TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING
Hola a todos! Nueva semana, nuevo capítulo (casi) sigo con la sensación de que publique este en aquel tiempo pero fue borrado, en fin. Aquí estoy de nuevo hasta el final de la historia.
El caos ha terminado en el hospital, Harry ha despertado y veremos en qué condiciones finalmente se encuentra.
BUENA LECTURA.
Frente a ti: Recuérdame
1° TEMPORADA
Capítulo Cinco
"Volver al pasado I"
No recordaba cuánto tiempo llevaba parado a metros de la puerta y mucho menos de los intentos fallidos por ingresar pero retractándose apenas sujetaba la manilla sin atreverse a girarla. Sentía miedo de cruzar la puerta y recibir la mirada ausente de su padre, sin reconocerlo ni un ápice y preguntándole de regreso, quién era, de porque estaba allí y porque se parecían tanto – no había heredado de su padre sus ojos verdes pero si sus rasgos físicos – y no estaba seguro de poder enfrentar aquel escenario.
Y si recordaba. Se cuestionaba intrigado por los recuerdos de su padre, y si sólo estaba confundido, no quería auto engañarse pero tampoco quería sumergirse en un oscuro panorama donde su padre sencillamente no recordaba nada ni a nadie pero al mismo tiempo, la sola posibilidad de recordar le hacía pensar en Hermione, en que todavía seguían sin pistas salvo la zona sur. Salvo aquel lugar que su padre de seguro apenas si recordaría y sólo tendría vagos pensamientos, después de todo, él apenas si se involucró en aquel sitio.
Hizo el intento número veinte pero nuevamente se quedó a medio camino, y no porque no intentará girar la manilla, la morena auror y compañera de su padre se acercaba a él. Con el semblante que siempre solía portar pero visiblemente preocupada, y no era para menos, los ataques simultáneos de Rafael, las muertes, los heridos y la enorme preocupación que suscito el ataque hacia la rubia medimaga dejo a todos con los pelos de punta.
Por ello, tomaron todas las preocupaciones y la morena se encargaría de la seguridad de su padre.
-¿Cómo se encuentra Luna? – Preguntó intrigado por el estado de la mujer. Había platicado lo suficiente con su novia durante éstas dos horas para conocer los detalles y la evidente preocupación del pelirrojo – Se recuperará pronto.
-Según Mike deberá reposar por algunos días – Informó sentándose con pesadez – Sólo está débil por la pérdida de sangre y afortunadamente no detectaron hechizos secundarios.
-Comprendo – Musito el muchacho. No querían repetir el episodio de su padre – Y Ronald.
-En el ministerio – Alegó moviendo la cabeza – Supongo que lo sabes, el ataque al hospital tenía como objetivo a Luna.
-Fue una advertencia – Dijo de manera acertada y Melissa asintió – De lo contrario estaría muerta. Con esto, volverá en sí y se esconderá de todos.
-Y la discusión de ésta mañana no ayuda – Rebatió la mujer mirándole con molestia. El aludido le devolvió la mirada – No es un negocio familiar, James. Ronald ha tomado decisiones difíciles pensando en lo mejor para todos.
-Nos mintió.
-¿Qué hubieras hecho? – Interrogo alzando las cejas – Salir corriendo con sólo tres años de experiencia en la unidad, proclamando venganza y disparando a diestras y siniestras como quien se encuentra en la oscuridad. No estabas preparado ni siquiera Joshua, quien tiene mejor cabeza, casi pierde la vida en el intento de captura.
-Escúchame…
-Se encontraba destrozado… - Interrumpió desviando la mirada. James frunció el ceño – Se derrumbó de rodillas creyendo que estaba muerta y lloró. Si realmente lo aprecias y dejas de jugar al niño engañado entonces serán el apoyo que necesita, estás a tiempo.
-¿a tiempo? – Inquiere confundido por las palabras de la rubia
-Si hubiese muerto… - Aclaró fijando la mirada en la techo – Habríamos perdido al Ron Weasley que siempre conocimos.
-Melissa…
Se interrumpió debido a las voces provenientes de un extremo del pasillo, su novia y amigo caminaban hablando en voz baja o bien discutiendo porque el ceño fruncido de ambos les delataba. Entrecerró los ojos observando los movimientos de ambos, sin duda parecían discutir por algo serio porque su novia permanecía con el ceño fruncido y negaba constantemente mientras el castaño hacía gestos con la mano.
