"25 de marzo de 1948" decía el encabezado del periódico que estaba vendiendo un señor afuera de la cantina "La Peninsular" la cual Boruto Uzumaki visitaba casi a diario en sus ratos libres del trabajo. Y precisamente en este momento se encontraba en ella rodeado de Mitsuki, Kawaki y conocidos del pueblo mientras todos cantaban una canción. La alegría se respiraba en el lugar. Tal vez beber tan temprano con los amigos no era una buena idea pero él vivía el momento siempre.
A un lado de la cantina se encontraban los teléfonos públicos del pueblo y en uno de ellos estaba Sarada Uchiha, intentando escuchar lo que decía Inojin al otro lado de la línea. Era tan grande el estruendo musical que provenía de la cantina que no podía entender bien y cada vez comenzaba a ponerse más tensa.
-¡HABLA MAS ALTO QUE NO TE ENTIENDO NADA!- gritó Sarada. –Esto es inútil. Hay un idiota haciendo escándalo, espera un poco.- Dijo la Uchiha furiosa y se dirigió al interior de La Peninsular.
Abrió el par de pequeñas puertas de madera tan típicas de una cantina y se quedó ahí parada, imponente con la mirada clavada en Boruto. Ojos negros severos esperando encontrarse con ese par de ojos azules que conocía tan bien y que tanto dolor de cabeza le causaban. Boruto rápidamente conectó la mirada con ella tan pronto como se percató de su presencia, la cual era inevitable que pasara desapercibida. Le sostuvo la mirada mientras seguía cantando. Ambos viéndose con miradas intensas, una reflejaba enojo y la otra picardía. Una vez finalizada la canción, Sarada gritó.
-Oiga ¿Me hace el favor de decirme si pretende seguir con su escandalo? – dijo la Uchiha de manera fuerte con aquella elegancia que la caracterizaba.
Boruto le dio la guitarra a su amigo Mitsuki y se puso de pie. Se dirigió hacia la entrada y una vez parado frente a ella se quitó el sombrero.
-Perdóneme Sarada, no sabía que mi canción pudiera molestarla.- respondió Boruto finalmente de manera inocente y coqueta al mismo tiempo.
-¿Canción? ¿Ahora así se le llaman a los gritos desafinados?- Preguntó Sarada de manera burlona mientras ponía una mano en su cintura.
-Pues para la gente que no entiende de estas cosas, sí señorita. Así se les llama. – Contestó Boruto con el mismo tono burlón que acababa de usar ella.
- Grosero. – contestó Sarada desviando la mirada mientras cruzaba los brazos.
- Favor que usted me hace.- respondió Boruto sonriendo ampliamente inclinando la cabeza levemente hacia un lado buscando su mirada. Amaba hacerla enojar.
-¿¡Por qué es usted tan chocante!?- Preguntó Sarada alterada de nuevo dirigiéndole la mirada penetrante una vez más.
-Porque es muy fácil. –Respondió Boruto tranquilo, con una gran sonrisa coqueta.
Sarada frunció el ceño aún más, dio media vuelta y le aventó las pequeñas puertas de madera a Boruto. Este evitó que se cerraran golpeándolo y automáticamente las tomó con ambas manos.
Enseguida fue tras de ella.
Sarada regresó al teléfono y retomó la conversación que tenía.
-¿Qué dices amor? Ah no te preocupes ya hablé con el loco que tenía su escandalo horrible. ¡Ay si yo también ya quiero verte! – dijo en tono meloso mientras continuaba con su actitud coqueta en el teléfono, todo esto porque sabía que Boruto se encontraba atrás de ella escuchándola. Este sintió furia al escuchar lo que estaba diciendo pero seguido se dio cuenta de que el teléfono estaba desconectado. Todo aquello era mentira.
- Disculpe- dijo Boruto acercándose más y conectando el cable del teléfono a la base. –Cualquiera que la vea va a pensar que usted está loca.- agregó el Uzumaki de la manera más seria que pudo tratando no carcajearse.
Sarada se puso roja de la vergüenza al percatarse que su plan instantáneo de darle celos a Boruto había salido mal. Lo miró con ojos de furia y se fue con paso apresurado mientras lo escuchaba riéndose de lo sucedido.
-¿Qué pasó Boruto? Me pareció ver enojada a tu patrona.- Dijo Mitsuki algo preocupado mientras Boruto se sentaba de nuevo en la mesa, con una sonrisa victoriosa en el rostro.
-Nada de patrona. Lo que nos dejó mi madrina es de los dos. Ninguno manda más que el otro. Y nos conocemos desde pequeños entonces jamás he sentido que lo sea.
-No pues si esto se tratara de mandar pues lo haríamos todos nosotros que tanto trabajamos por la hacienda. –agregó Kawaki con tono serio.
Boruto solo asintió. No quiso seguirle el juego para no ocasionar conflicto.
-Desde que murió mi padre estoy partiéndome el pecho en el campo para que ella viva como una reina. – Dijo Boruto con la mirada baja mientras le daba un trago a su tequila.-Pero bueno ¿Nos aventamos otra?- preguntó en voz alta mientras dirigía la mirada hacia la guitarra. Mitsuki se la pasó mientras los demás alrededor gritaban que si querían cantar otra canción.
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Parece que Boruto y Sarada tienen una relación de amor/odio desde siempre. Veamos como solucionan lo de la herencia más adelante.
Por cierto quería recordarles que esta historia está ambientada en los 40's entonces si hay detalles o maneras de hablar que encuentren extrañas (como el uso de usted) esa es la razón. Cualquier duda, comentario, retroalimentación etc. Estoy dispuesta a recibirlas. ¡Muchas gracias por leer!
Miranda xx
