Hola, gusto en verlos de nuevo :3, aquí vengo a ofrecer otro nuevo capítulo, y con el anuncio que tardare mas en publicar el que viene, sobre el otro finc bueno todavía esta pendiente por subir, he estado algo ocupada y tuve que cuidar de un familiar enfermo, no digo fecha de cuando lo subiré porque ni yo misma estoy segura si será publicado el mero día.
Sin mas que decir espero que se encuentren bien y sean pacientes con esto que estamos enfrentando todavia del covid, hagan caso a todas las indicaciones y vacunence.
Las dudas al respecto sobre el fic los resolvere al final del capítulo :3
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El ambiente no se le hizo tan denso como era el participar en una reunión con cuatro míticas bestias sagradas, tres grandes ángeles o cualquier otra autoridad por encima de la suya. Aunque ya había pasado mucho de eso, y no tuvo de otra más que haberse acostumbrado. Aun así, la cierta densidad que sentía se le hacía más llevadera que aquellos digimon mal encarados.
Le fritaba el humor con solo recordarlos, aun si existía sus excepciones como cualquier otro lugar.
Actualmente era quien llevaba la batuta en la pequeña habitación del hospital, no le desagradaba, pero para explicar a medias el tiempo que estuvo en recuperación, el cómo se manejaba de manera diferente los días comparados con el mundo humano, tenía que omitir detalles específicos y disfrazar otras con un eje de credibilidad eficiente.
Si le entristecía debía callárselo, guardarlo en lo más profundo de su ser, y no reflejar nada de cómo se sentía al respecto. Creía que debía de ser ese modo, ultimadamente, su conducto de pensamientos deambulaba por aquellos rumbos.
Quizás estar meses rodeado entre tantos digimon si le había afectado después de todo.
—No sé cuánto tenemos hasta que haya otro golpe en nuestro mundo, pero si me gustaría que fueran más precavidos de ahora en adelante—su solicitud era rotunda, sin miramientos a que declinaran, no obstante, inconscientemente Taichi deja escapar un gruñido a los segundos al recapacitar de propia cuenta que las paranoias del digimundo tardarían en desaparecer—No podemos simplemente permanecer con la guardia baja.
A Yamato le pareció que Taichi se estaba consumiendo por algo más allá de su comprensión. Pero por el momento lo dejo pasar.
—Eso lo sabemos, pero por ahora deberías de tratar de relajarte, no ganaras nada preocupándote ahora. Solo te estresas.
—Yamato-san tiene razón, deberías confiarnos tu tranquilidad a nosotros. Tanto física como mentalmente debes estar agotado, no te recomiendo que te sobreesfuerces No sabemos cuándo ni donde atacaran, y porque es que tomaron ventaja sobre nosotros por la ausencia de nuestros compañeros, no obstante, eso no quiere decir que no te puedas relajar, ya veremos cómo solucionarlo—acotó Joe—Además, una vez que estés en casa lo mejor es que te concentres en tu recuperación. ¿No es así chicos? —pregunto recibiendo un asentimiento grupal.
Taichi se muerde discretamente el labio inferior indeciso no teniendo más que seguirles la corriente, la cual Hikari se encargó de conducirla en una dirección diferente a la que venían manejando. Poco a poco sin darse cuenta, gracias a la intervención de su hermana, fue relajándose, al grado de que entre la plática llego a motivarse a ponerse en engorda al rellenar sus mejillas con sabores endulzantes y frutillas que excitaban su paladar, no notando a Sora sonreír enternecida por la escena que a simple vista lo comparaba a un niño en una dulcería que se sonrojaba cada que se amontonaba de comidas altas en calorías y se derretía por el conjunto de sabores.
Menos que permaneciera fija en él hasta que por cuenta propia se arrepiente por dejarse llevar y desvía la mirada avergonzada, como si hubiese sido cachada en la movida, aun si ella se dispuso a autosabotearse. O que a Kōshirō no le pasó desapercibido, pero si le extrañaba el comportamiento de Sora, más que se ese modo, y que al mismo tiempo este sacara saca el móvil del bolsillo trasero del pantalón y escribe veloz en este, regresándolo a una velocidad similar cuanto siente a Takeru observando de reojo lo que hacía más que curioso.
A un costado de Joe, si Kōshirō se atreviera a mirar, se encontraba Mimi tomando unas cuantas fotos con el suyo que casualmente conectaba hacia Taichi que era ajeno a las ocurrencias de las dos, solo disfrutaba de ese tiempo especial con ellos sin enemigos asechando a la vuelta de la esquina.
Deseaba desde el fondo de su corazón que las cosas duraran de ese modo, y que la opresión que apareció en su pecho no fuese la alusión de un mal presentimiento.
