¿A dónde vas? - dijo Inuyasha, se ve un poco preocupado.

- Quiero ir al baño - me da vergüenza decirlo, pero necesito ir.

- Yo también te acompaño - dijo Yuka.

- ¿Puedes caminar? - me preguntó Inuyasha.

- Si, tranquilo - use toda mi fuerza para colocarme de pie.

- Vamos Kagome.

Yuka y yo salimos del salón para ir al baño. Solo estoy un poco mareada eso es todo. Yuka también se ve que camina bien. Llegamos al baño cada una hizo lo suyo. Salí y me lave las manos.

- Oye Kagome - me dijo Yuka un poco más sería.

- Ocurre algo Yuka

- No le digas a nadie pero creo que Kohaku me pedirá matrimonio.

- Que!?

- Sh… no quiero que el sepa que yo sé.

- Pero estas segura.

- La semana pasada, le pidió ayuda a su madre para un "regalo", según el para su tía pero no le creo.

- Yuka, pero eso no significa que te pida matrimonio.

- Yo también pensé que no era nada, pero también vi que pidió un crédito para comprar una casa, estaba arreglando los papeles de su maletín que se me cayó por error y vi que le aprobaron ese crédito.

- Vaya a comprar una casa, ¿crees que te lleve a ver las opciones?

- Estoy segura que me pedirá matrimonio, y estoy aún más segura que lo hará esta noche, ya soy mayor y graduada puedo vivir con él.

- ¿No tenías deseos de estudiar?

- Si quiero ser locutora igual que Eri. Pero si me caso es mucho mejor, comenzar a formar una familia

- Casarse…

- Volvamos Kagome - Yuka me llevo del brazo.

Volvimos a la habitación donde estamos celebrando, nunca pensé en el matrimonio, yo deseo casarme con Inuyasha? La verdad es que con solo verlo me gusta mucho la idea aunque no he hablado con él, sé que Inuyasha trabaja tanto para poder comprar una casa, él desea que Sango tenga la mejor vida posible pero, ¿por qué? Me doy cuenta que no conozco a Inuyasha para nada. Sus padres, podría comenzar por allí. Debo saber sobre la infancia de Inuyasha. No puedo evitar pensar un Inuyasha como niño, como habrá sido, tan lindo y pequeño quiero abrazarlo.

- Kagome en qué piensas? - no me di cuenta que estaba abrazando a ese niño fantasma de Inuyasha.

- Nada. - no voy a decirle a Inuyasha, que lo estaba abrazando a él de niño

- Creo que ya estás ebria, deberías dejar de beber. - lo dijo para quitarme el vaso de sake

- Oye no estoy ebria, lo juro. - le digo a Inuyasha

- Ya dije que no. - pero él se niega.

- Que lindo su primera pelea de novios - dijo Sango.

¿Por qué dijo eso? Dios que vergüenza, Inuyasha y yo, volteamos al otro lado de la vergüenza. Para no ver nuestras caras. Pero fue peor cuando todos se rieron de nosotros. Sin embargo lo olvidaron rápido por la embriaguez que todos tienen, siguieron con el karaoke. Y esta vez fue Inuyasha quien salió, imagino que para el baño también. Seguí hablando con Sango y luego nos tocó a nosotras cantar, sin embargo nos emocionamos de más y cantamos varias hasta que nos quitaron los micrófonos alegando que estábamos desafinadas. En todo ese tiempo Inuyasha no volvió. Me preocupé un poco, así que decidí salir a buscarlo. Cuando iba a cruzar el pasillo que daba a los baños escuché su voz.

- Ya te dije que estoy ocupado… si, yo estoy con ella… no puedo simplemente ignorarla… no creo que funcione… si, voy a intentarlo… Está bien, adiós.

Colgó, me pregunto con quién estaba hablando. Era una conversación algo extraña.

Me faltó velocidad, Inuyasha cruzó el pasillo y chocó conmigo, por su tamaño hace que me empuje mucho para atrás pero me sujeta de la mano y con eso impide que caiga.

