Gracias a todas! aqui está lo siguiente, disfrutadlo
15. HERMIONE ABRE LOS OJOS
Salieron a un pasillo iluminado con antorchas por detrás de una estatua detrás de la cuál nunca se habrían imaginado que había una puerta. A Ron le era muy familiar, cosa que lo tranquilizó, por fin se acabarían las aventuras por esa noche.
Ya sé donde estamos – dijo Hermione resuelta – pero debemos tener cuidado de que no nos encuentre Filch, ni siquiera los prefectos pueden a andar por los pasillos a estas horas.
No habían caminado aún ni veinte pasos cuando Ron oyó algo…
Vamos preciosa, estoy seguro de que Peeves anda cerca, he oído ruidos por esta planta, esta vez no se me escapará
Ron y Hermione se miraron aterrorizados al ver la tétrica sombra de Filch subiendo por la escalera.
Hermione se quedó paralizada, sin poder mover un músculo. Entonces Ron la tomó de un brazo rápidamente y la empujó detrás de una columna cuadrangular que sobresalía de la pared. Soltó un leve gemido al dar su espalda en la dura roca y Ron le tapó la boca con una mirada muy significativa apretándose contra ella pues la anchura de la columna apenas alcanzaba para ocultarlos a los dos.
El corazón y la respiración de Hermione se aceleraron al oír hablar al conserje
¿Has oído eso querida¿era una risa¡Peeves, sal de ahí!
Hermione sabía que Filch estaba a dos metros escasos de la columna porque podía ver su sombra, inquieta a causa de las vacilantes llamas de las antorchas. No se atrevía a mover un músculo, sin embargo comenzó a marearse ya que Ron además de la boca, sin querer le tapaba también parcialmente las fosas nasales, de tal forma que entraba menos aire del que le demandaba el cuerpo en ese momento. Filch se había parado y estaba husmeando alrededor. Todo se volvió confuso para ella, y el tiempo parecía haberse detenido, todo sucedía a cámara lenta. Oía los latidos del corazón de Ron casi tan fuertes como los suyos propios puesto que tenia su cabeza acorralada entre su pecho y la pared, sentía su respiración agitada, tenía todo su cuerpo en tensión, Hermione vio de reojo el otro brazo de su amigo apoyado contra la pared junto a su cabeza, se notaba cada fibra de sus músculos contraída. De pronto Hermione fue súbitamente consciente del total contacto de sus cuerpos, notó el torso de Ron, los músculos de su abdomen, sus brazos fuertes e inmediatamente sintió un calor intenso y agobiante que recorría todo su cuerpo, y sus latidos y respiración se aceleraron aún más si cabía "¿qué me está pasando?". Todo le daba vueltas y notaba que le caía sudor por el cuello, no se atrevía a moverse.
Afortunadamente, Ron no parecía darse cuenta de su turbación, estaba muy concentrado en percibir cualquier movimiento de Filch.
En fin, parece otra falsa alarma pequeña, vayámonos a dormir, ya verás como muy pronto pillaremos a ese Poltergeist gamberro – oyeron la voz rasgada del conserje mientras se alejaba muy despacio junto a la Sra. Norris.
Ron soltó un ligerísimo suspiro, pero no se movieron, aún podían ser vistos.
Hermione levantó lentamente la vista pasando por los hombros de Ron, cuyos trapecios se le antojaron perfectos, luego le miró a los ojos, tenían una expresión seria que hipnotizaba a Hermione, sentía el cerebro como nublado y las luces a su alrededor emitían un destello cegador.
Mantuvieron una mirada intensa, luego Ron aflojó un poco la presión sobre su cuerpo y apartó lentamente su mano de la boca de la chica, una bocanada de aire fresco penetró en sus pulmones, aclarándole un poco la visión, sin embargo su pulso continuaba acelerado y no podía apartar sus ojos de el pelirrojo.
Ron no se podía creer su mala suerte. Hacia un momento que pensaba que todo había terminado por esa noche, y sin embargo, en ese momento se encontraba escondido tras una columna sin atreverse ni a respirar con Filch a escasos metros de él. Si al menos Hermione no hubiera hecho tanto ruido…, le había tapado la boca para evitar futuros descuidos. Bueno, parecía que ya se alejaba, afortunadamente solo buscaba a Peeves. Ron lanzó un suspiro. Y entonces, miró a Hermione estaba muy alterada, se había puesto muy roja y respiraba muy fuerte. Su rostro brillaba por el sudor. Pero lo que más llamó la atención al pelirrojo fue la mirada de la chica. Tuvo que reprimir una exclamación cuando vio sus ojos, parecían una hoguera encendida, se hubiese podido prender fuego con aquella mirada. Ron no sabía a qué se debía, solo sabía que estaba más cerca de Hermione de lo que era políticamente correcto y que una sensación de sofocante calor se estaba extendiendo por su cuerpo a gran velocidad, sería mejor separarse un poco de la chica por lo que pudiera pasar.
