Descargo de responsabilidad:

Miraculous: las aventuras de Ladybug y Chat Noir no es de mi autoría ni propiedad, es de la empresa ZAG Heroes y de su creado Thomas Astruc.

No sé quien es el autor de la hermosa imagen de portada, si lo sabes dimelo así le doy los créditos correspondientes

PRECAUCIÓN: Spoiler de la temporada 3.

Disfruten la lectura.


Capítulo 15: Cierres

El juicio contra Gabriel Agreste comenzó en un récord histórico de tiempo, ya que la fiscalía de París comenzó a recolectar información desde el inicio de los ataques de Hawkmoth, y el ex villano disuadió a sus propios abogados para que no extiendan más los plazos del juicio.
Pese a todo, el hombre sabía que todo lo que había hecho estaba mal y tenía que pagar por sus actos, y no quería extender más ese sufrimiento para su propio hijo.
El juicio fue televisado para todo París, retransmitiéndolo también en algunos países del mundo interesados en el caso. Duró una semana entera de jornada completa presentar todas las pruebas que la fiscalía había presentado, y otra más en hablar con testigos claves para su testificación, entre esos estaban Ladybug, Chat Noir Y Adrien Agreste, quien con su declaración agregó cargos de abandono a un menor y explotación infantil que se tratarían en otro juicio.
Al finalizar las dos semanas de juicio, Gabriel Agreste fue condenado a vida en prisión, y París suspiro de alivio por saber que ese hombre no volvería a salir.

Y con todo eso, a tan solo un mes de la batalla final, Gabriel Agreste ya se encontraba preso y, a pesar de que sus abogados estaban planeando apelar a la sentencia, ya tenía que empezar a cumplirse.

Por su lado, Adrien se había instalado oficialmente en la casa de los Dupain Cheng, simulando dormir todas las noches en el diván de la azabache, pero si que los padres los vieran, él dormía acurrucado a su lady para evitar que la tristeza le negara el sueño. Ya se habían acostumbrado a aquella rutina, es lo que hacían desde que empezaron a sospechar activamente de Gabriel.

Durante todo ese tiempo, Adrien se había quedado encerrado en su nueva casa, ya que el edificio se encontraba abarrotado de reporteros queriendo una primicia de parte del hijo del villano, aunque poco a poco todo se fue tranquilizando. No dejaba de ser hijo de Gabriel, pero a los medios amarillistas solo les interesaba su historia pensando que Adrien era cómplice de su padre, y al enterarse que solo era una victima más, perdieron el interés.

Cuando pensaron que todo estaba comenzando a volver a la normalidad, algo nuevo surgió para movilizarlos: una tarde en la que los adolescentes se encontraba ayudando en la cocina de la panadería, Marinette recibió una llamada de parte de Marianne Lenoir, pidiéndole que vayan lo antes posible a Londres, ya que era necesario que vieran a Fu.

Esa misma noche y con ayuda del miraculous del caballo para no ser perseguidos por los medios, los superhéroes fueron de visita a la casa de Marianne, con miedo de saber lo que encontrarían allí. Al llegar al departamento inglés, encontraron a la mujer preparando té en la cocina.

-Que bueno que lograron venir con rapidez -saludo la mujer ofreciéndoles una taza a cada uno, aunque ambos estaban en shock por la llamada telefónica.

-Perdón por la pregunta apresurada, pero ¿cómo es posible que el maestro haya recuperado su memoria? -preguntó Marinette, quien y se había desecho de la transformación del caballo.

-Mejor los llevaré allí, él podrá explicarles mejor.

Adrien tomó la bandeja que Mariane llevaba en sus manos y dejo que la mujer los guie hasta la habitación en la que el anciano se encontraba recostado. Fu los vio entrar y les brindó una suave sonrisa que los relajó, ya que realmente se habían sorprendido al recibir la llamada urgente de la mujer.

- ¿Ya no me dices abuelo? -preguntó en anciano a Marinette, quien no se esperaba que él se acuerde de esto, y se sonrojo ante este hecho, pero antes de poder responder, volvió hablar Fu- Es un gusto volver a verlos, Ladybug y Chat Noir.

Nuevamente, ambos quedaron en shock, ya que se suponía que él no recordaba las identidades de los héroes tras ceder el mando de guardián a Marinette.

-Pero… ¿Nos recuerda? -preguntó Marinette al fin acercándose a la cama donde el hombre descansaba.

-Pensé que había olvidado todo -aportó Adrien cruzando una mirada perpleja con su compañera.

-Lo hice, pero recuperé mis recuerdos -respondió, dejando perdido a los adolescentes, que estaban acostumbrados a las enigmáticas respuestas de su Maestro. Por otro lado, Tikki y Plagg se vieron preocupados, ya que si entendían lo que esto significaba.

