Capítulo 9: mudanza con una falsa acusación

Ahora veo porque nadie compra, la casa de los vecinos hecha a los posibles compradores. Seguí la limpieza de la planta baja, y luego fui por las habitaciones, inicié en la habitación principal, era una cama grande, y me distraje al descubrir un álbum de fotos. En todas estaban Inuyasha de bebé, en sus primeros pasos, sus primer diente y lo que decía su primera palabra, luego cuando Inuyasha era más niño apareció Sango. Pero no había muchas fotos de Sango, las fotos llegan hasta los 2 años más o menos. Volví a mi labor de limpiar, saque las sábanas, cuando la lavadora estaba llena le puse a lavar, y continúe con las habitaciones, llegue a una habitación que parecía la de Sango ya que tenía una cuna destruida, ver estas cosas me hacen que me deprima, sobre todo lo que tuvo que pasar Inuyasha para proteger a Sango, y aún más para que ella no viera todo lo que pasaba. Continúe con mi labor, ya se estaba haciendo tarde. Y tenía que volver al departamento, para recibir a Inuyasha y dormir un poco, creo que adelante bastante hoy.

Mañana termino las habitaciones y comienzo con el patio. Sería bueno pedir una podadora o algo por el estilo. Me fui al departamento, y lo primero que hice al llegar fue bañarme, abrí la llave del agua, y sentía que el agua se llevaba todos mis males, cuando estaba en la tina. Llegué a pensar un momento en lo que la vecina dijo, el padre de Inuyasha seguía prófugo? Nunca le pregunte a Inuyasha si lograron atraparlo. Ah salí de la tina del baño, me vestí, y arreglé la ropa limpia del departamento, además de eso aprovechaba de guardar las cosas en las cajas de mudanza, Estaba muy cansada tan cansada que me quedé dormida en el suelo. Inuyasha como siempre llegó en la madrugada

- Tonta, ¿qué haces aquí? - Cuando escuché su voz me desperté.

- Ah, Inuyasha. Bienvenido - le dije mientras me limpiaba el ojo.

- Kagome, vamos a la cama - Inuyasha me cargó hasta la cama, y me recostó en ella.

- Inuyasha, estás aquí - siento que estoy soñando.

- Si, Kagome. Estoy aquí - tomé su rostro en mis manos, y los abracé contra mi pecho.

- Inuyasha, estoy feliz de que estemos juntos.

- Yo también Kagome

Y así nos dormimos, abrazados. Al día siguiente nuevamente, volví a terminar de limpiar la casa. Ya solo debo empacar en el departamento y comenzar la mudanza. Así que volví al departamento y comencé a guardar las cosas en las cajas para la mudanza. En una semana debíamos irnos de aquí, la ventaja está en que la casa queda más cerca de la preparatoria de Sango, y mi casa (templo), pero si están un poco más lejos de la universidad, aún así todo esfuerzo va a valer la pena.

Mañana será sábado, Sango y yo llevaremos las primeras cajas a la casa, luego el domingo, Inuyasha nos ayudará con todas las cosas grandes.

Sango y yo comenzamos a llevar las cajas en un camión pequeño, al llegar a la casa. Sango me ayudó a dejar las cajas de esa casa. Cuando el primer viaje de mudanza término, Sango fue corriendo desesperada como niña pequeña a buscar su nueva habitación. Así que animada yo también fui corriendo a la habitación principal y me adueñe de ella.

- No es justo, tú sabías dónde estaba la habitación más grande - me dijo Sango, con sus lágrimas de cocodrilo.

- No, no. Esas lágrimas no me van a convencer para cambiar la habitación - le dije con voz autoritaria, aunque es broma mi tono.

- Jajaja… bueno tú ganas, ustedes son dos aquí.

Volvimos a bajar, y buscamos guardar las cajas en sus lugares correspondientes, cuando terminamos de desempacar las primeras cajas, tanto Sango como yo estábamos cansadas, decidimos comer un poco de ramen instantáneo, ya que ambas estábamos muy cansadas, al salir con Sango de la casa las vecinas, nos veían de manera extraña, yo ya estaba acostumbrada por las semana que vine a limpiar la casa. Pero Sango no.

- Kagome, nos miran raro

- Si, ya te acostumbras

- Me siento en la escuela, otra vez.

Había olvidado que a Sango no le gustan esas miradas que juzgan,le dije que las ignorara y que siguiéramos caminando. Llegamos al minimarket y compramos 3 paquetes de ramen, estamos seguras que no tendremos energía para cocinarle a Inuyasha y él llega siempre con hambre. Al caminar de regreso a casa, una vecina nos detiene.

- Disculpen, ustedes vivirán en esa casa - nos dijo con voz temblorosa.

- Si, comenzaremos a vivir aquí - le dije a la señora

- es un placer conocerla - Sango mostró sus respetos.

- Ustedes se ven que son buenas mujeres, váyanse de esa casa - nos dijo la mujer

- ¿Por qué? ¿Qué tiene de malo esa casa? - le pregunto Sango, acaso Inuyasha nunca le contó nada a ella?

- En esa casa, murieron muchas personas. Y el asesino aún no ha sido atrapado, si se quedan corren el riesgo de que les pase lo mismo - nos dijo la vecina para luego sollozar.

- ¿A quienes mataron en esta casa? - Sango pregunto asustada

- A una señora mayor y a su hija, por favor váyanse de esa casa - no quiero que Sango sufra más, así que después de eso la tomé en brazos y la lleve a casa.

- Muchas gracias por la advertencia la tendremos en cuenta.

Me lleve a Sango lo más rápido que pude, no podía dejar que le tuviera miedo a la casa además ella debía hablar con inuyasha sobre lo ocurrido, enterarse de un tercero no es bueno para ella.

Llegamos a la casa, y traté de evitar el tema pero era algo imposible.

- Kagome, por favor ya soy mayor, necesito saberlo. Y sé que tú sabes.

- Sango no soy quien debe decirte sobre tu pasado, tienes que preguntarle a Inuyasha.

- Pero Inuyasha no me va a decir nada, por favor Kagome dime qué pasó aquí.

- No Sango, tienes que confiar que Inuyasha te dirá la verdad, él es tu hermano y es el hombre que te ha criado como su hija.

