Hola! hace mucho que no os digo nada. Estoy siendo un poco irregular al poner los fragmentos, espero a partir de ahora poneros un pedazo cada semana vale? para que veais que me arrepiento aqui hay otro trozo solo dos dias después de haber puesto.

Y ahora os voy a contestar un poco a lo que me vais diciendo...

Bueno, primero que me alegro de que os guste, espero mantener un nivel adecuado para vuestras demandas, jeje. Este también es mi primer fanfic y no sé lo que tardaré en acabarlo, puede ser muuuuy largo, porque con la de ideas que tengo... Ah! minamigirl, me encanta que hagais críticas, pero no he entendido muy bien lo de que repito cosas, te importaría explicármelo, si quieres escríbeme a mi dirección de correo: teresspterra.es. Si os pareció corto el anterior cápítulo, lo siento, yo lo corto donde creo que debería ir un capítulo, y en fin, para compensaros, aqui teneis otro pedazo prontito. Lo de que Aliena se parece a hiena, bueno, si lo quieres pensar así... pero no he intentado eso, jeje. Ah, y mi ordenador, si, por fin está arreglado, menos mal, le he echado mucho de menos.

Ayyyy, esa maestra de DCLAO, que misterios escondera? juas juas juas.

Bueno, ya no me enrrollo más, aqui está el capítulo de hoy... DISFRUTADLO! (después de este capítulo quiero muuuchos comentarios, quiero ver qué os ha parecido va?)

10. Penélope

Esa tarde había entrenamiento de Quidditch, Ron y Harry se despidieron de Hermione para dirigirse al campo, ella por su parte se fue a la biblioteca a estudiar. La sesión que Harry les había preparado ese día fue especialmente dura, la razón era que se acercaba el primer partido de la temporada, seria a principios de noviembre, nada más y nada menos que contra Slytherin. Gryffindor tenía un buen equipo, aunque todavía les hacía falta entrenar, por ello Harry, a pesar de su apretada agenda, organizaba sesiones extra de entrenamiento en cuanto tenía un hueco libre. Ese día por ejemplo, estuvieron entrenando hasta la misma hora de la cena, así que al acabar fueron directamente al Gran Comedor, Ron se sentó al lado de Hermione y Harry enfrente de ellos. Los dos chicos comenzaron a comer vorazmente.

¿Qué tal el entrenamiento? – les preguntó Hermione

Bui bien – dijo Harry con la boca llena de puré de patatas

¿Y tú en la biblioteca? – preguntó Ron sin levantar la vista del plato

Bien, pero… - comenzó Hermione con aire molesto – ya es difícil concentrarse, todo el mundo está de los nervios por lo del baile de Halloween y no hay manera de que haya silencio, ni siquiera en la biblioteca se puede estar tranquila – refunfuñó – no sé qué le ha dado a todo el mundo…

¡Ah! Hablando del baile… - dijo Ron sin mucho interés – hoy una chica me ha pedido ser su pareja.

Sus dos amigos dejaron de comer y le miraron con interés

¿Quién? – preguntó Harry

¡Ahh! Penélope, la del equipo, cuando volvíamos al vestuario – informó, y le pegó un mordisco a un muslo de pollo.

Y… ¿qué le has dicho? – preguntó Hermione

mmm, pues que no – dijo el pelirrojo que parecía bastante más interesado en el muslo de pollo que sujetaba entre las manos que en la conversación.

¿Y se lo has dicho así? – preguntó Hermione – ¡no!

Si, claro¿cómo quieres que se lo diga? – Hermione meneo la cabeza

¿Y se puede saber por qué le has dicho que no?

No sé, simplemente no me apetecía ir con ella, ya tuve bastante con una noche entera con Padma Patil. Las chicas son tontísimas, además… les gusta bailar – dijo con cara de repugnancia – prefiero ir con Harry

¿Y si resulta que Harry consigue una pareja para ir?

No sé, pues iré contigo… - dijo como si fuera obvio

¿Conmigo? Pues me lo tendrás que pedir – dijo en tono de exasperación

¿Pedir? – saltó él -¿por qué? es como si se lo pido a Harry¡que tontería!