-Pensé que no era posible que los guardianes recuperen su memoria una vez que pasan el mando de la caja -dijo Marinette sin ver la triste expresión de los Kwamis.

-Solo hay una manera -dijo Tikki, quien captó como Adrien si había notado su tristeza- Cuando el ex guardián se encuentra en su lecho de muerte…

- ¿¡Qué!? -preguntó Adrien exaltado- pero usted no es tan grande… ¿Cuántos años tiene? No puede morir ahora…

-Tengo 192 años, joven Chat Noir -dijo tranquilo tomando la mano de Marinette, quien se encontraba todavía en shock y con los ojos llenos de lágrimas- mi tiempo ha llegado.

-Pero eso no es posible, además está sano… -trató de argumentar Adrien, sin entender todavía todo, pero su compañera si lo sabía, y secó las lágrimas que querían correr por sus mejillas, no era momento aun de lamentarse, tenía mucho que hablar con Fu antes de su partida.

-Todos los miraculous tienen efectos secundarios en sus portadores -comentó la azabache adoptando su papel de Ladybug para ser fuerte- los nuestros son la buena y mala suerte, y la del miraculous de la tortuga es la longevidad… protege al portador de las enfermedades y lo hace vivir por mucho tiempo, como las tortugas.

-Eso es verdad, mi joven discípula -elogió el anciano- al alejarme del miraculous de Wayzz, y teniendo en cuenta mi edad, las enfermedades al fin han llegado a mí, y mi hora de partir está más cerca. Por eso le pedí a Marianne que los llame, no quería irme sin despedirme de ustedes, no dos veces. A demás tengo la posibilidad de felicitarlos por el excelente trabajo que han hecho.

-No sé qué tan bien lo he hecho -dijo Marinette mirando al suelo, siendo presa de sus inseguridades nuevamente, aunque Adrien tomó su mano para tranquilizarla.

-No he hecho muchas cosas en mi vida, Marinette -dijo Fu después de un rato de silencio, y llamando la atención de los chicos- pero definitivamente elegirlos a ustedes como portadores y confiarte la caja de los miraculous, son las mejores decisiones que puede haber tomado.

-No lo sé… aun siento que no estoy la altura.

-Marinette, desde antes de convertirte en guardiana has logrado reparar todos mis errores todo lo que yo no pude: trajiste de nuevo el grimorio y los miraculous de Duusu y Nooro, restauraste el templo de los Maestros en el Tíbet. Derrotaste a Hawkmoth, y lograste conseguir muchos portadores apropiados y fieles para el trabajo. Has logrado en tan solo unos meses lo que yo no hice en 180 años como guardián.

Tras todas aquellas palabras, Marinette seguía dudando de su capacidad como guardiana y, aunque ocultaba sus ojos con el flequillo, él sabía que ella estaba llorando. A pesar de haber tomado una buena decisión al entregarle a ella el poder del guardián, había dejado mucha responsabilidad en una chica de 17 años, y tardaría en acostumbrarse a aquella difícil vida con el peso de tomar decisiones que pueden cambiar al mundo.

Al verlos por primera vez sintió que ambos eran tímidos e inseguros de si mismos, pero vio una líder nata y a un valiente protector y compañero en ambos chicos. Esas características del principio las seguían teniendo en este momento, ella estaba muy insegura sobre poder cargar con la importante tarea de ser guardiana, y él probablemente dudaba de ser indicado para la tarea que se le había otorgado por ser el hijo del villano por el cual lo habían llamado a la pelea.

Fu había visto en la televisión todas las noticias desde el descubrimiento de Hawkmoth y, aunque en ese momento seguía sin tener memoria de su vida, si recordaba ahora la sensación de compañerismo que los héroes transmitían, además del consuelo que parecía brindarle en todo momento Ladybug a Chat Noir, y ahora veía que Adrien le consolaba de la misma manera a su compañera: sin necesidad de palabras, solo estando uno al lado del otro, se sentía un aura especial.

-Y también lograste otra cosa muy importante para mi -siguió, llamando la atención de los adolescentes, mientras tomaba la mano de Marianne, quien se había encontrado a su lado todo el tiempo- me reuniste con el amor de mi vida, a quien había apartado de mi lado hace mucho tiempo.

Esto causo al fin una sonrisa en Marinette, quien estaba muy feliz por la pareja, a pesar de ser sus últimos momentos juntos. Levantó su cabeza y secó sus lágrimas, pensando nuevamente que no era momento de llorar, tenía que aprovechar que tenía a Fu en frente para resolver sus dudas sobre la situación de Emilie y Nathalie.

