Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.

Hola, comenzamos con el mes de noviembre y con él, el mes Drinny, así que aquí está el primer aporte de este mes, ojalá les guste y gracias por todo el apoyo.

Este aporte está participando en el Drinny-Con 2022, organizado este año por la página de Facebook "Drinny All The Way".

Palabra/Tema del día:

I. Amor Eterno.


Algunas cosas en la ideología social, cambia favorablemente, Ginny Weasley creció escuchando a su familia y a todo aquel que le rodeaba diciendo que una vez que conocías a esa persona, el amor tendría que ser eterno, por toda su niñez creyó firmemente en ello al ver a sus padres teniendo una de las mejores relaciones que hubiese podido tener como base, creyendo que sus relaciones siempre serían así.

Obviamente dejó de creer en eso la primera vez que le rompieron el corazón, para continuar con la decepción, su hermano mayor se separó de su esposa, la mujer de su vida y el amor de su vida, según palabras de él mismo, el amor eterno era una tontería que jamás tendrían las personas, pero preferían pensar que ocurriría, ¿y quién era ella para romper sus ilusiones? Al final, no le hacían daño a alguien, más que a sí mismos con esos pensamientos.

Bueno, quizás una vez, cuando lo conoció, creyó que realmente algunas pocas personas eran la excepción a la regla, algunas personas "como ella", podían tener a alguien a quien amar por la eternidad, y eso pensó por un largo tiempo, hasta que todo se volvió monotonía de ambos lados, y si el amor eterno era solo monotonía, no lo quería, definitivamente no, sin duda prefería un amor ardiente aunque, como lo decían, se consumiera rápido.

Incluso esa noche, en la que fueron juntos a un evento del trabajo de su novio, que lucía increíblemente atractivo, con sus ojos verde esmeralda detrás de sus gafas redondas, su traje a la medida, llamó la atención de la mayoría del público, tanto hombres como mujeres, pero ¿acaso sintió un poco de celos de la forma en que lo devoraban con los ojos sin descaro?

Por supuesto que no, su atención estaba en todos lados menos en la persona a quien todavía sujetaba del brazo, un grupo al fondo no les había prestado atención alguna, así que llamó su atención más de lo que debería, fue hasta que una mirada gris la atrapó mirándolos, quiso apartar la mirada de forma rápida, pero por alguna extraña razón, aquella mirada de plomo, parecía tener un extraño imán en la de ella, sin duda era un gran rival para Harry Potter, ya que era igual o quizás un poco más atractivo.

Una vez que ella logró mirar a otro lado, se relajó un poco, aquella sensación que la agitaba desapareció por completo, le sonrió a su novio cuando la observó expectante a porque se removía nerviosa, era bastante extraño en ella ese comportamiento.

—Tal parece, que ni esta noche nos hemos librado de tu presencia, Potter –soltó una voz seductora a su lado.

—Ah, es que te has dignado a venir, Malfoy –Farfulló Harry en un claro tono irritado.

—Bueno, es normal en mí venir a este tipo de eventos, en cambio tú... es más normal que te la pases en casa –sonrió.

La pelirroja se aclaró la garganta, principalmente para detener aquella aburrida batalla, no estaba de buen humor para una mini pelea de quién tenía los comentarios más inteligentes.

—Malfoy, ella es mi novia, Ginevra Weasley –la presentó Harry, confundiendo su intervención, a que quería ser introducida al extraño –Ginevra, cariño, él es Draco Malfoy, mi compañero de trabajo.

El rubio de ojos grises que había visto hacía unos minutos atrás, la examinó con gran detalle, provocando aquella extraña sensación de nuevo, no era algo nuevo, claro que la había sentido antes, la sintió con Harry al conocerlo, aquella punzada de atracción, pero ¿por qué esta vez era mayor?

No es que su novio fuera malo en la cama, es que ella ya estaba harta de aquella monotonía, así que ahí había un hombre completamente exótico, por llamarlo de alguna manera.

—Mucho gusto –le sonrió de lado, sujetándola de la mano, mientras acariciaba el dorso con su pulgar.

—Lo mismo digo –contestó en tono educado y alejó su mano.

—Permítanme ser un poco cortés –hizo un ademán.

Ginny no tenía que ser vidente para notar como la mujer que se acercó a ellos, provocó más que una pequeña punzada en su novio, y es que la mujer de cabellos oscuros y ojos verdes era realmente atractiva, su piel pálida resaltaba con la tela negra de su vestido ajustado, al menos no tenía nada por lo cual sentirse culpable.

—Les presento a mi esposa, Pansy –les sonrió, colocando su mano en la cintura de la mujer y atrayéndola a su cuerpo.

—No sabía que eras casado –comentó Harry, aclarándose la garganta.

—Hicimos formal nuestra relación hace un mes –comentó la mujer –Pansy Malfoy –extendió la mano hasta Ginny y después a Harry.

—Harry –lo nombró la pelirroja –Ginevra.

—Son un buen matrimonio –sonrió la joven.

—No, no estamos casados –se apresuró Harry a corregirla.

—Deberían hacerlo formal –les instó Draco.

—Lo consideraremos –comentó ella en un tono amable –es momento de ir a saludar a alguien más, cariño –lo empujó un poco Ginny.

—Claro, hasta luego –se disculpó el hombre y se alejó.

La velada fue una decepción total para ellos después de esa noticia.