Bueno, como estoy viendo que hay algún problema con los Reviews pues voy a poner el siguiente capítulo para ver si se soluciona, vale? Gracias por vuestros mensajitos, me sacan los colores, espero que os guste este capítulo, a mi me encanta...
12. UNA MALA NOTICIA
Al día siguiente Ron se levantó muy temprano, antes que todos sus compañeros, no le apetecía encontrarse a Hermione en el desayuno. Se dio cuenta de que por todos los pasillos por los que pasaba había personas que se giraban a mirarlo y murmuraban, al principio se ponía rojo, pero al final del día se limitaba a marcharse de allí lo más rápido que le era posible.
Para colmo ese día era jueves, por lo tanto había sesión del ED en la Sala de Menesteres, y por primera vez no fue Neville el que se quedó sin compañero para practicar, sino Hermione. Esto extrañó mucho al resto de los compañeros, pues ella y Ron siempre habían practicado juntos. Todos ellos pudieron darse cuenta de que, no era que Ron y Hermione se lanzaran miradas asesinas o comentarios mordaces, como solía pasar cuando discutían, sino que ni si quiera se miraban, actuaban como si el otro no existiera y lo más frecuente era que no estuvieran en la misma habitación si no era estrictamente necesario.
Y así transcurrió una semana entera en la cual, como es lógico, el que peor lo pasó, al menos en apariencia, fue Harry. Estaba harto de esa situación y había intentado hablar con ellos, por separado y a la vez, pero había sido inútil. Harry empezaba a creerse lo que le había dicho Ron de que aquella discusión no había sido una discusión cualquiera, y se preguntaba qué sería eso tan malo que se habrían dicho, y se lo había preguntado a ellos también, pero no soltaban prenda, ninguno de los dos.
El miércoles tuvieron una jugosa clase de Defensa Contra las Artes Oscuras en la cual aprendieron el hechizo escudo que consistía en hacer rebotar hacia el adversario el hechizo que hubiera lanzado. A Ron le pareció de mucha utilidad, y se esforzó en aprenderlo bien, en vistas, sobretodo, al próximo enfrentamiento armado que tuviera con Malfoy. Al final de la clase, era la última del día, Hermione se apresuró a salir del aula lo más rápidamente que pudo, pasó al lado de Ron sin mirarle. Harry y él, por su parte, fueron a la Sala Común, donde encontraron en el tablón de anuncios un pergamino que anunciaba la primera visita a Hogsmeade, sería ese sábado.
Tres días después un emocionado grupo de estudiantes esperaban en la puerta del colegio a que Filch pasara lista. Ron hablaban con Deán y Seasmus que estaban decididos a conseguir en Cabeza del Puerco un par de botellas de Whisky de Fuego. Harry había decidido pasar el día con Hermione, así que no le vería.
Aún no estoy completamente seguro de que quiera que alguien como tú salga con mi hermana – dijo Ron a Seasmus después de oír sus pretensiones
¡Venga ya, Ron! si es para Halloween, creo que se te ha subido demasiado a la cabeza eso de ser prefecto
Ron gruñó
Eh, Ron… te invitaremos a unos tragos si quieres – añadió Deán en tono conspirador
Ron pareció bastante más animado
Bueno… en ese caso…
De todos era sabido que Ron siempre había querido probar el Whisky de Fuego.
Así te envalentonas para arreglarlo con tu chica – dijo Seasmus a la vez que le daba un codazo a Deán, quien asintió sonriendo tontamente.
¿Qué? – Ron no daba crédito
Si – siguió Deán – parece que tienes problemas con Hermione
Que Hermione y yo no estamos juntos¿a cuánta gente más se lo tengo que explicar? – contestó algo molesto
Bueno, vale tío – dijo Deán – que nosotros somos tus amigos, no pasa nada, si nosotros también creemos que está muy buena
Seasmus carraspeó algo alarmado por la declaración de su amigo
¡QUE NO ESTOY CON HERMIONE¿Por qué nadie me cree? – gritó Ron enfurecido. Unas cuantas cabezas a su alrededor le miraron curiosas
Yo te creo – sonó una voz a sus espaldas
Hombre, gracias, por fin alguien….. – iba diciendo antes de darse la vuelta y encontrarse de frente con Draco Malfoy y su mirada burlona
De nada – rió el rubio
Malfoy, métete en tus asuntos – dijo volviéndose de nuevo hacia sus amigos e intentando ignorarle
Solo digo – comentó con descaro pasando por detrás de él – que Granger es demasiado lista para mezclarse con gentuza como tú.
