Draco Malfoy trazaba un plan para vengarse del estúpido griffindor de ojos verdes. Estaba en clase de pociones junto con Blaise, Crabe, Goyle y Pansy. Se mantenían un poco apartados del resto de la clase mientras hacían una poción…distinta al resto.

- Ja. Con esto Potter no podrá volver a hablar como mínimo en un mes. Será San Potter el mudo.

Los de su grupo le rieron la gracia mientras Draco terminaba de echar los ingredientes. No era su mejor poción, pero de momento bastaba…ahora solo tenia que hacer que Harry se la tragara. Mmmm…eso iba a ser difícil.

Harry y Ron intentaban seguir el orden de la poción que les había mandado Snape. Era una estupidez y no entendía por qué ahora les mandaban esa clase de poción. No se acordaba del nombre pero Hermione le había explicado que era una poción que hacia que te enamoraras a primera vista del primer ser que veías. Menuda tontería. ¿Quién iba a tomarse algo así? Cuando terminaron, tomaron el líquido en un frasco y lo depositaron en la mesa del profesor. Su poción no debía haber salido bien…en vez de ser roja era rosa fucsia…en fin, otro suspenso en pociones, qué le iban a hacer…

Todos los alumnos dejaron sus frascos en la mesa del profesor. Llena de pociones rojas. Draco y sus compinches se acercaron y dejaron los suyos, pero el rubio apoyo el frasco "especial" también en la mesa. Como era rosa, no lo confundirían con otro.

- Bien, este es el plan. Cuando salgamos de clase yo picare a Potter a ver si se atreve a tomarse la poción. Para eso, yo ya he tomado el antídoto, así que no me pasará nada….pero en cuanto la tome él…

Todos se rieron y dicho esto salieron por la puerta. Draco cogió el frasco rosa sin verlo siquiera…y sin notar que ponía H.P. & R.W.

- Eh, Potter.

Harry se giró con molestia.

- ¿Qué tripa se te ha roto Malfoy?

- Me preguntaba si eres tan valiente como dicen… ¿qué me dices¿Te atreves a tomarte la poción de este frasco?

- No seas idiota Malfoy.

- Vamos, Potter, no te creía una gallina. En fin, para que veas que no intento jugártela…

Draco se echo unas gotas de la poción en la boca.

- ¿Ves? No pasa nada, Potter. Sólo quería saber si eras un cobarde, cosa que acabo de verificar.

Harry resopló y le arrebató el frasco, bebiéndose un buen trago de la poción. Hermione intentó detenerle, pero no pudo.

En ese momento Draco vio la etiqueta de la botella demasiado tarde. Su sonrisa se esfumó.

Harry había bebido la poción del amor.

Malfoy intentó reaccionar, pero solo consiguió arrebatar al moreno la botella cuando había terminado de beber. Este le miró con enojo….pero esa expresión se borró de su rostro de inmediato.

Harry se quedó mirando a Draco como alucinando. Draco se quedó quieto. La gente estaba inmóvil.

- ¿Potter?

Harry parpadeó y de repente su mano salió disparada a la nuca del rubio, para atraerlo hacia sí y besarlo apasionadamente.

Draco estaba en shock.

Los que estaban a su alrededor se quedaron estupefactos.

Y así habría seguido si no fuera porque Snape apareció.

El profesor de pociones se quedó quieto un instante, antes de separar fuertemente de un tirón a Harry y Draco.

- ¿Se puede saber qué están haciendo!

Y entonces vio la botella en el suelo, con los restos de la poción y el nombre de Harry y Ron. Todas las piezas del rompecabezas encajaron. Miró a Harry que parpadeaba y le miraba con reproche y vio a Draco, que estaba paralizado…pero que empezaba a recobrarse.

- ¡Granger!

La chica miró al profesor con miedo.

- ¿Han tomado los dos la poción?

- ...s-si…

- ¡Señor Malfoy¡Reaccione!

Al final se volvió al grupo de Malfoy y les ordenó que se explicaran. Esto le contaron todo y Snape suspiró. Al menos Draco no había caído en los efectos de la poción. Pero seguía siendo un imbécil.

