TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING

BUENA LECTURA.

Frente a ti: Recuérdame

2° TEMPORADA

Capítulo Dieciséis

"Punto débil"

Completamente alucinados.

Así se quedaron viendo el pequeño bulto sobre el vientre de Rose, reflejado por el espejo que poseían en la habitación y del cual no podían apartar la mirada. Su pequeño seguía creciendo lejos de la mirada del mundo mágico y cualquier mal intención de los mortifagos pero el crecimiento parecía avanzar a pasos agigantados con el pasar de los días, cursaban el tercer mes y prácticamente seguían ocultándolo de Hermione.

A pesar de la poción y el descanso de la castaña, el dolor se acrecentaba a medida que lentamente iba recuperando la memoria, su último recuerdo: la espera durante meses mientras el ojiverde se iba de viaje con Melissa. El moreno persiguió por la casa a su esposa pidiéndole perdón por segunda vez, y aunque les agradaba la situación, no podían desconocer y preocuparse por los continuos síntomas de la castaña.

No obstante el embarazo de la mujer sería notorio en cuestión de semanas, por el momento podía disimular por túnicas, seguir ocultándolo sería imposible. Sumado a la reticencia del jefe de aurores por incluir a su novia en operaciones vinculadas a la zona sur, por ello prácticamente se había vuelto su sombra y procuraba protegerla en todo momento, con el estado actual de las cosas no podían confiar en nadie.

El jefe de aurores abrazó por el vientre a su novia sin dejar de sonreír, podía tener cientos de problemas en el cuartel de aurores, en el hospital y la zona sur pero se permitía sacar todo de su cabeza cuando tenía esos momento con la mujer que amaba. En apenas una semana todas las piezas comenzaron a moverse y la mayoría de las personas que vivía en esa casa estaban demasiado ajetreadas para tomarse un momento de descanso.

Su situación el ministerio de magia se había normalizado, el escuadrón a cargo de la zona sur apenas tenía novedades y la actividad de Rafael había disminuido – causando más temor que tranquilidad – pero había servido para dar tiempo a Ronald de ocultarse y a James de controlar al nuevo personaje del ministerio: Eric Owens había regresado al ministerio de magia como asesor y cada dos por tres amenazaba con terminar la paciencia de James.

El sanador había tomado el control del hospital y con ello la preocupación de todos estaba centrada en Luna. Se sujetaron unos a otros cuando se enteraron que la unidad de Luna trabajaría directamente con el medimago, reuniéndose periódicamente en un ambiente muy tenso, según Mike, la mayor parte del tiempo pensaron que comenzarían a discutir sobre el pasado por sobre el trabajo, y la verdad, no estaban lejos de la realidad.

-Más de una semana… - Susurró James acariciando el vientre de su novia – Debemos decírselo. Será menos incómodo cuando estés en casa.

-Sí, tienes razón – Suspiro subiendo la mirada hasta posarla sobre el hombre – Después de todo, la noticia no tiene relación con el pasado.

-Y comenzará a sospechar de las vitaminas que trae Mike – Comentó entrecerrando los ojos – Es demasiado perspicaz para no sospechar.

-Sí, sería menos sospechoso si viniese a ver a Nat – Indico deshaciendo sutilmente el abrazo con su novio. Se acercó hasta la cama para abrigarse – Han estado… distantes.

-Mike está algo enfadado – Musito pensativo – Natalie supo la verdad antes de todos nosotros y no le dijo sobre Eric cuando fueron a la academia por la charla que dictaba. No obstante, Nat parece no darse cuenta…

-Dale tiempo – Dijo colocándose la túnica de trabajo. – Ninguno tiene la cabeza donde corresponde y más cuando pasan los días y no hemos recibido noticias de Joshua.

-Sí – Susurro James guardando su varita en la túnica – Sabíamos que tardaría días en ponerse en contacto y cuando lo haga debe marcharse sin causar sospecha alguna.

-Debe estar impaciente por Luna… - Comentó dirigiéndose hacia la puerta – Te espero abajo – Acusó saliendo de la habitación.

Asintió mientras calzaba los zapatos.

Aquella tranquilidad instalada sobre la zona sur le ponía ansioso sobre la información que podía traer Joshua, aquel silencio solo podía significar que Rafael estaba tramando algo, oculto de las miradas y la vigilancia que había instalado en la zona y sobre su hogar. El hospital y Hogwarts estaban estrictamente vigilados, el ministerio había reforzado la comunicación y los posibles focos de conflicto del pasado estaban controlados.

Incluso con tal nivel de seguridad se sentía inseguro.

Se incorporó de la cama para seguir a su novia hasta la cocina donde todos estaban de pie, a pesar de la poca fe, la convivencia entre Draco y Harry transcurría sin mayores sobresaltos, evitando comentarios que pudiesen causar problemas y también por respeto a Gin.

