Disclamer: estos personajes no me pertenecen.

Dedicado a: Por supuesto a Kerube-chan, y este capitulo es además un regalo para mi amiga Martika (Zaphi) y mí amigo Xetil que cumplieron años hace poco (en realidad…hace algunos días…jejeje)

IMPORTANTE: Mis queridas/os lectoras/es, veréis yo que soy sadomasoquista voy y publico otro ExT jejeje, me encantaría saber que opináis de él y si queréis que lo siga se llama Swan Lake o lo que es lo mismo, El Lago de los Cisnes (ni yo misma se porque lo llame así xD)

AGRADECIMIENTO ESPECIAL: A una linda mexicanita que se llama Mary, le pedí ayuda en una poesía y ella muy amablemente me escribió una para el fic ¡muchas gracias!

Capitulo 10.

Se podía respirar tensión en aquella sala.

Lo que había dicho Sonomi Daidouji había dejada a todos los presentes más que sorprendidos, paralizados por la noticia. Nadie se atrevía a hablar.

La mujer tan solo se dedicaba a pasear por el salón murmurando cosas que solo ella podía entender, ni ella misma se daba cuenta de la mirada que Clow le dirigía. El hombre, aunque sereno por fuera, era un mar de nerviosismo por dentro, no llegaba a imaginar la reacción de la pequeña amatista cuando se enterara de quien era aquel individuo.

¿Miedo? Quizás si.

Tenía miedo de que Tomoyo le reprochara a su madre, de que ella sufriera, después de haber conseguido lo que tanto añoraba, una familia.

Se prometió a si mismo protegerla, aunque fuera de su propio padre, al fin y al cabo, él tenía ahora su custodia.

-Se…señora…-hablo Arima, Sonomi paró en su caminata y se volvió al joven- creo que hago mal tercio, con su permiso, me retiro.

-Ah…si, claro, gracias por todo- Sonomi estaba demasiado distraída como para poder echarle cuenta al joven.

Una vez se marchó el chico, de nuevo la sala se hundió en el más remoto de los silencios, tan solo se escuchaba el tic-tac del reloj.

Nakuru, impaciente, empezó a dar golpecitos con el pie en el suelo, la actitud de Sonomi la exasperaba, la actitud de su tío también y Eriol…Eriol podría haber pasado perfectamente por una columna de mármol griega… ¿Es que nadie se dignaba a hacer nada? Enfadada se volvió a la esposa de Clow y le dijo¿Se puede saber que es lo que te ha dicho el padre de Tomoyo?

-El padre de Tomoyo- murmuró-…ese tipo…no se a que ha venido, no me ha dicho nada, fue y siempre será una caja de Pandora…después de tantos años…

La nostalgia hizo acto de presencia en los ojos de Sonomi y el señor Hiraguizawa supo que en esos momentos lo necesitaba.

-Quieres mantener tu temple de mujer fría, pero en realidad te desmoronas por dentro querida…-le susurró al oído- ven, te preparare una tila, necesitas tranquilizarte.

Ella tan solo sonrió agradecida y se marcharon a la cocina.

-¿Y tu?- la oji-café se volvió a su primo- ¿Qué vas a hacer?

Ella ya sabía la respuesta, pero quería escucharla por boca de Eriol.

-Ella…necesitara a alguien…

-A su lado- lo interrumpió la chica- y ese alguien eres tú, Eriol- diciendo esto, dejo al chico solo, para que reflexionara lo que le había dicho.

Si, él lo supo desde que por la puerta de su casa había entrado Soichiro Arima, supo que algo malo le había pasado a Tomoyo y supo además, que ella lo necesitaría. Por ello en esos momentos se encontraba impotente, sin saber que hacer tan solo tener que esperar a la llegada de la amatista.

-Tomoyo…-susurró mirando por la ventana delantera de la casa, teniendo la esperanza de que de un momento a otro la ciruelo apareciera por la puerta.

Aunque él lo tenía claro, si ella iba a llorar, estaría a su lado para siempre.


Tomoyo vio como el hombre pagaba por lo tomado en aquella linda cafetería inglesa. Ahora que lo pensaba, no conocía ni su nombre, y ella había aceptado su invitación. Se reprochó mentalmente que eso no debía de repetir, aunque no dejaba de preguntarse porque él le inspiraba confianza….a pesar de su aspecto de secuestrador.

Carraspeó.

-O….Oiga…-vio como el hombre se volvía a ella y dibujaba una sonsilla en su rostro- esto, aún no se su nombre…

El pelinegro aumentó aun mas su sonrisa: Puedes llamarme Reiji- dijo.

- "¿Puedes llamarme Reiji? Pero si no le conozco"- reprocho mentalmente la amatista, siguiéndolo a la salida.

-¿Qué vas a hacer con el gato?

Ella alzó su vista para buscar los ojos color aceituna, que de nuevo estaban cubiertos por las gafas, a pesar de estar ya oscureciendo (es invierno, y pues, cuando meriendo ya es de noche, al menos eso pasa en mi país xD).

-Bueno…es un regalo para mi hermano…y es para Navidades, así que no lo puedo llevar a casa. Sakura me dijo que se encargaría de él por el momento.

-¿Sakura?

-Es mi prima

Reiji alzó las cejas sorprendido¿Tu prima?

-Si, mi prima…bueno, en realidad no es mi prima prima, es decir, mi mama y la de ella eran primas.

-Con que tu mama y la de ella eran primas…-murmuro misteriosamente. Al principio se sorprendió, Tomoyo no podía tener primos porque tanto él como su ex-mujer eran hijos únicos- ¿sabes? Estoy deseando de conocer a esa prima tuya.

La nívea estuvo guiando al supuesto secuestrador por las calles de la ciudad, hasta llegar a la linda casita en la que vivía su querida amiga.

-Es aquí- anunció.

-Vaya, vaya, pues no viven nada mal

-Su padre es arqueólogo- le informó Tomoyo- da clases en la universidad de Tokio.

Ella no se dio cuenta de la sonrisa tan divertida que tenia el hombre dibujada en el rostro, si hubiera sido por él, estaría tirado muerto de la risa en medio de la calle. La idea que anteriormente le rondaba por la cabeza se hacía cada vez más nítida por la información que Tomoyo le proporcionaba: "El mundo es un pañuelo"- pensó cuando vio a la pequeña llamar a la puerta.

