CAPITULO 9
TERMINA
William se despertó notando que Candice dormía profundamente, estaba durmiendo boca arriba con las piernas vendadas, se sintió un poco mal por la situación y supuso de inmediato que si ella no trabajara cosas como estas no pasarían.
No era una decisión que el debía de tomar porque se prometió dejarla realizarse como una profesionista, sin embargo las cosas no marchaban del todo bien entre ellos y no podría simplemente negarse a que esto fuera así.
Sabía perfectamente que las cosas no iban por buen camino, se estaba comportando un poco mal con ella y debía de admitir que Candice se esforzaba e incluso cocinaba para que los descubrieran cosas pero parecía que tal cual solo le criticaba.
Como era posible que si él deseaba tanto estar con ella y ahora que al fin estaba cumpliendo ese sueño lo tiraba todo al fondo del abismo…suspiro pesadamente saliendo de la habitación para pensar que tendría que hacer respecto a su matrimonio.
La rubia se despertó más tarde de lo habitual, lo cierto es que había pasado una noche complicada con las heridas que tenía en las piernas se miró con pesadez pero se levantó para ir al baño…lo peor de esto era la tirantez que sentía en la piel debido a la sequedad.
Después de asearse se miró al espejo, era como si esa persona que miraba frente al espejo fuera alguien más que no reconocía…sentía que se estaba perdiendo en todo esto, amaba a William no dudaba de sus sentimientos por él.
No dudaba, pero tenía que ser honesta y es que no estaba por el momento nada feliz.
William estaba mirando el monitor perdido en sus pensamientos, las cosas no estaban bien y esto le estaba afectando.-Tengo media hora llamándote.-dijo Pauna mientras este le miraba con sorpresa.
Perdón, no escuche.-dijo él.
¿Qué te pasa?…¿Por qué no vino Candice?...-le cuestiono la rubia.-mientras se acercaba a la puerta para cerrarla.
Dios.-dijo el rubio mirando a su hermana e inclinando la cabeza hacia atrás.-Ella tuvo un accidente ayer, derramo el café y se mojó las piernas…hasta la noche me pidió la llevara a urgencias.
¿Está bien?.-el negó.
¿Qué demonios has pensado William?.-le riño su hermana mayor.-No quiero ni imaginar que han pensado que ella sufre de violencia doméstica.
Algo así.-respondió pesadamente mientras su hermana que en algunas ocasiones era su confidente tomo asiento y después de unos segundos en silencio él pudo hablar.-Hemos tenido algunas diferencias, ella me dice que todo le crítico y es verdad.
Porque siempre eres tan severo con todos, empezando por ti mismo.-el negó.-Sabes que no miento, pensé que habías dejado de tener toc, tomaste terapia durante años.
Eso lo tengo controlado, desde que Candice se mudó las cosas cambiaron y bueno ella cocina o cocinaba.-
William si de verdad la amas, inténtalo…no te rindas tan fácilmente pero si tu estas dudando de este matrimonio.-el rubio miro a su hermana con atención.-Déjala libre y ser feliz.
El rubio sintió un desazón en el estómago, de solo pensar en no estar con Candice su mundo entero se movía y es que sus planes no iban como el pensó.
No sé qué hacer, no tengo cabeza para tantas cosas y más con la cena de los empresarios.-soltó de inmediato.
Hare algo que no me compete.-dijo Pauna mirándole severamente, como la hermana mayor que era.-Iré a ver a Candice para saber qué pasa con ella y es la única vez que te ayudare, si lo tiras por la borda será tu problema.
El rubio asintió.-Te agradecería esto.
¿Su familia sabe lo que paso?-el rubio negó.-Bueno creo que se darán cuenta, así que debes de ser listo para manejar la situación en especial con Stear y su padre.
Pauna salió de su oficina mientras el solo se limitaba a tratar de entender lo que pasaba, porque no era por falta de amor que las cosas iban mal.
Candice estaba recostada en el sofá de la sala mientras una de las empleadas le dejaba la bandeja preparada la bandeja con sus medicamentos.-Señora, ¿Quiere alguna otra cosa más?.-
No muchas gracias Jen, puedes retirarte.-el timbre sonó.-Déjeme abrir, el día de hoy estaré el día completo porque el señor me llamo para pedírmelo.
Candice no podría decirle que se retirara ya que sabía era media jornada más para la mujer.-Esta muy bien.-La rubia suspiro hondamente mientras encendía el televisor, pensaba que tal vez por estar con mucho trabajo es que estaba descuidando en cierta forma su matrimonio.
La voz de Pauna le hizo girar la vista para toparse con su cuñada con un arreglo de tulipanes, no sabía desde que tiempo esta flor se había convertido en su favorita.-Supe que estabas incapacitada y he venido a verte.
No te hubieras molestado.-dijo la rubia sonriente.-Son preciosas.
Y son todas tuyas.-respondió Pauna mientras colocaba el florero en la mesa de centro.-Supe por i hermano que eran tus favoritas.
Creo que lo descubrí cuando el comenzó a regalarme de todas las flores.-contesto al rubia con una sonrisa.-Me da gusto que vinieras.
¿Cómo estás?-
Pues me arde un tanto y es molesto, además creo que me quedaran marcas.-
Las marcas son lo de menos, más bien me refiero a cómo te sientes tu.-la rubia no sabía cómo responder eso.-He traído hamburguesas para comer, seguramente en esta casa solo comes pasta italiana.
Candice comenzó a llorar mientras su cuñada se sentó a su lado tomando su mano, se sintió mal porque amaba a su hermana menor y deseaba que fuera feliz…pero también no era ciega, adoraba a la rubia.
Después de que esta se tranquilizó, llego Jen con una caja de klenex para la señora de la casa, ella no se entrometía en nada pero siendo honesta creía que una recién casada debería de estar feliz no triste.
¿Te sientes mejor?-
Mucho mejor, creo que tengo hambre.-ambas rieron mientras que dispusieron a comer…la tarde fue amena para Candice quien sintió la visita de Pauna como un bálsamo para su herida piel.
La noche llego y esto significaba que William llegara a casa, su hermana no había regresado a la oficina por lo que no supo nada y bueno se esperó a que ella le avisara algo, pero su hermana como la perfecta tirana que era no le aviso absolutamente nada.
Llevarle flores no era suficiente porque lo que debía de hacer era disculparse con ella y más porque se comportaba un estúpido en algunas ocasiones…bajo de la camioneta para entrar en su silenciosa casa, esto le dio un poco de paz.
Se detuvo durante unos minutos en el despacho donde bebió un vaso de whisky para poder asimilar que hacer, después de un rato subió las escaleras así que entro a la habitación y ella estaba dormida cubierta solo por la sabana.
