Capítulo 10: discusión y nuestra unión

Yo comencé mis clases, y fue difícil al inicio equilibrarme, entre las cosas de la casa, la escuela, y las pasantías. Pero logré sobrellevarlos, cuando estaba en mi tercer y último año de universidad, y Sango en su último año de preparatoria, me enteré… bueno, Sango me contó que se estaba comunicando con Miroku a través de mensajes de texto y que al terminar su entrenamiento decidieron comenzar a salir como pareja, por supuesto Sango me dijo esto solo a mi, y fue difícil esconderle este secreto a Inuyasha.

- Oye Kagome no te parece raro que Sango, siempre esté con Rin? - me dijo Inuyasha en la sala, esperando la cena

- No la verdad, está bien que tenga una amiga - no puedo decirle que salió en una cita con Miroku

- Me parece raro, se va cada sábado y domingo a visitarla, que tanto hacen?

- Estudian posiblemente, qué más podrían hacer?

- Kagome, Sango ya tiene 19, si ella cree que puede hacer lo que quiera por tener esa edad está muy equivocada

- Yo tenía 19 cuando te conocí. - quizás pueda preguntarle un poco, para amortiguar el golpe cuando se entere.

- Eso es diferente

- ¿Por qué?

- Tú fuiste la que me busco a mi.

- Osea que si Sango busca a un hombre tú la dejaras ser libre.

- Claro que no, los hombres solo quieren una cosa, no voy a dejar que Sango lo haga hasta que cumpla los 30

- Yo no cumplí los 30, y lo hago contigo

- Tu eres una pervertida, que me incito a hacer cosas indecentes

- Bueno ya que soy una mujer que te induce a hacer cosas indecentes te parece si hoy, duermes en el sofá y yo disfrutaré de mi cuerpo y placer personal sola

Golpe bajo para él, pero se lo busco al decir que la mala influencia era yo. Además Sango ya es lo bastante adulta para salir con quien quiera. El no tiene derecho a decir nada, y mucho menos a ordenarle con quien salir o no.

- Ya llegué - hablando de Roma

- Bienvenida - le dije a Sango

- Oye y cómo te fue con Rin? - fue lo primero que pregunto Inuyasha

- Eh? A claro, bien muy bien - le dijo algo nerviosa

- Inuyasha, ya basta no la interrogues - le reproche a Inuyasha

- Feh, yo hago lo que me viene en gana - me dijo un poco enojado, por lo que dije antes.

- Bien a ver cómo te funciona eso? - si él puede enojarse yo también.

- Kagome? - Sango me pregunta con la mirada que pasó, le hago señas que no fue nada

- Ya la cena estará lista, todos prepárense. - dije para cortar la conversación

- Lo siento, Kagome. Cené en casa de Rin.

- Otra vez! - hablo el mar de la paciencia

- Inuyasha ya basta.

- ¿Qué haces? Ya no cenas aquí, te la pasas con "Rin" siempre, dime la verdad? ¿A dónde te estás escapando?

- Inuyasha! - le grité

- ¿A dónde vas? - solo veía a Sango, solo le pregunto a ella.

- Salgo con Rin - Sango vuelve a tenerle miedo a Inuyasha

- Sango, puedo confiar que sólo vas con ella? - le preguntó Inuyasha a Sango.

- Yo… yo… - no podía hablar.

Decidí intervenir por ella, sabía que no soportaría iba a decir la verdad, Inuyasha se molestaría con ella y conmigo, para luego ir a matar a Miroku.

- Sango, no digas nada. Ve a bañarte y a dormir - Sango me hizo caso para evitar seguir está discusión con Inuyasha

- ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste Kagome? - la pelea ahora sería conmigo

- No puedes tratarla así, primero ella ya no es una niña, y segundo no está haciendo nada malo Inuyasha

- Este es mi techo y ella hará lo que yo le diga!

- No, Inuyasha me temo que solo lograrás alejarla de nosotros.

- Que?

- Al reprimirla solo lograrás que ella haga las cosas a tus espaldas, dale la libertad que necesita, si le comienzas a prohibir las cosas, lograrás que ella se escape y eso es peor

- ¡Ella no irá a ningún lado!

- Pues sólo lograrás que se escape para ser feliz.

- ¿Me estás diciendo que ella es infeliz conmigo?

- Inuyasha, no es que ella sea infeliz contigo, es que la oprimes, y eso es malo.

- Oh, por favor.

- Inuyasha, tienes que dejarla seguir su vida.

- Sabes algo empiezo a creer que tú sabes algo

- Yo?

- Si, estoy comenzando a creer que tú la estás encubriendo para algo.

- No quiero seguir hablando, obviamente estar paranoico

- ¿Lo estoy?

Le serví la comida y nos sentamos a comer en la mesa, en completo silencio. Cuando terminamos de comer, fui a la habitación y cerré la puerta con seguro.

- Kagome, abre la puerta

- No, duerme en sofá

- Maltida sea, Kagome. Déjame entrar

No seguí discutiendo, quizás sea infantil mi actitud pero no lo quiero conmigo en la cama. Inuyasha después de un rato, se rindió y se fue a dormir al sofá. Lo siento por el pero debe aprender a confiar en Sango y en mi, aunque técnicamente el tiene razón y las dos le estamos mintiendo. Pero lo acemos porque conocemos su reacción ante las cosas.

Durante la semana, lo deje dormir en la cama conmigo pero no cruzábamos palabras, y no hacíamos nada más que dormir.

Llegó mi temporada de exámenes, y estaba muy estresada por sacar buenas notas, por su parte Sango también dejó de salir tanto con Miroku para preocuparse de los exámenes también. Fue un mes intenso y mi cuerpo estaba estresado a más no poder, además que la abstinencia de sexo me tenía de mal humor pero no podía hacerlo con Inuyasha hasta que el se disculpara por desconfiar de nuestros juicios.

Ya es mi último año de universidad, y solo quiero tener las mejores notas, y comenzar a trabajar. Pronto. Estamos en finales de marzo es decir solo me queda una semana de clases en la universidad, estoy feliz de poder graduarme. Y quisiera compartir está alegría con Inuyasha, sin embargo, Inuyasha y Sango fueron a mi graduación, pero seguíamos sin poder hablarnos. Sango se dio cuenta del mal humor de Inuyasha, y se sintió mal que yo le ayudará a encubrir sus encuentros con Miroku, así que me dijo que le iba a lanzar la bomba en su graduación. Estamos en abril, la graduación de Sango será la próxima semana. Por mi parte sé que Inuyasha es orgulloso y no sé disculpara, tal vez si le ayudo un poco él me pida perdón. Así que fui a verlo a la cafetería donde trabaja, al entrar, Inuyasha estaba atendiendo a una chica.

- Oye y tienes novia? - le pregunto la chica que estaba sentada en la barra

- Quizás esté soltero pronto

¿Acaso realmente dijo que estaría soltero pronto? Acaso quiere terminar conmigo? Me estoy asfixiando.

- Oh, señorita Higurashi ¿cómo estás? - me preguntó el señor, lo que hizo que Inuyasha volteara a verme.

Salí corriendo de allí, no quería ver eso. No quería seguir allí, Inuyasha realmente me va a dejar? Sé que no hemos estado bien pero no quería terminar de ese modo. Y él ya está buscando con quién estar. Eso es lo que más me duele. Llegué corriendo a un parque y me senté en el columpio, solo quería estar sola.

- Kagome - ese era Inuyasha

- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías buscarme un reemplazo?

- Kagome

- Solo quiero estar sola

Me levanté del columpio, pero cuando pasé al lado de Inuyasha él me detuvo de las manos.

- Déjame suéltame - no entiende que quiero llorar sola

- Kagome, por que corriste?

- ¿Por qué corrí? Tú estabas conquistando a una chica. Es obvio que yo no significo nada.

- Hemos estado peleados estos días, no hemos hablado, tampoco nos vemos casi la cara, y en la cama parece que duermo solo.

- Y eso que?

- Pensé que solo era cuestión de tiempo para que me dejaras, y te fueras

- Tanto lo deseas, tanto deseas que me vaya

- Que? No seas tonta, yo no quiero separarme de ti nunca.

- Entonces porque estabas coqueteando con esa chica?