Ron apretó los puños y respiró hondo intentando contenerse
No le hagas caso –dijeron sus dos amigos cuando ya se hubo alejado el Slytherin
Ron levantó la vista hacia lo alto de la escalinata, Hermione, que estaba con Harry y Ginny, lo miraba con gesto inescrutable, la chica al notar su mirada desvió los ojos. Ron no pudo sentirse más miserable.
Ya en Hogsmeade, Ron decidió separarse de la multitud, le apetecía estar solo. Fue directamente a las cercanías de la Casa de los Gritos, donde sabía que no habría nadie y se sentó en una roca. Un rato después oyó pasos detrás de él ¿sería Hermione¿iría a decirle que Malfoy tenía razón y que él no era más que un ser patético e insignificante?. No era Hermione, sino Luna la que se acercó y se sentó a su lado en la piedra.
¿Qué haces aquí Ronald? – preguntó sinceramente
Ron se sorprendió al descubrir que no le turbaba su presencia, sino más bien le transmitía paz y confianza
Sólo pensaba – dijo mirando al suelo desganado
¿No estarás así por lo que ha dicho Draco Malfoy?
No se esforzó en negarlo, a Ron le daba la impresión de que Luna podía leer en su interior.
No le hagas caso, solo lo hace por fastidiarte – le tomó la cara con suavidad y le hizo mirarla a los ojos – eres mucho más valioso de lo que tú mismo te crees - susurró
Ron sintió infinita gratitud hacia ella por esas sencillas palabras y tomó la mano que ella le ofrecía.
Vamos – dijo haciéndole levantar – ve a divertirte con tus amigos
Caminaron uno junto al otro en silencio hasta llegar a las Tres Escobas donde seguramente encontraría a alguien conocido. Antes de irse Luna se volvió hacia él
¡Ah! Y si tu dices que no ha habido nada entre Hermione y tu, yo te creo
Otra oleada de agradecimiento envolvió a Ron que sonrió abiertamente a la chica antes de entrar en el establecimiento de mucho mejor humor.
El fin de semana concluyó sin más incidencias y el lunes volvieron a la rutina de sus clases. Ron no podía evitar notar lo complicadas que se habían vuelto de pronto sus tareas ahora que no contaba con la ayuda de Hermione, pero decidió demostrar a todos y a si mismo que era capaz de hacerlo igual de bien o mejor él solo.
Después de la última clase del día, Herbología, Ron no fue hacia la sala común como solía hacer, allí estarían Hermione y Harry, no le apetecía encontrarse con la primera por razones obvias, y con el segundo, porque últimamente no estaba muy contento con él, ya que su rendimiento como guardián había bajado considerablemente, algo harto preocupante, puesto que apenas faltaban dos semanas para su primer encuentro, contra Slytherin.
Se dirigió hacia la biblioteca para hacer sus deberes, pero en el vestíbulo se encontró con Luna Lovegood que le propuso dar una vuelta por los alrededores del castillo. Ron no pudo negarse, cualquier cosa le seducía más que ponerse a hacer una redacción de 40 centímetros sobre las diferencias entre las transformaciones de animales invertebrados y las de grandes mamíferos.
Ron pasó una tarde muy agradable junto a la chica de Ravenclaw y no dudó en repetir el paseo al día siguiente, y al siguiente…
El pelirrojo se encontraba realmente a gusto con Luna, pues se reía mucho con sus ocurrencias y además, Ron descubrió que con ella tenía algo que nunca había tenido… una persona que le escuchaba. Ya que ser el mejor amigo de Harry Potter significaba, por lo general, ser el que escucha, no el escuchado.
Y así iba pasando una semana, en la cual, Ron había estado más tiempo en compañía de Luna Lovegood que en la de sus compañeros de la casa Gryffindor.
