6. LA POSESIÓN
A la mañana siguiente, en el desayuno, Hermione no se atrevía a mirar a Harry por el sentimiento de culpa, Ron notó que esquivaba su mirada constantemente
¡Por fin es viernes! – dijo Harry de pronto – y mañana serán las pruebas de Quiddich¿vendrás Hermione? – Ésta se encogió de hombros desganada, sin decir una palabra.
¡Oh no! – dijo Ron de repente – ¡no puedo creer la mala suerte que tenemos!
¿Qué pasa? – preguntó Harry
¡Hoy hay clase doble de pociones!
¿Qué me dices?
Si, y encima es a última hora
Seguro que Snape lo pidió a propósito para retrasar un poco más la llegada del fin de semana – dijo Harry mientras destrozaba un panecillo con su mano derecha
¡Hola! – la voz alegre de Luna los saludó a espaldas de Harry y Ron – me ha dicho Ginny que mañana son las pruebas de ingreso para el equipo de Quiddich de Gryffindor¿os importa que vaya a veros? – dijo sonriendo ampliamente a Ron a la vez que recibía una gélida mirada de Hermione
Si, claro – le contestó Ron
¡Estupendo! – parecía muy feliz - ¿irás tú también, Hermione?
Esta dudó un momento
¡Si! – dijo de pronto, como si fuera una gran idea que se le acababa de ocurrir. Ron y Harry cruzaron una fugaz mirada de incomprensión.
Mientras, Luna seguía allí de pie sonriendo a Ron. Hermione se impacientó
¡Vámonos! Tenemos que irnos ya o no llegaremos a Cuidado de Criaturas Mágicas
Se levantaron y se despidieron de Luna, cuando estuvieron lo suficientemente lejos para que no les oyera, Harry se dirigió a Ron, como si no le diera importancia, sin siquiera mirarlo, pero con una pícara sonrisa en los labios.
A esta chica le gustas ¡eh! – la reacción del pelirrojo no se hizo esperar
¡Pero que dices! – se puso un poco colorado
Que si, tío, no hay que ser muy listo para darse cuenta ¿verdad Hermione? –la morena amiga de ambos se encogió indiferentemente de hombros mientras escrutaba con interés fingido su ejemplar de "El Profeta", sin embargo no perdía ripio de la conversación
Bah, tío, eso son tonterías – repuso Ron con sorna - además, mi corazón, ya está ocupado – dijo en tono de broma
Hermione levantó la cabeza muy interesada y expectante
¡Ah! Si¿por quién? – rió Harry a su vez
Pues, por quien va a ser… por Aliena – concluyó llevándose la mano al pecho en gesto teatralmente meloso. Hermione bufó y ambos chicos rieron con ganas hasta llegar junto a la cabaña de Hagrid
A la hora del almuerzo Hermione desapareció, era algo que se estaba volviendo habitual, solía desaparecer en cuanto tenia un rato libre, Ron no le daba mucha importancia, ya que suponía que iría a la biblioteca, hasta que un día fue allí y no la encontró, entonces decidió que un día la seguiría y averiguaría qué se traía entre manos.
No la volvieron a ver hasta la hora de Pociones, cuando la encontraron en la puerta de la mazmorra hablando con…..
¡MALFOY!
Los dos amigos se quedaron de piedra. Y además, no daban la impresión de estar discutiendo, sino que por el contrario parecían enfrascados en una interesante conversación. Hermione giró la cabeza y los vio, se despidió amigablemente de él y fue hasta ellos.
¡Hola chicos! – dijo alegremente como si no pasara nada.
Los dos amigos no salían de su estupor, no eran capaces de decir nada
¿Entramos? – dijo ella. Los dos chicos la siguieron al interior del aula
¿Qué hacías con Malfoy? – consiguió articular Harry al cabo de un rato. Ella le miró sin mucho interés
Hablar
¿De qué?
De Pociones – contestó – No sé si os habéis dado cuenta, pero aparte de tener broncas con vosotros también es el mejor del colegio en esta asignatura.
Ron no podía creer lo que estaba oyendo ¿qué le estaba pasando este año a todo el mundo? Un montón de cosas estaban cambiando y Ron no daba a basto con tantas emociones.