Los dos chicos y el profesor de pociones estaban en el despacho de Dumbledore.

Draco seguía petrificado en una silla, Harry le miraba con aire soñador y Snape estaba entre los dos para evitar "accidentes" indeseados.

Dumbledore se masajeó las sienes.

- Entonces, si lo he entendido bien, Severus. Los señores Harry Potter y Draco Malfoy han tomado una poción …de amor. Pero el señor Malfoy no ha causado sus efectos por tomar previamente el antídoto….sin embargo, parece trastornado…

- Eso es porque Potter lo besó.

Dumbledore ahogó una risita.

- Ya veo. Y sin embargo Harry si que parece haber causado los efectos….ummm. Y bien¿qué se supone que tengo que hacer yo Severus?

- Impedir que Potter se acerque al señor Malfoy.- Snape lo veía muy claro.

Dumbledore entrecerró los ojos.

- Severus, los Slytherin están bajo tu jurisdicción, así que si no quieres que pase algo así…simplemente no dejes que el señor Malfoy salga de sus habitaciones.- Dumbledore sonrió y le hizo una seña como dando el asunto por terminado.

Snape salio echando pestes con Draco hacia su sala común. Ni siquiera se limitó a mirar a Potter. Este parpadeó y al ver que se llevaban a Draco lo siguió corriendo.

Dumbledore sonrió mientras Coria un caramelito de limón. Esto sería divertido.

Harry se encontraba en su sala común rodeado de personas que le hacían preguntas. Curiosamente no las oía. Sólo podía pensar en le rubio de ojos plateados y sus tiernos labios…ay, cómo deseaba besarlo otra vez. Sin embargo algo en su interior intentaba rechazar esos pensamientos. Decía una y otra vez: "¡Se trata de Malfoy!", pero a Harry eso le daba igual. Nunca había visto una criatura tan bella en la faz de la tierra…¿qué importaba lo que le hubiera hecho en el pasado? Era tan precioso…

Hermione bajó a la sala común con un polvoriento libro que abrió en el suelo. Todos la miraron expectantes.

- Poción del amor.-empezó.- Es una de las pociones más peligrosas que existen, aunque su nombre no parezca indicarlo. Quien bebe de esta poción se enamora inmediatamente de la primera persona a la que ve, sin importarle su apariencia o su sexo. Esta poción no se basa en un amor totalmente radical, quiere decir que el que la haya bebido NO se enamorará hasta tal punto de pensar solo en la persona amada y hacer todo lo que diga para ser su esclavo. No es una poción de esclavitud amorosa. Lo que hace temible a la poción es que da la capacidad de razonar al que la haya bebido hasta tal punto que pueda pensar en la mejor manera de tener a su enamorado a su merced, sin volverse loco por él. También aumenta la capacidad física y sensual de la persona que la bebe, por lo que se convierte en alguien muy peligroso. Es decir, el que beba de la poción hará lo imposible por conseguir al amado usando todas las estratagemas posibles, su sensualidad, su inteligencia y una fuerza poco común. Pero más peligrosas aún son sus consecuencias. Si el que la haya bebido consigue su objetivo, que es el de saciar su sed de amor y deseo, el efecto de la poción cesará de inmediato, pero si por el contrario no lo consigue…el sujeto puede reaccionar de dos maneras distintas. Una de ellas será que acepte el rechazo de su amor y se consuma poco a poco en un dolor insoportable hasta que el efecto cese. Esta forma es muy dolorosa para quien haya caído bajo los efectos d Ela poción, pues sufrirá cien veces más que cualquier desengaño amoroso, perderá el apetito y caerá en una profunda depresión, con lo cual al final puede que muera antes de que el efecto de la poción, (que llegado a este punto será de una semana), acabe.

