TODOS LOS PERSONAJES PERTENECEN A JK. ROWLING
BUENA LECTURA.
Frente a ti: Recuérdame
2° TEMPORADA
Capítulo Dieciocho
"Ordenando filas"
Apenas el último hechizo de Joshua había sido activado pudo sentir su magia recorrer cada rincón de la casa y percibir esa extraña sensación recorrerle de pies a cabeza, por fin podía darle sentido a esa sensación y del porque la extrañó tanto cuando el auror había dejado de visitarles por haberse marchado para encontrarse con Ron. No obstante, el sentir ese cúmulo de emociones comenzaba a chocar abruptamente con la realidad, recordándole lo imprudente que estaba siendo al sentir ese tipo de cosas por alguien que no era su novio.
Con quien te has besado en tres oportunidades. Volvió a recriminarse internamente mientras un ligero sonrojo se agolpaba en sus mejillas, agachó la mirada hacia el libro pretendiendo pintar el pequeño cachorro y subir la mirada intermitentemente para observar a Joshua y Gin colorear otro libro de animales. Por petición de la niña habían subido al escritorio para desparramar libros y colores para pintar sobre el suelo de la habitación mientras esperaban la reunión y para ésta todavía faltaba hora y media.
Después de esas "oportunidades" no habían hablado de absolutamente nada pero les quemaba la piel cada vez que estaban juntos, lo pudo sentir cuando estuvieron en el hospital antes de la interrupción de Eric Owens y después cuando salieron apresuradamente de la habitación, pudo jurar incluso que iban a besarse por cuarta vez pero se contuvieron a tiempo. No lograba comprender del todo lo que sentía por aquel chico, ni mucho menos el momento exacto donde comenzó a verlo de otra manera, siempre lo considero como un amigo y alguien agradable con quien hablar durante horas pero los últimos acontecimientos, sumado a lo mucho que lo extrañó cambiaba su panorama.
¿Dónde quedaba lo que sentía por Mike? Acaso un par de semanas de distancia había matado su relación o había sido la desconfianza del chico cuando estaba en presencia de Joshua, acaso había percibido como se miraban o actuaban estando juntos. Pudo acaso la compañía y seguridad del castaño auror competir con el cariño e inseguridades de su novio, pudo encontrar ella en Joshua lo que sentía había perdido con Mike.
-Voy por otros colores – Acusó la niña incorporándose del suelo y salir rauda de la habitación - ¡No sigan pintando sin mí! – Exclamó por el pasillo.
-Se parecen mucho – Soltó Joshua en apenas un susurro. Natalie le devolvió la mirada – Salvo por los ojos… - Susurró apoyándose sobre los codos – Estás semanas han sido extrañas.
-No eres el único – Admitió esbozando una sonrisa – Realmente te he extrañado y ahora que has regresado…
-Nat… - Suspiró sentándose sobre el suelo al igual que la pelirroja, uno cerca del otro – Estaría mintiendo si dijera que estoy arrepentido por haberte besado…
-Yo también lo hice – Susurró ella sonrojándose de nuevo – Tampoco lo estoy pero…
-Sé que estás con Mike – Musito sin dejar de mirarle sintiendo las pulsaciones a mil por hora – Sé que esto pueda estar confundiéndonos pero la única certeza es que me importas y mucho. Lo sé porque jamás habría desobedecido tantas reglas sólo para encontrar a alguien, salvo si fuese mi madre – Sonrió apenado – Ni tampoco aplicado un hechizo de rastreo.
-Todavía lo tengo – Recordó Natalie pensativa – Esto también me confunde y más cuando éstas semanas sólo he pensado en ti – Confesó provocando cientos de emociones en el chico – Si hubiese conocido ese hechizo, posiblemente te lo habría aplicado para asegurarme que estarías bien. No puedo evitar sentir esto y ni siquiera puedo definirlo bien
-Si quieres… - Dudó jugando con un lápiz azul entre sus dedos – Puedo decirle a James que prefiero trabajar sólo en el ministerio, no regresar y así evitar vernos, poner un poco distancia podría aclarar la situación y quizás… - Decía apresuradamente pero de pronto sintió los labios de la chica sobre los suyos.
Sintió los labios de Joshua devolverle el beso con la misma intensidad y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir las cálidas manos del chico posarse sobre sus mejillas. Sin importar los planes que podrían tener y las múltiples opciones para alejarse del otro, sentía que la atracción seguiría creciendo con los días y después de la última semana, todo parecía posible.
-Creo… creo que será difícil alejarnos – Susurró Joshua rompiendo el beso pero sin dejar de sujetar sus mejillas. – Más cuando sentimos está atracción.