- Kagome…

Sango aún seguía insistiendo pero se rindió conmigo, es Inuyasha quien debe decirle. Las camas están aquí en la casa, lo único que queda en el departamento son los televisores, la nevera, cocina, lavadora, y el sofá.

Inuyasha llegó muy entrada la noche, ha estado haciendo horas extras y haciendo otros trabajos fuera de su área para tener más ingreso de dinero. Me preocupa lo cansado que puede estar. Cuando llegó guardo la moto y entró a la casa. Yo lo recibí, calentando el agua para el ramen.

- Mi favorito ramen instantáneo - dijo Inuyasha con un poco de sarcasmo

- Sango y yo estábamos cansadas de cocinar, además no había cocina. Además se muy bien que te gusta el ramen instantáneo

- También era feliz cuando lo comía todos los días.

- Necesitabas alimentarte mejor - se rió de mi comentario

- ¿Cómo va la mudanza?

- Bien, aunque…

- Ahora que pasó?

- Los vecinos, nos dijeron que nos fuéramos de esta casa, ya que han matado personas aquí, y… Sango quiere saber qué pasó.

- Maldita sea, maldita sea - estaba tan molesto que incluso dejó de comer.

- Inuyasha, cálmate por favor

- Calmarme Kagome, como quieres que me calme. Ahora entiendo porque nunca pude vender la casa, esta gente alejaba a posibles compradores

- Inuyasha escúchame, debes calmarte

- Y ahora Sango quiere saber toda la pesadilla que pasamos aquí. Kagome no puedo decirle la verdad

- Inuyasha, creo que debes decirle la verdad.

- Kagome…

- Confía en mí, y lo más importante confía en Sango ella podrá con esto. Ella es más fuerte de lo que parece.

- Tengo miedo de que termine mal.

- No lo hará, si...

Tome su rostro en mis manos y deposite un pequeño beso en la comisura de sus labios.

- Ahora termina de comer, date Una pequeña ducha, y puede que te deje ser comer un postre en la cama

- No puedo comer el postre ahora?

- Aún tienes energía?

- Mucha

En la cocina comenzaron los besos, y los toques, Inuyasha ya estaba besando mi cuello, y sus manos recorrían toda mi espalda.

- Inuyasha, debemos… ah… ir… a la habitación

- Claro.

Inuyasha rompió su recorrido y me cargó en sus brazos, me sentí un poco avergonzada por esa acción, nunca un hombre me cargó en sus brazos al estilo nupcial. Mientras Inuyasha caminaba a nuestra habitación, yo fui dejando pequeños besos en su cuello. Entramos en la habitación y me depositó en la cama, se quitó la camisa, y yo me levanté un poco para quitarme mi camisa también. Volvimos a reanudar los besos, y mientras nuestras bocas se desesperaban por estar juntas las manos de Inuyasha buscaba quitarse los pantalones. Rompí el beso para ayudarlo en su tarea, una vez le quite los pantalones, podía ver que ya estaba bastante erguido, use mis manos para masajearlo y darle un poco de placer.

- Kagome… ah

Continué con mi tarea, mientras mi mano lo mantenía contento besaba su cuello y me daba un hermoso recorrido por su pecho, hasta su ombligo, por último mi mano fue sustituida por mi boca, así continúe mi tarea hasta que Inuyasha terminó en mi boca.

- Tonta, no me gusta terminar en tu boca

- A mi no me molesta.

Después de lo dicho, Inuyasha fue directo por mi pecho aún tenía el sostén puesto pero desapareció en cuestión de segundos, mi senos, tenías toda la atención de Inuyasha, me sentía un poco celosa de ellas, era las únicas que recibían atención.

- Creo que estoy celosa, solo ellas te tienen

- Puedo darle atención a alguien más

Después de esas palabras bajo mi falda junto a las pantys, y comenzó a lamer mi vagina, Él quería darme el mismo placer que le ofrecí minutos antes. Termine de correrme en su boca, igual como hizo él.

- Kagome, dónde están los condones?

- Están en una caja, que dice personal

- Dónde está?

Pude divisar la caja justo al lado de la cama, la abrí y saqué los condones. Inuyasha estaba contento. Me tiré en la cama, sosteniendo me en mis 4 extremidades, es decir sobre mis manos y rodillas, Inuyasha le puso protector a su "amiguito" y comenzó el juego, de entrada y salida.

- Inuyasha

- Kagome, estás muy estrecha. Ah

- Tu estás muy delicioso

- Kagome

- Más rápido

Inuyasha subía cada vez más la velocidad hasta que ambos sentimos que nuestros cuerpo caerían pronto. Y así fue, cuando sentí que Inuyasha daba su último esfuerzo ambos caímos en la cama cansados, pero no nos dormimos solo nos dimos cariño en la cama, bueno Inuyasha con su mano recorría todo mi cuerpo y veía su cara que estaba muy concentrado en la tarea. Como si su mente quisiera recordar cada curva y línea que trazaba mi cuerpo, aún sin que dijera nada me sentí amada, solo hacía falta su mirada para saber que yo le gustaba.

- Kagome…

- Dime

- Tengo miedo a como Sango pueda reaccionar.

- Debes confiar en ella, Inuyasha

- Pero…

- Estoy segura que todo saldrá bien.

Le di un beso en la comisura de los labios y me dispuse a dormir. Inuyasha me abrazó y nos dormimos en esa posición.

Al amanecer, estábamos Inuyasha y yo aún en la cama, pero Sango comenzó a tocar la puerta.

- Kagome, Inuyasha el camión de mudanza nos está llamando

Lo había olvidado, trate de despertar a Inuyasha, pero él estaba muy cansado de trabajar y del ejercicio que hicimos anoche. Así que salí yo de la cama, le dije a Sango que me diera unos minutos, me metí rápido a la ducha, y solo me moje para despertarme bien y retirar el sudor de mi cuerpo, salí y me vestí con un vestido simple, aún hacía algo de frío pero con el movimiento que iba a realizar seguro no me daría frío, verdad?

Salí de la casa, y fui con Sango al departamento, para decirle a los trabajadores que hay en cada caja y asegurarme de que se lleven todo.

- Sabes, Kagome. Inuyasha estará muy celoso

- Eh? ¿Por qué?

- Viniste con vestido corto. Y los empleados se están distrayendo mucho contigo.

No me había dado cuenta que los trabajadores me veían mucho, de verdad estoy vestida de forma inadecuada?

- Bueno, terminemos rápido aquí para llegar a casa.