- Yo no coqueteaba, ella me preguntó si estaba soltero, y pensé que era cuestión de tiempo para que me abandonarlas

- Inuyasha, recuerda que prometí nunca dejarte

- Kagome...

- Inuyasha…

No aguantamos más, estábamos desesperados el uno por el otro. Y nuestras bocas lo sabían y nuestros cuerpos nos clamaban. Fuimos a casa, y nos fuimos directo a la habitación, no había juego previo solo nos desesperamos en tomar posesión del cuerpo del otro. Inuyasha solo se quitó la ropa y directamente entro en mi, fue un ataque de frenesí, no duramos mucho pero era lo que necesitábamos en ese momento, aunque luego que Inuyasha llegó me di cuenta que no estaba usando condón, entró directamente en mí y me lleno de semen, era la primera vez que sentía algo cálido llenar mis entrañas. Creo que Inuyasha no se percató de lo que hizo, ya que luego me volteé y fue allí donde comenzamos nuestro juego previo. Nuevamente lo hicimos pero se colocó condón y fue una nueva manera de entrar, brusca desesperada, quería más y más de él. No quería que se detuviera. Inuyasha lamía y besaba mis senos como si fuera la última comida de su vida. No sabia que pasaba pero tenía bastantes sensaciones en el cuerpo como para concentrarme en una. Y volví a llegar, Inuyasha dio dos empujones más y llegó también. ¿Qué pasaba con nosotros? Nosotros no lo hacemos así. Cuando pudimos recuperar la respiración nuevamente, fui yo quien lo tomó y comenzó a lamerlos, tenía el sabor del condón a plástico, sin embargo no me importó, seguí con mi tarea hasta que terminó en mi boca, luego nos pusimos en la posición 69 y volvimos a darnos placer mutuo. Hasta que ambos llegamos en la boca del otro.

Inuyasha me levanto de la cama me coloco en sus brazos y volvió a entrar en mi, nuevamente lo volvimos a hacer. No podía dejar de gemir su nombre ni él el mío, así seguimos durante horas y horas sin parar, no quería perder eso. No quería hasta que en algún punto ya nuestros cuerpos no podían con otra aventura más.

- Creo que recuperamos el tiempo perdido - me dijo Inuyasha, no pude evitar reírme.

- Si, me alegro de estar aquí - nos besamos un poco.

- Lo siento Kagome, yo lo hice sin condón.

- No importa iré con un ginecólogo, al fin y al cabo debía ir hace tiempo, debí tomar pastillas o algo de haber sabido que se sentía tan bien estar llena de tu semilla.

- Kagome…

Comencé a buscar trabajo, y también fui a la farmacia por una pastilla del día después. Seguí buscando trabajo, aunque no demoré mucho en encontrarlo, una semana. Gracias a mis notas pude comenzar a dar clases en una primaria, todos los niños eran tan lindos. Una semana desde que Inuyasha y yo volvimos a ser felices.

- Oye Kagome, te tomaste la pastilla del día después?

- No, la tengo aquí en mi bolso ya la tomo

Me serví un poco de agua y me la tomé frente a Inuyasha.

- Bien - me dijo Inuyasha aliviado

- Bien - le seguí el juego

- ¿Cómo te va en la escuela?

- Bien, los niños son muy educados

- Oye Kagome estaba pensando… no crees que ya es tiempo de dar el siguiente paso?

- Oh, de qué hablas?

- Estamos juntos desde hace 4 años, y prometidos desde hace 3 años.

- Inuyasha

- No crees que deberíamos casarnos.

- ¿Tú aún quieres casarte conmigo?

- Si

- Inuyasha

- Yo reservé un lugar en junio, por si te parece bien.

- Claro que sí…

Me tiré en sus brazos, y nos besamos. Para luego quedarnos acostados un rato en el sofá.

El detective Conan, nos indico que Naraku a tratado de meter una denuncia por desaparición, pero debido a falta de pruebas no puede juntarlos a los dos

- Pero fue Inuyasha quien le compró el boleto de avión a Kikyo - le dije yo al detective Conan

- Tranquila ese registro no aparece a nombre de Inuyasha, pero si a nombre de Kikyo - me dijo el detective mientras giñaba el ojo.

- Gracias

- No hay nada que agradecer, me retiro.

Después de eso no tuvimos muchos problemas, a Inuyasha no lo llamaron de su antiguo trabajo para volverlo a contratar, pero está feliz trabajando en la cafetería. Yo he ido varias veces para allá a visitarlo. Y tomar un café. También aprovecho el tiempo. Para pensar en los niños y cómo ayudarlos con sus problemas, hay un niño en mi salón que no se une a los demás siempre está solo, jugando o a veces hasta habla solo.

- Te gustan mucho esos niños - me dijo Inuyasha trayendome un café.

- Si, son muy especiales todos

- Creo que estoy celoso, de un montón de críos.

- Jajaja…

Inuyasha se fue a atender otra mesa, en ese momento entraron otros dos clientes, e Inuyasha lo sentó en la única mesa libre al otro lado de la cafetería. Uno fue con Inuyasha y el otro me vino a saludar.

- Higurashi - me dijo ese chico

- Nobunaga - le saludé

- No sabia que te encontraría aquí

- Si, me gusta el café, además el aire me ayuda a pensar en los niños

- Eres muy dedicada a los niños

- Me gustan mucho… oye y cómo estás con la señorita Atsuyu.

- Creo que no le gusto.

- Debes intentar, siempre que apareces ella se ríe contigo.

- Ah, es difícil ya que nunca deja de reírse - me da un poco de risa.

- Sigue intentando.

- Puede pedirte un favor

- Claro

- Puedo practicar mi declaración contigo

- Es extraño lo que pides pero quiero saber que tienes en mente

- Yo… Yo… tú

- Yo, tú?

- Tu… tú me gustas

Se escuchó como se rompió una taza, tanto Nobunaga como yo, fijamos nuestra vista hacia el ruido y vi a Inuyasha, cerca de nosotros. Al parecer se le cayó una taza de té.

- ¿Qué dijiste? - le preguntó Inuyasha a Nobunaga.

- Yo? - Nobunaga ni yo entendíamos que pasaba.

- ¿Qué le dijiste a Kagome? - pregunto Inuyasha un poco más molesto al verse sin respuesta

- Inuyasha, ¿qué quieres que te diga? - no entiendo que espera Inuyasha que le contesté

- No te hagas la tonta, escuche perfectamente cómo se te declaraba - dijo Inuyasha enfadado

- Ah, solo es un mal entendido - le dije a Inuyasha más relajada.

- No te hagas Kagome, yo se lo que oí

Tome la mano de Inuyasha y nos fuimos a la cocina, necesitaba evitar llamar mucho la atención

- Que, me vas a decir que escuche mal

- No, no escuchaste mal

- Lo sabía

- Escuchaste solo una parte de la conversación

- Que?

- Nobunaga me pidió el favor de practicar para su confesión a otra maestra.

- Otra maestra

- Quería saber qué palabras le diría a ella.

- Entonces?

- El solo imaginaba que yo era la maestra Atsuyu de quien él está enamorado.

- Aún sigo sin creer el cuento.

- Me gustaría que confiaras más en mí.

Decidí volver a la mesa, e Inuyasha simplemente, decidió seguir trabajando e ignorarme.

- Puedo saber qué pasó?

- Ah? él es mi prometido. Mal interpretó nuestra conversación

- Oh, perdón. Ya veo porque te gusta estar aquí.

Después de terminada la jornada laboral de Inuyasha, salimos juntos con Nobunaga.

- Perdona el malentendido - le dijo Nobunaga nervioso

- Ya no importa - dijo Inuyasha de manera indiferente.

- Sabes de quién deberías de tener celos, de Manten

- ¿Quién? - pregunto Inuyasha

- Manten es un pequeño niño de 5 años, que siempre dice que al crecer se casará conmigo. - le dije a Inuyasha riéndome, es que ahora lo veo sentir celos de un niño de 5 años.

- Pues será mejor que pase por allá, y le demuestre a ese niño que ya estás ocupada. - dijo Inuyasha, ya veo que también tiene celos de un niño de 5 años.

Nobunaga se fue a su casa, y Inuyasha y yo nos fuimos a la nuestra. Terminamos nuestro día en la cama dándonos un poco de amor.

