Hola! siento muchisimo la tardanza, este cuatrimestre he estado muy ocupada y queria hacer un capítulo hasta cierto sitio, pero se está alargando mucho, asique os pongo un trozo, supongo que muy pronto podré poner el siguiente porque solo me falta acabar una cosa. Gracias por esperar y por vuestro interés, podeis agradecerle que tomara esta drastica decisión a neriweasley. Ah! y que quede muy claro por si no lo he dicho nunca: NO PIENSO DEJAR ESTE FANFIC NUNCA, ASIQUE NO DUDEIS, A LO MEJOR TARDE EL CAPITULO PERO LLEGARÁ.

20. QUIDDITCH

Al día siguiente el nerviosismo era palpable en cada esquina del castillo. Sólo se hablaba del partido que tendría lugar al día siguiente. Máxima rivalidad: Gryffindor vs Slytherin. Los integrantes de cada equipo eran objeto de las muestras de ánimo de los de su casa (en el caso de Gryffindor, también de Ravenclaw y Hufflepuff) y el intensivo acoso de los miembros de la casa rival.
Aunque ya hacía un año que Ron era el guardián de los aros de Gryffindor no acababa de acostumbrarse a las continuas amenazas y burlas de los Slytherins, y pasaba el menor tiempo posible en lugares públicos como el Gran Comedor y la biblioteca, aunque era inevitable el encuentro en los pasillos y en las propias clases.
Ron no podía evitar que le afectasen su comentarios a pesar de que nunca se había sentido más confiado antes de un partido.
Su última intervención, el año anterior frente a Ravenclaw, había sido un éxito y la consecución de la Copa de Quidditch había sido lograda principalmente gracias a su estelar actuación ante los aros, y sin embargo, aquella había sido la única vez en todo el año en la que las cosas le habían salido a derechas ¿y si aquel último partido había sido una excepción¿y si sólo fue un golpe de suerte¿y si su intervención volvía a ser tan patética como lo habían sido sus dos primeras?
Al comentarle sus temores a Harry esa mañana en el invernadero éste había reaccionado como lo haría un buen amigo
- No digas tonterías, lo harás bien. Eres el mejor guardián que hay ahora mismo en Hogwarts.
- Lo dices sólo por animarme – había contestado él lúgubremente
- Eso no es verdad, soy el capitán del equipo ¿recuerdas? te he visto entrenar
Hermione que les había estado escuchando intervino…
- Estate tranquilo Ron, ya verás como lo vas a hacer genial. No me cabe la más mínima duda – dijo sonriéndole calidamente
Ron no sabía si esta fe ciega de sus amigos en sus capacidades lo animaba o incrementaba un poco más su miedo al fracaso.
Pero en esto no era lo que torturaba a Ron mientras bajaba las escaleras en dirección a la mazmorra de Snape con Hermione a su lado susurrando sin parar "ignórales, ignórales" ante los malintencionados comentarios de los Slytherins que se cruzaban en su camino, sino que pensaba con angustia en su primer encuentro con Malfoy antes del partido. Seguro que habría preparado sus peores insultos y amenazas para la ocasión. Ron se mentalizaba según se iban acercando a la puerta de la mazmorra. No quería perder el control y echarle una maldición a Malfoy en las narices mismas de Snape para así darle la ocasión de castigarle y no permitirle jugar el partido, o peor, ser expulsado del equipo como le había pasado a Harry el año anterior.

Sin embargo su sorpresa no pudo ser mayor cuando al entrar en la clase se encontraron con un Malfoy sentado en su pupitre habitual pero sin la acostumbrada compañía de Crabbe y Goyle, ni siquiera de Pansy Parkinson; estaba SOLO. De hecho los demás Slytherins se habían repartido por distintos pupitres del aula por detrás suyo aparentemente ignorando su presencia.
Malfoy con la cabeza gacha fingía leer su libro de "Pociones Avanzadas: Sexto curso". Cuando el grupo de Gryffindor irrumpió ruidosamente en el aula Ron pudo verle sumergirse un poco más en su libro sin atreverse a girarse para mirarles, sus labios apretados en una fina línea, su rostro tornándose ligeramente rosa.
Y entonces Ron lo recordó. Recordó las palabras de Luna la noche del baile de Halloween Vaticino que tu liderazgo en la casa Slytherin tiene los días contados, muy pronto habrá disidentes en tus filas
¿Era eso¿Los Slytherins estaban dando de lado a Draco Malfoy sólo por haber ido con Hermione al baile?
Aunque Ron sabía que sus dos amigos también se habían dado cuenta de aquello, ninguno comentó nada. Era una situación extraña, a pesar de odiar a Malfoy con toda su alma ninguno de ellos podía evitar, en aquel momento, sentir lástima por él.