Al cabo de un rato la reunión se trasladaría a la casa ante el anuncio de que pronto desalojarían el hospital, lo cual lo lleno de un jubilo sin igual. Sus padres, Yamato y Hikari fueron los que más se movieron, pese a que en una de esas intentaron que usara una silla de ruedas que no se tocó el corazón en rechazar de la manera más pacífica y amable posible, cuando en realidad estaba siendo orgulloso al negarse.
Convencerlos de que se encontraba en perfectas condiciones como para andar por su cuenta más de lo calculado.
En el camino le dejaron el asiento trasero que daba a la ventana, el papá de Yamato participaba de conductor. Taichi no pensó demasiado la forma en que se distribuyeron, o porque sus padres eligieron adelantarse en lugar de aceptar la invitación del señor Ishida a ocupar un espacio más dentro de la camioneta, sentía que no merecía estresarse por algo que no le correspondía concentrarse, así que se limitó a obedecer las indicaciones y segundos después ver lo que ocurría detrás de la ventana.
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—¿B-Bromeas?, creí que al estar convaleciente…
—¿Me ves cara de estar bromeando? —zanja Yamato con cara de pocos amigos parado un viernes por la tarde delante de la puerta abriéndose camino dentro de la residencia de los Yagami—Que estés convaleciente no impide que te pongas a estudiar.
—Pero viejo, no ha transcurrido ni la semana, ¡la maldita semana! —se quejó Taichi cerrando la puerta con la planta del pie, refunfuñando cosas inentendibles mientras lo seguía de mala gana a la sala de estar—Además no puedes invadir la casa de otros como si fuera la tuya.
—No lo haría si los exámenes no estuvieran a la vuelta de la esquina. Necesitas repasar, tú lo sabes mejor que cualquiera que si no lo haces los reprobaras.
—Ni siquiera estas en el mismo salón que yo, ¿no debería ser Sora la que este aquí?
—Que no estemos en el mismo salón no quiere decir que no pueda serte de apoyo—gruñe Yamato sacando un conjunto de libros y libretas que no le pertenecían—La estaré sustituyendo por estos días, su madre ha estado con el ojo pegado a ella. Ahora pon tu apaleado trasero junto a mí que no tenemos todo el día.
—…—Taichi se escandalizo sonrojándose indignado por la orden del rubio, arruga el entrecejo y se frota el arco de la nariz—Lo creería más de Kōshirō que venga a enseñarme—molesto a propósito malicioso no atreviéndose a verle a la cara dando grandes trancos.
—Él es un grado menor que nosotros—Yamato bufa viéndolo acomodarse a una distancia razonable—Sino te gusta, no me culpes si tus notas son pésimas. Eres libre de marcharte. ¡Oh!, se olvidaba, no puedes echarte de tu propia casa, así que te aguantas.
—Así que te aguantas—Taichi lo arremedo—El que tendrá que aguantarse es otro, sino logro entenderte a la primera.
—Con esa cabecita tuya es comprensible, tu cerebro es del tamaño de un maní—contraataca Yamato hiriendo su orgullo, espera a que Taichi le responda de vuelta irritado, pero sorpresivamente este hace uso de su autocontrol estirándose a recoger entre las manos una de las libretas de Sora ignorando la ofensa como si hubiera reflexionado o rendido en dado caso a su impulsividad por llevar siempre la contraria, ¿acaso suspiro? —…Estas en ciencias, lo mejor sería ir por las que están más próximas.
—Solo veía lo que han avanzado—musita Taichi tras unos segundos de silencio incomodo pegando las yemas de los dedos a la hoja—No es como si tuviera particular interés en estudiar.
—Seguro—responde Yamato removiéndose un poco del asiento, sintiendo algo que antes no estaba ahí, una barrera apenas perceptible.
El cambio fue tan abrupto que por breves instantes lo desconoció.
—¿Yamato?
—¿Sí?
—Lamento si me he comportado como un idiota, gracias por ofrecerte a venir a ayudarme a estudiar.
—Ni lo menciones—responde Yamato sonriendo de lado—Enfoquémonos a estudiar, se hace tarde—al verlo asentir sereno carraspea atrayendo lo que estudiarían por esa tarde. Aun continuaba sin entenderlo, pero no se dedicó a encarárselo, si lo cuestionaba creía que se cerraría.
Una minúscula parte de él quería darle un coscorrón para comprobar que se trataba del original y no les dieron gato por liebre. Y con la picazón de cumplir su meta, se hundieron en libretas, formulas y las anotaciones precisas de Sora toda la tarde y parte de la noche. Los días posteriores Kōshirō colaboró, en el fin de semana Joe se adjuntó, Takeru y Hikari les ofrecieron aperitivos. En los descansos se distraían en la cotidianidad riendo, escuchando relatos, recuperándose de las heridas infringidas por el destino.