Llegamos a la graduación de Sango, estábamos felices por ella. Cuando la vimos recoger su diploma, en las afueras del recinto la abrazamos y felicitamos.

- Estamos tan orgullosos de ti Sango - le dije a Sango, también de parte de Inuyasha

- Gracias - sango me abrazó.

- Ahora falta la universidad - le dijo Inuyasha

- Te hace falta un poco más de tacto - le dije a modo de reprimenda

- Mmm… estoy muy feliz de saber que te graduaste, estoy muy orgulloso de tener la oportunidad de disfrutar este día contigo - le dijo Inuyasha, para luego abrazar a Sango.

- Bueno vamos a cenar para celebrar - dije para salir a comer

- Antes de eso, quiero confesarle algo a Inuyasha - o no, le va a decir lo de Miroku

- ¿Qué ocurre Sango?

- Yo… yo… - tomo aire, y volvió a hablar - ya no quiero tenerte miedo

- ¿Me tienes miedo? - creo que eso le dolió, y mucho

- Yo quiero dejar de tenerte miedo

- Sango no me tengas miedo, yo solo quiero protegerte, yo solo quiero que tengas un futuro - la voz de Inuyasha sonaba desesperada.

- Yo sé que todo lo haces por mí bien pero tu forma de reaccionar ante las cosas. Me hace dudar de decirte las cosas. Y no porque temía que me golpearas porque sé que nunca lo harías, pero si temo a tus reacciones.

- ¿Qué me quieres decir Sango?

- Yo… yo tengo novio - ya está le dijo.

Inuyasha está callado, simplemente está callado, mirando fijamente a Sango como si esperara que fuera una mentira lo que dice. Pero el tiempo le hizo entender que hablaba en serio, incluso sacó sus ojos de Sango y los depositó en mí, como buscando que le confesara el chiste pero le indique con un movimiento de cabeza que Sango hablaba totalmente en serio.

- Sango… yo… - Inuyasha no sabia que decir

- Inuyasha - le dijo Sango, tratando de buscar en su mirada, alguna respuesta

- ¿Quién es? - fue lo que dijo Inuyasha

- Inuyasha - trate de decirle a Inuyasha que no la forzará a más

- Miroku Maitreya - lo dijo Sango

- El primo de Kagome, que siempre buscaba tocarla? - dice Inuyasha con la esperanza de equivocarse

- Si… - Sango no pudo decir más

- Te lo prohibo - le dijo Inuyasha

- Pero el ya no es pervertido, además no me ha tocado nunca - dijo Sango tratando de defenderse

- Esperas que crea que el mujeriego más grande del mundo ya no lo es - le dijo Inuyasha con sarcasmo

- Pues es verdad - le dijo Sango

- Inuyasha, yo confío en Sango y en su buen juicio - le dije a Inuyasha, en su mirada estaba a punto de salir corriendo y matar a Miroku donde sea que esté.

- Inuyasha

cuando Sango dijo su nombre pareció ver algo en ella. Algo que solo él había visto. Luego de eso relajó los músculos. Y pareció aceptar lo que ocurría.

- Inuyasha - le dijimos Sango y yo en unísono

- Está bien, trataré de pasarlo - dijo Inuyasha no muy convencido

- En serio? - le pregunto Sango

- Si - le dijo Inuyasha con una sonrisa en la cara

- Inuyasha - Sango de la alegría lo abrazó.

Cuando Sango fue a hablar con Rin le pregunté qué le hizo cambiar de opinión, me dijo que vio en su mente a Sango cuando era una pequeña niña de 8 años, y le dijo que al crecer quería que él la llevará al altar. Inuyasha recordó cuando Sango era una niña, me dio una calidez en el corazón y me sentí orgullosa de él. Nos fuimos a celebrar.

Esta vez Inuyasha dejó beber a Sango, Miroku también se unió en el festejo aunque Inuyasha no dejaba de vigilarlo debo admitir que me sorprende su fortaleza para no brindarle encima y matarlo en ese momento.

Me puse a beber con Inuyasha para tratar de distraerlo, y que pueda disfrutar de este día. Fue una noche muy entretenida, y la pasamos muy bien. En algún punto de la noche sin darme cuenta Inuyasha y Miroku comenzaron a conversar y me parece que comenzaron a llevarse mejor, aunque me pareció escuchar varias amenazas de parte de Inuyasha hacia Miroku.

Al despertar estaba con Inuyasha en la cama, al parecer tuvimos algo de acción anoche, lo importante es que él está feliz dormido conmigo, aunque me gustaría quedarme así, la verdad es que debo ir a trabajar y él también.

Lo desperté y luego me levanté yo de la cama, fui al baño a darme una ducha para despertarme, e Inuyasha decidió unirse a mí hazaña, al salir nos vestimos, y yo fui a cocinar el desayuno, mientras Inuyasha ve las noticias y revisa el clima.

- Oye Inuyasha, que vas a hacer con el edificio del centro? - le pregunté ahora que me acordé

- Ya pague para que restaurarán la corriente eléctrica. Luego debo pagar para arreglar las aguas y finalmente para las restauraciones

- Ah…

No Pude decir nada. no sabia que decir, nuestras vidas siguieron de lo más normal, en mayo no ocurrió nada importante más del stress de arreglar nuestra boda, en junio en este mes será nuestra boda, para ser exactos el 29 es donde tendríamos nuestra boda.

Desde que comenzó el mes he estado muy nerviosa, tanto que por las mañanas he estado vomitando mucho.

- Kagome, me preocupa esto - me decía Inuyasha mientras sostenía mi cabello para que vomitara tranquila.

- Solo estoy estresada por la boda

- De saber que te pondrías así, mejor no te pedía matrimonio

- Jajaja… tonto, son solo nervios de novia. Además así estaré delgada para la boda

- Tú siempre has sido delgada.

Inuyasha seguía preocupado por mi, durante el mes seguimos nuestros planes de boda, el día 29 nos casamos y decidimos hacer una boda occidental. Ya es oficial estamos casados estaremos juntos para siempre.

Sin embargo las náuseas matutinas no paraban, y eso molestaba un poco a Inuyasha, no podíamos irnos de luna de miel hasta que me recuperará.

- Kagome tengo que llevarte a un hospital - me dijo Inuyasha preocupado.

- Tranquilo Inuyasha ya pasará - le decía para que no se angustie.

- Segura?

- Si

Después de unas semanas, pasó algo mucho más grave, me desmayé mientras estaba en la escuela con los niños, por suerte no estaba sola y la otra profesora logró verme mientras caía.

Nobunaga me llevó al hospital y allí llamé a Inuyasha, el cual vino inmediatamente. Nobunaga se fue en cuanto Inuyasha llegó y pude entrar a consulta con el doctor.

- Buenos días, doctor - le dijimos Inuyasha y yo

- Buenos días, a ver. Dekiru Kagome, cierto? - me pregunto el doctor

- Si - me avergüenza un poco que me digan el apellido de Inuyasha, como mío

- Bueno, has estado vomitando, y te desmayaste.

- Si…

- Quizás no sea nada. ¿Cuándo fue tu último periodo?

- Hace 2… meses - tenía tanto tiempo sin mi periodo

- ¿Usan algún método anticonceptivo? - nos preguntó el doctor

- Usamos condones - le dijo Inuyasha

- Siempre? - nos preguntó

- Siempre, nunca lo hemos hecho sin condón - le dijo Inuyasha ya fastidiado por la situación

- Bueno mejor vamos descartando los problemas.

Me pidió recostarme en la cama y levantar mi camisa, para colocar un líquido bastante frío en mi vientre y encender una máquina.

- Esto es estupido, ella no está embarazada - le dijo Inuyasha ya un poco molesto

- Pues me temo que se equivoca, ven este bulto aquí. Me temo que ella está embarazada.

- Pero siempre usamos condon - le dije al doctor

- Aunque es un método anticonceptivo, no es 100% seguro y corren sus riesgos.

- Pero… pero… - Inuyasha estaba en shock, no podía formular palabra.

- ¿Está seguro doctor? - le pregunté esperando que dijera que podía ser otra cosa.

- Lo mejor que puedes hacer es ir con un ginecólogo, para que te dé una respuesta con exactitud.

