9. Animagus

Al martes, día 1 de octubre, sería la primera sesión del Club de Duelo, así que a las seis en punto se dirigieron al aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, la encargada de impartirles esa actividad era Aliena, así que a la salida Harry les dijo que no volvería a asistir, ya tenía suficiente con las clases de cada día.

- Yo tampoco asistiré – dijo Neville con seriedad – el nivel es muy bajo para … nosotros.

- ¿A qué te refieres? – dijo Hermione

- Creo que… deberíamos seguir con las sesiones del ED – propuso - ¿qué te parece Harry?

- ¡Es una gran idea! – se adelantó Hermione

Así que decidieron proponer al resto de miembros hacer de nuevo reuniones del ED a la misma hora en que tenían lugar las sesiones del Club de Duelo. Todos accedieron.

El viernes de esa misma semana después de la agotadora clase doble de Pociones, los tres amigos decidieron ir a dar una vuelta por los terrenos del colegio, se sentaron sobre la hierba, cerca del lago, sobre cuya superficie se reflejaba la imponente figura de Hogwarts. El otoño estaba comenzando, y ya se podían advertir los primeros tonos marrones y anaranjados salpicando la verde y oscura extensión que ocupaba el Bosque Prohibido. El clima aún no era muy frío, pero llevaban sus capas. Se sentaron en la hierba y estuvieron unos instantes en silencio, simplemente mirando la superficie cristalina y calmada del lago, que solo se alteraba cuando el calamar gigante subía a la superficie.

- No sé cómo voy a poder con todo – dijo por fin Harry pasándose una mano por el cabello alborotado

- ¿A qué te refieres? – preguntó Hermione

- Pues a las clases, el Quidditch, ahora las sesiones del ED, y para colmo las clases de Oclumancia con Snape, que son casi todos los días.

- Si, amigo, vas a tener que trabajar duro – dijo Ron. Él y Hermione no tenían las clases de Oclumancia, pero a cambio habían de desempeñar sus obligaciones de prefectos. Sin embargo, Ron sabía que en Quidditch Harry era el capitán y debía dedicar muchas horas a idear estrategias y planear entrenamientos, bien es verdad que él le ayudaba casi siempre. Y también tenía que planificar las sesiones del ED, ahí era Hermione la que le ayudaba. Con todo, no le gustaría estar en el pellejo de su amigo.

- A este ritmo, moriré joven… soy un adolescente estresado y lleno de preocupaciones – concluyó con un suspiro. Sus amigos rieron.

- Hablando de preocupaciones…. ¿ya tienes pareja para Halloween, Harry? – preguntó Hermione

Harry volvió a suspirar, esta vez con algo más de angustia

- ¿Qué pasa Hermione? ¿aún no te parezco lo suficientemente desgraciado? Aún quedan tres semanas…

- Deberíais daros prisa, ¿no querréis acabar con un par de trols? – Hermione enfatizó sus últimas palabras mirando significativamente a Ron. Éste, que estaba inclinado mirando algo en el suelo, al oír eso levantó la cabeza y miró a Hermione. No pudo evitar reír por lo bajo.

- Como te las guardas… - dijo con un guiño. Hermione sonrió orgullosa.

- ¿Y tú? ¿ Has pensado en alguien? – le preguntó la chica a Ron

- No – dijo despreocupadamente, y se echó en la hierba con los brazos detrás de la cabeza - ¿quién va a querer ir conmigo?

- Desde luego Padma Patil, no – dijo Harry risueño. Ron le miró de reojo

- Tú calla, anda – Harry dejó de reír, recordando la noche con Parvati.

- Bueno – dijo resignado – yo no me pienso esforzar por ese tema – imitando a Ron se echó también sobre la hierba – así que… iré solo al baile, nadie me lo va a pedir.

- Te equivocas Harry – dijo Ron – ¡tengo una idea! - se incorporó y mirando a Harry con expresión exageradamente avergonzada dijo… - Harry… ¿Quieres venir conmigo al baile?

Los tres amigos estallaron en carcajadas. Mientras Hermione se secaba las lágrimas de la risa los miró, aún reían y se burlaban fingiendo ser una pareja del baile.