- Kagome, qué haces aquí?

- Yo vine a buscarte, te estabas tardando mucho y me preocupé.

- De verdad, te preocupaste por que no volvía?

- Pues sí, ¿por qué te parece raro?

- No, por nada en particular.

Inuyasha?

- No te preocupes, volvamos. - comenzó a caminar en dirección a la habitación.

¿Qué fue eso? ¿Qué fue esa llamada? Y porque esa actitud conmigo, no me gusta nada. Entramos en la habitación, y nos sentamos juntos como estábamos pero ahora Inuyasha evitaba mirar donde estaba yo. Cuando su vaso estaba vacío le dije si quería más sake para llenarla y él mismo tomó otra botella y se sirvió ignorándome por completo, que le pasa? Durante la próxima hora fue igual. Pero ya era tarde y ya teníamos que irnos. Yuka y kohaku fueron los primeros en retirarse, luego deberían ser Eri, Yuki y Ayumi. Ya solo quedaríamos Inuyasha y Sango por su lado y Miroku y yo. Espera Miroku donde está?

- Ah, fue el primero en irse. - me dijo Ayumi.

- Y no me dijo?

- Al parecer fue alguien importante, porque después de esa llamada se fue corriendo - me dijo Ayumi, evitando que Sango escuchará.

- Ya veo - seguro se fue con una mujer por allí.

- Bueno me tocará irme sola. - dije resignada.

- Como que te vas sola, ni sueñes que te dejare sola - ese fue Inuyasha?

- Ah, se acabó tu extraña ley del hielo - le dije, supongo que el alcohol me hace ser más valiente.

- No seas tonta, cómo vas a irte sola, y que ley del hielo?

- Pues has estado raro en la última hora, supuse que ya no querías saber nada de mí.

- Como no voy a querer saber nada, es el alcohol quien habla.

- No, no quiero estar contigo me has herido y mucho.

- Kagome - está discusión no está llegando a ningún lado. Y solo estamos poniéndonos en vergüenza frente a mis amigos.

- Sabes algo Inuyasha, si no quieres estar conmigo solo tienes que decirlo.

- Quien te dijo esa estupidez.

- Con tu actitud me lo das a entender.

- Bueno nosotros nos vamos - dijo Ayumi, y se fueron en el taxi Eri, Yuki y Ayumi.

- Kagome vamos ya llegó el taxi, te dejamos en tu casa.

- Eres tonto vivimos en polos opuestos te va a salir muy caro - a todo esto, cuánto debo de la fiesta?

- No importa, solo sube.

- No quiero

- Kagome, no seas tonta, vámonos.

- Sabes Kagome si quieres puedes venir al departamento y dormimos juntas - dijo Sango para terminar la discusión

- Sabes algo vamos al departamento, dormiré hoy con Sango. - no se porque repetí lo que dijo Sango.

El camino fue silencioso e incómodo, cuando llegamos Inuyasha pago el taxi, y entramos en el departamento, ahora me doy cuenta que esto no fue buena idea es decir, yo quería no verlo más y terminé en su departamento, cómo pasó esto? Definitivamente el alcohol me hace ser más valiente pero más bruta.

- Bueno creo que ambos deberían hablar sobre lo que sienten - dijo Sango cuando estábamos en la sala.

- Ya es tarde vamos a dormir - dijo Inuyasha él no tenía ganas de hablar y yo tampoco.

- Pues no van a dormir hasta solucionar este problema

Sango se fue a su habitación y se encerró allí, le toque la puerta para que me dejara entrar pero solo pedía que me arreglará con Inuyasha.

- Ya basta Sango, date cuenta que Inuyasha ya no quiere estar conmigo

- Oye no me pongas como el malo del cuento

- Entonces por qué actúas tan raro? - Inuyasha me vio debatiendo entre decirme o no.