- Si

Me comenzó a poner un poco nerviosa la mirada, de "hambre" que me estaban dando los trabajadores, cada vez que volteo. Solo quería irme a mi casa rápido. " Mi casa" realmente termine de mudarme con Inuyasha y no me di cuenta?

Llegamos a casa, con el camión de mudanza. Después tendría que ir con el dueño del edificio y devolverle las llaves. Pero por ahora, le indico a los trabajadores dónde dejar cada caja. Inuyasha me veía un poco molesto, supongo que Sango tenía razón, ya que sin darme cuenta uno de los chicos chocó contra mí y cayeron varias cosas al suelo, le ayude un poco a arreglarlo, y Inuyasha llegó corriendo a mi lado y me levanto del piso y me llevó dentro de la casa, le dijo a Sango que se hiciera cargo. Cuando entramos en la habitación, y cerró la puerta. Estallo

- ¿Se puede saber que estás haciendo!?

- De que hablas Inuyasha, fuiste tú quien me trajo de una forma muy grosera!

- Yo soy grosero? Qué hay de ti!

- Yo que hice!

- Te estás exhibiendo ante los trabajadores de la mudanza!

- Y según tú cómo lo hago!?

- Ah, por favor Kagome, te colocaste un vestido corto con el frío que hace, además con el movimiento que realizas casi se pueden ver tus pantaletas, y por si fuera poco te le agachas a ese empleado para que te viera las tetas!

- Primero que nada, deja tus celos injustificados yo no me le estoy ofreciendo a nadie, segundo tuve que vestirme rápido en la mañana porque se hacía tarde para llevar al camión de mudanza al departamento, y tercero ayude a ese chico con una caja que se le cayó, no a que me viera las "tetas" como dices tú!

- Cambiaste de ropa

- Pues no lo voy a hacer yo me visto como quiero!

- Kagome, deja de buscar…

- Buscar que?... Adelante termina la frase.

- De buscar hombres.

- No estoy buscando hombres Inuyasha, ya te tengo a ti para eso. Tú me bastas, y me gustaría que confiaras un poco más en mi.

- Kagome

- Inuyasha mírame, yo nunca voy a dejarte.

- Te has ido antes.

- No, tú me alejaste. Y espero que no lo hagas ahora.

Salí de la habitación, y seguí sacando las cosas de las cajas para guardarlas, terminaron de bajar las cosas del camión, y se retiraron los empleados, nos quedamos solo los 3 arreglando las cosas. Inuyasha bajó un tiempo después y nos ayudó a desempacar, Sango y yo estábamos muy cansadas como para cocinar, así que decidimos salir y comer afuera.

Cuando cerramos la casa para salir, volví a ver una vecina viéndonos con el típico miedo al que estaba acostumbrada, cuando terminó de salir Inuyasha, vi que se puso pálida y salió corriendo gritando.

- Que pasó? - me pregunto Inuyasha, y la verdad no sabía que contestarle

- Solo ignornenosla - le dije para evitar hablar del tema

- Vamos que tengo hambre, quiero comer - Sango ya reclamaba como niña pequeña.

- Si, vamos. Que quieren comer?

- Hay una puesto de ramen más abajo, les gustaría comer ramen? - dije yo.

- Yo si, quiero - dijo Inuyasha, el nunca dejará el ramen

- Yo quería comer pizza. - dijo Sango.

- Realmente quieres caminar hasta el restaurante? - dijo Inuyasha, tratando de convencer a Sango.

- Esta bien, comamos ramen. - dijo Sango resignada a no querer caminar

Llegamos al local donde servían el ramen, nos sentamos en una mesa eh hicimos nuestro pedidos, comimos entre risas y confesiones triviales sin embargo conforme pasaba el tiempo la conversación se fue intensificando.

- Si, esa señora estaba loca, por gritar y salir corriendo - dijo Sango

- La verdad, es que yo me asusté un poco cuando grito - les dije.

- A mi me pareció, raro la forma que me miró. - dijo inuyasha

- Si, salió corriendo después de mirarte - le dije en forma de chiste para que riera, funcionó pero Sango se cayó de un momento a otro y dejó de comer.

- Oye Inuyasha, ahora que lo recuerdo. Una vecina dijo que algo malo paso en esa casa. - dijo Sango curiosa, y no dejaba de ver a Inuyasha

- Sango - le dije a Sango, para indicarle que no era ni el momento ni el lugar para esa conversación, Inuyasha solo seguía masticando para ganar tiempo.

- Inuyasha, por favor. Hermano, quiero saberlo - es la primera vez que escucho a Sango decirle hermano a Inuyasha.

- Sango - entiendo su necesidad de saberlo pero no de este modo.

- Sango nuestra madre murió en esa casa, y también nuestra abuela - le dijo Inuyasha sin un toque de delicadeza.

- Como?

- Sango…

- Como era mi mamá? Quiero saberlo…

- Terminemos de comer primero

Terminamos de comer, para pagar la comida, le agradecimos al cocinero, y nos fuimos del local. En el camino Inuyasha decidió, contarle a Sango lo que pasó, paramos en el parque donde Inuyasha dijo que llevaba a Sango a jugar cuando era niña, allí Inuyasha le contó lo mismo que a mí. Sobre cómo vivió con su abuela, su llegada a sus vidas, la muerte de su abuela a causa de la depresión por su madre, cómo pasaron a vivir con su madre, la muerte de ella a manos de su padre, y luego como solo pensaba en protegerla del mundo.

- Es sea la historia Sango… - Inuyasha estaba asustado, de todo

- Perdona por tener que ser una carga en tu vida - le dijo Sango, tratando de aguantar las ganas de llorar

- No Sango, tu no eres una carga. Eres lo que más amo, eres la única familia de sangre que me queda.

Inuyasha no quería que ella llorará, no quería verla sufrir, el quería que ella tuviera una vida normal, el solo quería que ella fuera feliz.

Sango no aguanto más y comenzó a llorar, Inuyasha solo podía abrazarla, y ser el paño que secara sus lágrimas. Yo también. Me sentía un poco triste al pensar en lo mucho que debieron sufrir los dos hasta llegar a este punto. Son heridas que necesitan sanar, son heridas que ahora comenzarán a curarse.