Aquella noche previa al partido Ron durmió muy poco, y cuando lo hacía, lo abordaban terribles pesadillas que incluían Quaffles locas que se escapaban de su alcance o aros de diámetro diez veces mayor al normal imposibles de cubrir.

Por la mañana Harry, Dean y él se despertaron más temprano de lo habitual. Ron miró por la ventana, el día era nublado aunque sin aspecto de ir a llover, esto lo animó un poco aunque el encuentro no sería hasta las cinco, después de las clases de la tarde.
Si les fue difícil tomar algo a la hora del desayuno y atender a las clases de la mañana ya fue una misión imposible intentar tragar algo en el almuerzo.
Ron pensaba que estaba nervioso, sin embargo, al mirar a los componentes de su equipo para los cuales aquel era su primer partido, decidió que lo suyo no era nada.
Penélope, con la mirada fija al frente trataba infructuosamente de tomarse un plato de sopa usando para tal hazaña su tenedor, no parecía ser muy consciente de que no se estaba llevando nada a la boca.
Dennis Creevey entró en el comedor en tal estado de agitación y nerviosismo que Ron tenía la impresión de que alguna parte de su cuerpo se desencajaría en cualquier momento. Colin, a su lado fue el causante de un estallido de carcajadas en la mesa de Slytherin al salir corriendo para esconderse detrás de Harry tras cruzarse con un par de chicas de primer año de Slytherin con aspecto inofensivo a la entrada del comedor. Tal era el terror que había cogido el mayor de los Creevey a cualquiera con el escudo de Slytherin bordado en su túnica.
Dean Thomas, por su parte, había dedicado casi toda la mañana a intentar convencer a Parvati de lo romántico que sería escaparse juntos, precisamente ese día y casarse en secreto en algún sitio muy muy lejos de allí.
Las dos clases de la tarde pasaron como un extraño sueño para Ron a pesar de los continuos codazos que recibía de Hermione sentada a su lado
- No sé de quién habrá sido la brillante idea de poner el partido en medio de la semana, no habéis atendido ni a una sola clase… - refunfuñaba Hermione a la salida de su última clase de la tarde.