A la mañana siguiente Ron y Harry se levantaron entusiasmados, hoy serían los pruebas de Quiddich. Bajaron al campo media hora antes de lo que acordado, a las 9:30, para preparar las pelotas e ir calentando las escobas.
A las 10 en punto, se había reunido un grupo bastante numeroso de aspirantes a formar parte del combinado de Gryffindor. Además vieron a Luna y Hermione sentadas en las gradas. Los conocían a todos de vista; se acercaron a hablar con ellos, estaban Ginny, Seasmus, Parvati, Deán, Neville, Lavender, los hermanos Creevey y muchos otros más.
Cuando ya hubieron llegado todos, había un grupo de unas veinte personas y Harry tuvo que levantar la voz para que se le oyera.
Buenos días Gryffindors, éste es Ron Weasley y yo soy Harry Potter, capitán del equipo, aunque supongo que ya nos conoceréis
¿Harry Potter? - dijo una voz con ironía - no me suena de nada – Hubo algunas risas entre los asistentes. Harry sonrió y continuó
Hoy estamos aquí para intentar elegir lo más acertadamente, a las personas que pasaran a formar parte del equipo de Quiddich de nuestra casa. ¡Ah, antes de empezar, solo quiero decir otra cosa, a los que no salgáis elegidos, gracias por venir y no os desaniméis, seguid intentándolo.
Entonces habló Ron con voz enérgica:
¡Bien¡Comenzaremos con las pruebas para golpeadores!
Un grupo de muchachos se separaron del resto y subieron a sus escobas. 30 minutos más tarde Harry y Ron ya habían tomado una decisión, escogieron a los hermanos Creevey, que hacían gala de una extraordinaria fuerza en relación con su pequeño tamaño, cosa que, por otro lado, les hacia tremendamente veloces encima de una escoba, además estaba el hecho de que su compenetración era absoluta.
Luego vinieron las pruebas para cazadores, algunos de los anteriores aspirantes, repitieron.
Lavender, no sabía que jugabas al Quiddich – le dijo Harry
No lo hago, pero es una buena manera de conocer chicos – Parvati y ella rieron.
Esta vez tardaron un poco más en tomar la decisión, porque los aspirantes eran más, el de cazador, era el puesto más codiciado. Después de meditarlo eligieron para el puesto a una chica con rubia con tirabuzones, llamada Penélope Brown, a su compañero de clase Deán Thomas y a Ginny, al elegir a ésta última no hubo dudas, la chica Weasley parecía tener un talento natural para este deporte, jugaba bien en cualquier posición. Y pensar, se dijo Ron, que en casa nunca la dejábamos jugar con nosotros.
De pronto, mientras Ron se encontraba ante los aros, preparado para parar el lanzamiento de Neville, el bullicio de la gente de abajo le despistó, miró y se encontró con que Aliena, la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, había llegado y la gente la rodeaba. Harry se acercó donde estaba Ron.
¿Qué hace aquí? – preguntó Harry con bastante poco buen humor.
No lo sé – dijo éste, estupefacto – quizás solo esté dado una vuelta.
Entonces vieron que se elevaba hacia ellos, alguien debía haberle dejado una escoba.
¡Hola chicos! – dijo muy alegremente – vengo a ver si puedo jugar un poco al Quiddich por aquí, lo echo de menos, y como vi desde la ventana que el campo estaba ocupado, decidí probar suerte.
Si, claro que puedes jugar – se apresuró a contestar Ron.
Si no hay otro remedio – dijo Harry en un tono poco audible mientras se daba la vuelta.
Se hicieron rápidamente dos equipos y se pusieron a jugar, fue corto el encuentro, puesto que se acercaba la hora del almuerzo, pero en el poco rato que jugaron fueron capaces de comprobar que Aliena no era buena solo en la magia. Todos los tantos que encajó Ron fueron de ella, y en un par de ellos, ni siquiera vio pasar la bola a su lado¡era una excepcional cazadora, digna de estar en el equipo nacional, apreció Ron, y así se lo dijo a Harry
Tampoco es tan buena, no exageres –gruñó Harry. Ron le miró bastante divertido.