Inuyasha solo abrazaba a Sango, no lloraba pero sus ojos estaban cristalisados, el quería llorar pero las lágrimas no salían de sus ojos, no sabía si quedarme allí o irme para darles la privacidad que necesitaban, así que obte por la segunda y me alegue un poco de ellos. Quizás eso hacia falta para que ambos terminarán de confesar lo que sus corazones reprimian.

Después de un rato ambos se me acercaron, tanto Sango como Inuyasha tenían los ojos rojos de tanto llorar, abrace a Sango para darle mi apoyo, y bese a Inuyasha diciéndole lo orgullosa que estaba de el. Todo para terminar en un abrazo triple, yo en medio. Estoy feliz de ellos, estoy orgullosa de ellos, y los amo a los dos.

Decidimos volver a casa, en el camino íbamos riendo para olvidar los males que acabamos de vivir, pero nuestros problemas no terminarían allí.

Cuando cruzamos la esquina para llegar a la casa, observamos que había una patrulla de policía, frente a nuestra casa, y varios vecinos reunidos afuera con el oficial. Cuando nos acercamos para preguntar qué pasaba a una vecina de edad avanzada.

- Allí está el asesino! - dijo la vecina al ver a Inuyasha

- Oficial tiene que arrestarlo - dijo otra apoyandola

- Esperen señoras - dijo el oficial tratando de calmarlas

- No pierda el tiempo o se volverá a escapar - fue allí cuando hice click, ellas estaban confundiendo a Inuyasha con su padre, tanto se parecen?

- Oigan él no es el asesino, ustedes están confundidas - les dije para evitar que el oficial lo arrestara por nada.

- Niñas, aléjense de él, antes que las asesine. - me dijo una señora desesperada

- Muy bien todos calmense - dijo el oficial de policía parecía ser el único sensato aquí.

- ¿No hará nada? Debe arrestarlo es un asesino - le gritó la primera señora

- Tu chico, vendrás conmigo a la jefatura - le dijo el policía antes de arrestarlo

- Espere por que se lo lleva él no hizo nada malo - dijo Sango

- Es verdad, él no es quién buscan - le dije desesperada para que no se lo llevaran.

- Si él dice ser inocente entonces lo soltaremos, hasta entonces lo llevaremos para evitar la molestia de los vecinos - nos explicó el oficial a Sango y a mí.

- Pero señor se está llevando a un inocente - le dije en súplica al oficial para que no se lo llevará

Aun así me ignoró y metió a Inuyasha en la patrulla, luego se fueron, Sango y yo nos quedamos viendo el auto irse sin decir nada, Inuyasha tampoco dijo nada para defenderse. Que le pasó?

- Y ellas porque lo defienden, será que son sus mujeres?

- Las dos? Acaso las vende?

- Seguro que las vende.

- Posiblemente se las fue a vender a otra persona

Y ahora comenzaron los chismes sobre Sango y yo en ese momento, no estoy cansada de esto, el hombre que amó fue a prisión por ser buena persona. Y Sango está sufriendo de abusos psicológicos que no me corresponden, me cansé… me cansé.

- Podrían callarse de una vez!

les grite a las señoras que sólo hablaban de cosas que no eran, escupen sus venenos cual serpientes.

- Mi prometido nunca hizo nada malo, y mucho menos nos vende como dicen ustedes, son solo un montón de brujas que buscan entretenerse haciéndole la vida imposible a otra persona. ¡Son despreciables todas ustedes! - Les grite a todo pulmón.

- Que mujer tan irrespetuosa hablándole así a sus mayores.

- Los mayores se supone que son ejemplos a seguir, qué ejemplo están dando? Están inventando historias que no son nuestras. Ustedes solo buscan con que chismear y hacer más pasable su día a día, y Saben que eso las hace unas horribles personas!

- Ninguna está inventando nada, te dijimos que en esa casa hubo dos asesinatos, y el hombre está libre, estamos haciendo una ayuda a la población, no estamos haciendo inventos falsos

- Mi hermano, siempre ha estado conmigo, es el único familiar que me queda, él nunca ha hecho nada malo, ha trabajado toda su vida, incluso ha llegado a tener 3 trabajos para que yo no tenga que pasar angustias. - Sango no aguanto más y comenzó a llorar.

- Pero… - dijo una de las señoras.

- Espero estén contentas con su nueva historia para contar, destruyeron una familia, solo por un miedo ficticio - les dije para luego entrar a casa.

Deje a las mujeres en la calle, mi prioridad ahora era Sango, y luego ir a buscar a Inuyasha. Pero tampoco quería dejar a Sango sola. Ella comenzó a llorar hasta que se quedó dormida en su cama, necesito hacer algo. ¿A quién puedo llamar?

- Kagome, por favor ve a buscar a Inuyasha - me dijo Sango, pensé que estaba dormida

- Pero no puedo dejarte sola

- Estaré bien no voy a dormir, te estaré llamando a cada rato además las noches son frías llévale algo a Inuyasha

- Te estaré llamando

Prepare una maleta para Inuyasha, una cobija, un cepillo de dientes, que más puedo llevarle? Estoy nerviosa y triste además de desesperada. Inuyasha podría estar solo en una celda pasando frío… necesito apurarme. Terminé de empacar lo necesario, o lo que se me ocurría qué podía necesitar. Le dije a Sango que la llamaría cada 30 minutos. Y salí de la casa. Logré encontrar un taxi en unos minutos que eran eternos. Y llegué a la jefatura.

Al entrar, había poco oficiales, el de la recepción me pregunto el motivo de mi llegada, cuando le indiqué que era para ver a Inuyasha, bueno a Makoto Dekiru, me pidieron esperar un rato, estaba desesperada no podía estar quieta sentada, hasta que me dejaron entrar en la celda, donde estaba.

- Inuyasha!

- Kagome, qué haces aquí?

- Me dijeron que podía verte, estás bien?

- Si, desde que llegué solo me metieron aquí en la celda

- No te han dicho nada?

- No, bueno es decir tengo que esperar a un detective, que es quien lleva el caso del homicidio de mi padre. Es el único que puede sacarme de aquí

- Y ellos no pueden ver que no eres tu padre, acaso están ciego?

- Kagome, no armes alboroto. Todo estará bien

- No, no Inuyasha. Se supone que a esta hora estamos dormidos en la cama, no aquí viéndote tras las rejas por un crimen que no cometiste.