¿Por qué le estaba mirando así? Ron separó su mano de la boca de Hermione al darse cuenta de que no la dejaba respirar, lo cual dejó al descubierto sus labios de un color rojo intenso.
Ron sentía aún la adrenalina recorriendo sus venas y toda la situación tenía cierto matiz surrealista, no era consciente de sus actos. Entonces recordó las palabras de su madre ese verano: "Este chico está en una edad muy mala". Claro, todo eso formaba parte de esa mierda de hacerse mayor. "Será mejor que me relaje. No tiene mayor importancia. Acaba con esto antes de que empiece a ser bochornoso".
Justo cuando Ron se estaba separando de Hermione vio algo que le cortó la respiración.
Un globo de agua, aumentado de forma mágica probablemente, se acercaba por el aire hacia donde ellos estaban.
¡Cuidado! – dijo Ron y se apartó. Sin embargo a Hermione no le dio tiempo y le dio de lleno en la cabeza empapándola completamente.
¡ESTUDIANTES¡¡ESTUDIANTES! – gritaba Peeves como un desesperado
¡Mierda! – dijo Ron. Y cogiendo de un brazo a Hermione , que parecía en estado de Shock, echó a correr por el pasillo.
Ya sabía perfectamente donde estaban, y sabía exactamente donde debía ir. No tardó en oír las pisadas de Filch que subía las escaleras a toda velocidad. Mientras, Peeves los perseguía tirándoles más globos de agua y gritando de tal modo que Ron estaba seguro de que despertaría a todo el colegio.
Casi se desmaya de alegría cuando vio tan solo unos metros más allá lo que iba buscando: la puerta de la Sala de Menesteres.
Ron abrió la puerta, empujó a Hermione dentro y cerró tras ellos confiando en que la sala les ayudaría como les había pasado a Fred y George una vez.
Ron y Hermione jadeaban apoyados contra la puerta. La habitación estaba completamente a oscuras. Ron supuso que estarían metidos en un armario para las escobas igual que les había pasado a Fred y George. Pero de pronto comenzaron a encenderse pequeñas lucecillas por aquí y por allá, así, hasta que fueron varias decenas. Ron incrédulo avanzó unos pasos aún en penumbra, y de repente, un fogonazo le sobresaltó…., una chimenea acababa de encenderse justo enfrente iluminando tenuemente la habitación.
Lo que vio le sorprendió: la sala de Menesteres tenía ahora las dimensiones de un dormitorio pequeño, una única y enorme cama se hallaba en el centro del mismo. Tenía tamaño de matrimonio y de los cuatro altos palos, ornamentados con motivos florales, que salían de cada esquina, caía un velo de la que parecía la más suave seda blanca que Ron hubiera visto nunca. A través de ésta se distinguían las sábanas, hechas de raso también blancas como la nieve. Era, en definitiva, una cama de ensueño.
A escaso metro y medio de ella, la hoguera fulguraba en una enorme chimenea de mármol blanco con enredaderas talladas en sus laterales. Al pie de ésta, había una alfombra de pelo marrón con aspecto de ser muy suave y cómoda.
Ron reparó entonces en las lucecillas que había visto en un principio. Eran las llamitas de pequeñas velas que poblaban el dormitorio, había en las mesillas que había a ambos lados de la cama, en la repisa de la chimenea, sobre un mueble que había justo enfrente de la cama, incluso por el suelo. Enseguida Ron notó que de estas velas emanaban aromas exóticos y dulzones que le envolvían y mareaban. Esa habitación era exageradamente confortable y acogedora.
Ron cayó en la cuenta de pronto… ¡Merlín! El lugar no podía ser más….¡Romántico!
Sus dudas se disiparon por completo al ver en una de las mesillas junto a la cama una bandeja de plata con frutas como cerezas, fresas o guindas.
Se suponía que la Sala de Menesteres les proveía de lo que necesitaban en cada momento, y… ¿qué necesitaba él¿una cama? Mis hormonas han ido demasiado lejos - pensó
Ron se giró rápidamente hacia Hermione, la habitación no dejaba lugar a dudas y ella no era tonta
- Esto…. Ummm, es que tengo mucho sueñ…. – comenzó nervioso mientras bostezaba exageradamente antes de darse cuenta de que Hermione estaba temblando de pies a cabeza. Había olvidado que Peeves la había empapado completamente hacia un momento.
