Capítulo 10

San Pablo, Inglaterra

Candy sonrió y se lanzó a los brazos de Albert, con tanta fuerza que derribó al guapo rubio cayendo la pequeña rubia sobre él, rozando de manera estratégica sus labios. Ella se avergonzó poniéndose roja de inmediato y él solo le regaló una hermosa sonrisa, te sientes mejor pequeña….

-Gracias, señor Albert… muy apenada,

-Señor, crees que estoy tan viejo, creó que esta barba es la que me hace lucir mayor, pero solo tengo unos cuantos años más que tú.

-Así debe ser….. sin decir más ya que aún estaba muy afectada por ese micro beso

-Vamos a mi casa para que tomes un poco de té

Candy solo asintió con la cabeza y lo siguió hasta la cabaña de caza de los Ardlay

-Espera antes de entrar debes pasar una prueba.

-Que clase se prueba

-Ya lo mirarás…..en ese momento el joven abrió la puerta y salió de la cabaña una mofeta, quien olfateo un poco a Candy, ella se puso en cuclillas y jugueteó con el animalito, emitiendo unas sonrisas encantadoras y le permitió el acceso.

-Muy bien, pasaste la prueba

-Qué hermosa casa, me gusta ¿es tuya?

-Es un poco complicado, por lo pronto me hospedo aquí, pasa por favor.

La pequeña traviesa entró y observó todo con detenimiento, había una chimenea y sobre esta una escultura de ángel y un reloj, mientras Candy prestaba atención al lugar, Abert preparó el té y lo dispuso en la mesa, invitándole a tomar asiento.

-Siempre que he necesitado ayuda ha aparecido usted, eres como un ángel.

-No creo ser un ser tan celestial como un ángel, lo que sí te puedo decir es que tienes un amigo fiel en mí, eso nunca lo dudes.

-Esta tarta de manzanas estas deliciosa, me recuerda mucho a la de la señorita Pony

-Extrañas a tus madres de crianza

-Era maravilloso compartir con ellas, pero mi madre Beatriz es extraordinaria, por Dios se me pasó el tiempo como agua, mis padres deben estar preocupados, me tengo que ir.

-Si Candy solo quiero que tengas muy claro que no debes temer por el futuro de tus amigos, ellos están muy bien, además siempre puedes contar conmigo muy pronto tu y yo nos volveremos a ver, se fuerte.

-Adiós Albert

La señorita Brighton llegó entregada la tarde a su casa por lo que su madre le llamó la atención.

-Mi amor donde estabas, ya pasa la hora del té, me tenías muy preocupada.

-Disculpa mamá no me vayas a reprender, lo que pasa es que este lugar sin los chicos es muy triste los extraño mucho y salí a caminar por el bosque no me di cuenta que el tiempo se me pasó volando.

-Mi cielo, sé que es muy difícil estar aquí pero pronto verás que la tristeza se irá y nuevas alegrías llegarán a tu corazón.

-Llegarán eso es lo que me dijo mi amigo

-Que amigo mi cielo

-Un guapísimo rubio de ojos azules, gran barba y una sonrisa encantadora

-De que estas hablando

Candy se dio cuenta que estaba rememorando a Albert y su madre no lo tomaría a bien ya que él era un señor y ella solo una chiquilla.

-Ya sabes que mi imaginación es grande madre.

-Ve a bañarte y para que descanses antes de la cena.

En otro lado del Atlántico

-En qué piensas Tony

-En unos ojos verdes tan profundos como las esmeraldas, que estarás haciendo pecosa

Anthony y Stair se encontraban bajo la sombra de un árbol en algún lugar del bosquecillo que rodeaba al Colegio San Pablo.

-Pecosa te gustan las pecosas, a mí me parecen desagradables como si siempre tuvieran unas manchas de pintura en el rostro, un recordatorio de lo torpes que son, dijo un joven castaño de la alta aristocracia inglesa, hijo del Duque de Grandchester, Terrence, Terry para los amigos.