Al cursar por la tercera e inicio de semana, fue él y Kōshirō que fueron a buscar a Taichi asegurándose que regresara en definitiva a la rutina escolar. Yamato no pudo evitar disfrutar de su corta agonía, ya que al parecer se había hecho a la idea de levantarse hasta tarde.
En el trayecto aguantaba el bostezo, andar a pie en las mañanas, más si estas eran frescas le provocaban cierto punto de adormecimiento que aplacaba con café. En sugerencia les dijo que les invitaría algo de la tienda de conveniencia a lo que estos aceptaron introduciéndose a la vieron a cuatro cuadras de distancia. Kōshirō tomo una bebida energética y Taichi dos piezas de pan glaseado, ambos estaban de acuerdo a su presupuesto, es lo que Yamato contaba del dinero almacenado en su billetera contando el café americano seleccionado.
—¿No quieres algo más Kōshirō?, el sinvergüenza de Yagami agarro dos.
—Dijiste que nos invitabas algo, no especificaste cantidad— defendió Taichi y Yamato en contestación rueda los ojos.
—No nada, la bebida energética está bien—dice Kōshirō con simpleza.
Yamato entendió que no debía insistir más, por lo que va al cajero a pagar y pronto reanudan el camino hacia la escuela ignorando que, en la distancia, dos digimon los veían desde las alturas.
El primer digimon lucía un aspecto femenino de encantadora y hermosa apariencia, sostenía un abanico dorado que agitaba cada cierto manoteo. Viste de negro con un kimono morado, y peinetas doradas adornando su cabeza; no ocultaba la naturalidad negra sin plumaje de sus dos alas de toques demoniacos. El segundo era una bola azulina con alas como las de murciélago y la imagen de una calavera incrustada en la frente.
La conversación entre los dos era omitida por los ruidos cotidianos de la ciudad, aunque el digimon del abanico poco le importo, su par de ojos de expresión disfrazada de calma perseguía con la mirada a los tres elegidos, relamiéndose los labios en instintiva lujuria. No quedándose menos de cinco minutos en los que creyó que eran suficiente minutos invertidos.
Sin embargo, a medida que se perdía en el portal que abrió detrás de ellos y pausadamente se giraba al punto de casi dar la espalda, su rostro se ilumina por el imprevisto choque de miradas que obtuvo con el humano de cabello castaño. El recelo de él, la sensación de impotencia escondía que podía contemplar a flor de piel, le acalora las mejillas en conjunto de una enfermiza excitación al peligro tras haber sido captada huyendo. (1)
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Tal como Yamato y Kōshirō le advirtieron, los exámenes golpearon los escritorios, clase tras clase, el número de preguntas variaba en complejidad, pero tal como Taichi creyó cuanto su capacidad de aprendizaje, los resolvía con desenvoltura acabando antes que pilar de alumnos que horas atrás lo recibieron chirriando de alegría y palabras reconfortantes. Al no estar particularmente atraído por deshacerse de la prueba, iba haciéndose el vago, rellenando los óvalos, garabateando en las orillas de la hoja y cada que el maestro se distraía él lo imitaba girando el lápiz entre los espacios de los dedos ya sea en aburrimiento o por que le costaba deshacerse del malestar estomacal que le genero ver a ese par de digimon merodeando a los alrededores.
En los toques de timbre aprovechaba para estirarse, ir al baño, tontear verbalmente con caras familiares en los pasillos aun estando con la guardia alta, y los sentidos agudizados de extremo a extremo.
Al llegar la hora del almuerzo se escabulle del campo visual de todos arrastrando a Sora consigo sujetándola de la mano reuniéndose con Kōshirō y Yamato en los jardines traseros no siendo consciente del nerviosismo de Sora al hablar como el transpirar de la unión continua de su mano con la de ella o el de su propio corazón bombeando sangre con mayor intensidad.
Oía los latidos, pero los evadía ajeno a lo que los causaba. Ni siquiera sintió el instante en que se separaron o que la había agitado al andar apresurados repeliendo a cualquiera fuera del limitado círculo de amigos con los que tenían mucho en común. Lo cual era ridículo conociendo su carácter extrovertido que, destacaba las canchas de futbol, pasillos, salones, maestros y, más sensación de haberlo agotado cuando ni siquiera había finalizado el día, no se desvanecía de su sistema.
—Carajo, no estoy en mi mejor versión de mi—Taichi contuvo el impulso de alborotarse los cabellos ocupando un sitio cualquiera.
—Creo que ya somos todos—comento Kōshirō abriendo la tapa de su lonchera—Bueno, no precisamente todos, pero estamos los que…
—Ya entendimos—suspira Yamato cortando el rollo—Por cierto…—ve a los recién llegados con cierto ánimo y curiosidad mal disimulada—¿Cómo sienten que les fue en los exámenes?, en mi caso no creo salir mal, el repaso que tuvimos en la casa de Taichi aumento mis posibilidades de superar mis notas pasadas. A Kōshirō no le pregunto porque el es que ronda por los puestos mas altos.