Sintió como su corazón se apretujaba porque las lesiones que se hizo por su torpeza pudieron tener mayores consecuencias…se acercó a ella lentamente y se inclinó para besarle la frente mientras la rubia abría los ojos.-Haz llegado.-dijo quedamente.
Perdóname mi amor, he sido un sido un idiota.-ella asintió, no podría negarlo ni aunque quisiera y no permitirá más cosas que le molestaran, pero lo que menos deseaba era pelear por el momento estaba cansada.-Cambiare te lo prometo.
Eso espero.-dijo ella acariciando su mejilla, miraba arrepentimiento en sus ojos y a pesar del profundo amor que le tenía…dolía un poco.
La beso en los labios mientras ella cerraba sus ojos creyendo en sus palabras, estaban empezando su matrimonio debía de luchar con sus manías y con las de William.
Los días siguientes Candice permaneció en casa, recibió la visita de sus padres quien se sorprendieron de lo que había pasado y se dedicaron a mimarla un poco, Stear por su parte recordó que limpiaron la oficina porque se cayó una taza de café pero sentía que algo le pasaba a su hermana.
Claro que Candice no decía nada de sus problemas a sus padres, porque eran situaciones que solo le atañaban a ella y no deseaba involucrarlos porque al final ella amaba a su esposo…trataba de entender que era difícil para ambos adaptarse.
William se deshizo en mimos para ella, la cargaba en brazos cuando se marchaba y cuando regresaba hacia lo mismo...era como cuando eran novios y bueno el mismo le pidió que cocinara de nuevo cuando ella estuviera en condiciones de ello.
Las vacaciones terminaron un día y regreso a la oficina donde todos le miraban encantados, pero para Sebastián fue la mejor noticia de todas porque él se había hecho responsable de todo el trabajo y estaba ansioso de regresar al viejo continente.
La rubia tecleaba en la laptop mirando los proyectos que estaban todavía vigentes y bueno todo estaba en orden…tal vez tendría un poco de tiempo libre para salir temprano del trabajo y tomar algunas fotos como lo hacía antes.
Así que haz vuelto entonces.-dijo el castaño sonriente.
He vuelto.-contesto ella sonriente mientras se unían en un abrazo.-¿Cómo te ha ido?.
Pues he trabajado como un esclavo por tu culpa, ¿Cómo es eso de que te has quemado?.-le pregunto con duda el castaño.
Tropecé y bueno pues derrame una taza de café caliente, fue todo.-
Semejante lío, adoro a las mujeres con tacones pero siempre he pensado que son un arma letal.-comento Sebastián.-Alguna vez viste la película de mujer soltera busca.-La rubia negó.-Creo que soy muy viejo.-
Aun estas de buen ver.-contesto Candice haciéndolo reír.-Pero de que va esa película.
Larga de contar pero la loca mata al novio de la protagonista con un tacón de aguja color rojo.-la rubia abrió los ojos con sorpresa.-
Algo violento para los ochenta no crees.-el rodo los ojos.-ya que tenga tiempo la veré.
Pero ya fuera de broma, ¿Estas bien?-ella asintió sonriente mientras que Sebastián solo no pensaba mucho.-Tengo que terminar con algunas cosas para poder irme a Francia después de la fiesta del aniversario.
¿De qué fiesta hablas?-
Pues de la fiesta que se da por un año más de la empresa, ¿Por qué no lo sabes?-
Tal vez William no quiso agobiarme o algo así.-contesto la rubia mientras el castaño alzaba los hombros.-Entonces hay que trabajar.
Vamos a trabajar.-contesto el mientras revisaban lo que había hecho.
Tengo la lista de invitados lista, así que solo es cuestión de pedir las invitaciones y enviarlas.-dijo Pauna mientras William asentía.
¿Qué sucede?-
El lugar que haz confirmado ya, no lo sé.-ella enarco una ceja, su hermano era un poco especial.-Siento que hubiéramos buscado algo más nuevo.
Tú sabes que si cambio el lugar mi padre es capaz de no ir, ellos tienen sus ideas.-contesto Pauna.-Pero tú decides.
Este será el último año ahí, el siguiente quiero algo mucho más nuevo.-comento el mientras que la rubia asentía y él tomaba la lista de invitados para revisarla.
Pensé que no vería mas este nombre en la lista.-dijo el rubio secamente.
Los Johnson son proveedores de nosotros y claro que siempre estarán invitados, pero tu revisa la lista y me dices que pasara.-dijo Pauna mientras escribía algunos mensajes esperando a que su hermano le diera el visto bueno.
Estaban a un par de meses de la cena por lo que corría el tiempo contra reloj, aunque pareciera que no pasaba nada pues Pauna era una excelente organizadora de eventos y solía mantener la calma la mayoría de las veces.
Antón toco la puerta mientras asomaba su cabeza rubia.-Espero no interrumpirlos.
Pasa.-
Tengo las cotizaciones sobre los cursos.-dijo el mientras extendía las hojas a William quien suspiro hondamente.-
¿Son los mejores precios?-
Son los mejores precios que existen, además no tendremos que trasladarnos porque los darán aquí en las instalaciones.-dijo el rubio mientras el solo asentía, tenía mucho trabajo que hacer y estaba a un paso de un dolor de cabeza.
Quiero revisar todo con cuidado, así que las decisiones que tome se las hare saber.-comento el mientras sus hermanos le daban espacio para pensar las cosas, cuando estuvo solo dejo las hojas para pensar.
No deseaba tener contacto con los Johnson, no deseaba verlos ni mucho menos lidiar con la incómoda presencia de la presidenta del grupo…suspiro pesadamente porque sabía perfectamente que tenía que mantener relaciones comerciales porque le eran en cierto punto beneficiosas.
Se levantó de su silla, para buscar a Candice necesitaba descansar un poco su mente pero cuando abrió la puerta estaba ella pegada a Sebastián…sintió como sus entrañas se removían inquietos en su estómago.
Le causaba una gran molestia verla tan cercana a ese don juan y no le gustaba la química que tenían porque era como si solo el pudiera hacerla reír…apenas había regresado, pero los buitres estaban ahí rondándole como presa.
Apretó los puños tratando de tranquilizarse porque se suponía que ellos ahora mismo estaban bien y las cosas debían de ser mejores cada día…tenía que ser un mejor esposo para ella.-¿Qué sucede que estas espiando a mi hermana?-dijo Stear a su oído, el rubio brinco de su sitio haciendo un poco de ruido captando la atención de su esposa y Sebastián quienes le miraron con duda.
William.-dijo Candice levantándose de su asiento.
Lo siento estaba por entrar, pero tu hermano me ha saco un susto de muerte y quería saber si los proyectos están como para revisión.-El castaño le miro extrañado porque el había revisado ya la mayoría, sin embargo sonrió así que había descubierto al mirón.
Estaba diciéndole a tu esposa sobre los ángulos de estos productos.-comento le castaño su mirada divertida hizo incomodar a presidente de la empresa.-Por cierto, Pauna me dijo sobre la fotografía del evento.