- Kagome. - no dijo nada más, solo se fue a la sala y se sentó en el sofá, me debatí entre ir o no. Pero terminé sentándome al otro lado del sofá.

- Si vamos a estar juntos debes decirme qué es lo que te molesta o que te hace feliz. Es parte de una sana relación.

- Es difícil.

- Tener una relación es difícil

- Me gustaría que fuera fácil

- A mi también.

- Kagome, yo quería decirte que…

- Inuyasha…

Le cuesta mucho hablar, se está esforzando en decirme algo, ¿acaso quiere terminar conmigo? Por eso estaba cortante? No quiero escucharlo, no quiero oír como me dice que no desea volver a verme.

- Kagome, yo quiero…

Ya no aguante más, el alcohol tampoco me deja tener resistencia. Estoy llorando, estoy tratando de parar pero no puedo.

- Kagome, ¿por qué lloras?

- Es que se, que vas a terminar conmigo, pero aún así duele.

- Kagome no voy a terminar contigo, deja de llorar.

- Inuyasha - se me acercó y limpió mis lágrimas con su camisa.

- Kagome, quería hablarte de mi pasado. Sobre mi infancia.

- Por eso actuabas tan raro.

- Aún temo que viendo lo cuente ya no desees verme.

- Inuyasha no es tan grave, puedes hablarme de lo que sea.

Inuyasha me abrazó y entre sus brazos comenzó el relato, creo que lo hizo por temor a que corriera, y mi posible huida.

Inicio del flash back ( acá cuenta Inuyasha)

Cuando era niño, vivía con mi abuela materna, siempre éramos mi abuela y yo. Un día llegó una mujer a la casa, inmediatamente supe que era mi madre pero ella no se veía como en las fotos que habían en casa, estaba demacrada, sucia, delgada, y su ropa estaba muy desgastada y vieja.

- Mamá, déjame entrar - dijo mi madre.

- ¿Dónde estabas? Mírate, dios mi niña.

Yo solo veía que en sus brazos traía algo, un pequeño bulto de tela, en sus brazos trajo a Sango, y detrás de ella estaba un hombre, alto y delgado, olían horrible los dos.

- Por dios, ya deja esas cosas no ves que te estás matando, lentamente.

- Mamá, no exageres solo quiero pedirte un poco de dinero.

- Dinero solo eso quieres, por dios mi niña cuando te vas a dar cuenta del daño que te haces.

Ese día mi abuela discutió con ella, al parecer venían a dejarle a Sango, fue la primera vez que la vi a Sango, estaba recién nacida era muy pequeña. La dejaron en la sala y me pidieron vigilarla. Me quedé viéndola dormir, sin saber cómo podía existir alguien tan pequeño.

- Solo necesito dinero, no me des un sermón por eso!

- Dinero es lo que pides, y eres incapaz de preguntarme cómo está tu hijo

- Por favor, se que lo cuidas bien, él está mejor que yo. Él vive en esta mansión mientras yo me puedo en la calle, porque mi propia madre no me desea en su casa.

- No te dejaré entrar hasta que dejes las drogas, ¿no ves el daño que te hacen?

- Soy feliz, porque no me puedes dejar ser feliz?

- No acosta de tu hijo. Y ahora traes otro.

- Perdón que tú no vayas tenido hijos propios, que tuviste que adoptarme, sientes envidia que yo sí pueda hacer algo en lo que tú fallaste como mujer.

- Como te atreves hablarme así.

Discutían en la cocina, me asomé para ver qué ocurría. Y vi como ese hombre empujaba a mi abuela, ella cayó al piso, y su cabeza comenzó a correr sangre. Cuando fui a socorrerla mi supuesta madre me preguntó dónde estaba el bolso de mi abuela. Pensé que buscaría su teléfono y llamaría a emergencia, pero en cuanto les dije se fueron por la puerta. Solo era un niño y estaba asustado. No sabia que hacer así que los seguí en la calle y les dije que mi abuela estaba mal. El hombre, mi supuesto padre, me golpeó y salió corriendo con mi madre. Volví corriendo a casa y Sango estaba llorando, mi abuela estaba en el piso sin moverse, corrí con la vecina y le pedí ayuda a ella, siempre jugaba con su hija así que me conocían.

