Prologo

Hacía mucho frío, una densa niebla y la oscuridad impregnaba el lugar. La luna pasaba desapercibida entre las negras nubes. Una luz verde fue lo último que Hermione vio antes de caer al suelo inconciente.

SssssssssssS

Un gran barullo y la luz del sol la despertaron, estaba rodeada de personas, se paró y caminando torpemente busco a su novio. Había una gran cantidad de gente formando un círculo, alrededor de unas personas. Hermione se hizo espacio y ahí tirados en el suelo, uno frente a otro, con los ojos cerrados, estaban, Harry Potter y Draco Malfoy.

Su novio estaba pálido, se acercó a él y le tomó el pulso, se llevó una mano a la boca.

-¿Amor? Despierta…- movía al chico inútilmente- ¡Cariño! ¡Por favor! ¡No me hagas esto!

-Hermy, está- el pelirrojo se acercó para pararla, pero fue alejado por un manotazo.

-¡Ron! Déjame… Draco no puede estar muerto…

Un chico de ojos verdes se sentó súbitamente afirmando su cabeza.

-¡QUE LE HICISTE!- Harry vio el cuerpo sin vida del rubio.

-Yo… yo… nada… sólo le lancé un Desmaius

-¡Imposible! Está muerto…- y las lágrimas corrieron por sus mejillas

-De verdad… Mira- Harry tratando de calmarla movió su varita haciendo el PRIORI INCANTATEM.

Un rayo verde salió disparado y golpeó fuertemente a una pequeña planta en el centro, está cayó rendida.

- Pero… Alguien debió… Yo no lancé un Avada kedavra.

-¿Cómo lo hiciste? Draco no hizo nada malo.

-¿Nada malo? ¿Atacarme no es nada malo? Hermione… ¡Por favor! Era mortífago.

-Sabes que no es verdad…

-No te mientas, ¡Tú lo descubriste!

-Te odio… ¡No quiero verte nunca más! ¡LARGATE DE MI VIDA!

Harry se levantó, algunos sanadores lo siguieron, pero hizo una seña con la mano antes de desaparecer.