CAPITULO 13
ADIOS
Candice miraba a William con nostalgia, porque a pesar de que ahora mismo estaban tratando de arreglar las cosas para llevarse lo mejor posible no podría negar que le amaría durante mucho tiempo y claro que le echaría de menos.
El por su parte sentía dolor de dejarla ir, pero entendía que justo en esos instantes lo único que lograrían estando juntos sería más pena y tal vez terminarían peor de lo que empezaron…pero no por eso negaría que le amaría tal vez siempre.
Salieron de la oficina con un poco más de tranquilidad, era como si de pronto les hubiesen quitado cien kilos encima y bueno Pauna junto con Stear les miraron un poco sorprendido por la manera en que ellos ahora se despedían.
Fueron un par de meses algo complicados para ambos, porque cada uno tenía que ver cuáles serían sus prioridades en su nueva vida…una nueva vida que les mantendría alejados uno del otro, por su parte Candice sabía perfectamente que lugar de crecimiento no estaba en los Ángeles y a pesar de que se saludaba ocasionalmente con el rubio pues este proceso era difícil.
Habían optado por irse despidiendo poco a poco y bueno ya no les era tan difícil, el rubio hacia unos días le envió la sugerencia del divorcio con un acuerdo económico bastante bueno para ella pero esto le hacía sentirse atada con William para siempre.
Estuvo molesta, pero Pauna le hizo entender que era lo mejor y bueno le daría muchos menos dolores de cabeza a su hermano…por su parte Stear le dijo que no aceptara nada, pero después de que Patricia le riño diciéndole que no era un asunto en el que debía entrometerse no opino más.
Así que cuando supo que debía de marcharse, tuvo que aceptar ante la negativa de William y es que en si era nada comparado con lo que obtendría si se fueran a un juicio por repartición de bienes…así que justamente tres meses después cada uno firmo el divorcio en citas diferentes.
Candice suspiro pesadamente cuando ella fue la primera en estampar su firma en ese papel y sintió como si algo dentro de ella muriera…porque el amor ahí seguía, no era como si de la noche a la mañana dejas de amar a una persona…costo pero era lo mejor.
William sintió lo mismo, le dolió el alma ver la firma de ella pero entendía que este proceso no sería fácil y bueno tal vez era el momento para buscar nuevos horizontes una vez que encontrara su identidad.
Paso un mes hasta que ella tenía una oferta de trabajo en Italia, así que era tal vez ese momento para reunirse con su ahora ex esposo…se vistió como a ella siempre le gusto, con su sencilla falda de mezcilla, unos convers y una playera sencilla de algodón…ahora parecía que el gusto por usar gafas definitivamente lo copio del rubio.
Entro a la pequeña cafetería que les gustaba cuando era novios, estar en ese lugar le traía recuerdos bonitos de ellos dos rieron por cualquier tontería…la verdad es que ya no pensaba en él hubiera, solo vivía lo que tenía.
Tomo asiento mientras miraba a la gente pasar tranquilamente, el mesero se acercó a ella para levantar su pedido y como siempre te chai junto con un pay de frambuesa…una empalagosa elección recordaba siempre decir a William.
Después de unos minutos en completa calma el mesero llego con su pedido y el rubio apareció con su ahora vestimenta más relajada, aun le seguía pareciendo increíblemente atractivo y bueno no podría negar que aun su corazón latía por el…pero.
Perdón se me hizo un poco tarde, esto de estar capacitando a mi hermano en ocasiones es un poco cansado.-se acercó a ella para besar su cálida mejilla.-¿Haz ordenado ya?
Recién he llegado no tengo más de diez minutos.-contesto la rubia mientras el mesero le preguntaba que deseaba y el solo pidió café negro.
¿Cómo te ha ido con el taller?-le pregunto el para hacer platica.
Pues me ha ido bastante bien y bueno he tenido algo de trabajo después de eso.-contesto la rubia mirándole con atención, ahora estaba más delgado.- ¿Estas corriendo?
Como relojito todos los días a las 7 de la mañana.-comento el rubio mientras el mesero llegaba con su pedido.-Siempre me ha gustado la atención rápida de este lugar.
Y el sabor de sus productos es bastante bueno.-completo Candice.
Bien, se que no nos habíamos visto hace un tiempo y bueno ¿Cómo va todo contigo?-
Pues lo típico, pero he venido a decirte que me ha salido una buena oferta de trabajo por una temporada.-dijo ella mientras William quien bebió un sorbo de su café caliente sintió con menos pesadez el saber que ella se marchaba.
El dejo la taza para mirar hacia la calle, eso era lo que debía pasar entre ellos y es que habían quedado en que cada uno seguiría con su vida…se apoyarían cada que se sintieran mal, como en esta ocasión y no es que todos los días estuvieran pegados en el teléfono…en lo absoluto, cada uno trataba de hacer una mejor versión de su persona.
Me da mucho gusto saber que tienes un proyecto en puerta…¿A dónde te marchas?-
Me iré durante una temporada a Italia y Grecia….después de eso no sé a dónde me lleve la vida.-el entendió, pero no por eso dejaba de doler saber que Candice se iba poco a poco de su vida.
¿De qué será la campaña?-Candice llevo un bocado de su pay de frambuesa.-Siempre lo dulce como tu nombre.
Ella rio y asintió.-Tengo una campaña de moda urbana por hacer y me piden escenarios naturales, la verdad es que son lugares muy bellos…así que me siento contenta por ir y aprender cosas nuevas.
Enhorabuena entonces.-Se miraron en silencio mientras sabían que dentro de ellos existía una lucha interna sobre lo que sucedía en su interior y con sus sentimientos.-Creo que esto te acercara cada día más a tus metas.