- Señorita Hanaya

- Que ocurre pequeño Makoto

- Mi abuela, por favor ayuda a mi abuela

- ¿Qué le pasó?

- La empujaron y está sangrando

La vecina llamó una ambulancia, y se llevaron a mi abuela, duró unas horas allí. Se golpeó la cabeza muy duro pero me dijeron que no fue nada serio, a pesar de su edad. cuando nos dieron de alta a mi abuela. Fuimos a casa y ahora tenía una hermana de quien cuidar.

Mi abuela siempre me dijo que como yo era el mayor tenía que cuidarla. Y lo hice, cuando Sango comenzaba a llorar, mi abuela hacía el biberón y yo se lo daba a Sango, así fue durante un año. Mi madre volvió al año necesitaba más dinero. Ni le importo como estábamos Sango y yo. Solo quería dinero para su veneno. Estaba más demacrada que antes. Y mi "padre" estaba en la puerta, no entraba, lo odiaba.

Mi abuela y mi madre volvieron a discutir, en la cocina, Sango estaba tratando de caminar y para ella era la primera vez que veía a un hombre quiso ir con él pero no pudo, yo la detuve. No la quería cerca de él. Apenas tenía 10 años pero ya lo odiaba con toda mi alma, y no sentía amor por mi propia madre.

Mi madre salió hecha una furia de la cocina, ya se iba de la casa.

- Ojalá te mueras vieja egoísta

Cerró la puerta, y se fue enojada. Mi abuela estaba en la cocina llorando, yo entre con Sango en brazos, tratando de consolar a mi abuela. Pero no podía. Ella no paraba de llorar, estuvo así durante varios días, lloraba en su cama abrazando las fotos de mi madre, de cuando era joven. Mi madre se veía hermosa en esas fotos. Tan llena de vida, era atleta. Yo no entendía cómo alguien con un buen futuro terminó tan mal.

- Mi bebé, mi hermoso bebé

Repetía mi abuela sin cesar. Ella realmente la amaba, realmente la extrañaba. Ella añoraba ver a la mujer que estaba en las fotos, pero ella ya no existía, ella murió hace mucho tiempo.

No me había dado cuenta de lo mal que estaba ella con todo lo ocurrido, murió en su cama, a la semana. No sabia como hacer las comidas para Sango, le pedí ayuda a la vecina la señora Hanaya, me ayudó esa semana, se encargó del funeral. Las autoridades decidieron que debíamos ir a un orfanato, pero justo en ese momento llegó mi "madre y padre" al parecer se enteraron de la muerte de la abuela.

- ¿Ustedes son sus padres? - le pregunto el oficial de policía

- Si, estaba tan preocupada por ellos.

El oficial no tenía otra opción que dejarnos allí, los dos se mudaron a la casa, aquella casa donde fui feliz se convirtió poco a poco en pesadilla, vendieron. Los muebles, televisores, los platos, las decoraciones de la casa. Hasta dejarla vacía. Yo dejé de ir a la escuela, no quería dejar a Sango con ellos, le pedía a la vecina que me hiciera los biberones, durante los primeros meses mi mundo dio un giro de 180, vivíamos entre basura, veía como todos los días mis padres se drogaban. En cuanto se les acabó el dinero, mi madre vendía su cuerpo para obtener más drogas, cuando Sango lloraba mucho mi padre se enfadaba, y buscaba golpearla, yo siempre me ponía Enmedio, nunca deje que la tocará. Durante el día llevaba a Sango al parque para que no viviera mucho con ese mundo. La hija de la vecina, era mi única amiga.