-¿A dónde vas? – Preguntó observando a su hermana caminar hacia la chimenea. Ésta se encogió de hombros – Nat.

-Clases – Suspiro la pelirroja sin prestarle atención – Regreso a la tarde.

-Apenas desayuno – Aclaró Harry apenas ingresó a la cocina – Siéntate James.

-Gracias – Dijo pensativo sin dejar de pensar en su hermana – Si Eric hiciera clases ya estaría preocupado.

-Al parecer rechazó esa propuesta – Suspiro Rose haciendo a un lado el tocino. – Suficiente poder tiene con el hospital y el ministerio.

-En la academia habría estado mejor.

-Habría tenido problemas con Natalie – Susurró Draco untando una tostada a su hija – De todos es quien peor lo ha tomado.

-Es amiga de Joshua, papi – Sostuvo la niña tomando jugo de calabaza. Los adultos sólo pudieron darle la razón.

-Crees… - Musito el auror observando a su novia.

-Hay noticias de Joshua – Interrumpió Harry sentándose a la mesa, pronosticando la conjetura de su hijo – Son casi dos semanas.

-Aún nada – Respondió Rose – Después del contacto es importante dejar el lugar sin levantar sospechas, tomará algunos días.

-Comienza a hartarme la tranquilidad – Resopló el rubio – Después de todo el alboroto y los ataques, simplemente desaparece y deja todo en silencio.

-Al menos nos permite reorganizarnos – Dice James robándole el tocino a su novia – Aunque todo sería más tranquilo sin la presencia Eric.

-Aprovecha cualquier oportunidad para visitar a James.

-Menos molestia para Luna – Soltó la castaña

A pesar del progreso de la castaña, el reingreso había sido negado por Eric.

-Hoy pasaré por el hospital – Vociferó Rose evitando la mirada de su madre – Veré si ha sucedido algo extraño.

-Procura no toparte con Eric – Musito el jefe de aurores – No soportaré por mucho tiempo sus visitas y reclamos.

-Descuida… - Dijo incorporándose de la mesa para despedirse de su madre y tío, besó la mejilla de Gin, se despidió de Draco y beso a su novio – Nos vemos.

El auror evito la mirada de la castaña durante el resto del desayuno, el continuo ir y venir de Mike y los viajes hacia el hospital comenzaban a levantar sospechas, sumado al hecho de la alimentación de la chica, posiblemente ya poseía atisbos de lo que sucedía. No obstante, permaneció en silencio escuchando la conversación de Draco y Gin, su acuerdo decía comunicarle lo sucedido en conjunto y aunque no tenían un plazo establecido, comenzaba a sospechar que en los próximos días debían decir la verdad.

-Comienza a sospechar – Susurró Harry dándole alcance en la chimenea – Ayer prácticamente le arrebate el frasco de vitaminas, lo dejaron en el baño – Comentó frunciendo el ceño – Es sanadora y no será difícil descifrar el asunto si vuelve a encontrar el frasco.

-Lo lamento – Suspiro el chico preocupado – Lo haremos en los próximos días, lo prometo.

-De acuerdo – Sonrió palmeándole la espalda amistosamente – No tengan miedo, aceptará encantada su nuevo rol.

-Yo también – Dijo esbozando una sonrisa, cogió los polvos flu – Papá, procura conversar con Nat – Añadió haciendo un gesto de preocupación – No puedo evitar preocuparme por ella.

-Lo dices por Mike – Comentó alzando las cejas. Asintió – No hay nada que el tiempo no solucione, tranquilo. Dale un respiro, el último tiempo ha sido ajetreado para todos.

-¿Sabes algo? – Inquirió pretendiendo salir de la chimenea pero el moreno negó – Papá…

-Sea lo que sea… - Aclaró con las manos en los bolsillos – Sabrá resolverlo de la mejor manera, ya no es una niña pequeña.

-Sí, tienes razón – Suspiro el chico – Hasta la noche.

-Nos vemos – Se despidió observando al auror desaparecer entre las llamas verdes.

Se acomodó las gafas en un gesto de intranquilidad y sólo por el hecho de que intuía el venir de una tormenta.

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

Academia de Medimagos; Clase de primeros auxilios muggles.

El ligero golpe de la varita contra el pedazo de pergamino le permitió suspirar con tranquilidad, lo guardó en el bolsillo del pantalón y fingió como cada mañana beber la cerveza tibia de mantequilla. Decía beber porque el hedor del lugar y el humo del cigarrillo le hacía continuamente desear vomitar, llevaba varios días de esa manera pero no podía acostumbrarse y cada vez que llegaba a su habitación tenía que abrir la ventana para respirar aire puro.