Me hizo una cita con una doctora, y salimos de consulta, nos despedimos respetuosamente del doctor y nos fuimos. En el camino Inuyasha estuvo callado, decidimos ir a la casa. Al llegar...

- No puedo creer, que me hagas esto? - me dijo Inuyasha

- Perdona?

- Si, tanto eran tus ganas de tener hijos que lograste tu cometido

- En serio piensas que me embaracé a propósito para molestarte?

- Y porque más sería, te dije que no quería tener hijos

- Inuyasha este bebé es una sorpresa tanto para mí como para ti.

- Oh por favor Kagome te embarazaste a propósito.

- Haber dime cómo lo hice sin tu ayuda? Porque ajuro tuve que pedirte que lo hiciéramos sin condón.

- Cuando nos reconciliamos, ese día lo hicimos sin condón

- Pero me tome la pastilla de emergencia. Entonces la pastilla falló.

- Maldita sea

Inuyasha estaba muy molesto, me dejó para irse a trabajar, bueno más que nada para no verme la cara. Yo también estaba impresionada de este bebé. Consulté en internet las fallas de la pastilla, y me di cuenta que tenía que tomarla al día siguiente y me demoré una semana. Así que si fue mi culpa por olvidarlo.

La semana siguiente tenía que ir a ginecología para mi cita con el doctor Tofu. Era un señor muy amable, para mi fortuna o desgracia Inuyasha no quiso venir a consulta conmigo. Alegando que si no venía entonces no había bebé.

- Bueno se ve que está creciendo bien, debe tener 3 meses de gestación

- 3 meses? Pero mi periodo vino en mayo

- Algunas mujeres pueden menstruar durante el embarazo pero no mucho.

- Si la verdad es que me pareció raro.

- Lo que más me preocupaba era que bebieras estando embarazada, pero como ya dije no veo problemas en la gestación, el bebé parece estar bien.

- Oh dios, soy una mala madre

- Tranquila, no sabías. Pero ahora vas a tener que cuidarte. Te recomiendo que tomes algunas vitaminas y te pediré que no hagas fuerzas innecesarias.

- Gracias

- Si sigues mis indicaciones, el bebé nacerá sano en diciembre

- Diciembre?

Salí de consulta sin mucho ánimo, mi bebé nacería en diciembre, me parece un chiste. Es decir conocí a Inuyasha en diciembre, me comprometí en diciembre y ahora daré a Luz en diciembre.

Durante mucho tiempo Inuyasha me veía como si tuviera la peste, no quería este bebé, y no quería saber nada de él o ella. Así que solo me evitaba, a Sango le gustó la noticia que sería tía. Y fui a comunicarle a mi mamá que sería abuela.

- Imagino que Inuyasha estará contento con la noticia - me dijo mi mamá

- La verdad es que él no quería tener hijos. - le dije a mi mamá, con dolor en mi voz

- En serio, tiene mucho espíritu paternal

- Yo también me di cuenta de eso, pero Inuyasha no parece considerar nuestras opiniones, sólo tiene miedo, y ese miedo no le deja avanzar

- Kagome, mi niña. Estoy segura que Inuyasha amara a ese bebé

- Pero… ahora ni me habla…

- El está asustado, cuando tu papá se enteró que estaba embarazada de ti, también estaba asustado y se iba todos los días a rezar por ti.

- Mamá?

- Cada hombre reacciona de manera distinta, ante la noticia. Te prometo que el será un buen padre

Mi mamá y yo nos abrazamos, la verdad estaba asustada de todo lo que pudiera pasar, y de todo lo que pasará después, pero si algo estoy segura es que seguiré con este embarazo así sea sola. Llegue a casa, y me di cuenta que no había nadie, me sentí un poco mal de saber que ese silencio me embargaba, coloque mi mano sobre mi vientre y comencé a acariciarlo

- De verdad, que eres una sorpresa grande.

- Sabes creo que a tu papá, tiene miedo por ti

- Inuyasha será un poco bruto pero es buen hombre

- Además estoy segura que siempre te va a cuidar

Segui hablando sola durante un rato, creo que me volví loca. Aunque admito que me calmaba un poco. Subí a la habitación, y ver esa habitación vacía me hizo sentir muy sola, incluso comencé a tener frío.

Ahora que recordaba había una habitación vacía, esa quizás sería la habitación del bebé. Decidí meterme en ella y ver qué podía hacer, pero me pareció raro que la puerta estuviera cerrada. No recuerdo que estuviera cerrada cuando la limpie. Es extraño, buscaré las llaves de la casa más tarde. Ahora creo que debía hacer la cena.

Inuyasha llegó de trabajar y como ya se está haciendo costumbre me ignora y no me habla, solo me ve, luego fija su vista en mi vientre y se aparta sin decir más. Creo que será el matrimonio más corto de la historia. Sango llegó y comimos los 3 en silencio, bueno hasta que…

- Oye Kagome, y cuando nace el bebé? - me pregunto Sango

- En diciembre - le dije

- En serio, te imaginas que nazca el 25 de diciembre, vaya regalo de navidad - me dijo Sango entre alegre y soñadora

- Si. - le dije sin ánimos de seguir esa conversación por Inuyasha

- Inuyasha deberías alegrarte, vas a ser papá

Le dijo Sango a Inuyasha, pero solo provocó que se ahogara con la comida, se levantará de la mesa y se fuera.

- ¿Qué le pasa? - me pregunto sango

- Sango no sigas insistiendo a Inuyasha

- Pero él es el padre del bebé, debería ayudarte con eso.

No sabia que hacer, ni qué decir, cuando terminamos de comer, subí a la habitación y me di cuenta que Inuyasha no estaba allí, dónde estará? Recién me di cuenta que la habitación vacía tenía ruidos en su interior, intenté abrirla pero seguía cerrada.

- Inuyasha estás allí?

Pregunté pero no obtuve respuesta. Acaso él planeaba mudarse de habitación? Bueno quizás yo deba cuidar de mi bebe sola.

Pasaron los meses, ya estamos en noviembre, y en mi vientre ya se sabe que hay un bebé. Ya no me falta nada para dar a luz, Inuyasha sigue sin hablarme, y ahora se duerme en la habitación de al lado. Estoy sola en la cama, tuve que comprarme una almohada para el embarazo, tenía que comprar una cuna pero no quería ir sola. Así que le pedí ayuda a mi mamá para que fuera conmigo. Sin embargo ella decía estar muy ocupada en otras cosas, creo que el bebé dormirá conmigo los primeros días, no puedo salir mucho y me obligaron a tener la mayor cantidad de reposo posible. Así que tuve que meter permiso médico en el trabajo, Sango sale casi todos los días, con Miroku, o con Rin, y sino está practicando su cocina para la universidad.

Ding Dong…

Sonó el timbre de la casa, últimamente Inuyasha ha estado comprando muchas cosas, envueltas, la única vez que rompió su ley del hielo y solo para decirme que no las vea y las dejé en la puerta de entrada.

Pero cuando abrí la puerta esta vez, vi a un hombre sin el uniforme de repartidor y tampoco se ve que tuviera un paquete, solo lo veía con una maleta de viaje.

Era un hombre alto, estaba cubierto con una gabardina, hace frío pero no a tal grado de taparse tanto. Además su sombrero no me deja verle la cara.

- Buenas tardes - me dijo ese extraño hombre

- Buenas tardes, necesita algo? - le pregunté un poco extrañada, tenía una voz muy ronca.

- Yo, em… quería saber, si estaba… bueno… perdone la molestia.

- Tranquilo, no hay problema

- Podría molestarla con un vaso de agua, por favor?

- Claro, espere aquí.

Le cerré la puerta de la entrada, no voy a invitar a un desconocido a mi casa, Inuyasha dirá que estoy tonta pero no soy loca. Le serví un vaso de agua. Al salir lo vi sentado en las escaleras, se veía que estaba acalorado, pero me pareció un abuso decirle que se quite la gabardina.

- Tenga - le di el agua

- Gracias - fue su respuesta.

- ¿Buscas a alguien en particular?