Hermione puso los ojos en blanco y se dio por vencida.

Bueno, déjalo, y….¿qué tal se lo tomó? – preguntó

¿Quién?

¿Quién va a ser¡Penélope!

Ron se quedó desorientado, como si no entendiera el porqué de esa pregunta

Pues… no sé… bien, supongo -. Hermione bufó

Tienes menos sentimientos que ese trozo de pollo que te estás comiendo, Ronald Weasley – dijo Hermione meneando la cabeza de un lado a otro.

Ron la miró confundido, sin darse cuenta de que un goterón de salsa de tomate se resbalaba lentamente del muslo de pollo que sostenía entre sus dedos para caer directamente sobre la pechera de su túnica.

¡Que desastre eres Ron! – exclamó Hermione cogiendo una servilleta y limpiándole con total naturalidad la mancha de la túnica mientras éste comentaba con Harry una de las últimas jugadas que habían practicado en el entrenamiento.

Esta escena tenía lugar bajo la iracunda mirada de una chica de rubios tirabuzones, sentada unos cuantos asientos más allá, en cuyo cerebro se encendió de pronto una brillante lucecilla.

Al día siguiente a última hora tenían Adivinación, Hermione, que comenzaba a preguntarse muy seriamente por qué habría cogido de nuevo la asignatura de la profesora Trelawney, a la cual habían restituido en su cargo tras la marcha de Umbridge, vio recompensado su sacrificio¡y de que manera!.

La profesora Trelawney había dispuesto que ese trimestre aprenderían a utilizar las cartas del Tarot. Hacia el final de la hora, Hermione había soltado uno de sus acostumbrados comentarios mordaces sobre la utilidad de la asignatura, con tan mala suerte que tenía a la profesora justo detrás en ese preciso momento. El resultado…. Hermione castigada a recoger todas las cartas desparramadas por el aula al final de la clase y una redacción de medio metro sobre la utilización de las cartas del Tarot para el día siguiente.

Hermione contempló cómo Harry y Ron abandonaban el aula aún sin poder dejar de reír. Eran los últimos.

Tardó casi media hora en recoger y colocar todas las cartas, y no paró de refunfuñar en todo ese tiempo. Mientras, la profesora Trelawney corregía unos trabajos.

Hermione se acercó a la mesa de la profesora sujetando los montones de cartas…

Ya está, profesora – dijo con fastidio, y colocó las cartas en la mesa.

En ese momento a la profesora se le cayó la pluma al suelo, Hermione se agachó a recogerla y se la ofreció, pero ella no la cogió, ni siquiera miraba a Hermione, sino que estaba muy tiesa y contemplaba con ojos muy abiertos y sin pestañear algún punto en el infinito.

Hermione se asustó un poco

¿Profesora¿ se encuentra bien?

Hermione observaba a la profesora completamente paralizada cuando comenzó a hablar con una voz grave y fantasmagórica que no le pertenecía…

"En el año segundo después del resurgimiento del más oscuro de los magos, se cruzarán los caminos de una pareja, la más pura que haya existido nunca entre los muros de la gran fortaleza, guardiana de la sabiduría de la antigua magia. Esos caminos, aunque siempre paralelos fueron tormentosos. Del resultado impredecible de este cruce, dependerá la inclinación final de la Gran Balanza"

La profesora parpadeó dos veces rápidamente y miró a Hermione algo confundida, la muchacha la observaba completamente atónita, entonces vio la pluma y la cogió alegremente

Oh, gracias querida – dijo

¿Pu… pu.. puede usted repetirlo? – balbuceó Hermione

¿Repetir qué? – preguntó mirándola con extrañeza

Como toda respuesta Hermione salió corriendo hacia su mochila y cogió rápidamente una pluma y un trozo de pergamino, si era lo que ella creía… si, tenía que serlo, era igual que como se lo había descrito Harry. Estaba totalmente extasiada, su sacrificio había tenido recompensa. Rápidamente escribió en un papel la Profecía, con toda la exactitud de la que fue capaz, y salió volando del aula en dirección al despacho del director.