En efecto, el pelirrojo había enviado la señal de magia para hacer contacto pero después de casi diez días, volvía a desaparecer sin dejar rastro. En varias ocasiones pensó en regresar al cuartel de aurores pero averiguar la urgencia por reunirse con ellos le hacía desistir de esa idea, a pesar de la repugnancia del lugar, permanecía firme siempre atento a cualquier movimiento extrañó del lugar, después de todo, el punto de encuentro resultó ser un bar de baja estofa, repleto de criaturas oscuras, magos ebrios la mayor parte del tiempo y mujeres mostrando sus atributos.

Se acomodó la capucha de la túnica volviendo a tantear el pergamino guardado, reprimiendo la acción de abrirlo y preguntar nuevamente, convencido de que estaba a salvo. No pensó que resultaría pero su corazón latió tranquilamente cuando observó la ubicación de la pelirroja durante la primera noche fuera de Londres, el hechizo de rastreo le permitía conocer el estado de la chica y visualizar si existía algún posible peligro alrededor suyo. Admitía sobre lo psicópata de la medida sobre la mujer pero no podía permitir que estuviese cerca de Eric Owens, conocía a la pelirroja lo suficiente para saber que no podía reprimir el impulso por encarar al sanador.

Hasta el momento la rutina de la hija menor de Harry Potter había sido normal: Casa – academia y viceversa. Ni siquiera se había acercado al hospital y eso le tranquilizaba, la presencia de su padre después de tantos años le hizo dudar entre irse o quedarse junto a los suyos, la pesada sombra de aquel hombre lo hacía regresar a ese oscuro y doloroso pasado

La estruendosa carcajada del hombre lobo del otro extremo del bar le hizo levantar la mirada solo por unos segundos; había conseguido una buena compañía.

-Cariño… - Dijeron junto a él. Alzó la mirada hacia una voluptuosa mujer morena, ojos oscuros portando una túnica muy ceñida al cuerpo – Deseas una nueva jarra de cerveza.

-No, gracias – Negó sujetando la jarra de cerveza con prevención, no quería sorpresas – Estoy bien.

-Estás solito… - Volvió a decir con voz melosa. Sin poder evitarlo se sentó junto a él, posando descaradamente una mano sobre el muslo – Podría hacerte compañía en este día tan frío.

-No necesito compañía – Acusó frunciendo el ceño. La mujer su mano hasta rozar el bolsillo del pantalón y con ello el pergamino – Estoy comprometido. – Dijo con voz ronca sujetando la mano de la mujer por debajo de la mesa – Déjame solo.

-De acuerdo – Suspiro la mujer incorporándose de la mesa pero antes de irse se inclinó hacia él – Tienes una chica con suerte… - Con velocidad la mujer beso su cuello.

El muchacho le envió una mirada hostil pero sólo recibió un beso al aire.

-Un par de semanas y ya estás comprometido – Susurraron del otro lado. De pronto un hombre encapuchado se sentaba frente a él – ¿Quién es la afortunada?

Hizo verdaderos esfuerzos por reprimir las ganas de abrazar al pelirrojo; el azul de sus ojos brillaba producto de la diversión y solo algunos mechones pelirrojos se escapaban de su capucha. Sus manos estaban cubiertas por guantes color negro y sujetaban una jarra de cerveza que bebió sin problemas ni asco alguno.

-Costumbres… - Susurró bajando la mirada – Siento haber tardado, es difícil encontrar el momento adecuado para escapar.

-Descuida – Vocifera agudizando los sentidos – Me alegra verte.

-A mi también – Dice esbozando una sonrisa – Imagine que serías tú.

-Debes suponer como es la situación.

-Más o menos – Suspiro frunciendo el ceño – Nuestra comunicación con el exterior es precaria, intuye sobre un posible espía pero pude camuflarme entre las filas – Comentó jugando con el vaso – No hay mucho tiempo – Aclaró volviendo a beber de la cerveza – Está moviendo grupos hacia exterior, posiciona a sus hombres y posiblemente vuelva a atacar.

-¿Cuál es su blanco? – Inquirió removiéndose en su lugar – Hemos resguardado los posibles blancos, están seguros.

-No tengo dudas de eso pero… - Musito fijando la mirada sobre el auror – Siempre está un paso por delante, sabe todo.

-Todo…

-Bloquearon su mirilla de Draco, Gin e incluso de Harry y Hermione – Dijo arrastrando las palabras – No obstante podría buscar otro objetivo.

-Bueno… -Dijo sintiendo el olor de la cerveza más intensa – Si es por Rose, él no se despega de ella. Tranquilo – Aseguró

El pelirrojo negó con una sombra de preocupación cruzando su mirada.