Cuando cumplí 15 años, Sango tenía 5 años próxima a cumplir los 6, comencé a trabajar, dejaba a Sango en una guardería y me puse a buscar trabajos para tener dinero, llegábamos a casa y evitaba que Sango viera eso. Después de unos meses, mi padre descubrió que tenía algo de dinero guardado, y me golpeó.

- Maldito mocoso, sabías que necesitamos dinero y tú lo escondes, maldita basura

- Ni pienses que sigo siendo ese niño pequeño.

Tenía mucha irá acumulada, y toda reventó ese dia, yo me pelee con él, ya no aguante nada, dejé mi ira salir, mi madre se interpuso para que no lo matará a golpes, ella detuvo la pelea, aún tenía mucha irá en mi interior, así que salí de allí y lleve a Sango al parque como siempre. Tarde en darme cuenta que las personas me veían raro, fue entonces que me fijé en mis manos, estaban llenas de sangre, era la primera vez que golpeaba a alguien, y que una irá ciega me consumía. Cuando volví a casa ese día en la noche ya cuando comenzaba a hacer frío, no quería que Sango se enfermara. Pero al volver estaba la policía en la entrada de la casa, junto a una ambulancia.

- Oficial que ocurre?

- Oye niño sabes quiénes son los hijos de esa gente?

- Somos nosotros.

- Lamento darte la noticia de que murió tu mamá.

- Que?...

No pude escuchar lo que decía, simplemente vi como salía esa camilla de la casa con una sábana blanca encima. Ese era el cuerpo de nuestra madre. Una mujer que sinceramente nunca nos amó. Pero no podía evitar sentir que ya no estaba, que murió. Y muy en el fondo no quería que ella se fuera.

Nos llevaron a la jefatura, al parecer la vecina, escuchó muchos gritos de auxilio venir de la casa. Y por eso llamó a la policía. Cuando llegaron, al parecer mi padre mató a mi madre a golpes, y cuando llegó la policía escapó del arresto. Estaba prófugo.

Yo solo pregunté qué pasaría con Sango, no me importaba lo que pasará conmigo. Me dijeron que tendrían que llevarla a un orfanato. Peleé Verbalmente con él y varios oficiales para que no me separaran de mi hermana. No quería que me separaran de ella, era la única familia que me quedaba. No la iba a dejar.

- Escucha niño, oímos tu historia de los vecinos de la zona, sabemos que trabajas y que cuidas a tu hermana. Haremos de vista gorda esta vez, no estará en mejores manos que las tuyas.

- Gracias, gracias

Era la primera vez que daba las gracias pegando la frente al suelo. Tomé a Sango y me fui de allí, la casa donde vivíamos ya no se sentía cálida ni feliz, ya no había recuerdos allí. Trate de ir con la vecina, pero cuando el señor Hanaya nos abrió la puerta nos dijo que no volviéramos acercarnos a su esposa y su hija. Comenzaron a decir que el hijo de un asesino será un asesino igual, esa casa comencé a odiarla por mi madre y a amarla por mi abuela. Fue allí cuando comencé a trabajar, y trabajar y trabajar. Quería sacar a Sango de esa casa, en cuanto pude mudarme aquí lo hice. Y mi propósito era que Sango tuviera el futuro que mi madre rechazo, y el cual a mí se me negó.

Fin del flash back

- Por eso, es que se que no seré un buen padre, no tuve un buen ejemplo. Además Sango es mi forma de decir que puedo salvar la memoria de mi abuela, dándole a ella el futuro que quería para mi madre.

- Inuyasha

- Ahora supongo que no quieres estar con el hijo de un asesino…

Inuyasha aflojó el agarre que me tenía, ahora podía verlo a los ojos, quería verlo a la cara.

- Inuyasha… no voy a dejarte.

- Estás segura, que te quedaras a mi lado.

- Si, no eres un asesino Inuyasha. Las acciones de tus padres no definen quién eres.

Tome el rostro de Inuyasha en mis manos para que me viera a la cara y viera mi seguridad al decirle que nunca lo voy a dejar.

