Bueno, aqui sigo. No tengo nada que decir, solo a Atena... good point! una lectora crítica, te diré en cuanto a lo que me digiste, que en realidad mi idea era que NO se pudiera volver, es decir, que en este lado hubiera una puerta, pero no al otro lado, simplemente aparecer de un modo... "mágico" pero... good point!
14. LAS PERLAS DE MITHRADAR
Hermione abrió los ojos muy lentamente. La cabeza le daba vueltas y no lograba enfocar bien la vista. Todo estaba borroso ante ella. Se alegró mucho de despertar, había tenido una pesadilla horrible… había soñado que Ron y ella estaban a punto de morir aplastados una noche que hacían su ronda de prefectos y se habían perdido ¡que tontería!
¡Hermione! – ella se sobresaltó y enfocó de pronto la vista en algo que se hallaba justo frente a ella.
Era la cara de Ron, con una resplandeciente sonrisa dibujada en los labios.
Hermione fue entonces consciente del espacio. Estaba tumbada en el frío suelo y Ron, de cuclillas a su lado, se inclinaba hacia ella con la varita en la mano.
¡Hermione! – repitió - ¡estamos vivos!
Entonces comprendió que todo aquello no había sido una pesadilla y se incorporó de golpe.
Estamos vivos – repitió en un susurro palpándose los brazos y piernas – pero …. ¿cómo? – miró a Ron
Bueno, sencillamente, el techo no era tan consistente como habíamos pensado. Lo atravesamos como si fuera una masa de aire frío, de hecho, fue casi como cruzarse con Nick "casidecapitado"
Hermione creía que la sonrisa de Ron no podía ser más pronunciada.
Ella estaba boquiabierta, sin poder creérselo todavía. Entonces recordó punto por punto lo que había pasado momentos antes y… sintiéndose súbitamente furiosa se dirigió a Ron.
¡Se puede saber por qué hiciste eso? – gritó
La sonrisa de Ron desapareció al instante
¿El qué? – preguntó confuso
¡Desmayarme!
Pues para que no… sufrieras – sus mejillas se colorearon un poco
¡ Ron! te he dicho ya un montón de veces que no te comportes como si fueras mi padre – Hermione se puso en pie algo tambaleante.
¡Mira, no tienes por qué ponerte así! – dijo él y se levantó también – yo solo lo hice para ahorrarte…
¡Nada! No necesito un guardaespaldas. No te empeñes en rescatarme como si fueras mi héroe ¡yo no soy Ginny! No estás obligado a cuidar de mi
¡Ya sé que no eres Ginny! Sino no te hubiera… - se interrumpió - … en fin…
Ron bajó la cabeza algo avergonzado y se rascó la nuca
¡No¡Si esa es otra¿Se puede saber a qué vino el numerito? – reprochó ella, aunque en realidad lo del beso era lo que menos le había molestado.
¡Oh! – dijo él quitándole importancia - ¿no es evidente, Hermione¡Soy un tío! No quería morirme sin besar una chica. Si no ¿de qué? – terminó mirándola con desdén
A Hermione este último comentario tan machista, sólo consiguió enfadarla más aún.
¡Pues que sea la última vez!
¡No te preocupes!
¡Y la última vez que te da la vena protectora, no necesito a nadie pendiente de mi. Sé muy bien cómo cuidarme yo solita!
¡Muy bien "señorita autosuficiente"! –dijo él con retintín dirigiéndole una mirada resentida que Hermione aguantó sin pestañear – No te preocupes, que esta ha sido, Merlín es testigo, la última vez que muevo un dedo por ti
No bien hubo dicho esto, un ruido atronador invadió la sala en la que se encontraban, en la cual Hermione todavía no había reparado. El chico de forma instintiva colocó a Hermione detrás de él y sacó su varita velozmente apuntando hacia el lugar del cual provenía el ruido. Ella, por su parte, también por instinto se agarró a la espalda de Ron con fuerza y se asomó por encima de su hombro.
Cuando vieron que lo único que había pasado era que una enorme puerta de roble, la única que había en la sala, se había abierto, ambos desearon que les tragara la tierra.
Solo… solo … - dijo él avergonzado - …solo es una puerta
S..s.. si – dijo ella soltando la espalda del pelirrojo despacio con la mirada en el suelo, muy abochornada por su propia reacción. No podía creerse la velocidad con la que se había contradicho a si misma.
Ante ellos se había abierto una puerta y, la que parecía la única salida de aquel lugar, así que, sin decir nada, se encaminaron a ella, más pendientes de sus respectivas reacciones que de lo que pudieran encontrarse allí dentro.