Los siete componentes del equipo de Gryffindor se dirigían hacia el campo desde los vestuarios completamente ataviados con sus ropas de Quidditch color rojo y oro. A medida que se acercaban al estadio el bullicio de cientos y cientos de voces se hacía más evidente.
Una voz familiar, aunque distinta a la habitual comenzó a nombrar a los componentes y salieron a la pista.
- …..Brown, Weasley, Weasley, Thomas…..y el capitán y buscador del equipo… ¡Harry Potter!
Una gran ovación les dio la bienvenida al campo, y Ron sintió la adrenalina corriendo por sus venas ante la visión de las gradas abarrotadas de gente gritando sus nombres y esperando ver un gran espectáculo.
Acto seguido la voz comenzó a nombrar a los integrantes del equipo de Slytherin. Esta vez Ron se giró hacia la grada del comentarista para averiguar quién era.
Casi se le cae la escoba de la impresión.
Allí, en lo más alto, sentada al lado mismo de la profesora McGonagall y con la voz amplificada mágicamente se hallaba… ¡Luna Lovegood!
Ron le dio un codazo a Harry y señaló con la cabeza hacia ella. La reacción de su amigo fue parecida a la suya, pero antes de que pudiera decir nada, la profesora Hooch llamaba a los capitanes para que se dieran las manos. Cuando Ron vio cual de los Slytherins se separaba del grupo para reunirse con Harry… Esta vez si se le cayó la escoba.
Los inconfundibles ojos grises de Draco Malfoy se clavaban en los verdes de Harry con genuino odio mientras agarraba su mano con fuerza. Luego giró sus ojos hacia Ron y una diabólica sonrisa se dibujó en su rostro. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal.
- ¡Todos a sus puestos! – gritó la profesora Hooch - Y ya sabéis… ¡quiero juego limpio!
Ron no pudo evitar una carcajada interna; Como si los Slytherins supieran lo que es eso.
La profesora dejó salir las dos Bludgers, la pequeña Snitch que desapareció rápidamente de la vista y, acto seguido, lanzó la Quaffle al aire.
Con un pitido de su silbato de plata dio por comenzado el partido.
Ron dio una patada al suelo y salió a toda velocidad hacia los aros que debía proteger.
Ginny había capturado la Quaffle y se dirigía hacia los aros contrarios. Ya que la acción estaba en el otro campo Ron se tomó la libertad de observar a Harry y Malfoy que daban vueltas por encima de sus cabezas en busca de la Snitch.
Ron no debía sentirse tan asombrado por el hecho de que Malfoy fuera capitán, al fin y al cabo llevaba ya cinco años en el equipo, y sin embargo le daba escalofríos pensar en las órdenes que daría a sus jugadores, especialmente a sus bateadores, en relación a cómo tratar a sus oponentes.
Por otro lado, le inquietaba el contraste entre el derrotado Malfoy que había visto el día anterior en la mazmorra de Snape y este Malfoy amenazante que había salido al campo. Esa mirada… no le había gustado nada. Algo planeaba el Slytherin; pero Ron estaría preparado.
Tras ser golpeado por una Bludger en el brazo, Dean había dejado caer la Quaffle y un cazador de Slytherin se dirigía ahora con velocidad y en solitario hacia los aros del pelirrojo.
- …un Slytherin del tamaño de un Troll se dirige hacia Ronald Weasley, el guardián de Gryffindor ¡Vamos Ronald, tú puedes pararlo¡Adelante! sabemos que…. ¡oh¡ah, si! me dice la profesora McGonagall que no debo mostrar favoritismo por ningún equipo, pero todos sabemos que los de Slytherin son los malos ¿verdad?...
Este comentario arrancó abucheos de las gradas de los Slytherin y vítores del resto de las casas.
En relación al partido, en este rato, Ron ya había parado la Quaffle, se la había pasado a Penélope y ésta a Ginny que, sorteando una Bludger y a dos cazadores de Slytherin, había marcado el primer tanto para Gryffindor.
El contraataque de los Slytherin fue fiero, los tres cazadores se dirigieron hacia los aros de Gryffindor con tan sólo Dean y Ginny para defender, puesto que una bludger había dejado a Penélope temporalmente fuera del juego.
Ron se movía entre los tres aros sin parar esperando a sus oponentes.
- … de nuevo los aros de Gryffindor en peligro. Pero, no temáis Gryffindors, Ronald Weasley está ahí. No sólo es un gran guardián, sino que tiene un sentido del humor extraordinario, recuerdo el otro día que me dijo… ¡ohhh! tras una astuta maniobra entre los tres cazadores, Slytherin anota. No te preocupes Ronald, le puede pasar a cualquiera. Además, le podemos perdonar un descuido a nuestro guapo guardián ¿verdad chicas?
Ron no sabía dónde meterse, estaba rojo de pies a cabeza por los comentarios de Luna. Y para colmo Malfoy pasó por encima de su cabeza en ese momento riéndose a carcajada limpia.
El pelirrojo deseaba que aquello acabara, sin embargo, más de 30 minutos de partido pasaron en el mismo tono: Luna Lovegood nombrando sus mil y un "encantos" delante de todo el mundo con cada intervención. Era sumamente humillante.
El marcador era ya de 110- 40 favorable a Gryffindor y no había muchos visos de ir a cambiar el rumbo del partido pues los cazadores de Gryffindor eran, con mucho, superiores a los de Slytherin.
Malfoy parecía haberse dado cuenta de esto ya que de repente abandonó la búsqueda de la dorada Snitch y se acercó hasta los aros del pelirrojo.