La otra forma de reaccionar el sujeto será de violencia absoluta. Sentirá unos celos y una ira terribles y acabará con todos los obstáculos que haya en su camino para terminar con su amor. Y por el camino puede que también acabe con esa persona tan querida para él, pues se lo tomará como una afrenta y el amor se convertirá en amor-odio, que es la manifestación más temida y salvaje del amor. Por eso, ante una persona que haya tomado la poción del amor…lo mejor es dejarse hacer y seguirle la corriente…porque si s ele rechaza demasiado…terminará de una u otra forma con la muerte. No se sabe de ningún caso de personas que hayan tomado la poción que, al haber sido rechazadas, uno o ambos de la pareja no hayan muerto.

No hay antídoto una vez tomada la poción. Se puede tomar el antídoto antes de beberla y no causará ningún efecto, pero si se toma la poción sin antídoto, solo las formas ya dichas antes lograrán cesar el efecto de la poción.

Blaise Zabinni terminó de leer el tomo y alzó la vista hacia sus compañeros. Pansy, Crabe y Goyle lo miraban con preocupación.

Potter era una amenaza para Draco.

Los cuatro sabían bien que Draco Malfoy nunca permitiría la primera opción, es decir, acceder libremente. Así que solo quedaba o que Potter muriese de dolor…o que Draco muriese….también de dolor, pero de otra clase.

A las cuatro de la mañana un grito desgarrador se escucho desde las mazmorras de Slytherin. Blaise abrió los ojos somnoliento. Draco se había despertado del shock por fin. Mierda. Por la mañana tendrían que explicarle la situación.

Harry se despertó de buen humor, con una sonrisa de felicidad inusitada en él y se tiró encima de la cama de Ron para despertarle. El pelirrojo protestó pero al ver el buen humor de su amigo se vistió rápido y bajó a desayunar con él y con Hermione, que les esperaba en la puerta un tanto preocupada.

En el gran comedor había el bullicio de siempre. Harry tenia bastante apetito así que se comió un plato de pudín, dos huevos, tres salchichas, un zumo de naranja y un vaso de leche con galletas. Aparte de esto, estaba normal. Sus amigos y él habían estado charlando animadamente sobre quiddich, las clases y el nuevo profesor de DCAO. Pero ninguno de los tres mencionó el incidente de ayer.

Hermione estaba extrañada. Harry parecía tan normal. Nadie hubiese dicho que se encontraba bajo los efectos de una poción que podría acarrearle la muerte en el peor de los casos. Es más estaba incluso más feliz que cuando venían en el tren de Hogwarts.

Miró a la mesa de los profesores. Dumbledore los miraba por encima de sus gafas. Cuando notó la mirada de la chica le dedicó una sonrisa y siguió comiendo. Hermione miró entonces a Snape. Éste miraba hacia Harry con odio y no se amedrentó para nada ante la mirada de Granger, asi que fue la chica quien esta vez tuvo que mirar hacia su plato de nuevo.

"Lo están espiando". Pensó. Entonces Harry le dio un codazo y sonrió pasándole galletas de chocolate. Hermione cogió dos y sonrió a su vez. Entonces se dio cuenta de que Harry no había mirado ni una sola vez hacia atrás, ni a los profesores ni a Malfoy. Y una duda acudió a su mente. "Lo que hace temible a la poción es que da la capacidad de razonar al que la haya bebido hasta tal punto que pueda pensar en la mejor manera de tener a su enamorado a su merced, sin volverse loco por él." Harry se había vuelto más listo. ¿Sería posible que supiera de antemano que los profesores lo estaban observando?

El grupo de Malfoy se levantó de su mesa y se dirigió a la salida. Justo antes de salir, Malfoy s eparó y dirigió a Harry una mirada de odio tan poco disimulada que todos los griffindor le miraban a él y a Harry de reojo. Malfoy cada vez estaba más furioso, Harry no le hacía ni caso, seguía comiendo. Al final, con la cara roja salió corriendo del gran comedor, con sus compinches detrás.

Ahí fue cuando Harry sonrió casi imperceptiblemente y sin mirar a ningún sitio, sólo para él.

Entonces Hermione lo vio. En la jarra de leche se veía claramente el reflejo de Malfoy y los suyos desde la puerta. Y el moreno había estado echándose leche en ese momento.

Harry había estado mirándolos todo el rato. Y ellos creyendo que los ignoraba.