-Tengo algo que preguntarle, Maestro -comenzó la chica después de unos minutos- Supongo que se ha enterado que Hawkmoth era Gabriel Agreste -dijo esperando la afirmativa del hombre para seguir, y sin soltar la mano de su compañero, quien se exaltó un poco al escuchar el nombre de su padre- su motivación para hacer todo lo que hizo fue traer de vuelta a la madre de Adrien, quien esta en coma por haber usado mucho tiempo el miraculous del pavo real, en el que también se encuentra ahora su asistente, que hizo todos estos años de Mayura, su cómplice.

-Entonces nuestra teoría sobre Mayura fue cierto -respondió llevándose la mano libre a su barbilla, de modo pensativo.

-Necesito saber si es posible traerlas de vuelta, y de serlo, cómo se hace.

-Me temo que no puedo ayudarte con eso -dijo apenado- creo que es posible traerlas dependiendo del tiempo que lleven en ese estado, pero la forma de lograrlo es desconocida para mí, deberías viajar al templo de los guardianes para preguntarles a ellos.

- ¿Pero hay una posibilidad? -preguntó con esperanzas Adrien, hablando después de mucho tiempo en silencio.

-Estoy bastante seguro que sí, aunque no lo sé a ciencia cierta -respondió brindándole una suave sonrisa al chico, quien sonreía por primera vez desde que había llegado a la habitación- creo que tendrás que hacer un viaje para aprender todo lo que no he podido enseñarte, joven Guardiana.

- ¿Y cómo sé que no me obligaran a entregar la caja en cuando llegue? -preguntó insegura la azabache.

-No hay manera de saberlo hasta que no vayas -respondió después de un rato de pensarlo- aunque no creo que lo hagan después de ver como has logrado remediar mis errores, y traerlos de vuelta a ellos y el equilibrio del mundo.

Después de un rato de hablar, Marinette se transformo en Ladybug para poder traer a todos los Kwamis para despedirse de la persona que los cuido por tantos años. Por primera vez no se los veía a las pequeñas deidades volar por todos lados, sino quedarse en silencio abrazando al hombre.

Cuando por fin era hora de irse, Fu pidió a Marinette que se quede unos minutos más, mientras Adrien acompañaba a Marianne fuera de la habitación.

- ¿Qué pasó, Maestro? -preguntó más tranquila que cuando habían llegado, al fin había vuelto a la dinámica que tenía con Fu antes del incidente.

-Quiero darte un último consejo -dijo tranquilo. A pesar de no decir nada, se notaba como el hombre hablaba mucho más lento de lo que era habitual en la antigüedad. Los años le habían llegado muy rápido- Sé que hay reglas que tienes que respetar por ser guardiana, pero permítete amar.

- ¿De que habla? -respondió sonrojada y esquivando la mirada de forma nerviosa.

-Sé lo difícil que es ser guardián y la soledad que eso conlleva, y no te recomiendo una vida rodeada solo de milenarias deidades que no entienden del todo a los humanos -dijo riendo al recordar cosas de su vida.

-No sé si quiero meterlo en esto, ya tiene demasiado con todo lo de su familia -dijo avergonzada.

- Adrien ha sido un portado permanente por mucho tiempo como para alejarlo ahora, ha aprendido mucho sobre los miraculous como para sacarle a Plagg, y tener un compañero no es tan mala idea, ayuda a sobrellevar esta pesada carga. A demás, son almas gemelas, cualquier problema que tengan lo arreglaran.

- ¿Cree que es lo mejor? -preguntó insegura.

-Es imposible asegurarlo por completo, pero yo aleje a Marianne por las mismas razones que piensas tú, y ella se quedo sola todo este tiempo, esperándome. Sé que buscar lo mejor para la persona que amas, pero esta es una decisión de dos, no solo tuya, y son muy jóvenes como para estar solos toda la vida.

Marinette asintió y se acercó a su maestro para abrazarlo una última vez. Era muy difícil despedirse por segunda vez, pero aprovechó la oportunidad para hacerlo de una mejor manera, ya que la vez anterior se trago su tristeza, ahora aprovecharía para llorar lo que tenga que llorar, lamentarse y hacerle notar a aquel hombre lo mucho que había apreciado su presencia inesperada en su vida, ya que no se imaginaba como sería ella de no haber tenido esos pendientes y a Tikki a su lado.

Ese trabajo también le había hecho conocer a Adrien Agreste en todas sus facetas. No sabía si aquel chico era el amor de su vida, pero lo amaba de la forma más pura que conocía, y esperaba de corazón que eso dure para siempre.