Iré poco a poco, ¿Cómo vas con Antón?-
Bastante bien, es muy listo mi hermano pero tú lo conoces y sabes que en ocasiones solo está haciendo reñir a la gente…así que no siempre le tengo toda la paciencia del mundo.-contesto William honestamente.
¿Qué planes tienes para ti?-
Justo ahora estar concentrado en mí y bueno necesito delegar responsabilidades para pensar en que proyecto hacer…tengo algunas opciones pero siéndote honesto ninguna me ha enganchado, tal vez aun no llega la correcta.-
Tal vez.-contesto ella con un poco de melancolía por su despedida.
Gracias, por decirme que te vas.-ella asintió mientras sonreía.-Espero que te vaya muy bien.
Espero lo mismo para ti, espero que llegue ese proyecto que te cautive y te enriquezca mucho más.-el solo sonrió.
Te echare de menos.-la rubia paso saliva.
También yo…pero quedamos en algo.-afirmo ella nerviosa mientras William deseaba decirle que no se marchara, pero.
Lo sé, tal vez en un futuro nos encontremos en la toscana.-Candice solo le miro con sus grandes ojos verdes sin expresar se miraron así durante unos segundos que se sintieron como horas, porque era una despedida en silencio.
Bebieron su café con calma y se despidieron con un abrazo fuerte, la rubia se fue a la izquierda mientras el por la derecha…cada paso que daban era el comienzo de nuevas cosas en su vida…pero dolía un montón y bueno la promesa seguía en pie.
Algunos días después Candice tomaba un vuelo a Italia, sintió con pesar que dejaba algo demasiado importante en ese lugar…se limpió algunas lágrimas silenciosas y bueno espero que el futuro fuera más agradable.
Su llegada a ese país, le brindo muchas alegrías y noches de bohemia…si aquellas donde podrías tomar una copa de vino tinto para hablar de la vida…su círculo de amigos eran pocos, pero agradables y que además le enriquecían culturalmente.
Se gozó mucho estar en un lugar con esos preciosos paisajes, con personas tan cálidas y parecía que poco a poco sanaba cada día mas…tomada de la mano de su terapia, de dios y del precioso pero corto tiempo que le daba esas fuerzas que necesitaba para salir adelante.
Había días no podría negar que se sentaba para mirar el atardecer y no podría evitar evocar su recuerdo…pero ahora ya no era un recuerdo triste, si no agradable que le calentaba un poquito su maltrecho corazón.
Las cosas fueron mejorando de más en más, su regreso a los Ángeles simplemente se esfumo y de Italia se pasó a Francia, después de un tiempo se marchó a trabajar a Londres donde permaneció unos meses hasta que por fin pudo estar donde siempre quiso…Irlanda…
Era como una nómada, viajaba por muchas partes y muchos lugares…se dio el tiempo de fotografiar muchos bellos lugares…así que cuando menos pensó tenía mucho material para lo que sería su primer exposición.
De la mano de Ángelo, pudo hacer una presentación una pequeña galería de arte en Irlanda y ella salió en un breve reportaje local que por supuesto obtuvo Sebastián para presumirlo con sus amigos americanos como solía decir.
Ahora la rubia llevaba el cabello más largo, pero ya con su color natural y se miraba feliz…William al verla supo que ella estaba consiguiendo lo que se propuso, deseaba tomar esa imagen para enmarcarla pero sabía que dejarla ir era lo mejor.
El tiempo era un aliado para todo, claro tienes que buscarte además otras opciones que te hagan crecer…crecer…crecer…
Un año después
¿Puedo pasar?-pregunto Pauna mirando a su hermano guardar algunas cosas en cajas porque había llegado el momento donde el partiría de la empresa que le vio madurar.
Pasa.-contesto el rubio mientras le sonreía a su hermana mayor.
¿Cómo estas con todo esto?-
Me siento entusiasmado, pero un poco nostálgico de dejar este trabajo y mi vida en general.-comento el rubio.-Sé que esta nueva aventura me hará bien.
Me da mucho gusto ver que haz mejorado para bien.-comento Pauna.
El rubio tomo la foto que nunca quito de su escritorio donde estaba ella sonriente y la miro con atención…ya no dolía como antes ahora era solo como un recuerdo muy hermoso.-Creo que sin ella no hubiera podido hacerlo, pero ahora que sé que está bien puedo seguir adelante.
Siendo honesta, les admiro no sé cómo han podido limar sus diferencias y tratarse tal vez un poco como amigos.-el sonrió.
No es fácil, pero cuando uno quiere ver al otro feliz lo único que haces es desearle lo mejor de corazón y no he de negarte que me costó mucho trabajo…pero ahora se que fue una gran decisión.-contesto el mientras colocaba el portarretrato en la caja.
Hablaras con ella.-
Tal vez, ahora mismo no sé si aún está en Francia pero deseo dejar esto ya por la paz…quiero que ya sea un capítulo cerrado en mi vida.-afirmo el rubio.
Te admiro por lo que eres.-soltó Pauna logrando que él se sorprendiera un poco.-Me haces sentirme orgullosa, pero también quiero ahorcarte por que te iras al fin del mundo y será difícil vernos ya que estés trabajando.
Todo es posible.-contesto el sonriente mientras Pauna solo negaba.-Ahora debo de irme antes de que esto se ponga un poco sentimental.
Venga, te espero abajo.-dijo ella mientras salía de la elegante oficina que ahora ocuparía su hermano menor.
William se quedó ahí mirando el lugar que fue su espacio de trabajo por muchos años, aquel sitio que le vio convertirse en un empresario, recordó a su amigo Stear riendo y a su querida Candice entrando por la puerta…recordó a Pauna también sentada a su lado pidiendo su opinión…a su hermano Anthony haciéndole reñir…a su padre.