De pronto, el par de amigos le miraron y sus rostros cambiaron de expresión por unas más amigable y menos conflictivas pero el reflejo en los ojos de su novia le decía que seguía molesta. Se incorporó de la silla y saludo a ambos con una sonrisa, ya después tendría tiempo para preguntar del asunto.
-Lo has visto – Dijo Mike haciendo un gesto amable hacia la auror. Por seguridad, la mujer había sido designada como personal de guardia
-No todavía – Negó James bajando la mirada – No puedo hacerlo.
-Sí puedes – Afirmó el chico – No tiene sentido postergarlo y lo sabes. Sea como sea, él necesita respuestas.
-¿Cuándo llegará Natalie? – Inquirió cambiando de tema – Si ingreso con ella.
-El lugar está acordonado – Repuso Melissa – Se permitirá el ingreso dentro de una hora.
-Te acompañé – Se ofreció Mike – Debo chequear que todo esté bien y hacerle algunas preguntas. Estás de acuerdo…
-No mucho… - Dudó el auror
-Será breve, recuerda que no podemos agobiarlo – Recordó encaminándose hacia la puerta – Vienes sí o no.
El aludido asintió.
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-No hablarás en serio – Repuso Joshua parado frente el escritorio del jefe de aurores. Después del peor susto de su vida, el pelirrojo lo había llamado al ministerio para informarle de algo importante y jamás se imaginó aquello – No puedes hacerlo.
-Soy el jefe de aurores – El pelirrojo se encogió de hombros sin inmutarse por la postura desafiante del chico – Te esperarán en tres días en Italia. Seguirás en contacto con Rose y James.
-De ningún modo – Se negó frunciendo el ceño – No me iré de aquí.
-Es por seguridad, lo sabes.
-No voy a esconderme – El muchacho intentaba buscar la mirada de su tío pero éste le eludía tal y como hace algunos día cuando recién llegó. El recuerdo del destrozado pelirrojo caer de rodillas sobre el suelo seguía fresco en su mente, y comprendía su actuar, sabía del miedo que poseía y la clara advertencia de Rafael - ¿Qué harás con ella? Le obligarás a irse de aquí, porque te aseguro que se quedará.
-Ya veré…
-¡Maldita sea! – Golpeó el escritorio del hombre con rabia e impotencia. – Mírame a los ojos – Exigió con fiereza – Ninguno de nosotros se irá de aquí, te queremos.
-No entiendes el mensaje de Rafael – Acusó cruzando mirada con el chico – Dejo con vida a Luna porque él lo quiso así. No da segundas oportunidades, lo entiendes.
-Sí lo entiendo – Esbozó una sonrisa burlesca para luego añadir – Rafael pagará por lo que hizo – Sentenció caminando hacia la puerta.
-Te irás a Italia
-Ya veremos.
Sin más el pelirrojo vio a Joshua salir del lugar sin mirar hacia atrás, exhausto se sentó y cerró los ojos sintiéndose mareado de repente, ya la adrenalina había disminuido y su cuerpo quedo sin fuerzas para moverse. No podía quitarse de la mente la imagen de la rubia casi sin vida, respirando tan suavemente que todos pensaron lo peor.
Después de conocer los detalles del ataque pudo dar cuenta del claro mensaje de Rafael hacia él: Si volvía a atacar el hospital entonces podía considerar a la rubia muerta. Conocía suficiente la personalidad del mago para saber que no amenazaba en vano y no tenía compasión con nadie, no importaba cuántos planes tuviesen ni les superaran en número, siempre estaría a un paso o dos de ellos y sin duda haber atacado el hospital comenzaba a dar sus frutos, porque sencillamente había tomado la decisión de alejar a Joshua de Londres.
Sólo era cuestión de tiempo y todos los sabían. El castaño había servido para España y le ocasiono varios problemas a Rafael, sin duda el traslado del chico llamó su atención, y unos días después ya conocía la relación que tenían.
No, ningún paso era al azar y de seguro ya suponía que enviaría a Joshua a otro lugar, que se negaría para luego finalmente quedarse y buscar vengarse. Todo estaba perfectamente planeado.