—Sin contar que mis libretas regresaban tarde—comenzó Sora recuperándose de a poco—Diría…que sacaría un promedio aceptable, en ingles es donde me preocupa como saldré.
—Ya te dije que lo sentía—se disculpaba Yamato sin éxito—Los fines de semana los entregaba temprano.
—A las cinco de la tarde—bufa la de cabellos naranja volteándole la cabeza fingiendo molestia—Si a eso le llamas temprano, no quiero saber que es entregarlo por anticipado.
—Sora—
—Yo…—Taichi abre la torre de madera de almuerzo que su madre preparo para él de tres secciones entrometiéndose sin querer entre el Ishida y la Takenouchi—Pienso que no saldría ni bien ni mal, aunque no lo sentí complicados, sino mas bien lo común—se encoge de hombros con la mirada puesta en los palillos que destapaba y semblante decaído.
—¿Sentiste que necesitabas más horas para recapitular? —indago Kōshirō, Taichi niega recogiendo la carne de la lonchera guiándola a la boca—¿Entonces?, ¿no te preocupa la probabilidad de una calificación mala?
—No. Si saco una nota mala es porque me lo busque.
—No parece que sea ese el caso—comenta Sora frotando una mano contra la opuesta—A ti te ha estado molestando una cosa distinta. Quizás no lo digas por pena, no te forzaremos a que nos lo digas, mas si te incomoda, no nos reiremos, te lo prometo—curva los labios amistosa pellizcándose la piel discretamente al recordar sus entrelazadas.
—Gracias, lo tomare en cuenta—Taichi hace un intento de sonrisa acarreando más comida, Yamato, Kōshirō y Sora no lo detuvieron, sino que fueron pacientes—Se los contare en la noche, necesito organizar mis ideas primero.
—No necesitas apresurarte—detiene Kōshirō compasivo—No es justo que te presiones por nosotros. Lo que queremos es que te recuperes, luego de la mala experiencia que tuviste.
Taichi quedo aturdido ante la desbordante amabilidad. Acomodo la lonchera en las rodillas cerrándola al momento. Asintió con la cabeza y antes de ponerse mas excusas en el cuello el vicecapitán suplente del equipo de futbol aparece.
—¡Yoi!, Yagami-san—saluda un pelinegro de rasgos relajados, piel lechosa y pecosa. Cejas desbalagadas—Takenouchi-san, Ishida-san e Izumi-san, ¿Por qué tan apartados de los demás?, ¿amanecieron con el pie izquierdo? —recarga el brazo en el hombro de Taichi en actitud confianzuda.
Yamato lo observa malhumorado, ese chico no le agradaba, Kōshirō no comprendía la razón de su actitud, mucho menos Sora.
—¿Qué te trae por aquí Sōma-san? — Taichi lo repele sin aspavientos sacudiéndose la conmoción—No creo que sea tanto por mi salud—agrega sarcástico e indiferente a la falsa tristeza del pelinegro.
—No seas cruel, ¿Qué te hace pensar que no es porque me preocupe sinceramente por ti?
—No lo sé, ¿te refresco la memoria a golpes?, quizás eso te recuerde lo que sucedió en las duchas—Sōma sonríe nervioso colocando ambas manos de escudo—Son gratis—Taichi lo fulmina con la mirada haciendo que retrocediera—Esfúmate—ordeno
—Que grosero eres, al equipo de futbol no le encantara escuchar—
—Te he dicho que te marches vicecapitán suplente—Taichi no le dio margen de que lo intimidara Yamato se alza al percatarse que Sōma se preparaba dispuesto a dar el golpe inicial
—No te tengo miedo Yagami
—Para lo que nos interesa—dice Yamato—Si ya lo oíste márchate de una buena vez
—¡No te metas Ishida! —Sōma ignora las advertencias y enfoca al rubio entrometido borrando aquella sonrisa nerviosa armado de valor—Esto es entre Yagami y yo.
—¿Ya no es Yagami-san?, no te esmeraste a revelar tus verdaderos colores—Yamato intensifica la agresividad de Sōma—Ya se me hacía raro tanto compañerismo.
Kōshirō le agarra de una de las muñecas serio cuanto Yamato es atraído del cuello de la camisa.
—Somos tres contra uno, la desventaja es evidente. Te sugiero que lo sueltes Sōma-san.
Sora boquea, temía que se salieran de control, o peor aún, que los llevaran a detención. Intento hablar, pero las palabras no salían de su boca. Busca a Taichi desesperada con la mirada, que es interceptada y respondida de que no había de porque alterarse, y que Sōma sería neutralizado.