Tomo la caja en sus brazos, era difícil cargar en ese pedazo de cartón varios años de trabajo…pero entendía que si quería un futuro para el debía de marcharse…-Gracias.-dijo en voz baja saliendo del lugar que se quedó ahí como detenido en el tiempo.
La presidencia había perdido a uno de sus mejores directores, pero era un pasajero más de esto llamado vida.
Candice estaba acomodando algunas prendas en su maleta, ahora mismo se acababa su aventura por el viejo continente…necesitaba establecerse así que aceptaría una propuesta laboral en Nueva York.
Ir a ese lugar le emocionaba mucho, porque era una ciudad tan cosmopolita y además podría ir a ver a sus padres, hacía ya más de un año que no estaban en contacto físicamente.
Los logros que había tenido le impulsaron para tener cierto nombre entre los colegas, ahora ya era Candice una referente a calidad, además de que había participado en más exposiciones e incluso vendió algunas fotos…parecía que cosechaba sus frutos del trabajo que estaba haciendo.
Siempre se sorprendía cuando le decían que tenía talento, pero ahora parecía que podría aceptar con humildad esa clase de comentarios.
Todo marchaba bien, solo había una parte que en su vida estaba detenida sin una fecha de apertura y eso refería al corazón…no sentía que estuviera preparada para el romance, el amor o un simple acoston como decían sus camaradas.
Interesados claro que había, pero ella siempre les encontraba un frijolito negro en el arroz como dicen…así que solo evitaba esas incomodidades.
La puerta se abrió sorprendiéndole un poco.-Pensé que no te alcanzaba cariño mío.-Dijo Sebastián sonriente mientras ella corría a sus brazos.
Ole.-le respondió.-¿Cómo estuvo España?
Ala, fantástico y las mujeres muy hermosas.-contesto el castaño.-¿Cómo ha ido Francia sin mí?-
Bene.-comento ella sonriente.-Todo ha estado bien, solo me siento un poco triste de que me marche de este lugar que casi considero como mi casa.
Es tu casa y siempre estará abierta para ti, lo sabes.-comento el sonriente.-¿Nueva York?
Así es, veo a Nueva York en mi futuro y me siento muy contenta…creo que ahora si me estableceré allá así que deséame toda la suerte del mundo porque la necesitare.
No necesitas suerte con tu ojo, pero sé que te ira muy bien.-comento el mientras salían a la sala para tomar asiento.
Pensé que llegarías hasta mañana.-
He adelantado el vuelo, tengo que regresar a Los Ángeles.-comento el mientras la rubia le miro con rareza.-
¿Qué me escondes?-
Nada, que puedo esconderte yo.-dijo el seriamente mientras la rubia le miraba con intriga.-Te diré un secreto que vengo cocinando hacia algunos meses.
Muy bien escucho atenta entonces.-
Bueno pues este caballero al parecer tiene ya a su dulcinea.-Candice se sorprendió un poco, bueno hacia un tiempo que no sabía de andanzas que tuviera Sebastián y ahora lo entendía.
¿Quién es, acaso la conozco?-
Tal vez le conoces y creo que te cae algo bien.-afirmo el mientras la rubia se sorprendía un poco mas.-
No me digas que tú y Pauna.-el asintió, esos sí que era algo grato y sorprendente al mismo tiempo.-Pues felicidades, la verdad es que ella es una gran mujer, le tengo estima además.
El castaño sintió un poco de tristeza en su voz…muy poca pero ahí estaba.-La verdad es que me ha costado mucho trabajo, pero ella ahora es mi musa y estoy contento a su lado…tal vez deba de pensar en Los Ángeles como mi ancla y más por la cantidad de trabajo que ella tendrá.
¿A qué te refieres con eso?-
Pensé que lo sabias.-ella le miro con rareza.-Creo que he metido la pata, pero bueno William ha dejado la empresa y creo que consiguió un proyecto…en Australia.
Australia…-dijo en voz baja, él se marchaba literalmente al fin del mundo y ella no tenía ni idea acerca de esto.
Estoy tan sorprendido como tú, él ha vendido ya la casa y bueno creo que está a días de irse a ese sitio no sé si de manera definitiva pero Pauna me dijo que ella piensa que su hermano ya no regresara.
El corazón de Candice sintió una fuerte opresión y era como si se le secara la garganta, ellos conversaban tal vez una o dos veces al mes…pero hacía ya casi uno que no sabía nada de su vida.
¿Qué piensas de esto?-le pregunto Sebastián al ver su cara desencajada.
Creo que encontró el proyecto que le deslumbro y me da gusto por William, el merece muchas cosas buenas.
¿Qué pasa entre ustedes que no entiendo?-
Nos prometimos ser felices y si algún día nos encontrarnos decírnoslos.-
Vaya, eso suena tan trágico para mí y más sabiendo que aún hay amor…no lo pueden negar, pero son adultos y es su asunto.
Así es, nuestro asunto.-dijo la rubia.
Haz pensado en que él podría rehacer su vida…-comento el castaño mientras que Candice le miro con atención.
Sí, creo que sería lo justo.-contesto ella tratando de sonar tranquila.
¿Y no te importaría?…-
No lo sé…-dijo ella siendo sincera.-No me he detenido a pensar en eso, siento que al menos yo no me encuentro en esa situación.
Tarde que temprano deben de conocer personas y darse la oportunidad de amar nuevamente, no siempre arrastraran con ustedes el pasado.-
No me siento preparada para establecer una relación ahora mismo.-confeso ella.