-Sí, tienes razón – Murmuro sujetando las manos del chico – No sé qué hacer.
-Yo tampoco.
-Traje más lápices – Dijo Gin volviendo a ingresar, los jóvenes pretendieron hojear los libros
Intercambiaron pequeñas miradas cómplices.
OoOoOoOoOoOoOoO
-Yo puedo ir – Se ofreció el castaño con el ceño fruncido – Le diré que estás ocupada con Hermione.
-No, es mejor terminar de una vez – Suspiró Luna dejando de lado las pociones – Procura dejar personal de confianza cuando te vayas.
-Te esperaré Luna – Soltó Mike preocupado – Falta poco para las ocho – Dijo haciéndole recordar sobre el mensaje de Joshua
-Está bien – Dijo con resignación pero sintiéndose relajada
Siempre procuraba estar acompañada por otros magos estando cerca de Eric Owens, en cierto modo cuidándola, los más cercanos o con mayor trayectoria dentro del hospital conocían la historia de ambos pero guardaban silencio por respeto a ella. Intentaba buscar la manera de enfrentarlo, de sacar de su cuerpo el ligero temblor que sentía cada vez que lo veía, porque a pesar de los años y de la rabia que sentía por ese hombre, seguía sintiendo miedo.
Seguía recordando y reviviendo los años que paso junto a él, creyendo amarle pero siendo maltratada a cambio de un falso amor, aguantando hasta la siguiente mañana y guardando silencio ante sus amigos. Inclusive Ronald había sido de las últimas personas que se enteró del asunto y el primero en actuar para salvarla de las garras de Eric.
El pelirrojo había evitado una desgracia y solo el mero recuerdo producía escalofríos en ella
-Adelante – Escuchó la amena voz del hombre. Uno de los primeros aspectos que encanto a Luna desde jóvenes era su sonrisa y simpatía innata, simples caretas para envolverla y envolver a sus cercanos, nadie pensaría que sería un monstruo – Viniste rápido Luna.
-Tengo trabajo – Soltó colocando las manos en el bolsillo del blanco delantal, escondiendo el ligero temblor de sus manos – ¿Qué necesitas?
-Hablé con nuestro hijo – Comentó recostándose sobre la silla sin quitar su sonrisa, el semblante de Luna se endureció – Fueron pocas palabras, estaba con su novia – Suspiró incorporándose del escritorio para caminar hacia la rubia, quien apenas se movió junto a la puerta – Ha construido una mala imagen de su padre.
-Algo de razón tiene – Acusó la mujer sosteniéndole la mirada intentando controlar el pánico que sentía, después de tantos años, seguía temblando como una hoja ante su presencia.
-Sólo era un niño – Dijo ladeando la cabeza a pocos de metros de ella - ¿Qué apreciación puede tener de los asuntos de sus padres? Nuestra relación no era perfecta pero qué relación lo es. – Indagó alzando las cejas.
-Eres un abusador…
De un brusco movimiento le cogió por las mejillas – Cariño, no guardes rencores.
Su corazón latía con excesiva fuerza pero aún más el miedo que sentía, sujetó las muñecas del hombre pero su fuerza era mayor, imágenes comenzaban a circular por su mente y la sensación de revivir el pasado la paralizó. Se maldijo internamente por haberse enamorado de ese sujeto y haber permitido que su relación cayera una espiral llena de violencia y sufrimiento, y más cuando estaba su hijo de por medio, se culpó por haberse comportado de manera tan cobarde.
No es tu culpa. Escuchaba la voz de Ronald firmemente… él tenía razón, el único culpable por todos los maltratos y llevarle al borde de la muerte es el hombre frente a ella.
-No sólo regrese por un puesto, querida – Dijo en apenas un susurro interrumpiendo los pensamientos de Luna– Regresé por lo que me pertenece. – Acusó acercándose peligrosamente a sus labios – No existen obstáculos para nosotros.
-Hace mucho no existe un nosotros, Eric – Dijo Luna agarrando valor para alejarse del sanador pero este le cogió por las muñecas, chilló de dolor – Suéltame…
-Piensas que vendrá tu amante – Escupió Eric borrando cualquier gesto de amabilidad, aquel desenfadado semblante que usaba cuando discutían – Ese estúpido que logró separarnos
-Ya basta – Dijo zafándose bruscamente del hombre y haciéndose daño en el proceso, apretó los dientes evitando mostrar el dolor que sentía – No volverás a acercarte a nosotros, nunca más. – Giró el picaporte de la puerta para abrirla y antes de marcharse de ese lugar, añadió – Nunca más caeré en tus juegos, Eric.