Una voz aguda se escucho desde dentro: Ya voy, ya voy- y la dueña de la voz hizo su aparición.

-¡Tomoyo! - a Sakura se le ilumino el rostro cuando se dio cuenta de lo que su prima llevaba entre manos- ¡El gatito¡Que lindo! Entra, quiero que veas la linda camita que le he preparado, espero que Kero no se ponga celoso porque…- se calló abruptamente al ver al hombre que estaba parado detrás de su amiga. Le intimidó…mas bien, le dio miedo- ho…hola…lo siento no le he visto señor…

-Reiji- dio un paso adelante- encantado, linda Sakura, tienes los mismos ojos que tu madre, hermosas esmeraldas.

La joven se sonrojo al escuchar tal halago por parte del hombre, lo que produjo que Tomoyo riese por lo bajo, sin embargo ninguna de las dos se dio cuenta del significado de las palabras del moreno.

-Sakura- la llamó su padre desde la cocina- ¿Quién es?- Fujitaka asomó por el pasillo de la casa, para ver con quien hablaba su hija.

El profesor ni siquiera se percató de la presencia de la joven amatista, sus orbes castañas se posaron directamente en la figura del hombre que la acompañaba, incluso parpadeó varias veces porque no se creía que lo tuviera delante después de tantos años sin verle.

De repente un pensamiento vino a su mente ¿Qué hacía él con Tomoyo¿Sabría ella quien era realmente?

-Tomoyo, ven que te enseñe donde va a dormir el gatito- dijo una alegre Sakura, sacándolo de sus pensamientos. Vio como las niñas iban a la sala de estar de la casa, dejándolo solo con el inquilino.

-Vaya, vaya, si no lo veo no lo creo- comenzó a decir el moreno- ¡pero que viejo estas Fujitaka!

-Reiji- el de lentes no sabía si abrazarlo o reprocharle que demonios hacía en la ciudad- hace mucho que no nos vemos.

-Si, es cierto…desde…-no se atrevió a seguir.

-La muerte de mi Nadeshiko…-terminó el castaño por él- pasa, creo que las chicas van a tardar un poco y a nosotros nos viene bien hablar.

Ambos se acomodaron en el comedor de la cocina y durante un segundo reino el silencio.

-Tienes una bonita casa…-murmuró desinteresado Reiji.

-¿Qué haces aquí?- Fujitaka ignoro el comentario de su antiguo compañero de estudios, la curiosidad lo estaba matando, aunque sabía por donde iban los tiros. Solo había una razón por la que aquel hombre podía volver a Japón: su hija.

Reiji sonrió mientras se acomodaba en la silla¿Así es como tratas a un antiguo compañero?...Bueno, digamos que ya va siendo hora de conocer a mi descendencia ¿no crees?

-¿Por qué ahora¿Después de tanto tiempo?

El ojiverde se quitó las gafas oscuras: Digamos que quería esperar a que Tomoyo fuera algo mayor…cuando Sonomi y yo nos separamos ella tenía tres años.

-Aún no logro entender porque se divorciaron, pensaba que todo os iba bien- con la mano, Fujitaka le indicó si quería té.

-No, gracias… supongo que Sonomi y yo nunca nos entendimos al cien por cien…de todas formas, yo me tuve que conformar con lo que quedó, y eso fue ella- dijo con una risa mientras cruzaba los brazos a la altura del pecho.

-¿Conformarte con lo que quedó?

-Jajaja, yo estaba profundamente enamorado de Nadeshiko- bromeó- y tú, traidor ¡me la robaste!- Fujitaka rió guturalmente, ese Reiji nunca cambiaria- así que yo tuve que buscar consuelo en los brazos de otra mujer…y esa fue Sonomi…

-¿Ahora yo soy el culpable?

-¡Faltaría más! Yo era el atractivo profesor de física, todas las jóvenes babeaban por mí

-Todas excepto Sonomi- interrumpió divertido Fujitaka- admite que eso te llamaba la atención en ella.

-¡Era una bruta! Si supieras la de sermones que me daba porque tú andabas con su querida prima…

-Y te casaste con ella… ¿Dónde has estado todos estos años?

-En los Estados Unidos

-¿Impartiendo clase?

-Exacto, en la Universidad de Física de California, deberías de visitar esa ciudad, es alucinante.

-Me alegro que todo te haya ido bien.

Se escucharon las risas de las chicas desde la habitación de al lado.

-Sonomi…-susurró Reiji- a criado bien a Tomoyo, es una niña hermosa, preciosa.

-¿Cuándo se lo dirás?

-No tengo ni idea, pero es mi hija y ya he perdido suficiente tiempo, creo que va siendo hora de que conozca a su padre.

-Sonomi se volvió a casar, no se si lo sabes.

-¡Claro que lo se! Jajaja, compadezco al hombre que viva con ella, tendrá que soportar la vena de su sien.

-Es un magnate, inglés, maneja los emporios Hiraguizawa.

-MMmmm- Reiji se acarició la barbilla- no me suena, nunca me gustaron los temas de negocios, aunque déjame decirte, que ella no ha sido la única en perder el tiempo a lo que respecta a parejas.

-¡No me digas que tu…!

-Si- y sonrió de oreja a oreja- ha venido conmigo y también quiere conocer a Tomoyo- Fujitaka lo miro con los ojos espantados produciendo en Reiji una enorme carcajada.

La ciruelo apareció por la puerta de la cocina.

-Disculpen…es que, ya es algo tarde, tengo que volver a casa, no quiero que mi mama se preocupe mas de lo que ya debe estar.

-Cierto- dijo Reiji mirando su reloj de pulsera- entonces te llevare a tu hogar yo mismo, esta oscuro y no quiero que andes sola.

Tomoyo sonrió agradecida.

-Espero que nos volvamos a ver Reiji- dijo Fujitaka una vez ambos morenos se hubieron montado en el coche.

-Yo también- y dicho esto arrancó y desaparecieron rumbo a casa de los Daidojiu-Hiraguizawa.


-¡Mama!- exclamó la amatista algo nerviosa por el sinuoso silencio de su casa- ¡Mama ya estoy en casa!