"Lo sabe". Pensó Hermione. "Sabe que los profesores están espiándolo y que si hace cualquier movimiento en falso impedirán que se acerque a Malfoy. Por eso disimula tan bien….". Por Merlín, ni a ella se le habría ocurrido hacer lo de la jarra. Pero a pesar de la situación Hermione también sonrió divertida.

Harry la miró con la boca llena y alzó las cejas como preguntando de qué se reía. Esta señaló con los ojos la jarra y la puerta, dando a entender que lo sabía. Harry la miró un momento con sorpresa y después fingió un puchero de "no he sido yo". Esto bastó para que la chica soltara una carcajada. Ron los miraba extrañado.

- ¿Qué os pasa¿Me he perdido algo?

- Nada, Ron. ¿Quieres más leche?- Harry lo miró divertido. Hermione empezó a reír a carcajadas. Ron se encogió de hombros y se sirvió un vaso.

En los pasillos, Draco Malfoy echaba pestes acerca de Potter. ¿Cómo se había atrevido a ignorarlo así delante de todos? Si no fuera porque estaban allí los profesores le había gritado unas cuantas cosas.

Un momento. Los profesores. Eso era. Potter sabía que los estaban observando y había disimulado. Mierda. Entonces lo que le había dicho Blaise era verdad. Cara rajada se había vuelto más listo. Pero eso daba igual. Por nada del mundo, él, Draco Malfoy, se rendiría a los pies de Potter. Le habían contado todo lo de la poción y lo de las respuestas que tomaría el moreno en base a ella. Pues bien, lo único que tenía que hacer era rechazar a Potter de un modo tan horrible que se le desgarrara el corazón. Sí, eso haría. Draco no tenía remordimientos. Aunque hubiese sido él quien habia empezado todo, no consentiría que su castigo fuese dejarse amar por Potter. ¡Por Merlín, le daban arcadas sólo de pensarlo!

Se había pasado toda la noche vomitando y lavándose la boca. Nunca había sentido tanto asco y odio al mismo tiempo.

Le mataría. No directamente, pero sí indirectamente. Draco sabía que Potter sería incapaz de llevar acabo la tercera acción. ¿Potter violento? Ja. Era un griffindor, amante de muggles. El asesinato y la presión no iban con él. Seguramente empezaría a llorar como una muchachita desconsolada y por fin se librarían de él. Eso era. Bien, entonces pondría en práctica su plan. Al principio había pensado seguir el juego a Potter, fingir que le entendía, pero eso había sido desechado en cuanto supo que el griffindor no estaba tan embobado con su enamoramiento como él había supuesto.Así que había pensado otra táctica. Le mandaría una lechuza citándolo en algún sitio y cuando fuese, le convencería para que fuese su amigo, mientras durase la poción….entonces poco a poco, cuando potter se ablandara y confiase en él, le destrozaría el corazón.

Sí, eso era. Potter era débil. Seguro que resultaría.

Harry y sus dos amigos se dirigían hacia la cabaña de Hagrid durante el poco tiempo que les quedaba hasta sus clases. Cuando ya estaban a pocos metros, una lechuza voló hasta ellos y se posó en el hombro de Harry. Éste desenrrolló el pergamino mientras el animal emprendía el vuelo de nuevo.

- Es de Malfoy.- dijo con la mano temblorosa.

Ron y Hermione se miraron con preocupación.

- ¿Qué quiere?- Hermione se acercó a Harry.

"Ahora mismo, en la torre de astronomía. Draco."

Los tres se miraron. La torre de astronomía…

- Wow, mi primera cita en la torre de astronomía….jajajajaja, esto promete ser interesante….- Harry sonreía de nuevo. Era extraño ver al harry de siempre sonriendo de esa forma ante una carta así. Hermione le retuvo.

- Harry, ten cuidado. Ahora eres….vulnerable a Malfoy…puede hacerte daño.

- Mione tiene razón Harry, iremos contigo.

- No.

El tono de Harry no dejaba excusas. Iría él sólo. Hermione lo miró abriendo la boca para protestar, pero Harry la cogió de la mano cariñosamente.