Que tontos son – pensó - ¿cómo no va a querer nadie ir con ellos al baile? con lo guapos que son los dos, bueno, quizás tienen ciertos problemas en la relación con el sexo opuesto…, menos conmigo, claro, aunque yo soy…. pues como uno más de sus amigos. Yo creo que si se esforzaran un poco con las chicas, no tendrían ningún problema, aunque Harry la verdad es que lo intentó con Cho, y fue un desastre, es que no sabe cómo comportarse, yo creo que se pone demasiado nervioso, trata a las chicas como si fueran de otro planeta, no entiende que puede hablar con ellas igual que habla conmigo. Ron por su parte… - miró al pelirrojo – no sé, simplemente no parece interesado en ellas, es como un niño, le preocupa más jugar… jugar al ajedrez, al Quidditch, a los naipes explosivos…, y comer, claro. Aunque la verdad es que visto de ese modo puede resultar encantador… ¡ala Hermione! – se descubrió a si misma mirándole con una ligera sonrisa en los labios, la borró y siguió pensando – si, yo creo que cuando a Ron le guste una chica, será de verdad, la querrá de una forma auténtica, como es él . Bien es verdad que se nota que en su casa abundan los chicos y en el trato con las féminas es algo burdo y poco delicado, sin embargo, no sé dónde, pero veo mucha ternura en él, solo hay que ver como me trató la otra noche, fue tan delicado... puedo imaginármelo poniendo el mundo a los pies de su amada. Y lo que si es seguro es que la afortunada gozará de un amor puro y sincero con él. Espero que no de con alguien que le haga daño. Él es tan bueno, tan verdadero y tan transparente, estoy segura de que guarda dentro de él mucho amor. Y será capaz de entregarlo llegado el momento.

La chica volvió a la conversación de ellos

- Bueno, yo por lo menos soy un morenazo irresistible – decía Harry con aire de suficiencia – pero tu.. con esos pelos que parecen de comic… –rió

Ron se echó la mano a la cabeza y se la pasó por el pelo desconcertado

- …. y esas pecas….

- Perdona… pero resulta que mis pecas resultan irresistibles para las chicas – dijo muy digno. – Por lo menos yo no parece que tenga la marca del zorro en la frente – esta vez fue él quien rió

Harry gruño

- Pero yo tengo un culo mono … - Hermione que los escuchaba divertida, miró de pronto a Harry con los ojos muy abiertos pensando que no había oído bien, al igual que Ron.

- ¿Qué pasa? – se disculpó Harry – el otro día iba por el pasillo y se lo oí a unas chicas.

Sus amigos rieron con ganas

- ¿Seguro que era a ti? – dijo Ron sarcástico – no irías caminando conmigo…. – volvió a reír.

- No, iba solo – dijo con retintín. Ron rió aún más fuerte.

- Si, ríete, pero cualquier chica preferiría estar conmigo antes que contigo, porque tú…… tú comes mucho, y cualquiera cocina para ti…..

- Pero yo soy más simpático…

- ¿Si? Pues yo soy más ….. guapo

Ron se quedó un rato pensativo

- Hermione sácanos de dudas – dijo.

La chica que llevaba un buen rato riéndose de lo lindo, lo miró incrédula

- ¿Qué?

- Si, hombre… si tu fueras una chica….. –Hermione cambió su cara de incredulidad por una de reproche, Ron se dio cuenta y rectificó - … quiero decir… si fueras una chica normal – la cara de Hermione empeoró - ¡No! – dijo rápidamente. ¡En qué lío se había metido! – lo que quiero decir es …. bueno… si no fueras tú… ¿ con cuál de los dos querrías salir?

Hermione con cara de enfado se cruzó de brazos, sabía lo que había querido decir desde el principio, pero tenía que enseñarle modales. Miraba a ambos chicos alternativamente. No sabía que decir. Entonces decidió que haría pagar a Ron por lo de antes…

- Pues…. – comenzó bajo la escrutadora y anhelante mirada de ambos chicos – yo supongo que me quedaría con Harry…

Ron bufó y Harry esbozó una sonrisa triunfante

- Y… ¿se puede saber por qué? – preguntó Ron con fastidio

- Hombre… - se agarró la barbilla con gesto pensativo – teniendo en cuenta los acontecimientos, en el caso de que nos topáramos con Voldemort, así, por casualidad, según la profecía, Harry es el único capaz de vencerle, la verdad es que me sentiría más segura con él….

- ¡Bah! – soltó Ron

A Harry por su parte, pareció decepcionarle un poco aquella contestación y borró su sonrisa. Hermione comenzó a reírse de ellos con ganas y pronto se le unieron sus amigos. Y así riendo se dirigieron hacia el castillo para la cena, pues empezaba a anochecer, lo habían pasado bien esa tarde, y el buen humor reinó entre ellos durante todo el fin de semana, desde que lo había arreglado con Hermione todo iba mucho mejor para el trío más famoso de Hogwarts. Ron se sentía muy feliz.