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¿Cómo responderle a su padre? Se volvió a preguntar y como casi siempre no tenía respuesta lógica pero en aquel entonces su padre seguía durmiendo ajeno a sus preocupaciones y podía permitirse re pensar sus preguntas. Hasta ahora, cuando ya no tenía tiempo y su padre se encontraba despierto sobre la cama, visiblemente intrigado por la situación y de seguro haciéndose miles de preguntas que tarde o temprano tendría que verbalizar.
Su mejor amigo adelantó el paso y se colocó junto al moreno para revisar sus signos vitales, ya en orden procedió a cargar consigo la libreta y dirigirle la mirada con un gesto profesional. Quiso burlase del castaño pero estaba tan nervioso que apenas sonrió.
-¿Cómo se siente señor Potter? – Acusó el muchacho sin apartar la mirada del ojiverde. El hombre despego la mirada de su hijo y le miro de regreso – Siente algún malestar.
-Estoy mareado – Admitió el hombre pestañando varias veces. El joven Potter sintió un ligero alivio recorrer sus venas, escuchar la voz de su padre era reconfortante – Debió ser por el trasladador.
-Sí, bueno tuvimos que hacerlo por seguridad – Murmuro evitando la mirada de reproche de su amigo. Ya todos le habían regañado por el asunto pero sólo alegaba cumplir órdenes de Luna, suspiró. – Prepararé una poción para aliviar el síntoma.
-Gracias – Asintió Harry desviando la mirada hacia el joven frente a él. Mike notó la persistencia por lo que se atrevió a decir.
-Reconoce al joven, señor Potter – Interrogo provocando tensión en la postura de su amigo – Podría decirme quién es, algún familiar, su hijo o sobrino…
-Mi hijo… - Soltó el ojiverde provocando evidente alivio en James – Te recuerdo más pequeño.
-¿Cuánto más pequeño? – Interroga el medimago enviándole una mirada de silencio a James - ¿De qué edad?
Observa a su amigo y su expresión no ayuda mucho, ésta visiblemente alarmado porque ya conocen el rango de recuerdos.
-Señor Potter – Se aclara la garganta para luego pedirle mudas disculpas a su amigo, suspira – Podría decirme el nombre de su esposa.
Y entonces los temores de ambos chicos comienzan a hacerse realidad; escapando hacia el peor de los escenarios, ese que llevaba nuevamente hacia el pasado, el engaño y las lágrimas. Aquel posible episodio que para el ojiverde jamás sucedería pero para el resto una cruda realidad, podría entonces superar ese dolor por segunda vez, se dijo James.
Y lo que es peor, sin Hermione.
-Señor…
-Se llama Ginny.
-Papá… - Suelta James recibiendo una mirada aprehensiva de su amigo - ¿Cuándo ingreso a Hogwarts para el quinto curso?
-Mañana… - Afirmó ladeando la cabeza
No, el accidente para Harry Potter jamás había sucedió.
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Su padre había despertado.
Después de dos meses el ojiverde finalmente abría los ojos y volvía junto a ellos, y aunque debía estar feliz, puesto que estuvieron a punto de perderle para siempre, seguía sintiéndose preocupada por los recuerdos que traería consigo. Cuando supieron la verdad, sólo quiso que los recuerdos de los últimos siete años siguieran con él, no importaba nada más.
Avanzo por el pasillo hasta llegar a la habitación de su padre, le sorprendió no ver a ningún guardia y mucho menos a su hermano, sin más ingreso pudiendo observar a Joshua y en la cama que se suponía debía estar su padre, estaba Luna. Recordó entonces los rumores del hospital, la rubia se encontraba herida y descansaba en absoluto reposo.
-Joshua – Susurró la mujer acercándose hacia el auror. El aludido se incorporó de la silla y beso su mejilla – Lo siento, pensé que mi padre...
-Descuida – Sonrió con evidente cansancio – Fue trasladado por seguridad al tercer piso del hospital.
-Comprendo – Asintió Natalie desviando la mirada hacia la rubia - ¿Cómo se encuentra?
-Estable – Dijo visiblemente aliviado – Llegué a pensar que podría morir pero sólo perdió sangre.
-Me alegro mucho – Dijo la pelirroja – Has visto a James.