Al acabar el partido, cuando volvieron al suelo, Ron se aproximó a ella. Se dio cuenta de que , a pesar de que él era bastante alto, apenas le sacaba dos dedos de estatura a la chica.
¡Podrías dedicarte a esto! – le dijo impresionado
Ella le sonrió ampliamente, Ron se sintió derretir
Tengo cosas mucho más importantes a las que dedicarme – contestó a la vez que su mirada se perdía en el infinito durante una milésima de segundo con un gesto grave - ¡Bueno chicos! – volvió su semblante alegre – me lo he pasado muy bien, gracias por permitirme jugar, nos vemos en clase – dijo, y la vieron alejarse hacia el castillo con su sedoso cabello al viento.
Ron se quedó como hechizado mirándola, hasta que algo le sobresaltó…
¡Hola! – era Luna – ¡Ha sido genial¿verdad Hermione? – ambas se acercaban a ellos. Hermione tenía una cara muy similar a la de Harry, y no dijo nada.
Ya de vuelta al castillo Ron estaba eufórico
No me lo puedo creer, una chica guapísima, inteligente, excepcional hechicera y encima… le gusta el Quiddich¿qué digo gustar¡Es una cazadora fuera de serie! – soltó un hondo suspiro- Estoy enamorado….
El fin de semana se les pasó en un soplo a los alumnos de Hogwarts, sin darse cuenta se habían plantado en el domingo por la noche, y un amplio grupo de alumnos de Gryffindor se dirigían al Gran Comedor para cenar, iban algo expectantes, ya que el domingo por la noche era el día de la semana, en el cual, Dumbledore solía dirigirse a ellos si tenía algo que decirles, y ellos esperaban que comentase algo del viaje de fin de curso. Otros años, siempre se había dicho algo al respecto por esas fechas.
Ron se había quedado rezagado del grupo, y observaba a todos sus amigos con algo de melancolía, pensando en el tiempo que habían estado juntos y las aventuras que habían vivido.
Miró a Deán y Seasmus que caminaban juntos hablando, siempre habían sido inseparables, y en ahora eran un par de chicos altos y atractivos, recordó que en la época durante la cual él no se hablaba con Harry, en cuarto, había potenciado bastante la amistad con ellos, aunque antes, siempre se habían llevado bien, más que Harry, que se había mantenido más bien arropado en el trío que habían formado Hermione, Ron y él. Ron sabía que él era más sociable que Harry, aunque en la cuestión de chicas Harry le aventajaba, había estado con Cho, Ron nunca había besado a una chica, y le daba pavor pensarlo. Últimamente Seasmus parecía un poco enfurruñado, y no le iba demasiado bien con Ginny, los había visto discutir ya dos veces en dos días, por lo visto, era algo duro para él que su mejor amigo y su novia formaran parte del equipo de Quiddich, mientras que él se había quedado fuera. Era curioso como cambiaban las cosas, Ron siempre había pensado que Seasmus acabaría con Lavender, siempre había habido "feeling" entre ellos, y sin embargo, ahí estaba Seasmus, saliendo con su hermana Ginny. Ron miró a Parvati y Lavender, estas dos si que eran inseparables, y a Ron, a veces le daban miedo, cuando empezaban con sus intrigas, ellas eran las reinas del lado rosa de Hogwarts, se sabían todas las parejas que había, y algunas, incluso, habían llegado a serlo gracias a ellas dos. Podían pasarse recreos enteros dedicados al cotilleo. Todavía no habían puesto su mirada sobre Ron, eso le aliviaba, pero no sabía si conseguiría librarse mucho tiempo más, últimamente le preguntaban bastante frecuentemente "qué, Ron, y ¿tú no te echas novia?" . Después desvió su mirada hacia Ginny, que iba hablando con Hermione, aunque era su hermana, para él, Ginny, era una auténtica caja de sorpresas, cuando descubrió que jugaba al Quiddich, que había estado practicando a escondidas, se quedó perplejo, y qué comentar ya de sus habilidades¡extraordinarias!. Además, en cuestiones de amor, le daba mil vueltas a Ron. Si, era su hermana pequeña, pero solo en edad, le costaba aceptarlo, pero ella era mucho más madura que él, sentía el deber de protegerla y todo eso, pero ella hacía gala de una independencia y soltura en la relación con los demás que a Ron le pasmaba, que distinta era ahora, de aquella pequeña y tímida chica que entró en Hogwarts un año después que él. Finalmente, observó a Neville, siempre había sido torpe en todo lo que había hecho, pero a base de esfuerzo lo había conseguido todo, era un ejemplo de tesón y no le faltaba coraje, el año pasado se había portado como un campeón contra los mortifagos del ministerio de magia, de todas formas, durante su tiempo en Hogwarts había mejorado mucho su habilidad con la varita, y el año pasado había sido para él, el del estirón, ahora era casi tan alto como Ron, y delgado, aunque…., miró a Harry que caminaba a su lado, nadie podría estar nunca tan delgado como Harry, pensó al verle, caminaba como siempre con su aire desgarbado y el pelo revuelto, los veranos en Privet Drive hacían siempre mella en él, pero Ron sabía que después de un tiempo Hogwarts, Harry recuperaría el saludable aspecto de antes de verano.