Sonomi, que apareció de inmediato por la puerta de la cocina, se quedo quieta como una escultura, más que mirando a su pequeña, al hombre que tenía justo tras ella: Él me ha traído a casa mama, se llama Reiji, ha sido muy amable conmigo- informo la amatista viendo el rostro de la mujer.

Se extraño... ¿Por qué su madre tenía aquella expresión en la cara¿Miedo, odio, resentimiento…? Eran muchos los sentimientos que se encontraban en el estrecho cuerpo de la magnate y estaba segura de que si los mantenía escondido no aguantaría mucho.

Preocupada se acerco a su progenitora¿Ocurre algo, mama?- preguntó con ese característico tono dulce de ella.

Fue entonces cuando se percató de la presencia de Clow y de Eriol, ambos también con el mismo semblante que Sonomi, solo que el peli-negro la miraba a ella.

-Tomoyo- la aludida se sobresalto al escuchar aquel tono cortante proveniente de la boca de su madre- ve a tu habitación.

-Pero…Reiji- dijo la nívea a la vez que se volvía para ver al hombre parado en la entrada.

-¡Ve a tu habitación!

En su vida, jamás Sonomi grito a Tomoyo, hasta aquel día, cosa que sorprendió a la chica.

Sin reprochar, aunque con una extraña sensación de peligro en su cuerpo, la flor se dirigió a su cuarto sin ni siquiera dirigirle una mirada al inglés que se encontraba justo en el primer escalón de las escaleras viéndola fijamente con un semblante de preocupación.

-Eriol- su padre lo llamo- ve con ella…

Una simple frase, y él lo entendió todo, volteo durante escasos momentos a la figura que perturbaba la felicidad de aquella casa y la de su dulce amatista y le reprochó con la mirada.

Antes de que subiera dos escalones más, el silencio fue roto por una voz grave¿Así que tu eres el famoso Eriol?- Reiji se quitó las gafas para ver mejor al joven ante él- Como vea que te aprovechas de Tomoyo te vas a quedar sin manos, chaval- y lo dijo con una sonrisa fría en el rostro, lo que produjo en el cerúleo un tremendo escalofrió.

Sonomi y Clow miraron desconcertados a su hijo, aunque claro está, ellos ya sabían a que se refería Reiji, para luego volverse al moreno.

-Linda Sonomi…

-Reiji… ¿Qué haces aquí?

-Querida, después de tanto tiempo ¿Y esa es la bienvenida que me das?

-No seas cínico, Reiji¿A que has venido?

El hombre, ni corto ni perezoso se auto invitó a entrar a la par que dibujaba una sonrisa en su rostro: Si ya lo sabes, amor, no preguntes.

Sonomi se escucho rechinar los dientes, si había algo que odió y aún odiaba de su ex era esa manía suya de tomarse todos los asuntos a la ligera. Pero no la vería ceder ni ponerse nerviosa, se mantendría firme y fría, como la excelente ejecutiva que era.

-No compliques mas las cosas, vete por favor- Sabía que si quería tratar con él, primero debía tantear el terreno.

El padre de Tomoyo pareció no escuchar lo que le decía la magnate de los emporios Daidouji, al contrario parecía entretenido en ver como tenía la casa decorada y a lo respecto objeto: siempre has tenido un buen gusto para la decoración, Sonomi.

-¡Reiji te estoy hablando!- Sonomi ya empezaba a perder la calma, así había sido siempre Reiji Daidouji, un pasota, un libertino, un culo inquieto que quería conocer mundo, jamás sirvió como padre- ¡Haz el favor de escucharme, hablamos de algo serio!

Pero él siguió en sus trece, incluso a Clow, que se había mantenido al margen de aquella discusión, le estaba irritando la actitud del sujeto en cuestión. Vio como este se le acercaba y le pasaba un brazo por lo hombros mientras decía: Así que tú eres el famoso Clow Hiraguizawa, presidente de la empresa Hiraguizawa…vaya, veo Sonomi que encontraste a tu media naranja- añadió con una sonrisa.

-¡Reiji!

-Y dime ¿como es que soportas su vena de la sien? No se si te has fijado pero cuando se enfada le sale una justo aquí- y se señalo una parte de la frente.

A Clow le resbaló una gota por la nuca…siendo sincero, si que conocía la famosa vena de Sonomi, se la había visto cuando a penas se conocían y hacían negocios entre sus empresas, pero si quería seguir vivo, no dio opinión alguna a cerca de la pregunta que le formulo el hombre vestido de negro.

-Aunque eso si- continuo el individuo- es una fiera en la cama ¿verdad?- y dio sugestivos codazos en el costado del inglés.

-¡Ya te vale¡Si has venido a burlarte puedes largarte de aquí!- lo interrumpió Sonomi alterada, la calma y la frialdad de la ejecutiva se fue por al garete igual que se fue Gollum tras el anillo- ¡Vas a decirme a que has venido?

-Sonomi- y por primera vez desde que llegó, se puso serio- esta más que claro, vengo a conocer a mi hija Tomoyo, soy su padre, debo conocerla y que ella a mi.

Antes de que Sonomi le reprochara algún, una exclamación ahogada se escuchó tras su espalda, sin darse la vuelta la empresaria cerro los ojos con fuerza, lo que temía se hizo realidad… ¿Cómo enfrentaría ahora a su hija¿Podría mirarla a la cara?

No le quedaba mas remedio, así que conteniendo la respiración y lentamente, se dio la vuelta para encontrarse con la mirada amatista y confundida de su pequeña y tuvo la impresión desde el primer momento en que sus ojos chocaron, de que la nívea le reprochaba, le exigía una explicación.

-Tomoyo…-susurró, por primera vez en su vida, Sonomi no sabía como actuar. La amatista la miro a ella y luego dirigió sus orbes al hombre que se encontraba junto a Clow.

-¿Qué has dicho?

Reiji, durante mucho tiempo, estuvo esperando este momento y ahora que la tenía frente a él y que por accidente lo había escuchado… ¿Qué le diría? Se había enterado de una manera muy brusca de la verdad, de su identidad y del lazo de sangre que los unía. Él tenía pensado decírselo de una manera más calmada, por miedo al rechazo de su propia hija…pero ahora si que lo rechazaría… ¿Cómo actuaría Tomoyo? Ese era el miedo que albergaba los corazones de Reiji y Sonomi.

