Percy se incorporó de un sobresalto, esa pesadilla fue tan real...gritos, sangre y niños muertos por todas partes junto al llanto desgarrado de su madre.
Desde que despertó en la casa del Lobo no tiene ningún recuerdo de su vida tan sólo esos sueños que parecen no tener ningún sentido. Lupa lo entrenó hasta que se dio por satisfecha y lo envió al campamento júpiter diciéndole que allí obtendría respuestas y recuperaría la memoria.
Y así se puso en camino pero después de unos días se topó con las Gorgonas Esteno y Euryale ambos monstruos afirmaban que había matado a su hermana Medusa pero el propio Percy no lo recordaba. Pero eso no hizo cambiar de opinión a las dos que vestidas como empleadas de supermercado lo perseguían sin apenas darle descanso.
—¿¡Donde estás semidiós cobarde!? ¡muéstrate!—era la voz de Esteno.
Mierda.
Sin otra opción se fue corriendo detrás de él podía oír las pisadas que se acercaban más. Había intentado en numerosas ocasiones matarlas pero por alguna razón siempre volvían casi enseguida, no entendía lo que pasaba pero no podría seguir así por mucho tiempo.
—¡Pero antes de morir prueba nuestros deliciosos aperitivos! ¡son gratis y están de muerte!—dijo otra voz.
—¿¡Quieres callarte Euryale!? ¡a nadie le interesa eso!—
Percy se fue aprovechando la discusión de las dos hermanas, corrió hacía ellas arrebatándole la bandeja a Esteno y con ella deslizándose cuesta abajo cerca de la carretera.
—¿Adonde vas con tanta prisa joven?—
Percy sacó su espada pero la paró a tiempo, delante de él había una anciana de aspecto hippie al lado de la carretera, la señora tenía unos ojos muy inteligentes y brillaban con algo que no pudo identificar.
—¿Quién eres?—
—Soy June y estás en una situación desesperada y por ello puedo darte a elegir dos caminos Llevarme al otro lado o irte al océano y olvidarlo todo y ser feliz—
Percy sabía que no podía confiar en esta anciana después de todo lo que le pasó pero no tenía más opciones no podía seguir matando a las gorgonas de forma indefinida para que después volvieran cada dos horas.
Al final tomó su decisión cogió a June la puso en su espalda y fue hacía la dirección que le indicó, durante el trayecto June no dejó de darle la lata con el destino y cosas así como tu mayor prueba está por venir, a Percy le entraron ganas de lanzarla de su espalda.
—¡Donde estas semidiós!—
Percy se apresuró hacía el río adelante de él estaba el campamento Júpiter las dos gorgonas le pisaban los talones, Percy harto y con más energía cuando entró en el río convocó las aguas para que formaran dos manos gigantes y se llevaran a esas dos.
—Bien hecho joven héroe—
—No hables más o también te tiraré al río—al fin llegaron al campamento donde fueron recibidos por varios semidioses.
June se bajó de su espalda y un brillo dorado la rodeó mostrando a una bella mujer con un vestido dorado, un cetro y corona de oro llevaba lo que parecía una capa de piel.
—Soy Juno reina de los dioses, patrona de la mujer y diosa del matrimonio—
Todos se arrodillaron enseguida excepto Percy la miró como si fuera un fantasma, había algo en esa diosa que no le caía nada bien y además la recordaba ese mismo rostro fue el que vio en su sueño solo que hay se llamaba Hera y casaba a esa chica Epimoní con el tal Claus.
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—¡Zeus tienes que entrar en razón si que nos quedamos aquí sin hacer nada los gigantes ganarán eso es exactamente lo que Gaia quiere!—
Poseidon llevaba horas intentando razonar con su hermano pero era inútil, tan terco como era el rey de los dioses se negaba a admitirlo además de que estaba todavía ofendido por el rechazo de ese semidiós a la inmortalidad.
