Hola, he tenido problemas para subir este capítulo, así que he tardado algo de tiempo. Primero he de decir que bueno, el ff no tiene título y no va tenerlo. Y siento que Mayu Black no vaya a seguir la story por no ir por el rumbo al cual ella le hubiese gustado, pero no sé, nunca llueve al gusto de todos. Además a este ff le quedan unos 3 chapters más, ya he comenzado otro, y ese si estará situado dep de HBP. En fin, espero que os guste este cap, aunque solo sea de herm y ginny. Saludos. Nami.

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Chapter Six

Hermione estaba esperando, sentada delante de la chimenea, a que Ginny regresara de donde hubiese ido. Había mirado en la habitación de las chicas de quinto, pero sus compañeras le dijeron que se había marchado muy temprano y que no sabían donde.

Pensaba que seguramente ya estaba preparando algún plan, al fin y al cabo le había declarado la guerra. "¿No estará pensando en echarme el maleficio de los mocomurciélagos¡Ay! Debería buscarla antes de que se le pase esa idea por la cabeza". Se levantó del sofá y se dirigió a la salida de la sala común, pero no hizo falta salir, antes de llegar a la puerta que conducía al pasillo, Ginny Weasley entró con una sonrisa de oreja a oreja que no denotaba para nada enfado. Hermione no lo comprendió.

-Buenos días, Hermione -saludó Ginny-. ¿Has dormido bien?

-Buenos días -respondió Hermione aún sin creerse que Ginny estuviese siendo tan amable.

Ginny se dirigió al sofá en el que hacía escasos segundos había estado sentada Hermione. Esta la siguió y se sentó a su lado.

-Ginny, quería disculparme por todo lo que te dije ayer.

-No, Hermione. No te disculpes. No serviría de nada. Sé que todo lo que dijiste, lo dijiste de corazón. Y además me he dado cuenta de que tienes toda la razón del mundo. Me he comportado como una niña pequeña.

-Pero no quería herirte...

-Y no creo que lo hayas hecho, no me siento mal por lo que me dijiste. Bueno, un poco, pero no es porque me hayas dicho que lo que siento por Harry sea un capricho, sino porque me has dicho que estabas enamorada de Harry después de mucho tiempo, me lo has dicho porque yo me había enfadado y te había gritado. ¿Pensabas callarte toda la vida para que la pobre niña Weasley no se desilusionara?

-No, me había dado como plazo máximo mi último curso.

Ginny la miró alucinando.

-Lo siento -dijo Hermione-. Pero no quería que te pusieras triste, Ginny. Te he visto crecer, he visto como a la vez crecía tu supuesto amor por Harry, no podía venir yo y desmoronarte por completo. Eres como una hermana para mí, no podía hacerte eso. ¿Me perdonas?

-No. No tengo que perdonarte nada. En todo caso, quién debe pedir disculpas soy yo, ayer también me pasé. Y sí, sinceramente pienso que lo de Harry ha sido un capricho, he estado reflexionando... ¿Entonces, aceptas mis disculpas?

-Gracias, Gin, muchas gracias- dijo Hermione dándole un abrazo a Ginny-. Ya estaba temiendo tu maleficio de los mocomurciélagos.

-¿Tú también? -rió la pelirroja mientras se separaba de Hermione-. ¿Tan bueno es que todo el mundo lo teme?

-¿Qué quieres decir con "tú también"? Es que... ¿Dónde has estado hasta ahora?

-Dando un paseo -contestó nerviosa-. No podía dormir más, y salí a caminar por los jardines.

-Oye, Gin, te dije que es peligroso salir sola. Sabes que desde la vuelta de Lord Voldemort esto es más inseguro. Ya sé que estamos en Hogwarts -dijo cuando Ginny se disponía a protestar-, pero aún así es peligroso. ¿Quién sabe que te haría un Slytherin si te viera andando por ahí sola?

-Ya sé porque dices que soy como tu hermana. Te pasas el día cuidando de mí, al igual que mis hermanos.

-Tú harías lo mismo. Te preocuparías por mí.

-Bueno, Hermione, dejemos el tema de hermanas y... Ahora que ya me has dicho lo de Harry... ¿Vas a pedírselo? Yo creo que si se lo pidieses él te diría que sí.

-¿Si le pidiese el que? -preguntó Hermione haciéndose la ingenua-. Harry pasa de mí en ese sentido. Sólo me quiere como amiga. Y ni siquiera se da cuenta de que me gusta desde hace mucho tiempo.