Clow se sentía impotente, sabía que él no podía hacer nada, que no podía ayudar a que las cosas entre Tomoyo y su madre mejoraran ahora que el padre de la primera había echo su aparición. Jamás pensó que algo como esto pudiera interrumpir la armonía de su hogar. Se dio cuenta que tras la espalda de Tomoyo, estaban Nakuru y Eriol, ambos con la incertidumbre en sus ojos, pero este último con una preocupación extraña en sus ojos, demasiado fuerte era el sentimiento que lo unía a la pequeña, pensó Clow, y no era precisamente amor fraternal.


Tomoyo se fue directa a su habitación, tal y como había dicho su madre…jamás la había visto en ese estado y nunca le había alzado la voz, supuso que fue por andar con un extraño a sí, sin mas. Y en eso, ella era la que tenía la culpa…ahora que lo pensaba… ¡se había olvidado de Soichiro! En el parque, aquel hombre les había gastado una broma…una broma de muy mal gusto, y el pobre chico se había llevado el gran susto de su vida…claro, no todos los días te encontrabas con un tío a lo matrix y una pistola, aunque de juguete muy realista, en el bolsillo.

Justo cuando pensaba llamar a su compañero de clases, llamaron a su puerta.

-Adelante…- Eriol apareció tras ella y la amatista le sonrió- ¿Por qué esa cara Eriol?

El chico trago saliva, estaba claro que ella aún no sabía nada sobre quien era realmente el hombre con el cual había pasado la tarde: Nada…eso solo que me tenías preocupado…

La chica agudizo su dulce sonrisa¿Por qué?- le preguntó en un susurró al verlo acercarse a ella y sentarse a su lado.

Con sorpresa, vio como le tomaba su mano entre las de él y se las llevaba a los labios para depositar en ellas un calido beso.

-Cuando una persona me preocupa…-comenzó a decir el oji-azul- es porque esa persona es importante para mi…

La chica sintió un repentino sentimiento cálido invadir su cuerpo, Eriol estaba sumamente amable con ella, como nunca antes lo estuvo y agradecida le volvió a sonreír, ni ella misma se dio cuenta que estaba sumamente perdida en aquella mirada gentil, en aquella mirada que sin duda alguna estaba dedicada absolutamente a la flor de ciruelo.

-Mi madre…-Tomoyo rompió el silencio-… ¿Se ha preocupado mucho?

Eriol miro al frente, hacia la ventana, vio que afuera reinaba la oscuridad y un viento frío propio del invierno: Nos has tenido en vilo hasta hace muy poco, Tomoyo.

La amatista entristeció su mirada: Yo…lo siento, pero aunque no me creas o sea difícil de creer, cuando estaba con Reiji estaba segura…no se como explicarlo, pero ese hombre me inspira confianza.

Eriol la miro gravemente, no le tocaba a él decirle quien era el tal Reiji, pero si sabia que la joven nívea lo iba a pasar mal, tendría que saber el porque la abandono siendo una niña: Prométeme- dijo mientras con la mano hacía volver a él la cara de Tomoyo- prométeme que si te sientes triste me lo dirás.

-Pe…pero ¿Por qué iba a estar triste Eriol?- la amatista noto un repentino aleteo en el comienzo de su estómago.

-Eso nunca lo sabrás, Tomoyo, tu solo prométemelo.

-Claro que si Eriol, pero creo que…

No pudo seguir, su corazón dio un vuelvo cuando sintió los brazos de Eriol alrededor de su cuerpo. Por segunda vez, su querido hermano la abrazaba y que bien se sentía tan cerca de él, embriagándose de su aroma, sintiendo la suave respiración de él en su nuca y ese cosquilleo por todo su cuerpo. Era una sensación extraña aquella que sintió la dulce amatista al escuchar el corazón del joven, una extraña sensación que llegó sin avisar.

Se sentía protegida y querida por él. Aquel era su mejor refugio, entre los brazos de Eriol y desde ese momento supo que el inglés estaría a su lado, estaban sellando otra promesa, aunque para esta no hacía falta palabras, solo sentimientos.

La había sorprendido, pero ella ya le estaba respondiendo su abrazo con tanta calidez que el zafiro sintió estremecerse el cuerpo… ¿Cómo llego hasta esos extremos¿Desde cuando estaba tan enamorado de ella? El ya no intentaba descubrir que iba a pasar entre los dos, sentía angustia en el alma, pues en realidad tenía que callar cuando lo que quería realmente era gritar a los cuatro vientos sus sentimientos.

Las exclamaciones procedentes de la planta baja trajeron a los dos níveos a la realidad, se podía escuchar a una Sonomi mas que alterada¿Por qué mi madre grita tanto?- Tomoyo se preocupo, tal vez Reiji aún no se había marchado y su madre le estaba reprochando su actitud con ella- Será mejor que baje- le dijo a Eriol.

-Tomoyo, mejor será que te quedes aquí hasta que ese señor se haya marchado.

-Ese señor, Eriol, no es mala persona, no me ha tratado mal ni nada de eso, al contrario, lo justo seria que yo le explicara a nuestros padres lo ocurrido esta tarde.

Al albino no le dio tiempo a detenerla, tan solo la siguió a través del largo pasillo hasta las escaleras.

En su camino, Nakuru salio de su habitación preguntando¿quién es la que chilla?- sin embargo al ver el semblante de Eriol lo entendió todo, lo siguió hasta el comienzo de las escaleras donde se encontraron ya a una estática Tomoyo en la mitad de estas.

Una exclamación llego claramente a los oídos del oji-azul y fue entonces cuando supo que Tomoyo había descubierto la verdad. Estuvo a punto de ir a por ella y llevársela de allí, pero Nakuru se lo impidió.

Vio como Sonomi, al final de las escaleras, se volvía poco a poco a su hija con una expresión de horror es su hermoso rostro: Tomoyo…-susurró.

-¿Qué has dicho?- preguntó Tomoyo mecánicamente, lo que había escuchado la había dejado en el sitio, simplemente no se lo creía, seguro su imaginación la había traicionado.