Ron quedó asombrado al instante de entrar en esa habitación olvidándose de todo lo demás. Tras un pequeño vestíbulo, la habitación se ensanchaba dejando ver en el centro de la misma un grupo de alrededor de una decena de esferas de cristal colocadas formando un círculo, no parecían tener soporte alguno, sino que flotaban en el aire por arte de magia. Según se fueron acercando a ellas pudieron ver que eran bastante grandes, más o menos de medio metro de diámetro, sin embargo, salvo en el tamaño, eran exactamente iguales a las bolas de cristal que usaban en las clases de la profesora Trelawney. Estas esferas no estaban estáticas, sino que se balanceaban suavemente en el aire como si estuvieran posadas sobre las aguas de un estanque muy tranquilo. Además, de vez en cuando, alguna de ellas, con el mismo lento balanceo, cambiaba de posición con otra atravesando el interior del círculo que formaban.
Tras unos instantes observándolas, Hermione rompió el silencio.
Esto no figura en la Historia de Hogwarts, voy a tener que solicitar una actualización
Ron la miró con el ceño fruncido sin comprender ¿Cómo era capaz de pensar ese tipo de cosas en aquel momento? Luego meneó la cabeza mientras se acercaba a una de las esferas, la que tenía más cerca.
Ron la escrutó con interés. En su interior no se veía más que una neblina blanca.
¿Leerán el futuro? – se preguntó más a si mismo que a Hermione mientras levantaba un dedo para tocar la superficie de la esfera.
En cuanto su dedo hizo contacto con ella, el vapor blanco del interior adquirió un tono gris oscuro y comenzó a girar en el interior velozmente, era como si una tormenta se hubiera desatado allí dentro. Ron abrió mucho los ojos asustado, rezando por que Hermione no lo viera, ya había armado bastantes desastres aquella noche por esa manía suya de tocarlo todo.
Yo no veo nada – dijo Hermione que se inclinaba sobre una de las esferas pero sin tocarla.
Bueno Hermione, no te ofendas – dijo él mirándola algo divertido – pero no es que tu ojo interno te haya dado muy buenos resultados.
Hermione gruñó
Ron volvió la vista de nuevo hacia su esfera, las neblinas se fueron aclarando y empezó a ver figuras moviéndose en su interior.
¡Ya veo algo! Creo que hay que tocarlas – dijo emocionado. Aunque inmediatamente se arrepintió de haberlo dicho en alto. Las figuras que se habían clarificado ante él le eran bien conocidas, eran él y Hermione y estaban….. ¡oh, Merlín¡Estaban besándose! Y no, no era un beso como el de momentos antes¡este era un beso de verdad!
Ron se puso rojo hasta las orejas, y más aún cuando vio que Hermione se aproximaba a mirar. Intentó tapar la esfera como pudo, pero era demasiado tarde…
¡Soy yo! – gritó Hermione muy feliz - ¡me están dando el Premio Anual!
Ron la miró confundido y luego de nuevo al interior de la esfera, él seguía viendo lo mismo, Hermione y él abrazados en actitud más que cariñosa. El pelirrojo miraba la escena con los ojos muy abiertos preguntándose cómo habría aprendido a hacer aquello con la lengua, aunque le agradaba ver la manera en que Hermione le acariciaba el cabello. Ron no podía sentirse más desconcertado de pensar que aquella bola de cristal enorme le estaba mostrando el futuro "Es absurdo – pensó – seguro que hay una buena explicación para esto"
¡Ron!
El grito de Hermione le devolvió a la realidad
¿Q.. qué?
¡Mira¡Son Runas Antiguas!
En el centro del círculo, tallado en la piedra del suelo había unos caracteres que Ron no entendía pero le resultaban familiares, Hermione estaba agachada junto a ellos y comenzó a leer en voz alta
Las caprichosas Perlas de la Verdad pueden ser amigas, pero también destructivas para aquel que no sepa leer bien sus designios. Te mostrarán, si lo deseas, lo que fue, lo que es y lo que será; lo que más deseas y lo que más temes. Solo aquel que conoce hasta los más recónditos escondrijos de su alma extraerá toda la sabiduría de las Perlas de Mithradar, pero cuidado, porque son traicioneras con los corazones inseguros a los que no les cuesta engañar y ofuscar con promesas de grandezas y riquezas.
Cuando Hermione terminó de leer Ron estaba más confundido aún si cabía. Hermione, sin embargo sonreía ampliamente, probablemente estaba orgullosa de haber sacado utilidad por fin a 3 años de estudios de Runas Antiguas.
