Entre versos y confusiones
Escrito por Princess Sheccid
Disclaimer:
CCS ni sus personajes me pertenece!! Son creaciones de CLAMP. Yo sólo me sirvo de sus simpáticos personajes para crear mis historias...
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Capítulo 2: ¨ El día que me quieras ¨
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Se levantó desganado de la cama, con unas visibles ojeras bajo sus ojos. Su cabello, siempre dócil al cepillo, ahora se mostraba rebelde y reacio a someterse. Su tez blanca, era acentuada por una palidez anormal, cosa que preocupó mucho a la guardiana al verlo ingresar al comedor.
- ¡Eriol-kun! ¡Mira qué aspecto tienes!
Salió corriendo de la cocina, hacia el botiquín. Sustrajo el termómetro y regresó al instante. Se lo puso en la frente, sin que el inglés ofreciera signo de menor de resistencia. El chico apoyó su mentón en la mesa, sentado ya, cerrando los ojos. Le dolía el cuerpo.
La respuesta del aparato no se hizo esperar: 38 grados.
- Vaya Eriol... –dijo la guardiana mirando el termómetro, y luego apoyando la mano sobre su frente, comprobando la temperatura- En esas condiciones no podrás ir a la escuela. Te hará daño. Será mejor que te recuestes y guardes reposo.
- Iie. –el chico le dirigió una sonrisa melancólica a la guardiana, que lo quedó mirando sin comprender- Yo iré. Descuida, estaré bien. -finalizó al ver que su boca se abría para protestar.
Subió los escalones, sujetándose de la pared, puesto que su visión amenazaba con oscurecerse. Llegó a su habitación, se retiró lentamente la ropay se puso el uniforme. Su mochila se encontraba preparada en la silla.
Abajo Nakuru lo esperaba cruzada de brazos. Se acercó a él y le dio un abrazo.
- No estoy de acuerdo con que vayas, pero, esa es tu decisión. Cuídate mucho, ¿sí? -luego le sonrió- Cualquier baja en tu energía lo sentiré y lo sabes, así que si te encuentras muy mal, no dudaré en aparecer en esa escuela tuya, ¿entendido?
Asintió leve, tratando de regresarle la sonrisa. A veces Eriol pensaba que ella era su madre, pero a pesar de ello, sus cuidados desinteresados se los agradecía profundamente. Tomó una tostada de un plato y bebió a sorbos el jugo, antes de que la chica le increpara algo más.
Cerró sin nada de cuidado la reja de su casa, espantado al pobre Spy, que se hallaba durmiendo plácidamente en el sofá. Sin embargo, él no lo notó.
Esa profunda tristeza que lo embargaba, lo hacía inmune a cualquier otra situación a su alrededor.
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¨ El día que me quieras tendrá más luz que junio;
La noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.
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Pequeñas gotas resbalaron por su rostro.
¿ Acaso estaba llorando?
No. Eso era imposible.
Nunca había llorado por alguna razón, siempre se había mostrado impasible al sufrimiento de los demás. Incluso, había aprendido a controlar su propio dolor.
De lo contrario, los demás lo considerarían una persona débil. Además, el haber tratado de superar diversas pruebas con un revoltijo en el corazón, lo habría llevado directamente al fracaso.
En ese momento, más gotas empezaron a caer, cubriéndolo todo, empapándolo en pocos segundos. Sin embargo, a él no le importó. Siguió andando despacio, sumido en sus preocupaciones. Sonrió, recordando que toda manifestación de su estado de ánimo, quedaba reflejado en el temporal de la ciudad.
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- Setsuko Hanawa.
- ¡ Presente !
El maestro tomaba ya lista de los asistentes. Una preocupada Sakura miraba a los costados, buscando algún indicio de su llegada. El castaño le dijo en voz dolida, fingida.
- Pareciera que te preocuparas más por Hiiragizawa que por mí, Sakura-chan -el muchacho apoyó su rostro en su mano, negando- Y pensar que éramos novios...
- Calla Shaoran -la chica se había sonrojado. Le miraba ahora de manera un poco dura- Me preocupo por él, como me preocuparía por mi padre, como me preocuparía por ti... –miró sus manos, nerviosa, luego le dirigió su mirada esmeralda a él- En especial por él en estos momentos. Ayer estaba muy triste, no sé por qué razón. Cuando me lo iba a contar, apareció cierta personita ¬¬ que lo echó todo a perder.
- Gomen nasai -susurró torpemente el guapo castaño. Él también parecía meditar la situación.- Demo...