El jueves por la mañana, Ron despertó temprano, había vuelto a soñar con Luna. Debía llevar ya tres noches seguidas soñando con la chica rubia de Ravenclaw. En noches anteriores solo la veía mirándole desde lo lejos sin hacer nada, como una simple presencia latente, sin embargo, esa noche se había unido a él en una lucha encarnizada contra un grupo de arañas gigantes que habían comenzado a salir sin parar de su caldero durante una clase de pociones con Snape, al equivocar un ingrediente.
Ron se preguntó a qué se debería esa afluencia constante de Luna en sus pensamientos.
Se vistió y bajó a la Sala Común. Poco después bajó Harry, soñoliento, y se sentó en una butaca junto a él, hablaron un rato sobre el entrenamiento del viernes antes de que bajaran el resto de los chicos y se encaminaron al Gran Comedor a desayunar.
Cuando llegaron a la mesa de Gryffindor Hermione y Ginny ya estaban allí. Se sentaron frente a ellas. Hermione levantó un poco más su periódico para no tener que ver a Ron que se había sentado justo enfrente suya, Ron por su parte, se había vuelto un profesional en ignorar a la chica totalmente, así que se puso a desayunar con tranquilidad.
Oye Harry – dijo de pronto todo lo bajo que pudo para que no lo oyeran los demás. Echó un vistazo alrededor…. Hermione leía el periódico y Ginny hablaba animadamente con Neville que se había sentado a su lado - ¿tu crees que significa algo soñar con una persona…. – dudó - …. una chica, todas las noches?
Harry lo miró muy sorprendido por la pregunta del pelirrojo
Hombre…., no lo sé – dijo despacio – supongo que depende…. ¿qué tipo de sueños son esos? – interrogó con suspicacia
No, no, no pienses mal… – dijo él mirándole un poco alarmado. Luego volvió a echar otro vistazo alrededor para asegurarse de que nadie los escuchaba –… no es nada extraño, simplemente… aparece
Pues no tengo ni idea – dijo Harry bastante divertido – y… ¿quién es esa chica?
Ron dudó, estaba bastante avergonzado, aunque Harry fuera su mejor amigo, esos temas no le gustaba hablarlos
ummmm…. Luna – dijo por fin
A Ron le dio la impresión de que los dedos de Hermione se tensaban sobre el periódico
¿Luna? – dijo Harry un poco alto
Shhhhh – se apresuró a callar Ron. Se había puesto algo colorado
Me parece normal, si estás todo el día con ella….. – soltó Harry con un leve deje de reproche en la voz. Ron sospechó que la reciente amistad de Ron con Luna, a Harry no le hacía mucha gracia. Iba a preguntarle a propósito de aquello cuando apareció por detrás de ellos un alumno de séptimo repartiendo lo que debían ser los nuevos turnos de las rondas nocturnas.
Ron lo cogió, al igual que Hermione, y lo escrutó con velocidad, siempre lo hacía para ver si había tenido la mala suerte de que le tocara con Malfoy de pareja.
¡Mierda! – profirió de manera simultánea a un ¡Maldita sea! que soltó con fastidio la chica que se sentaba enfrente de él, la cual se levantó con tal velocidad del Gran Comedor que ni se molestó en acabarse el desayuno o coger su periódico, el cual había dejado a medio leer.
¿Qué pasa? – preguntó Harry intrigado
Como toda respuesta Ron rasgó por la mitad el trozo de pergamino que le acababan de entregar y lo dejó en la mesa con un golpe que sobresaltó a algunos alumnos cercanos a ellos, acto seguido se levantó y salió por el mismo sitio por el que se había ido Hermione instantes antes.
Harry se quedó completamente confundido y cogió los pedazos de pergamino que había dejado el pelirrojo sobre la mesa, donde supuestamente encontraría la causa del extraño comportamiento de sus dos amigos.
Un rápido vistazo le bastó para comprenderlo todo….
Ron salió por la puerta del Gran Comedor como una exhalación, tenía claro lo que tenía que hacer, probablemente no sirviera de mucho, pero valía la pena intentarlo. Cuando estaba subiendo las escaleras hacia el primer piso, alguien lo retuvo tomándole del brazo, era Ginny, jadeaba por la carrera.
