Desde que era muy joven se dio cuenta que tenía una fijación con Draco Malfoy. no podría considerarse obsesión, tal como Harry Potter demostraba estarlo, pero Draco le pareció atractivo desde el primer momento en que lo vio. No le gustaba, por supuesto, tan solo era un niño que sabía admirar la belleza natural de las personas, no había precocidad en sus pensamientos, sin embargo, conforme fueron transcurriendo los años, su modo de ver el mundo lógicamente cambió y en algún momento del quinto año escolar, su corazón latía y suspiraba por Draco. El mago era tan guapo físicamente que no pudo evitar sentirse atraído, a pesar de que su personalidad, en general, era pésima, principalmente con ellos, los Gryffindor, especialmente si pertenecías al grupo de amigos de Harry Potter o eras un sangre sucia, como solían llamar de manera despectiva a los que nacieron de padres muggles. Dennis, para bien y para mal, era un sangre sucia, por obvias razones, Malfoy jamás se fijaría en él, aun cuando los homosexuales y bisexuales no abundaban en el colegio ─o todavía no salían del clóset─. Por ese motivo, Dennis se rindió antes de siquiera intentarlo.
Después de aquello, la guerra ocurrió, perdió a su hermano y con ello una etapa muy dolorosa comenzó, los años pasaron, enfocado en sobrellevar la perdida y en sus propios proyectos, no pensó en Draco durante mucho tiempo, por eso, cuando lo volvió a ver durante la campaña de los productos del cuidado de cabello, no pudo evitar hablarle.
Al principio solo quiso parecer casual, pero ante las respuestas mordaces del rubio, se aventuró a ser sincero. A pesar del tiempo, Draco le seguía gustando, fue por esa razón que no quería que pensara mal de él y afortunadamente su interacción resultó exitosa. Si, parecía que después de todo si tenía oportunidad.
El tiempo fue transcurriendo y con ello se fueron haciendo más cercanos. Todavía no existía contacto íntimo, pero a Dennis eso no le preocupaba, después de todo respetaba las decisiones del rubio, sin embargo, había que sí le intrigaba. No está por dejar decir que por naturaleza era curioso, muy curioso, por eso de vez en cuando preguntaba por Harry, hace tanto que no lo veía y, por supuesto, que no sabía nada de él, y eran tantos los chismes que rondaban alrededor de su vida secreta que, y de cierta manera le interesaba el tema, pero siempre que sacaba a colación el tema, Draco parecía enfadarse. Tal vez eso fue lo que afectó aquella relación que nunca comenzó o tal vez fue algo más, sin duda, Dennis nunca lo sabría, porque cuando el rubio le dijo que no podría verlo más, no explicó razones.
En el momento en que Draco renunció a su empleo de niñera, Dennis estaba contento, que el rubio estuviera fuera de la casa de Harry significaba que tendría más tiempo, más tiempo el cual podría destinar a él, pero no ocurrió así, al contrario, hubo una larga semana en que sus llamadas no fueron atendidas, no se diga lo que respecta a los mensajes. Cuando al fin apareció, solo fue para responder que estaría muy ocupado preparándose para las grabaciones de la película. Después de ese día la misma excusa se repitió una y otra vez. Era obvio lo que ocurría, pero no quería resignarse a ello, es por eso que se encontraba allí, en el Café au Lait, la cafetería favorita de Draco, esperando a que el mago llegara.
Ante el tintineo de la campana, giró para mirar hacia la puerta. Y allí estaba, vestido con un elegante abrigo negro, su cuello rodeado con una bufanda de lana gris.
Draco también miró en su dirección, y en cuanto sus miradas se cruzaron, Dennis lo supo, los ojos grises del rubio siempre parecían fríos y calculadores, incluso muchas veces vacíos, no se podía interpretar nada con su mirada, pero en esa ocasión era diferente, la culpabilidad era evidente, pero por qué, Dennis quería saberlo.
─ Hola ─dijo Draco antes de sentarse frente a él.
Dennis intentó sonreír, pero no lo logró, estaba demasiado decepcionado.
─ Supongo que quieres excusarte.
─ ¿Qué? ─El rubio parecía sorprendido, a pesar de que estaba haciendo obvios sus sentimientos con la clara intención de no tener que indagar mucho en el tema.
─ Creo saber por qué me quisiste verme, has pasado bastante tiempo evitándome, solo hay una cosa segura, pero quisiera escucharla de ti.
Draco asintió, comprendía que Dennis se mostrara molesto, sin embargo, nunca fue bueno para lidiar con los sentimientos de las personas, por eso tuvo que ponerse a pensar en lo que diría a continuación.