Creo que aún es pronto, pero no debes de estar cerrada al amor y además eres muy joven aun.-comento Sebastián.-Déjame ir por las maletas y de paso comprare algo para cenar.
¿Por qué no las bajaste?-
Pensé que no te encontraría.-comento el a sabiendas que lo que deseaba era decirle lo de William para que reaccionara un poco pero parecía que ella ni se inmuto.-Bueno primero la cena y luego lo demás, te apetece comida china.
Por mi está bien.-el asintió mientras besaba sus mejillas y salía del apartamento dejando a una rubia un poco contrariada.
El que se mudara tan lejos le indicaba que el proyecto que tenía debía de ser muy bueno, pero esto no le causaba tanto gusto como debía de ser…se sintió un poco preocupada y lo cierto es que ellos solo se llamaban una o dos veces al mes al menos ahí estaban presentes.
Resoplo con enfado porque había perdido su celular hacia una semana atrás y el teléfono que tenia de William era del trabajo, no recordaba el nuevo número…frustrada se fue a su habitación para darse una ducha.
Se estaba enjuagando el cabello cuando el teléfono comenzó a sonar, se quedó congelada solo dos personas llamaban al teléfono del departamento una era su mamá y el otro era William…se quedó quieta su madre casi siempre le marcaba al celular.
Salió de la ducha mientras se ponía la bata de baño y se envolvía el cabello en una toalla, el teléfono sonó nuevamente así que se sintió un poco intrigada, se preguntaba si no era Sebastián que olvido las llaves.
Camino con prisa por el pasillo para que entrara la grabadora.-Hola Candice, espero que te encuentres bien…
Era William levantó rápidamente teléfono…-Bueno…-respondió agitada mientras el estómago se le contraía, había un dejo de emoción y temor al escuchar su voz.
¿Cómo estas Candice?-
Pues bien, ¿Qué tal tú?-respondió la rubia mientras tomaba asiento.
Candice llamaba para despedirme.-dijo el mientras un silencio se formaba entre ellos, la verdad es que eso no le gustaba mucho.
Para despedirte, ¿por qué…?.- pregunto ella tratando de sonar como sorprendida, lo cierto es que sabía la situación.
Tengo una excelente oportunidad de negocio y no puedo perderla, así que lo hare…-contesto el rubio.
Suena como si te fueras a marchar.-contesto la rubia…
Mi negocio está en Australia, por eso llamaba para despedirme de ti.-esto fue como algo muy triste, estarían separados por miles de kilómetros.-Creo que llego el tiempo de buscar mi proyecto y me será difícil comunicarme contigo.
Candice lo entendía, esto ahora si era una despedida y la realidad es que no tenían un futuro entre ellos…aun así le dolía, sintió como las mejillas se humedecían sin querer.-Es lo que tú quieres hacer.
Si estoy seguro de esto.-William sentía un pesar enorme.-Quiero que sepas que siempre estarás en mi corazón.-La rubia trato no hipear, no deseaba que esa despedida fuera molesta para ambos.
Pero ahora ambos tenemos sueños que cumplir y yo quiero seguir con mi vida, así como tú debes seguir con la tuya…-menciono el rubio con una mente más abierta…no posesivo si no comprensivo.
Y Candice lo supo, era el momento de cerrar ese ciclo porque entendió que ella fue quien empezó esto y William seria quien lo terminara…suspiro hondamente.-Tienes razón, lo único que más quiero es que seas feliz.
Deseo lo mismo para ti, deseo que te permitas ser feliz y si alguna vez nos encontramos.-
Decir que lo hicimos.-ella rio mientras el solo soltaba el aire, porque no era sencillo el tenia bien claro cuáles eran sus sentimientos por ella y vaya que le costaba cerrar esto…pero ya no era saludable para ninguno de los dos.
Querían recordarse solo con las cosas buenas y no por las cosas malas, que aquel amor que se tuvieron tan real tal vez se quedara ahí en el tiempo detenido…era ahora el momento de decir adiós.
Gracias Candice por todo, cuídate mucho y espero que jamás dejes de sonreír por nada ni nadie.-ella asintió.
Cuídate William…cuídate siempre y se feliz.-contesto la rubia con la voz entrecortada para escuchar un adiós por la línea y un sonido de llamada terminada.
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, porque ahora sabía que todo se había terminado para ambos aun pareciera que en el fondo existía la oportunidad de que las cosas se arreglaran, pero claro ella no le diría a nadie esto.
Le costaba pasar saliva porque amaba a William como el primer día, pero ese mismo amor le impulsaba a dejarle ir porque deseaba que él estuviera bien y todo parecía que al fin seria así…ahora a cientos de kilómetros…
Sebastián abrió la puerta y verla ahí con teléfono en mano llorando como magdalena le asusto un poco.-¿Qué paso?-ella negó limpiándose la cara, mientras lloraba.
El castaño dejo las cosas en el suelo y la abrazo, no sabía lo que estaba pasando pero debía de apoyarla…se sentó a su lado para colocarla sobre su pecho mientras ella se aferraba a él, la sintió temblar así que lo supo…esta situación tenía un culpable con nombre y apellido…William Andrew.
Se preguntaba hasta cuando los dos jugarían a ver quién era el más fuerte, sabía que habían pasado por cosas terribles y noto que ambos cambiaron…pero tal vez el no entendió lo que era amar y dejar libre al otro.
Candice se calmó y de pronto se sintió avergonzada con Sebastián, esas confiancitas no estaban bien…no deseaba incomodar a Pauna con esto.-Lo siento, es solo que me siento un poco mal.
Te llamo William, ¿Verdad?-ella asintió limpiándose la cara mientras se quitaba la toalla de la cabeza para solo sonreír un poco.