- Ven – dijo a la vez que la guiaba hasta la chimenea y la hacía sentarse cerca para que entrara en calor.
Hermione se sentía totalmente desorientada. No era muy consciente de lo que había pasado en los últimos minutos.
Primero ese calor… luego, sin previo aviso, el estallido y el agua fría como el hielo, luego Ron la había agarrado y habían salido corriendo, ella le había seguido sin preguntar nada, y ahora estaban en esa habitación con ese aroma… y esa luz… ¿Eran cosas suyas o todo parecía listo para que entre ellos pasara algo¿lo habría preparado Ron? Aunque le pareció improbable la idea no le escandalizó en absoluto, ella sabía lo que había sentido momentos antes. Irónicamente, en aquellos momentos en los que su mente parecía estar más ofuscada le parecía ver con más claridad en su interior.
- Mira lo que he encontrado – oyó decir a Ron detrás de ella.
Un segundo después Ron se arrodillaba detrás de ella y le pasaba una manta suave como terciopelo por los hombros y la envolvía con ella.
Mientras Ron le frotaba los hombros para que entrara en calor, Hermione decidió que iba a dejar de mentirse a si misma, y en ese momento comenzaron a fluir sentimientos que había tenido retenidos dentro, era como si una gran presa dentro de ella se hubiera abierto.
Entonces lo comprendió todo.
Comprendió porque se ponía de mal humor cada vez que Ron miraba a Fleur Delacour o Aliena embobado, o cada vez que hablaba con Luna y sonreía. Comprendió porque discutía tanto con él y nada con Harry. Y comprendió porque le dolía estar lejos de él cuando peleaban.
Giró la cabeza hacia Ron, él la miró y sonrió.
Hermione pensó que se le pararía el corazón de la sacudida que le dio.
Hermione se dio cuenta de que le gustaba todo de él, sus pecas, sus ojos, su sonrisa, su forma de hacerla reír siempre y las excusas que le daba para no estudiar, le gustaba su cara de concentración cuando jugaba al ajedrez, y la cara que ponía cuando algo en la clase de Transformaciones se transformaba en un sapo en vez de en una lagartija. Incluso le encantaba su forma de estar hambriento continuamente. Pero sobretodo le encantaba cuando la defendía de Malfoy o la protegía de cualquier cosa, aunque fuera contra sus principios.
Hermione apoyó su cabeza sobre el hombro del chico que la rodeaba con sus brazos sujetando la manta y pensó que no se podía pedir más.
Poco a poco se fue quedando dormida, mezclando sueños y realidad, ambos con Ron abrazándola.
Ron notó que la respiración de Hermione se había vuelto lenta y acompasada. Se había dormido. No la culpaba ¡menuda nochecita!
Decidió que sería mejor pasar allí la noche, no valía la pena arriesgarse, mañana ya se preocuparían de cómo volver a la Sala Común sin ser vistos.
Cogió a Hermione en brazos y le llevó a la cama. La metió entre las sábanas y luego él se tumbó al lado por encima de ellas.
- Buenas noches Hermione – dijo antes de volverse para caer dormido pocos segundos después con el tranquilo crepitar de las llamas de fondo
Hermione y Ron se encontraban solos en la Sala Común de Gryffindor. La chica no sabía por qué, pero una nueva discusión había estallado entre ellos. No quería discutir ¡no quería! Pero no podía pararlo
- ¡Esto no puede seguir así Ron¡Estoy harta!
- Hermione, no es para tanto, solo ignórales
- Pero, Ron¿no te importa¿no ves que todo el mundo cree que estamos juntos? Nos señalan por los pasillos y murmuran
- Pues pasa de ellos ¿qué más da lo que piensen?
- Si el problema no es lo que piensen… ¡sino que no es cierto!
Entonces Ron hizo algo impensable
- En ese caso…. hagámoslo cierto… - susurró mientras se acercaba a ella que se había quedado helada al oírle
La atrajo hacia si y con una resolución impensable en él la cogió por la cintura con una mano y la otra la colocó en su mejilla acercándola a su cara. Hermione no cabía en si de felicidad y de nerviosismo.
Apenas si quedaba espacio entre sus bocas cuando…
- ¡Ronald! – una alegre voz femenina lo llamó
El chico giró la cabeza rápidamente para ver quien lo llamaba. Era Luna Lovegood. Bajaba por las escaleras de los dormitorios de las chicas.
