¡Hola a todos!, luego de algunos meses de trabajo en conjunto con mi lector beta, finalmente podemos presentarles a ustedes esta adaptación de la talentosa escritora Victoria Wittaker la trama es de ella, yo solo hice algunas correcciones de ortografía y redacción de su historia original, para que se adaptara a el mundo de Inuyasha el cual pertenece a nuestra querida Rumiko Takahashi.

No olviden visitar la historia original de Victora, el enlace estará en mi perfil

Estaré publicando dos veces a la semana lunes y viernes esta emocionante y hermosa historia.

Siendo fiel a lo que ponía Victoria, tengo en una pagina de Facebook las imágenes de los capítulos (Cosas que destacan de los capítulos, y no todos tienen imágenes) la dirección esta en mi perfil

81 – EL CHICO NUEVO

El lunes por la mañana Inu entro a mi habitación, antes del desayuno. Aun no terminaba de vestirme.

¿Que nunca tocas? - pregunte cubriéndome.

Te toco a ti - se acercó a mí y me beso casi a la fuerza.

Inu, se me hace tarde - murmure cerrando mi blusa.

Me hizo un puchero.

Termine de vestirme frente a él. Tome de mi alhajero el anillo que cambiaba de color - Inuyasha también traía el suyo -. Me puse unas arracadas de plata y mi brazalete ya lo traía puesto.

Como ya era tarde, solo cepillé mi cabello y me puse una diadema roja.

Inuyasha me miraba con esa linda y tierna chispa que me derretía. Estaba al pendiente de cada detalle, de cada movimiento. Me puse el saco del uniforme de los lunes.

Ya deja de mirarme. Me pones nerviosa.

¿Te pongo nerviosa? - enarco una ceja.

No te creas tanto. Has algo útil y ayúdame con la corbata.

Con habilidad anudo mi corbata y la dejo perfecta.

Gracias - me aleje de él.

Me jalo del brazo impidiéndome llegar a la puerta.

Te amo - sus ojos me miraron con intensidad y las manos me temblaron.

No es justo. Sabes lo que siento por ti y como haces que mi corazón se acelere hasta casi explotar y todavía me ves así. Eres malo.

No soy malo, solo estoy enamorado.

Trague saliva casi llorando.

¿Porque se le ocurría ponerse romántico y meloso cuando tenía tanta prisa?

Se hace tarde - logre susurrar luego de que sus carnosos y dulces labios me dieran un respiro.

Lo sé, pero no te puedo soltar.

Recosté la cabeza en su pecho y me quedé ahí, hasta que:

¡Demonios! Si es tarde - Inuyasha me soltó y bajamos las escaleras corriendo.

Desayunamos a toda prisa y subimos de nuevo a lavarnos los dientes.

Tome mi bolsa de diseñador que, hacia el papel de mochila, así como el expediente del chico nuevo.

Miroku nos esperaba con el auto encendido.

Entre casi corriendo a la escuela y me dirigí a la dirección. Respire profundo, arregle mi cabello y uniforme antes de entrar.

Un chico lindo, estaba sentado en una de las sillas de madera y piel de la sala de espera del lugar. Tenía el iPod a todo volumen y movía ligeramente la cabeza al ritmo de la música. Para mi sorpresa, ya traía el uniforme.

Su piel era bronceada y contrastaba hermosamente con sus ojos claros.

Se parecía al de la fotografía, pero se veía diferente, traía el cabello más corto, no tan largo como en la foto.

Shippo? - pregunte acercándome a él.

Se quito los auriculares y su sonrisa... me encandilo.

Era muy guapo.

¿Eres Shippo Hirawizawa? - involuntariamente le devolví la sonrisa.

Si, soy yo. – Se levanto y me hizo una venia

Hola, soy Kagome Higurashi, miembro del consejo estudiantil - le extendí mi mano para estrechar la suya – seré tu guía el día de hoy. Me asignaron para ayudarte y asesorarte.

Solo sonrió.

¿Si hablaba mi idioma?

Veo que en tu horario... ¿dice que tu primera clase es Economía? - lo dije a manera de pregunta sacando su horario del folder que traía con su información.

Asintió y sonrió. Genial.

Es mi primera clase, también. ¿Vamos?

Me siguió en silencio por los pasillos hasta llegar al salón.

Cuando entramos, lo presente con el maestro. El señor Schmith lo mando a sentar en una silla contigua a la mía.

Luego de Economía, lleve a Shippo a su clase de Historia; de nuevo lo presente con el maestro. Salí del aula y me dirigí a mi clase, de la cual tuve que salir temprano para ir por Shippo y llevarlo a su siguiente clase.

Cuando caminábamos por los pasillos le mostraba los salones, los casilleros, los laboratorios... el solo sonreía.

No estaba muy segura de que hablara mi idioma, porque no hablaba conmigo. Pensé en pedir ayuda de alguien para que me sirviera de traductor, que hablara japones con bastante fluidez.

Al final de la cuarta clase, a la hora del almuerzo, me fije que todos los alumnos me veían y veían mal a Shippo.

¿No habrán pensado que él y yo...? Con eso de que soy la Princesa de Hielo de la escuela, tal vez pensaron que el chico era algo mío. ¡Idiotas!

Como el chico nuevo no tenía amigos, no tuve más remedio que sentarlo en la mesa con nosotros.