Sora vacila e intenta alcanzar a Taichi que abandonaba la banca, Taichi de reojo evita que ella la alcance, moviéndose más rápido, apuntando en un parpadeo la punta de un palillo a la garganta de un Sōma desprevenido con la izquierda y con la derecha tirando del cabello la cabeza hacia atrás.
La rodilla detrás de la pierna dispuesta a derrumbarlo si anticipada a cualquier margen de intensión retorcida.
—H-Has enloquecido Yagami—gime adolorido Sōma tensándose al sentir la punta del palillo punzándole la garganta, comenzando a sudar frio—Hare que te expulsen sino me sueltas.
—El que hace las advertencias soy yo Sōma, así que cierra el hocico y suelta a Yamato y tal vez te seda el puesto de capitán que tanto deseas—susurra Taichi en oído de Sōma.
Sōma acata la instrucción a regañadientes comprendiendo muy bien el mensaje, le temblaban las piernas, su odio palpable le impide desplomarse en el suelo al alejarse el palillo y el cabello ya no fuera tirado a modo de retención. Kōshirō libera la muñeca de Sōma al instante perplejo siendo empujado por este como objeto de intercambio que lo ayudaría a escapar al ser intimidado. Sus deseos de que Taichi muriera o quedara invalido en el accidente no fueron escuchados, el que lo hallara repuesto le hervía la sangre. Ya encontraría como vengarse de aquella humillación.
—Este tipo—Yamato evita la caída de Kōshirō reincorporándolo del brazo—¿Qué se carga esa rata de alcantarilla contra ti Yagami?, ¿piensas que dejar que huyera no te traerá problemas a futuro?
—Envidia mi posición de capitán de equipo de futbol. No causara problemas en semanas—resopla Taichi botando el palillo a la tierra—Lastima—quiebra el palillo usado—Ni yo mismo se porque lo deje escapar—frunce el ceño—Fuera de eso, ¿están bien?
—Por mi parte no te preocupes, fue más el susto que se llevó él al ser amenazado con tu palillo—Yamato quita en lo que cabe las arrugas del cuello de la camisa desazonado al no medir de momento que la acción de Taichi había sido peligrosa y letal—Por cierto…lo que hiciste fue arriesgado. No lo repitas.
—No había opción—Taichi desciende los ojos al palillo destrozado escalando hacia los azules de Yamato—Sōma no es de los que se están en un solo lugar, los rumores de que se a juntado con grupos de matones con uniforme escolar por ser el hijo de un ex policía es fuerte. Al no ganarse la confianza del equipo insistió conmigo, al ver que no funciono, recurrió al acoso. Lo que sucedió en las duchas…no quiero hablar de eso.
Sōma casi había logrado que se lesionara de gravedad al entrar en la ducha y que casualmente un jabón deslizara en el lugar exacto donde pisaría. De no haber sido por sus buenos reflejos se habría lastimado el brazo y abierto un solidario corte en la frente. Contarlo ahora no tenia sentido, aunque si lo hacía se liberaría de una carga de la que se le hacía más fácil desprenderse.
—Eso es horrible, no creía que presenciáramos estos casos en alguno de nosotros—murmuro Sora escandalizada—¿Por qué no nos contaste cuanto sucedió?
—Porque atentaría contra ustedes. Akatsuki me conto que cuanto Sōma se enteró de que el vicecapitán lo incapacitaron por su pierna fracturada, no rechazo ser el suplente en lo que Hideo-san se recupera, sin embargo, de ahí nace otro rumor de que por la fractura abandonara el equipo ya que las posibilidades de que no hayan quedado secuelas son escasas.
—Si ese rumor es cierto…—
—…Sōma se beneficiaría—completó Kōshirō alzando las cejas en asombro sudando frio—P-Pero como lo atajaste…
—¿Se vengará? —pregunta Taichi retorico—Apostaría a que sí—coloco las manos detrás de la nuca alzando la barbilla al cielo—Me detesta, lo que le susurre al oído es que tal vez le entregaría mi puesto de capitán.
—¿Lo entregaras? —más que una pregunta era una afirmación por parte de Yamato—¿Temes que cobre venganza?, si es así yo…nosotros—observo de reojo a Kōshirō y luego a Sora—¡¿Permitirás que te arrebate lo que es por derecho tuyo?!
—Temporalmente le hare pensar que lo tiene y no peleare por recobrarlo en lo que reúno información que amerite a que lo expulsen y tenga un adecuado tratamiento médico.
Aunque la cuestión aquí en si era que si al planificar su jugada no orillaría a Sōma a un mal desenlace influenciado por el grupo de matones que fijaban a causar estragos en las calles donde la vigilancia solía ser escasa.
Ya arreglaría esos detalles después.