-Lo veremos – Dijo el sanador volviendo a mostrar su sonrisa – No te olvides de la posición que gozo ahora, ni siquiera Ronald Weasley podrá sacarme de aquí.
-No me interesa tú posición – Susurró frunciendo el ceño – Simplemente sacarte de mi vida.
-Seguimos teniendo un hijo en común.
-Hace mucho dejaste de ser su padre – Masculló cerrando la puerta con un portazo. – Y fue el día que decidiste golpearlo
Se alejó de la oficina con la respiración entrecortada y el ardor de las muñecas rozando con los puños del delantal, encerrándose en su propia oficina buscó entre sus cosas pomadas para aliviar el dolor y la molestia. Intentaba mantener la calma y evitar arrojarse a ese antiguo sentimiento de soledad, recordando que nadie podría dañarle después de tantos años y podía hacerle frente al padre de su hijo, y aunque lo hizo por breves segundos, el miedo seguía paralizándola.
Iba a aplicar el hechizo para desaparecer las marcas de las muñecas cuando la puerta de su oficina se abrió, por breves segundos tuvo la intención de lanzar un hechizo hacia el intruso pero contuvo al percatarse que era Mike. Guardó la varita e intento tranquilizar su respiración, escondió entre sus ropas la pomada y volvió a esconder sus manos, ésta vez para ocultar las marcas del forcejeo con Eric.
-Todo bien – Inquirió el chico preocupado
-Sí, descuida – Sonrió encogiéndose de hombros - ¿Cómo está Hermione? – Preguntó para cambiar el tema
-Dormida – Expuso mientras la rubia colocaba sobre el delantal su abrigo – Cada tres horas vigilarán su estado y administrarán las pociones.
-Perfecto – Susurró observando el reloj de pared – Es mejor irnos, es hora.
-¿Qué quería Eric? – Indagó el sanador observando el andar nervioso de su jefa – Te dijo algo…
-Habló con Joshua – Suspiró pensativa – No fue el mejor encuentro, estoy segura que hizo provocarlo con algún comentario.
-Lo vi salir de la habitación donde descansaba – Confesó Mike llamando la atención de la rubia – Estaba descontrolado pero no había pasado a mayores – Murmuró recordando a su novia contener al auror – Natalie estaba con él
-Sí también la vio – Susurró Luna recordando las palabras de Eric. Desvió ligeramente la mirada hacia su amigo, guardó silencio sobre cómo se refirió hacia la pelirroja, después de todo, el sanador no tenía por qué saber la relación sentimental de la hija de Harry Potter con uno de los sanadores. – Espero puedan mantener esa distancia.
-Es inteligente y sabrá controlar lo que siente – Apoyó el sanador con una sonrisa – ¿Vamos? – Inquirió Mike.
-Vamos – Suspiró siguiendo a su compañero.
El mensaje de su hijo había sido claro; el transporte autorizado era la chimenea y debían decir el hechizo correcto para aparecer en el salón de los Potter, de lo contrario, se encontrarían con una barrera de protección y un pequeño hechizo de advertencia sobre la seguridad de la casa. Aparentemente había recuperado su puesto como protector de la casa de Harry y su intuición de madre le decía también sobre la protección de otra persona.
Apenas piso el salón de la casa observó a su hijo platicar entre murmullos con Harry y James, Rose lo hacía con Natalie y Draco permanecía alejado de todos pero con los ojos puestos sobre su hija quien sujetaba la mano de Josh.
Esbozó una pequeña sonrisa ante la escena, su hijo pinchó su mirada devolviéndole la sonrisa pero luego la desvió por breves segundos hacia el camino que hizo Mike, quien llegó hasta su novia para saludarle con un beso en los labios, le vio torcer el gesto en el tiempo suficiente para percatarse que tal vez Eric no estaba tan equivocado.
-Tuvieron problemas para venir – Inquirió Rose apenas se acercó hasta el grupo. Ante cualquier comentario de su compañero de labores, añadió.
-Ninguno – Dijo muy segura – Ya han llegado todos.
-No, faltan Remus y Teddy – Informó Natalie siendo abrazada por los hombros por su novio - ¿Cómo está tía Hermione? – Preguntó subiendo la mirada hacia el chico.
-Por ahora duerme – Dijo el chico tranquilamente – Necesita recuperar energías después de los episodios y dormir sin sueños, es lo mejor.
-Harry nos dijo sobre la maldición – Suspiró Rose con cansancio – Está convencido sobre la responsabilidad de Rafael.
-Cualquiera pensaría lo mismo – Indicó Luna pensativa – Aunque debemos hacer pruebas para confirmar su magia, no podemos equivocarnos y gastar energías en la búsqueda equivocada.