Casi una hora más tarde Ron se encontraba junto a Harry, en la Sala Común de Gryffindor acabando los deberes de Transformaciones cuando se abrió el retrato de la Dama Gorda y apareció Hermione. Harry y él se miraron con una sonrisa pícara, mientras la chica se acercaba a ellos.

Cuando ella estuvo lo suficientemente cerca como para oírles, comenzaron a hablar en tono bastante alto, fingiendo no haberla visto.

¿Qué opinas de las Cartas del Tarot, Ron? – preguntó Harry con una sonrisa en los labios

Pues opino que…. – dijo Ron en un tono pedante que recordaba bastante a Hermione - …"serían más útiles como posavasos"

Al decir esto, ambos estallaron en sonoras carcajadas, Hermione gruñó al reconocer la frase por la que había sido castigada esa tarde. Sin embargo, en ese momento no se arrepentía.

Callaos y leed esto – dijo tendiéndoles el pedazo de pergamino.

Los chicos juntaron sus cabezas para leerlo. Ante su gesto de incomprensión, Hermione informó…

Es una Profecía, la ha hecho Trelawney esta tarde cuando os habéis ido todos

¿De veras? – exclamó Ron fascinado

¿Se lo has enseñado a Dumbledore? – preguntó Harry

Precisamente de allí vengo. No le ha dado mucha importancia porque proporciona datos muy poco concretos.

En el año segundo… - recitó Ron - ¡eso es este año! Si consideramos que volvió el año del Torneo de Tres Magos.

Si. Lo que sea, podría estar pasando en este mismo momento – corroboró Hermione

Y en este mismo lugar – añadió Harry – porque me apuesto veinte galeones a que esa Gran Fortaleza de la que habla, es Hogwarts.

Dumbledore opina igual – informó Hermione

¿Y qué es eso de la Gran Balanza? – preguntó Ron

La Gran Balanza, Ron – dijo Hermione en tono solemne – es la balanza del Bien y del Mal. Quizás no podamos hacer nada útil con esta Profecía, pero sí nos informa de algo muy importante… – giró la cabeza y miró a Harry - … que el futuro de todos nosotros no depende únicamente de Harry, sino que hay otras variables que influirán en el desenlace final de esta batalla.

Harry la miró anonadado, con la boca entreabierta y el labio inferior temblándole débilmente. Tras unos segundos reaccionó y adoptó una expresión decidida

Yo propongo que nos pongamos a buscar a esa pareja inmediatamente, debemos, por lo menos, tenerlos vigilados y averiguar el papel que jugarán, y así, llegado el momento, quizás, poder intervenir – dijo Harry muy serio.

Sus dos amigos estuvieron de acuerdo, aunque un fugaz pensamiento asaltó a Ron… quizás el mismo Harry fuera un integrante de esa pareja que nombraba la Profecía, en tal caso su situación no habría cambiado. Pero Ron decidió omitir esta idea, ya que era consciente de que esta información que habían recibido hoy era una inyección de moral para el maltrecho ánimo de Harry, ya que algo de ese peso que cargaba había sido aliviado, lo que, por otra parte hizo a Ron sentir algo de compasión por ese pobre hombre del que hablaba la profecía, sobre cuyos hombros, pesaba ahora una responsabilidad inmensa… nada menos que el porvenir del Mundo Mágico.

Yo no conozco a ninguna pareja – dijo Ron – solo a Ginny y Seasmus, pero ellos no…

No podemos descartar a nadie –intervino Hermione – puede ser cualquiera, incluso un profesor

Ron se puso a imaginar por un instante y luego hizo una mueca de asco

mmm…. Hermione, imagínate que te besa Snape

Hermione no pudo evitar emitir un gruñido de repugnancia

¿Por qué él? – preguntó ella

Hombre… - dijo Ron – …es el único que está en edad casadera

Los tres rieron con ganas

Si, porque el profesor Flitwick… imagináoslo de la mano con McGonaghall - añadió Harry y rieron más fuerte aún.