- Buscaba algo que ya no está, esperando el perdón - fue lo que dijo antes de tomar el agua

- Quizás pueda preguntarle a los vecinos, si saben Algo

- ¿Se mudaron aquí hace poco? - me pregunto el hombre

- Si nos mudamos acá este año, es un bonito vecindario para vivir y tener hijos

- ¿Cuándo nace el bebé?

- En diciembre, no me han dicho fecha exacta. Y tampoco quiero saber el sexo del bebé

- Quieres que sea sorpresa

- Si, aunque tengo el presentimiento que es niña

- Una niña? Eh… - me dijo el hombre suspirando

- ¿Usted tiene hijos?

- 2, bueno tenía 2. - eso no sonó bien

- Oh, perdone.

- No importa, lo que más quería era conocer a mi hijos - espera que no están muertos?

- Conocerlos?

- Quería pedirles perdón, por todo lo que hice

- No lo entiendo. Sus hijos están vivos?

- Bueno, no sé si están vivos o no. Los abandoné cuando eran muy niños.

- Oh… ¿y querías buscarlos ahora? ¿Por qué?

- Ya no me queda mucho tiempo. Solo quería irme sin ningún arrepentimiento. Aunque dudó que me perdonen

- Que triste… pienso que…

- Kagome!

Me gritó Inuyasha llegando a casa, y encontrándome en las escaleras de la entrada sentada con un desconocido.

- ¿Qué haces aquí? Entra a la casa - me dijo Inuyasha gritándome, no me ha hablado en varios meses y ahora me grita.

- ¿Quién crees que eres para gritarme!?

- Kagome, has caso y entra a la casa

- ¿Por qué? Inuyasha dime...

Inuyasha y yo comenzamos a discutir, y el señor se levantó, y miraba a Inuyasha directo a la cara.

- ¿Qué quieres? - le decía Inuyasha, al señor con desprecio.

- Inuyasha? - le preguntó ese hombre.

- ¿Lo conoces? Inuyasha - le pregunté a Inuyasha

- Kagome, ve a casa - Inuyasha no me miraba, Solo se puso entre ese hombre y yo

- Inuyasha...

- Ella es tu esposa? - le dijo ese hombre a Inuyasha

- Maldito, ni te atrevas a tocarla.

Inuyasha se separó de mi, y tomo a ese hombre entre las solapas del abrigo, y lo levanto. Fue allí cuando su sombrero calló que pude verle la cara, era igual a Inuyasha, tenía sus mismos ojos, la forma de su cara, solo que más viejo. Es el padre de Inuyasha y Sango.

- Maldito, llamaré a la policía. - le dijo Inuyasha

- Escúchame, solo escúchame - le dijo el padre de Inuyasha

- No voy a escuchar nada de lo que tú digas… Kagome llama a la policía - me dijo inuyasha

- No, yo ya me voy… - dijo el padre de Inuyasha

- Igual llamaré a la policía, no te quiero cerca de mi casa o de mi familia.

- Esta bien

El padre de Inuyasha se fue, en cuando cruzó la calle, Inuyasha volteo su mirada y me veía de arriba para abajo, me dio vuelta y tocó mi vientre, es la primera vez que Inuyasha toca mi vientre de embarazada.

- ¿No te hizo nada? - me dijo Inuyasha preocupado

- No, tranquilo

- Tonta, tu mamá nunca te dijo que no le abrieras a los extraños. Podía haberte hecho daño! - ahora vuelve a gritarme

- Pensé que solo querías deshacerte de mí - le dije con desdén.

- Maldita sea Kagome, no estoy para discutir ahora. Si algo te pasaba yo…

- Tu…? - fue eterno, esa respuesta que quería y nunca llegó

- Vamos a dentro

- Si - le dije sin ánimos - por cierto tienes unas cajas en la entrada.

- Gracias, me las llevaré.

- Puedo preguntarte qué tanto haces en esa habitación? - quería saber que hacia

- Avísame cuando esté la cena

Volvió a encerrarse en la habitación, y yo solo me fui a la cocina, no tenía ánimos de cocinar. No tenía ánimos de seguir encerrada en esa casa, no tenía ánimos de seguir así con Inuyasha. Me metí en la habitación, y sin quererlo me dormí en la cama, cuando desperté ya era de noche. Al bajar a la sala me di cuenta que Sango posiblemente llegó e hizo la cena. Me serví un poco en un plato y como sola en la mesa, no me sentía bien, y sin darme cuenta estaba llorando mientras comía, no me sentía bien, ya no quería seguir así.

- Kagome… - Inuyasha me vio al entrar en el comedor, trate de limpiarme rápido pero es obvio que me vio llorar

- ¿Qué quieres? - trate de sonar lo más molesta que podía

- Kagome, se que no has estado bien, sé que no hemos estado bien. Yo quería… realmente quiero hacerme a la idea de lo que es ser un padre. Kagome mírame no tuve un buen ejemplo

- No necesito que me des explicaciones

- No, pero quiero que sepas que quiero hacerme a la idea que tú y yo, vamos a tener… un bebé.

Le costó mucho decir esa palabra, realmente tendré que criar este bebé sola, supongo que el divorcio es inevitable en estas situaciones.

- Kagome, yo…

- No me digas más, ya has dicho suficiente.

Recogí el plato, y aún sin terminar de comer bote el contenido y me fui a mi habitación, bueno posiblemente dejará de ser mi habitación, cuando el bebé nazca me iré a casa de mi madre, ya estaba decidido.

Volví a la habitación, busque la maleta, y trate de comenzar a empacar mis cosas, era difícil por mi estado, además no he estado en el mejor de los ánimos, por lo que mi embarazo a presentado problemas, aunque me dicen que el bebé está sano, me dicen que puedo correr riesgos con el, debido a la depresión. Sigo empacando mi maleta.

Quizás solo estoy apresurando las cosas? No, Inuyasha no me habla desde hace meses, y cuando por fin rompió su ley del hielo fue para gritarme, pero en ese caso porque dijo su familia? Oh claro, Sango y el. Esa es su familia.

Cada vez que pasa algo, cada vez que me encierro en mi cabeza me siento tan triste. Acaso soy tan mala persona? O simplemente no puedo ser feliz? El mundo por cada pizca de felicidad, me ahoga en un mar de dolor. No, no. Solo estoy exagerando, no todo es malo. Mi bebé estará conmigo, mi bebé tendrá una buena vida, mi bebé nunca será infeliz.

Alguien toca mi puerta… rápidamente escondí mi maleta

- Adelante - le dije para que entrara

- Hola - era Sango

- Hola - le respondí

- Cómo está la futura mamá?

- Bien, el bebé está bien, crece fuerte

- ¿Y la mamá?

- Ella… está bien

- Kagome, has estado muy deprimida, y eso no es bueno para el bebé

- El bebé está bien no te preocupes

- Kagome

- En serio, voy a mi cita médica cada 15 días. Créeme son más de las que necesita

- Te pidieron ir tanto porque tu embarazo no está bien, y lo sabes pero no quieres decirme.

- Sango… el bebé está bien. Además trato de... no estar tan mal.

- Kagome… acaso tú eh Inuyasha tienen algún problema?

- Ninguno, es un problema entre él y yo, además… te prometo que el cuando nazca el bebé, vas a ser su tía favorita

- Soy su única tía, tu hermano es varón

- Entonces confía en mí.

Sango no quiso seguir hablando, sabía que la discusión no llegaría a ningún lado. Salió de la habitación y como ya es costumbre, yo me dormí sola.

A media noche me desperté sin querer, y fue allí cuando pude verlo, Inuyasha estaba sentado en la cama dándome la espalda, pero él estaba hablando con el bebé? Claro que estaba hablando en voz baja.

- En fin… eso fue lo que hice hoy… quería que supieras, que me estoy esforzando. Realmente lo intento pero no puedo verte. Quiero tocarte, ya sabes por lo que dijo el doctor Tofú y me gustaría que me entendieras. Bueno nos vemos.

Fingí seguir dormida hasta que Inuyasha salió de la habitación, Inuyasha dijo que ha estado hablando con el doctor Tofu? Acaso será otro doctor con el mismo apellido? No, tiene que ser el mismo. Mañana llamaré al doctor y le preguntaré.