-Aunque tomará tiempo – Musito Mike preocupado – Son pequeñas huellas de magia y recolectar su magia es complicado.
-Lo haremos – Aseguró la rubia esbozando una sonrisa – Debemos tener paciencia – Desvió la mirada hacia su hijo quien seguía intranquilo - ¿Qué sucede con ellos? – Preguntó señalando al trío de hombres.
-Discuten sobre la seguridad – Bufó Rose rodando los ojos – Harry quiere mantener a Joshua aquí – Vociferó llamando la atención de ambos sanadores – Y James argumenta que lo necesita en otro tipo de operaciones y no es para menos, el trabajo que hizo afuera es bueno, no quiere desaprovecharlo.
-¿Qué sugieres tú? – Preguntó Luna preocupada por su hijo
-Cuando nos ataquen… - Murmuró la chica con preocupación – Ningún lugar es ciento por ciento seguro, posiblemente lo mejor sería resistir.
-No podrán protegernos por siempre, es seguro – Suspiró la rubia sin despegar la mirada de su hijo – No sabía que hizo amistad con Gin. – Rio observando a la niña mostrándole un dibujo al auror, él se había desentendido de la discusión de padre e hijo y le sonreía. – Creo que te cambiaron… - Bromeo mirando a Draco.
-Estuvo pegada a él y a Natalie toda la tarde – Murmuro el hombre moviendo la cabeza – Al parecer lo extrañaba…
-No estarás celoso…
-Sí, claro – Dijo mordaz cruzándose de brazos. Luna le guiño un ojo – Ya verás cuando encuentre una novia, mamá – Se burló ladeando la cabeza. – De seguro tiene varias enamoradas en el ministerio.
-Pretendes enfadarme con esto – Inquirió alzando las cejas. De reojo observó el ceño fruncido de Natalie – Ya es mayor, puede hacer lo que quiera.
-Bueno…
-Podrían dejarlo – Suspiró Rose interrumpiendo la discusión – Esperamos a Remus y a Teddy.
-Se han demorado… - Dijo la rubia viendo a Gin caminar hacia ellos y de paso arrastrando a Joshua, sonrió – No sabía que tenías novia.
-¿Qué dices? – Preguntó el aludido alzando ligeramente la voz, sonrojándose – Yo no…
-Lo dice por Gin – Se apresuró a decir Natalie calmando la ansiedad del chico
-Mamá… - Suspiro Joshua rodando los ojos
Iba a mencionar algo más pero las llamas de la chimenea alertaron a todos y entre las llamas aparecieron Remus y Teddy Lupin, el reloj marcaba exactamente las ocho de la noche, los aurores saludaron de manera general a todos los presentes para después acercarse hacia James y susurrarle algo al oído, el aludido asintió y sonrió con cierto alivio.
-De acuerdo Potter – Soltó Draco colocando las manos sobre los hombros de su hija – Estamos todos, qué sucedió para habernos citado.
-Faltan dos personas – Anunció James desviando la mirada hacia la chimenea – Ya vienen.
El crepitar las llamas se hizo más intenso y por instinto Joshua sujetó su varita dispuesto a enfrentar los intrusos, no obstante, el jefe de aurores le hizo una señal de calma que obedeció de inmediato aunque sin quitar su posición de ataque. De las llamas apareció Melissa Mills tan despampanante como siempre, recordó la discusión que tuvieron en el hospital después de la infiltración de Ronald; los celos que sintió por la mujer que estuvo junto al pelirrojo por tantos años y no sólo profesionalmente hablando sino como algo más.
Observó a su hijo relajar su postura y suspirar por la presencia de la morena, después de todo, la mujer siempre había tenido la plena confianza del cuartel general de aurores y a pesar de la ausencia de Ron seguía manteniéndola. Apenas la mujer se hizo a un lado las llamas volvieron a activarse y antes de que pudiese pensar o comentar algo, pronto la figura de un hombre alto y fuerte salió de la chimenea, traía la capucha de la túnica baja y pudo apreciar entonces la cabellera rojiza – ligeramente más larga – sus ojos azules escrudiñaron el lugar y la sonrisa que portaba le hizo recordar al hombre antes de toda esa locura.
-¡Papá! – Exclamó Rose lanzándose hacia los brazos del hombre, sacando a todos de sus pensamientos y del aturdimiento; Ronald Weasley había regresado - ¿Qué haces aquí? Es decir, se supone… - Calló para luego llenar de besos a su padre.
El corazón de la rubia volvió a latir con fuerza pero ésta vez de emoción y felicidad por escuchar la fresca risa del pelirrojo, parecía agotado por el viaje, sucio y hambriento pero la sonrisa que portaba no podía ser borrada por nada. Se contagió con su sonrisa, obviando los deseos por correr hacia él y abrazarle con la misma intensidad, buscando la tranquilidad que perdió hace días y la seguridad que sólo él podía transmitirle.