Suspiró profundamente antes de hablar.
─ Como bien dijiste, es evidente que lo que hay… lo que hubo entre nosotros no va funcionar. Sería una mentira decir que es por lo ocupado que estoy, la verdad es que… ─y sí, tuvo que respirar profundamente de nuevo para decirlo─. Hay alguien más.
Entonces Dennis lo supo.
─ Se trata de Harry, ¿no es así?
Draco no respondió, lo cual era una respuesta bastante obvia.
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Decidió que no estaba preparado para iniciar una relación, no cuando todavía no podía sacarse a Potter del corazón. No cuando no podía evitar extrañarlo cada vez que escuchaba su nombre o simplemente algo le recordaba al mago, especialmente las rosas rojas. Y si, fue algo cobarde, pero qué esperaban, para él nunca fue fácil enfrentar las situaciones incómodas o problemáticas, mucho menos las consecuencias. Fue por eso que tardó mucho en volver a contactar a Dennis. Sin embargo, lo hizo y aunque sabía que el joven mago jamás lo perdonaría, eso era lo correcto.
Hubo muchas veces, durante los meses transcurridos que quiso preguntar a Teddy o a su tía por Potter, saber si estaba bien, si seguía acudiendo a terapia o si acudía a desayunar y cenar con Lily, pero no se atrevió y simplemente se conformó con los fragmentos de una vida que evidentemente el otro mago estaba construyendo lentamente, incluido aquel fragmento que revelaba que últimamente se veía mucho con Luna Lovegood, quien por cierto, cada vez que se encontraban no dudaba en hablar de Potter y lo maravilloso y guapo que era. Draco quiso gruñirle y gritarle que sí, que sabía eso de sobra, pero siempre se tragaba el disgusto y fingía que no le interesaba, guardándose para sí mismo la pregunta, ¿Potter y Lovegood se han enamorado? Afortunadamente algo bueno ocurría en su vida, algo que lo distraía magníficamente. Lo que no respectaba a su vida amorosa iba muy bien. El rodaje de la película iba excelente, a él le encantaba la convivencia y vínculo que generó con sus compañeros de trabajo. Y como la mayor parte del tiempo se encontraba ocupado, era más sencillo vivir.
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Lily no quería que Draco se fuera. Parecía irónico, después de todo no quiso despedirse, pero era cierto, no quería lidiar con la pérdida de alguien a quien le había tomado gran cariño.
En la actualidad, se arrepentía de no haberle pedido que se quedara, pero… ¿Se habría quedado?
─ ¿En qué estás pensando? ─Harry entró a la habitación de la niña después de haberla estado llamando varias veces y que ella no respondiera.
La pelirroja se sobre saltó, no se había dado cuenta de la presencia de su padre.
─ ¿Estás bien? ─Preguntó su padre, preocupado.
Lily asintió.
─ He terminado los ejercicios que dejó tía Hermione.
Harry sonrió.
─ De acuerdo, ¿quieres que salgamos a pasear? ¿Tal vez ir al parque?
Los ojos verdes de la pequeña se iluminaron y una gran sonrisa se formó en sus labios.
─ ¡SI! ¡VAMOS AL PARQUE! ─Se puso de pie de inmediato.
─ De acuerdo, baja con cuidado y ponte el abrigo. ¡NO CORRAS! ─Exclamó al ver que la pequeña salía a toda velocidad. Al ver que hizo caso omiso solo negó con la cabeza.
La siguió caminando y cuando llegó al vestíbulo, vio que la niña ya estaba bien abrigada. Abrigo y bufanda, lo necesario para enfrentar el frío viento de otoño.
Harry también se cubrió antes de decidir salir de la casa, pero el jadeo de su hija lo detuvo.
─ ¿Sucede algo? ─preguntó preocupado.
─ ¿No vas a usar tu glamour? ─Ella sonó más preocupada que él.
Harry se quedó pensativo, era cierto, por primera vez desde que fue herido no pensó en la cicatriz de su rostro. Y de pronto empezó a reír. Los primeros meses a partir de que se fue Draco resultaron difíciles, pero se había decidido a tomar las riendas de su vida sin importar nada más que su hija y su propia vida ─se propuso pensar en su vida amorosa después, cuando se convirtiera en una mejor versión de sí mismo─. Con el tiempo, su propia determinación, la terapia con Padma y el apoyo de sus amigos había mejorado, tanto que volvió a hacer lo que nunca creyó, logró salir de su encierro. Respirar aire fresco y permanecer en espacios abiertos sin sentir pánico. Claro que se limitó a andar por el mundo muggle y siempre procuraba lanzarse un glamour sobre el rostro, solo como precaución. Sin embargo, algo había cambiado.