¿ Y Trelawney…?– siguió Ron entre risas imitando los gestos y la voz lenta y empalagosa de la profesora de Adivinación – Lo siento Severus… pero lo nuestro se tiene que acabar, la conjunción entre Júpiter y Venus no nos es nada favorable.

Después de reír durante un buen rato, Harry habló…

Bueno, creo que nos hemos desviado un poco del tema. En fin, yo me tengo que ir a Oclumancia – dijo con un suspiro

Si, yo también me tengo que ir – dijo Hermione levantándose – ya seguiremos hablando de esto otro día

¿A dónde vas? – preguntó Ron un poco fastidiado porque le dejaban solo con sus deberes de Transformaciones

Le sorprendió comprobar que Hermione no se esperaba esa pregunta y se había puesto algo nerviosa.

Er… mmm…. – titubeó – pues a …. al despacho de Aliena, a preguntarle una duda. Hasta luego – dijo rápidamente, se fue corriendo, y Harry detrás de ella.

Ron estaba indignado. Pero… ¿me toma por tonto¿al despacho de Aliena? Eso no se lo cree nadie, encima, mira como se ha puesto… es la peor mentirosa del mundo. Se va donde siempre, seguro, me tiene harto.

Sin embargo, Ron decidió olvidar el tema y dedicarse a problemas más inmediatos como eran las transformaciones de tortugas en cuencos de cereales.

Ron casi se alegró cuando, al día siguiente, de camino al aula de Transformaciones llamaron a todos los prefectos para un "trabajo especial", ya que aún no había conseguido que su cuenco de cereales dejara de caminar con unas patas verdes y regordetas.

El trabajo, según les informó Hagrid con aire tristón, consistía en capturar a unas criaturas que se le habían escapado. Por lo visto, los seres en cuestión eran el nuevo experimento de Hagrid, el cuál había conseguido cruzar, nadie sabía cómo, duendecillos de Cornualles con thestrals, el resultado… unas criaturillas perversas que además eran capaces de volverse invisibles a voluntad.

Pues esas criaturas, a las que Hagrid aún no había bautizado, estaban sueltas por el colegio provocando todo tipo de destrozos.

Separaos e id atrapándolos y metiéndolos aquí – dijo mientras les repartía una caja de cartón a cada uno.

Malfoy parecía bastante molesto y comentó algo de hacerle el trabajo sucio a Hagrid.

Ron se sentía bastante ridículo caminando por el colegio buscando algo invisible, solo se podía saber donde encontrar a uno de esos seres cuando se oia a alguien gritar o algún objeto romperse. Pero más ridículo aún era pelearse con uno de ellos en presencia de otras personas, las cuales simplemente te veían moviéndote tu solo de forma absurda.

Así se les pasó la mañana entera. Poco antes del almuerzo Ron se encontraba en el patio con un aspecto terrible… tenía la túnica hecha unos zorros, el pelo totalmente revuelto y tenía algún que otro corte en la cara, alguno sangraba abundantemente, aquellas endemoniadas criaturillas jugaban sucio.

En ese momento se le acercó Hagrid con varias cajas en los brazos.

¡Ron! – llamó - ¿cuántos tienes?

Seis – contestó él – y dudo que tenga fuerzas para atrapar ninguno más

No tendrás que hacerlo, con tus seis, creo que ya están todos. Dame tu caja – pidió

Gracias a Merlín – exclamó el pelirrojo – estoy destrozado

Dumbledore os ha dado el resto del día libre para descansar – informó Hagrid

¡Fantástico! – celebró

Bueno, yo me voy a llevar a estos pequeños revoltosos a un lugar seguro. Nos vemos Ronald

Adiós Hagrid

Ron observó cómo su gran amigo se alejaba en dirección a su cabaña. Luego fue a sentarse a un banco un poco apartado y soltó un hondo suspiro. Era la hora del recreo, así que había unas cuantas personas por aquí y por allá, entre ellos Parvati y Lavender que le señalaban desde un banco cercano riéndose, seguramente debido a su aspecto, estaba tan cansado que le dio igual.