-Debería desaparecer más seguido – Bromeo el auror recibiendo como respuesta un manotazo de su hija, escuchó risas de alrededor - ¡Auch! Eso duele. – Se quejó sobándose el brazo – Fueron semanas…
-Parecían años – Susurró la chica recibiendo el beso en la mejilla - ¿Cómo estás? – Preguntó mirándole de pies a cabeza, fijándose si estaba herido – Luces fatal.
-No vengo de un hotel precisamente – Suspiro palpaba su pierna derecha, gimió adolorido – No es grave, caí duro cuando aparecí.
-Luna podría revisarte – Aconsejó James llegando hasta padre e hija. – No tenemos prisa para conversar.
Y entonces la mirada pelirrojo se posó sobre ella.
OoOoOoOoOoOoOoO
Sus labios había sido la única fuente de oxigeno entre los recovecos de la zona sur, cuando asumía la muerte como parte del sacrificio que debía hacer y estuvo a punto de ser descubierto, recordó aquel beso con la sanadora y sobre la esperanza implícita de volverse a encontrar, conseguir esa felicidad que por tanto tiempo postergaron por miedos e inseguridades. Aquella mínima esperanza le permitió borrar cualquier síntoma de pesadez y pensar sobre un futuro junto a las personas que amaba, dejar de pensar en el pasado y comenzar a vivir.
Con el regresó de la ex pareja de la rubia la ansiedad y el miedo aumentaron, reprimiendo cada cierto tiempo las ganas de regresar y protegerla del hombre que tanto daño le hizo. Cuando tuvo la oportunidad de golpearlo, lo hizo hasta no sentir los nudillos y su respiración volverse irregular, respirando por la boca y con la visión borrosa producto de la cólera que sentía.
Desvió la mirada hacia su pierna donde el hechizo de la rubia cicatrizaba la herida, el escape de la zona sur había sido un poco accidentada, observaba la concentración de la mujer – propio de su profesionalismo – pero también lo nerviosa que estaba. Sujetaba la varita con fuerza y cada cierto tiempo se ajustaba los puños del abrigo, evitaba mirarlo a los ojos y salvo un par de palabras de bienvenida, guardaba silencio y contrarrestaba con las conversaciones del salón.
-Ya puedes moverte – Susurró Luna incorporándose de la silla frente al pelirrojo – No tienes una herida profunda.
-Gracias – Dijo él sin quitar su mirada de ella. Seguía evitándole y temió porque hubiese llegado tarde – Luna…
-Regresemos al comedor – Apuró guardando la varita en su abrigo y dispuesta a salir de la cocina pero el pelirrojo le sujetó por la muñeca, por inercia se zafo bruscamente de su amigo, sorprendiéndolo – Eh… disculpa, no quise….
El pelirrojo observó el gesto de defensa, ocultando las manos en el abrigo
-Luna… - Murmuro bajando la mirada hacia las muñecas, el recuerdo fugaz de hace años volvió y lo supo entonces… Lo había hecho de nuevo, volvió a lastimar a la mujer frente a él
Se acerca hacia la mujer midiendo cada uno de sus movimientos tal y como lo hizo hace más de diez años, acariciando la melena rubia, pasando por sus hombros tensos y bajar hasta los brazos quienes se resistían a moverse de su posición. Con paciencia unió sus frentes para mirarla a los ojos y morder la rabia que comenzó a sentir, coló sus propias manos en los bolsillos de la mujer y buscando sus manos las sujetó con cariño y firmeza.
Se quedaron quietos por largos segundos, observándose tal y como sucedía hace años, pidiéndose perdón y comprensión.
-Soy yo – Dijo en apenas un susurro deshaciendo la resistencia de Luna. Baja la mirada hacia las muñecas, marcadas con tonos rojos y azules.
-No vayas… - Suplicó sujetando su camisa – Quédate conmigo – Suplica sintiendo las intenciones de su amigo por desaparecer y castigar al responsable tal y como siempre lo hizo hace diez años.
Cerró los ojos mientras la abrazaba con intensidad y reprimía el impulso por aparecerse en el hospital, ahogando la impotencia por permitir esa agresión del máximo sanador del hospital. Se separó ligeramente para besar su frente y dedicarle una sonrisa, prometiendo permanecer a su lado y nunca más separarse, evitando cometer el error de hace algunos años.
-No volveré a desaparecer – Dijo borrando con su varita las marcas de las muñecas – Si algún día vuelvo a hacerlo… hechízame – Sonrió.