Así que eso que vi antes podía ser…. ¡el futuro! Aunque… también podía ser lo que más deseo. ¿tú qué viste? Así saldremos de dudas
Yo…. no me fijé, pero vamos, que también podía ser una de esas bromistas, que te enseñan cosas que no tienen por que ser verdad
¿Insinúas que no conseguiré el Premio Anual?
¡No! no quería decir eso …. emmm… veamos qué hay en las otras¿vale? – dijo queriendo cambiar de tema rápidamente
Ron se aproximó a otra que tras unos instantes le mostró el día en el que había ganado la Copa de Quidditch… si, aquel debió ser el día más feliz de su vida. Se quedó un rato deleitándose con la visión de todos sus compañeros gritando su nombre a su alrededor.
Mientras, Hermione se aproximó a otra. Inmediatamente supo que esta esfera le mostraba el pasado, un pasado muy reciente, en el que Ron y ella habían estado sobre la plataforma giratoria temiendo por sus vidas. Vio a Ron aproximarse a ella, la agarraba por la cintura con un brazo, en la otra llevaba la varita, luego se inclinaba hacia ella y le daba un beso tan suave que apenas si rozaba sus labios, a Hermione le recorrió un escalofrío por la espalda a la vez que, inconscientemente, se llevaba una mano a los labios. La Hermione de la esfera había cerrado los ojos ante el contacto del chico y, descubrió horrorizada, cómo su gesto justo después no era, como ella había pensado, de confusión, sino que miraba a Ron anhelante, y sus labios entreabiertos parecían pedir más, "¡Merlín¿qué habrá pensado de mi?" Justo después vio cómo Ron hacía un movimiento de varita y ella caía desmayada, el pelirrojo la tomaba entre sus brazos y luego la sentaba en el suelo cubriéndola con su propio cuerpo a modo de protección. Hermione ya no miró más, había girado la cabeza hacia su amigo que observaba sonriente una de las esferas, los ojos se le habían llenado de lágrimas al ver lo que había hecho Ron por salvarla y pensar en lo injusta que había sido luego con él. Se secó las lágrimas rápidamente para que Ron no las viera y se dirigió hacia donde él estaba.
Ron acababa de moverse hacia una esfera hacia la derecha y miraba con el ceño fruncido. Cuando Hermione miró al interior casi se desmaya.
En el interior de la esfera, una serie de figuras, muy familiares se movían con agitación, eran Harry, Ron y ella, pero había más figuras allí, también tristemente familiares. Llevaban largas túnicas negras y capuchas tapándoles la cara. Media docena de estas figuras les apuntaban con la varita. Hermione se llevó ambas manos a la boca para ahogar un grito cuando vio cómo sus dos amigos se habían interpuesto entre ella y los mortifagos y un momento después, éstos últimos les lanzaban varios rayos color verde brillante que impactaban en su pecho, instantes después sus cuerpos caían inertes sobre la tierra. Lo último que vio Hermione antes de que sus ojos se inundaran totalmente de lágrimas y le nublaran la visión, fue a ella misma, en la esfera, agachada gritando y llorando sobre los cuerpos sin vida de sus dos mejores amigos.
Hermione temblaba de pies a cabeza y pronto notó que sus rodillas no la sostenían. Se le doblaron y cayó al suelo, no se hizo daño, pues Ron la había cogido y detenido en su caída.
¿Estás bien? – preguntó el pelirrojo mirándola con preocupación
Hermione sollozaba de rodillas en el suelo con las manos en la cara y sin poder parar de temblar ¿sería acaso el futuro lo que le acababa de mostrar aquella diabólica bola de cristal¿el terrible final que les aguardaba? muerto Harry, toda esperanza de salvación para el mundo que conocían moría también ¿acaso sería así cómo sucedería?
Ron aguardó a su lado pacientemente durante unos minutos más, hasta que Hermione se calmó lo suficiente para poder hablar.
Volvió hacia él sus ojos llorosos
Una vez me dijiste que darías tu vida por mi – comenzó en un susurro apenas audible
Ron afirmó lentamente con la cabeza, su semblante muy serio
Pues no se te ocurra hacerlo – dijo con la voz quebrada sin poder evitar llevarse las manos a la cara de nuevo y llorar con más ganas.
Hermione ¿qué has visto? – preguntó con calma él, luego sacó un pañuelo doblado del bolsillo y se lo tendió.
