bueno pues nada, a ver, aver... ¿tengo las ideas? si...¿tengo el teclado?si...¿tengo dedos? si... pues nada, a empezar a escirbir, aver qué sale...XDrezad porque sea algo bueno...

Es cierto, He-man decía "Por la calavera gris", cierto, cierto, no habia caido. Es que He-man es el príncipe de Greyskull, que es una especie de castillo-fortificación en forma de calavera, y, en efecto, su entrada tiene esa forma, asi que no seria de extrañar que la palabreja fuera esa. Asi, su casa le da el poder a él y su espada. Um, claro, por eso el malo, esqueletor (un tio con calavera en vez de cara) siempre queria quitarle la casa. Agh, seguro que se la robó. He man es un ladron! hay que ver...

Draco se ajustó los guantes del traje de quidditch y se pasó una mano por el pelo.

-Te vas a enterar, Potter.

Snape le habia contado sus últimas precocupaciones y por fin Draco había comprendido qué narcices le pasaba de verdad al moreno. En este momento habia dos Harrys: el fuerte y el cariñoso.
Lo que no sabía era contra quien jugaría el partido.

El resto de compañeros del equipo de quiddicht se terminaban d evestir. El entrenador dio la orden y salieron al campo.

Una ovación desde los palcos superiores inundó el ambiente. Draco miró hacia arriba. Estaba lleno. Por supuesto que había mucha ilusión y acción en ver los partidos pero Draco sabía que hoy era un dia especial: él se enfrentaría por última vez contra Harry Potter. Buscador contra buscador. Y era la última vez porque si Harry le ganaba, ni siquiera le quedaría el suficiente orgullo para mantener la cabeza alzada...no después de la promesa de ser suyo para siempre. Por Merlín, debía ganar. Aunque fuera difícil, aunque fuera imposible, aunque no hubiese ganado ni una maldita vez en todos los cursos...esta vez cogería la maldita snicht antes que Potter...porque si no...algo más que su honor estaría en juego...

No pensaba perder su virginidad con él.

Arcadas.

Llegaron al centro del campo. Griffindor ya estaba allí. Esta vez junto con Harry estaba la comadreja pelirroja...bah, ese sería el cebo para budlers...

- ¡Montad en las escobas!

El árbitro levanto una mano.

Montaron en las escobas. Los dos capitanes de los equipos se estrujaron las manos mutuamente.

El árbitro soltó las budlers. Estas salieron disparadas hacia arriba.

La snitch dorada salió detrás de llas y se perdió en el cielo azul.

El pitido de salida.

Draco dio una fuerte patada y despegó.

Harry hizo otro tanto.

Todos estaban ya en el cielo, volando en sus escobas. Draco subió un pco más arriba que los demás para observar bien el panorama y divisar las nitch antes que Potter. Le daba igual si su equipo ganaba o perdía, simplemente quería coger la maldita bola dorada.

Una escoba se paró tras él.

- ¿Oteando el horizonte Malfoy?

Harry lo miraba con malicia.

Maldición.

Ya sabía de qué Harry se trataba.

-Piérdete Potter. Esta vez no conseguirás ganarme.

- Eso es lo que dijiste el último partido...y el anterior...y el anterior...- y se elevó en el cielo soltando una carcajada que puso a Draco los pelos de punta.

Un reflejo dorado.

¿El sol?

No.

Por allí.

Draco se impulsó como una flecha.

Harry le siguió.

La snitch se distinguía como una mancha dorada a velocidad supersónica.

Dracos e acercó a ella, con la misma velocidad.

Potter estaba más lejos, no podría alcanzarla.

De repente Draco se paró.

Se dio la vuelta atónito.

Harry había cogido su escoba.

Se dirigió furioso hacia el moreno.

- ¡POTTER¡Eso es trampa!