¿Qué haces? Déjame, tengo prisa – dijo de malas maneras
Ron, no sé qué le has hecho a Hermione, pero….
Yo no le he hecho nada, y déjame en paz, no tengo tiempo para tonterías
Ella continuaba agarrándolo del brazo. Pareció molesta ante la contestación de su hermano. A Ron le dio igual, tenía prisa…
A lo mejor para ti no es nada, pero desde luego ella lo está pasando mal…
¡Suelta enana! – exclamó, y se zafó bruscamente de la mano que lo sujetaba, Ginny lo miró temerosa. Se sentía súbitamente furioso por las palabras de su hermana, y mientras subía velozmente las escaleras, sintió una desagradable punzada de culpabilidad en el pecho al recordar lo que acababa de oír ...pero desde luego ella lo está pasando mal... Agitó la cabeza intentando apartar de si aquel sentimiento.
Por fin llegó ante la puerta de la Profesora McGonagall y llamó a la puerta, tenía claro lo que iba a hacer, pedirle, si era necesario, suplicarle que le cambiara de compañero de rondas. Al ver el nombre de Hermione junto al de él en aquel trozo de pergamino se había preguntado por qué había de tener tan mala suerte. ¡Precisamente ahora! con la de veces en las que habría deseado verlo así el año pasado, y tenía que pasar precisamente ahora
La persona que le abrió la puerta no fue la profesora McGonagall. Ron se quedó mudo de la impresión al verse frente a frente con Hermione, sus ojos se encontraron por primera vez desde hacía de muchos días y podía ver en ellos un innegable mal humor. Inmediatamente apareció detrás de ella la Profesora McGonagall que la hizo salir
Ah, es el señor Weasley ¿qué desea?
Ehh, yo…. – Ron aún no se había recuperado de la impresión, pero cayó en la cuenta en ese momento de que Hermione se le había adelantado, habían ido allí con las mismas intenciones que él, le sorprendió descubrir que le dolía que Hermione hubiera hecho aquello¿tanto le odiaba? Recordó una vez en que le había tocado hacer la ronda con Pansy Parkinson, y no recordaba que aquella vez hubiera pedido cambio, probablemente sería porque era sabido de todos que no se permitían cambios, sin embargo allí estaban los dos. Ron pensó de pronto que quizás ella también se sintiera dolida al verle allí, y recordó de nuevo las palabras de Ginny, una nueva punzada de culpabilidad le golpeó.
Si lo que quiere es que le cambie el compañero de ronda ya le he dicho a la señorita Granger que es imposible. Saben perfectamente las normas, y que estos horarios son invariables. Ustedes son prefectos, y como tales deben comportarse.
Pero profesora… - se quejó Ron
No entiendo a qué viene todo esto, pensé que precisamente ustedes debían estar contentos por la distribución actual, siendo tan buenos amigos….
Precisamente por eso, profesora – intervino Ron con la intención de quemar su último cartucho – somos tan buenos amigos que puede que eso no nos permita realizar nuestras labores de prefectos apropiadamente – dijo mientras, para sonar más convincente, le pasaba un brazo por los hombros a Hermione sonriendo. La chica se zafó tan rápidamente de él que parecía que le hubiera quemado.
La profesora McGonagall les lanzó una mirada inquisidora
Deje de decir tonterías, Weasley. Si tienen algún problema entre ustedes no es asunto mío, y les recomiendo que lo resuelvan cuanto antes por el bien de todos.
Un instante después cerraba la puerta en sus narices dejándolos allí, quietos y en silencio.
Ron esperaba una bronca, gritos por parte de Hermione, sin embargo, ella, simplemente se dio la vuelta y se marchó, dejándolo allí solo. Se dio cuenta avergonzado, de que la perspectiva de recibir una bronca de Hermione le había ilusionado, más que cualquier otra cosa desde hacía varios días.
Aquella situación se estaba volviendo insostenible, y fue más consciente de ello durante la reunión del ED que tuvieron aquel día.
Al llegar, Harry los hizo sentar a todos en los cojines para explicarles un nuevo hechizo. Ron no lo conocía. Probablemente lo habría estado practicando con Hermione durante la última semana. Consistía en que el que lo recibe, experimenta insoportables picores por todo su cuerpo y no puede dejar de rascarse convulsivamente.