-Hace dos días salió un grupo de diez hombres – Soltó con la voz ronca – Su objetivo es Natalie. – Confirmó bajando la mirada para alivio de Joshua porque su incomodidad se hizo evidente – Es la única con la libertad de moverse entre la casa y la academia, ésta última sin la seguridad necesaria.

-Es imposible.

-Es vulnerable a Rafael – Suspiro Ronald observando al muchacho rebuscar entre sus ropas; un pergamino y el imperceptible toque de varita – Josh…

Academia de Medimagos

-Crees que ataquen la academia – Soltó guardando el pergamino ante la mirada del pelirrojo – Crees…

-Lo harán pronto

-Debo regresar…

-Espera… - Acusó sujetándole de la muñeca – Ninguno estará seguro ni siquiera puedo dimensionar el escenario cuando todos escuadrones estén dispersos…

-¿Por qué el grupo tiene por objetivo a Nat? – Preguntó posando la mirada sobre el pelirrojo

-Comenzará a atacar por varios frentes, el hospital, Hogwarts, pueblos pequeños…

-De acuerdo…

-Joshua – Volvió a detenerle ante la urgencia del muchacho por salir de ese lugar. Intercambiaron una profunda mirada – Owen regresó finalmente - Afirmó más que preguntó – Sabe perfectamente de mi ausencia… protégela

Observa al hombre junto a él, la persona que salvó sus vidas y jamás terminaría por agradecer haberles sacado de ese infierno, el hombre que él consideraba un padre

-Así lo haré – Afirmó él observando el semblante serio del pelirrojo – Cuidaré de ella, lo prometo

-Sé que lo harás.

Se incorporó finalmente de la mesa para salir rápidamente del bar dispuesto a cientos de kilómetros de la zona sur y de Londres. Desde la mochila que portaba sacó una vieja pluma para después hechizarla con las coordenadas de regreso, saltándose todos los protocolos de seguridad para regresar, no tenía tiempo para enviar un aviso de contacto ni el lugar donde aparecería. Si perdía más tiempo posiblemente la academia sería arrasada por los mortifagos y además la seguridad de Natalie sería vulnerada.

Aunque primero deberían pasar por sobre él.

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

Se separó del grupo para regresar a la cafetería por un refresco o cualquier cosa azucarada que pudiese mantenerla en pie durante la tarde, el sueño cobraba fractura durante el día pero en la noche desaparecía de un plumazo. Conciliar el sueño cuando el recuerdo del beso con Joshua seguía presente, impedía pensar con claridad y por ese motivo había evitado a su novio durante toda la semana, incluso James comenzaba a darse cuenta del asunto.

No obstante, Mike continuaba enojado por haber ocultado información sobre Eric Owens.

De regresó a la cafetería compró el refresco, percatándose de los pocos estudiantes que todavía permanecían en el sitio y ya se trasladaban a clases. Cogió el primer atajo que encontró hacia el salón pero con la sensación de estar siendo observada de cerca, varias volteo hacia atrás pero solo contemplaba el pasillo desierto como usualmente lo estaban después del almuerzo pero tenía un extraño presentimiento. Apresuró el paso para llegar al salón junto a sus compañeros pero la sensación de inseguridad se acrecentó, el continuo paso de personas se acrecentó asustándola.

Se refugió en la esquina del pasillo para mirar de reojo y visualizar a cinco u ocho encapuchados rastreando el lugar, ligeramente perdidos husmeando por cada nuevo pasillo. Comenzaba a caminar por el pasillo cuando otro hombre del extremo del mismo alzó la varita contra de ella, vociferando un hechizo que apenas logró esquivar y recuperarse para salir hacia el pasillo principal donde los magos pudieron divisarla sin mayores problemas.

Sujetó la correa de la mochila con fuerza mientras intentaba protegerse de los hechizos y maldiciones; la calma de hace algunas semanas había culminado, siendo el nuevo objetivo de Rafael y los mortifagos. Esquivando un nuevo hechizo sintió su corazón latir con excesiva fuerza, preguntándose qué habría sucedido con su tío y sobre todo con Joshua, de solo imaginar que ambos hubiesen caído en alguna trampa le hacía perder los nervios.

Apenas cruzó por otra intersección de pasillos pudo divisar de reojo la presencia de otro hombre, quiso hechizarle pero su fuerza física le permitió darle alcance y sujetarle por la muñeca guiándole fuera del blanco de los mortifagos. No pudo resistirse porque prácticamente le arrastró por las escaleras del tercer piso y entre el humo de los hechizos le hizo ingresar a una sala vacía.

-Qué… - Iba a protestar por el encierro pero el hombre deshizo la capucha; Joshua le calló colocando un dedo sobre sus labios

-Shh… te puse un hechizo de rastreo – Susurró sin dejar de mirarla con preocupación – Te han seguido los pasos…

-En la academia… - Susurró con preocupación - ¿Qué haces aquí? – Inquirió parpadeando sin poder creer que estuviese aquí

-Vine por ti – Resolvió con la respiración agitada producto de la persecución – Te eche de menos.