- ¿Umm? -la muchacha le miró curiosa.
- ... la razón por la que él se encuentra así, es obviamente una chica. –luego dijo sonriendo- ¡Ya has visto la cantidad de poemas que ha escrito!
- ¡Es cierto! -agregó con voz ensoñadora- Ya me gustaría que uno de esos bellos poemas, tan sólo uno, estuviera dedicado a mí. –mirada asesina de Shaoran- Claro, sin ofender. n.nU
- Hay una gran interrogante... ¿Quién será aquella joven que ha podido conquistar el inalcanzable corazón de Hiiragizawa?
- Eso no lo sé... –miró al joven pensativa- Y seguirá siendo un gran misterio, hasta que él decida contárnoslo.
Un ruido paró sus conversaciones: la puerta se había abierto de golpe. Voltearon a mirar extrañados, mientras que su autor se disculpaba ante el maestro apenado.
- Pase, señorita Daidouji. Espero que esta tardanza no vuelva a repetirse, ¿entendido?
- Hai. –hizo una pequeña reverencia y se dirigió a su puesto.
La bella moza se sentó. Mientras buscaba sus cuadernos, dos castaños la quedaron mirando con curiosidad. Una vez acomodada en el pupitre, retiró un azabache mechón rizado de su rostro con delicadeza y se dispuso a tomar nota de la lección.
- ¿Crees que ella sepa que le ha pasado a Hiiragizawa? Recuerdo que ella se quedó con él al finalizar las clases de ayer... –susurró el chico Li.
- Es una posibilidad... –murmuró ella en respuesta.
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Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.
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Había dejado de llover. Un sol empezaba a mostrar tímido sus rayos dorados y una ventisca fresca le soplaba en el rostro.
Había salido de su casa en dirección a la escuela, pero sus pensamientos lo distrajeron y lo llevaron por otros rumbos. Después de tanto caminar, parecía que por fin su mente se había despejado por completo.
Miró la hora en su reloj. Eran las diez y media.
¿Presentarse a esa hora a clases?
Le parecía absurdo. Sólo ganaría con ello muchos regaños del maestro (y eso si lo dejaban ingresar a la escuela) y algún castigo. Ninguna de las dos opciones le parecía favorable. Ya tenía suficiente con lo acontecido el día anterior.
En ese momento, se encontraba sentado en una banca del parque pingüino, viendo distraído algunas hojas secas que danzaban en frente suyo, describiendo circunferencias y otras series de figuras imposibles de precisar.
Se quedó observando aquel espectáculo durante unos minutos. Luego, recordando algo, buscó en su mochila. Sacó de ella ese cuaderno tan preciado para él y una pluma, y, pensando un momento, empezó a dibujar las palabras brotaban de su mente.
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... Ella tenía una gran sonrisa de satisfacción en el rostro. Iba dando unos breves saltos, con las manos cogidas, en su espalda. Su cabello de ébano sujeto en una trenza, se movía al compás de sus movimientos
- Admítelo.
El joven olvidó aquellas palabras por un momento y se decidió a prestar atención a su bella acompañante. Consiguió seguirle el juego, para que no notara ningún cambio en su conducta y se preocupara. Trataría de ¨ aparentar ¨.
Colocó sus brazos detrás de su cabeza, cerró los ojos e hizo una mueca de un enfado simulado. La ninfa soltó una carcajada ante su actitud tan infantil.
- Pareces un niño pequeño... –se paró delante de él, con una sonrisa burlona- Debes aceptarlo, ya no te hagas el de rogar...
- De acuerdo, de acuerdo -dijo un poquito irritado. Luego añadió con una sonrisa- Tienes la voz de un ángel.
- ¿Eh? -la joven abrió mucho los ojos y se sonrojó rápidamente.
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Detuvo su trabajo y se quedó mirando lo que había escrito. Pasó sus dedos sobre las palabras escritas y suspiró.
Si sólo ella lo supiera...
Dándose cuenta de lo que estaba haciendo, guardó con fastidio el cuaderno y la pluma, de manera un poco brusca. Le enojaba su actual modo de comportarse, el sentirse tan frustrado. Incluso, el que sus compañeros lo comenzaran a ver con lástima.
Se reprendió mentalmente.
¡Todo ese estúpido comportamiento por una chica!
Sintió nuevamente ese malestar manifestándose en su cuerpo. Sintió un leve mareo. Sacudió con fuerza la cabeza, como si con ello lograría quitarse esa molestia. Abrió los ojos despacio, pero fue una mala idea. Su visión amenazó de nuevo con oscurecerse.