- Kagome…

- Inuyasha, yo estoy enamorada de ti

Quizás el alcohol es lo que me da la valentía que estoy usando en este momento, pero el confesar mis sentimientos, y me acerco a su rostro y el al mío, en este momento. Inuyasha y yo nos besamos. Es nuestro primer beso. Este es el sello de una promesa, donde no voy a dejarlo, no mientras lo ame.

- Te juro Inuyasha, que nunca voy a dejarte

- Kagome

Me abrazó, y nos tomamos con un segundo beso, se que no desea soltarme y yo también correspondi su abrazo, ambos estuvimos así durante un tiempo.

Cuando desperté, espera...me quedé dormida, estaba dormida en la cama de... Inuyasha! ¿Qué pasó anoche? Acaso hicimos algo indebido? No puede ser, fue mi primera vez y no lo recuerdo. A ver qué recuerdo, Inuyasha me contó su pasado familiar, luego nos besamos, una, dos veces. Luego nos abrazamos y… no recuerdo nada después de eso… que hicimos? Dios. Ayúdame, y te juro que no volveré a beber. Espera estoy vestida, no creo que luego de hacer algo indebido me volviera a vestir. Además dónde está Inuyasha, estoy sola en la cama. Acaso no pasó nada. Me levanté y arreglé mi ropa. Salí de la habitación tratando de no hacer ruido. Allí en la sala está Inuyasha, estaba dormido en el sofá. Ya veo Inuyasha me dejo dormir en su cama y se vino a dormir a la sala, a duras penas entra en el sofá. Y un rayo de luz está a punto de llegar a su cara. Quizás pueda compensarlo por quitarle su cama, haciéndole el desayuno. Así que me fui a la nevera a ver qué podía hacer. Me puse a hacer Asa Teishoku se compone de arroz, sopa de miso, tsukemono (encurtido de verduras), pescados y huevos.

Por alguna razón me hace feliz estar en este ambiente, me hace feliz cocinarle a Inuyasha, no voy a negar que lo de anoche fue muy fuerte, saber el pasado familiar de Inuyasha. Ya veo que no se siente cómodo con una familia cerca, ya que él no tuvo un buen ejemplo de niño, me siento un poco mal. Si yo fuese conocido a Inuyasha de niño me hubiera gustado ayudarle, llevarlos a casa y que tuvieran una mejor vida y un mejor futuro. Ya veo que eso es lo que desea Inuyasha para Sango. Es un buen hermano, aunque más que un hermano es un padre para Sango. Espera, ¿Y yo sería su mamá? No, en qué cosas estoy pensando.

- Buenos días - me dijeron de repente y no pude evitar asustarme

- ¡Yo no pensé nada raro!

- Que? - era Inuyasha.

- Nada, solo me asustaste.

- Lo siento. ¿Qué estás haciendo? - me preguntó Inuyasha, para sentarse en la mesa de la cocina.

- Ya voy a servirte el desayuno.

- No era necesario que lo hicieras

- Lo sé, pero igual quería hacerlo. - le serví el desayuno y se lo coloque en la mesa

- Gracias, buen provecho.

Desde el comedor lo veo comer. Verlo me hace sentir plena, me hace querer sacarle todas las heridas del pasado, hacer que olvide todo lo malo y comience de cero. Quiero que él sea feliz, con verlo feliz me basta.

- ¿Qué tanto me ves?

- Ah nada… - tiene razón es raro verlo tanto.

- Ya te estás poniendo rara.

- No hace falta que me trates mal.

- Tonta - ya volvió esa actitud que me disgusta de él.

- Bien… iré a ver a Sango.

Me molesta que me trate así, pero no tengo muchas ganas de pelear ahora, le toque la puerta a Sango, pero no había respuesta, volví a tocar pero nada. Trate de abrir la puerta pero está cerrada.

- Que raro

- Anoche también estaba cerrada - me dijo Inuyasha desde la cocina.

- Sango!