- No os preocupéis por mí. Estoy enamorado, pero no soy estúpido. ¿Recordáis?

Sus compañeros le vieron alejarse contento y entraron en la cabaña de Hagrid para contarle al semigigante las malas nuevas.

Draco paseaba de arriba abajo por la torre. ¿por qué tardaba tanto ese estúpido Potter? Al final, cuando estaba a punto de irse, la puerta se abrió y un muy sonriente Harry entró por ella.

- Hola Draco.-dijo con simpatía. Draco alzó una ceja. Era la primera vez que le llamaba por su nombre.- Siento haber tardado tanto. Peeves obstruía el pasillo.

Harry se dirigió feliz al primer sillón destartalado que encontró y se tiró en él para después mirar a Draco.

- Y bien¿qué querías?

Draco apretó los labios. No debería ser así. Harry parecía muy confiado. En fin, daba igual, tenía que intentarlo. Y empezó a fingir.

Draco se sentó en uno de los brazos del sillón de Harry y le miró fijamente.

- Dime Potter.- Draco se aclaró la garganta.-En estos momentos¿qué sientes por mí?

Harry había estado recorriendo la habitación con la mirada. No había nadie. Y Draco le preguntaba por sus sentimientos. Esto sí que no se lo esperaba. Pues nada, al grano.

- Estoy completamente enamorado de ti, Draco.- dijo el moreno y le sonrió con dulzura.

Draco no pudo reprimir un gesto de sorpresa. Pues sí que estaba confiado Potter. Bien, a ver cuán de confiado estaba.

El rubio se acercó más al moreno, hasta sentarse junto a él.

- Enamorado¿eh?- le quitó las gafas a Harry- Y ¿cómo de enamorado estás?

Harry sonrió de la sorpresa. Esto iba a ser muy divertido.

- Mucho, Draco.- ¿para qué mentir? En ese momento intentaba con todas sus fuerzas resistirse al juego del rubio. Pero no iba a permitir que se saliera con la suya. Porque Harry sabía que estaba jugando con él y eso….bueno, le gustaba pero a la vez no.

- Ahá.-Draco dejó las gafas encima de una mesilla. – Ya. Entonces si estás tan enamorado, no tendríamos ningún problema para solucionar lo del efecto de la poción¿no? Así que, será mejor que nos demos prisa. ¿No crees?- en ese momento la expresión de Draco cambió y se tornó fría.- Vamos, Potter, desnúdate.

Esto cogió desprevenido a Harry, que le miró con ojos de sorpresa.

Draco sonrió para sus adentros. Justo lo que pensaba, Potter tenía miedo.

Harry se relajó de la sorpresa. ¿Y ahora qué hacía? Por supuesto que deseaba desnudarse, pero…

- Después de ti, Draco…- Harry sonrió con timidez.

El rubio respiró hondo y se agarró fuerte al sillón. Mierda. Potter era más tímido y estúpido de lo que pensaba.

- ¿Qué pasa¿No me habías dicho que me querías¿Por qué pones pegas?

- ...no quiero que entre nadie….ni que nos oigan…además, es mi primera vez.- Harry puso la expresión más pura y tímida que pudo.

Draco se estaba poniendo rojo. Mierda. Esto le estaba afectando demasiado. Sólo tenia que haberlo convencido de que se desnudara, caer en sus garras y al final le habría dejado en esa habitación, solo y con las ganas. Pero el moreno se resistía. Mierda de poción.

Draco puso un hechizo silenciador y protector en la puerta.

- ¿Contento? Venga, empieza.

Draco se puedo en el sillón de enfrente. Le daba mucho asco pensar que vería a Potter desnudo, pero, en fin.

Harry lo miró unos instantes, sonrojado. Después se puso de pie y miró toda la habitación. No había nadie. Bien.

Harry se encogió sobre sí mismo lanzando miraditas tímidas a Draco.

Draco se impacientaba. ¿Qué narices pasaba ahora?

- ¿Qué?

Harry lo miró con tristeza.

