Disclaimer: Recuerdo que todos los personajes le pertenecen a JKRowling y sólo esta historia es mía. Si Harry Potter me perteneciera la relación HHr se vería desde el primer libro.. XD Viva HHr.. 4EVER!
Aviso: Debido a todos los rumores me veré incapacitada de responder los rr y escribir notas de autor! Pero dejen muchos RRRRRRRR!
Dedicado a: Mi kerido Milenco!
Capitulo 8: Un error
-Hola Herm… pasa.- Harry abría más la puerta.
-¡Claro!
-¿Y a donde vives?- preguntó la rubia.
-Al frente.
-¿En ese edificio?- apuntó hacia afuera por la ventana.
-No… en el pasillo.
-¡Ah! Estamos tan cerca- chilló algo emocionada.
-Tenemos que irnos, vamos cariño- y le plantó un suave beso a Samantha.
Los tres bajaron por el ascensor, sólo que Hermione se dirigía al subterráneo.
-¿A dónde vas?- inquirió el ojiverde.
-A buscar mi auto.
-Cabemos todos en el mío.- era verdad, el auto que había arrendado Harry era una gran camioneta negra con vidrios polarizados.
-Pero no quiero sobrar.
-No lo harás.
-Harry amor, si Hermione no quiere no la fuerces.- el chico asintió.
-Yo paso a buscar a Ron y Ginny.
-Está bien. Nos vemos en el parque.
Sam y Harry se bajaron en el 1º nivel y luego de cerrarse las compuertas Hermione se golpeo suavemente la cabeza con el espejo. El ascensor se había detenido. Bajó tranquilamente.
Sacó de su bolsillo las llaves y apretó un botoncito, produciendo un bajo "bip-bip" en el estacionamiento. Las luces de un convertible rojo titilaron rápidamente. Los asientos de negro cuero, con dos puertas y espacioso asiento trasero, mostraba delicados equipos en el frente. Incluyendo un DVD.
Cualquiera que lo hubiera visto sin dueño, pensaría que es de un hombre. Pero Hermione tenía un gusto especial por los autos. Se subió delicadamente y lo encendió, mientras las luces se levantaban para salir del subterráneo.
A los diez minutos los hermanos bajaban y se subían al auto de la castaña.
-¿Cómo estas?- preguntó el pelirrojo.
-Decepcionada…
-¿Por?
-Cosas mías- y aceleró a fondo.
SssssssssssS
Unas grandes atracciones mecánicas se divisaban a lo lejos, las luces del lugar ya estaban encendidas, a pesar de ser de día. Los ojos de Ron brillaron inmediatamente. 'Sigue siendo un niño' pensaron ambas chicas adelante.
Harry y Samantha esperaban en la entrada con cinco rollos llenos de boletos. Harry dejó uno para cada uno y entraron al lugar.
-¡Quiero subirme a ese péndulo!- gritó Sam, arrastrando a Harry. Y siendo seguida por ambos pelirrojos.
-¿No vienes Hermy?
-No te preocupes Gin… Voy a vomitar si me subo a eso.
Luego de la tercera vez que Samantha se subía y tras reiteradas advertencias de su novio, no quedo nada del desayuno en su estómago.
-¡Oh Harry! Lo siento, debí escucharte.
-No te preocupes, yo te acompaño- agregó acariciando su cabello.
-Déjame… Ve y diviértete con Hermione.- algo dudoso accedió.
-Vamos Herm- y condujo a la ministra por la cintura.
-¿A dónde quieres subirte?
-¿Rueda de la Fortuna?
-Está bien.
Ambos chicos caminaron, el juego sólo aceptaba parejas, se pusieron en la fila hasta llegar al controlador de boletos.
-Sus boletos por favor.- Harry le entregó dos.- Hacen bonita pareja.
-No. Nosotros no- pero fue interrumpida por la mano del controlador que les indicaba que se subieran.
Tomaron asiento y un frío metal los sostuvo. Luego de que cinco parejas subieran la rueda comenzó sus vueltas.
-Creo que deberíamos hablar Herm.
-Yo creo lo mismo. Lo que pasó en la mañana fue un…
-¿Error?
-¡Si!- dijo tratando de disimular su decepción- Menos mal que piensas igual que yo.
-Estoy más aliviado- 'Hubiera preferido que fuera algo especial y no un error' pensó el chico.
-Yo también. No puede repetirse.
-Absolutamente no.
Luego de unas vueltas y de intercambiar palabras, la rueda paró para comenzar a bajar a las personas. Harry y Hermione estaban en la cima, mirándose fijamente. Ambos se miraban los labios y se acercaban poco a poco. Sus labios rozaban y un estruendo los movió descendiendo sólo un poco. Se sentaron derechos mirando al frente.
-¿Harry?
-¿Sí?
-el beso de hoy… fue porque ¿Te casarás?
-Ehmm… No lo sé… Creo que no he podido olvidarte.
Hermione corrió su cabeza y lo miró asombrada.
-¿Disculpen¿Disculpen- los dos corrieron la vista- ¿Pueden bajarse? Hay más gente arriba.
-Por supuesto- respondieron al unísono.
El día pasó casi igual, almorzaron y volvían a subir a juegos. Por supuesto Samantha, no montó ni las montañas rusas, ni cualquier juego que le revolviera el estómago.
Ya era tarde y el parque iba a cerrar.
-¿Por qué no te llevas mi auto Ron? Vas a dejar a Gin y te vas a casa. Dudo que Hermione no nos pueda dejar.
-¡Por supuesto! Yo no tengo problema- dijo la castaña.
-Esta bien- y los hermanos pelirrojos montaron la van de Harry.
-¿Los dos van a casa?
-No… Yo tengo que ir a mi hotel. Mañana es lunes, tengo reuniones a primera hora con el ministro.
-Está bien. ¿Dónde te dejo?
-En la parada de autobús.
-OK- Hermione aparcó en una esquina y Harry acompaño a Sam en la parada. Cuando el bus llegó Harry la beso y se despidió de ella.
-¿Lista?
-Siempre…- y Hermione aceleró.
El edificio tenía casi todas las luces prendidas, el elevador estaba averiado por lo que subieron arduamente por las escaleras, en el caso de la chica. Estaba sin aire cuando llegó a su piso y se agachó levemente afirmando su espalda. Levantó la vista, unos fríos y grises ojos la miraban desde la puerta de su apartamento.