- ¡Eh, Weasley¿qué se siente al impresionar a una chica por una vez en tu vida? – dijo Malfoy volando en círculos por encima de su cabeza.
Ron sabía perfectamente lo que se proponía el Slytherin, quería picarle para hacerle perder los estribos y así ganar el partido. Pero Ron estaba preparado y no se dejaría provocar.
- ¡Que lástima que sea Lunática Lovegood!
Ron ni siquiera le miró al contestarle
- Malfoy¿por qué no te dedicas a lo tuyo que es buscar la Snitch¿o es que ya has abandonado porque sabes que nunca ganarás a Harry?
Malfoy solo sonrió y continuó como si no le hubiera oído
- Así que el día del baile lo pasaste bien con Lunática ¿eh?
Ron siguió sin mirarle, contento consigo mismo ante el autocontrol que estaba ejerciendo.
- No creo que tan bien como yo con la "sangre sucia"
El cuerpo de Ron se tensó y paró la escoba en seco. Tranquilo Ron, solo quiere hacerte enfadar.
-… pero bueno, supongo que ya lo sabrás, sois tan amigos…
Esta vez Ron si giró la cabeza hacia el rubio
- Malfoy, ni en tus mejores sueños Hermione querría algo contigo
El Slytherin profirió en una carcajada
- ¿Qué pasa¿es que no te ha contado nada?
Ron elevó su escoba hasta su nivel. Una rabia irracional se expandía rápidamente por su interior.
- Ella nunca…
- ¡Ron¡Olvídate de él y vuelve a los aros! – la voz enfadada de Harry llegó desde más arriba.
Ron obedeció aunque aún oía la voz del Slytherin arrastrando sus envenenadas palabras
- Pensándolo bien, no me extraña que no te lo haya dicho, las cosas que hizo no son para estar muy orgullosa
Ron cerró los ojos con fuerza intentando no pensar en las cosas de las que hablaría el rubio. Debía controlarse y atender al partido. Seguro que era todo mentira.
- ¡Mientes Malfoy! No pienso caer en tu juego
El Slytherin sonrió abiertamente
- Pregúntale entonces. Estoy seguro de que no podrá negar una pregunta directa…
Por supuesto que lo haré
- …aunque te aconsejo que evites pedirle muchos detalles, te sorprenderías…
Ron tenía los nudillos blancos de apretar el palo de su escoba. Su cuerpo temblaba de furia.
- ¡Malfoy! te lo advierto, habla con respeto de Hermione, sino….
- Weasley, hasta tú le perderías el respeto si la hubieras visto…
- ¡Cállate Malfoy! – ahora Ron hacía verdaderos esfuerzos por no correr a partirle la cara a esa sanguijuela
-… no decía que no a nada, solo tenía que pedirlo y…
Se acabó. Ron lanzó su escoba hacia el Slytherin dispuesto a romper cada uno de los huesos de su cuerpo. Sin embargo Draco Malfoy estaba preparado…

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
La angustia y el terror oprimían el pecho de Hermione mientras observaba el cuerpo de Ron precipitarse al vacío a gran velocidad desde la altura del más alto de los aros de Gryffindor.
La mente de Hermione funcionó a la velocidad de la luz al llevar a cabo el hechizo decelerador en dirección al pelirrojo, habiendo deducido que nadie más que ella se hallaría mirando en esa dirección al estarse desarrollando la acción del partido en el campo contrario.
Para cuando el larguirucho cuerpo de Ron hubo colisionado bruscamente contra el suelo ya bastantes personas se habían girado alertadas por el grito de la chica.
Inmediatamente se suspendió el juego.
Mientras Hermione corría con toda la velocidad que le permitían sus piernas hacia donde yacía el pelirrojo, la preocupación se iba mezclando con indignación y odio; ella había visto claramente como Draco Malfoy empujaba a Ron fuera de su escoba tras un breve forcejeo.
"Casualmente" ella se encontraba mirando en esa dirección en ese preciso momento, pues cuando Ron jugaba al Quidditch era el único momento en el que Hermione se sentía con libertad para observarlo cuanto quisiera sin miedo a ser descubierta.
Se hubiera ruborizado por ese pensamiento de no ser porque el miedo y preocupación que sentía en ese momento lo eclipsaban todo.
Cuando llegó a la pista la Sra. Pomfrey ya se estaba ocupando de Ron, al cual podía ver inconsciente en el suelo a través de las cabezas del resto de miembros del equipo.
- ¡Dejadme pasar! – gritó luchando por retener sus lágrimas
En ese momento Harry salió de la nada y la abrazó. Hermione se rindió a la angustia y lloró en sus brazos mientras le oía hablar.
- La enfermera Pomfrey dice que ha sido un golpe fuerte y por eso ha perdido el conocimiento pero que no parece que tenga nada roto y que sobrevivirá.
Hermione lloró con más fuerza no sabía si de alivio o de impotencia.
Cuando Madam Pomfrey levitó el cuerpo de Ron hacia el interior del castillo Harry, Ginny, ella y el resto de miembros del equipo la siguieron. Sin embargo no les permitió pasar a la enfermería hasta casi una hora más tarde.
- Está dormido, así que pasen en grupos de dos o tres y no hagan ruido.
Harry, Ginny y Hermione entraron los primeros y se sentaron alrededor de la cómoda cama en silencio.