Hará un contrato para eso.-soltó el rubio mientras Stear solo estaba ahí como sombra en medio de una incómoda conversación.
Te llevare lo que hace falta una vez que este revisado o más bien a Pauna.-
Creo que a Pauna.-dijo William mientras los cuatro se quedaban en un silencio incomodo, la rubia se acercó a su esposo y este solo le tomo de la mano para darle un apretón saliendo del estudio.
¿Qué fue todo eso?-dijo el castaño mirando a su amigo.
¿Qué?-
Olvídalo, necesito que me digas que haremos con la muestra que mando Fred.-dijo Stear trayéndole de vuelta a la realidad del trabajo.
Seguimos entonces con la foto del empaque.-dijo Sebastián mientras la rubia asentía, no estaba para perder tiempo en más cosas.
Cuando llegaron a casa la relativa calma estaba en ella, la rutina estaba instalada en casa pues ella regresaba un poco más temprano a casa y con todas las ganas que tenía por fotografiar caminaba por la calle donde vivía para fotografiar lo que podía.
Adoraba la sensación de paz que le daba regresar a su alma mater, hacer aquello por lo que estudio…capturar un momento, un instante, un detalle…era simplemente perfecto…camino durante un largo tiempo.
William llego a casa y se percató que no estaba su esposa, en primer instante tomo su teléfono para marcarle…después de unos segundos que parecieron infinidad le escucho.-Bueno.-Sonó su voz melodiosa.
¿Dónde estás?...he llegado a casa y no te encuentro.-
Salí por un momento, pero no.-
Candice te he dicho que no salgas sola, puede pasarte algo malo y habíamos hablado de esto…-suspiro el pesadamente, la rubia supo al instante que estaba molesto.-Pasare por ti.
Ella ya no le contesto porque colgó la llamada y el rubio se sorprendió un poco, pero cuando estaba por marcar de nuevo ella abrió la puerta.-He llegado, salí porque necesitaba tomar algunas fotos es todo y regrese con bien…no quiero problemas.
Yo solo me…-
Tengo hambre y son las nueve de la noche.-dijo ella con enfado, mientras no le daba importancia al asunto así que el solo dejo de tratar de reñir con ella.
Cenaron en completo silencio mientras que el rubio al fin pudo decirle a ella.-No había podido comentarte que tendremos en un par de meses el evento de celebración por aniversario de la empresa.
Algo escuche que me dijo Sebastián.-respondió ella sin maldad.
Eres demasiado cercana a él, ¿No lo crees?.-La rubia le miro con duda, porque era que decía esto cuando le dejo en claro que no deseaba pelear.
Algo sí, es quien me está instruyendo en la fotografía.-
Así que te gusta su compañía.-
¿De qué va todo esto William?-contesto la rubia con enfado.-No tengo interés alguno con él y bueno Sebastián es un profesional y además soy tu esposo.
Pero eso no quiere decir que no puedan coquetear.-afirmo el rubio mientras ella se levantaba de la mesa.-Siéntate que estamos hablando.
No tengo ganas de hablar contigo y mucho menos por cosas como estas.-afirmo ella mientras caminaba por el pasillo.-Me cansa que no podemos tener un día sin que estés pensando en quien me fijo.
Eres mi esposa y debes de…-
El que no se respeta eres tú, dudas de mi como si fuera una cualquiera y la verdad seré todo menos una mujerzuela…-el rubio se quedó callado.-No soy esa clase de mujeres a las que parece estás acostumbrado.
No es lo que yo.-
Querías decir, venga pues parece que si William y me tienes harte con todo esto, ni siquiera tenemos un año de casados cuando ya parece que han sido como diez…buenas noches.-soltó Candice caminando hacia las escaleras dejando a su esposo mirándola con atención.
Suspiro pesadamente, era cansado tener que lidiar con sus dudas constante cuando el mismo había decidido que no lo haría más…quedo en que haría un esfuerzo con su esposa.
Candice se dio una ducha y después se secó el cabello…se miró al espejo para hacer su rutina de noche cuando sintió la presencia de su esposo a su espalda, estaba molesta con el…le causaba mucha tristeza tener que pasar por esas desavenencias con William.
Yo quiero disculparme contigo.-
No es la primera vez que lo haces.-
Perdóname.-la rubia suspiro hondamente mientras solo dejaba abrazar, lo amaba en verdad pero cada día era mucho más difícil asimilar las cosas porque llegaba el punto que las disculpas se vuelven frases en el aire.
Hicieron el amor sin mucho afán solo por cumplir con el deseo de sentirse uno parte del otro mientras suavizaban su mala racha en ese matrimonio extraño.
El mes se había ido corriendo y la relación entre los rubios era mucho más tranquila, William parecía estar más convencido de tener que ceder en muchas cosas…era como si de pronto en su mente el hiciera más esfuerzo que nunca por no perder a su esposa.
William tenía una cantidad de trabajo abrumadora sumado a que tendrían capacitaciones en un par de semanas, la rubia lo miro solo al irse al trabajo y algunas noches le sentía acostarse en la cama.
La rubia sabía que con eso de los cursos estaría ocupado, así que decidió ir a una galería de arte disfrutaba mucho de hacerlo por lo que simplemente lo decidió no tendría nada de malo recordar viejos momentos.
Camino tranquilamente a la recepción de la empresa donde tomo un uber para ir a casa, deseaba cambiarse esa ropa y volver a ser solo Candice…se ducho, tomo su vieja maleta de donde saco unos jeans rotos junto con sus converse y una playera básica.
Se marchó de casa mientras le decía a Jen que iría a donde su mamá para ir a visitarla porque le extrañaba, tontamente creyó que con esto no pasaría nada.
Llego a la sitio por lo que bajo con calma, pago su entrada y se dispuso a disfrutar de la copa de vino tinto que incluía el pago para mirar las fotografías que estaban decorando las paredes de la galería…adoraba el concepto vintage…suspiro anhelante, se tomó su tiempo para ver con detenimiento cada fotografía y entender lo que deseaban transmitir.
William salió temprano, sí que decidió irse a casa para poder pasar tiempo con su esposa y es que habían estado saturados de todo…cuando llego a casa y supo que su esposa no estaba se sintió un poco apesumbrado pero tomo la decisión de marcarle a Lauren.
Bueno.-sonó la voz de su suegra al otro lado de línea.
Que tal esta señora Lauren, soy William.-
Muy bien gracias y ustedes que tal están, me dijo Candice que festejaran un aniversario más en tu empresa.-
Así es señora, sabe que están invitados.-
Gracias pero tenemos torneo de mi hijo, ya le había comentado a mi hija tal vez se le paso decirte.-el asintió, estaba un poco ansioso.