Ella tardó unos instantes en contestar, mientras se sonaba la nariz y se secaba las lágrimas
Os.. os vi a vosotros, había… había mortifagos, muchos. Ellos…. os apuntaban con la varita.. y luego… y luego… - no pudo seguir hablando, un nudo en la garganta se lo impedía.
Luego moríamos ¿no? – dijo Ron en un tono que a Hermione se le antojó de excesiva calma.
Ella asintió en silencio
No te preocupes, Hermione, lo que has visto no es cierto – dijo con seguridad
Hermione lo miró esperanzada, una llamita se había encendido en su pecho
¿Cómo.. cómo lo sabes? – susurró
Sencillamente, porque mirando la misma esfera yo te he visto morir a ti a causa de… - su mirada se ensombreció - .. es igual. El caso es que es imposible que sea cierto. Una de dos, o yo te veo morir, o tu me ves morir ¿no crees?.
Tienes razón
La lógica de su amigo era irrefutable.
Hermione le sonrió aún algo compungida. Ron le devolvió la sonrisa.
Hermione había dejado de llorar y pensaba en lo que había visto en la esfera: sus amigos habían dado su vida por salvarla…, era lo último que hubiera deseado nunca, no se le ocurría nada peor que aquello… seguir viviendo, sola, sin ellos, y sintiendo la culpa de haber sido la razón por la cuál ellos estaban muertos. Ciertamente aquello era lo que más le aterraba en la vida, por que además, los sabía perfectamente capaces de hacerlo, por eso le daba tanto miedo. ¡ Ahí estaba la explicación! Ron le había dicho que él la había visto morir a ella ¡era lo mismo! La esfera les había mostrado su mayor temor, ahora no cabía duda.
Miró a Ron que parecía enfrascado en una lucha interna, parpadeaba sin parar y estaba visiblemente nervioso. Ambos se habían sentado en el suelo.
Un gran desasosiego invadió entonces a Hermione. ¿Qué era aquel sentimiento¿Era culpabilidad? Entonces lo supo. Ron y ella estaban peleados, llevaban enfadados más de dos semanas. Casi lo había olvidado ¿por qué había empezado? Hermione se sorprendió de necesitar varios segundos para recordarlo… ¡había sido por aquella estúpida historia con Penélope!. Se habían dicho cosas horribles, cosas que, en aquel momento le parecían nimiedades comparadas con lo que acababa de ver en aquella bola de cristal, tonterías de adolescentes, para las cuales ellos, y más especialmente Harry, nunca habían tenido tiempo.
Hermione tenía la certeza de que la amistad que había entre ellos estaba muy por encima de aquella sarta de bobadas que se habían soltado el uno al otro aquel día. Le parecía increíble no haber sido consciente de ello hasta esa noche. Era como si, por primera vez desde hacía dos semanas, fuera capaz de pensar con claridad. ¡Debía arreglar aquello ahora mismo, en ese preciso momento!
Hermione abrió la boca…
Hermione… - dijo Ron con voz ronca mirándole fijamente a los ojos – tienes que perdonarme
¿Por qué?
Pues… por todo… por todo lo que te dije aquel día, ya sabes… - Ron bajó la cabeza – cuando discutimos
¡Oh! – Hermione también la bajó. Dolía hablar de aquello.
¡Fui un completo imbécil! Estaba muy alterado y enfadado, pero aún así, no tiene justificación mi comportamiento.
Tampoco el mío la tiene – dijo Hermione de repente
Ron levantó la vista hacia ella sorprendido
No pretendas quedarte con todo el mérito de lo que pasó – continuó ella esbozando una tímida sonrisa
Ron la miraba sin decir nada
Yo también te dije cosas terribles y… - Hermione cogió a Ron fuertemente del brazo - ¡Oh Ron! No sabes lo que siento haberte pegado
¡Ah! Eso… no te preocupes, me lo merecía
¡No! no debí hacerlo, no hay día en que no me arrepienta de aquello.
¿En serio? Preguntó él en un susurro
Hermione asintió en silencio mirándole con ojos brillantes
Entonces… - dijo él tras unos instantes de emotivo silencio - ¿olvidaremos estas dos semanas¿querrás volver a ser mi mejor amiga? – dijo entusiasmado. Luego hizo una pausa para luego continuar en tono más serio - ¿Me perdonas?
Hermione observó los anhelantes ojos del muchacho, con una mirada tan intensa que sintió que la atravesaba.
Luego habló…
Sólo si me perdonas tú a mi…
Ron no pudo evitar dibujar una amplia sonrisa en sus labios
Pues claro – susurró él compungido
Ambos se miraron a los ojos embargados por la emoción.