-No puedes esperar que Harry intuya eso. Puede que sea muy bueno con la magia, pero en temas amorosos no le pidas más. ¿O no te acuerdas de cómo te pedía consejo con lo de Cho? Además, me pareció haber oído por allí -dijo Ginny haciéndose la loca- que Cho Chang tenía muchos celos de ti, porque Harry te había defendido contra viento y marea sobre el embrujo que le habías puesto a la lista. Ese que le provocó unos granos horribles a Marietta Edgecombe.

-Pero eso también lo hubiera hecho yo, yo también le hubiera defendido, por ejemplo delante de Viktor.

-Si al final va a tener razón... -suspiró Ginny.

-¿Quién va a tener razón? preguntó Hermione-. ¿Razón de qué?

-Pues que todo el mundo es tonto y es incapaz de ver los sentimientos de las otras personas, quiero decir que no se dan cuenta. Díselo directamente, no esperes más. Lo conoces desde los once años, habéis pasado mucho tiempo juntos, muchas aventuras, muchos peligros, creo que debería comprenderlo, además no creo que vaya a enfadarse por algo así¿no?

-Supongo que lo comprenderá, supongo que sabrá entenderlo. Aunque lo más probable es que se vaya a sentir confundido, y yo no voy a poder ayudarle ni darle consejo, porque su problema va a ser conmigo...

-Y cómo le pida consejo a Ron... la hemos hecho buena. No te desanimes -dijo Ginny al ver la cara de desconsuelo de Hermione-, en el caso de que Harry necesitara consejo, puedo conseguir que otro chico le ayude.

-¿Ah si, quién? -preguntó Hermione desesperada.

-Sólo en el caso de que lo necesitara. Bueno, decidido ya que se lo vas a decir. Ahora la pregunta es¿cuándo?

-Pues había pensado que como tú ya lo sabes... podría tener más plazo de tiempo. ¿Quizá hasta los cuarenta?

-Si aún vive para escucharlo -dijo Ginny, aunque segundos después se dió cuenta de su error-. Lo siento, no quise decir eso. Es que ya sabes... Está siempre en peligro, deberías decírselo en cuánto antes, sino llegara un momento en el que ya será demasiado tarde.

-No digas eso, Ginny. Está bien, se lo diré el... el... ¿30 de febrero? Es una buena fecha.

-Tan buena que no existe -le contestó Ginny mirándola con cara de: esto va a ser muy difícil-. Yo sí que te propongo una buena fecha. Hoy a las cinco.

-Ni loca, Gin. ¿Qué tal una semana más? -rogó Hermione- Te prometo que se lo diré el domingo que viene. Me inventaré algo para poder estar solos.

-Tú no necesitas inventarte algo para estar a solas con Harry. Le dices que quieres hablar con él, y si lo que te da es vergüenza, le dices si te puede acompañar a la biblioteca. Eso no va sonarle raro.

-De acuerdo, le diré que me acompañe a la biblioteca. Y luego... ¿luego qué hago? -preguntó Hermione histérica.

-Pues le dices la verdad, lo que sientes, lo que le has ocultado todo este tiempo.

-De acuerdo. Y ahora -dijo Hermione más tranquila-¿puedes decirme por qué traías esa sonrisa de oreja a oreja¿Qué te ha pasado?

-Na-da -dijo titubeando Ginny-. Na-da que... Bueno nada. Pues eso...

-Ginny¿sabías que se te da muy mal mentirme?

-¿Yo! -Ginny comenzaba a sobreactuar y se notaba bastante- ¿Mentirte a ti? No, sabes que no sería capaz de eso... Yo te cuento todo... yo...

Hermione le lanzó una mirada suspicaz.

-Está bien -dijo resignada Ginny-. Sí que me ha pasado algo, pero he prometido no contarlo. Al menos, no de momento. Te prometo que te lo contaré a ti la primera cuando pueda decirlo.

-No es tengas que prometerlo, es que debes hacerlo -dijo sonriendo Hermione-. Mientras que lo haya pasado o pasé no sea nada malo...

-No, no lo es -se apresuró en contestar Ginny.

-O algo por lo cual tu hermano pueda matarme luego...

-Creo que Ron te mataría por cualquier cosa -espetó Ginny-. ¡Uy! No hemos pensado en Ron... ¿Cómo crees que se tomará el hecho de que estés enamorada de Harry?

-Pues no sé. Bien, supongo, aunque siempre ha dicho que tú eras perfecta para Harry.

-Eso es agua pasada. ¿Qué tal si vamos a dormir? Anoche apenas cerré los ojos.

-Sí, genial, como siga despierta me caeré al suelo.