Además, renunciar al futbol no le daba la impresión de que fuese a perjudicarlo si solo sería por un objetivo temporal, ¿cierto?
Al sonido del timbre recogieron las loncheras, y dialogaron más sobre el destino deparado para Sōma como para él, Taichi en ese lapso les conto no muy decidido el suceso de las duchas en voto de confianza llegando a la conclusión que si no les contaría abiertamente lo de sus poderes mínimo lo haría con el tedioso caso de acoso escolar.
Esa tarde sonaron mensajes de texto en los celulares de gran parte de los jugadores, anunciando que renunciaría al equipo, las razones estaban especificadas, no jugaría por su supuesta afectación por el accidente y que no comentaran su resolución a los nombres escritos ya que "temía" cómo reaccionarían, discreción inmediata recalcó.
Kōshirō ayudo en la redacción, Yamato y Sora en leer y aprobar el escrito.
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—¿Qué te pasa?, hoy estas más serio de lo habitual—indagaba un digimon de dos grandes alas blancas en relativo interés—¿Te molesta mi presencia?, solo soy—
—Un simple mensajero, lo sé—lo corta Taichi retirado de Hikari, Tailmon, Agumón y el entusiasta de Daisuke que parloteaba fantasioso el ser convocado como nuevo niño elegido—Me costó despistarlos y arrastrarnos a este punto, me tendrán en la mira Angemon, ¿cómo piensas que me sentí al verte? —musito sin fuerza cuidando el tono de voz ante la sensibilidad auditiva de Tailmon y Veemon. Lanza una mirada a las manchas reunidas y respira hondo pensando que lo más conveniente sería no alargar la conversación—No, sabes que, olvídalo. Dime de una vez que se traen, ya me las arreglare luego.
Angemon asiente reservándose las excusas por el desliz yendo directo al grano, pensando para sí que lo compensaría en otra ocasión por la falta cometida. Su descripción definía lo relatado por Tailmon, el emperador de los digimon, las torres oscuras, los anillos malignos, lo que variaba en sí, era que el tiempo disfuncional en el digimundo que se reconecto con el mundo humano, además de las presencias irregulares no identificados de diferentes especies de digimon que habría que investigar.
Taichi lo oía estoico para ese entonces, con las emociones encerradas en un baúl que se había construido en situaciones donde lo que sintiera o pensara solían ser insignificantes. Al almacenarlos con regularidad ya se le se hacía más lento en percatarse que la transición ya no transmitía la brusquedad del reemplazo de chip que se había autoimpuesto.
¿O le impusieron?
Ya no lo sabía con certeza, pero dejo de preocuparse desde que se adaptó a ello, le evitaba que lo subestimaran, y que si aún lo menospreciaran no le causara daños que le afectaran la autoestima por horas.
—¿A qué grupo de investigación nos integraran? —pregunto lo obvio, paciente ante la tempestad que se avecinaba. El sol de la tarde noche todavía los bañaba y el viento le acariciaba la piel. La calidez no le afecto, y la luz no menguo la recta postura con la que se dirigía a Angemon.
—En el palacio de los tres grandes ángeles los conocerás, esos datos no te los puedo proporcionar, yo tampoco me los he encontrado de frente, lo que si te puedo anticipar es que Ophanimon y Cherubimon-sama están de acuerdo en que tú los dirijas—responde Angemon separando los pies del suelo preparándose para partir—Comenzarás con un grupo menor. Un alrededor de entre cinco y veinte digimon a tu cargo, todo depende de lo que ellos crean conveniente para alguien como tú.
—Entendido, asistiré en la noche junto con Agumón. Si hay algún inconveniente por la hora, me disculpare personalmente con ellos.
—Les hare saber tu respuesta.
—¡Ah!, y Angemon, ¿será posible para ti que me consigas una ropa cualquiera que no se rompa y queme igual que mi viejo uniforme?, que tenga una capa de preferencia, googles, botas y una mascarilla, y que distorsione mi olor.
—Por supuesto, no es una petición imposible, lo tendré listo cuando vayas al palacio—y sin decir más, Angemon se despide asimismo del encuentro.
Taichi lo despide meneando la mano aun si no es visto por el ángel mensajero de turno, regula el flujo de sus emociones al girarse de vuelta a las manchas que aguardaban por su retorno. Avanza en dirección a ellos, casual, intercambian comentarios, en los cuales dictaminaba silencioso si regalaría los googles de su abuelo a Daisuke, si el chico podría ser un buen líder y llega a la resolución de que tomaría el riesgo.
Sujeta a un desprovisto Daisuke del hombro y tira los googles ofreciéndoselos luego de un discurso del peso oculto de estos. Daisuke tembló, admirando el legado que le otorgaban agradeciendo encarecido por la oportunidad de portarlos y jurar que no lo decepcionaría.