Hola chicos! - puse la bandeja de comida en la mesa. - Él es Shippo Hirawizawa, ya lo habían visto en los pasillos, y saludado, pero ahora es oficial. Viene de Japon. Shippo él es mi hermano Inuyasha, mi prima Tsubaki, y mis amigos Hakudoshi, Kanna y Ayame.

¡Hola! - saludaron todos y mirándome raro.

Nos sentamos en la mesa en la que nos habíamos sentado siempre. Era muy grande solo para nosotros, pero nadie se atrevía a siquiera imaginar sentarse a nuestro lado.

Tsubaki y Ayame se dedicaron a hablar sobre mi fiesta, Hakudoshi comía y dibujaba, Kanna estuvo pegada a su blackberry y Inuyasha hablo sobre las pruebas de fútbol americano. Estaba pensando en aplicar para Mariscal de Campo.

Hablando de pruebas... - interrumpió Ayame - Este año hagan pruebas, chicas. Bueno no necesitan hacer pruebas, soy la capitana y puedo meter a quien yo quiera y las quiero a ustedes dos – nos apuntó con el dedo.

Kanna dejo el celular y me miro.

Mmm es tentadora tu oferta, pero no. Gracias. - respondí y Kanna me miro aliviada.

Hace mucho tiempo habíamos hecho un pacto: Si yo entraba a las porristas ella también, si ella entraba yo también.

Shippo no hablo, solo se limitó a comer y sonreírme.

El jueves, ya me había hartado de ser la parlanchina y que Shippo no hablara. Así que me armé de valor y le dije:

Shippo, si entiendes todo lo que te digo?

Asintió.

¿Seguro?

Si.

¡¿Entonces porque no hablas?! Solo me dejas hablar y hablar. ¡Cállame! ¡Dime que estoy equivocada o lo que sea!

Lo lamento – hizo una venia mientras sonreia

Me gusta el sonido de tu voz.

Ah - fue todo lo que pude decir. Su respuesta me había tomado desprevenida.

¿En qué equipo me recomiendas hacer prueba? - pregunto con voz melodiosa, cerrando su casillero.

Mmm. ¿Te gusta el Baseball?

No mucho. Pero soy bueno lanzando bolas curvas.

¿Qué te parece Basquetbol? Eres alto.

Mmm tal vez - llegamos al jardín trasero y nos sentamos frente a la fuente. - Mejor Fútbol. Es algo que conozco bien.

¿Soccer o americano? - pregunte.

Soccer, por supuesto Gomy.

No... No me digas así, por favor, Shippo.

Pero así te dice tu hermano - replico confuso.

Exacto. Solo él puede decirme así. Ah y Justin Timberlake - agregue.

Recordé que le había dado permiso años atrás y las ocasiones en que lo había visto me había llamado así.

Justin Timberlake - se carcajeo.

¡Es verdad! No te burles. Mi papa es productor musical. Han producido un par de temas juntos.

Ah. Perdón. No lo sabía. Entonces, no te diré Gomy.

Gracias. Oye... sé que es muy apresurado, pero... - de mi bolsa saque el sobre negro que le había dado a todos los de cuarto año. - Este sábado es mi fiesta de cumpleaños.

Le entregue el sobre.

¿Estoy invitado?

¿Cuál? no te estoy invitando. - conteste con riéndome.

¿Qué significa que me hayas invitado? ¿Que estoy oficialmente aprobado por los populares? - enmarco una ceja.

¿Te diste cuenta? - pregunte avergonzada.

¿Como no ver que ustedes son los populares? ¿El lunes traías el cabello con una... cómo se llama... eso rojo que traías? ¿Como se dice...?

¿Diadema?

Si, eso y el martes todas las chicas venían así peinadas. Todas traen un brazalete lleno de dijes grandes y brillantes como el tuyo.

¿Que?

¿No te has dado cuenta? Mira a esas chicas - señalo a un grupito de las de segundo grado.

¡No me había dado cuenta! ¡Todas traían un brazalete parecido al mío!

Mira como traen el cabello esas cuatro chicas de alla - señalo a otras niñas.

Una traía el cabello corto como Tsubaki, otra traía el cabello hasta los hombros como Kanna, otra traía el mismo corte de cabello que Ayame y la última traía el mismo peinado que yo el día anterior: una cola de caballo debajo de la oreja derecha.

¡¿Qué demonios...?!

¿No lo habías notado? - pregunto burlón.

No - susurre.

Nunca veía nada más que a... Inuyasha.

¡Cielo santo! ¿De cuantas cosas me había perdido?

A ver, según Tsubaki, Kanna y Ayame yo les gustaba a los chicos, cosa que ni yo por enterada. Todas traían mi brazalete y se peinaban como nosotras...

¿De qué otra cosa me había perdido?

Mire a los chicos y la mayoría traían pulseras de hilo como los que usaba Hakudoshi y el corte de cabello de Inu.

¡¿Que rayos era eso?!

¿De qué otra cosa me había perdido?

Trate de hacer memoria de estos tres años pasados y lo único que recordaba era algo que involucraba a Inuyasha. Este era mi último año de preparatoria y tenía que hacer algo más que encerrarme en mi habitación con el.

Nos vemos luego, Shippo - salí corriendo.

No deje de correr hasta que llegue a las listas para hacer pruebas en los clubs deportivos y atléticos.

Respire profundo y anote mi nombre y el de Kanna en una lista en la que nunca pensé escribir.

Nunca.