Vientos de Cambio
Yo soy Guineviere y soy una Woab. Fui rescatada por Arturo y he peleado junto a él y a sus hombres. He sido deseada por Lancelot, y vi morir a Dagonet en los helos cuando regresábamos de la finca romana en donde me rescataron. Desde entonces, he puesto mi servicio a los hombres de Arturo, el inglés que sirve a Roma y mata a su propia gente. ¿Por qué lo hago? Porque creo en él. Porque me rescató. Porque he visto su rostro quebrarse cuando le han dicho que la Roma por la que siempre luchó simple y llanamente no existe más que en su imaginación.
Por eso es que combato a su lado. Sé que al final, cuanto termine esta lucha interna que tiene consigo mismo, hará lo correcto y luchará por su gente, por mi gente, por los woab, por los verdaderos dueños de esta tierra.
El ejército bárbaro está cerca. Los conozco, hemos luchado contra ellos muchas veces. He visto de cerca de sus principales dirigentes. Al jefe, y a su hijo. Fieros a toda costa. Capaces de lo que sea con tal de obtener el poder.
Casi tanto como los romanos.
No sé quiénes son peores: los que matan, torturan, violan y esclavizan diciendo que lo hacen por mandato divino, o quienes arrasan pueblos, incendian y matan a todos, orgullosos por su raza, clamándola la raza superior...
Yo misma me he enfrentado a los dos. Los romanos me hicieron todo lo que siempre hacen, y los bárbaros pronto lo harán... si no se los impedimos.
La batalla final está cerca. No sé si sobreviviré, si ganaremos, ni si mi gente estará a salvo. Por fin sabré si todo ha sido en vano.
Ya oigo los tambores a lo lejos, siento cimbrarse la tierra con las pisadas de miles de hombres. Sé que todo habrá de terminar pronto, pero de algo estoy segura: que estando cerca de Arturo conseguiremos el mejor de los resultados posibles en la batalla. Mi gente confía en él. Yo confío en él.
Espero que él pueda confiar en sí mismo.