Ella no me comento nada.-
Deberías de pasármela para reñirla.-soltó Lauren mientras él se sorprendía un poco entonces ella no estaba con su mamá…le había mentido.
No se preocupe, se le olvido le llame para saber si asistirán y bueno en todo caso espero que Saintz pase las eliminatorias.-
Gracias, yo espero lo mismo y que estén bien hijo.-sin más colgó el teléfono pero en un arrebato lo arrojó al suelo, se cambió de ropa pensando mil cosas…aún estaba Jen así que ella debía de saber algo.
La mujer estaba acomodaba la ropa que saco de la lavadora, cuando unos pasos le alertaron.-Disculpe Jen pero quiero saber si sabe dónde está mi mujer.
Me dijo que iría a donde su mamá.-contesto ella diciendo la verdad.
Usted tiene un tiempo trabajando para mi ¿Cierto?.-la mujer asintió un poco nerviosa.-Sé que usted no me mentiría ¿Verdad?-
Si señor yo le mentiría, ella me dijo que si usted llegaba le dijera que fue con su mamá.-el rubio asintió saliendo del cuarto de lavado, esa mujer no tenía la culpa de su esposa mentirosa…camino hacia la cocina de donde tomo una botella de agua que bebió.
El corazón le corría aceleradamente en el pecho, se sentía enojado primero porque salió de casa sin avisarle o más bien sin su permiso, segundo le mintió y tercero le preocupaba que algo le molestara.
Tiro la botella al bote de basura, pero algo llamo su atención era un formato de publicidad que desdoblo para leer galería de arte una fotografía dinámicamente vintage...lo supo seguramente ahí estaría su flamante y mentirosa mujer, pero esa vez le escucharía.
Candice miraba con gusto una fotografía de Canadá, era precioso el contraste del lago y la montaña…era simplemente una foto para mirar por horas lo único que ella deseaba era estar ahí en ese lugar para desconectarse de todo.
Es una foto preciosa verdad.-dijo una voz masculina.
Si es preciosa, me gustaría mucho conocer ese lugar.-dijo Candice mientras miraba al hombre que estaba a su lado.-Creo que trasmite lo que tenía de intención el fotógrafo.
Eso era exactamente lo que deseaba sucediera.-contesto el hombre un poco mayor que la rubia pero no podría negar que esos ojos eran expresivos.-Soy Leon el autor.
Mucho gusto soy Candice.-dijo ella sin dar sus apellidos.- ¿Te ha gustado la exposición?
ME ha encantado, son trabajos de varios fotógrafos por lo que leí.-el asintió.
Tú sabes que en ocasiones es complicado tener una galería que exhiba por si solo tu trabajo, así que nos reunimos nosotros tres y vuála.-comento el chico sonriente, la mujer que tenía enfrente era preciosa.
Lo sé, tienes que tener algunos contactos cuando se es fotógrafo y siento que es más fácil cuando eres pintor o artista plástico.-el chico asintió.
¿Acaso tu eres?.-
Soy fotógrafa, trabajo ahora mismo en una empresa pero adoraba hacer este tipo de fotos.-contesto ella con pesar.
¿Adorabas?-la rubia asintió.-No debes de dejar de hacer lo que te apasiona hacer, deberías de tomar un curso de paisajes y volar a recorrer el mundo.
Suena maravilloso como lo dices, pero de verdad es así.-el asintió.
Es maravilloso cuando encuentras el ángulo, la luz y el momento perfecto.-dijo sonriente León mientras ella reía.-Sé que suena un poco metafórico, pero no hacerlo te causara frustración.
La rubia entendía eso bastante bien lo que le decía.-Creo que tienes razón, solo que ahora tengo otros prioridades.-dijo ella mostrando su dedo anular.
Semejante roca, ¿Sales con eso a la calle?-
Todo el tiempo, hay personas vigilándome.-el alzo las manos mientras reían ajenos a todo lo demás.
Bueno pues me da gusto saber que te gustan las galerías de arte y exposición, ¿Por qué no te había visto antes?-
Porque desde hace un tiempo que no vengo y han cambiado algunas cosas, durante un tiempo salí con un pintor así que aprendí de esto un poco.-afirmo Candice.
Seguramente Francés, no será uno que casualmente su padre es escultor y su madre una maestra de letras.-ambos rieron.-El mundo es pequeño cierto.
Lo es.-contesto ella bebiendo un sorbo de su copa.
Pues no sé si tú tienes idea, pero está teniendo bastante éxito en nueva york y su galería es muy visitada…tiene un talento enorme como su padre.
Si Archivald es muy talentoso.-respondió ella con nostalgia, lástima que también hubiese sido mentiroso con ella.-Me gusta su arte.
A mi también me gusta su arte, sé que tal vez no tengas tiempo pero hay talleres muy buenos y mira te daré esta tarjeta para que si quieres.-ella la tomo y miro el nombre de León junto con otros dos.-Digo en algún momento tomar algo.
Me parece bien.-contesto Candice amable.
El rubio se había estacionado con un poco de dificultad porque no había muchos lugares, camino con prisa para buscar la mentada galería de solo pensar que ella estuviera con ese maldito francés le cegaba la ira.
Maldita sea.-dijo para sí mismo casi corriendo y subiendo un par de manzanas hasta que vio un edificio destartalado con un anuncio luminoso…era el lugar.
Pago su entrada y comenzó a caminar por los pasillos con prisa, había pocas personas en el lugar sin embargo no estaba del todo vacío hasta que escucho una risa familiar…era ella.
Se quedó mirándoles con sigilo mientras escuchaba algunas cosas que nombraban al cretino aquel que le engaño y le dolió el estómago de escuchar de sus labios el nombre del tipo… ¿Acaso aun le amaba?...se preguntaba si seguían en contacto.
Miro como otro hombre se acercaba al que conversaba con su mujer y este estúpidamente le dijo que enseguida volvía…pero eso no sucedería…Candice miro la foto tranquilamente.
Disfrutaba mucho de esto hasta que sintió como era literalmente arrastrada del lugar.-¿Pero qué demonios?-dijo un poco alto al darse cuenta de que era William quien le llevaba.
¿Así que con tu mamá?-dijo el enfadado, salieron del lugar a tropezones pero tratando de disimular que ella estaba siendo obligada a irse.-¿Crees que soy un idiota?-
Suéltame me estas lastimando, yo puedo caminar sola.-respondió ella asustada pero el rubio no aminoro en lo absoluto su agarre, el brazo comenzó a dolerle.-Suéltame.
Cállate, te dije que no podrías salir si no era conmigo y a que estás jugando…piensas que no me daré cuenta de las cosas… ¿Acaso lo estás buscando?-ella no le respondió trataba de no caerse en el camino.
Subió a la camioneta mientras William muy molesto la siguió recriminando era como si de pronto se hubiera bloqueado, miraba hacia el frente dejando que las lágrimas le nublaran la vista preguntándose el porqué de tanto dolor.