Cuando Harry terminó su explicación les mandó colocarse en parejas para practicarlo. Ron buscó con la mirada a Neville y fue hacia él, sin embargo cuando llegó, encontró a su lado a Hermione ¡maldita sea! se le había adelantado, pero… no se rendiría sin luchar…
Agarró a Neville del brazo y lo atrajo hacia si, apartándolo de Hermione
Eyy, Neville ¿qué haces¿me abandonas? – susurró
No – dijo éste algo cohibido – es solo que ella me ha pedido….
Pero Neville, no ves que ella no quiere estar contigo, solo lo hace por molestarme, sin embargo yo…
Hermione se había acercado y cogiendo a Neville del otro brazo lo separó de Ron
¿Te están molestando, Neville? – dijo mirándole con desprecio
No… simplemente
¡Neville! – dijo él, abandonando todo cuidado de no ser oído y cogiendole de nuevo del brazo, esta vez Hermione ya no le soltó – soy tu compañero de habitación, recuerda lo bien que lo hemos pasado todos estos años
Si….
¡Neville! – contraatacó ella - ¿quién te ha ayudado siempre con tus deberes?
El chico parecía a punto de entrar en estado de shock, no sabía cómo se encontraba en esa situación, debía ser la primera vez que alguien se peleaba por tenerle como pareja en alguna clase, normalmente nadie quería ponerse con él.
Ambos habían ido subiendo progresivamente la voz, hasta que todos los miembros del ED hubieron abandonado la practica del nuevo hechizo y los miraban intrigados mientras bamboleaban de un lado a otro al pobre Neville.
Neville – le dijo más suavemente Ron – ¿que te parece dar una vuelta en mi escoba siempre que quieras?
¿De veras? – pregunto fascinado el chico.
Hermione le miró alarmada, así que ahora se trataba de eso….
Neville – dijo ella tirando de nuevo hacia si del muchacho - ¿qué te parece si te hago todos los deberes los próximos… ¡tres meses?
Neville abrió la boca desmesuradamente por la impresión
Ron la miró furibundo ¿cómo lucharía contra eso?
Pero no tuvo tiempo de pensar nada, ya que Harry, que llevaba un rato mirándolos como el resto, completamente atónito, reaccionó, y se acercó a ellos con chispas saliendo de su varita
¡BUENO, BASTA YA!
Todos los allí presentes lo miraron asustados, Harry tenía un aspecto realmente temible.
Ron y Hermione soltaron inmediatamente a Neville
¡Tú y tú¡juntos! – dijo señalándolos a ambos – Neville, conmigo. ¡Ahora, todos a trabajar!
Ron enfurecido se cruzó de brazos bruscamente torciendo la cabeza hacia el lado contrario de donde estaba Hermione. Ella apretaba los puños negando con la cabeza mientras miraba a Harry alejarse. Los demás volvieron lentamente a sus puestos entre murmullos a los que Ron no quiso poner atención.
Instantes después, ambos sacaban sus varitas y se apuntaban con cara de pocos amigos.
¡Expelliarmus! – Ron desarmó a Hermione en cuanto tuvo ocasión
¿Qué haces? – preguntó ella
Seguro que dominas el hechizo, no creo que te haga falta practicar más
No pienso dejar que me ataques estando desarmada
A ver cómo lo evitas….
Acto seguido le lanzó un encantamiento de piernas de gelatina para que no pudiera acercarse a la varita, pero ella fue rápida, se echó al suelo y rodó hasta la varita esquivando el rayo por poco.
Inmediatamente después de cogerla le apuntó…
¡Depulso!
Un rayo dorado le dio en el pecho y le arrastró hasta golpearse contra la pared
¡Auch¡eso ha dolido! – se quejó
Mientras Hermione se levantaba del suelo tuvo un momento de despiste que Ron aprovechó para actuar
¡Engorgio!
El hechizo pasó rozando el pelo de Hermione y lo prendió. Comenzó a oler a chamusquina. Para cuando se hubo dado cuenta, un buen mechón había ardido ya. Echó un chorro de agua por la varita y lo apagó
¡Mi pelo! – se lamentó, y le miró furiosa
Bueno, ya te venía haciendo falta un cambio de look – rió Ron maliciosamente
¿Ah, si? Pues yo creo que también me estoy cansando de ese pelo pelirrojo y de verlo vaya donde vaya.