Su mirada llena de preocupación le hizo temblar y pudo dar cuenta de la cercanía.

-Yo igual… - Confesó sintiendo la mirada de su amigo cambiar y dirigirse hacia sus labios.

Acortó la pequeña distancia que les separaba para besar los labios del auror con apremio, lejos del sutil beso lleno de miedos, éste parecía demostrar con hechos lo que habían pronunciado con palabras: Habían extrañado la compañía del otro, platicar y reír juntos en la tarde y a la anochecer, lejos de tranquilizar los pensamientos de ambos producto del viaje les había inquietad todavía más y seguía haciéndolo a pesar de volverse a ver y estar sumidos en un apasionado beso.

Su temor inicial de ser alejada por él quedó sepultada producto del agarre del hombre, apoyándola completamente sobre la puerta del salón, pegándose a su cuerpo sin ningún pudor y mucho menos con signos de estar arrepentido de lo que estaba sucediendo. Acarició el pecho del auror por encima de la camisa tanteando algo húmedo de su costado.

-Joshua… - Vocifero rompiendo el beso, baja la mirada hacia su propia mano – Estás herido…

-De qué hablas – Susurra imitándole, pudiendo observar la camisa del chico pegarse a su costado izquierdo – Debió alcanzarme un hechizo.

-Ven siéntate – Acusa haciéndole girar contra la puerta, el chico obedeció con un gesto de dolor – Veré que tan grave es… - Musito deshaciéndose de la túnica, desabrochó la camisa observando la herida del costado. – Es profunda…

-No podemos permanecer aquí, Nat – Acusa escuchando el movimiento del exterior, alertados por los hechizos y la persecución – Hay que movernos.

-No podrás moverte libremente…

-Podremos aparecer en el hospital – Dijo

-Podemos esperar a mi hermano… - Inquirió pero el chico hizo una mueca – Joshua…

-No di aviso – Soltó sorprendiéndola. Vivía con tres aurores, conocía los procedimientos estrictos y cuán importante eran para todos, él había cometido una imprudencia por ella – Gracias a Ronald supe lo que sucedería.

-Debiste avisar al ministerio – Decía limpiando la herida - ¿Cómo se encuentra él?

-Bien… - Dijo bajando la mirada hacia sus manos – Ese grupo había salido de la zona sur hace dos días, venían por ti. No podía perder tiempo, use el trasladador y luego te rastree.

-¿Qué es eso del rastreador? – Inquiere intrigada por tener un hechizo encima de ella

-Lo usamos para marcar objetivos – Confesó él – Siento haberlo hecho.

-Soy tu objetivo – Inquirió alzando las cejas haciendo que el muchacho desviase la mirada, sonrojado - ¿Cuándo lo hiciste?

-Esa noche en el ministerio…

-Descuida – Musito convocando un vendaje después haber limpiado la herida de su amigo – Arriesgaste demasiado por venir, de cualquier manera el cuartel se habría hecho cargo. Un patronus y James habría venido.

-Cuando lo supe… - Susurra – Sólo pude pensar en llegar lo antes posible, necesitaba saber que estabas a salvo.

La chica realizó un nudo sobre la herida para después encontrar la mirada de Joshua.

-Necesitaba verte de nuevo – Confesó Joshua sin dejar de mirarla. Movió la cabeza intentando incorporarse del suelo pero la chica le retuvo – Lo siento mucho.

-De verdad lo sientes – Susurró cerca de sus labios. – Porque yo no.

Ahora Joshua iniciaba un nuevo beso entre ambos.

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

-¿Dónde estás Natalie? – Se preguntaba James a las afueras del edificio de medimagos. Llegaron prácticamente a los minutos de recibida la alerta, el lugar menos pensado y que podría generarles problemas había sido atacado por Rafael – Lograron localizarla – Inquirió apenas vio a Teddy dirigirse hacia él. Su hermana prácticamente había desaparecido del lugar, de igual manera que seis de los diez sujetos que abordaron el lugar. Teddy negó. – Maldición.

-Según compañeros de ella – Soltó el auror – Se separó del grupo para regresar a la cafetería, pasaron unos cinco o diez minutos cuando escucharon el alboroto del exterior

-Crees que venían por ella – Inquirió Rose llegando hasta su novio.

-Es probable… - Suspiro el jefe de aurores – Interrogamos a quienes logramos capturar y no se llevaron a nadie.

-Aparentemente… - Dijeron desde la entrada llamando la atención de todos: Melissa jugueteaba con su varita – Uno de ellos confesó que alguien les hizo frente y sacó a Natalie de su alcance.

James lanzó un suspiro de alivio.