—¿Y bien?, ¿Cómo me veo? —pregunta Daisuke a escasos segundos de ponerlos sobre su cabeza abultada—¿Verdad que molo?
—Te quedan bien—Taichi le dice sincero, pero sintió que los dedos le picaban, en realidad no quería separarse de los googles, no se lo podía decir, lo hecho, hecho esta, al retroceder destrozaría la ilusión de Daisuke—Cuídalos por mí, te los encargo.
—¡Si! —Daisuke se ilumino tal cual sol, el pecho inflado denotaba orgullo como si lo hubiera conmemorado con el más alto honor que pudiera anhelar—No te decepcionare de tu elección Taichi-san—parecía grabadora con aquello de no decepcionar, más Taichi lo ignoró.
—Seguro—Taichi retira la mano, divertido—Tengo altas expectativas en que lo harás bien, noto potencial en ti.
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La oscuridad y una regordeta luna plateada era un paisaje nostálgico para las personas solitarias y romántico por relato de los enamorados. A Agumón no le atraía ni una ni la otra, a decir verdad, mataba la espera, recargado en un espeso árbol mordisqueando pescado asado que cocino mediante ramas y fuego. Se suponía que debería estar durmiendo.
Se suponía.
Pero un Piximon mensajero lo acoso desde los arbustos, baño, mientras pescaba, donde quiera que deambulara, con un paquete que más era una rustica mochila verde opaco, que sin venir a cuento cuanto lo encaro y no tenía a ninguno de sus compañeros cerca, se esfumo agitado e impaciente, a punto de explotar por la persecución que se había tenido que lanzar.
—"Entrégaselo cuando lo veas pi" —creyó haber oído de Piximon que volaba disipándose en la distancia. No había sido directo, pero al escarbar en el paquete supo de inmediato a quien le pertenecía dicha entrega. Lo cerro y dio rienda suelta tratando de comprender porque Taichi lo pidió, de que estuvo hablando con Angemon en realidad que lo tuvo intranquilo todo ese rato en que repartía deberes y consejos a Daisuke.
—No lo sabre con certeza hasta que él me lo diga—pica resignado e inquieto Agumón las brasas—Ya va a ser hora de que abra el portal
Y como si lo hubiera invocado, arriba de él un corte recto se hace lugar, luego un circulo mediano que conectaba al mundo humano. Agumón no necesito que le pidieran que se hiciera a un lado, solo se levanta y orilla presintiendo en que parte caería.
—¿Qué huelo? —olfatea Taichi brincando del portal, aterrizando en cuatro en tierra firme—¿Pescado frito?
—Si, me comí el que restaba—Agumón muestra el esqueleto del pez—¿Querías comer Taichi?
—Solo preguntaba, el olor suele atraer a los animales—Taichi desvía la mirada a la mochila caminando en cuclillas a esta—¿Y esto?
—Piximon lo ha traído—responde Agumón aventando los residuos al fuego—… ¿Tú se los pediste no es eso así?, no es común que les pidas algo, a menos que se trate de algo urgente.
—Si, se lo pedí a Angemon, nos incluyeron en una investigación y esto me ayudara a ocultar mi identidad—Taichi mueve la cabeza en afirmación en lo que abre la mochila y va sacando el contenido—Capa verde militar con capucha, mascarilla negra, pantalones beige, playera negra de cuello de tortuga, Botas cafés con casquillo de metal, guantes negros…—
—¿Por qué no escogieron a otros?
—Ni idea, me he estado preguntando lo mismo, hay que ir al palacio de los tres grandes ángeles para averiguarlo.
—¿Y sino vamos? —propuso Agumón, todo aquello le producía escalofríos la sensación de que a fuerzas quisieran adsorber a Taichi a un entorno mas cerrado y limitaran su interacción con humanos le era cada vez más palpable—¿Qué tan útil es que estemos ahí, en comparación con un equipo más preparado de digimon?
—Son órdenes directas, no podemos declinar—Taichi se saca la ropa de dormir comenzando a vestirse con la otra—Y lo de utilidad, no creo que se trate tanto de eso, Angemon me anticipo que dirigiría a cierta cantidad de digimon—resopla—No estoy muy cómodo con eso. Escapar de casa en la madrugada es incómodo en más de un sentido.
—¿Dirigir?, ¡no eres como ellos!, ¿Qué se creen que son para tratarte así? —reclamo Agumón no cabiendo en su desconcierto—¡No son quien Taichi!, ya hemos salvado el digimundo antes, y no movieron ni un músculo en ayudarnos además de Gennai.
—Lo se Agumón, créeme que he pensado en renunciar—intenta calmar Taichi en lo que se amarraba las agujetas de las botas—Sin embargo, ambos sabemos que esta vida se ira tan pronto se les antoje, técnicamente me tienen entre la espada y la pared…si me rehusó, nos tiraríamos encima tres enfurecidas bestias sagrada, su sequito, y siendo extremista a los Royal Knights.
