Percy y Annabeth iban con Nico y Grover por el laberinto y Rachel los guiaba todavía estaban recuperándose de la pérdida de Luke poseído por Cronos Annabeth estaba muy callada después de perder a su amigo.

Dédalo y la señorita O'Leary se quedaron luchando contra Minos y sus fuerzas.

Grover encontró a Pan pero estaba a punto de morir allí rodeado de animales extintos y parpadeando les dio su bendición a cada uno y se detuvo en Percy.

Una gran tristeza habitaba en los ojos azules de Pan, Percy no entendía por qué le dirigía esa mirada pero algo en su interior se revolvió, pero lo ignoró felizmente.

Pan le colocó la mano sobre la cabeza—Joven aún tienes que enfrentarte a tu mayor prueba, enfrentarás mucho dolor y un viejo pasado de hace mucho que debe resolverse por fin y algunas heridas cicatricen, eres fuerte Perseo aférrate a tus amigos y familia—

Lo miró sin entender y los demás estaban igual de confundidos, en ese momento Pan empezó a desvanecerse y su espíritu entró en cada uno dando su voluntad.

Todos dejaron el lugar tristes y Percy con preguntas ¿de que pasado hablaba? ¿tendría que ver con sus sueños?

Después de dejar a Rachel en la ciudad corren al campamento donde ya estaban atacando las fuerzas de Cronos Grover sorprendió a todos emitiendo un grito aterrador que hace batir en retirada a los monstruos y con el sacrificio de Dédalo el laberinto se destruye.

Briares va con Tyson al reino de Poseidón donde ayudará a los cíclopes.

Los dioses menores muchos de ellos como Hécate, Némesis o Jano estaban del lado de Cronos los del consejo de sabios no aceptaron la muerte de Pan Pero Grover estaba decidido a proteger los rincones salvajes que hubiera ayudado de los que le creyeron.

Poco antes de volver a casa para celebrar su cumpleaños encuentra a un hombre observando el mar en la playa, su atuendo era poco habitual allí un abrigo oscuro y llevaba gafas de sol sobre un traje elegante.

Percy sintió un poder que emanaba del hombre y supo que era un dios.

Y no era un dios cualquiera era el mismo que rondaba sus sueños y pesadillas cuando atormentaba a esa pobre chica pero también en momentos más dulces cuando ambos se amaban.

El dios se tensó cuando vio al hijo de Poseidón, había oído hablar de mucho de él por sus hermanos y sentía curiosidad y ahora que estaba delante de él no sabía como reaccionar.

Se parece a Epi. Se quitó las gafas de sol para verlo mejor.

Percy estaba incrédulo, Claus tenía ojeras y sus ojos eran ahora de un oscuro opaco, estaba más pálido y había en él un aura de melancolía y cansancio. Apenas se parecía en nada al dios con el que soñó.

—¿Tú eres Perseo Jackson? mis hermanos me hablaron de ti, debo decir que es de las pocas veces que oigo a mi hermana hablar bien de un hombre—le dio una sonrisa cansada.

—Esto gracias ella es muy amable y su hermano Apolo...—a ver como lo decía sin sonar a ofensa.

Claus se rio—No te preocupes sé muy bien lo difícil que es sobrellevar a mi hermano—

En ese momento sonó la caracola dando el comienzo en unos momentos de la captura de la bandera.

—Bueno mejor me voy gracias señor Claus—

—Gracias a ti hacía tiempo que no me divertía de ese modo y disfrutaba de una charla y espera toma—

Le entregó un frasquito de cristal que contenía oscuridad y luces a Percy le pareció hermoso.

—Es un pedazo de la noche y las luces del cielo del norte cuando estés en apuros destápalo créeme te ayudará—

Percy miró el frasco y lo guardó.

—Gracias—

El dios asintió y vio como el chico volvía al campamento desde la playa de repente sintió que lo agarraban fuertemente del cuello y le propinaban un golpe rompiéndole la nariz, el icor se derramó por su cara.

Delante de él apuntándolo con su tridente al cuello y mirándolo como si quisiera atravesarle la boca con su tridente estaba Poseidón, el normalmente alegre y relajado dios de los mares miraba con odio a Claus sus ojos se habían oscurecido al mismo tiempo que los mares se revolvían y el cielo se llenaba de nubes de tormenta.

—Hola tío Poseidón—

—No me llames tío dejé de considerarte familia mía hace mucho tiempo no lo olvides y te avisé de que no te quería jamás en mis dominios ni siquiera en la playa—

—Lo sé pero tenía curiosidad además la playa es más o menos territorio neutral no me he metido en el agua—

Aquello no calmó a Poseidón sino se enfureció aún más y clavó su tridente en el cuello hasta que empezó a salir icor de él, el cielo retumbó con rayos.

—Tal vez pero lo que no tolero es que te acercaras a mi hijo Percy ¿No lo recuerdas? Te prohibí acercarte a mis hijos para siempre no voy a tolerar el mismo error que cometí en el pasado. Mantente alejado de él, no te necesita a ti ni la basura que le das—

Claus se soltó de su agarre y lo miró con seriedad y tristeza.

—Lo sé muy bien señor de los mares pero se aproxima una guerra y necesitarán toda la ayuda que puedan y no es tiempo que el pasado y las trifulcas de nosotros nos cieguen—

El cielo retumbó de nuevo y con el ceño fruncido Poseidón lo miró.

—Tal vez tengas razón pero mantén las distancias, puede que tu padre te proteja pero un día como te acerques a mi hijo de eso nada te salvara de mi ira—

—No lo espero—dijo con tristeza, de echo esperaba algún día que Poseidón fuera a por él y al menos su tío tuviera algo de tranquilidad y paz Claus no merecía nada de eso.

Podía ver porque Percy llamó la atención de Apolo y Artemisa y Poseidón se puso así Percy recordaba poderosamente a Epi.

Sabía que Poseidón nunca le perdonó por lo sucedido y si estaba aún allí fue porque su madre y Zeus lo salvaron de la ira del rey de los océanos.

El dios no había querido su intervención savia que merecía su castigo aunque ya estaba siendo castigado por ellos todos en realidad por lo que le sucedió a Percy, una lágrima cayó en la arena y Claus se fue de la playa.