-No pudieron reconocerlo – Aclaró pensativa

-De acuerdo… - Susurró el auror ligeramente aliviado – Ya podemos trasladar a los mortifagos y continuar los interrogatorios, podrían tener información sobre Rafael.

-Bien – Asintió la morena de regreso

-Voy contigo – Siguió Teddy dándole alcance a la mujer

-Sea quien sea… - Susurró Rose sujetando el brazo de James – Ayudó a Natalie a escapar de los mortifagos, esperemos a que pueda comunicarse con nosotros.

-Nadie pensó que atacaría a Natalie…

-Atacó un lugar bajamente protegido – Corrigió dándole ánimos – Nuestros padres frecuentan el ministerio y el hospital, lugares siempre protegidos. Yo estoy siempre a tu lado – Añadió sacándole una sonrisa a su novio – Draco y Gin prácticamente están todo el día en casa, parecía la opción lógica.

-Siendo así pudimos evitarlo – Suspira sintiéndose culpable

-Crees que Natalie habría aceptado un guardián especial – Inquirió alzando las cejas. James rodo los ojos. – No te culpes por esto, por favor.

-Lo sé pero…

-Recibí un mensaje de Luna – Acusó Teddy – Está en el hospital con Joshua.

Ambos jóvenes fruncieron el ceño.

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

-Esto agravará la situación – Decía Luna corriendo por la habitación en búsqueda de utensilios para limpiar la herida de su hijo. Después de una semana y regresa herido de un ataque de Rafael - ¿Por qué atacaron ese lugar? No tiene sentido.

-Me buscaban… - Musito la pelirroja sentada en otra camilla junto a Joshua – Fueron por mí. – Suspiro observando el vendaje recién hecho cortado por la rubia – Es profundo pero pude controlar la sangre.

-Auch! Sí pero sigue doliendo – Se quejó el chico observando a su madre – Podrías ser más cariñosa mamá.

-No seas quejica – Dijo la rubia con mirada sobre la herida, limpia y recientemente bien vendada, suspiro – Hiciste un buen trabajo, Natalie.

-Gracias – Musito la pelirroja sintiendo las mejillas sonrojadas – Hice lo mejor que pude.

-Y lo hiciste bien – Volvió a decir. Se giro hacia su hijo - ¿Por qué estás aquí? Se supone que estarías contactando a Ron.

-Mamá… - Musito rodando los ojos – Fue Ron, me dijo de las intenciones de Rafael y de su objetivo – Añadió desviando la mirada hacia Natalie.

Sin poder evitarlo Natalie sonrió.

-Josh…

La sanadora se vio interrumpida por la intromisión de James y Rose, seguidos por Mike.

-Lo siento Luna – Se disculpó el sanador. Luna negó.

-Lo esperaba – Sonrió observando al auror abrazar a su hermana con urgencia – No sufrió ningún hechizo, está entera – Se giró hacia su hijo para picarlo cerca de la herida – Él no.

-¡Mamá! – Exclamó dando un respingo – Así tratas a un paciente.

-Cuando lo revisaste se puso quejica – Inquirió posando la mirada sobre Natalie, pasando olímpicamente de su hijo.

-No – Repuso sin evitar sonreír y más aún recordar.

-¿Qué haces aquí? – Preguntó James reponiéndose de la emoción de hallar a su hermana – Tú sacaste a Natalie

Joshua se acomodó sobre la camilla dispuesto a relatar lo sucedido en la academia y por supuesto con Ron. Desvió por segundos la mirada hacia Natalie, cerca de James y Rose, recordando el beso, las miradas y la evidente atracción de ambos.

-Durante la mañana hice contacto con Ron – Comenzó posando la mirada sobre el techo – Rafael interrumpió la comunicación hacia el exterior de la zona, resguarda la seguridad e intenta buscar al espía sin éxito. No ha perdido el tiempo – Suspiró.

-¿A qué te refieres? – Pregunto Rose

-Ha desplegado distintos grupos – Aclaró – El último con el objetivo de encontrar a Natalie – Desvió la mirada sobre la chica – Intenta atacar por distintos frentes, eludiendo la seguridad de los aurores. Cuando lo supe me dirigí a la academia.

-No usaste ningún medio de seguridad, Josh – Acusó James con molestia – Ni siquiera nos dijiste que atacarían, estábamos preocupados.

-Lo siento – Vociferó el castaño – Si usaba un patronus rastrearían mi magia y pondrían en riesgo a Ron, fui rápido en llegar a la academia e intervenir.

La sanadora ladeo la cabeza, conocía a su hijo y algo ocultaba.

-Dijo algo más sobre el despliegue – Habló Rose – Algunos puntos.