Se ha despedido de mi.-soltó con pesar.-Lo único que quiero es que este bien.
No los entendió, si se quieren porque no están juntos y ya.-
Suena tan fácil, pero creo que aún no sanamos.-afirmo ella segura de lo que decía a pesar de que su corazón fuera de William.
Entonces ahora seguirás con tu vida.-ella asintió.-Ahora al fin podrás cerrar ese ciclo y en un futuro te permitirás enamorarte.
En un futuro.-afirmo la rubia mientras el solo suspiraba.-Por cierto, creo que será la última vez que me quedo en este lugar.
¿De qué hablas?, sé que te vas a Nueva York pero cuando vengas a Francia sabes que cuentas con tu habitación.-
No me siento ya cómoda, creo que Pauna ahora siendo tu pareja merece cierto respeto y bueno yo aquí su ex cuñada llorando en brazos de su novio…se ve mal.-el comenzó a reír.
Eres muy graciosa cuando te lo propones, mi relación con Pauna ha tomado su tiempo y ella sabe quién soy…además sabe que vives conmigo.
Se los has dicho.-el asintió.
No soy hombre de secretos y al igual que yo estaba preocupada por ti, creo que sabe que nuestra amistad va más allá de atracción física.-comento Sebastián.-Si yo hubiese deseado estar contigo, jamás me le hubiere insinuado a Pauna.
Suena raro.-dijo Candice mientras hipeaba, porque ella no lo veía como un hombre.
Así suena, pero venga mejor cenamos ya vez…barriga llena corazón contento.-la rubia asintió mientras se levantaba para ir a vestirse, cenaron tranquilamente pero ella no pudo evitar que una vez que estuvo sola en su habitación…lloro más tiempo de lo permitido.
William miraba el teléfono, se quedó ahí quieto mirando el aparato y pensando en todo lo que cambiara su vida…amaba a Candice, jamás cambiaria esta situación.
Pero también era tiempo de dejar de estar viviendo en ese sentimiento, deseaba lo mejor para ella porque en su momento había sido muy importante y una obsesión que le costó muy caro.
Ahora tenía claro quién era el, que necesitaba en su vida, que no quería en la misma y se sentía motivado para dar pasos hacia adelante.
Sabía que esto a pesar de ser un proceso que iba de la mano del tiempo, solo podría salir victorioso de ello si quería…ahora lo quería.
Miro la foto de la rubia que llevaba en la caja y acaricio el vidrio rememorando su recuerdo cálido, ahora sabía que si en algún momento se miraban fueran con gusto.
Candice empaco todo y un par de días después estaba frente a lo que sería su nuevo hogar, era un vecindario tranquilo bastante pintoresco…viviría en un apartamento con todos los servicios, recomendación de Sebastián.
Lo bueno es que podría costear la renta del mismo, tenía el dinero que le había dado William como compensación del divorcio pero había decido no tocar esa plata…deseaba tener ese dinero para algo que en verdad necesitara.
Pero la verdad radicaba en que durante el año que trabajo con los Andrew pudo ahorrar, porque no gastaba nada y aparte de que también ganaba un sueldo que le permitiría no estresarse mucho por sus gastos.
Subió las escaleras de la entrada para mirar a una mujer de edad sonreírle.- ¿Candice Adams?-
Sí, he llegado más rápido de lo que pensé…usted debe de ser la señora Douglas.-la mujer de gafas y cabellos canos asintió.
Vienes bien recomendada por Sebastián, dime ¿Cómo se encuentra el?-
Bastante bien, creo que hoy también llego a los Ángeles.-contesto la rubia.
Por un momento pensé que el vendría a vivir aquí, disculpa si te digo que pensé que eras su novia o algo así.-
No, somos amigos.-comento la rubia.
Enhorabuena, es un gran chico pero vamos que te dejo en tu apartamento seguramente quieres descansar.-Candice asintió siguiendo a la mujer por el corredor y después subieron el viejo elevador de reja, el lugar era algo vintage le encantaba…su destino llego en el segundo piso, puerta siete.
Listo bienvenida a tu nueva morada, te entrego las llaves y como sabes el mantenimiento es aparte.-la mujer le entrego un sobre con efectivo.-Sebastián me hizo el deposito hace un tiempo atrás.
¿De qué habla?-le cuestiono la rubia con duda.
Siéndote honesta este departamento lo utilizaba Sebastián cuando pasaba acá una temporada, así que el alquiler esta pagado por un año.-comento la mujer.-Somos amigos, así que cuando depositaste me pareció deshonesto de mi parte hacerme de la vista gorda.
Pero, creo que esto está mal.-afirmo Candice.-Usted debería de cobrarme el alquiler y dejar ese año que tiene pagado como saldo a favor de Sebastián.
La señora negó.-El me dijo que no cree que regrese a Nueva York, al menos no solo y ve imposible vivir en este lugar.
La rubia entendió a lo que se refería, Pauna era una mujer acostumbrada a otra clase de cosas y estaba segura de que su amigo estaba dispuesto a darle lo mejor a la chica con la que salía.-En todo caso yo creo que mejor hablo con él.
Si por favor, así yo me evito problemas y solo sería la cuota de mantenimiento.-Candice tomo el sobre.-He descontado la de este mes.
Está bien, pues gracias.-
De nada, antes de que me vaya dos calles hacia abajo hay tiendas de conveniencia y dos calles hacia arriba hacia la izquierda hay un parque.-
Gracias.-repitió la rubia.
Cualquier cosa que necesites estoy en el departamento uno, así que te dejo.-la mujer desapareció y ella metió la llave en la puerta…era un departamento bonito, sería su nuevo hogar.