Pudo ver como la cara de los adultos se tensaban, incluido la de su propio padre. Nadie decía nada, ni siquiera se movían, la tensión podía cortarse con un cuchillo. Eriol ni siquiera podía imaginarse como debía sentirse Tomoyo por dentro, estaba más que claro que de un momento a otro iba a explotar, las lágrimas amenazaban por salir de sus ahora tristes ojos.

-Hija…ven, tenemos que hablar- la voz de Sonomi tembló, aquella mujer no era la fría y calculadora ejecutiva, era una madre temerosa de lastimar a su pequeña.

Ni Tomoyo supo como pudo bajar las escaleras que quedaban, las piernas le temblaban, no miraba ni a su madre, ni al hombre que conoció aquella misma tarde. Dejando a Clow, Nakuru y Eriol en el pasillo de la gran mansión, los tres entraron al salón y cerraron la puerta tras de si.

Era mejor dejarlos solos.


La linda hija del matrimonio Kinomoto miro una vez más el pupitre vació a su lado, frunció levemente su ceño en señal de preocupación y luego volteo a ver a su primo inglés, Eriol tenía a vista perdida en la mesa frente a él, la de Tomoyo.

Desde hace dos días la chica Daidouji no iba a clases y todo el mundo le preguntaba por ella, él tan solo podía decir que no se encontraba bien para asistir a clases.

Obvio que el profesorado sabía lo que le ocurría a la chica, ya que Clow se encargó de hablar con Terada.

Sakura, Shaoran y el resto de compañeros, incluidos Soichiro y Akane, preguntaban mucho por ella, la primera llamaba unas tres veces al día para preguntar por su querida prima pero la verdad Eriol no podía decirles mucho, ya que Tomoyo se pasaba todo el día en su cuarto, incluso Helen le tenía que llevar la comida a su cuarto.

Sonomi tampoco iba a trabajar y Reiji no había vuelto a aparecer.

Los ojos esmeraldas de Sakura prestaron poca atención a la clase de matemáticas de aquel día, simplemente se dedicó a ver la lluvia tenue que en esos momentos caía sobre Tomoeda.

-No se si entrar en su cuarto o que hacer- les decía Eriol a ella y al chino durante el recreo, que debido a la lluvia tuvieron que quedarse en clase- si os soy sincero me preocupa bastante…

-Tomoyo…-susurró la trigueña- estuvo en mi casa aquel día, con ese hombre. El caso es que no me parece mala persona…

-Yo no sabría que decirte- el inglés estaba molesto que ese individuo y no lo quería volver a ver en su vida…aunque tenía la impresión de que su deseo no iba a hacerse realidad.

-No me extraña que Tomoyo esté tan deprimida, no ha sabido nada de su verdadero padre hasta ahora y se le presentó de un modo muy brusco-Shaoran Li era otro que se sentía impotente por no poder ayudar a su amiga y además por ver sufrir a Sakura de esa manera. Se notaba lo unidas que estaban ambas.

-Me gustaría ir a verla esta tarde Eriol…

-Mejor no, Sakura las cosas en casa andan bastante tensas- dijo el oji-azul mirando por la ventana las nubes grises.

Sakura entristeció aún más su hermoso rostro, para angustia del castaño. Como le gustaría abrazarla en esos momentos, independientemente de las miradas de sus compañeros.

Eriol, nada más tocar el timbre del colegio que anunciaba el fin de ese día de clases, salio disparado a su casa. Así había echo estos dos días en que la ausencia de la amatista era notoria. Kinomoto y Li aún se encontraban poniéndose sus zapatos para el camino a casa en las entradas del instituto. Aún no había dejado de llover y los charcos en las calles eran cada vez más grandes.

-Te acompaño- anuncio el ambarino sorprendiéndola y ruborizándola al mismo tiempo.

-No tienes porque Shaoran…

-Si, hace mal tiempo, no quiero que vayas sola a casa.

-Eres muy amable…gracias…-dijo en un susurro apenas audible.

Ambos castaños se pusieron en marcha, cada uno en su paraguas y en silencio perpetuo, hundidos en sus pensamientos.

-"¿Qué hago?"- se repetía una y otra vez el chico- "Ya no aguanto más…"- miro el perfil de su compañera de reojo, aún con esa triste mirada estaba preciosa. Ante ese pensamiento se sonrojó violentamente.

Sus cavilaciones a cerca de lo que haría o no se vieron interrumpidas por la lluvia, ahora llovía con más fuerzas que antes por lo que tuvieron que refugiarse en el tordo de una pastelería.

-Vaya…y yo que quería llegar pronto a casa para llamar a Tomoyo…-se quejó Sakura. Al no obtener respuesta por parte de su amigo se volvió a él, tenía la mirada perdida entre las gotas de la lluvia, viéndolas caer…-"¿Desde cuando Shaoran es tan atractivo?"- pensó. La joven se dio cuenta demasiado tarde de lo que había pensado y tuvo que disimular su nerviosismo como pudo.

Un repentino trueno rompió el silencio en el que se sumía la pareja. Sakura dio un pequeño bote…genial, además había tormenta… ¿Qué haría ahora¡Si le daba más miedo los truenos y relámpagos que el hombre del saco!

-Nunca te han gustado las tormentas verdad- la chica miro al dueño de aquella tranquila voz. Ahí estaba él, con una apacible sonrisa mirándola, diciéndole con los ojos que le ofrecía un refugio a su lado, lejos de los relámpagos y truenos- Sakura…-el joven chino se volteo repentinamente hacia la castaña. Noto como ella daba un respingo y sus mejillas se coloreaban de un rojo fuerte. Sentía que no podía articular palabra. ¡No podía hacer nada por que su voz saliera de su garganta! Estaba tan nerviosa y avergonzada por la extraña actitud de Shaoran que sentía que se desmayaría de un momento a otro.

Era ahora o nunca, se dijo el ambarino. Algunas cosas era mejor hacerlas sin pensar.

La cerezo lo miraba con ojos muy abiertos, pero en ellos no había ni una pizca de miedo o rechazo. Lo vio tragar saliva. ¿Por qué estaba tan nervioso?

-Sakura…-otra vez repetía su nombre, le encantaba escucharlo decirlo, tan suave y con tanta calidez- Yo ya lo he intentado todo, ya no se que hacer…

-Shao…Shaoran…que dices…-Sakura lo miraba ahora preocupada. ¿Qué intentaba decirle?