Inmediatamente después pronunció un hechizo que Ron no pudo entender, y tampoco le dio tiempo a reaccionar.
Notó que algo cambiaba en su pelo, cuando lo miró se quedó horrorizado ¡estaba verde!
No… - dijo ella en un tono fingidamente pensativo – ese color no va nada bien con tus pecas
Ron gruñó. Luego ella lanzó otro conjuro hacia su pelo, pero Ron no lo permitió, usó el encantamiento escudo y el hechizo rebotó dándole de lleno a Hannah Abbott, la cual no acertaba a comprender por qué su pelo se había vuelto súbitamente azul.
Ron contraatacó rápidamente
¡Petrificus Totalus! – gritó
¡Protejo!
El hechizo de Ron fue anulado ¿por qué tiene que ser tan buena? . Bufó.
¿Cansado Ronald? Parece que te veo sudar… ¡quizás tengas calor!
Instantáneamente salió de la punta de su varita un rayo rojo. De pronto los botones de la camisa de Ron comenzaron a saltar uno tras otro, bajo la atónita mirada del chico. Cuando no quedó ninguno levantó la cabeza
Era una camisa nueva – pronunció apretando los puños con ira contenida. Luego una sonrisa malévola se dibujó en su cara – Es una pena que tus queridos elfos domésticos vayan a tener que trabajar horas extra para arreglarla…
La furia de Hermione pareció desbocarse tras el comentario de Ron
Eres un…. – dijo dirigiéndose hacia él con rapidez y lanzando un conjuro que pasó muy lejos de Ron
No dejes que tu mente se ofusque Granger – dijo con sorna – tu eficiencia disminuye considerablemente.
Ella lanzó otro hechizo que Ron esquivó con facilidad
Estoy pensando en un cambio de vestuario también para ti – dijo él, y disparó con su varita.
Inmediatamente la túnica de Hermione comenzó a deshilacharse de abajo a arriba. Hermione miraba horrorizada cómo se iba acortando con velocidad. Por fin reaccionó y consiguió pararlo con un movimiento de varita, a pesar de ello, un montoncito de hilo bastante considerable reposaba en el suelo junto a ella.
¡Oooops! Aquí un poco más de trabajo para los elfos – espetó Ron con muy mala idea
Hermione lo miraba temblando de ira de pies a cabeza. No podía articular palabra.
Quizás deberías dejar la varita a un lado, venir aquí y hacerlo con tus propias manos – hizo una pausa para lanzarle una mirada desafiante - no sería la primera vez….
Instantes antes un chico de pelo negro recorría con sus brillantes ojos verdes la sala viendo a sus "alumnos" ejecutar (o intentarlo) el hechizo que les acababa de explicar. Su mirada se detuvo un instante en sus dos mejores amigos al otro lado de la habitación, no parecían estar, practicando el hechizo, precisamente, más bien discutían… "bueno – pensó – al menos están hablando"
En cuanto al resto de los alumnos del ED, parecía que les estaba costando un poco coger el hechizo de los picores. Miró a Deán Thomas, que acababa de recibir el impacto de la varita de Seasmus y se revolcaba por el suelo soltando grandes carcajadas, entre las cuales Harry pudo entender palabras sueltas, lo suficiente para comprender que lo que tenía no eran picores, sino cosquillas... Seasmus lo miraba aterrado, sin conocer el contrahechizo. Un poco más allá Cho Chang ayudaba a Ernie McMillan a hacer desaparecer unas horribles pústulas que le habían salido por todo el cuerpo. El hechizo de Ginny, por otro lado, parecía no provocar más que un leve escozor en la zona de la piel de Luna Lovegood con la que tomaba contacto. Harry aún se preguntaba por qué motivo Hannah Abbott tenía el pelo azul cuando…
¡BOOOOM! Un ruido ensordecedor invadió la sala.
Todos se volvieron hacia el lugar del que provenía.