Las ventanas estaban cubiertas por cortinas de chiffon se apresuró para abrirlas y sonrió ante la hermosa vista…respiro hondamente para iniciar con su nuevo presente.
El departamento contaba con una sala, un pequeño comedor redondo de cuatro sillas y una cocineta integral todo era abierto así que le gustó mucho cerca de la entrada había una puerta para un medio baño y aun lado de la cocina estaba el corredor con una puerta al fondo.
Al costado del corredor estaba un armario, abrió las puertas y vio la lavadora junto con la secadora…había algunos productos de limpieza que seguramente eran de Sebastián…camino para entrar al único cuarto que había en la casa.
Estaba oscuro así que encendió la luz, la cama era matrimonial con sus dos buros, un closet y una cómoda con espejo…dejo las cosas en el suelo para abrir la ventana...el aire le meció el cabello…todo le gustaba.
Los siguientes dos días fueron agradables, estuvo en las instalaciones de la agencia donde trabajaría y claro conocí a más personas…la mayoría de ellos fueron muy amables, pues contaba con la referencia de Sebastián por lo que le abría muchas puertas.
El fin de semana se lo paso lavando ropa mientras elaboraba una larga lista de productos y alimentos que ocupaba…no podría seguir viviendo de comida rápida.
Así que ya pasado de medio día salió de casa, para ir a un mercado que estaba como a unos veinte minutos de donde vivía…la gente caminaba tranquilamente por la calle, los niños corrían y el ambiente era bastante relajado.
Su celular comenzó a sonar, era su mamá.-Hola, mamá ¿Cómo estás?-
Bien hija, solo quería saber cómo va todo en Nueva york.-
Pues todo va bien, justo ahora voy a comprar algunos alimentos porque me he enfadado de la comida rápida.-
Haces bien mi amor, debes de prepararte tus alimentos aunque te cause flojera y dime haz hecho amigas o algo.-
No mucho mamá, la mayoría de las personas pues tienen sus familias y así pero me siento bien, la soledad y yo nos llevamos de maravilla.-Lauren no supo cómo tomar ese comentario acido.
Tal vez sería bueno que no te acostumbres, estaría bien si conocieras chicos.-dijo Lauren.
Mamá ni siquiera tengo una semana aquí, no te preocupes tanto por mí que yo estaré bien.-una cara conocida con una gran sonrisa se fue acercando a ella.-Muy bien.
Bueno, nos llamamos en estos días y cuídate mucho, te quiero mi amor.-
Yo también mamá, cuídate bye.-sin más colgaron mientras que un conocido se acercaba a ella con una sonrisa.
Pensé que no te vería nuevamente, pero siempre coincidimos.-le dijo divertido Leonard mientras ella asentía.-¿Qué haces aquí?
Bueno he venido a comprar algo para preparar de comer, pero más bien tu qué haces acá.-el levanto sus bolsas.
De compras también, tienes algún proyecto o algo así.-
Sí, estoy trabajando en Elle la revista así que estaré por una temporada en Nueva York.-comento la rubia.
Cada que te veo tienes nuevas aventuras, deberías de platicarme ¿Dónde haz estado?...¿Café o té Chai?.-
Te chai por favor.-contesto ella mientras caminaban hacia la cafetería más cercana donde pidieron una bebida caliente y un baguette para completar.
Entonces cuenta de tus aventuras.-
No tengo tantas, trabaje en Italia durante unos meses y es precioso.-el castaño asintió.-Después me fui a Londres termine en Irlanda donde tuve un par de exposiciones.
Honestamente tu fotografía es muy buena, tienes talento y todos lo sabemos.-afirmo el amablemente.
Y después una temporada en Francia donde pase el resto del año, estuve en algunos talleres y bueno pensaba irme de safari pero resulto esta oferta que no he podido negarme a aceptarla.-comento la rubia.
Sabes tienes buena suerte para el trabajo.-ella solo negó.-Me gustaría ver que fotografías tienes porque armare una exposición con temas del mundo.
Eso suena genial.-dijo interesada.-Por cierto, ¿Qué ha pasado contigo?
Pues he regresado hace un mes ya, estuve por Filipinas, Sangrila y termine varios meses en Japón…he trabajado para national durante estos últimos años, así que solo voy a donde me piden.-
Dirás que soy una tonta, pero no había pensado en esos lugares hasta ahora que los mencionas.-contesto la rubia.-Seguramente son preciosos.
Más bien lluviosos y la gente es un poco extraña, hubo lugares donde no pude entrar por mi propia seguridad en especial en Filipinas.-ella se sorprendió un poco.
Vaya, eso sí es aventura.-comento la rubia mientras sonreía, honestamente se sentía bastante cómoda con León…era como si su charla fluyera de manera natural.
Estarás establecida aquí en Nueva York.-ella asintió.
He rentado un apartamento.-respondió la rubia recordando cuando le escribió a Sebastián y el solo le contesto con un dedo grosero y diciéndole que terminaría su amistad si le depositaba.
Yo vivo a unas cuadras de aquí.-menciono el castaño mientras bebía un sorbo de su bebida.
Yo camine durante un tiempo, como unos veinte minutos.-contesto ella.-De lo poco que he conocido de la zona me ha gustado.
Es bueno encontrarnos.-dijo el mientras la rubia asentía.-Por cierto, que te parecería ir a una exposición hoy por la noche…bueno no sé si tienes planes.
Candice no supo cómo tomar esa invitación pero antes de que pensara algo mas.-No es una cita, para que no te estreses.