Ya en el comedor, dieron cuenta del soberbio banquete que había sido preparado para ellos. Cuando hubieron terminado, Dumbledore, después de colocar en su sitio su larga y plateada barba, la cual acostumbraba a echarse sobre el hombro para comer, se levantó lenta y majestuosamente. Al instante, se hizo el silencio en el inmenso comedor:
Espero – comenzó con su serena y profunda voz – que hayáis disfrutado de esta magnífica cena.
Ron corroboró lo dicho por el director, asintiendo a la vez que se recostaba sobre el respaldo agarrándose el estómago con una mano.
El anciano mago continuó con su solemne voz tras una breve pausa
Como todos sabéis, cada año, al final del curso, los alumnos de sexto hacen un viaje al extranjero como despedida del colegio, aunque no se abandone hasta un año más tarde, esto es debido a que 7º debe estar dedicado exclusivamente al estudio de los EXTASIS, los exámenes que determinarán el futuro profesional de cada uno de vosotros. En fin, no daré más rodeos, este año….. las circunstancias que nos rodean son un poco….. diferentes, como todos sabéis; y nos hemos visto obligados a cambiar algunas cosas. En fin, me temo, que este año, el acostumbrado viaje al extranjero…. no se podrá realizar.
A Ron le pareció que se le paraba el pulso, algunos alumnos de sexto de la casa de Gryffindor y de las otras casas, se lamentaban en voz alta, a la vez que un murmullo de confusión se apoderaba del resto de los alumnos. Entonces, Dumbledore levantó el brazo y se hizo silencio al instante.
Sin embargo, la gran mayoría de los profesores opinamos que no sería justo dejaros sin viaje… - una llama de esperanza se encendió en le pecho de Ron - … y hemos decidido que el viaje se realizará…., aunque no saldremos del país, y viajareis bajo las más estrictas medidas de seguridad.
Entre los alumnos hubo reacciones de todo tipo, algunos respiraban aliviados, mientras que otros, como era el caso de toda la mesa de Slytherin, resoplaban de indignación.
Nuestro destino será el pueblo natal del mago entre los magos, el grandioso Merlín, solo unos pocos sabemos donde está y como llegar allí, os aseguro que os encantar�, y será un viaje que nunca olvidareis.
Al fin y al cabo no está tan mal – dijo Neville
Es muy arriesgado – dijo Hermione meneando la cabeza con gesto de preocupación
No pasará nada, si Dumbledore dice que se puede ir sin riesgos, es que es verdad – musito Ron.
Bueno, y ahora – prosiguió Dumbledore con renovada energía – una sorpresa mucho más agradable que os encantará a todos. Se acerca la festividad de Halloween. Todos los años hay una fiesta, pero la de este año va a ser por todo lo alto, chicos¡preparad vuestras túnicas de gala, por que vamos a tirar la casa por la ventana, no quiero alarmaros, pero en vista de los recientes acontecimientos, nadie sabe si Hogwarts volverá a tener otra fiesta de Halloween, así que, chicos, buscad vuestras parejas de baile, porque vuelven al colegio �¡Las Brujas de Macbeth! – la multitud vitoreo las últimas palabras de Dumbledore y hubo aplausos durante varios minutos, luego Dumbledore se sentó y la gente comenzó a abandonar el comedor entre alegres sonrisas y animadas conversaciones.