—No estamos…—Agumón se frota el brazo dolido—¿Piensas que no podremos ganar en su contra?, si los juntamos a todos, si los convencemos de luchar a tu favor…
—¿Y arriesgarme a que mueran? —Taichi cuestiona, levantándose con mochila incluida elevando un poco la voz—¿A qué peleen cuando desconocemos que es lo que nos esta asechando a las afueras?, entregaría mi vida de ser necesario por protegerlos a que pierdan la suya por mi culpa—aporrea la mano empuñada tosco contra el pecho, ceño fruncido, ojos dorados brillando intensos debajo de los googles al borde del llanto.
Agumón da un bote, el ambiente se hacia denso, se le dificultaba poco respirar, hace por tocarlo mas Taichi le da la espalda irguiéndose respirando hondo varias veces en lo que se controlaba.
—Taichi, ¿acaso?... —
—Vámonos, se nos hace tarde Agumón.
—Pero Taichi tu no—Agumón corre a alcanzarlo ya que se había echado andar sin él, calla a mitad de frase al percibir el olor salado proveniente de Taichi—Te duele tanto como a mí, ¿no es así Taichi?, no, a ti te duele mas de lo que yo pudiera sentir, y aun así no soy bueno consolándote, y no tienes quien lo haga. Debes sentirte solo justo en estos momentos.
Mientras mas lo miraba, mas pensaba que el digimundo causaría mas estragos en su persona. Cumpliendo misiones, entrenar, ¿y ahora comandar digimon?, solo faltaba que matara y la línea entre humano y digimon se volvería más delgada, peligrosa.
¿Pero si los humanos transitan por un destino semejante?
No, no, no, aun si es así, matar es una expresión fuerte, llena de dolor y desesperanza, y aunque, es un hecho que todo digimon enfrenta, no es algo que desearía que se topara. Hay crueldad, eliminarse mutuamente por sobrevivir, enemigos que no razonan incluso si es demasiado tarde y están por morir.
Entonces, ¿qué propósito tienen para ensombrecer a un humano de tal modo?, ¿Qué esperan lograr?, ¿Qué les impide ver que están destrozando un futuro que no les pertenece? (2)
¿Qué?, ¡¿Qué?!, ¿Qué no tienen ni siquiera un poco de compasión?
Quería saber la respuesta a sus preguntas, pero como Taichi, no había quien las disipara, y le hiciera saber que tenían la esperanza de que las cosas regresarían a donde pertenecían como si solo se tratara de un horripilante sueño.
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Si llegaste hasta el final te encantara saber que de cada cuando habrá notas sobre algunas curiosidades del capítulo :3, como habia mencionado al inicio, no hay fecha especifica de que publique un nuevo capítulo de angel guardian, pido un poco de paciencia, lo que si puedo prometer es que la pelea contra metalEtemon desencadenara mas eventos un tanto filosos para Taichi.
(1) El digimon que se describe en esta parte, como se ha visto le emociona el peligro, el ver la agonía o cualquier emoción negativa que provoque a su paso. En este caso hablamos de lilithmon. Como bien es conocida, posee cuatro alas, dos chicas en la espalda y las dos que esta casi por las caderas, ¿Por qué menciono solo dos?, bueno digamos que el que se haya desprendido de ellas tiene un motivo en particular, uno oscuro.
(2) Agumón tiene una mentalidad algo aguda o madura, por asi decirlo, ¿porque?, me pareció interesante hacerlo de este modo, aunque siento que coincide algo con el Agumón de cero two, en esa ocasión que hablo con blackwargreymon. Agumón no le parece como están reclamando a Taichi como suyo cuando no lo es, el pensamiento de oposición se ha sembrado en nuestro pequeño amigo.
Respuesta a comentarios:
(#) Mac1826: Siento si la historia es algo confusa en un principio, el prologo mas que nada es como eventos que ocurrirán a futuro en el fic que narre desde la perspectiva de Ophanimon, el que la llevo a obsesionarse con Taichi se vera pronto, no por nada tendrá mas participación en la historia . Él dejo de ser humano desde el capitulo 1 donde lo rescataron y fusionaron con Piddomon, ¿pero como sucedió esto del rescate?, bueno, eso se vera como un flash back en los capítulos siguientes ;3. De que habrá drama, lo habrá :D, un saludo fuerte, espero verte mas seguido por acá.
(#)Miriamcvr18 , Ana y Ewerton Da Silva Rodrigues: Espero verlos por acá a menudo, habrá suspenso, drama, y un toque de ¿locura? :3
Nos leemos en la siguiente, en este finc o en el otro :D