- Kagome…

- Bueno chico te tengo una mala noticia. - dijo un oficial refiriéndose a Inuyasha

- ¿Qué ocurre oficial? - dijo Inuyasha tranquilo, como puede estar tan relajado?

- El detective Conan, no llegará hasta mañana en la mañana. Por lo tanto tendrás que pasar la noche aquí

- Pero él no hizo nada, ¿no pueden dejarlo ir y que él venga mañana?

- No señorita me temo que no se puede.

- Por favor, lo van a dejar aquí encerrado por un crimen que no cometió?

- Hasta que el detective no de su autorización no podemos dejarlo ir.

- Pero, ¿qué hay de su trabajo? El debe trabajar mañana

- Señorita, no importa lo que nos diga no lo vamos a soltar hasta que el detective nos de la autorización

- Kagome calmante estaré bien. - porque estaba tan calmado?

- Inuyasha…

- Inuyasha? Con ese nombre esperas que sea inocente? A mi me suena a culpable.

- Es usted un… - Inuyasha sacó su mano a través de la reja y me tapo la boca.

- Kagome, tranquila…

- Pero… - intenté decirle a Inuyasha que esto era una injusticia hacia él. Pero solo me pidió mantener la calma.

- Déjame revisar los objetos que traes para él.

Me dijo el oficial, y de muy mala gana se los di para que revisara. Mientras aproveche en hablar con inuyasha

- Kagome tranquila.

- Pero, no es justo que esto pase.

- Esta bien que estén en alerta Kagome, solo hacen su trabajo

- Lo sé, pero…

- Cuida de Sango, cuando llegue el detective mañana hablaré con él y me dejaran salir.

- Vendré mañana a buscarte.

- Se que lo harás

El oficial aún de mala gana le dio a Inuyasha la cobija y la almohada, lo demás me pidieron que lo regresará porque eran elementos peligrosos, cómo va a ser peligroso un cepillo de dientes? Bueno si he visto películas donde las convierten en un arma. Pero Inuyasha no haría eso. Me pidieron que me fuera.

Y volví a casa. No pude conciliar el sueño, durante la noche. Sango también estaba cansada la mañana en que la vi. Se fue a la preparatoria sin muchos ánimos. Yo volví a guardar un cambio de ropa, y algunos desodorantes, además del cepillo de dientes. Y salí de camino a la jefatura.

Me hicieron esperar un rato más, no sabía que hacer, después de unos momentos me dijeron que Inuyasha estaba siendo interrogado por el detective, y debía esperar a que acabarán. Fue la hora más larga de mi vida, pero mi razón de luz apareció cuando vi a Inuyasha salir detrás de la recepción, corrí y lo abrace de alegría, unas lágrimas bajaron por mi mejilla pero estaba feliz de tener a Inuyasha conmigo.

- Lamentamos los malentendidos - nos dijo el oficial que se lo llevó.

- Igual deberías alejarte de él - me dijo el otro oficial que estaba vigilando las celdas

- Cállate - le dijo el primer oficial

- Que? Es verdad mira niña, la manzana nunca cae lejos del árbol - me dijo el segundo oficial, ya está ahora odio a este tipo.

- Kagome vámonos - me dijo Inuyasha para irnos de allí

- Si - yo tampoco quiero estar en esta jefatura.

Inuyasha y yo volvimos a casa, se dio un baño, y desayuno bastante comida.

- Inuyasha - mi tono era de obvia preocupación

- Kagome tranquila no pasó nada.

- Pero…

- Tranquila… para mí, es normal que crean que soy el malo.

- Pero no lo eres.

- Lo se, y solo me importa que tú lo sepas

- Inuyasha…

Necesito besarlo para saber qué está aquí, necesito hacerlo para saber que no se va a ir.

- Kagome, debo ir a trabajar. Mi jefe debe estar preguntándose dónde estoy.

- Lo siento. Solo quería tenerte un momento para mí.

- Me tendrás más tarde.

Inuyasha salió a trabajar, me despedí de él. Afuera de la casa. Fue allí cuando las vi. A las vecinas que comenzaron todo esto les voltee la mirada indignada, y entre en la casa. Limpie los platos sucios, termine de arreglar unas cosas de la mudanza, y fui a arreglar el patio estaba hecho un desastre, pensé en comprar algunas flores para plantarlas.

Durante la semana las vecinas han visto a Inuyasha ir y venir, y le han tenido miedo, cuando lo ven salen corriendo. A Inuyasha dice no molestarle eso, pero a mí sí me molesta que lo traten de esa forma cuando no ha hecho nada para ganárselo, es decir puede que se parezca físicamente a su padre, pero no significa que sea igual a él.

Comienzo las clases en la universidad en abril, todavía me queda una semana. Las cosas en casa están bien, bueno estaban bien. Hasta que un día Inuyasha llegó a casa temprano muy temprano.

- Maldita sea, maldita sea - qué hace Inuyasha aquí tan temprano?

- Inuyasha qué ocurre?

- Kagome? ¿Qué haces aquí?- ¿Es en serio su pregunta?

- Cómo que, qué hago aquí? Vivo aquí, duermo contigo todas las noches.

- No hablo de eso, es solo que me sorprendiste

- Inuyasha, ¿qué pasa? ¿Por qué estás tan molesto? ¿Qué haces aquí tan temprano?

- Kagome, voy a solucionar todo solo debo hablar con el detective Conan, y él arreglará todo. - Inuyasha camina por la casa como un tigre enjaulado

- Inuyasha, dime qué pasó? - lo detuve, y obligue a mirarme a la cara.

- Me despidieron, me despidieron Kagome

- Pero, ¿por qué? ¿Qué pasó?

- Aparezco en el sistema como buscado por la policía.

- No puede ser.

- Tranquila, solo llamaré al detective Conan, y él arreglará este mal entendido.

- Inuyasha… - porque nos tiene que pasar esto, no podemos ser felices y ya?

Inuyasha llamó al detective, y le pidió que arreglar el error de sistema. Yo solo escuchaba la conversación por este lado mientras Inuyasha hablaba por teléfono. Cuando Inuyasha colgó tenía una mirada extraña, y se sentó conmigo en el sofá.

- ¿Qué ocurre? ¿Se pudo arreglar el error?

- Me dijo que no hay nada malo en mi registro, no hay siquiera el registro que pase la noche en la cárcel.

- Pero entonces qué pasó en tu trabajo?