Todo esto es culpa tuya, Potter – la desagradable voz de Malfoy, que se había acercado a su mesa, donde solo seguían sentados ellos tres, sonó a sus espaldas. Ron y Harry se giraron y vieron a un grupo de Slytherins detrás del rubio, entre ellos , Goyle, Crabbe y Pansy Parkinson. Malfoy tenia los brazos cruzados en el pecho y los miraba con gesto duro a la vez que altivo, con los labios muy apretados y un fulgor desafiante en la mirada – por tu culpa no podremos salir del país y tendremos que hacer esa porquería de viaje.
Harry y Ron se levantaron y miraron desafiantes a Malfoy.
No me lo agradezcas a mi, sino a los amiguitos de tu padre, Malfoy – dijo con un deje de sarcasmo en la voz.
Malfoy resopló con cara de asco
Si no te metieras donde no te llaman continuamente, Potter… - dijo en un tono de desprecio exageradamente dulzón mientras meneaba la cabeza de un lado a otro.
¡Aquí el único que se mete donde no le llaman eres tú, Malfoy! – intervino Ron.
Malfoy giró lentamente la cabeza hacia él
¿Quién te ha invitado a esta conversación, muerto de hambre? – Ron apretó los puños y notó como le subía la sangre a la cabeza – tú eres un don nadie, igual que el traidor, amigo de los muggles de tu padre – escupió con desprecio. Ron podía aguantar cualquier cosa menos que se metieran con su familia, así que se abalanzó sobre Malfoy, que descruzó los brazos y se preparó para recibirle. Ron iba a golpearle con todas sus fuerzas, con todo esa rabia que llevaba cinco años conteniendo; le parecía haber nacido para ese momento y por fin llegaría…., cuando, de repente, no sabía de dónde, salió Hermione que se puso delante de él, y poniéndole las manos en el pecho, le impidió el paso
Por favor, Ron, cálmate – Ron la miró, tenia la adrenalina a tope, pero cuando vio los ojos inocentes de la muchacha que lo miraban implorantes, respiró hondo y se relajó. Evitó mirar a Malfoy, pero, no pudo evitar escucharle
Vaya, vaya, Weasley, veo que estás muy bien domesticado – rió, y varios Slytherins con él. Ron iba a apartar a Hermione y abalanzarse sobre él…
¿Qué pasa aquí? – preguntó la tranquila y pausada voz de Dumbledore.
Malfoy se apresuró a contestar
Nada, sr. Director, solo hablábamos como buenos compañeros – dijo, sonriendo con descaro
Está bien, pues creo que es hora de que cada cual se vaya a su Sala Común, buenas noches - concluyó.
Esperó a que los Slytherins desaparecieran por la puerta del Gran Comedor y continuó su camino, Harry lo siguió para decirle algo.
Ron, por su parte, se había dejado caer de nuevo en el banco soltando un hondo suspiro, y se inclinaba sobre sus rodillas con los ojos fijos en el suelo. Hermione se acercó con cautela
Ron…
Déjame Hermione – dijo él, rápidamente, sin levantar la vista del suelo
Ron, por favor, no te enfades conmigo, lo siento – la chica estaba algo temblorosa todavía. Entonces él levantó la vista hacia ella, con una mirada dura, que la atemorizó
¿Lo sientes? – dijo elevando la voz, y levantándose al mismo tiempo - ¡Yo si que lo siento, siento no haberle partido la cara a esa sabandija de Malfoy¿Por qué no me dejaste hacerlo?
¿No entiendes que Crabbe y Goyle no lo habrían permitido¡te habrían destrozado! – entonces a Ron le pareció que se le encendía una lucecita en la cabeza.
A lo mejor el que te preocupaba era él – dijo con tono glaciar, mirándola de reojo con gesto sombrío.