Lo siento, es solo que aún no estoy preparada.-
Deberías relajarte, no tomes las cosas con tanta formalidad y bueno que me dices…es de un conocido mío y además veras fotografía de la India.-
Suena pintoresco, ¿A qué hora será?-
A las 9, pasare por ti un poco antes.-ella asintió.-solo pásame tu número y me mandas tu ubicación.
Si es que perdí mi móvil y tuve que cambiar mi número de celular.-el solo rio porque en algunas ocasiones ella era un poco distraída…quedaron a la hora mientras que cada uno se iba a hacer sus actividades.
La rubia llego a su ahora casa para poder acomodar todas sus compras en el refrigerador y después de eso acomodar la ropa que estaba en la secadora.
Había comprado sushi en un restaurante que estaba de paso, porque no alcanzaría a preparar nada…se tomó su tiempo para poder arreglarse un poco.
Se puso un vestido negro de mangas largas y que llegaba arriba de la rodilla junto con unas botas negras…sumado un blazer gris, solo puso un mouse y pinto levemente su rostro.
Leon le marco cuando estaba afuera del edificio, salió de su apartamento y subió al elevador…él se sorprendió al verla, en verdad lucia muy guapa.-Vaya, te ves muy chic.
Candice rio.-Tu también te ves chic.-La rubia no podía negar que bastante atractivo, era muy alto, parecía que le gustaba el ejercicio, tenía ojos castaños, una barba desdibujada que adornaban su fuerte mandíbula y claro además de eso parecían entenderse muy bien.
Vamos que se hace tarde.-comento la rubia mientras el asentía, le abrió la puerta del pequeño auto donde subió y bueno no pensó que él tuviese uno.
¿Es tuyo?.-le pregunto al castaño quien asintió.-No pensé que tuvieras un coche.
Siéndote honesto casi pasa la mayor parte del año en la cochera, pero lo compre por si lo llegaba a necesitar de noche…porque de día sería un error.-ambos rieron, después de unos minutos llegaron al centro de Nueva York.
Candice bajo del auto, caminaron poco y el entrego los tickets para poder entrar…la rubia se alegró de haberse arreglado porque las personas que estaban esa noche muy formales…un chico sonriente de cabello negro y rasgos se acercó a León para saludarle.
Es bueno saber que haz venido, por un momento sentí no lo harías y además acompañado.-dijo sonriente Habib mientras la rubia solo le miraba.
Quiero presentarte a Candice Adams, es una fotógrafa excelente y hemos compartido el taller experimental, además de coincidir en varios lugares.-
Un gusto señorita.-
El gusto es mío.-contesto la rubia amablemente.
Pues espero que se diviertan y claro, quiero que veas todo león…necesito tu crítica.-el castaño solo asintió con la cabeza mientras la rubia le miro con rareza.-Beban algo por favor.
Lo haremos, pero no descuides a tus invitados.-el chico solo se despidió para ir a saludar a otras personas.
¿Critica?-dijo la rubia perspicazmente.
Vamos veamos que podemos encontrar esta noche, ¿Vino?-pregunto León mientras ella solo asentía, le extendió una copa para detenerse en una fotografía de gran tamaño.
¿Qué te atrae de esta?-
Los colores vibrantes.-comento sin más Candice mientras caminaban a otro cuadro de gran formato y ella resoplo, era una mujer mirando al cielo de fondo un paisaje selvático precioso…pero sus ojos eran lo que le atrapaban.
León bebió un trago de su copa mientras miraba como el fondo contrastaba con la mujer tan nostálgica que estaba ahí como elevando una oración al universo…giro su vista a Candice quien parecía cautivada muy atenta y muy hermosa.
¿Qué piensas de esta fotografía?
Me atrapa la intriga.-contesto sin más mientras el miraba una vez más la fotografía.-¿Te refieres ha?.-
Ella parece que pide algo o eleva una oración, o tal vez está recordando a su ser amado.-dijo Candice lentamente.-Me da una sensación de nostalgia profunda.
Eso mismo pienso yo, me pregunto ¿Por qué está sufriendo?...o más bien ¿Por quién?.-ella se quedó helada, esa voz la reconocería en cualquier parte y solo cerro los ojos para beber un sorbo de su copa.
León…un gusto saludarte.-
El gusto es mío Archivald Dubois.-le saludo el castaño.-Te presento a mi acompañante de esa noche la fotógrafa.-
Candice Adams.-la rubia se giró para verle de frente y solo pudo asentir mientras que el castaño le sonreía.-Un placer verte nuevamente.
Archivald, un gusto saludarte.-respondió ella mientras que solo se limitaba a ver la reacción de León buscando un poco de su apoyo y este solo le sonrió amablemente.
William había partido un día después de despedirse de Candice, su primer parada seria en Alemania para reencontrarse con quien sería su nuevo socio.
Se despidió de su familia quienes parecían un poco abandonados por las decisiones que estaba tomando y bueno su padre en especial se sentía un poco ofendido por que su hijo dejara la empresa a manos del menor de los Andrew.
Sin embargo entendía que el deseara su independencia creativa.-Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa y aunque te vas, me siento orgulloso de saber que buscaras tus negocios.
Gracias padre, significa mucho para mí lo que dices.-contesto el rubio quien solo aprecio los buenos deseos de su madre y hermanos.
Miro por última vez la foto de Candice y la dejo en la caja, mientras la cerraba para dejarla en el sótano de la casa de sus padres.
Sin mirar hacia atrás subió al avión, tenía muchas cosas en mente acerca de lo que estaba por ocurrir con su presente.
Las hora de vuelo fueron algo agotadoras, llego ya cuando caía la tarde y cuando hacia frio…hacía muchos años que no estaba entre alemanes…recogió su maleta mientras seguía de largo para encontrarse con una cara conocida al fin.