-Pensé que te perdía – Confesó la mujer sosteniéndole la mirada – Después de las cartas que dejaste…
-Yo también había perdido la esperanza – Musito pensativo – Rendirse parecía ser la opción fácil pero resistí porque comprendo cuán importante son ustedes, mi familia. – A diferencia de Owens, el pelirrojo sujetó con ternura el rostro de la rubia – Sigo siendo imperfecto y posiblemente roto por el pasado pero contigo estoy completo, recién puedo comprenderlo y siento haber llegado tarde para decirte esto…
-¿Quién lo dice? – Preguntó Luna esbozando una sonrisa – Nunca será tarde
Con las pulsaciones a mil acortó la distancia de sus labios para besarlos con lentitud, a diferencia de lo ocurrido en Hogwarts, tomándose todo el tiempo del mundo para probarlos y memorizar su sabor, volviendo a revivir ese pequeño instante y convertirlo en algo duradero, para nunca más regresar a ese abismo y encontrar su propia tabla de salvación. Con seguridad podía decir que estaba enamorado de la mujer entre sus brazos y volcaría su vida a hacerla feliz tal y como siempre debió ser, prometiendo silenciosamente que jamás volvería a derramar una lágrima por culpa de su ex pareja o de cualquiera que osará hacerle daño.
-Ron… - Separándose pero quedando muy cerca de sus labios – No te enfrentes a él, es peligroso…
-Por el momento… - Suspiró él pensativo – Nadie sabe del escape y es mejor mantenerlo en secreto – Sonrió desviando la mirada hacia la puerta – Te lo explicaré… - Señalando el lugar donde todos le esperaban.
-De acuerdo…
-Cuando se haga público mi regreso… - Acotó sujetándole por los hombros – Se las verá conmigo.
-Yo puedo…
-Sé que puedes – Afirmó ante la duda de la mujer – Puedes patearle el trasero y quitar la estúpida sonrisa de su rostro pero sé también lo difícil que es.
Su amiga asintió, él mejor que nadie sabía lo extraordinaria mujer que era Luna pero el pasado jugaba un papel importante en esa historia
-Vamos… - Animó cogiendo la mano de la rubia pero encontró resistencia. Ladeo la cabeza para luego abrazarle por los hombros – Estoy con cojera, no pensarás dejar a un paciente sin movilidad. – Indicó alzando las cejas.
-¿Crees que alguien lo crea? – Inquirió rodando los ojos con paciencia – Con todo el tiempo que llevamos aquí.
-Puedes inventar algo – Dijo caminando lentamente hacia el comedor – Un efecto retardado del hechizo.
Nuevamente la rubia rodó los ojos, omitiendo comentario pero esbozando una pequeña sonrisa.
-Hiciste un hechizo o una operación – Escucharon de voz de Draco
-Se encuentra bien – Suspiro Luna ayudando a su amigo a sentarte en el sofá – No seas exagerado Malfoy.
-Y bien… - Dijo el aludido cruzándose de brazos - ¿Por qué estás aquí? Acaso te han descubierto.
-Logré salir antes de serlo – Suspiró Ron – El plan de fallido en la academia le confirmó la existencia de un espía y asesinó a quienes tenía como sospechosos – Confesó sorprendiendo a todos – Nadie podía comprender como un auror había intervenido y les confirmó de mi existencia.
-¿Por qué atacó la academia? – Preguntó Mike sin deshacer el abrazo con su novia
-Por Harry – Respondió mirando al moreno – Hicieron un buen trabajo asegurando la casa – Sonrió dirigiendo la mirada hacia Joshua – Le impidieron conocer su paradero y el de Hermione pero necesitan sacarlo de su área de confort, su única opción era por medio de Natalie.
-Siendo así – Susurró Harry pensativo – Nadie está seguro.
-Sí pero sería imposible resguardar a todos – Indicó con pesar – Y menos con el contingente dispuesto para atacar.
-Puedes hablarnos más sobre eso.
-Sí claro – Asintió el pelirrojo – Ha movilizado a grupos de mortifagos en puntos estratégicos para atacar, pretende hacerlo en los próximos días pero posiblemente piense en adelantar los planes y más cuando prácticamente tuvo un auror infiltrado.
-¿Cuántos mortifagos? – Inquirió Remus con preocupación – Se supone que capturamos a la mayoría hace cinco años.
-Reclutó a más personas – Informó cerrando los ojos por breves segundos – Cada ataque que realizaba lo usaba como distracción para infiltrar a magos desde el exterior. Por muchos años se encargó de realizar contacto con amigos y familiares de mortifagos hoy fallecidos o prisioneros en Azkaban, convenciéndole de unirse contra el ministerio y cobrar venganza. Fue creciendo, convenciendo a más personas sobre la causa y les hizo esperar el momento oportuno para regresar a Londres.