-Se encuentra en el tercer piso – Informó – Iban a ingresar a la habitación para hablar con Harry.
-De acuerdo… - Suspiró no muy convencida de querer subir hasta ese lugar
-¿Quieres que te acompañe? – Inquirió Joshua observando las dudas de la muchacha.
-No gracias – Negó ella esbozando una ligera sonrisa – Debo irme.
-Bien…
Se despidió del muchacho para luego caminar hacia el tercer piso mientras cientos de pensamientos iban y venían por su mente, colocándole en diferentes situaciones ante el despertar de su padre y de sus recuerdos, ya no podían postergar lo inevitable y mucho pensar que el mejor escenario estaría de parte suya. No después del ataque del hospital y de ese orfanato muggle; todas esas víctimas inocentes y sólo por venganza.
Subió las escaleras intentando aplazar el encuentro, a cada pisada parecía que se hundía y el tiempo avanzaba más rápido. Apenas dobló en la última esquina visualizó a su hermano, a Rose y a Melissa, ésta última no había cambiado mucho desde la última vez que la vio.
Su respiración se hizo lenta y el andar indeciso, y no porque no estuviese emocionada por ver a su padre, sino porque la cabeza de su hermano estaba apoyada sobre sus rodillas mientras la castaña parecía consolarlo. De pronto, detiene el andar y sencillamente se queda observando la escena sin querer comprender lo que sucede y aunque muere de curiosidad se mantiene inmóvil hasta que Rose repara en su presencia y le hace una seña para que se acerque hasta ellos.
-¿Qué sucedió? – Pregunta en un hilo de voz – Has podido verle.
-Sí, lo hice – Asintió James con la mirada fija sobre el suelo – Pudo reconocerme… - Confesó sacando un ahogado suspiro de su hermana – Pero se extraña al verme de mayor edad…
-¿Qué quieres decir?
-Piensa que sigo siendo un adolescente de dieciséis años – Soltó moviendo la cabeza y por primera vez quiso escuchar un comentario burlesco de su hermana pero apenas salía de su asombro - Afirma seguir casado….
-¿Con quién? – Preguntó sabiendo la respuesta del muchacho, los ojos llenos de tristeza lo confirmaban – De nuestra madre…
-Así es – Musito – Sólo recuerda hasta el día anterior a irnos a Hogwarts, por tanto el accidente de nuestra madre jamás ocurrió, nada de los últimos siete años….
-No es cierto – Negó Natalie frunciendo – Ha sucedido mucho y él lo sabe.
-Perdió la memoria entiéndelo – Masculló James incorporándose de la silla – No hay método que funcione, si tan sólo el daño hubiese sido de algunos meses pero no… son años.
-¿Qué dice Mike? – Soltó la pelirroja
-Se encuentra interrogándole con mayor detalle – Dijo señalando la habitación – Me pidió salir para hacerlo con mayor comodidad.
La pelirroja se cruzó de brazos sin apartar la mirada de la puerta mientras comenzaba a recordar aquel día; el viaje en tren hacia Hogwarts, la extraña carta hacia Hermione, la conversación con ellos y finalmente la terrible noticia: su madre había fallecido en un accidente de avión.
-Su madre – Decía su destrozado padre mientras era apoyado por Hermione – El viaje no resultó… - Balbuceaba y el aire parecía entrampado en el pecho de Harry. Sólo por un instante cruzaron las miradas y entonces lo supo, supo que sucedía y limitándose a brindarle una sonrisa de apoyo escuchó la última frase – El avión se estrelló… falleció.
Sin mediar palabra abrazó a su padre con todas las fuerzas que poseía mientras sollozaban e intentaban darse mutua compañía y a partir de allí, todo lo que conocían cambio drásticamente: su padre se refugió en el alcohol, perdió la confianza de su mejor amigo – que luego conocerían el por qué – se distanciaron por largas semanas y si no fuese por la castaña jamás le habrían recuperado.
Hoy la ausencia de Hermione se sintió más que ningún día, y el trío de jóvenes lo sabía, lamentándose no haberle encontrado aún. Con ella presente y aunque el escenario siguiera siendo adverso, estaban seguros que podrían recuperar a su padre de nuevo pero sin ella todo parecía peor y más oscuro. Un vacío se apoderaba de ellos y no sabían qué hacer con aquel peso sobre sus hombros, prometieron encontrar a la castaña pero habían fallado y hoy aquel fracaso les pesaba porque necesitaban de la mujer, del pilar que unía a su familia.