Las palabras se le atoraron en la garganta y los ojos de Sakura en su ser no ayudaban en lo absoluto. Shaoran puso sus manos en los hombros de Sakura, atrayéndola suavemente hacia si. En ese momento el chico solo pensó en lo que sentía por dentro, sin importarle el lugar o si Sakura temblaba entre sus manos.

Cuando la chica lo vio acercarse, se dio cuenta de que no había marcha atrás. Sus caras estaban muy cerca¡Y cada vez lo estaban más! Sakura cerró sus ojos con fuerza al tiempo que su cara se ponía roja como la manzana de Blancanieves.

Simplemente no lo podía creer. No podía creer que la estaba besando.

La joven flor sintió una tímida presión sobre sus labios, los de Shaoran ahora estaban sobre los suyos. No movió ni un músculo, pero notaba como su cuerpo se tensaba, aquello era algo tan repentino que no sabía como actuar.

Su amigo Li la besaba.

Un relámpago seguido de un trueno ensordecedor retumbó por la zona, haciendo que más de un habitante de Tomoeda se tapara los oídos.

A pesar de la situación en la que se encontraba Sakura pudo oírlo perfectamente (yo no hubiera podido xD) se separó de Shaoran, aquel trueno había sonado muy cerca.

Sin embargo…

El joven Li, tomándola desprevenida deslizo sus manos por su cabello, haciendo que un escalofrío le recorriera la espalda. Shaoran acariciaba su pelo suavemente, enredando sus dedos por él (Esta claro que la timidez se fue de paseo). Nadie en su vida la había tratado con tanta delicadeza.

Se sintió embriagada y su cuerpo, que había estado en tensión hasta el momento, se relajó permitiendo que el castaño la atrajera más hacia él.

El beso que él tanto había estado esperando, ahora era correspondido por ella. Sintió una gran ola de calidez recorrerle el cuerpo y lo que antes se había convertido en un tímido beso, era ahora un beso en condiciones (que pillos xD)

-"¿Por qué besa tan bien?"- se preguntaba Sakura, la verdad era que pocas preguntas podían discurrir por la mente de la joven en aquello momentos y el chino…simplemente no pensaba el aroma y los labios de Sakura lo tenían extasiado.

En un repentino movimiento, la cerezo había levantado sus manos, llevándolas a las mejillas de él y notando que estaban calientes.

Shaoran estaba sonrojado, más que ella.

Hubo momento en que la boca de la chica se entreabrió un poco, notó como el ambarino aún no quería zafarse de ella, y seguía allí buscándola. Humedeciendo suavemente sus labios, mezclándose con su aliento... intentando entrar en aquella pequeña cavidad de fresa. (Esto es muy raro por parte de Shao o.o)

La chica notaba como su cuerpo temblaba ¿Qué iba a pasar ahora¿Por qué le gustaba tanto aquel roce con él? Pero en el momento en que el beso iba a volverse algo más profundo…

Sakura se apartó de él sobresaltada, llevándose sus manos a la boca, abriendo sus ojos verdes de forma muy sorprendida. ¿Pero que estaba haciendo!¿Por qué correspondía a sus besos?

Shaoran salio del trance de una forma muy brusca, viendo justo en frente de él, a una Sakura con los ojos muy abiertos, las mejillas rojas a más no poder y las manos trigueñas cubriéndole la boca que segundos antes había sido suya. Sintió como la sangre se le subía a la cabeza, tanto que se mareó.

-"Espero que no me salga sangre por la nariz"- se dijo. Pero tenía que actuar, obvio que los ojos de Sakura le exigían una explicación, le había robado un beso- Sa…Sakura- por dios ¡Que torpe se sentía!- Sakura, yo…te quiero Sakura…te quiero- susurró.

Vio como la joven contenía la respiración y como a su vez, el también dejaba de respirar esperando su respuesta.

Pero para su sorpresa, esa respuesta no llego. Los ojos de Sakura se inundaron en lágrimas… ¿Por qué¿Qué había echo mal? Acaso Sakura no… ¿no le correspondía? Debió haber pensado esa posibilidad antes de actuar, pero si se le preguntaban que si se arrepentía de haberla besado, el diría ahora y siempre que no.

Y antes de que pudiera decirle algo, la joven salió corriendo del lugar dejándolo con la palabra en la boca.

Durante un buen rato, Li se quedo mirando el lugar por el que su flor había desaparecido, huyendo de él. Huyendo de él, que feo sonaba aquello, pero así era, pensaba él, le había robado a Sakura algo muy especial, su primer beso.

Una profunda tristeza se adueño de él. Ahora no tendría ni la amistad de ella.


Allí se encontraba de nuevo, como había echo durante estos dos largos días. Parado frente a la puerta de la joven amatista, sin saber que diablos hacer.

-"¿Entro¿No entro¿Entro?"- ¡Lo que necesitaba era una margarita para poder decidirse!

Estaba por irse, probablemente si entraba Tomoyo le lanzaría cualquier objeto que tuviera a la mano y le gritaría que se marchara, que no quería ver a nadie. Suspiro, se sentía idiota, estúpido. Ella lo estaba pasando mal y no podía hacer nada por remediarlo. Una rabia había crecido en su interior por culpa de aquello y de Reiji, el sujeto ni se había dignado a llamar para preguntar por el estado de su hija. No, él no, él simplemente había llegado a aquella casa para acabar con la sonrisa de Tomoyo, pensaba el peli-azul.

-Eriol- la voz de la señora Helen lo hizo volver- ten.

Ante sus ojos vio la bandeja de la comida de la nívea. Ahí tenía su excusa para poder entrar sin recibir un reproche a cambio. Agradecido tomo la bandeja y dio media vuelta.

Llamo varias veces, pero Tomoyo no contestaba así que por su cuenta entro.

-¿Tomoyo?- pregunto en voz baja. Paseo su mirada por toda la habitación y la encontró justo en frente de la ventana, observando la fuerte lluvia caer- Tomoyo- la llamo de nuevo.

Noto como ella reaccionaba al reconocer su voz y se volvió al joven inglés. Este se asombro, no había lágrimas en los ojos de Tomoyo, ni rastro de ellas en sus mejillas simplemente en su rostro había indiferencia, frialdad y ni rastro de aquella alegría que antes albergaban sus orbes amatistas. Parecía un zombi.