Hermione observó el rostro de Ron: estaba tan pálido que sus pecas resaltaban más de lo habitual. Harry también estaba muy pálido y Ginny tenía los ojos enrojecidos. ¿Sabrían ellos lo que había pasado?
Hermione se levantó con ímpetu sobresaltando a los otros dos
- ¡Voy a ver a Dumbledore! – dijo con decisión – tengo que decirle lo que ha pasado.
Los otros dos la siguieron preguntándole qué era lo que sabía.
El director estaba fuera, hablando con la Profesora McGonagall y Snape.
Hermione contó lo que había visto atropelladamente pero con todo lujo de detalles.
- He hablado con todos los que podían saber algo y nadie ha visto nada – dijo el anciano director después de una larga pausa – nadie miraba en esa dirección en ese momento.
- Es evidente… - intervino Snape sin siquiera mirar a Hermione - …que la Srta. Granger ha creído ver "algo", sin embargo, coincidirás conmigo Dumbledore, en que su testimonio no puede ser tomado como válido.
- ¡QUÉ? – gritó Hermione sin poderse creer lo que oía – No estoy mintiendo, profesor… - dijo mirando a Dumbledore - … yo lo vi, Draco Malfoy empujó a Ron de la escoba.
- No me interprete mal, Srta. Granger, pero mucho me temo que el profesor Snape tiene razón. El hecho de que sea usted el único testigo del accidente unido a la manifiesta rivalidad existente entre el Sr. Malfoy y ustedes, no nos permiten tomar su testimonio como válido, necesitaríamos al menos otro testigo que corrobore su versión.
- ¡Cuando despierte, Ron se lo dirá!
- Draco se encontraba a más de diez metros del Sr. Weasley en el momento de la caída – intervino Snape – y declara que el Sr. Weasley, en su infinita torpeza, enredó el palo de su escoba en uno de los aros y cayó – añadió el profesor de Pociones con una ligera mueca de burla.
Hermione, cuya indignación había ido en aumento mientras escuchaba a ambos hombres, explotó con el último comentario de Snape. Además de no castigar al culpable… ¡pretendían difamar a Ron! No lo permitiría.
- ¡CÓMO SE ATR….?
- Me parece que el Sr. Weasley se está despertando ¿no desea ir a verle, Srta. Granger? – la voz de la Profesora McGonagall, cuyo tono imperativo no dejaba lugar a réplica, interrumpió la enfurecida reacción de Hermione.
Minerva McGonagall la arrastró hasta el interior de la enfermería, se volvió hacia ella y la tomó por los hombros.
- Contrólese Srta. Granger ¿Desde cuándo pierde usted el control de esta manera?
- Desde que veo injusticias que salen impunes – espetó ella con rabia.
- ¡Shhhhhhh! – reclamó la enfermera Pomfrey desde su oficina – esto es una enfermería
- Disculpa Poppy –dijo la profesora. Luego volvió a dirigirse a Hermione, esta vez entre susurros – Srta Granger, conozco sus sentimientos por el Sr. Weasley, pero no puede permitirse olvidar que sus actos tienen consecuencias. Contestar o insultar a un profesor acarrea graves multas. ¿Acaso prefiere estar en una mazmorra cumpliendo algún absurdo castigo mientras el Sr. Weasley se recupera en la enfermería¿no preferiría estar con él?. Comprenda que el Profesor Dumbledore no puede aceptar de buenas a primeras su testimonio, las suyas son acusaciones muy graves, que podría significar la expulsión del Sr. Malfoy en caso de ser ciertas y ese tema no puede ser tomado a la ligera.
El pánico se apoderó de Hermione ¿sabría la Profesora McGonagall cuales era sus verdaderos sentimientos por Ron¿o se estaría refiriendo a su amistad? Fuera como fuera, esa mujer siempre se las arreglaba para tener razón. Por un momento había deseado más que nada en el mundo echarle un maleficio a Snape fueran cuales fueran las consecuencias. Tenía que pensar racionalmente, sino lo hacía ella…. ¿quién lo haría?