- No lo sé. Me llamaron a la oficina del director y él me dio la liquidación, me dijo que no podía tener a un convicto trabajando allí.

- Pero si en el sistema, no apareces como criminal, entonces qué pasó?

- No lo se - Inuyasha recostó su cabeza detrás del sofá mirando el techo pensando.

- Inuyasha… quizás solo fue un mal entendido… Si vas mañana a hablar con él, puedes decirle que hablaste con la policía y no hay ningún problema

- Kagome, tranquila. Todo saldrá bien.

Me dijo Inuyasha para luego recostarse en el sofá y colocar su cabeza en mis piernas. Debo confiar en Inuyasha, así que deje el tema hasta allí y solo acaricie su cabeza. Sango llegó, y me vio sentada en el sofá, cuando se acercó bien a Inuyasha.

- Y tú qué haces aquí? - le dijo Sango, intrigada

- Cómo que, qué hago aquí? Vivo aquí, duermo aquí todas las noches - dijo Inuyasha con sarcasmo. Y yo me reí

- Ustedes definitivamente están hechos el uno para el otro. - dijo Sango sin preguntar más, y se fue a su habitación.

- Inuyasha, necesito hacer varias cosas en la casa. Bueno relájate y tómate el día, si?

Fui a la cocina a preparar la cena. También le preparé el baño a Sango. Mientras ella se bañaba, Inuyasha actuaba como gato enjaulado, daba círculos, veía televisión y se aburría rápido del programa, quería jugar cartas pero también se aburría, no había tenido tanto tiempo libre en su vida, me dio algo de risa verlo.

- Inuyasha

- Que?

- ¿Quieres acompañarme al mini market?

- Si

Casi fue él quien me sacó de la casa, en el camino estaba bastante ansioso por salir.

- Creo que estabas algo aburrido - le dije para sacar conversación

- No, estaba bien entretenimiento - me dijo en tono sarcástico.

- Si se notaba - me reí de él.

Inuyasha y yo llegamos al market, y compramos unas bebidas gaseosas, jugos. Inuyasha compro algunas chucherías.

- En serio llevarás todo eso?

- Si, porque?

- Nada de esto es sano.

- ¿A quién le importa eso?

- A mi, te pondrás como una vaca

Aun con mis quejas compro casi todo el mini market. No sé si lo hace por sentirse triste de perder su trabajo, o solo trata de hacer tiempo.

Llegamos a la casa, y terminé de cocinar y comimos en la mesa los 3 juntos. Al terminar de comer Sango se fue a su habitación, y yo me fui a bañar, cuando termine de quitarme la ropa, Inuyasha entró en el baño, queriendo estar conmigo en ese momento. Luego de bañarnos nos metimos en la tina, uno frente al otro.

- Me gusta la vista

- Eres un pervertido

- Solo contigo

Se me acercó poco a poco, hasta que nuestras caras era lo único que se veía, luego de decir mi nombre me beso, al inicio era solo eso, pero admito que fui yo quien le metió la lengua a él. Aún así no se molestó y simplemente comenzó a jugar con la mía. Podía sentir su mano tocar mis senos para luego seguir su recorrido hacia mi intimidad, separé mis labios de Inuyasha para poder gemir a gusto por las sensaciones que me daba, Inuyasha me estaba penetrando con su dedo, luego con dos y seguía subiendo. En algún punto creo que metió su mano pero no estoy segura, solo sé que no podía evitar gemir, Inuyasha aprovecho mi cuello descubierto y comenzó a lamer y mordisquear, me hizo llegar en el baño, trataba de no gemir tan fuerte para que Sango no escuchará, pero era muy difícil no hacerlo.

- Vamos a nuestra habitación, y podrás gemir a gusto.

- Inuyasha - trate de decirle que sí. Pero no me salen las palabras.

- Vamos

Es cierto, que la habitación de Inuyasha y yo está muy separada de la de Sango, por tanto el ruido no debería llegar, verdad?

Solo llegamos con la toalla puesta del baño hasta la habitación, agradezco que no haya tanta gente en la casa, Inuyasha me recostó en la cama. Y me beso. Un beso apasionado, que demostraba los deseos que sentía por mi. Bajo directo a mi pecho pero no duró mucho allí.

- Tengo una idea

Inuyasha se levantó de la cama, y entre las cosas que compró, sacó un sirope de chocolate.

- ¿Qué planeas hacer? Inuyasha

- Acuéstate - Le obedecí, me acosté boca arriba estirada en la cama.

- Inuyasha

- Sh… Pruébalo - me dio un poco de chocolate en los labios y tuve que lamerlos, que planea?

- Inuyasha, ya está

- Ahora me toca a mí probarlo.

Después de decir eso, dejó caer chocolate sobre mis senos, estaba frío el chocolate, el cambio de temperatura me pegó, una vez terminó de verter un poco de chocolate, comenzó a lamerlos, de forma desesperada. Y sus dedos comenzaron a trabajar en mi intimidad, comencé a gemir más fuerte, y sin embargo trate de guardar silencio.

- Inuyasha… ah

El solo seguía con su tarea, volví a llegar al orgasmo.

- Kagome, mi Kagome, no voy a soltarte hoy

- Inuyasha

¿Qué me quiere decir con eso? Ahora que lo pienso, no llegó cansado de trabajar eso significa que tiene toda la energía acumulada del día. ¿Acaso planea gastarla toda en mi?

Inuyasha levantó mi cadera, hasta dejarla en su cara, mientras mi cabeza seguía en la cama. Y vi cómo coloco chocolate en mi intimidad, y comenzó a lamer, lamía toda mi intimidad, Inuyasha tenía planeado todo esto, acaso todos los dulces que compró era para gastarlos en esto? Me penetró con su lengua. Me parece injusto que solo yo esté gozando esto, así que intentó voltearme para darle algo a él pero no puedo doblarme tanto.

- Kagome, qué intentas hacer?

- Inuyasha… tu… también - me cuesta hablar, no puedo hablar bien. Así que le señale su miembro y luego mi boca

- Ah, ya te entiendo

Me soltó, y se acostó en la cama, y en su miembro colocó un poco de chocolate.

- Adelante disfruta tu dulce también, pero yo quiero seguir

Me coloque encima de Inuyasha, mientras yo lamía y me metía a la boca su miembro, él lamía mi intimidad y me penetraba con su lengua. No pensé que esto se podía hacer, pero él siempre tiene una idea nueva sobre que hacer, creo que nunca me cansaré de él. Inuyasha terminó de llegar a mi boca, el sabor a semen y chocolate se mezclaron en mi boca. Y opté por tragarmelo.