Cuando Inuyasha y Sango se fueron, volví a quedarme sola. Sin embargo, esta vez decidí salir y ver al doctor Tofu. Así que me fui al hospital. Al llegar y hablar con la secretaria me hizo pasar a su consulta, el doctor llegó corriendo asustado.

- ¿Ocurrió algo señora Dekiru? - creo que mi embarazo es más riesgoso de lo que pensé

- No, el bebé está bien - le dije para tratar de calmarlo

- Segura, vino a consulta por algo? - creo que no lo pensé bien

- Bueno, verá… - no sé cómo iniciar el tema.

- Señora Dekiru, si hay algo por favor házmelo saber, no por usted, por su bebé.

- Yo… quería saber si Inuyasha… quiero decir Makoto, mi esposo ha estado hablando con usted?

- Así que aún sigue sin hablarte - entonces si a hablado con el

- Puedo saber sobre que? - parezco una niña regañada, esperando que no me descubran

- Verás señora Dekiru…

- Kagome, dígame Kagome

- Kagome, verás los hombres son diferentes, los hombres no suelen sentir amor por sus hijos sino hasta después de nacer, tu esposo ha venido a mi consulta, cada mes después de ti, para conocer tu progreso, me pidió ayuda para saber qué era lo mejor para ti.

- Ah?

- También me ha preguntado, sobre qué hacer cuando un bebé nace, también le dije que buscara hacer un proyecto que lo uniera a ti. Me dijo que estaba haciendo la habitación del bebe.

La habitación del bebé? Entonces Inuyasha ha estado haciendo la habitación del bebé.

- También le dije que intentara hablar con el bebé para que se acostumbrara a su voz

Inuyasha ha estado hablando con el bebé mientras yo duermo.

- Y que hablará contigo, ya que la depresión que tienes es lo que está poniendo en riesgo a tu bebé

Inuyasha no ha hablado conmigo, es lo único que le falta, porque no me quiere hablar? Creo que será bueno que yo sea quien dé el primer paso.

Le agradecí al doctor por la charla, me dio un vistazo rápido y me dijo que el bebé nacería para diciembre posiblemente para el 25, vaya regalo de navidad.

Volví a casa, y en la esquina estaba él, el padre de Inuyasha, me pone un poco nerviosa que esté cerca, pero también le tengo un poco de lástima. Le compré una bebida caliente, se la di en las manos sin decir nada y volví a casa.

Dentro de la casa, me puse frente a la puerta de la habitación que ha estado cerrada desde que Inuyasha se metió allí. Estaba cerrada, acaso Inuyasha planeaba darme una sorpresa? Y yo la arruine, pero la verdad me gustaría. Que me tratará con un poco más de cariño a mi, yo también tengo necesidades, tanto sentimentales como físicas que me muestren amor y cariño.

Ya estamos en diciembre, el bebé está cerca de nacer, Inuyasha sigue sin hablarme. Sin embargo ahora me doy cuenta que Inuyasha siempre me ve por encima del hombro, y a veces lo veo abrir la boca para decirme algo pero la cierra sin decir nada, acaso nunca me di cuenta de esos detalles antes o nunca estuvieron allí? Es difícil saberlo. Tengo que confrontarlo esta noche, ya no lo soporto más, será esta noche.

Le pedí a Sango que no viniera a casa hasta el día siguiente, a pesar de su preocupación, le pedí que confiara en mí, y no viniera.

En la tarde comencé a preparar la cena, y también prepare un postre para Inuyasha, luego de comer quería preguntarle qué íbamos a hacer con el bebé, ya no aguantaba esta vida, y si me decía que no lo podía aceptar entonces ya tengo mi maleta preparada.

Inuyasha tiene una hora de retraso, acaso hay mucha gente en la tienda y le pidieron hacer horas extras? La comida ya está fría, sin embargo puedo calentarla. 3 horas tarde, acaso Sango le dijo que quería estar sola con él? Y eso provocó que se acobardara? Mire el reloj desde la mesa del comedor, ya pronto serían las 12am, creo que es obvio su respuesta hacia mi.

Me levanté de la mesa, guarde toda la comida, tome mi maleta, y salí por la puerta principal, camine un rato por la calle, hasta que.

- No deberías salir tan tarde - me habló el padre de Inuyasha

- Ya no importa, me voy a mi casa

- Creí que tú casa era esa - se refería al lugar donde salí

- Esa ya no es mi casa - y seguí caminando

- ¿Puedo acompañarla?

- Haga lo que quiera, la calle es libre - y seguí caminando, pero el sonido de su estómago hizo detener mi paso

- ¿Podemos comer algo?

- ¿Quiere comer conmigo?

- No veo a nadie más haciendo fila

- Supongo que está bien

Bueno al parecer un asesino me invitó a comer y yo acepté. Llegamos a un puesto que estaba en la calle, nos sentamos y el padre de Inuyasha pidió dos platos, y comenzamos a comer.

- ¿Viene aquí a menudo? - le pregunté para romper el silencio.

- Si, vengo todos los días, desde que lo descubrí

- ¿Por qué volvió? - se que es una pregunta delicada, pero quiero saber la respuesta

- Te contaré mi historia, cuando estemos solos.

Terminamos de comer, y nos sentamos en un parque, donde estábamos rodeados de árboles y la noche oscura, lo único que podíamos ver era los lugares donde la luz de faro nos iluminaba. En cierto modo creo que debería tener miedo de estar con un asesino, en la noche, sola.

- Yo, cometí errores en mi vida, uno tras otro.

Comenzó su relato, le di mi total atención.

- Cuando Izayoi quedó embarazada de Makoto, la golpee, para evitar que diera a luz, aún así Makoto nació sano, aún desconozco cómo lo hizo, creo que él siempre tuvo ganas de vivir. Se lo dimos a su abuela, a mi suegra. Para que ella lo cuidara, no queríamos un niño que nos jodiera la juventud y la libertad, vendí a mi amada Izayoi varias veces por alcohol y droga, a ella no le importaba debido a lo drogada que estaba, pero recuerdo que a veces ella me preguntaba por Makoto, yo me enfadaba y la golpeaba para que lo olvidará, luego de varios años, y varios abortos que tuvo. Tuvo otro bebé, esta vez una niña. Nuevamente no quería ese bebé, pero aún cuando ella me decía que me dejaría, para estar con ellos la golpeaba para que entendiera que debía estar conmigo y solo conmigo.

Es una historia muy cruel, y despiadada.

- Lo admito era celoso, muy celoso. Pensar en compartirla hacía que se revolvieron las tripas, y sin embargo la vendía para pagar nuestro vicio. Es irónico no? Con el tiempo nos quedamos sin opciones donde quedarnos y el dinero se nos hacía cada vez más escaso, fuimos a pedirle dinero a la vieja, bueno Kaede era el nombre de mi suegra. Aquel día ella le dijo a Izayoi que se internara y que quería recuperarla. Yo estaba afuera. Cuando la vieja se golpeó y cayó. Tomamos su bolso y salimos de allí, no queríamos que nos culparan por su muerte, aunque después nos enteramos que vivió y murió varios años después.

Fue el día que llegó Sango, su historia cuadra con la versión que me dio Inuyasha.

- Llegamos a esa casa y lo primero que hicimos fue buscar dinero o cosas de valor, y las cambiamos por droga, casi no veía a Makoto o Sango, se que él siempre se la llevaba a algún lado, no me importaba, solo quería disfrutar de la droga y mi mujer. Sin darme cuenta Inuyasha creció cada vez más y más. Hasta que me llegó en tamaño, fue cuando descubrí que tenía dinero guardado. Lo golpee ese día, recuerdo a una niña llorando cuando la iba a golpear para que se callara, recuerdo que Makoto la tomó en brazos y se fue mientras Izayoi me sostenía para protegerlos, eso provocó que me enfadara aún más. Comencé a golpearla, una y otra y otra vez. Cuando me di cuenta ya no se movía, siquiera la reconocía, ya no tenía cara. Salí de la casa aún enojado, los vecinos me vieron lleno de sangre y por los gritos habían llamado a la policía, en ese momento llegó una patrulla, y yo solo pensé en correr, y lo hice me fui. Corrí tan rápido que salí de la capital, cuando me di cuenta ya era de noche, y aún así seguí sin parar.

- ¿Qué hiciste todos estos años?