Ron se separó de Hermione y olvidándose de ella fue hasta las escaleras. Luna bajó y se echó en los brazos del pelirrojo que la recibieron con naturalidad, y ante la incrédula mirada de Hermione le besó sin ningún miramiento.
Hermione se sintió caer por un precipicio
- ¡Nooooooooooo!
De pronto se despertó en la cama de las sábanas blancas. No debía haber dormido muchas horas, serían alrededor de las 6 de la mañana.
Miró a su derecha. Ron dormía todavía. La tranquilizó verlo allí.
- Solo ha sido un sueño – dijo para si sonriendo.
Hermione se quedó un rato mirándole, roncaba de una forma tan graciosa….¡No¿qué le estaba pasando? Nadie es gracioso cuando ronca…. Tenía que sacarse aquello de la cabeza. No le podía gusta Ron¡era su mejor amigo! Él se partiría de risa en su cara si se enterara.
Seguramente, se dijo, sería algo temporal. Estar siempre juntos y las cosas que habían pasado entre ellos últimamente la habrían confundido. Si, seguro que era eso. 1, 2, 3….. ¡puff¡Ron Weasley fuera de mi mente! De repente toda la claridad que le había parecido tener la noche anterior, ahora era pura paranoia. ¡Ahora! era cuando estaba pensando con claridad. Ahora era cuando estaba pensando racionalmente.
Hermione decidió despertarle. Con un poco de suerte llegarían a sus dormitorios antes de que se hubieran levantado los demás.
Tardó como diez minutos en conseguir que Ron se levantara de la cama y para cuando se hubo situado y espabilado lo suficiente como para salir de allí habían pasado otros quince.
Sabían bien lo que era volver a escondidas de allí, así que no tuvieron problemas para llegar, no obstante, no había nadie por los pasillos, supusieron que hasta Filch dormía en algún momento.
Hermione no se lo podía creer cuando por fin pasaron a través del retrato de la Dama Gorda, a la cual no le hizo mucha gracia que la despertaran a esas horas.
Hogar, dulce hogar – dijo Ron suspirando de alivio al verse de nuevo en la Sala Común.
Si – coincidió Hermione dirigiéndose a las escaleras que subían a su dormitorio, donde se detuvo.
Ron también se detuvo antes de subir.
Vaya noche ¿verdad? – dijo Ron un poco cohibido.
Hermione asintió y se obligó a mirar al suelo ya que Ron se había metido las manos en los bolsillos y tanto aquel como otros gestos tales como el de pasarse la mano por el pelo, la forma en que ladeaba la cabeza o esa media sonrisa que ponía cuando estaba algo avergonzado, hacían que se derritiera. Todos y cada uno de sus gestos se habían vuelto irresistibles para ella.
Bueno… me voy a dormir. Hasta mañana, o…. hasta… dentro de un rato ¿no? Jeje – dijo demasiado deprisa.
Ron asintió sin moverse
Ella se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras rápidamente ¿hasta dentro de un rato? Pero ¿qué pasa Hermione¿te has vuelto gilipollas de repente? O también podías haber elegido una risa más tonta
Hermione – la llamó Ron desde abajo
Ella se paró en seco, algo temerosa, luego muy despacio se dio la vuelta
¿Qué? – preguntó
Pues que…. nada, que…….. esta noche no ha sido tan terrible al fin y al cabo si he conseguido que me vuelvas a hablar
Hermione no pudo evitar sonreír compungida y una lágrima amenazaba con escaparse de sus ojos en cualquier momento, así que decidió salir de ahí.
Buenas noches – dijo por decir algo mientras se daba la vuelta, ya que la Sala Común estaba totalmente iluminada por los rayos del alba que se colaban por las ventanas
si por lo menos fuera un poco menos encantador - pensó mientras subía las escaleras a toda velocidad
Adiós – oyó decir al pelirrojo a sus espaldas
Se metió en su cuarto sigilosamente, aunque no hacía falta ya que Lavender y Parvati estaban en el dormitorio de las de séptimo por la fiesta de pijamas que habían organizado.
Tanto mejor – pensó Hermione mientras se echaba sobre su cama aún vestida y rememoraba todo lo ocurrido aquella noche.
Diez minutos después ya había decidido sin lugar a discusión que el tema de Ron estaba finiquitado, tenía que olvidarle y seguir adelante como los amigos que habían sido siempre. Punto y final a ese tema.