- Tu aún no llegas

Me dijo Inuyasha para luego meter sus dedos, y estimularme hasta que termine por llegar yo.

- Creo que fue quemamos muchas calorías - le dije como chiste

- Hay que volver a bañarnos, estamos muy sudados de hacer ejercicio.

- Además del chocolate que tenemos encima.

Nos levantamos, de la cama y fuimos nuevamente al baño, era un poco complicado ya que el baño está abajo y las habitaciones están arriba, hay que atravesar media casa para llegar allá. Aún así llegamos y nos dispusimos solo a darnos una ducha, pero Inuyasha tenía otro plan en mente, y eso era terminar su trabajo en la tina.

- Tonto la tina ya está fría.

- No me importa con nosotros se calienta rápido

Inuyasha me metió en la tina y luego se. Metió el pero se posicionó abajo de mi, y yo quedé sentada en su miembro, pero no unidos

- Inuyasha estás seguro de entrar en mi sin condón?

- No seas tonta el condón está aquí

No me había fijado que lo tenía en la mano, solo es uno pero lo podemos aprovechar al máximo, se lo puso y aún dentro del agua comenzamos nuestro va y ven, el agua se movía como olas en tiempo de tormenta.

- Kagome, eres mía solo mía

- Si, soy tuya Inuyasha, solo tuya

Inuyasha sujeto mi cadera y fue él quien me indico el ritmo que quería hacer, sin embargo yo fui subiendo la velocidad. Hasta que ambos terminamos por llegar. Y con un beso fue lo que terminó el momento. Nos levantamos de allí, nos vestimos y fuimos a nuestra habitación. Estaba tan feliz, mi cuerpo estaba tan feliz.

Al llegar a la habitación, nos acostamos a dormir, aún más que dormir, la verdad es que Inuyasha se iba a dormir, pero esta vez la hostigadora fui yo. Y comencé a masturbarlo.

- Kagome, qué estás haciendo?

- Solo juego.

- Ah… - Inuyasha terminó en mi mano.

- Creo que ahora estamos.

- Tramposa.

- Tu eres el tramposo que siempre me hace estas cosas a mi

- ¿Quieres hacer estas cosas?

Inuyasha se bajó el pijama, y dejó su miembro a la vista ya erecto.

- Dime qué se te ocurre hacer?

Se que espera que se lo mame, pero se me ocurrió otra cosa mejor, me quite la parte de arriba de la pijama, y use mis senos para estimularlo

- Kagome, no pensé que tenías eso en mente

Use mis senos para estimularlo en la base, y use mi boca para tomar la punta, continúe mi trabajo hasta que terminó en mi cara.

- Ah, eso fue bueno. - me dijo Inuyasha extasiado

- Ya cállate y busca una servilleta

Inuyasha se levantó, se colocó el pijama y salió a buscar la servilleta. Cuando llegó con ellas me limpié la cara.

- Vaya que hoy tenías energía - le dije a Inuyasha

- Tengo más energía pero seguro tú estás cansada

- Si, la verdad si.

- La verdad si por mí fuera te tuviera despierta toda la noche - me dijo Inuyasha, pero con una mirada de depredador.

Inuyasha y yo, nos fuimos a dormir, a mediados de noche me desperté al sentir la cama vacía, cuando lo busqué con la mirada lo vi sentado en una silla, mirando por la ventana. Está estresado por perder su empleo, tanto el del día como el de la noche, por eso quería sacar su enfado de alguna parte. No quiero que esté triste o molestó, pero tampoco sé cómo animarlo. Solo puedo darle apoyo, así que me levanté de la cama y lo acompañé en su tristeza. Solo nos quedamos allí abrazados.

Al día siguiente, Inuyasha salió a tratar de arreglar las cosas, le deseé buena suerte. Y me quedé en la casa, limpiando el patio. Quería que quedará bien. Y luego cultivar unas flores quizás. Inuyasha volvió en la tarde casi entrando la noche.

- Ya llegué - me dijo Inuyasha, pero tenía un tono neutral.

- Bienvenido, la cenas estará lista en unos minutos

- Gracias

- Inuyasha! ¿Cómo te fue?

- No pude recuperar ninguno de los dos trabajos

- Inuyasha, no quisieron decirte por qué?

- La verdad si me dijeron el porque

- Dime - me senté con en el sofá

- Durante la mañana trabajaba en la constructora y por la noche trabajaba en el puerto de llegada

- Si

- El director, bueno mi ex-director, Naraku Dekorēta, cree que yo mantuve una relación con Kikyo, y ahora que está "desaparecida" cree que fui yo quien le hizo algo.

- Quieres decir que si metieron una denuncia en tu contra.

- Recuerda que llamé al detective Conan, y me dijo que no había una denuncia hacia mi. También fui a la jefatura para confirmar si Kikyo tiene una denuncia de desaparición, pero no pueden unirla a mi.

- Inuyasha...

- Mi jefe del puerto es conocido del señor Dekorēta, por eso me despidió también, no quería problemas con esa familia.

- ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Tranquila Kagome, buscaré trabajo

- No hablo de trabajo, hablo de la acusación que hicieron en tu contra!

- Kagome…

- Es decir, si fuiste tú quien mandó a Kikyo lejos pero…

- Ella está desaparecida, uno puede esperar lo peor

- Pero ella no está muerta, y si el señor Dekorēta tiene tanto poder como dices, quizás te acuse falsamente de algo que no es y... - no quiero que vuelva a venir la policía y se lo lleve.

- Kagome, tranquila.

- No quiero que nada malo te pase - me duele mucho el corazón, estoy sollozando por él.

- Kagome… si lo deseas podemos hablar con el detective Conan.

- Si, mejor hablemos con él.

Inuyasha, trato de calmarme para que no llamara, pero no me pude calmar, si deje de llorar pero seguía angustiada por lo que pudiera pasar.

- Kagome el detective Conan, vendrá mañana en la tarde para hablar con nosotros.

- Está bien.