-Menciono los puntos conocidos, el hospital, Hogwarts y pueblos pequeños serían su blanco próximo – Argumentó lanzando un suspiro – Intentará algo grande para distraernos y así vulnerar la seguridad de todos

-No es mucho pero es suficiente – Masculló el auror pensativo

-Lo siento James – Volvió a disculparse – Fui imprudente pero…

-Descuida Joshua – Intervino la castaña – Lo importante es que Natalie está bien y no hay nada que lamentar. Nuestra preocupación ahora debe ser el jefe del hospital – Suspiró – Hará un escándalo y de seguro usará de excusa la aparición.

-Me traslade – Aclaró el chico

-¿Cómo sabías del paradero de Nat?

Todos posaron la mirada sobre Mike y éste la tenía fija sobre el auror herido, nadie parecía cuestionar ese detalle y sin importar cuán capacitado haya sido, no tenía lógica la rápida reacción del auror y más cuando el edificio en cuestión era bastante extenso. El sanador sencillamente no podía armar el puzle; la confianza con la pelirroja llevaba semanas, le contaba detalles íntimos de su familia – ni Rose sabía – y ahora el auror viajaba quien sabe cuántos kilómetros para salvar a Natalie.

-La encontré cerca de la cafetería – Contesto Joshua sosteniéndole la mirada al chico – Íbamos a un lugar seguro para trasladarnos cuando atacaron.

Los aurores fruncieron el ceño, su información era otra.

-Él sabe sobre Owens– Soltó posando la mirada sobre su madre – Supo de su regreso al hospital

-¿Cuándo volverá?

-No lo sé

-Debemos esperar – Musito James pensativo – Volveremos al ministerio, vendré apenas termine.

-Yo puedo dejarla en casa – Dijo Mike.

-De seguro vendrá Harry – Meditó la auror – Descuida.

-Sea quien sea, esperará – Argumentó Luna yendo hacia una mesa llena de pociones – Debes beber una poción para relajar los músculos y dormir un poco, el estado de adrenalina pasará pronto y podrías sentirte débil. Lo mismo para ti Joshua.

-Bien – Suspiro el aludido

-Siendo así, los dejaremos solos – Sonrió James más tranquilo.

Le ofreció la poción a la pelirroja para que pudiese dormir y recuperar energías, volvió hacia el escritorio para preparar una segunda poción para su hijo, para cuando giró por segunda vez la muchacha ya se encontraba dormida mientras Joshua permanecía con la mirada pegada al suelo. No comprendía cabalmente los motivos del chico para regresar con tal rapidez pero tenía la ligera sensación que estaba relacionado con la chica junto a él.

-Le mentiste a James – Comentó sin despegar la mirada de la poción – Ni siquiera él podría localizar a su hermana con la rapidez de lo que hiciste tú.

-No sé de qué hablas – Se desentendió sin levantar la mirada.

Se acercó hacia su hijo con la poción en mano.

-Un hechizo de rastreo – Soltó provocando sorpresa en su hijo.

oOoOoOoOoOoOoOoOoOo

En las puertas del hospital un gran gentío de hacía presente producto de la preocupación por el ataque – si podemos llamarlo ataque – de los mortifagos hacia la academia de medimagos, sin daños materiales ni pérdidas humanas, que significaba el quiebre del silencio de la zona sur y la relativa paz que estaban viviendo hace algunos días. No obstante, el hospital por sí mismo no recibía heridos sino testigos y curiosos por conocer la opinión de quien se había declarado opositor a la acción del cuartel de aurores.

Eric Owens citó a los medios de comunicación con la única intención de promover este escenario, el conflicto. Frente a él, el reconocido salvador del mundo mágico le fulminaba con la mirada, deseando hechizarle pero consciente sobre las consecuencias de tal acto.

-Sigue creyendo en el cuartel, señor Potter – Vocifero el medimago sin dejar de sonreír – Su hija pudo resultar gravemente herida.

-Precisamente un auror la salvó – Masculló el moreno recordando la carta enviada por Teddy explicándole lo sucedido – Me sorprende el poco resguardo de la academia.

-Nunca hemos sido un blanco, para nadie – Resopló Eric observando los alrededores – Claramente la ineficiencia del cuartel general es insostenible.

-No nos provoques – Susurró siendo retenido por su esposa quien estaba junto a él – Serás el jefe del hospital pero no tienes el poder suficiente en el ministerio.

-Por ahora Potter – Acusó alzando las cejas. Se acercó ligeramente hacia el hombre para decir en voz baja – El error de los aurores finalmente le dará la razón a personas sensatas.

-Cómo tú – Inquirió alzando las cejas – Solo eres un hipócrita Eric.

-¿Qué sugieres entonces? – Soltó la castaña ganándose la mirada de todos los presentes – Relevar a magos calificados y preparados del cuartel para reemplazarlos por… - Indicó señalando alrededor – Otros magos….