—¡Ya hemos hablado de esto Poseidón y no se hable más! ¡hemos intervenido demasiado en el mundo mortal y eso ha provocado no solo el levantamiento de Cronos sino también el de Gaia!—
Todos estaban en la mesa comiendo algunos aburridos de esa charla interminable y otros preocupados, Atenea se veía en tensión y con un brillo acerado en sus ojos que escondían su furia por las recientes noticias el hijo del barba percebe había ido a parar al maldito campamento de los romanos. Luchó contra su lado romano que exigía venganza contra ellos, sabía que su hija Annabeth se enfrentaría a la mayor prueba que tenían sus hijos predilectos.
Apolo por una vez no estaba dando la nota con sus horribles poemas es más estaba inquieto y se le veía algo encogido, últimamente Zeus estaba irritado con él por las profecías creyendo que provocaron todo este desastre cuando no era verdad.
Para calmar los ánimos se reunieron a cenar pero eso sólo empeoró las cosas, Ares se deleitaba con la discusión, Hermes observaba en desarrollo sin prestar mucha atención, solo mirando su teléfono atendiendo mensajes.
Apolo se disculpó y decidió irse no soportaba esta tensión y quería escribir unos haikus a ver si eso lo animaba, bajo la atenta mirada de los demás se fue, Artemisa y Claus se miraron preocupados.
Apolo fue por los pasillo para salir del palacio en dirección a su casa, no lo soportaba más y percibía como su lado romano resurgía gracias a Hera que había decidido salir del Olimpo y fue capturada por Porfirión, buen movimiento por parte de ella y lo mejor fue que ahora los griegos y romanos se habían encontrado.
De repente chocó contra alguien, el dios del sol estaba molesto e iba maldecir a quien se había puesto en su camino pero para su horror quien estaba frente a él era Ádeio.
Pocas cosas podían asustar a Apolo pero el dios del el vacío era una de ellas.
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El resto de los dioses estaban todavía en la sala cuando la temperatura empezó a bajar drásticamente las llamas de las velas se apagaron y el hogar no se apagó solo porque Hestia estaba cuidándolo, la diosa del hogar se levantó y miró hacía el oscuro pasillo.
—Está aquí—
Los dioses se levantaron de sus asientos empuñando sus armas, Poseidón palideció considerablemente y no decir de Claus que temblaba, Zeus molesto blandió su rayo.
—¿Cómo?—jamás se había aventurado aquí, no en este espacio sagrado con todos nosotros aquí y con la presencia de Hestia.
—Se está volviendo más fuerte—la dijo la diosa mayor—Lo percibo su apariciones cada vez más frecuentes y que haya podido aventurarse aquí lo muestra, no augura nada bueno—
Todos palidecieron si eso era cierto no eran buenas noticias, siempre que ese dios le pasaba eso después pasaban cosas terribles. Es como si Ádeio las presagiara los mortales incluso lo apodaban Mothman.
Se oyeron pasos lentos como si se arrastraran los pies, los Olímpicos más ansiosos agarraron más fuerte sus armas.
Ádeio apareció en el salón, lo que no esperaban es que sobre su hombro cargara a Apolo soltó al dios de la música en el suelo y vieron qu tenían una fea herida en el cuello que empezaba a ennegrecerse, vieron con horror el icor en la boca del dios de la tristeza.
El humo verde propio de oráculo salió de su boca y comprendieron que le arrebató momentáneamente a Apolo su capacidad del oráculo para comunicarse, el dios del vacío no podía muy bien.
Está cerca, mucho dolor para todos. Muerte y sacrificios varios conflictos tendréis que afrontar junto a vuestros hijos.
Miró fijamente a Claus y empezó a acercarse a él.
Tú...Claus estaba como en trance sin hacer caso a las alarmas de los demás, Hestia se puso delante de él y alzó sus llamas contra el dios que con un grito escalofriante se fue.