Inuyasha, del mismo modo salió a caminar para tratar de despejar su mente, decidí acompañarlo ya que no quería estar sola. Durante la caminata los vecinos seguían viendo a Inuyasha de un modo muy desaprobatorio, por supuesto a mí también. Sin embargo, otros vecinos simplemente lo ignoraban. Llegamos a una cafetería, a pesar de ser pequeño tenía mucha gente dentro, Inuyasha y yo creímos que estaban haciendo un concurso o algo así. Al entrar nos dimos cuenta que solo trabajaba un señor mayor en el lugar, y había mucha gente que atender. Algunos incluso se cansaron y se fueron.

Veía como el señor, ya por la edad se le dificulta incluso levantar una taza de café, se veía como botaba poco del contenido. Para llevarla a la mesa.

- Ah, Me duelen las manos. - dijo el señor reprochandose a sí mismo

- Señor está seguro que está bien - me levanté a ayudarle, se estaba quemando las manos con el café.

- Si, no te preocupes. - me dijo pero no me convencía sus palabras.

- Déjeme ayudarle - trate de quitarle el café.

- No, yo aún soy joven y puedo - me dijo tratando de ocultar su dolor. Y encubriendolo como un chiste.

- Seguro?

- Eres una buena chica, pero estoy bien.

Veía como caminaba, con dificultad. También como botaba el café en la mesa al no saber detenerse, también le llegó la mercadería y tapaba la entrada del local, terminó por irse la gente por esperar mucho tiempo, y los otros por la artrosis evidente del señor. Lo veía tratando de levantar las pesadas cajas, hasta que su espalda sonó, y muy feo

- Viejo, deberías aprender a pedir ayuda - le dijo Inuyasha, y le ayudó a llevar las cajas

- Aún soy joven - le dijo el señor

- Si, si lo que tú digas ¿dónde va esto?

El señor terminó por aceptar a regañadientes la ayuda de Inuyasha, mientras decidí poner de mi mano y llevar las tazas que estaban en las mesas. Para el fregadero y limpiar un poco el mesón.

- Ves te dije que podía solo - decía el señor pero su espalda le dio una mala pasada.

- Claro… ¿cuánto por el café?

- No, no les voy a cobrar el café - nos dijo el señor.

- Bueno, nos vemos abuelo - le dijo Inuyasha, lo regañe por eso

- Abuelo? Aquí en le dices viejo, muchacho malcriado - los dos parecían niños pequeños

Mientras ellos discutían, llegaron más personas.

- Disculpa chica, queremos un café - me dijeron a mi, al estar del otro lado del mostrador.

- Este, yo… no…

Cómo seguían discutiendo decidí servir el café. Fui donde la máquina y traté de hacer el café, lo que moví una palanca el dueño del local me grito y me dijo que lo estaba haciendo mal, me explico cómo se hacía, servi el café, y volví al mostrador. Aunque me senté del lado del público

- Espero que hayas aprendido hacer café - me regaño el señor

- Oye al menos ella intentaba ayudar - le dijo Inuyasha

- Ya calma…

- Ah, probado mi café? - nos preguntó él.

- No, lo ayudamos a llevar las cajas y ella limpiaba para que se viera bonito. - le reprochó Inuyasha

- Tomen, prueben mi café

Inuyasha y yo nos vimos, con curiosidad pero obedecemos al señor y bebimos el café. Está delicioso aunque un poco amargo.

- Lo ven mi café es el mejor - dijo el señor

- Esta amargo - le dice Inuyasha sin filtro

- Qué dices chico malcriado - y volvieron a pelear los dos.

- Ah…

Me doy cuenta que la máquina está un poco sucia, así que decidí buscar en mi teléfono como se limpiaba, con la guía decidí limpiar la máquina me dio tiempo mientras aquellos dos peleaban. Una vez estaba limpia, seguí las instrucciones que previamente me había dicho el señor eh hice el café. Cuando lo probé estaba delicioso.

- Oye niña, volviste a tocar mi máquina. Dame eso.

Me quitó la taza de café, y decidió probarla.

- Margaret, volviste - dijo el señor.

- Margaret? - dijimos Inuyasha y yo.

- Ese es su nombre - dijo el señor

- Ya veo la máquina se llama Margaret. - le dije a Inuyasha.

- Gracias por regresarla a la vida - me dijo el señor

- No fue nada - me avergüenza que me hable así cuando solo la limpie.

- ¿Les gustaría trabajar aquí? - dijo el señor

- Eh? - dijimos Inuyasha y yo.

- Si, verán aún soy joven pero reconozco el potencial de alguien cuando lo veo - nos dijo el señor

- No eres joven - le dijo Inuyasha

- Está seguro de lo que dice? - le pregunté, era muy bueno para ser verdad.

- Si, me sirve un hombre fuerte que levante las cajas, y una mujer que limpie los platos y tazas, además ambos tienen buenos cuerpos y con el uniforme traerán muchos clientes.

Lo último que dijo no nos gustó para nada, pero estábamos en necesidades de trabajar, así que aceptamos. Fue gracias a Dios que encontramos ese trabajo, hablamos los 3, por supuesto le dije al señor que yo pronto entraría en la universidad, y entre mis clases y las pasantías no podría asistir al trabajó, sin embargo que ayudaría cuando pudiera. Inuyasha si acepto trabajar allí.

Volvimos a casa más contentos de saber que ya teníamos un ingreso, al día siguiente hablamos con el detective Conan, y me sorprendió bastante que fuera un niño, aunque nos explicó cómo fue que pasó.

Inuyasha le explicó su historia con Kikyo, también le explicó donde estaba ella, y sus sentimientos. Cuando Inuyasha terminó de explicarle todo. El detective nos dijo que tenía una manera de solucionar las cosas.

Inuyasha me dijo que confiaba en él para hacer las cosas, Inuyasha y yo fuimos a trabajar en la cafetería, al inicio fue difícil ya que Inuyasha y el señor se la pasaban peleando. Aunque poco a poco los dos comenzaron a llevarse mejor, se que al señor le gusta estar con Inuyasha. El dice que Inuyasha le recuerda a su hijo. Nos dijo que desapareció hace unos años. Cuando Inuyasha aprendió las cosas todo mejoro mucho. El señor está feliz de tenerlo allí. Y se volvió muy popular el lugar por el buen café.


Hasta aca el capítulo de hoy, creo que ya terminare la historia en el proximo capítulo ya que perdi la inspiracion que tenia.
los personajes no son míos son creación de Rumiko Takahashi solo la historia me pertenece.