Hermione se quedó atónita cuando oyó esto, con la boca abierta y sin poder articular palabra, de pronto unas lágrimas silenciosas comenzaron a caer por sus mejillas. Ron se sorprendió mucho y la miró de frente con la intención de decirle algo que la consolase, no podía verla llorar… Pero fue ella la que habló con voz temblorosa y sin poder ocultar la emoción que la embargaba:
Pero¿es que no entiendes que no podría soportar ver cómo te hacen daño? – Ron la miró a los enrojecidos ojos sin comprender exactamente lo que había querido decir. Ella, avergonzada, bajó la mirada y la dirigió a sus manos, las cuales se frotaba con energía. Ron, no sabía que decir….., de pronto, la voz de Dumbledore le sobresaltó
¡ RAPIDO MINERVA¡LLAMA A POPPY!
Cuando Ron miró hacia allí, se encontró una estampa espeluznante, Dumbledore se hallaba mirando a Harry con los ojos desorbitados, y éste, muy tieso, lo miraba a él, pero sus preciosos ojos color esmeralda habían desaparecido, en su lugar ahora había dos esferas color rojo sangre, que miraban a Dumbledore con un odio, que Ron jamás hubiera podido imaginar posible. Ron no pudo moverse de su sitio durante un momento, le parecía que alguien le había clavado los pies al suelo, entonces, Hermione gritó:
¡HARRY! – y echó a correr hacia él, esto pareció reanimar a Ron, que la siguió. Hermione llegó hasta él, pero no se atrevió a tocarle, por el contrario esbozó un gesto de terror, abriendo mucho los ojos y llevándose la mano a la boca para ahogar un grito. Pero, lo peor no había llegado aún, de pronto, Harry abrió la boca, y no habló con su voz, sino que emitió un aullido de ultratumba, que les puso a todos los pelos de punta. Ron, que estaba al lado de Hermione la agarró y la apartó un poco hacia atrás, el aullido cambió hasta convertirse en una carcajada desacompasada que hacia convulsionarse el cuerpo de Harry y que parecía venir de lo más profundo del mismísimo infierno, mientras la cara de Harry se deformaba en una grotesca mueca que parecía denotar una mezcla de repulsión y júbilo. Cuando cesó la escalofriante carcajada y sin dejar de mirar a Dumbledore con expresión iracunda la boca de Harry volvió a abrirse para pronunciar esta vez, unas palabras que hicieron que a Ron le recorriera un brusco escalofrió por la espina dorsal.
Mis más fieles vasallos ,muy pronto se reunirán conmigo, y nadie, ni siquiera TÚ, viejo entrometido, podrás hacer nada para evitar que yo, LORD VOLDEMORT, me convierta en el amo y señor de TODAS las criaturas que habitan este planeta. No habrá piedad para nadie, y esos malditos muggles y los sangres sucias de sus hijos serán los primeros en sufrir mi cólera.
Inmediatamente después de que cesó de hablar, el cuerpo de Harry se desplomó inerte, como si un hilo lo hubiera estado manejando desde el techo y de pronto, alguien lo hubiera cortado. Afortunadamente, Dumbledore llegó a él antes de que cayera al suelo, lo cogió en brazos y, con una fuerza que Ron nunca le hubiera atribuido, debido a su edad, lo levantó y salió del comedor. Ron miró a Hermione, que aún tenia los ojos muy abiertos y respiraba muy agitadamente. No podía asimilar todavía lo que había pasado¿qué había sido eso, la verdad es que en ese momento no le importó, lo único que le importaba era que Harry estuviera bien, por eso salió por donde Dumbledore lo había hecho, el cual, seguramente se dirigía a la enfermería, para averiguarlo, pero cuando llegaron allí, los detuvo la profesora McGonaghall.
No podéis entrar, chicos
Pero… - dijo Ron
Volved a vuestra Sala Común y esperada allí – sentenció. Pero Ron necesitaba saber
Profesora¿se va a poner bien?
La profesora McGonaghall le miró a los ojos con una profunda tristeza reflejada en los suyos
No lo sé, hijo – acto seguido se dio la vuelta y se fue, dejando a Ron y Hermione en la más absoluta de las desesperaciones.
Bueno, he tardado algo más en poner este capítulo, sorry, para el próximo tardaré menos. Parece que no está teniendo mucho éxito mi ff no? snif. Bueno, qué se le va a hacer? me vale con que le guste a la poca gente que me lea. besitos.