-Te traigo la comida.

-Déjala sobre la mesa y márchate- le dijo con una voz fría, irreconocible en ella.

-Esta bien, la dejare sobre la mesa…pero no me marchare.

-Eriol, no estoy para bromas, vete quiero estar sola.

-No.

Mira que era cabezota, se dijo Tomoyo, pues en aquellos momentos lo era más. Estaba por volverse a él y dejarle bien claro que lo que más quería en aquellos momentos era no estar acompañada, no quería que nadie se compadeciera de ella y mucho menos él. Sin embargo sus palabras quedaron ahogadas en su garganta, los brazos de Eriol le rodearon su cintura y este apoyo su mentón en el hombro izquierdo de ella- Una vez me prometiste- le dijo muy bajito- que si estabas triste me lo dirías, y ahora lo estas ¿Por qué has faltado a tu promesa Tomoyo?

Mientras le decía todo aquello, ella abría cada vez más sus ojos color lavanda, la boca del inglés había quedado justo a la altura de su cuello y el calido aliento que desprendía de su boca hicieron que un escalofrío le recorriera todo el cuerpo y que por primera vez en su vida sus mejillas se sonrojaran a causa de un chico.

Sentía la sangre agolpase en su cara y como su corazón latía mas rápido de lo normal… ¿Por qué?

-¿No me vas a responder?- le volvió a preguntar Eriol.

-Y-Yo…-en aquella postura no podía moverse con facilidad, Eriol la tenía atrapada (¡yo quiero que me atrape a miiiiii!)- Eriol, por favor no quiero hablar…

-Pues haces mal, lo necesitas- el joven cerro los ojos y acerco su rostro al pelo de Tomoyo para oler su aroma y sentir su suavidad en la cara- Me encanta tu pelo- murmuró.

Si antes estaba nerviosa por la actitud de Eriol, ahora lo estaba más. Vio su reflejo en la ventana ¿acaso se podría estar más colorada? A través del cristal encontró la mirada del níveo que le preguntaba con los ojos insistentemente que le contara que le pasaba.

Hubo unos momentos de silencio, en el que Tomoyo reunió la fuerza necesaria para que su voz no temblase.

-Ya lo debes saber…Reiji es…Reiji Daidouji, es mi padre.

-Si, eso ya lo se, lo que quiero saber es como estas tú.

-¿Cómo quieres que esté, Eriol?- preguntó con un tono de reproche- ¡Después de 10 años, mi padre biológico ha decidido darse una vuelta por Tomoeda para ver a su hija, que abandonó con tres años!

Eriol le hizo dar la vuelta y con toda tranquilidad le murmuró: No es que me ponga del lado de Reiji, pero ¿Le has preguntado por que se marchó?

-Créeme, ayer no pude articular palabra.

Flash Back.

Tomoyo vio como su madre cerraba las puertas del salón tras ella. El silencio era de por si incomodo, lo que quería era salir corriendo de allí, independientemente de quien fuera aquel hombre.

-Hija, siéntate por favor- le dijo su madre. Ella obedeció automáticamente, más que nada porque no se encontraba realmente en el mundo real- tenemos que hablar…-la voz de Sonomi temblaba, hablar, era fácil decirlo… ¿pero hacerlo? Además sobre un tema tan delicado sobre este.

-¿Qué has escuchado antes?- preguntó Reiji mirándola a los ojos. Espero la respuesta por parte de Tomoyo, pero esta solo se dedico a mirarle.

A veces una mirada vale más que mil palabras.

Reiji entendió que Tomoyo sabía quien era él tan solo por la mirada que le echó. Trago saliva: Ya lo sabes…yo vengo a conocerte.

Sonomi apretó los puño ¡Que cara más dura tenía aquel hombre¡Mira que decirle semejantes estupideces a la niña! Pero… ¿Qué podía decir? Tan solo con ver a su hija, el mundo se le caía encima.

Además el hecho de que Tomoyo no dijera absolutamente nada no ayudaba en lo absoluto. Esta por su parte, tenía mil y una preguntas formulándose en su mente, pero ninguna de ellas fluía.

-Soy tu padre Tomoyo ¿no vas a decirme nada?

-¿Su padre?- intervino Sonomi, dolida- Si, hija, este de aquí es…tu padre…el que se marchó- finalizo, le hubiera gustado más decir "El que te abandono" pero esas palabras ya era de por sí demasiado duras.

Tomoyo parpadeaba sin parar, mirando fijamente al suelo. Sin algo tenía claro es que no iban a verla derrumbarse. Sentía la mirada de los adultos sobre ella, pero no se dejaría atormentar. Una rabia había crecido en su interior, rabia por su madre y rabia por aquel hombre que estaba sentado frente a ella. ¿Por qué se había presentado ahora¿Qué es lo que quería? La cabeza la daba vueltas.

-No me encuentro bien- fue lo único que dijo mientras se levantaba del sofá y se dirigía a su cuarto. Miro el reloj de reojo, marcaba las 10.30 ¿tanto tiempo habían estado allí dentro? La cabeza comenzó a dolerle, lo que quería en aquellos momentos era irse de aquel lugar y desaparecer.

-¿Te acompaño?- preguntaron los dos a la vez, sin embargo la chica ya se había marchado.

-Mira lo que has conseguido- reprocho Sonomi enfada al oji-verde.

-Es normal que se lo tome así- a pesar de que esas palabras sonaran despreocupadas, el tono de Reiji indicaba lo contrario- no sabía que hacer…

Sonomi lo miro frunciendo el ceño, estaba triste, tenía ganas de echarse a llorar. Su hija ahora no la querría ver, ni a ella ni a él¿Qué vamos a hacer ahora?- dijo con un hilo de voz.

-Esperar…es ella la que ahora debe dar el siguiente paso…

Fin Flash Back.

Eriol miraba el ahora triste rostro de la nívea: Mi padre Eriol, él es mi padre…aquel por el que estuve preguntando noche tras noche y que después de no obtener respuesta supuse que estaba muerto…

No lo podía evitar, se puso a llorar como no lo había echo durante estos dos días. Se deshizo de todas aquellas lágrimas que la perturbaban desde que se entero de quien era realmente Reiji, necesitaba desahogarse.