- No sé….si debo hacerlo…tú…a ti no te importo…

Por supuesto que no me importas imbécil. En este momento me gustaría estar en cualquier sitio menos aquí.

Pero lo que dijo fue:

- Potter, lo que yo sienta carece de importancia. Eres tú quien debe librarse de la poción.

Harry lo miró ofendido y se levantó dispuesto a irse.

Draco se levantó corriendo y lo puso de nuevo en el asiento.

- Pero, si insistes…tal vez…si que sienta algo por ti…

Harry lo miró con los ojos como platos. No podía creer que Malfoy actuara tan bien. Casi se lo creía.

- Draco.

- ¿Qué?

- ...bésame.

- ... … … ¿QUÉEE!

- Si me quieres, bésame.

Draco quería contener las arcadas. No podría hacerlo, no podría volver a sentir esos labios en los suyos, esa repulsiva lengua….arrrrrrggggg

Pero si no lo hacía, Potter no confiaría en él.

Draco respiró hondo y preparó su mente para lo que iba a hacer.

Harry se reía para sus adentros. Qué mono que estaba, luchando por dominarse y no gritar de asco…

Al final Draco lo miró con determinación y le hundió la cabeza en el sofá presionando sus labios contra los del moreno.

Harry cerró los ojos y un escalofrío recorrió su cuerpo.

Draco por su parte esperó a que llegaran las arcadas, pero no sintió nada. Esperó un poco más…..nada. Mierda, ya llevaba demasiado tiempo en los labios de Potter.

Se separó rápidamente del griffindor y se levantó a dar vueltas por la habitación.

Harry suspiró y abrió los ojos sonriente. Bien. Era la hora de poner fin a la farsa…y mostrar a Draco su otro lado…

Harry se sacó la varita de la capa y lanzó un expelliarmus al rubio. Éste se volvió a mirarle con sorpresa, sólo para recibir un petrificus.

Al final Draco estaba tumbado en el suelo boca arriba, mirando con odio a Harry.

El moreno se acercó y se sentó a horcajadas sobre el estómago de Draco. Éste se estaba empezando a poner rojo. Había bajado la guardia, eso no se lo perdonaría nunca.

- Draco, Draco, mi pequeño dragoncito…¿de verdad creías que me iba a tragar que pretendías ayudarme¿que me querías?- Harry resopló divertido. Sus ojos eran malignos.- No. No soy estúpido Draco, ni siquiera bajo los efectos de una poción. Es más, ahora me siento mejor, más espabilado. Pero supongo que ya sabías eso¿no? Tú también debiste leer el libro…¿me equivoco?No…y seguramente pensastes que no ibas a dejar que la poción se acabase ni de la primera forma, ni de la última….asi que sólo te quedaba romperme el corazón…ay, Draco, la verdad es que me lo esperaba¿sabes? Una mente tan retorcida como tú dejando espcapar la oportunidad de herir a Potter, no, no, no, imposible…- Harry se acomodó más y prosiguió- Te has portado muy mal Draco. Mereces un castigo por intentar jugar con los sentimientos de los demás.¿No crees? Um…¿qué puedo hacerte¿Te lanzo un imperios para que me obedezcas?- los ojos de Draco se cerraron furiosos- ¿O quizás te dejo así, para poder hacerte lo que me plazca?- esta vez se abrieron de miedo.

Harry sonreía al ver el miedo del rubio. Al final movió la cabeza y se levantó de él.

- No. Yo no soy como tú Draco. Y no me gustaría serlo, así que haznos un favor a los dos y enamórate de mi lo antes posible…o no me quedará más remedio que enfadarme de verdad. ¿Entendido?- se agachó y besó a Draco en los labios. Un beso corto, de despedida. – Adiós, mi amor. Tengo clase.

Y se fue, dejando a Draco petrificado en el suelo.

Una hora después subió Snape y lo despetrificó. Potter acababa de "acordarse" de que Draco estaba en la torre, con serios problemas para levantarse…. Snape había temido lo peor así que subió furioso….pero soltó un suspiro al ver al rubio todavía vestido y sin vestigios de violencia.