- Llegué a un pueblo donde no había muchos pobladores, allí las noticias de la capital no llegaban, así que ninguno sabía nada de mí. Comencé a trabajar en el campo. durante los primeros años fueron difíciles, tenía pesadillas todas las noches sobre Izayoi, sobre los niños, incluso sobre mi muerte. Como era un pueblo pequeño no había quien consumiera droga así que la abstinencia fue obligatoria. Incluso casi pensé que moría por no tenerla en mi cuerpo. Cuando pasaron 5 años, comencé a ir a terapia, no había adictos pero había alcohólicos y me metí con ellos. Creyendo que me ayudarían a superar mi problema. Hace un año fui al médico por un dolor y me encontraron cáncer de pulmón. El doctor se dio cuenta que fue culpa de mi consumo lo que provocó ese deterioro en mi cuerpo. Me dijo que me quedaba un Max de 2 años, a menos que consiga un pulmón nuevo, pero la verdad no quiero vivir más, solo quiero pedirle perdón a Izayoi, y quiero pedirle perdón a Makoto y Sango. Sé que soy la peor persona del mundo y que no merezco que me perdonen por todas las cosas que hice pero sabes quiero al menos a mi nieto.

Se sacó algo del abrigo, un sobre y me lo dio, Cuando lo revisé tenía dinero adentro, mucho dinero.

- Se que con esto no puedo exigir perdón pero al menos quiero intentarlo. Pude reunir un poco de dinero durante este tiempo. Aún me queda otro sobre. Y me gustaría dárselo a Sango, la he visto esta semana, pero me acobardo cada vez que la veo. No logró ganar el valor de hablarle y decirle que quiero que sea feliz.

- Quizás Sango no pueda perdonarte por lo que hiciste pero definitivamente Sango es lo suficientemente buena para al menos escuchar tu historia.

- ¿Qué hay de ti? ¿Por qué decidiste salir de esa casa tan tarde?

- Inuyasha no quiere tener hijos, por miedo a ser igual que tú.

- Lo siento, todo es mi culpa.

- Inuyasha, es quien debe decidir si superar sus miedos infantiles y crecer, no digo que sea fácil y realmente estaba dispuesta a superarlos con el. Pero, él se retiene y tiene miedo de dejarlos ir.

- Inuyasha? Vaya nombre... me gusta

Nos quedamos un tiempo allí, sin hablar, para mí no era incómodo ese silencio, me ayudó un poco a pensar… bueno a recordar, el día en que Inuyasha y yo nos conocimos, cuando salvó a Ayumi, cuando volví a verlo en la preparatoria, nuestras peleas infantiles, nuestra primera vez, la primera y única vez que afirmó amarme. Me dolía recordar esas cosas, me hacía ver que era el fin de una relación. Era el fin de nosotros dos.

- ¿Por qué lloras?

- Es que estaba recordando los buenos momentos que tuve con Inuyasha.

- Y por qué lloras, entonces? Si son buenos momentos

- Es que los veo tan lejanos, y siento que ya no volveré a tener uno de esos. No quiero terminar con Inuyasha, no quiero perderlo.

El solo me daba palmadas en la espalda, estaba incómodo y no sabía qué hacer, y yo tampoco podía parar, quiero parar ya no aguanto más. Quiero ver a Inuyasha, quiero que esté conmigo… Inuyasha quiero verte

- Kagome!

Esa voz es de Inuyasha, al levantar mi mirada, lo pude ver corriendo hacia mi dirección, yo también me levanté y fui en su encuentro. Ambos nos abrazamos, estaba desesperada. Fue un momento donde ambos nos dimos el consuelo que necesitábamos.

- Tu maldito, te dije que te alejaras de mi familia.

Inuyasha soltó nuestro abrazo y fue directo a su padre a golpearlo.

- ¿Qué le hiciste a mi mujer? ¿Por qué está llorando? Maldito que le hiciste?

Inuyasha y su padre estaban peleando, bueno en realidad Inuyasha lo estaba golpeando el no se defendía. Así que trate de detenerlo.

- Inuyasha, por favor detente! Inuyasha!

Era imposible no me escucha, solo lo golpea. Trate de tomar sus manos pero me era imposible detenerlo, y sin quererlo perdí el equilibrio y caí en el suelo de rodillas, pero sentí como algo me recorría las piernas, al Fijar mi mirada, me di cuenta que estaba sangrando.

- Inuyasha ayudame

Mi voz estaba muy apagada, casi ni yo misma me escuché, pero Inuyasha pareció escucharme y al verme llena de sangre, soltó a su padre y vino en mi dirección.

- Kagome, Kagome. Mi Kagome, no...

Estaba asustado, Inuyasha se veía muy asustado.

- Inuyasha, por favor. Ayudame

- Kagome...

Me levanto en sus brazos y comenzó a correr, tenía mucho miedo, y siendo un dolor inmenso debajo de mi vientre, acaso estoy dando a luz? No, no siento que sea eso. Tengo miedo por mi bebé. Perdí el conocimiento.

Al despertar me doy cuenta que estoy en una habitación blanca de hospital, Me doy cuenta que estoy conectada a una máquina, y me restan dando suero vía intravenosa, tengo miedo de mirar más abajo y que ya no esté allí. Pero debo saberlo tengo que llevar mi mano hasta mi barriga y sentirla. Pero mi mano libre no la pude mover, algo me lo impedía. Cuando voltee para ver qué era, me di cuenta que Inuyasha estaba dormido encima de mi mano. Pero el movimiento y la necesidad de tocar mi vientre me impulsaron a mover mi mano, lo que provocó que Inuyasha despertara y me viera.

- Kagome, estás bien? ¿Cómo te sientes?

- El bebé? Quiero tocar al bebé…

- Kagome…

Le pedía a Inuyasha mi mano, para poder tocar mi vientre, él la soltó. Y cuando toque mi estómago, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin parar.

- Kagome, el bebé aún está allí. ¿Por qué lloras?

- Temía haberlo perdido.

- Kagome, perdóname. Te deje sola y el aprovecho de hacerte daño

- Que?

- Mi padre, el te iba a hacer daño.

- No, Inuyasha. El único que me a lastimado todo este tiempo fuiste tu

- Que?

- Me abandonaste apenas me embaracé, me heriste por no querer a este bebé. Me rompiste el corazón al no hablarme, me mataste al no volver a casa.

- Kagome…

- Por favor, ya no me lastimes más…

- Kagome

- Tu padre solo me pidió que escuchará su historia, Me Contó tu historia, solo que desde su punto de vista, él realmente está arrepentido de lo que hizo. Y quería pedirles perdón a ustedes. Sé que sus acciones no tienen perdón pero al menos deberías escuchar su historia.

- Kagome…

- Inuyasha, te amo y siempre voy a amarte. Pero es obvio que no deseas tener esta vida.

- Kagome, no me digas esto. No te despidas. Se que fui un idiota, se que te heri estos meses, por mi miedo pero te prometo que todo será diferente, estuve hablando con el doctor Tofu, me dio indicaciones sobre cómo pedirte perdón pero siempre que te veía, escuchaba como el me decía que estabas sufriendo de depresión por mi culpa, cada vez me sentí más y más culpable y comencé a odiarme por eso, me odie por hacerte sufrir y no saber cómo pararlo.

- Solo tenías que decir "hola"

- Hola?

- Si, solo tenías que decir hola… - tardó un momento en procesar la palabra

- Hola…

- Hola, estás bien?

- Eso deberías preguntarlo yo…

- Pregúntame entonces…

- Kagome, estás bien?

- Si, lo estoy ahora que estás aquí.

- Me perdonas por ser un idiota?

- Si, eres el idiota del que me enamore.

Supongo que eso arregló las cosas por el momento, Inuyasha se levantó de la silla y me beso, nuestro primer beso en meses, está tan contenta que creo que me podía levantar de la cama y hacer el amor con él, o correr una maratón, pero hacer el amor suena mejor.

- Quisiera hacerte el amor ahora - me dijo Inuyasha, y yo me reí

- Tonto, me leíste el pensamiento.

- Kagome, no quiero perderte.

No sabia que decirle, solo coloque mi mano en su mejilla y lo acaricie mientras el la tomo con su mano, la olía y besaba. Era la primera vez en tanto tiempo que me sentía amada, que me sentía deseada. Sentí que podía darle una última oportunidad, el será un idiota pero es mi idiota y lo amo.