-¿Cuántos? – Insistió Harry frunciendo el ceño
-Cada grupo está conformado por veinte a treinta personas – Informó sorprendiendo a todos en el comedor – Considera puntos estratégicos al hospital, Hogwarts, el callejón Diagon, Hogsmeade, la academia y quien sabe cuántos pueblos más.
-Cien personas… - Musito James recostándose sobre la silla que había convocado – Y quizás sean más.
-Es seguro – Dijo el pelirrojo – Nunca pude contabilizar las personas que entraban y salían de la zona porque siempre se mantiene el ataque en absoluto secreto, Rafael reúne a cada escuadrón de magos y da instrucciones específicas.
-¿Qué tipo de instrucción? – Preguntó con temor Rose
-Por ejemplo hoy – Dijo alzando las cejas y colocar su mirada sobre Natalie – El objetivo del grupo era capturar a Natalie, dejar algún de evidencia de quien había sido y llamar la atención de Harry. No descartaría que hubiese intentado borrar su memoria tal y como lo hizo con Hermione y Harry.
-¿Cómo sabes eso? – Balbuceo Joshua sintiendo el estómago apretado
-Había escuchado el rumor hace unos cinco días, quise confirmar – Musito – Por eso demore en hacer contacto contigo y decirte lo que sucedía, habría intervenido antes pero sabía que podrías dar el aviso.
El jefe de aurores se acomodó sobre la silla, levantando una ceja con autosuficiencia y el aludido sólo atino a sonrojarse.
-Aunque sé que actuaste solo – Complementó sonriendo – Rafael estaba verdaderamente enojado por haber fallado, causaste muchos problemas.
-No tenías muchas opciones – Dijo en apenas un susurro para luego encontrarse con la mirada de su madre, sonrió.
-Sabe de tú desaparición – Inquirió Teddy.
-Es probable… - Dijo – Aunque para la opinión pública sigo desaparecido.
-Creo que sería conveniente mantenerlo así – Expresó Draco – Al menos durante algunos días.
-Me gustaría regresar al ministerio – Expuso desviando la mirada hacia James – Si lo permites.
-Ron…
-Renuncié a mi cargo, James – Acusó tranquilamente – Es decisión tuya.
El novio de su hija asintió sin emitir comentario, volvió la mirada hacia el ojiverde quien parecía tener un debate interno y aparentemente cada persona en el comedor parecía tenerlo, midiendo las posibilidades de un enfrentamiento con los mortifagos y buscar el mejor camino y evitar la menor perdida de personas. Y él lo sabía desde el principio, el ataque de Rafael sería lo suficientemente astuto para dejar a todo el mundo paralizado y así se encontraban muchos, indecisos por tomar la decisión final.
-Mi padre regresará mañana al cuartel general – Se explicó James rompiendo con el silencio, varios se sorprendieron – Podrás volver en los próximos días y trabajar con Melissa – Suspiro con resignación, el pelirrojo asintió con una sonrisa – Joshua… - Nombro llamando la atención del chico – Seguirás a cargo de la seguridad de la casa pero necesito que apoyes a Melissa y Ronald.
-De acuerdo… - Aceptó sin chistar evitando desviar la mirada hacia la pelirroja. Significaba poner una distancia entre ellos
-James… - Iba a decir Harry pero el aludido continúo.
-Usa el hechizo de rastreo… - Soltó a regañadientes – No voy a arriesgar a mi hermana.
-Un hechizo de rastreo – Inquirió Draco alzando las cejas – Significa que vigilarás las veinticuatro horas a tu hermana – Señaló sonriendo – Te has puesto psicópata Potter.
-En realidad… - Vociferó Ron escondiendo su sonrisa – Es Joshua quien lo hará.
No obstante, observó con autosuficiencia a la rubia.
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-Es increíble… - Mascullaba Mike después de haber terminado la reunión, subiendo a la biblioteca para charlar con su novia – Te hubieses negado, Natalie.
-James lo ordeno – Suspiró recogiendo los libros que usaron para pintar con Gin – No pienses que me quedaré encerrada en casa, podría ser peor.
-Aceptarás ser vigilada por Joshua todo el tiempo – Soltó frunciendo el ceño, su novia no hizo comentario alguno – Vigilará tus movimientos…
-Velará por mi seguridad – Corrigió dirigiéndole la mirada – Estará en el ministerio y comprobará de vez en cuando en qué lugar estoy.