-Cuida tus palabras Grandchester, dijo el rubio

-Si amigo, Candy es el ser más puro, noble y grandioso además de ser hermosa, cabellera rubia y rizada, ojos grandes y verdes, con unas pequitas que la hacen lucir inocente es casi como ver un ángel.

-Que dices inventor, parece que los dos están enamorados de ese ser celestial, por Dios, son unos niños, deben conocer a una mujer de verdad.

-Las prostitutas con las que te revuelcas a cambio de tu dinero, no son mujeres de verdad, indicó Tony con una voz fuerte y firme.

-Pues yo las siento muy reales y mi cuerpo también, con una sonrisa de medio lado dijo Terry

-Ya Terry, si conocieras Candy, no te hablarías así y estoy seguro que caerás rendido a sus pies.

-Por favor creo que están idealizando a esa mujercita, pero no tengo ganas de discutir más, me voy que esta tarde saldré de la cárcel a divertirme un rato con los espectros.

Retirándose del lugar el joven castaño.

-Espectros, sí claro las mujeres que no son de verdad, odió la ironía de Terry, pero no es más que un pedante abandonado por sus padres.

-Como nosotros, dijo Stair

-Hermano sabes que no puedo reemplazar a Archie, pero estoy aquí y nosotros no estamos solos nos tenemos uno al otro, este domingo me visitará mi padre.

-Cómo lo sabes

-me escribió en su última carta mencionaba que haría una para en Londres para ver cómo estaba, a veces quisiera pedirle que me lleve con él, pero ya sabes soy el heredero del tío abuelo William, tiene que educarme para algún día ocupar su lugar.

-A Eliza no se le olvida ese pequeño detalle.

-Es un fastidio que la tía abuela no descarte la posibilidad de que me comprometan con ella, pero eso no lo permitiré jamás, mis inclinaciones sentimentales me marcan otro rumbo.

-Las mías también y creo que son al mismo rumbo que las tuyas, te propongo algo, hagamos un pacto de caballeros, cuando salgamos de la cárcel ambos cotejaremos a Candy y que ella decida, la final el otro respetará su decisión y no guardará ningún tipo de rencores.

-Es un pacto de caballeros acepto.

Estrechando la mano ambos jóvenes, Anthony sabía que él no le era indiferente a Candy ya que se parecía al famoso príncipe de la colina por lo que sería más sencillo conquistar a la pecosa, sin embargo, no había tenido suerte con sus tácticas tendría que pensar en algo distinto y quien podía ayudarlo, Terry Grandchester siendo totalmente opuesto a él podría enseñarle un par de cosas.

Mientras tanto en las aulas para señoritas estaban Eliza y Luis platicando sobre los chicos guapos del colegio.

-Eliza es que Terry, proviene de una de las familias más aristocráticas de Inglaterra además es guapísimo, sus ojos azul verdoso tan profundos, y ese porte al montar, es hermoso.

-No está del todo mal, pero mi Anthony es como un ángel, es tierno, dulce y también tiene unos ojos azules y monta divinamente, además él es el heredero de los Ardlay.

-Si, pero no te hace caso

-Terry tampoco te voltea a ver, por lo menos Tony yo convivimos cuando nos visita la tía abuela,

-Por obligación, ya que no veo que se porte tierno y dulce contigo más bien esquivo.

-Cállate Luisa, hoy estás insoportable, no sé porque soy tan buena contigo y te permito ser mi amiga.

-Buen soy la única que te soporta

-Claro que no, también Patricia O´brien proviene de una buena familia y considero que es menos fastidiosa que tú, tendré que integrar a mi círculo cercano.

-Haz lo que quieras, me voy a caminar y buscar a Terry.

-Debo tener más aliados, la tía abuela está muy consentidora con Annie, acaso pensará en comprometerla con mi Anthony, no eso no puede ser, en todo caso tengo que acércame más a los chicos y hacer todo lo posible por que sea Stair quien se quede con esa huérfana.

Piensa Eliza, desde que aparecieron las dos huérfanas ya no eres tan cercana a los chicos y estás perdiendo terreno, ahora que solo tu estas aquí debes aplicar tus encantos para ser la princesita de la familia, antes de a la tía se le ocurra traer a este prestigioso colegio a la insípida de Annie, por la otra bastarda no tengo que preocuparme gracias a Dios está muy lejos de aquí.