¿Qué sucedería ahora? Se seguía preguntando Natalie sin cambiar de postura ni de mirar la puerta por donde debería salir su novio, cómo enfrentar aquel escenario, cómo fingir que su madre estaba viva cuando había fallecido hace muchos años, cómo explicar el actuar de Henry Lyon – a quien consideraría vivo – y relacionarle con su hermano cuando no se conocían, cómo decirle que trabajaba en Hogwarts, cómo explicar que Ginny había tenido un amante y con ello una hija; Gin, a quien todos amaban, cómo decir que estuvo sumido en el alcohol porque su esposa había fallecido.
Cómo decirle que estaba casado pero con Hermione.
-¿Cómo estás? – Preguntaron cerca de ella. Llegó a pensar que era su novio pero la puerta estaba cerrada. – Natalie…
-Joshua… - Susurró la mujer saliendo de sus pensamientos – Esperamos a Mike.
-Saben algo…
-Un poco… - Suspiro abrazándose a sí misma – Sólo recuerda hasta el día antes de nuestra ida al colegio.
-Hogwarts – Soltó el auror sorprendido – Es demasiado tiempo.
-Lo sé
-Eso quiere decir que… - Dijo a medias recibiendo un asentimiento de la pelirroja – Comprendo.
-Si ella estuviese aquí – Sonrió con tristeza – Al menos habría una esperanza.
-No la pierdas – Negó él sonriéndole – Ya verás que regresará.
-¿Cómo está? – Escucharon a los lejos. Mike salía de la habitación
-Acompañadme – Habló el medimago echándole un vistazo a todos – Acabo de enviarle una lechuza a Ronald y a Remus, nos esperaban en la oficina.
-De acuerdo – Dijo James caminando junto a su amigo
¿Cuánto tiempo tendría esperanza? Se decía Natalie caminando tras su novio y en compañía de Joshua, si la única esperanza de su padre parecía habérsela tragado la tierra, y aunque apareciera, sencillamente no sabía si funcionaría, si su llegada serviría para hacerle recuperar la memoria. Son tantos los recuerdos y vivencias juntos; aquellos días que pasaron juntos después de la muerte de su madre, sólo ellos y nadie más conocían lo que vivieron – y quien sabe – lo que sintieron. Ni siquiera ellos – siempre atentos – podían decir a ciencia cierta cuándo fue su primer beso, el primer contacto que ya no sabía a simples amigos sino a algo más.
Cuán complejo era el cerebro humano. Apenas comenzaba en el mundo de la medimagia y sabía perfectamente lo complejo que resultaban los recuerdos de las personas, puestos que éstos estaban estrechamente ligados con las emociones, con las sensaciones – y por no – con ese cosquilleo llamado vida, porque sin eso sencillamente cualquier recuerdo no tendría sentido ni trascendencia. Sólo necesitan una chispa para encender esa oscura habitación y desempolvar los recuerdos que le harían regresar a ese tiempo, y aunque doliese porque la castaña no estaba junto a ellos, prefería verle así a observarle sufrir por un pasado que no tenía sentido ni remedio.
Su padre debía regresar con su familia.
-Recuerda toda su vida hasta la noche antes de que viajarás a Hogwarts – Afirmó observando a James y Natalie – Quinto y segundo curso, respectivamente. Se sorprendió cuando le dije mi nombre – Sonrió con tristeza – Ha sacado cuentas por sí mismo y sencillamente no puede creer que hayan pasado siete años, y menos que estuviese inconsciente por dos meses.
-¿Qué sugieres? – Inquirió Ronald preocupado – Sería difícil decirle la verdad.
-No es recomendable – Negó con pesar el castaño apoyándose en el escritorio – No recuerda absolutamente nada; ya suficiente confusión le traerá encima identificar a sus hijos, nos recuerda como unos críos – Sonrió moviendo la cabeza. – Seré sincero, lo mejor es esperar. Responder a sus preguntas sin ahondar demasiado.
-Si pregunta por Ginny – Vocifero el pelirrojo sin mirar a nadie en particular - ¿Qué le diremos?