Ella amaba a ese hombre, se suponía que se habían casado para ser uno solo y ahora el amor que le profesaba eran espadas que le atravesaban el corazón…solo escuchaba su voz alta mientras el jalaba en ocasiones de su brazo.
Soy un tonto…los escucho más de una vez y sintió las mejillas húmedas de las lágrimas corriendo libremente…era como si se hubiese olvidado de todo lo bueno que tenían entre ellos y esta situación le tenía cansada.
Se suponía que ahora era cuando deberían de vivir una luna de miel por ser recién casados y era más bien de hiel…le dolía profundamente que William le tratara de esta forma, pero le dolía mas saberse tan idiota como para permitirle tratarla así.
De nada servía ponerse a gritarle como ahora el mismo lo hacía, porque sabía que ya que se le bajara la rabieta que hacia acudiría con ella a pedirle perdón…era así de enfermo lo que estaban viviendo y así de enferma ella por aceptar sus disculpas de dientes hacia afuera.
Se limpió las mejillas bajando de la camioneta sabía lo que seguía y cada vez pareciera que sería peor.-¿Solo te quedaras callada?-dijo William mientras ella le miraba con atención, esos ojos llenos de furia no eran del hombre al que amaba.
Servirá de algo que diga lo que paso.-el solo apretó los puños.-No me crees porque me haz juzgado ya así que.-
En lugar de arreglar las cosas solo las estas empeorando.-
¿Qué debo de hacer?-soltó enfadada.-Para que me quieras tengo que quedarme en casa encerrada como un ave y solo cuando estés de regreso debo de ser feliz.
Candice no digas tonterías, tu…-
Nunca hago lo que quiero, solo fui a una exposición de arte porque es algo que siempre me ha gustado y en mi acta de matrimonio no decía que no podría ir.-el rubio rio.
Me haz mentido, si tanto querías ir te hubiese llevado.-dijo el mirándole con atención, ella había llorado y esto le causaba un poco de desazón porque sabía que él era quien le hacía llorar.-Tienes que decirme las cosas no adivino.
Porque no eres como antes.-soltó Candice mirándole con esos grandes ojos verdes.-Antes siempre estabas al pendiente de mí, cada que me veías era como si solo yo existiera y ahora es como si solo ves a tu peor enemiga.
William trago saliva, no podría negar que las cosas eran complicadas entre ellos y mucho tenía en el culpa…pero para pelear se ocupaban dos personas.-Es difícil vivir contigo.-Esas palabras fueron dagas para la rubia.
Ella solo asintió tratando de evitar que las lágrimas salieran por sus ojos…suspiro profundamente mientras cerraba los ojos necesitaba tranquilizarse un poco.-Es aún más difícil vivir con esta versión de mi esposo.-
El rubio ya no dijo nada, se le habían quitado las ganas prontamente al verla tan desencajada y al notar los brazos rojos de su esposa…ella no debía de mentirle no debía porque lo trastornaba, le trastornaba todo referente a Candice…le convertía en la versión más horrible de sí mismo.
Y no quiero tus disculpas, lo único que deseo es bañarme.-respondió ella subiendo las escaleras dejándole una vez más parado ahí mirándole desparecer mientras ella se encerraba en ese cuarto donde usaba en ocasiones como escapatoria.
Comenzó a llorar sin poder parar, le pedía a dios la fuerza para decidir qué hacer y si ya no quedaba alguna otra opción que le enviara una señal…lloro en la regadera hasta tener que salirse porque era suficiente de agua caliente.
Camino a su habitación como alma en pena, sobre la besa que estaba en la recamara había una bandeja con te de manzanilla algunas galletas y un par de aspirinas…sintió mucha pena de saber que cada que discutía con su esposo Jen dejaba siempre lo mismo para ella.
Se sentó en la silla y pensó en lo que tenía que suceder, estaba a la vuelta de la esquina el aniversario de la empresa así que solo no deseaba pelear más con el…tal vez era tiempo de que cediera un poco para que esto funcionara.
Las disculpas llegaron al día siguiente, los perdones con amor eran el pan de cada día de parte de William quien se decía arrepentido y prometía cambiar porque ella era el amor de su vida…eso ya no servía de consuelo, al contrario era como una broma de mal gusto para ella.
Pauna había estado un tanto presionada por el evento, pero al parecer todo estaba perfectamente puesto y muchos empresarios en su mayoría proveedores estarían esa noche, el rubio por su parte se la paso concentrado en algunas firmas importantes para nuevos comerciales.
Licitaciones de un lado a otro mientras ella aprendía cada día mas de Sebastián quien se limitaba a no hacer preguntas, pero no podría no darse cuenta que algo malo sucedía en la vida de su ahora amiga.
¿Qué te parece este vestido?.-dijo Pauna mientras Candice le miro con atención, en ocasiones se preguntaba si juntarse con ella no le daría un poco de elegancia que su cuñada tenia.
Su vestido era perfecto para ella, de manga larga con corte redondo pero tenía un escote en medio de sus pechos nada vulgar al contrario era como si la tela se cruzara para quedar enmarcada en su pequeña cintura.
Porque Pauna era una belleza muy europea, el vestido era adherido a sus caderas y después fluía libremente como corte sirena…la abertura en medio de sus piernas que seguía un poco arriba de la rodilla hacia sus pies le daban un toque sensual y las lentejuelas azul marido eran la perfecta combinación para sus ojos azules.
Te ves preciosa.-dijo la rubia sonriente.-Quisiera encontrar algo así para lucir como tú.
Me ha fascinado y creo que tengo en la mira el vestido para ti.-dijo Pauna mientras Candice miraba hacia donde ella.
No creo que le guste a tu hermano.-
Eres joven y hermosa, debes de lucir esas curvas…ya quisiera yo tenerlas.-Candice rio porque ella le miraba perfecta.
Creo que tú eres insuperable.-Pauna negó.
Si así fuera la menos tendría un hombre a mi lado y miraba si el.-la rubia rio, porque sabía por William que su hermana era divorciada.
Es porque no quieres.-
Tal vez, pero vamos mídetelo.-insistió su cuñada y ella obedeció…cuando se miró en el espejo se sorprendió mucho y más al ver el escote del vestido, era de lentejuela en color rojo adherido a cada espacio de su cuerpo…demasiado sensual.
Largo en corte sirena de finos tirantes que formaba una v entre sus pechos, nada exagerado lo que si estaba impresionante era el escote que llegaba al ras de espalda media y el verse así le causo por unos minutos una sensación de seguridad que tal vez jamás había tenido
A sus ojos el valor de su belleza le impacto profundamente, porque ahora veía aquello que siempre le dijo Archivald tu hermosura física conquista pero tus ojos verdes enamoran y si tenía que admitir que William le había pulido un poco para convertirla en una esposa perfecta a los estándares sociales, pero era ella…siempre estuvo ella ahí, era Candice en su total esencia…era ella…solo ella.