Ron sentía que debía hacer algo que sellara por completo su reconciliación, pero no sabía qué. Hermione resolvió sus dudas.
Ron, ya sé que no va mucho contigo, pero… ¿podrías abrazarme?
¡Oh¡ si…
Ron la rodeó con los brazos y la estrechó con fuerza. Cerró los ojos y sintió un enorme bienestar que recorría su cuerpo. En ese momento entendió lo que significaba un abrazo. Se trataba de intentar trasmitir a la otra persona, mediante el contacto, todo lo que se sentía en ese momento. Él nunca lo había entendido, por eso se encontraba incómodo al recibirlos, siempre deseaba que acabaran pronto, sin embargo ahora sentía que podría estar así, abrazado a Hermione, para siempre.
Cuando se separaron Hermione tenía los ojos húmedos pero sonreía ampliamente. Ron se dio cuenta de que él también lo hacía.
Bueno – dijo alegremente levantándose del suelo y ayudando a Hermione a hacerlo también - ¿qué te parece si les echamos un vistazo al resto de las esferas?
Hermione sintió infinito bienestar al tomar la mano que Ron le ofrecía para levantarse y darse cuenta de que la presión que había oprimido su pecho durante casi quince días había desaparecido.
Pasearon junto a las esferas buscando alguna que aún no hubieran observado.
Ron se detuvo junto a una pensando que tenía que enseñar ese lugar a Harry. Inmediatamente, el familiar rostro de su mejor amigo se visualizó en la esfera.
¡Es Harry!
El chico de pelo azabache dormía placidamente en su cama adoselada
Pues yo te veo a ti – dijo Hermione acercándose por detrás – es como si una videocámara te estuviera enfocando de frente – concluyó divertida
¿Una qué?
Olvídalo – y tras un momento de pausa añadió – espero que no estés pensando en enseñar a Harry todo lo que hemos visto hoy.
Ron la miró estupefacto "¿acaso me lee el pensamiento?" y se le vino a la mente la profesora Trelawney. Inmediatamente después el rostro de su profesora de Adivinación sustituyó al de Harry en la esfera, también dormía. Luego miró a Hermione, que lo observaba con los brazos cruzados y los labios fruncidos. Era inevitable, siempre que la veía así le recordaba a…..
……….. en la superficie de la esfera se vislumbraban ahora con claridad los rasgos de su profesora de Transformaciones, que lucia un pintoresco gorro de dormir decorado con cuadros escoceses.
¡Ya lo tengo! – dijo de pronto sin poder reprimir una carcajada - ¡Vemos a aquel en el que estamos pensando!
Hermione se asombró mucho, y tras unos instantes cavilando, se volvió a la esfera pensando en las personas que más echaba de menos: sus padres.
Ron pensó que sería buena idea dejar a Hermione sola por un rato y paseó por la habitación oteando nuevas esferas.
Tras unos minutos Hermione ya se había movido hacia otra esfera cuando Ron vio algo que le llamó la atención. Cuando se acercó a mirarlo mejor no pudo evitar estallar en carcajadas.
¡Creo que he encontrado una de esas bolas bromistas! – dijo – somos Malfoy y yo, y…¡no te lo pierdas! parecemos muy amigos….¡nos estamos dando un abrazo y todo! – concluyó entre risas
Pues espero que haya más de una de esas bolas bromistas – oyó decir a Hermione a unas cuatro esferas de él – porque sino me equivoco…. esta que hay aquí subida a una escoba y con la a túnica del equipo de Gryffindor soy yo
¿Tú¿jugando al Quidditch¡eso tengo que verlo! – dijo a la vez que se aproximaba. Cuando miró dentro no vio a Hermione por ningún lado, sin embargo supo al instante que si alguna tenía que ser la bola bromista, seguro que era aquella. Lo que vio fue a si mismo recibiendo el Premio Anual.
Cuando se lo dijo a Hermione ésta comenzó a reírse escandalosamente
Bueno, creo que es hora de que empecemos a buscar un camino de vuelta a la torre ¿no crees? – dijo enfurruñado en un intento de calmar las risas de su amiga
Si, tienes razón – concedió ella aún sonriendo – debe ser tardísimo
Tras unos minutos explorando la habitación encontraron un par de puertas de madera no muy grandes, una con bastante mal aspecto, parecía que hacia mucho tiempo que no la usaba nadie, la otra tenía mucho mejor aspecto, probaron primero con esa pero no abrió ni con el hechizo Alohomora, sin embargo la otra no ofreció resistencia.