Harry observó un boquete humeante de al menos medio metro de diámetro en la pared, justo detrás y, afortunadamente, un poco a la derecha de Ron, el cual miraba hacia Hermione con los ojos abiertos como platos. Ella apuntaba con su varita hacia él, se la veía bastante alterada. A juzgar por su aspecto, no era precisamente el conjuro de los picores lo que se habían estado lanzando. Ron tenía el pelo verde y la camisa totalmente abierta y Hermione tenía la túnica medio deshilachada y… ¿era humo lo que salía de su pelo?
Ron cambió su expresión de estupor por una de furia
¡Estas loca¡Podías haberme matado! – resonó en la habitación
Claro que no, sabía perfectamente que no te daría! – Hermione también estaba furiosa –si de verdad te hubiera querido dar, no habría fallado, no te quepa duda – una maligna sonrisa se dibujó en su cara
Apuesto a que no te hubiera importado demasiado – acusó el pelirrojo
No me tires de la lengua – dijo ella cruzándose de brazos con ademán rebelde
Sus últimas palabras parecieron espolear a Ron que agarrando fuertemente su varita se dispuso a atacar
Prepárate Hermione Granger, porque sospecho que vas a llorar…
Mira como tiemblo…. Ronald Weasley – dijo ella, a su vez poniéndose en posición de ataque.
Todos los demás los rodeaban expectantes, dispuestos a ver la reanudación de la pelea, y la sala comenzó a llenarse rápidamente de gritos de apoyo a uno y otro, en general las chicas animaban a Hermione y ellos a Ron, prometía ser un duelo de lo más interesante, sin embargo….
¡EXPELLIARMUS!
Ambas varitas, la de Ron y la de Hermione, salieron volando para caer fuera de su alcance.
¡ES SUFICIENTE! – gritó Harry
Todos miraron sobresaltados hacia el chico, que se abría paso hasta ellos dos a grandes zancadas blandiendo la varita amenazadoramente, parecía realmente enfadado
– Tengo que hablar con vosotros dos – dijo. Luego dándose la vuelta se dirigió hacia el resto… - los demás podéis iros, gracias, continuaremos con esto el próximo jueves.
La habitación se fue vaciando poco a poco entre murmullos de protesta y lamentos por el espectáculo que Harry les acababa de fastidiar.
Cuando el último de sus compañeros hubo abandonado la sala, Harry se volvió hacia ellos con gesto severo
¡Estoy más que harto de vuestras tonterías! – comenzó
Ron se hubiera escandalizado si no hubiera estado tan enfadado
¿Se puede saber qué pasa con vosotros? – continuó Harry
Con todo respeto, Harry… – intervino Hermione sin mirarle a la cara – …creo que no es asunto tuyo
Harry la miró frunciendo los labios algo molesto
Es asunto mío en el momento en el que arruináis mis clases – espetó
Ninguno se atrevió a replicar. Tras un momento de tenso silencio Harry continuó:
No pienso echaros una charla, solo os voy a advertir…. Como volváis a estropear una de mis clases, no tendré ningún problema en echaros del aula. No pienso permitir que perjudiquéis a los demás por una rabieta estúpida
Ron hizo ademán de decir algo, pero Harry siguió hablando…
No me importa lo que hagáis fuera de aquí, pero mientras estemos en esta clase, mando yo, y no voy a tolerar que hagáis perder el tiempo a los que quieren aprender.
Harry los observó durante un momento. Ninguno le miraba. Suavizó un poco el gesto
Si queréis solucionar algo, éste sería un buen momento…
Ron tenía la mirada fija en el suelo y las manos en los bolsillos. Y Hermione miraba hacia otro lado con los brazos cruzados y los labios muy apretados
¡Muy bien! – dijo Harry airado - ¡como queráis! Yo lo he intentado… – dijo, y se dirigió hacia la puerta – Vosotros veréis como os las apañáis con la ronda de mañana – añadió antes de salir con un portazo.
Ron miraba hacia la puerta por donde acababa de salir su amigo pensando que nunca le había visto así de enfadado, salvo quizás el primer día que estuvo en Grimmauld Place. Al cabo de un rato también salió Hermione sin decir nada.
Ron exhaló un suspiro y se desplomó sobre unos cojines de la sala preguntándose dónde iría a parar todo aquello.