- Nanai. Tú me hiciste lo mismo en un partido. Además, no pienso dejarte ganar, Draco. Que te quede bien claro. - se alzó por encima de su cabeza. Le sonrió malignamente. - Serás mío Draco. Con o sin trampas. Aunque para ello tenga que tirarte d ela escoba.

Y se fue volando a buscar la snitch.

Draco estaba furioso y a la vez tenia miedo.

¿De verdad era ése Potter?

Sacudió la cabeza y se elevó más. Miró cómo iba el partido. Empate a cero. Mierda.

Veinte minutos después seguía buscando la snitch. La había encontrado tres veces. Antes que Potter. Pero en las tres este le habia hecho algo para que no la consiguiera. Esto no podía seguir así. Draco se alejó lo que pudo de Potter y rezó para que la bola con las pasara por su lado.

Milagro.

La bolita pasó por su cabeza y bajó hacia su equipo.

Draco se dio prisa. Potter le había visto. Maldición.

Daba igual, estaba demasiado lejos.

Se tiró a por la snitch. Estaba muy cerca.

Cada vez más cerca.

Ya casi podía tocarla.

Lo demás eran manchas, borrones de colores, sólo veía el brillo de la snitch.

De repente su rabillo del ojo captó una mancha roja que venía de su izquierda a toda pastilla.

Y estaba dispuesta a chocar contra él.

Potter.

Draco hizo una pirueta y se alzó, perdiendo de vista la pelota. Harry lo persiguió hasta arriba y luego se impulsó a por la snitch.

Ni hablar.

No lo permitiría.

Harry no podía creerlo. La snitch habia aparecido tres veces delante de Draco. ¡Qué suerte tenía!Antes él siempre la divisaba antes, pero parecía que al rubito la presión y la adrenalina le aumentaban la velocidad. Por tres veces, no, por cuatro, casi conseguía la snitch. Menos mal que le había parado, eso si, haciendo trampas. Pero¿qué mas daba? Como bien le había dicho, no dejaría que ganara el partido, ni la apuesta. No, ni hablar. Llevaba demasiado tiempo esperando, demasiado dolor, demasiado calor. Además nadie parecía estar fijándose en ellos. Todos miraban a Ron y cómo se había hecho el mejor jugador de griffindor en tan poco tiempo...mejor. No le importaba. Ahora sólo importaba coger la maldita pelota alada antes que el sly. Y la cogería. Vaya si la cogería. Y cuando la tuviese en las manos, se giraría triunfante para ver la cara de perdición de Draco...

Y entonces el rubito sería suyo.

Y le haría todo lo que quisiera.

Todo.

Si se hubiese mirado en un espejo en ese momento, se habria sustado de la cara tan horrible que tenia. Sus facciones malignas eran peores que las de Vodemort.

Harry ene se momento no pensaba, no veía. Sólo sabia una cosa: evitar que Draco cogiese la snitch.

Draco miró a Harry en medio d ela desesperada carrera por la bola dorada. Y se sintió completamente atrrado. Harry. Sus facciones estaban desfiguradas, sus dientes apretados, su mandíbula en un rictus de odio concentrado.

Y Draco sintió miedo.

Le separaba una gran distancia del griffindor y la snitch, nuca lo conseguiría.

Pero ver esa mirada...le aterraba.

¿Qué le haría alguien con una mirada así en la cama?

Dicen que el miedo da fuerzas.
Dicen que incluso la persona más débil se vuelve fuerte cuando está aterrada.
Dicen que un niño puede arrancar un picaporte de una puerta si siente verdadero terror.
Eso es el miedo.
El miedo da fuerza.

Y el miedo fue lo que hizo a Draco saltar desde su escoba a la de Harry en el momento que éste iba a cerrar sus manos en torno a la snitch.

Y cayó.

Doscientos metros de altura.

Draco despertó

Estaba en la enfermería.

Le dolía...no. No le dolía nada. Es más, no sentía nada.

intentó mover el cuello.

Nada.

Una terrorífica pregunta apareció en su mente.

¿Parapléjico?