- ¡Hiiragizawa! ¿Qué haces aquí? -el recién llegado, al ver su rostro pálido y perlado de sudor, se preocupó- ¿Qué te sucede amigo?
Eriol abrió los ojos, mostrando cansancio en sus ojos índigos. Sonrió a su amigo, el único que había mostrado celos cuando él conversaba con su chica. Tomó una bocanada de aire, sintiéndose un poco mejor.
- Descuida, no es nada grave. Sólo es un poco de calentura. Seguro que pronto se me pasará.
- Pues, a decir verdad, ese rostro no lo comprueba demasiado... –el chico volteó, como buscando a alguien y llamó- ¡Hey! ¡Sakura!
El inglés trató de vislumbrar a la chica, pero su vista no le ayudaba mucho. Vio a lo lejos, con poca nitidez, una figura acercarse aprisa. La muchacha llegó y se paró enfrente de ambos.
- ¿Qué suc...? -distinguió esa presencia enfrente de ella- ¡Eriol-kun! -se arrodilló rápidamente ante él y le tomó las manos, cosa que no hizo mucha gracia al castaño- Te ves muy mal... ¿Qué haces aquí?
La chica le miró con sus grandes ojos esmeralda, los cuales brillaban de preocupación. El rostro de chico había virado, como no queriendo que sus sentimientos se manifestaran en sus ojos y que sean escrutados por los ojos de ella.
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El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo
serán cuando me quieras.
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- Está bien. Si no quieres decírmelo, no hay problema. –soltó sus manos y se sentó junto a su novio. El chico castaño lo miraba también con preocupación.- Pero ese estado de ánimo debe mejorar... ¿vale?
Vio un débil asentimiento. La castaña de pronto pareció meditar algo.
- Mira: no me parece nada que estés con los ánimos por los suelos y más que encima te encuentres enfermo. –el de mirada azur la volteó a mirar extrañado.
¿Qué pretendía hacer?
La chica sonrió de manera juguetona, y su novio entendiendo además esa mirada suya, sonrió también.
- Te ayudaremos con ese asunto de tu chica. –Eriol, en ese momento que bebía agua de una botella, casi se atraganta. Sus mejillas adquirieron un tono rosa intenso.
¿A que exactamente se refería con eso de ¨te ayudaremos¨ ? ¿Y de qué manera tendrían pensado hacerlo?
Ah, no. Esa idea no le parecía muy tentadora que digamos...
- Por lo menos, -dijo Shaoran sonriendo de oreja a oreja- ya no te ves tan pálido como antes.
- Es verdad. –Sakura lo miró contenta- Pero, de todos modos...
La chica de ojos verdes puso su mano sobre la frente del inglés y cerró los ojos.
Eriol sintió un cosquilleo y luego sintió que todos sus malestares y ese fastidioso dolor de cabeza se marchaban. La alta temperatura también bajó notablemente, hasta concordar con la de su estado normal. Su visión volvió a aclararse.
La muchacha retiró su mano. Dio un largo suspiro. Luego, viéndolo, le dirigió una sonrisa satisfecha. Había cumplido con su primer cometido.
- Bien, creo que ha funcionado... –susurró al castaño complacida. Se dirigió al inglés- ¿Te sientes mejor?
- A decir verdad... Mejor que en cualquiera de estos días -parpadeó y miró interrogante a la chica- ¿Qué hechizo has utilizado? No sabía que supieras uno así...
- Me lo ha enseñado él. -se abrazó al castaño y le dio un fugaz beso en la mejilla.- Fue hace unas semanas, demo... –sonrió y apareció una gran gota en su cabeza- Recién lo he venido a intentar con una persona: contigo.
- Me has tenido como un conejillo de indias... –el chico de ojos azules movió la cabeza en señal de negación- Nunca creí eso de ti Sakura-chan... –de pronto, recién en ese instante reparó en algo. Los miró, alarmados- Un momento... ¿Qué hacen ustedes aquí? ¿No se supone que tenían clase?
Los chicos se miraron.
- Pues sí, teníamos clase. –la muchacha contestó- Y no lo olvides: tú también.
- Tenía mis motivos... –se cruzó de brazos- Nada personal, ¿eh? -los muchachos lo quedaron mirando con una ceja arqueada. Eriol tosió, incómodo- Bueno... ¿Y entonces, que sucedió?
- Nos hemos escapado de la escuela. En este momento nos buscan, pero ya los perdimos de vista hace bastante rato. –El castaño mostraba una sonrisa autosuficiente. Eriol los miró sorprendido.