─ ¿Por qué te estás riendo? ─preguntó la pequeña pelirroja confundida.
─ Por nada en especial y no, no voy a usar glamour, no lo necesito. ─Respondió con gran entusiasmo─. ¿Tú qué opinas?
Lily permaneció pensativa por un momento.
─ Espero que así dejen de hablar las mamás de los otros niños que jueguen en el parque.
Harry estaba sorprendido.
─ ¿Qué? No lo puedo creer, ¡eres una celosa!
Lily soltó una risita y se encogió de hombros.
─ Quiero ser hija única por siempre y esas mujeres ya son mamás ─dijo con desinterés.
Harry negó con la cabeza mientras reía.
─ Está bien, dejemos ese tema para después y vámonos ya. ─Por fin se dignó a abrir la puerta y ambos salieron de la casa.
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Las puertas se abrieron y por ella entraron las grandes personalidades invitadas al evento.
Entre ellas, por supuesto, estaba Hermione y Ron, también el ministro y algunos miembros del Wizengamot, jugadores de quidditch, cantantes y otros artistas. Todos tomaron asiento al frente del auditorio.
Después entraron miembros de la sociedad en general, quienes ocuparon el resto de los lugares.
Draco se asomó por detrás de las cortinas para ver a la gran cantidad de magos y brujas que se aglomeraban en el recinto.
─ ¡Qué nervios! ─exclamó una de sus colegas.
Draco volteó a verla y confirmó con una sonrisa.
─ ¡Hey! Vengan para acá. ─Llamó Seamus.
Todos los actores se aglomeraron a su alrededor.
─ Quiero decirles que estoy muy contento con todos ustedes. Hicieron un excelente trabajo, esta película que presentaremos al mundo es la prueba de ello. Los felicito. Y con eso dicho, vamos a nuestros lugares que el show está por comenzar.
Varios de los presentes se acercaron a abrazar a Seamus por la oportunidad, en su caso de Draco, se quedó hasta atrás. Después, todos empezaron a salir para ocupar su lugar en la primera fila del auditorio y Draco esperó hasta que todos se fueron.
─ Malfoy.
─ Yo también quiero agradecerte por la oportunidad, Finnigan.
Seamus sonrió y después resopló.
─ Esto, no deberías agradecérmelo a mí.
El rubio frunció el ceño.
─ ¿No? ─preguntó confundido.
─ Bueno, sí, yo decidí aceptarte, junto con el resto de la producción porque de verdad eres bueno, hiciste un excelente trabajo, sin duda tu personaje será uno de los más aclamados, pero tengo que ser sincero, no me agradabas demasiado y la verdad no iba a darte la oportunidad de que hicieras la audición, pero Harry me contactó, hablamos de muchas cosas y después habló de ti y de lo mucho que lo habías apoyado. Indirectamente me dijo que te diera la oportunidad y no pude negarme, si Harry lo decía es que algo de bueno tenías que tener y no se equivocó. Él tenía razón sobre ti, eres una gran persona, Malfoy, te has convertido en una gran persona. En fin, vamos, que ya están por presentar la película. ─Y le dio una palmada en la espalda.
Seamus se fue, pero Draco permaneció un tiempo más allí, solo con sus pensamientos y sus sentimientos encontrados. Hace casi dos años se había prometido que no volvería a pensar en Harry, al menos no de una romántica, claro, no lo logró al inicio, pero conforme el tiempo fue transcurriendo casi logró deshacerse por completo de sus sentimientos, no obstante, la mención de Finnigan removió algo en su corazón y los sentimientos se desbordaron con tanta fuerza que su pecho dolía.
Con un nudo profundo en la garganta, se dirigió a su lugar designado, diciéndose a sí mismo que se concentrara y disfrutara del momento, su momento. Estaba a punto de sentarse cuando un gran alboroto se escuchó al fondo del auditorio. Todos los que estaban hasta el frente voltearon para enterarse de lo que sucedía, entre ellos Draco, por supuesto. Y casi se cayó de la impresión al ver que Harry Potter acababa de entrar al auditorio, venía acompañado de Luna, quien estaba más entretenida mirando las luces y decoraciones, pero Draco no le prestó mayor atención, sus ojos grises no podían apartarse del hombre que tanto había extrañado.
Llegué tarde a actualizar, pero aquí el nuevo capítulo. Entre las escenas iniciales pasan únicamente meses, pero en la escena final vemos que han pasado dos años, esto es por el tiempo que a veces se lleva grabar una película. Espero que los saltos de tiempo no les causen confusión.