Llegó el día del aniversario de la empresa, se arregló con un recogido sencillo y un maquillaje muy impresionante…el verse en el espejo era para desear llorar, porque ahora era cuando podría decir que esto le daba una seguridad que necesitaba mucho.
Para su fortuna William había estado tan ocupado que cuando llego a casa y este no estaba le causo mucha tranquilidad…esa noche estaba segura que sería fuego para él.
Miro el vestido y sonrió complacida, muy complacida sabía perfectamente que usarlo sería un acto de guerra para ella…pero estaba cansada de todo.
William llego a casa sabia por el chofer que su esposa estaba en casa desde hacía un rato ya, así que se dio una ducha, se afeito a consciencia y se vistió con el elegante smoking.
Acomodo con tranquilidad las mancuernillas de los puños, una A en oro haciendo honor a su apellido esperaba que el discurso fuera tan perfecto como lo ensayo…-Candice estas lista.-dijo el caminando a la otra habitación que su esposa usaba para arreglarse, camino mirando sus puños.
Lo estoy.-escucho la voz de su esposa y cuando alzo la vista fue como si le golpearan el estómago, aquella dulce chiquilla de la que se obsesiono estaba envuelta en un vestido rojo que cortaba el aliento…lucia tan sensual, tan adulta, tan pecaminosa…era como si la hubiesen vestido con aire de fuego a su alrededor, tenía claro que muchos desearían ser quemados por ella…el escote casi le hace aullar de deseo.
¿Es lo que usaras?-dijo con la voz entrecortada por el deseo de hacerla suya y por la rabia creciente de que alguien más le mirara.
Si, ¿Te gusta?-el miro su reloj en la mano y negó de inmediato.-Estas de broma Candice, te diría que te cambies pero es demasiado tarde para hacerlo.
La rubia camino triste, ese brillo que solía tener en su mirada simplemente no existía…hacía meses que se esforzaba porque la gente viera un poco de la vieja Candice quien siempre sonreía, que tenía planes, que tenía sueños por cumplir.
Pero esa noche no se la arruinaría, ya no.-Pues estoy lista.-dijo ella mientras tomaba su abrigo William hablaría con ella después de regresar a casa porque no estaba bien lo que hacía.
Sabes que ese vestido no me gusta…-dijo con la voz entrecortada pues ella en verdad lucia como si desearas desnudarla, la mujer de un empresario siempre debía de vestir recatada y con colores neutros.
Lo se…-contesto ella mientras tomaba su pequeño bolso y caminaba hacia la puerta mientras el frio le recibía pero Candice no se aminoraría.
Llegaron al lugar y bueno la rubia fue el manjar de la noche, saludo a tantas personas que le miraban con demasiada atención y claro que William estuvo pegada a ella como su sombra…sus labios eran rojos como el mismo vestido.
Era simplemente espectacular e incluso Anthony se quedó sin aliento, en verdad que por primera vez tenia envidia de su hermano mayor y bueno Sebastián estaba complacido por semejante elección de vestido…sabiendo que era obra de Pauna.
Pero lejos de que William se sintiera halagado de que le felicitaran porque su esposa además de joven era hermosa estaba furioso por todo…-Hablaremos después.-le dio al oído sonriente mientras ella sentía como el estómago se le contraía.
Es verdad como me lo contaron.-dijo una voz conocida por el rubio quien suspiro pesadamente, esa mujer era a la única que no deseaba ver esa noche.
Elaine Johnson, un gusto verte esta noche.-le saludo amablemente mientras la rubia noto su tensión incomoda.
Vamos porque tanta formalidad, sabes que no me perdería nunca un aniversario de tu ahora empresa y además siempre estaremos ligados... ¿No es así?-dijo la mujer de cabellos castaños enarcando una ceja para deslizar su mano sobre el brazo del rubio y con esto incomodando a la rubia.
Claro que sí, nos provees de insumos.-ella asintió.-Te presento a mi esposa Candice Andrew.-las dos mujeres estrecharon la mano.
Déjame felicitarte por atraparlo y por ahora darle lo que siempre deseo…-la rubia se sintió durativa.-En algún momento estuvimos comprometidos, pero lo nuestro simplemente no funciono.-Candice palideció.-Digamos que soy un alma libre.
William miro la reacción de su esposa y está definitivamente no fue buena, ahora sabía que le había guardado un secreto que tal vez tendría que haberle dicho…pero no podría, el no daba explicaciones a nadie.
Es pasado ya, adelante.-la mujer hizo lo que deseaba, paso con una gran sonrisa mientras saludaba a sus amigos en común.
William no dijo nada, siguió saludando a los últimos invitados y llevo del brazo a su esposa a la mesa principal donde le dejo para por fin subir al estado.
Dio un discurso muy estructurado como todo lo que era referente a su vida y brindo por muchos años más frente a la empresa mientras los aplausos retumbaron en el lugar.
La orquesta comenzó a sonar y los primeros en ir a bailar fueron Cristine con Sir William quienes estaban contentos por la fiesta.
Cuando el rubio bajo tenía que ir por su esposa para bailar con ella, pero Elaine se acercó a el junto con otro amigo para felicitarle y cuando menos lo pensó comenzó a bailar con la mujer en medio de las miradas de desaprobación de su familia.
¿Qué le pasa a este idiota?-dijo Pauna a su hermano Antón quien solo miraba con sorpresa, porque todos en ese lugar sabían que ellos tuvieron un compromiso formal durante un año.
Para nadie había sido un secreto que los Andrew y los Johnson tenían relaciones comerciales desde hacía tanto que no sería extraño ver a sus hijos yendo a un matrimonio seguro, aquel que sellaría relaciones comerciales.
A pesar de que William había siempre pensado que sus relaciones con algunas compañeras no fueron nada formales e incluso que con Elaine fue lo mismo…pues no era así, porque en un momento de su vida asumió lo que todos esperaban y le dio un anillo que ella acepto divertida.
Pero el rechazo ocurrido tiempo después cuando ella se sintió abrumada por la forma en que él deseaba controlar su vida y vino sin querer un engaño, sumado a la burla publica que tuvo que desestimarse con la historia de que ambos se sentía con obligaciones familiares…pero.
El primero en acercarse a la mesa fue Sebastián quien estaba preocupado al ver el rostro de su amiga, que estaba preciosa esa noche e incluso era la mujer más hermosa de todo el evento y no merecía semejante desilusión.
Candice, ¿Te encuentras bien?-ella le miro con pesar.-Tu mirada me lo dice todo, pero no dejaremos que esto le cause gusto a esa zorra.
Sebastián se levantó extendiéndole la mano que Candice tomo para ir a la pista, era su amiga y ninguna mujer merecía tanta pena en su vida…-Siento lo que diré, pero tu esposo es un imbécil de mierda.-ella rio.