Trate de llamarla un poco más fuerte, quizás estaba muy dormida. Pero seguía sin obtener respuesta.

- Será que la cerveza le cayó mal? - me pregunté a mi misma en voz alta.

- Es imposible que la cerveza le cayera mal, no la dejé beber, solo tomo jugo, tampoco tomo sake.

- Seguro?

- Si, la vigile todas la noche.

- Pudo ser cuando te perdiste en el baño

Creo que no había pensado en ese momento, se levantó de la mesa sin terminar de desayunar. Y comenzó a golpear la puerta duro, creo que hasta despertó a los vecinos.

- Sango ábreme la puerta… Sango… ¡Ábreme Ahora!

- Inuyasha cálmate, van a venir a quejarse

- No me importa, Sango abre.

- Inuyasha!

Gritaba mientras golpeaba la puerta, hasta que por fin Sango abrió la puerta, apenas Inuyasha la vio, la examinó de la cabeza a los pies.

- ¿Estás bien? No pasó nada?

- Si estoy bien.

- Porque no me abrias la puerta?

- Esta muy dormida

- ¿Bebiste alcohol anoche?

- Solo un poco no fue para tanto, cada vez que intentaba beber me mirabas feo.

- ¡Aún eres una niña, no puedes beber!

- Ya soy una mujer adulta no tienes derecho a gritarme

- Claro que sí tengo derecho, no quiero que vuelvas a beber nunca.

- Tu no puedes darme órdenes, no eres mi padre

Eso le dolió a Inuyasha, hasta allí terminó la discusión, se fue a su cuarto y tiró la puerta de su habitación, Sango también se molestó y tiró la puerta de su habitación, me quedé allí en el pasillo, sin saber que hacer hasta que tocaron el timbre, así que fui a ver era un vecino quejándose de los ruidos fuertes, me disculpé en nombre de Inuyasha y Sango. No se que hacer en esta situación, por un lado Inuyasha tiene razón y Sango aún es menor de edad para beber, y por otro lado ella tiene que aprender a conocer sus límites, no digo que tenga que beber pero no creo que haya bebido tanto. Además estábamos entre amigos de confianza, ella también debía aprender en quien deposita su confianza. Fui a hablar con Sango quizás pueda hacer que ambos hagan las paces.

- Sango puedo entrar - le toque la puerta.

- Si, pero solo tú - obvio se refiere a Inuyasha

- Hola, ¿estás bien?

- Si, que se cree el dándome órdenes

- Sango, escucha no es razón para gritar así - con el berrinche tiró varios peluches al piso, así que me puse a recogerlos.

- Ya no soy una niña, no quiero que me traten como una.

- Se que ya eres una mujer, pero Inuyasha solo desea protegerte, él no quiere que nada malo te pase.

- Pero solo bebí pocos vasos además estábamos entre amigos, todos bebían menos yo, incluso tú.

- Se que suena un poco injusto. Pero no por estar entre amigos significa que debas beber

- ¿Qué quieres decir?

- Anoche también era mi primera vez bebiendo, antes de eso yo era la que siempre tomaba jugos y té en las salidas.

- Creí que ya habías bebido antes.

- La verdad me doy cuenta que tengo muy poca resistencia al alcohol, y para dormir como lo hiciste significa que tú también le tienes poca resistencia.

- Si, la verdad es que bebí rápido. Tenía miedo que Inuyasha llegará y me viera el vaso en la mano.

- Y en eso fallaste. Si no aprendes a beber y solo bebés por ser parte me temo que nunca va a terminar bien para ti.

- Pero cómo puedo saber.

- Cuando cumplas 18 te prometo que te llevaré a beber, y no le decimos a Inuyasha.

- Gracias.

- Ahora sal que la comida está lista. Y no se enfríe.


Bueno señoras y señores hasta aquí está capitulo de hoy, para el viernes el próximo capítulo. como siempre debe ser los personajes no son míos son creación de Rumiko Takahashi, solo la historia es mia