¿Acaso ellos...?
- ¡Eso no es cierto Shaoran! -le sacó la lengua- La verdad Eriol-kun, es que nos han dejado el día libre. Sólo tuvimos las primeras horas de clase. No sé por qué razón, pero en fin...
La chica notó algo. En su rostro apareció una sonrisa radiante.
- ¡Miren! ¡Es Tomoyo! –Y en efecto, era ella. Caminaba por la acera, al otro extremo, por una zona donde las flores empezaban a brotar.
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Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por los montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!
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La bella joven se puso de pie de un brinco y llenó de aire sus pulmones, para llamar a la susodicha y captar su atención. La de cabello de ébano avanzaba tranquila, tomando la misma dirección diaria.
- ¡Tomo...!
Una mano, de manera imprevista, había suprimido el grito. Sakura abrió mucho los ojos y se sorprendió al saber quien era su ¨ atacante ¨. El chico, cuando se hubo cerciorado que la castaña no gritaría, la soltó.
- Pero, ¿por qué Eriol-kun? ¿Por qué no quieres que la llame? -su amiga le mostraba una mirada algo triste.
- ..... –el inglés evitó su mirada. Sus mejillas se habían sonrojado.
- Sakura-chan... ¿No es lo suficientemente obvio? -la chica miró interrogante a su novio. Éste le dirigió una sonrisa.- Hiiragizawa está loco por Daidouji.
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Al reventar el alba del día que me quieras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.
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- Esa ella es la musa de sus poemas, la chica que le roba el sueño noche tras noche...
- ¿Tomoyo-chan?
- Tú misma lo has visto. Con ese comportamiento, todo queda evidenciado. –Shaoran adoptó una postura graciosa- Y con ello, queda resuelto el misterio del amor secreto de Hiiragizawa.
Sakura soltó una risita. Sólo el chico inglés se mantenía ajeno a sus conversaciones, aún prendado e hipnotizado ante la suave esencia de la ninfa, que se iba alejando cada vez más.
Se sentó en la banca, tratando de prestar atención a la charla de sus amigos, de la cual hacía rato que había perdido la ilación. Sonrió al verlos discutir por una cosa sin importancia. Ambos eran dos gotas de agua, totalmente miscibles: el uno para el otro.
Una pequeña flor, color lila cayó en su regazo. La tomó entre sus dedos y la examinó.
Casi, como el tono de sus ojos... Pero los de ella, más bellos aún.
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El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa, cada arrebol miraje
de "Las Mil y una Noche", cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.
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Y se preguntó: ¿Serían él y ella como esos dos?
Es decir, si podrían congeniar, si podrían llevarse tan bien como esas dos personas enfrente suyo, que a pesar de sus peleas, se amaban con todo el corazón, siendo capaces de dar la vida el uno por el otro. Ello lo había comprobado con certeza en la batalla con la última carta Clow.
Si podría llegar a ese extremo, no lo sabría, hasta que no llegase a estar con ella. Estaba seguro que él la llegaría a amar de tal manera, pero...
... y ella ?
Sólo el tiempo y el destino podrían llegar a resolver aquella gran interrogante...
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El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.
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Continuará.................................................................................................................
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Notas de Princess Sheccid
Konnichiwa!!
Y perdón por la tardanza!! Aunque, creo que han sido... (Princess Sheccid se sienta en el suelo y empieza a contar con los dedos) ...sólo dos semanas, ne??
Corríjanme si me equivoco...
Bueno, aquí está el nuevo capítulo, que espero en realidad haya sido de su agrado
Muchísimas gracias a:
o The Dark: Muchísimas gracias por tus comentarios ; - ; Me han hecho muy feliz!! Eetto... (mirada nerviosa) Te recomendaría que guardaras ese libro donde lo has encontrado... Alguien podría salir herido... o.o
o Kanna-aap: Gracias por tus halagos!! Trataré de no demorarme demasiado en subir los capis (y tampoco creo que lo haga: estoy de vaca!!! Ah no, espera... T.T Aún tengo que dar el examen final de química...)
o the black Misao: ¿Excelente historia? ,,o.o,, Bueno, no creo que sea para tanto... Pero, en fin, arigatou por los ánimos y ojalá me sigas dejando comentarios, para saber que tal va esta historia...
Eso ha sido todo por ahora!! Una vez más: gracias!! y ojalá sigan opinando...
Matta ne!!!!!!!!!!!
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