No sé qué decirte.-
Nada mi bella dama, hay que trabajarle el hígado a tu esposo.-ella rio.
El rubio estaba de espaldas meciendo con su compañera de baile sin percatarse de su esposa en la pista.-No me parece que seas tan feliz William.-comento Elaine divertida.
¿Por qué dices eso?…-pregunto él.
Por qué no es apropiado que la esposa de un empresario como tú, llame tanto la atención y más con ese vestido salido de un cabaret.-soltó la castaña con sorna y es que la esposa de su ex prometido era impresionantemente hermosa además de joven.
Cuando giraron la vio en los brazo de Sebastián, se quedó sin aliento una vez más…era bellísima, la mujer más bella de la noche y además su esposa…pero no estaba con él.
Creo que tu ocupas una mujer más a tu altura y no puedo negar que es bonita, pero su juventud le hace cometer estos errores.-completo ella mientras se unían en un abrazo más íntimo.
Elaine era una mujer muy atractiva de la edad de William, que a diferencia de la rubia había crecido rodeada de todos los lujos posibles…tal cual como las hermanas del rubio acudió a escuelas que le hicieron convertirse en una dama refinada, educada, excelente conversadora, manejaba varios idiomas y empresaria además…digamos que la mujer perfecta…pero…el tiempo no se detenía. Ahora ella pagaba el error de rechazar a William en su tiempo.
Ahora era cuando el rubio al ver a Candice sonriente en brazos de otro hombre, se preguntaba si había tomado la decisión correcta en casarse con una mujer tan joven e inexperta como su esposa, acaso ella seria en verdad suficiente para todo lo que el necesitaba.
La música comenzó a sonar más lenta por lo que Sebastián siendo un caballero llevo a Candice a su lugar, no era idiota para saber que ella era la esposa de William Andrew el presidente de la compañía que le contrataba.
Candice espero lo mismo de su esposo, pero su sorpresa fue mayor al ver que no fue así…William con lo visceral que era hundido en su molesta siguió bailando con Elaine y culpando a su esposa por su molestia…hablaría con ella sobre su comportamiento tan infantil de esa noche.
La rubia en verdad se sintió avergonzada ante todos, los padres del rubio en especial Cristine estaba disgustados con el.- William, ¿Crees que lo que hace tu hijo es correcto?-
No…no lo es.-Respondió el también molesto por su actitud.
Candice sintió como algo dentro de ella se quebraba, no sabía que era pero se había quebrado…para siempre, aborrecía que Stear no estuviera ahí para defenderla.
¿Estas segura que te sientes bien?-le pregunto Sebastián ante la fuerte escena que sin duda causaría habladurías dolorosas para su amiga.
Ella apretó los puños con el estómago contraído dolorosamente, no iba a dar el espectáculo de llorar frente a los demás.-No te preocupes, yo estaré mejor.-Respondió dijo ella decidida, si algo tenía la rubia era palabra porque cuando ella decía que no…era no…y una determinación como la que esa noche tomaría, cambiaria muchas cosas.
La canción termino y al fin el rubio regreso a la mesa ante las miradas de reproche de la mayoría de su familia…se acercó a su esposa y esta no le miro.- ¿Quieres hablar?-dijo el molesto.
Aquí no.-contesto la rubia, esa noche de fiesta en verdad fue larga...Estaba tal vez molesta, frustrada o muy enojada…pero más que nada se había dado cuenta de que era infeliz…muy infeliz.
En cuanto William cerró la puerta viviría una de las más largas noches, la rubia tomo su celular para pedir el servicio de taxis de la oficina y para su fortuna había disponibles…cuando llegaron a casa solo bajo de la camioneta para subir con prisa por las escaleras, yendo a la habitación donde tenía sus cosas porque en la recamara principal no había mucho sitio para ella.
Ahora si hablaremos, dime estas conforme con el espectáculo que has dado.-ella se sentó en la cama para quitarse los tacones.- ¿Cómo crees que quedaste ahí parada frente a todos?-
El ridículo lo has hecho tú con tu ex prometida Elaine Johnson.-soltó enojada mientras el rubio reaccionaba mal ante el comentario y estaba listo para herirla.
Sabes una cosa, no sé cómo no me di cuenta antes de que no eres lo que esperaba.-ella lo miro con sus enormes ojos verdes y tuvo la señal que esperaba.
Lo se.-respondió tranquila, incomodando a su flamante esposo.-No es necesario que me lo digas, honestamente eres un pésimo esposo y un malagradecido…he dejado muchas cosas para ponerte en primer lugar y hacerte feliz, pero ahora me da lo mismo que quieras.
Malagradecido yo, todo porque tenías que comportarte como una esposa.-
Una esposa es una compañera con la que compartes cosas, caminas libre y eres feliz…-dijo ella quitándose los pasadores del cabello con rapidez.-Quieres herirme lo sé, pero ya no seré esa esposa sumisa que no se defiende la que tendrás a tu lado.
Como si en verdad cedieras a algo, siempre tienes la culpa de todas nuestras peleas y es que no aprendes a callarte…-ella se comenzó a quitar las joyas con cuidado.-Eres como una adolescente en guerra y no puedo dejarte hacer lo que quieras, me debes un respeto…siempre estás haciendo tus rabietas.
Aquí el adolescente eres tu.-él se puso más enojado, le miro desnudarse para tomar una maleta vieja de donde saco una playera blanca y una falda.-Y sabes algo William.-le miro a los ojos.-Soy inmensamente infeliz a tu lado.
Mide lo que dices Candice, por qué no es lo que un esposo desearía escuchar.-contesto el con un poco de dolor.-Puedes provocarme y puedo fallar…
¿Fallar?...claro revolcarte con Elaine es una opción.-soltó ella con mucha tristeza.-Pero creo que en estos momentos lo que menos me importa es eso, con tal de que me dejes en paz y con tal de que sea libre de ti…haz lo que quieras.
Eso en verdad es lo que quieres…para hacerlo…-grito el molesto.
Sabes ya no me importa.-comento ella tomando el vestido para colgarlo y así Jen lo bajara para que se mandara a la tintorería.
Si tú piensas que yo me disculpare, estas muy equivocada Candice…no lo hare, ya no más berrinches de tu parte.-dijo el ansioso
No quiero nada de ti William Andrew.-dijo ella mirándolo directamente a los ojos, esa mirada le dio desazón le causo un poco de tristeza.
De que va todo esto, ¿Quieres que te ruegue?-el rió tontamente mientras la rubia le miraba con mucha tristeza, porque a pesar de todo le amaba.-Olvídalo, eso no pasara.
Lo sé…así que esto termino para mí.-respondió ella, con la voz entrecortada.