Diciembre Mansión Brighton, Chicago

-Mamá estas fiestas navideñas estarán muy tristes

-Cariño no pienses así, mejor piensa en que podemos llevar a los niños del hogar de Pony y que gracias a Dios estamos todos juntos para disfrutarlos, con salud, amor y muchas bendiciones que papá Dios nos otorga todos los días

-Tienes razón mamita, me he convertido en una chica egoísta que solo piensa en sí misma y no en todo lo que tiene.

-Tampoco te voy a permitir que te hables así, tú tienes un corazón muy generoso, solo que estas en una etapa de tu vida con muchos cambios, perdiste a un gran amigo, tus amigos se fueron a estudiar a Londres, han sido demasiados cambios amor, es normal, no te agobies.

Candy abrazó a su mama y recordó las palabras del príncipe de la colina "eres más linda cuando sonríes que cuando lloras", así que ella debería llevar alegría al lugar donde estuviera y eso es lo que haría.

-Gracias mamá tu siempre tienes las palabras precisas para mí te quiero mucho.

En eso escucharon entrar al salón al señor Brighton

-Como están las mujeres de esta casa

Al verlas en un abrazo y con los ojos llenos de lágrimas de Candy se preocupó, - que sucede

-Querido Candy me contaba como extraña a los chicos es todo

-Princesita, sabes que te amamos y no soy un joven rubio de ojos azules, pero aquí estoy para cuando me necesites.

Al escuchar Candy esas palabras, vino a su mente un guapo rubio, ojos azules y barba poblada que no era precisamente el que estaba rememorando su padre y sonrió para sí misma, donde estará Albert.

-Gracias papito, abrazando al señor Brighton.

-Bien pasemos a cenar

-Mañana iremos de compras para realizar unas donaciones al hogar de Pony

-Me parece muy bien pasaremos navidad en nuestra casa de campo y le llevaremos los regalos a los niños

-Gracias papito eso será genial

-Amor, la señora Ardlay dejo alguna instrucción respecto a las fundaciones de la familia.

-No, después de la desgracia solo se fue y no quisiera preguntar me sentí un poco incómoda e impertinente, ellos tienen mucho personal ya habrán dado alguna instrucción.

-Tienes razón

-Te veo preocupado, querido.

-No estoy recibiendo la liquidez que tenía proyectada de la estación ganadera de Australia, creo que se le ha complicado a John la administración.

-Qué piensas hacer.

-Por lo pronto, voy a esperar unos meses para ver si mejora.

-Sabes que cuentas con nosotras, verdad.

-Sí amor

Al día siguiente la señora Brighton y Candy, fueron a visitar varias jugueterías, comprando todo lo que se atravesaba a su paso, además de planear el viaje a Lakewood.

Oficina Central Corporativo Ardlay

-Bien George, que dicen los últimos informes de Damián

-Menciona algunas compras de materia prima fuera de lo normal, sin embargo, no representan un importe considerable para iniciar una auditoría, considero que es muy pronto tendremos que esperar un poco más.

- Es claro que quien no es fiel en lo poco no será fiel en lo mucho, que más quieres esperar.

-William un cazador no ataca a la primera oportunidad a su presa, debe tomarse el tiempo para estudiarla, conocer sus costumbres, analizar sus opciones de escape para que no tenga disponible ninguna, es mejor esperar, no comas ansias.

El joven rubio se quedó un momento analizando las palabras de su maestro en los negocios, definitivamente tenía aún mucho que aprender.

-Tienes razón, hay detalles que se me escapan y ahí es donde podemos perder, cuál será mi próxima lección.

-Estudio, trabajo y paciencia

-Qué quieres decir con eso

-Es hora que regreses a Londres e inicies tu especialidad, además puedes trabajar en las nuevas inversiones que desea hacer el banco en Francia, al estar en Europa yo me quedaré al frente de los negocios en América, ¿Qué opinas?