-Natalie…
-No quiero escenas de celos, Mike – Acotó recogiendo el último libro para luego dirigirse hacia su novio – Por ésta vez no voy a contradecir a mi hermano.
-¿Cuál sería el interés? – Preguntó cruzándose de brazos – Si fuese James quien haría el hechizo estarías ofuscada…
-¿Qué insinúas? – Preguntó alzando las cejas – Si es por Joshua…
-Sí es por él – Respondió acercándose hacia la pelirroja y sujetar su rostro entre sus manos – Sientes algo por él.
-No voy a contestar eso – Dijo rehuyendo al contacto con su novio – Si tienes algún reclamo entonces pídele a James asignar a otro auror. – Y dándole una última mirada, salió del escritorio rápidamente.
El sanador le siguió hasta llegar a las escaleras, sujetándole del brazo.
-Dime la verdad… - Pidió en apenas un susurro – He visto como se miran y se hablan. – Soltó con pesar – Lo arriesgó todo para salvarte de los mortifagos, se han convertido en tu sombra.
-Mike…
-Veo como le correspondes… - Masculló frunciendo el ceño – Como le sonríes y te preocupas por él, lo pude observar cuando llegaron al hospital.
-Me salvó de los mortifagos, qué esperabas – Inquirió alzando las cejas, sentía la presión de la mirada del chico – He estado preocupada por él porque confió en mí cuando regresó su padre, no puedes pretender que lo ignoré cuando es quién nos cuida.
-Parece que bastante… - Susurró esbozando una amarga sonrisa – Lo suficiente para que Eric piense que están juntos – Soltó sorprendiendo a su novia – No quiero imaginar lo que vio cuando entró a la habitación que compartían en el hospital…
-No sucedió nada…
-Les vi salir de la habitación – Complementó bajando las escaleras y ésta vez Natalie le siguió.
Desde la cocina se escuchaban las voces de Luna, Ron, Harry y Draco pero en el comedor estaban Gin y Joshua platicando.
-Mike… - Pidió sujetándole del brazo – Por favor…
-Suéltame – Dijo alzando ligeramente la voz. El auror se incorporó del sillón con precaución – Si él lo dice entonces debe ser verdad y más cuando el bendito hechizo está en funcionamiento.
-¿Qué dices?
-Soy sanador…
Con un brusco movimiento se zafó de la chica.
-Ten cuidado – Habló Joshua llamando la atención de la pareja
-¿Quién te crees que eres? – Preguntó el sanador encarando al auror – Colocando un hechizo de rastreo a mi novia.
-Estaría en manos de Rafael – Argumentó frunciendo el ceño.
-Y en las tuyas estaría segura – Sonrió burlesco
-Claro que sí – Respondió luego de breves segundos. El sanador le sujetó por el cuello de la playera pero Natalie se interpuso entre ambos hombres.
-No aquí, está Gin – Susurró la chica empujando ligeramente a los hombres – Por favor.
El sanador lanzó un suspiro para luego acercarse hacia su novia y sin previo aviso besar posesivamente sus labios, después volvió la mirada Joshua y se marchó del comedor por medio de la chimenea.
-Algún problema – Escucharon la voz de Ronald bajo el umbral de la cocina
-No, ninguno – Negó Natalie sujetando la mano de Gin – Nos vamos a ordenar, Gin.
-Claro – Dijo la niña sonriendo.
-Sé lo que vas a decir – Suspiró Joshua acercándose hacia la chimenea. El pelirrojo le siguió en silencio – No hice el hechizo con una doble intención, sólo quería cuidarla.
-Yo también lo hice – Confesó el pelirrojo sorprendiendo al auror. Desvió la mirada hacia el chico, sonrió – Tu madre viajó después de meses con la única intención de regañarme – Suspiró encogiéndose de hombros – Necesitaba cuidar de ella porque me importaba y me importa, sigo cuidándola después de años y lo hago porque además del cariño que siento por ella, la amo.
Joshua sonrió complacido por las palabras del pelirrojo.
-Y tú… - Soltó interrumpiendo las palabras del chico - ¿Qué sientes por Natalie?
-Me importa – Susurra bajando la mirada ligeramente sonrojado – Y mucho.
Continuará…
Hola a todos! Nueva semana, nuevo capítulo… Nuestros protagonistas deben organizarse, Harry regresa al ministerio, Ron regresa junto a los suyos muy seguro de sus sentimientos por Luna, ésta visiblemente afecta por el encuentro a solas con su ex esposo (quise cambiar el tono de su encuentro pero deje la escena tal cual) y por supuesto la incipiente (no tanto) relación entre Joshua y Natalie.
Como siempre, estaré actualizando cada semana.
Saludos y buena semana