Eriol le acaricio el cabello y con sus pulgares limpiaba cada lágrima del rostro de Tomoyo.

El llanto duro y de seguro que había sido escuchado por los habitantes de la casa, aún así nadie había interrumpido en la habitación donde se encontraba. Probablemente la señora Helen les había dicho que no tenían de que preocuparse, que Tomoyo estaba en las mejores manos.

Y así era.

Poco a poco la amatista se fue acallando y tan solo se escuchaban sus ahogados hipidos. Alzo la vista para ver la cara de Eriol, le joven inglés la miraba con ternura.

Lo que quiero decirte significa mucho para mí

si esto sigue así; siento que me voy a quebrantar

los sentimientos...

Otra vez notaba como esa sangre se agolpaba de nuevo en sus cachetes…era una extraña manía que estaba adquiriendo cada vez que miraba a Eriol. El chico sonrió, ahora más que nunca estaba preciosa, con las marcas de haber llorado, esos hermosos ojos cristalinos y el sonrojo que la favorecía enormemente.

Eso que no puedo pronunciar en tan numerosas palabras,

que no alcanzarían para lo que son.

Y ahora más que nunca tenía ganas de besarle, aquel sentimiento creció rápidamente en su interior, sorprendiéndolo. Se veía tan linda.

Nuestra distancia es corta y sin embargo lejana,

por siempre solo nos miraremos en el cielo

Simplemente no es lo suficientemente bueno

estoy temblando sin equilibrio,

quiero volar hacia tu corazón,

flotando suave y ligeramente.

Así que tomando aire, acercó suavemente el rostro al de ella, viendo como la chica abría sus ojos de la impresión. ¿Qué iba a hacer Eriol¿Por qué se acercaba a ella de ese modo? Tan amable y dulce. La hacía sentir especial.

Hoy estoy nuevamente solo en una nube,

buscando la manera de poder pronunciar

esas palabras tan numerosas

que son simplemente

los sentimientos...

Mary.

Sin pensarlo ella cerró los ojos. Su respiración se aceleraba a cada segundo y notaba el corazón aumentar su ritmo. Cosquilleos y nerviosismo, temblor y confusión, todos esos sentimientos y más se agolpaban en el pequeño cuerpo de la amatista. Y sin embargo lo que ella supuso que haría Eriol nunca llego. El joven había posado sus labios en la mejilla humedecida y lentamente había vuelto a su posición inicial. Inconcientemente se llevo la mano al lugar en el que Eriol le dio el beso (¡yo quiero que me de uno a mi!) y se sonrojo de nuevo.

-Tomoyo- le dijo Eriol- escúchame por favor, ya te has desahogado y eso era lo que te hacía falta, ahora debes pensar…Aunque te duela tienes que escuchar el porque Reiji se marcho dejándoos solas a tu madre y a ti. Ahora tienes esa posibilidad de buscar las respuestas a esas preguntas que te hacías constantemente. Lo que no debes es esconderte de los problemas ¿no crees?

Esconderse de los problemas…

Aquella frase resonó el la mente de la joven. Eriol tenía razón. No podía estar quieta sin hacer nada, aquello no era lo correcto. Estaba segura de que tanto su madre como su padre biológico lo estarían pasando tan mal como ella, lo vio en sus caras el día que se enteró de todo.

Asintió con la cabeza: como siempre…tienes razón…-una tímida sonrisa se asomó por el rostro de ella- los problemas no se solucionan solos, hay que luchar por solucionarlos.

Eriol correspondió su sonrisa, por fin Tomoyo volvía a ser como antes. Por fin aquella fría Tomoyo que se había mostrado ante él, había quedado de nuevo enterrada.

-¿Bajas a comer con nosotros?- le preguntó Eriol ya en la puerta.

-Si…y gracias…

-¿Por qué?

-Por estar a mi lado y…por ser como eres- sonrió alegre Tomoyo. Esas palabras eran exactamente las mismas que él utilizo con ella hace semanas atrás, cuando la linda amatista lo cuido de un resfriado.

La amatista entrelazó su mano con la del zafiro y juntos bajaron las escaleras, camino del comedor.

Continuará…

Estoooo….mmmm…LO SIENTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

MIL Y UNA DISCULPAS A TODAS/OS USTEDES. LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTOOOOOOOO

De veras ¿me perdonáis por no haber actualizado antes¡DECIR QUE SI! QUE SI NO ME MUEROOO! Es que he estado muy liada con los últimos exámenes…pero…¡HE APROVADO TODAS!
FIESTUKII!

Si, me ha ido muy bien, estoy orgullosa de mi misma, la verdad me iba a estudiar hasta los domingos enteros a la biblioteca ¡Un horror!

Pero ya estoy en vacaciones ¡y bien merecidas¡Que alegría más grande!

Bueno, aquí tenéis el décimo capitulo de este fic, ojala que os haya gustado mucho, mucho, creo que esta es la primera vez que lo digo pero, yo no se ustedes, a mi la parte de TxE me enamoró, la leí muchísimas veces para que no faltara ningún detalle, ojala os haya gustado y pues la parte SxS es que pensé que ya era hora de poner algo más intimo entre ellos dos jejeje, pero ¿Qué os pareció? Lo he intentado describir de manera que no sonara muy cursi, ustedes me decís ¿ok?

Pues para el siguiente capitulo, que ya he empezado a escribirlo, habrá además NakuruxTouya, así que fans de esta pareja ¡prepararse! Jejeje

He tomado la drástica decisión de no contestar los reviwes, veréis es que esta prohibido y me han dicho que pueden llegar a quitarte hasta el fic…y yo…O.O! Así que para la próxima vez los iré respondiendo a medida que vayan llegando, eso si, os pido que me dejéis alguna dirección o si tenéis cuenta que os registréis para así responderos, que lo haré encantada de la vida.

Muchas, muchas gracias a todas aquellas personitas lindas que me dejaron un reviwe, disfruto mucho leyéndolo y mas aún sabiendo que os gusta el fic. La verdad sin ustedes no se yo que haría (conciencia: se puso sentimental U.U)

Con mucho cariño, se despide esta servidora.

Basi O.o