¿Qué termino?-la miro tomar su vieja maleta y el bolso.-Ahora tomas tus cosas y se supone que debo de temblar…eres una pésima esposa.-soltó dolido mirándole a reto.
Candice sabía que esto pasaría así que hace algunos días preparo sus cosas en su maleta junto con todos sus documentos…había sido suficiente para ella y ese día a pesar de que tenía muchas esperanzas…llego…llego el día que diría ya no más.
Y tú eres el perfecto esposo.-La rubia acaricio lo que más le gustaba de su matrimonio y lo que más le costaba dejar por su significado.
William sintió una fuerte opresión en el pecho, sabía que esto no estaba como bien y es que no era como una de las tantas discusiones que tenían…pero suprimió cualquier sentimiento de debilidad…ahora no era el momento.
¿Qué haces?... ¿Quieres que te pida perdón?…-ella le vio con atención, sus preciosos ojos azules le miraban con rencor y no era lo que ella merecía.-Olvídalo William Andrew ya no te pedirá perdón.
Candice de manera automática comenzó a caminar, cada paso que daba era como romper un pedazo de su alma y es que dolía tanto que no sabía si saldría entera de esa casa…pero se lo debía a su madre y a su padre.
Ahora entendía cuánta razón él había tenido en jamás haber aceptado a William como su esposo, él sabía perfectamente que no era el adecuado para ella.
Para ahí Candice, porque si sales por esa puerta en tu vida vuelves a entrar-Comento el rubio demasiado seguro de que ella no se iría.
La rubia tuvo que tragar en seco mirando su celular que había vibrado ya tres veces y era lo que esperaba pero no deseaba…el taxi estaba afuera.
Respiro tratando de no caerse envuelta en lágrimas, se giró para mirarle a los ojos, estaba ahí erguido con su smoking, sus preciosos y tormentosos ojos azules, su cabello rubio tan sedoso como una caricia, sus labios que amaba besar.
Todo eso envuelto en arrogancia, orgullo, soberbia, altanería, elegancia, prepotencia…era un maldito hombre guapo e idiota que tanto amaba…un infeliz, desgraciado que le estaba partiendo el alma en miles de fragmentos.
Y con toda la fuerza que le quedaba se quitó sus anillos, tomo la mano del rubio quien estaba confundido…-¿Qué haces?-dijo con voz quebrada mientras abría la palma de su mano para tomarlos.
Estamos a mano, no me debes nada William.-la voz entrecortada de la rubia le hizo sentir que le hacía falta el aire y se quedó ahí mirándole salir de la casa.
La rubia salió de la casa sintiendo el frió en su piel, cerro lo ojos mientras las lagrimas salían y solo por un segundo deseo una disculpa sincera junto con un abrazo o un te amo…pero no pasaría
¿Señora Andrew?-ella asintió subiéndose al Taxi y mirando a esa que había sido su casa por tan poco tiempo.-Me dieron esta dirección.
Ella se limpió las lágrimas y entrecortadamente dijo que si, el auto comenzó a avanzar mientras todo venía a su mente.
William se quedó mirando a la puerta sorprendido de todo lo que había pasado hacia unos segundos, tenía los anillos en su mano empuñándolos…no sabía que sentir…o que permitirse sentir.
Que tal estas, quiero explicarles que esta semana he tenido más trabajo de lo normal y las siguientes serán casi que igual…por eso no alcanzo más que a subir este capítulo que para colmo me ha costado mucho acomodar.
Las reediciones son complicadas, me doy cuenta que pues no soy la mejor escritora pero antes estaba un poquito más básica en todo y bueno hay que modificarle muchas cosas, pero con la esencia de la original.
La relación de nuestros rubios ha llegado a un punto de inflexión, sé que algunas ya conocen que va la trama pero esta es un poco más rica en muchos sentidos y espero que lo que siga para los personajes les guste también.
Gracias por su apoyo a la historia, desearía tener más tiempo pero tal cual voy al día, les deseo un hermoso fin de semana y les mando un abrazo…acá abajo les contestare sus comentarios.
MariaGpe.-Viniendo a la realidad en cada capítulo y bueno la rubia está comprometida con su relación y con su ahora matrimonio junto a un William que le ama a su modo…muchas gracias por las flores, espero que lo que sigue te guste también…saluditos.
Carol Aragón.-Si es un tema algo difícil y cada uno necesita entender que es lo que quiere de esa relación que no es para nada sana y ver si en verdad funciona así…gracias por tu comentario…saluditos.
Yusmariz.-Tarde que temprano las cosas que tratas de ocultar pues salen como dices a flote así que Candice es quien tomara las decisiones…subiendo capitulo corrientito…saludos.
Sincity12345.-Fue una boda casi que de novela, con los novios enamorados y bueno el tiempo está pasando, se están conociendo mejor así que la miel sobre hojuelas no siempre es para todos…gracias por el apoyo, espero que sigas acompañándome en la historia…saludos.
IsasiB.-Un baño de realidad es lo que ha tenido Candice, a un principio ella ha ido lento porque nunca la vi tan enamorada si no que con el tiempo lo fue queriendo más y más hasta que llego el punto donde ceder es más fácil para no perderlo…William no está haciendo esfuerzo alguno por su relación y eso cansa, tarde que temprano cansa…siempre quiero escribir cosas apegadas a la realidad aunque a veces me saco unas ideas muy raras, pero me gusta cuando recibo sus comentarios y sé que no lo hago tan mal…saludos y gracias por los piropos.
Karolmx.-Los perfectos caballeros siempre tienen su lado oscuro, pero tenemos que entender también que una relación no todo es sexo y depende de dos personas...aquí William es como un sargento autoritario en ocasiones parece más estricto que el propio padre de Candice y encima queriéndola de muñeca de aparador…las marionetas no son humanas pero esta rubia espero que vea cuales son los sueños que deseo tener, tal vez con lo que está pasando comprenda que a pesar del amor que le tiene a este hombre vale más el amor que debe tener para sí misma…justo en este momento ellos no son exactamente la mejor de las parejas y no veo que tengan a donde caminar juntos si no existe equidad en la relación…Espero que lo que viene siga gustándote, gracias por tus comentarios…chaooo.
Keila.-Siento que William a pecado de zonzo pensando que Candice siempre haría lo que el deseara por ser más joven, pero es que todo cansa por más amor que exista y si ella no se siente amada, segura en la relación obviamente que se defenderá…bien dicen que nunca terminas de conocer a las personas y esto le paso a la rubia…gracias por tus palabras y si he cambiado mi forma de escribir que antes era más cortante, menos especifica que ahora y me gusta saber que está tomándose para bien porque la historia se vuelve interesante para ustedes…saludillosss.
Chocoyii.-Fue como gracioso ver tus comentarios de un jalón y lo que sigue más adelante también te guste…lamento decirte que en esta historia no saldrá Terry…pero gracias por comentarme saludos.
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