Un incómodo silencio se instaló. A todos les asaltaba la misma pregunta.
-Les hice venir por ese asunto – Carraspeó el medimago cruzándose de brazos – Deben decidir.
-¿Sobre qué? – Inquirió James
-Si le dicen la verdad sobre Ginny o inventan algo –
-No podemos inventar algo – Soltó Natalie – No sería correcto
-¿Cómo se tomará la noticia? – Preguntó Remus recordando aquel día.
-Depende de muchos factores – Acusó Mike pensativo – Pero es casi seguro que reaccionará igual que la primera vez; él sigue estando enamorado de su esposa.
Y las palabras de Mike hicieron caer un balde de agua fría para todos.
Harry Potter no estaba enamorado de Hermione Granger, aún.
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Has estado dormido por dos meses pero han pasado siete años. Decía el mejor amigo de su hijo; Mike – a quien recordaba con apenas quince años – hoy convertido en un medimago y visiblemente preocupado por su situación, y no era para menos, prácticamente había perdido siete años de vida y todo por un ataque ejecutado hace dos meses. No podía recordar dicho ataque ni sus agresores; no podía comprender cómo había perdido la memoria y luego estar inconsciente por tantos días, y por ello necesitaba recordar lo antes posible, recuperar su vida de nuevo y junto a las personas que amaba.
Se preguntaba por sus hijos, su esposa, sus amigos y por su trabajo en el ministerio de magia, después de todo, lo último que recordaba de aquel trabajo era tener planos sobre la próxima operación. Le intrigaba conocer el final de ese lugar y si todos los mortifagos habrían sido capturados.
Se removió inquieto sobre la cama mientras intentaba inútilmente evocar algún recuerdo significativo pero todos acaban la noche antes de que sus hijos regresaran al colegio. No recordaba rostros ni imágenes nítidas, sólo sombras ocultas detrás de un enorme velo y por si fuese poco una ligera molestia en la cabeza aparecía por cada intento que hacía de recordar, de encontrar un camino hacia los recuerdos y hacia su vida.
-Con permiso – Dijeron desde la puerta. Harry observó a su hijo asomarse - ¿Cómo te sientes?
-Muy confundido – Admitió observando a dos personas junto al chico.
-Hemos venido a despedirnos, ya termina el tiempo de visitas – Aclaró James observando el semblante de su padre, parecía confundido con su presencia pero luego se percató que sólo observaba a las chicas, sonrió – No queremos agobiarte con presentaciones pero es necesario.
-¿El qué?
-Papá… - Susurró una muchacha de veinti tantos, pelirroja. Abrió la boca pero no formulo sonido alguno – Soy Natalie…
-Natalie… - Balbuceo el moreno sorprendido sin despegar la mirada de su hija. Recordaba a su hija pero sin duda mucho menor – No puedo creerlo, cuántos…
-Veinte años – Sonrió la chica. Aliviada porque su padre estuviese despierto pero intranquila por el enorme vacío que poseía. – No sabes cuánto me alegro de verte.
-Igual yo – Dijo el hombre sin dejar de sonreír – Me parece extraño verles así, parece mentira que han pasado siete años.
-No te preocupes, con el tiempo mejorarás – Aseguró el chico – Debes tener paciencia.
-Será difícil – Suspiró desviando la mirada hacia la mujer junto a James. Entrecerró los ojos intentando recordar pero esa nube persistía en interponerse entre sus recuerdos recientes, y entonces se percató del cabello ligeramente ondulado y ojos azules – Eres…
-Soy Rose… - Asintió la mujer castaña esbozando una sonrisa. El moreno parecía reconocerla pero había dudado – Nos preocupaste mucho.
-Lo siento – Dijo sin dejar de sonreír – No quise preocupar a nadie.
-En un par de minutos, vendrá Mike – Informó James – Volverá a chequearte y pasarás unos días aquí.
-Recuperaré mi memoria…
-No lo sé – Suspiro su hijo – Barajamos opciones… no queremos causarte daño.
-¿Por qué lo harían?
-James… - Siseo Natalie
-Te lo diremos pronto – Dijo el muchacho. Observó a su hermana y novia – Debemos irnos.
-Esperen… - Soltó Harry alzando las cejas - ¿Dónde está el resto?