-Gracias Maestro -dijo en un susurro ahogado por su llanto, aunque lo suficientemente alto para que el lo escuche mientras respondía a su abrazo- gracias por todo.

-Gracias a ti, Marinette -respondió- ahora puedo descansar tranquilo, sabiendo que no me ha quedado nada pendiente en esta vida, porque me has ayudado a solucionar todo. Dejo todo en tus manos.

Tras separarse, Marinette salió de la habitación y volvió al lado de Adrien. Ambos tenían que volver a Paris, aunque prometieron que volverían para el funeral del hombre.

Al llegar a la habitación de la azabache, ambos rompieron en llanto y se abrazaron para ahogar sus penas, sabiendo que nadie entendería el dolor que sentían en ese momento más que la persona que tenían en sus brazos.

~O~

Dos días más tardes, los adolescentes acudieron al cementerio de Londres para sepultar al hombre que habían querido tanto.

Había muerto pacíficamente mientras dormía, lo que dejaba más tranquilo a sus discípulos, quienes no querían que él sufra.

No hubo muchos asistentes a la ceremonia, ya que Fu no tenía muchos conocidos, las pocas personas con las que había sido cercanos a lo largo de su vida ya no estaban en este mundo. Su vida había sido muy solitaria, nadie sabía el papel tan importante que Fu había tomado en los últimos 180 años, y nadie lo sabría nunca. Nunca había logrado casarse con su amada Marianne, y no había tenido hijos, aunque Marinette había sido lo más cercano para él a una hija, ya que le había tomado mucho cariño y enseñado muchas cosas. A Adrien también, por supuesto, pero era diferente a la relación más cercana que había tenido con la azabache.

Marinette respetó la ascendencia de su maestro y reverenció su tumba de la forma en la que su madre en enseño que se hacía en China, aquel país del que había huido hace tantos años, pero que seguía siendo parte de él.

~O~

Cuando todo se calmó, unos días más tarde, Marinette comenzó a preparar lo necesario para su viaje al Tíbet.

A pesar de las suplicas de Adrien, ella no había dejado que él la acompañe, ya que era una tarea de la guardiana.

- ¿Me dejaras aquí solo? -preguntó con ojos de cachorro mientras veía como armaba su pequeño bolso.

-No te dejaré solo, estarás perfectamente con mis padres, ellos te cuidaran -argumentó sin mirarlo, ya que sus ojos verdes eran su perdición.

-Pero quiero ir contigo, no entiendo porque no puedo acompañarte -respondió con un puchero apoyando su barbilla en la silla del escritorio en el que estaba sentado.

-Ya te lo dije, Gatito -dijo dejando su actividad y acercándose a él para tomar su rostro con ternura y acomodar los cabellos que habían caído sobre su frente- tienes que seguir tu vida, has conseguido una buena beca para estudiar, tienes que aprovecharlo.

-Pero tú también has conseguido una buena beca para estudiar diseño -intensificó su puchero, aunque en su interior sonreía por el contacto de la chica.

-Pero yo tengo trabajo como guardiana, tengo que traer a tu madre de vuelta -con esto, el chico movió sus ojos para cortar el contacto visual, aunque su rostro seguía en las manos de ella.

-No quiero que te vayas de mi lado -confesó al fin, abrazándola por la cintura, estando todavía sentado. Ella ya sabía que esa era la razón, pero él nunca lo había dicho en voz alta. Se limitó a abrazarlo, quedando el silencio por un rato.

-Ya hemos hablado sobre esto, Gatito -dijo conteniendo las lágrimas en su interior y tragando el nudo de su garganta- necesitas seguir tu vida sin mí, será lo mejor.

-No creó, no veo como sacarte de mi vida sea la mejor opción para algo -respondió soltando un suspiro. Sabía lo que pasaba por la cabeza de ella, pero él no lo veía de esa manera y nunca, ni en un millón de años podría olvidarla- te amo demasiado como para borrarte de mi vida.

-Yo también te amo, pero esto es lo mejor.

Al día siguiente, Marinette partió rumbo al Tíbet, con la excusa de que un gran diseñador chino la había contratado para enseñarle todo lo que sabía, en una pasantía de un año.


Lo siento por haber tardado tanto en actualizar esta historia, casi un año desde que actualiza el último capitulo.

Este es el anteúltimo capítulo, solo queda el último y se termia esta historia.

Quería agregar un mejor cierre para el Maestro Fu, y una excusa para que el viaje de Mari al Tibet, que es algo que creo que pasará en algún momento en la serie.

Espero que lo disfruten, dejen sus opiniones, que siempre es lindo saber lo que les pareció a los lectores.

Saludos, Naatii3333