¡Hola a todos!, luego de algunos meses de trabajo en conjunto con mi lector beta, finalmente podemos presentarles a ustedes esta adaptación de la talentosa escritora Victoria Wittaker la trama es de ella, yo solo hice algunas correcciones de ortografía y redacción de su historia original, para que se adaptara a el mundo de Inuyasha el cual pertenece a nuestra querida Rumiko Takahashi.

No olviden visitar la historia original de Victora, el enlace estará en mi perfil

Estaré publicando dos veces a la semana lunes y viernes esta emocionante y hermosa historia.

Siendo fiel a lo que ponía Victoria, tengo en una pagina de Facebook las imágenes de los capítulos (Cosas que destacan de los capítulos, y no todos tienen imágenes) la dirección esta en mi perfil

84 – MI CUMPLEAÑOS

Luego de que Demi Lovato termino de cantar, me deseo un excelente cumpleaños número 16.

Cuando bajo del escenario me tome unas fotografías con ella y con papa.

Bebí más champan, baile con mis amigos, me cantaron feliz cumpleaños y soplé las velitas de mi pastel y Baile de nuevo...

La pase muy bien, a pesar del susto que me hizo pasar Sango, por culpa de nuestro exhibicionismo.

Regresamos a casa a las cuatro de la mañana, me hice la dormida para que Inuyasha me llevara en brazos a la habitación.

Ansiosa, espere a que regresara por la puerta compartida. Entro con una botella de champan abierta y un par de copas.

¿Intentas ponerme ebria y aprovecharte de mí? - pregunte antes de beber.

Ebria o no... me aprovechare de ti - una sonrisa traviesa, cruzo por su rostro.

Como dos locos -o dos borrachos- comenzamos a bailar sin música, de la manera en que yo quería bailar con él, en el ZODIAC: con nuestros cuerpos muy juntos.

¿En qué pensabas al bailar de esa manera frente a mí, en la fiesta? - pregunto contra la piel de mi cuello.

Pensaba en ti y en que me estabas observando.

Eres mala, te mereces un castigo - me dio una ligera nalgadita.

Solté unas risas tontas y comencé a desvestirlo. No tarde mucho en hacerlo, mis dedos eran rápidos y expertos a la hora de quitarle la ropa.

En cambio, el sí fue lento y torturante.

Una vez desnudos en mi cama, entrelazo nuestras piernas.

No sabes cuánto te amo, Gomy - susurro mirándome apasionadamente y acariciando con suavidad mi mejilla sonrojada.

Sus labios recorrieron con dulzura mi rostro. Deposito tiernos besos en mi frente, mis cienes, mis mejillas...

Trate con todas mis fuerzas en no pensar en que, en mi próximo cumpleaños, no iba a estar en sus brazos.

Hay tantas cosas que quiero hacerte - susurro contra mi clavícula, haciéndome estremecer. - Confías en mí? Mmm? - su nariz rozo la piel de mi cuello, haciéndome cosquillas.

Si - mi respiración ya agitada, se agito a un nivel inconcebible cuando sus besos dejaron de ser tiernos.

Sus besos húmedos fueron descendiendo por mis senos, hasta mi abdomen, bajo aún más hasta mi vientre y se fue desviando hacia la derecha hasta llegar a mi ingle.

No - asustada, aleje su cabeza de mí.

¿Confías en mí?

Me mordí el labio dudando.

¡Habíamos hecho cosas extrañas, como hacerlo frente al espejo, hacerlo de rodillas, o subir mi pierna en su hombro... pero no sexo oral! Según la revista Cosmo, era muy placentero, pero a mí me daba cosa.

Pero... era Inuyasha. La vergüenza y el pudor entre nosotros se había perdido desde hace mucho. Confiaba en él; antes de ser mi amante, había sido mi amigo. Además, quería que el fuera el primero en todo en mi vida, ya que no iba a ser el último.

Asentí cuando me pregunto de nuevo si confiaba en él.

Con sus besos nada recatados siguió el camino. Beso mi intimidad y con suavidad succiono el área más sensible de mi cuerpo.

Mi instinto me decía que lo aventara con una buena patada, pero no podía ni quería detenerlo. Y para empeorar las cosas, necesitaba de toda mi concentración para no gritar su nombre a todo pulmón.

De pronto me halle pensando la manera de devolverle el favor. Tal vez para su cumpleaños, también.

Cuando hicimos el amor, me volvió a dar órdenes parecidas a las que me dio en mi casa de los Hamptons. Algunas posturas eran sencillas y otras más elaboradas.

¡Cielo santo! ¿De dónde sacaba ese nuevo repertorio?

Definitivamente Inuyasha ya no era un adolescente, era todo un adulto complaciente y con una excelente condición física. Tendría que comenzar a hacer ejercicio para no quedarme atrás.

Cuando desperté por la mañana, me encontré con sus hermosos ojos oscuros y me miraba con ternura.

No me veas - di la vuelta en mi cama.

¿Porque no?

Estoy horrible.

Ya me imaginaba con el maquillaje corrido y las pestañas postizas pegadas en la frente.

Inuyasha me abrazo por la espalda.

¿Te quieres duchar conmigo? - pregunto y luego beso mi cabello.

Mmm... si.

Me estire para desperezarme, pero luego me acurruque otra vez.

Suspire.

Aquello era el paraíso.

Amo cuando haces eso, Gomy- susurro en mi oído.

¿Hacer qué?

Ese sonido. Como el ronroneo de un gatito.

Me reí.

Ven, vamos a tallarnos la espalda... y otras cosas - agrego antes de levantarse.

Lo vi caminar desnudo hasta mi baño. Era una visión divina.

Aun no me quería levantar, pero de solo pensar que Inu estaba en mi baño, sin ropa y que muy pronto su delicioso cuerpecito estaría enjabonado, me hizo saltar de la cama.

Esperaba encontrarlo en la ducha, pero estaba sentado en mi tina de baño, mientras se llenaba con agua calientita.

Ven - extendió su mano para ayudarme a entrar.

Recargue la espalda en la helada tina y Inuyasha cerro las llaves a su espalda. La deliciosa espuma me cubría los senos y me impedía ver su cuerpo, pero no importo. Repito: aquello era el paraíso.

¿Quieres que te bañe? - pregunto con una sonrisa traviesa.

Asentí con el corazón a toda marcha.

Inuyasha tomo una esponja y comenzó a tallar mis pies, haciéndome cosquillas.

Una vez limpiecitos, el bajo a la cocina por nuestro desayuno. Le dijo a Sango que me quería sorprender con un desayuno de cumpleaños.

Nadie se atrevió a molestarnos ese día.

Vimos películas en mi cama y en pijama, como solíamos hacerlo los domingos.

Fue un gran cumpleaños.