-El hospital se encuentra aislado – Intervino Rose con seriedad – Fue atacado hace algunas horas y las visitas se encuentran restringidas.
-Si está restringida porque estás aquí
-Tío Harry - Sonrió la muchacha – Somos aurores… - Señalando al muchacho – Y Natalie pudo ingresar gracias a nosotros – Mintió a medias.
-Oh vaya – Dijo sorprendido sin poder evitar sonreír – Que agradable sorpresa
-Volveremos mañana – Aseguró James sin poder evitar sentirse orgulloso de la mirada de su padre, tal y como ocurrió hace algunos años – No te dejaremos solo.
-Gracias.
Les observó salir de la habitación sin emitir ningún tipo de comentario; el moreno volvió a recostarse sobre la cama y analizar la breve visita de sus hijos y sobrina, no dejaba de sorprenderse por cuánto habían crecido y el papel que desempeñaban desde ahora. Su hija menor era idéntica a su esposa salvo por los ojos, heredados de él y de su abuela, ya había dejado de ser una niña de quince años para convertirse en una jovencita bastante guapa. Y luego estaba Rose; la hija de sus mejores amigos, era idéntica a ella.
Y entonces recordó algo.
-Vengo a chequearte Harry – Dijo Mike a modo de saludo. – Luego vendrá una enfermera para darte de comer.
Dejo de prestar atención a las palabras del medimago y centrarse en el último pensamiento, no recordaría del presente pero si recordaba el pasado, y ese pasado le decía que su mejor amiga era medimaga, claro había abandonado el trabajo para ejercer como profesora en Hogwarts pero si él estaba allí entonces porque no estaba a su lado.
-¿Dónde está Hermione? – Preguntó de pronto provocando que el joven medimago paralizará su actividad y le devolviera la mirada, sorprendido.
El castaño regreso la mirada hacia el registro, comprendiendo la carcajada del pelirrojo.
-Controlaremos la visitas de Harry – Decía Mike escribiendo sobre un pergamino – Se lo diremos para causar menos ansiedad en él, y por supuesto, aclararle el asunto del ataque. Nos servirá de coartada.
-Si pregunta por Hermione – Inquirió Remus Lupin alzando las cejas. Ronald sonrió ligeramente
-Visitas restringidas. – Repitió él pero una carcajada del pelirrojo sorprendió a todos - ¿Qué sucede?
-Hablas enserio – Aclaró el jefe de aurores sin borrar su sonrisa – Habéis olvidado que son Harry y Hermione.
Definitivamente lo olvidaron.
-Mike…
-No ha venido – Soltó acrecentando la mirada del hombre – Abajo es un caos debido a lo sucedido.
-No lo entiendo – Negó el ojiverde – Se supone que trabaja en Hogwarts y es medimaga, no tendría problemas para ingresar.
-El tiempo de visitas termino, lo siento – Se excusó el muchacho para luego recoger sus cosas – Te visitaré en un par de horas, descansa.
-Pero… -
El medimago ya había cerrado la puerta.
-Te lo dije – Acusó el pelirrojo en el pasillo. Mike frunció el ceño – Sois amigos desde hace muchos años, sería imposible olvidarse de esa relación y más cuando nuestros respectivos matrimonios iban mal.
-Crees que sería adecuado decirle la verdad…
-Sí – Asintió Ronald pensativo – Será doloroso revivir ese momento pero es mejor a seguir engañándolo.
-¿Qué sugieres?
-Tienes un pensadero.
-No pensarás…
-En pocos días… - Suspiró bajando la mirada – Tal vez estaré muerto, no hay muchas opciones y quiero hacerlo.
-Ronald... – El castaño observó el semblante decidido del pelirrojo. Asintió – Vamos a la oficina.
¿Quién mejor que Ronald Weasley para mostrarle la verdad a Harry?
Continuará…
Hola de nuevo! Hasta aquí el capítulo 5 y el despertar de Harry después del ataque sufrido en Hogwarts, encontrándose por supuesto, con un nuevo escenario muy distinto a como recordaba, rostros desconocidos y el transcurso de un tiempo que poco entiende. No obstante, Ronald está dispuesto a rebelar todo el pasado sin importar cuán doloroso pudiese ser.
Abrazos.