Un momento después vio a Hermione que se acercaba corriendo hacia él, a Ron le sorprendió ver que traía la túnica impecable y mostraba un aspecto perfectamente saludable, de hecho parecía algo más peinada de lo normal, Ron pensó que seguramente se habría ido a cambiar ya.

Hola Ron – dijo alegremente aunque jadeando un poco a causa de la carrera – llevo casi una hora buscándote.- Se sentó a su lado

He estado dando vueltas por el castillo, como tú, supongo

Si…

De pronto Hermione se fijó en un corte en la mejilla del chico que sangraba bastante

¿Qué te ha pasado? – preguntó preocupada, al mismo tiempo que sacaba un pañuelo limpio y se lo colocaba en la mejilla delicadamente.

No es nada – dijo algo incómodo apartando la mano de la muchacha – me sorprende que tú no tengas ninguna herida.

Ya ves… - se limitó a decir ella y le sonrió

Y… ¿para qué me buscabas? – preguntó Ron mientras intentaba colocarse un poco la corbata

Bueno… en realidad…. para nada… sólo quería verte – dijo ella algo tímidamente

Ron olvidó inmediatamente su corbata y giró muy lentamente la cabeza hacía ella.

¿Verme? – preguntó extrañado

Ella asintió y acto seguido se sentó un poco más cerca de él. Luego le miró directamente a los ojos, abrió la boca pero no dijo nada. Su mirada era muy intensa.

Hermione¿te encuentras bien¿qué te han hecho esos duendecillos?

Hermione no contestó, sino que levantó el brazo derecho y pasó muy lentamente la mano por el pelo revuelto del chico

Me encanta tu pelo, así, alborotado – dio como ensimismada

Ron no pudo evitar que se le abriera la boca de golpe al oír eso. El pelirrojo deseo que esa situación acabara ya, porque Parvati y Lavender parecían muy emocionadas mirando hacia donde ellos estaban sentados.

Pero lejos de apartar la mano de su pelo, Hermione se acercó un poco más a él, de manera que quedaron muy juntos, y levantó la mano izquierda colocándosela suavemente en la otra mejilla.

Ron no era capaz de decir ni hacer nada, por no acertar no acertaba ni a pensar con claridad, su corazón a estas alturas latía ya a un ritmo trepidante y su respiración comenzaba a volverse agitada e irregular.

Hermione tiró de su cara con suavidad hacia ella, a la vez que acercaba la suya lentamente.

Ron estaba seguro de que sus ojos expresaban perfectamente el hecho de que no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, y sin embargo, a ella no le importaba, continuaba acercándosele, y Ron pudo leer en sus ojos ternura y decisión hasta el mismo momento en el que, con sus labios a escasos milímetros de los de él, los cerró, él incapaz de resistirse ya, la imitó…

Ron sintió una explosión de emociones indescriptibles en el momento en que sus labios tocaron los de ella. Hermione entreabrió su labios y con un hábil movimiento hizo que él también los abriera, en ese momento sus bocas entraron en verdadero contacto. Ron se abandonó a las sensaciones, jamás había sentido algo así, y deseaba que ese beso que lo unía más a Hermione de lo que había estado nunca a nadie, no se acabara nunca. Todo lo demás en el mundo carecía de importancia alguna, lo único que parecía tener sentido en ese momento era no dejar nunca de saborear los suaves y dulces labios de Hermione. La calidez del interior de su boca le traía un sabor familiar, para su sorpresa, desagradablemente familiar¿qué era? Sabía que lo había probado pero no podría recordar qué era….

Entonces lo reconoció… y de forma brusca tomó a la chica de los hombros y la apartó de si…

¡Poción multijugos! – exclamó en el preciso momento en el que uno de los castaños mechones que le caían por la cara a Hermione se transformaba en un rubio tirabuzón

¡Penélope! – susurró atónito