-Mejor preparados – Continuo el aludido con soberbia – Apoyados desde otras áreas.

-Por ejemplo, la tuya…

-Nos necesitaron para resolver el misterio de sus memorias, verdad – Inquirió frunciendo el ceño

La castaña iba a rebatir pero la presencia de James y Rose les hizo callar.

-Mi padre llamó a Luna Lovegood para atender los casos, Eric – Habló Rose colocándose junto a su madre – Es la mejor para seguir atendiendo los casos y encontrar alguna cura. Incluso Harry se apoyaba en mi madre cuando ambos poseían puestos similares.

-Señor Potter cómo se encuentra la salud de su hermana – Le preguntaron a James

-Se encuentra en buen estado y será dada de alta en las próximas horas – Informó el aludido.

-¿El auror?

-Será dado de alta próximamente – Aclaró sin mayores detalles – Por ahora reforzaremos la seguridad de la zona sur y vigilaremos puntos históricamente de conflicto. Gracias.

-Natalie está en la última habitación de aquel pasillo – Susurró Rose a su madre.

La castaña asintió y jaló a su esposo del gentío mientras sus hijos se hacían cargo de la situación, y en especial, de Eric. Aquel innecesario conflicto había sido provocado y aunque lo intuyeron desde el primer momento, acallar lo que sentían por ese hombre les parecía ceder y traicionar a su rubia amiga.

-Te pedía demasiada ayuda para los casos del ministerio – Soltó a modo de pregunta. Se giro ligeramente hacia su esposo – Tan obvios éramos.

-Posiblemente… - Suspiró esbozando una sonrisa.

Sonrisa que se quebró producto de una nueva oleada de recuerdos y sensaciones ya vividas.

-Es Ronald – Escuchaba la voz de Henry Lyon el traidor que tantas veces escuchó por boca de James y Rose. Alcanzaba a reconocer el lugar como la casa de Remus Lupin y junto ellos sus hijos – Desapareció hace algunas horas… es posible que este muerto.

Aquella navidad el pelirrojo se había infiltrado por primera vez motivado por el entonces capitán de aurores: Henry Lyon. Su mente volvía a repasar la travesía por la cual pasaron para conocer su paradero y tratar de regresarlo a casa junto a su hija, podía revivir la sensación de angustia al oponerse a que Harry fuese tras de él, arriesgando su vida y llenando de miedos a sus propios hijos.

-¡Hermione! – Dijo el moreno sujetando a su esposa. De reojo diviso a Mike correr hacia ellos – Aguanta por favor…

-Sígueme Harry – Acusó el chico guiándole por el pasillo hacia una habitación vacía, ya suficiente habían llamado la atención por ese día. El pelinegro cargó a su esposa siguiéndole rápidamente - ¿Cuándo fue el último?

-Una semana

Sin más el sanador comenzó a buscar pociones para calmar el dolor de la castaña.

Por su parte, la mujer seguía transitando por los recuerdos de un pasado que comenzaba a regresar velozmente, después de la noticia de Henry, su esposo había viajado por largos ocho meses buscando al pelirrojo, regresando en condiciones deplorables pero con la tranquilidad de traer buenas noticias con él y para todos quienes le esperaban con ansías. Sus recuerdos se ajustaban a los tibios relatos de Harry, James, Rose y Natalie, encajando pieza por pieza tal puzle debía completar.

Fugazmente se vio trasladada hacia la estación del tren donde se despedía de su hija y del moreno, después de confusas cartas, terminó trabajando un mes fuera de Londres y en compañía de nada más y nada menos de Draco Malfoy – mandado por Ronald – para cuidarla de posibles peligros. Aunque después de algunos días, el peligro volvió a atacar Hogwarts y para dañar a su hija.

Explorar antiguos recuerdos le daba la sensación de flotar en el aire pero siempre acompañada por el intenso dolor sobre la nuca, similar a un freno de mano, amortiguando el cumulo de imágenes sin cesar.

De pronto todo se volvió oscuro.

-Ahora duerme – Suspiro el castaño observando el rostro sudoroso de la mujer sobre la cama. A su lado, el ojiverde sujetaba la mano de su esposa – Llamaré a Luna.

-De acuerdo – Dijo con voz ronca temblando de miedo por la salud de su esposa – Date prisa.

-Bien.

Su cuerpo enteró temblaba ante la posibilidad de perder a la mujer que amaba.

Continuará…

Hola de nuevo, comienzo a profundizar un poco en la relación de Natalie y Joshua, la llegada del padre de este último y relación con el resto. Como los recuerdos comienzan a fluir en Hermione con las debidas consecuencias y búsqueda de soluciones por parte de Harry quien teme perder a su esposa

Estaré actualizando en los próximos días. Saludos