En verdad es increíble verte William Andrew, ¿hace cuantos años?…-saludo su amigo…Edwin Orwell
Como diez…-contesto el rubio mientras se unían en un fuerte abrazo.
Vaya estas cambiadísimo, como más delgado pero luces genial…-dijo un sonriente pelirrojo mientras comenzaban a caminar.
Lo se hermano y tu luces tan distinto…-Edwin sonrió.
Soy al fin un hombre casado, mis responsabilidades son otras y mi cuerpo ha creado una barriga segura de esposo.-ambos rieron.-¿Cómo estuvo tu vuelo?-
Cansado, pero me siento mejor de saber que estoy aquí.-
¿Cenamos entonces?-el rubio asintió mientras la ciudad le daba la bienvenida, se fueron al hotel donde el rubio ya tenía reservada su habitación y bueno solo dejo la maleta para ir a cenar al restaurante del hotel.
Tendremos mañana algunas citas importantes, así que es peor que duermas bien.-el rubí asintió.-A todo esto ¿Cómo estás?-
Me siento entusiasmado y bueno creo que es momento de seguir adelante.-afirmo el pues su amigo sabía que se había divorciado.
Siento que te enamoraras de Australia, veras la buena vida al fin.-ambos rieron…estuvieron siete días en Alemania buscando proveedores, permisos y sin fin de cosas…mucho trabajo pero cuando menos pensaron bajaban del avión para encontrarse con un paisaje contrastante.
Espero que la casa que escogimos para ti sea de tu agrado, seremos vecinos pero no soy tan alborotador como crees.-
Me gusta escucharlo, no me gustan los vecinos entrometidos.-rieron mientras subían al jeep de su amigo socio, cuando comenzaron a ir por el paraje al fondo se veían un par de pasas muy grandes…el aire caliente de Australia le caía bien después de tanto frio.
Hemos llegado.-dijo el castaño mientras su esposa aparecía por la puerta de la entrada para unirse en un abrazo y un beso.
William bajo del jeep mirando a su alrededor, era un sitio muy agradable y la vista magnifica.-Mira quiero presentarte a mi esposa Kayla.-
Una mujer de ojos azules y cabello rojos le sonrió.-Bienvenido a Australia señor William.-
Gracias, un gusto conocerle.-contesto el mientras miraba a la mujer quien tenía algunos meses de embarazo.-Se nota que trata bien a mi amigo.
Ni que lo digas, es un tragón…-completo ella mientras reían-Cariño todo está dispuesto.
Perfecto…-contesto Edwin mientras caminaban por un camelloncito de tela de alambre, que rodeaba la casa de su amigo mostrando otra casa detrás…en un terreno colindante las dividía una cerca metálica.-Tendrías que rodear para entrar con el vehículo.
Era una casa enorme con una espectacular vista a los verdes campos de Australia, la casa era preciosa como en forma de cabaña hexagonal con gran jardín unas preciosas ventanas corredizas de vidrio, todo tan distinto a lo que él estaba acostumbrado…pero sería su nuevo hogar.
¿Qué te parece William?.-pregunto Edwin sabiendo que su amigo la verdad era demasiado difícil de satisfacer.-Espero no haberme precipitado, pero las casas acá deben de ser más frescas ya sabes espacios abierto.
Es como deseaba.-respondió William mientras el pelirrojo lo miraba con duda…-no me mires así, créeme que aquel tipo que conociste no queda ni rastro…soy otro.
Pues la verdad esperaba una mala reacción, pero la casa es amplia, abierta, comida y con el plus de que tienes una la playa a veinte minutos.-el rubio comenzó a caminar para entrar.-Estamos a sano y a salvo por así decirlo del golpe directo de ciclones y huracanes.
Cálmate de verdad me gusta.-respondió el viendo el porche que jamás pensó tener con unas sillas dispuestas para ser usadas.
Ten las llaves y haz los honores.-el rubio abrió la puerta para disfrutar del aroma a flores que tenía la casa donde iniciaría una nueva vida.
La entrometida de mi mujer te dejo un poco de víveres dispuestos y algo de comida por si deseas cenar, creo que debemos descansar.-
Marcharte a casa que yo estaré bien.-dijo William mientras su amigo asentía.
Las maletas están el jeep, que descanses.-sin más Edwin salió de la casa dejando al rubio solo, quien se limitó a ver toda la casa y bueno era amplia como él deseaba con tres recamaras…sonrió cuando abrió los ventanales para ver a lo lejos el mar.
Ahora si es que podría decir que la viviría la vida que tenía delante suyo y construiría lo que ahora sabia quería…sonriente camino por las maletas.
Hola hermosas, hermosos…pues les traigo un capitulo donde esta pareja parece que ya pasara página a la vida que llevaban y vivirán su presente, no sé qué vaya a pasar pero siento que un amor así de grande jamás se acaba.
Candice ya en Nueva York deseando establecerse mientras que William se fue del otro lado del mundo buscando crear su propio imperio…veamos que sucede más adelante y bueno muchas gracias por acompañarme en esta historia como en las anteriores.
Les deseo un feliz fin de semana o un feliz día…les mando un abrazo a la distancia…bye, bye.
MariaGpe22.-Como dices deben de creer en ellos mismos, encontrar su propia identidad y encontrar un motivo para salir adelante…ahora separados…sin rencores…gracias por comentar, saluditos.
Chocoyii.-Relax veamos que sucede con su vida por separado, sanando están…saluditos.
Carol Aragon.-Crecer personalmente para no cometer los mismos errores, difícil pero lo más sano y el amor parece que vivirá siempre en ellos…saludos preciosa.