- ¿Dónde está tu padre?

- En la cárcel, me siguió hasta el hospital cuando estaba inconsciente, les dije a las enfermeras que llamarán a la policía antes de que yo lo matará, llegó la policía y se lo llevaron.

- Ya veo.

- No me digas que no debí hacerlo

- No, fue lo mejor que pudiste hacer… igual me siento algo triste por él.

- Kagome… eres demasiado buena - Alguien tocó la puerta, y entró el doctor Tofu.

- Veo que ya despertaste - me dijo el doctor Tofu

- Buenos días - le dijimos Inuyasha y yo al unísono

- Bueno vamos a ver, el bebé está bien, tuvimos que sedarte para relajar tu cuerpo, sin embargo estarás aquí internada hasta que des a luz a este bebé.

- Pero la bebé está bien, ¿verdad? - le pregunto Inuyasha

- Si, la bebe…

- La? ¿Es una niña? - no quería saber el sexo hasta que naciera

- Eh… - Inuyasha se dio cuenta de su error, y el doctor Tofu se dio cuenta tarde

- Voy a tener una niña? - no puedo ocultar mi emoción de saber que es niña

- Perdona no querías saber hasta después de nacer la niña - se disculpó el doctor Tofu

- No, yo fui quién dijo "la bebé" - fue Inuyasha quien pidió disculpas ahora

- Una niña… - toque mi vientre soñando con ella

- Bueno la bebé está bien, por suerte sin embargo se ha roto un poco la placenta donde está ella, necesitarás reposo absoluto aquí hasta que ella nazca, está bien?

- Si, lo entiendo.- le dije al doctor

- Bien, me retiro. Vendré a verte antes que acabe mi turno - me dijo el doctor antes de irse.

- Kagome, yo…

- Si, se que también debe irte a trabajar

- Vendré a verte apenas salga de trabajar y le diré a Sango para que venga también.

- Te amo Inuyasha, y me alegro que estemos juntos otra vez. Pero no vuelvas a irte no me dejes otra vez

- No Kagome, no volveré a dejarte nunca.

Las semanas de diciembre pasaron, aunque me aburría de estar en cama todo el día. Mis amigas, mi mamá, sota, mi abuelo, incluso Sango han venido a hacerme compañía, le conté lo de su padre y su historia. Me dijo que a espaldas de Inuyasha tratará de reunirse con él, ya que deseaba conocerlo y ver que clase de hombre era.

Veo que Sango realmente trata de ver su pasado para poder enfrentarlo, ella realmente desea dejar todos esos traumas atrás y poder tener una mejor vida, poder tener un mejor futuro, y me ha dicho que Miroku ha sido paciente con ella. Solo espero que todo salga bien.

Inuyasha también ha venido todos los días, aunque desea quedarse a dormir conmigo el hospital tiene reglas sobre las horas de visita. Así que después de un largo beso nos despedimos. Pero siempre es puntual al venir a verme.

Hoy es 24 de diciembre, me desperté con un poco de dolor pero algo normal, ya que estoy cansada de estar siempre acostada, bueno mañana sería el día en que debería dar a luz a la bebé. Mi niña hermosa pronto te tendré en mis brazos. Pero los dolores no parecen detenerse.

- Hola, buenos días ¿Estás bien? - me pregunto el doctor Tofu apenas entró en la habitación

- Si, solo duele un poco.

- ¿Dolor? Donde sientes el dolor?

Le indiqué dónde me dolía, que era entre mis piernas, para revisarme.

- Estás dilatando, entraste en labor de parto

- Que? Pero daría a luz mañana

- Creo que ella quiere salir hoy.

- Por favor, quiero a Inuyasha, no quiero estar sola.

- Lo llamaré para que venga, el dolor del parto posiblemente venga en unas horas, y necesitarás todo el apoyo posible.

- Gracias doctor

Salió de la habitación, no pude evitar entrar en pánico iba a tener a mi bebé ahora, iba a conocer a mi bebé antes de tiempo. Inuyasha quiero que Inuyasha esté aquí conmigo, tengo miedo de enfrentar esto sola.

El doctor tenía razón en una pocas horas comenzó a darme dolores insoportables, dolores con los que comencé a llorar, no quería estar sola. Mi madre llegó de primera a tomar mi mano y darme apoyo, el dolor era cada vez más mayor, cuando Inuyasha llegó casi lloré de alegría sino fuera por el hecho que ya estaba llorando de dolor. Inuyasha sujetaba mi mano mientras me pedía respirar para estar bien, no soportaba el dolor.

- Vamos a tener que hacer cesárea, la madre está muy débil para dar a luz de forma natural, además la bebé posiblemente no lo soporte. - me dijo el doctor

- Haga la cesaría, salve a la niña de ser necesario - le dije desesperada.

- Hay que llevarte a la sala de partos - me llevaron a ese lugar.

Las enfermeras, me colocaron la epidural, y comenzaron a cortarme, me colocaron una pequeña cortina en el pecho para no ver lo que pasa abajo, tenia miedo por mi bebé, mi hermosa niña que pronto conocería, una niña nacida de Inuyasha y yo, una niña que proviene de dos mundo distintos, una niña nacida con amor. Solo podía pensar en su nombre, quería un nombre que representará ambos mundos.

Después de horas, por fin tuve a mi bebé en brazos, una niña, una hermosa niña. Solo podía llorar de alegría de una inmensa alegría de tener a mi bebé en brazos, la amo, me enamore de ella, apenas supe que iba a tenerla ya estaba enamorada de ella.

- Es hermosa - me dijo Inuyasha.

- Si… quieres cargar a tu hija?

- Mi hija…

Era como si aún no se creía esas palabras, pero puedo ver a mi bebé en brazos de su padre y puedo verlo en sus ojos, puedo ver que la ama

- Mi niña, mi hermosa niña… te prometo que te amaré, por siempre y nunca dejare que nada malo te pase, eres lo más importante en mi vida - Inuyasha continuaba expresándole palabras de amor y afecto, como nunca antes pensé que lo haría.

- Creo que me pondré celosa de ella.

- Gracias, por darme este regalo Kagome, es hermosa.

- Aún no es navidad.

- No importa, la amo de igual forma, no podría pedir nada más para este día. La amo, y a ti también

- Gracias, yo también te amo Inuyasha. - fue allí cuando nos besamos, pero Inuyasha interrumpió el beso

- Moroha…

- Que?

- ¿Qué te parece Moroha?

- Moroha?

- Si, lo estuve pensando, ella nació de dos mundos, un mundo donde tuvo una vida llena de luz que eres tú, y un mundo donde tuvo mucha oscuridad que fui yo. Ella nació de la unión de nuestros mundos, ella será poderosa, no será intimidada por nadie, será tenaz y valiente como su madre, y yo seré su fortaleza. Será una espada de doble filo que sepa atacar por delante en la vida para triunfar en ella.

- Moroha, creo que es un nombre perfecto para ella.

- Gracias Kagome, por darme este hermoso regalo.

- Feliz navidad, Inuyasha

- Feliz navidad Kagome, mi Kagome

Después de varios días en el hospital por fin me dieron de alta, al llegar a casa me lleve una sorpresa enorme al ver que la habitación donde Inuyasha estaba encerrado estaba hecha para la bebé, estaba pintado un bosque de colores pastel que iban desde café, rojo y verde.

- ¿Por qué esta secuencia de colores?

- El verde, por el vestido que tenías cuando te conocí, el rojo fue por la pasión desenfrenada que siento por ti, y el café por tus ojos, ese café que me vuelve loco, del cual espero que nuestra hija no tenga esos ojos porque sino tendría que darle cualquier cosa que me pida, y créeme que si me pide robar un banco, lo juro por Dios que por esos ojos lo hago.

- Es hermoso Inuyasha.

Se que ahora todo estará mejor, se que ahora todos seremos felices.


Hasta aca la historia, espero les gustara. perdon si tuve algun error ortográfico, creo que me falto un epílogo. lo sacare si me inspiro un poco en hacerlo, que tengan un buen dia.
Los personajes no son míos son creación de Rumiko Takahashi solo la historia me pertenece