Después del fin de semana era hora de volver al trabajo, ¿y qué mejor forma de empezar la semana que una clase con Aliena, pensó Harry mirando por la ventana del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras esperaba a que llegara la profesora. Debía ser uno de los últimos días soleados del año y el resplandor del sol entraba por la ventana, una pequeña ardilla se encaramó al alfeizar emitiendo alegres sonidos, como riéndose de la suerte de Harry.

- ¡Que horror! Me pregunto de qué manera me amargará hoy el día Aliena

- Vamos, Harry – le dijo Ron, que se sentaba a su lado – te lo tomas demasiado a la tremenda, no puede ser tan malo.

- Pero Ron… ¿tú no ves cómo me trata, siempre me está regañando y diciendo que lo hago todo mal, nunca está satisfecha, a veces es extremadamente cruel.

- Pues a mi me parece una gran profesora…. y muy guapa – añadió el pelirrojo

- Es una bruja – musitó Harry con ira contenida

- Muy perspicaz, señor Potter….

Harry y Ron volvieron de golpe, la vista hacia la ventana, de dónde provenía la voz , para ver completamente estupefactos como la pequeña ardilla que había en el alfeizar saltaba hacia dentro mientras sus extremidades se alargaban formando brazos y piernas, y de su cabeza brotaban rubios y brillantes cabellos. Observaron atónitos, como justo enfrente de ellos se había materializado el cuerpo esbelto de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, Aliena, y en ese momento se colocaba el cabello y alisaba la túnica con aire despreocupado. Al mirar a ambos amigos, que permanecían con los ojos y la boca muy abiertos y agarrándose a la mesa como si ésta fuera a salir volando en cualquier momento, la chica sonrió. Torció un poco el gesto al mirar a Harry..

- Que poco discreto es usted, señor Potter, acaso no aprendió con el profesor Moody que hay que estar en "alerta constante" – entonces se inclinó hacia él colocando sus manos sobre la mesa, de forma que sus rostros quedaron muy cerca el uno del otro – el enemigo puede estar en cualquier parte – concluyó en un susurro y muy despacio, como si paladeara cada una de las palabras. Un destello rojo cruzó su mirada, y Harry sintió un fuerte escozor en la cicatriz, torció el gesto, pero no se movió.

Aliena se dispuso a dirigirse a su mesa, no sin antes pararse frente a Ron y dedicarle una de sus mejores sonrisas..

- ¡Ah! por cierto, gracias Ron, tú también eres …. muy mono – le dijo, con un coqueto susurro, a la vez que le guiñaba un ojo. Y continuó su camino.

Ron se quedó boquiabierto y totalmente petrificado, y no acertó a decir ni una palabra durante el resto de la clase.

- Es una animaga – dijo Hermione impresionada al salir del aula, y debía estarlo de verdad, porque no había hecho ni una sola crítica sobre la clase de hoy, por el contrario, había prestado muchísima atención a las transformaciones de Aliena, las explicaciones de cómo reconocer un animago, y lo útil que le había sido a ella poder transformarse, en misiones de espionaje o simplemente para escapar de situaciones peligrosas.

Ron notó que Harry caminaba totalmente distante y en su mundo

- Harry, ¿te pasa algo? – le preguntó

- Me ha dolido la cicatriz – dijo si preámbulos, cosa que hizo pararse en seco a sus dos amigos y mirarle alarmados

- ¿Cómo? – preguntó Hermione

- Si, cuando Aliena se me ha acercado. Os lo dije, no es buena, no lo es.

- Harry, Harry, tranquilo – dijo Hermione – simplemente podía deberse a un efecto secundario de la posesión que sufriste, Dumbledore dijo que eso podía pasar.

- O, por que Vold… él haya sentido algo, como te pasaba antes – dijo Ron – recuerda que también sospechaste de Umbridge el año pasado por algo semejante.

Harry bajó la cabeza

- Si, quizás tengáis razón - dijo. Pero en su interior algo le decía que debía tener vigilada a la profesora, no se fiaba ni un pelo de ella, aunque sus amigos no hicieran más que defenderla . Averiguaré qué es lo que pretende, aunque sea sin ayuda, se dijo.