-Estoy de acuerdo en lo que propones, regresaré para iniciar a estudiar mi especialidad en Finanzas, al final de cuentas los chicos están allá y la tía abuela y Annie están auto desterradas en la Villa de Escocia que sabes de ellas.

-Hay una institutriz y tutores que se encargan de la educación de la señorita Annie, y madame Elroy ha sido atendida por su médico de cabecera, además de que Doroty las atiende como dama de compañía.

-Fue muy difícil para ellas, y más para Annie creo que es una chica muy frágil y dulce, me alegra que mi tía tenga ese sentimiento maternal que despierta Annie, les hará acompañarse mutuamente.

Los chicos me han escrito, bueno al tío abuelo, solicitando este al pendiente del hogar de Pony, el hogar donde creció Candy, así que te pido no dejes de depositar una cantidad considerable para que no tengan ninguna necesidad apremiante.

-Crees que es hora de hablar con tu sobrino y presentarte como el hermano de su madre.

-Trataré de acercarme a él ahora que esté en Londres.

-Considero importante que Anthony no sienta que está solo y que lleva el peso sobre sus hombros de ser el heredero del tío abuelo Williams.

-Tienes razón, le debo a mi hermana que su hijo viva plenamente y no bajo el peso del apellido Ardlay.

-Cuando deseas partir a Londres.

-En dos semanas, es suficiente tiempo para preparar todo el viaje.

-Pasaras Navidad en altamar.

-Eso no es problema o te pondrás sentimental por que no pasaras Navidad conmigo.

-William sabes que siempre he tratado de estar las fechas importantes a tu lado, eres como mi hijo para mí.

-Estoy bromeando, pero si quiero estar lo más pronto posible en Londres.

-Se hará como tú dispongas.

-Antes de partir quiero que me hagas un favor, entregues una tarjeta a Candy Brighton

-Le has tomado mucho cariño a esa chiquilla

-Me recuerda un poco a mí cuando era niño, sabes es muy sensible al dolor humano, siempre está atenta a lo que sucede a nuestro alrededor y busca como ayudar a los demás, olvidándose a veces de sí misma,

-Es una niña muy dulce entonces

-Sí que lo es, es muy amiga de Albert el vagabundo

-Y de tus sobrinos, creo que impresionó a todos los caballeros Ardlay

-Anthony la ha mencionado mucho en sus cartas al tío abuelo William, creo que está interesado románticamente en ella.

-Bien William me retiro para ordenar todo.

Los días pasaron Albert partió a Londres y los Brighton a pasar las festividades navideñas en Lakewood

-Hoy es una noche buena mi amor, cenaremos en el hogar de Pony y llevaremos todos los regalos que compramos para los pequeños.

-La señorita Pony y la hermana Mará estarán muy contentas de que estemos esta noche con ellas y los niños.

-Beatriz donde dejaste la correspondencia que trajimos de Chicago.

-Está en una caja en el despacho.

Otto entró al despacho y revisó la correspondencia se dio cuenta que había tres sobres dirigidos para su pequeña, por lo que salió del despacho y se dirigió a ella.

-Princesita esto es para ti creo que hay unos jóvenes pensando en ti.

-Deja reviso esta carta es de Anthony, Stair y esta no tiene remitente, subiré a mi habitación para leer las cartas.

-Si cariño

Candy subió y el primer sobre que abrió fue el que no tenía remitente. Ojalá que sea de Annie no sé nada de ella estoy preocupada. Parece una tarjeta, vaya si es una tarjeta de navidad con un lindo árbol y una estrella dibujada en la punta, al pie se ve que hay muchos regalos está muy linda y es puntada a mano definitivamente un trabajo muy detallado, de quien es, de Albert.

"Querida Candy, Espero que estos días de navidad te la pases con tus amorosos padres, llena de amor, salud y mimos, aun cuando tus amigos no estemos físicamente contigo, siempre estás en nuestro corazón, recuerda no debes temer por el futuro y siempre puedes contar conmigo muy pronto tu y yo nos volveremos a ver, Albert"

-Querido Albert, feliz navidad para ti también, donde quiera que te encuentres. Esta carta es de Anthony, leeré lo que me dice.

"Dulce Candy, Tengo muchas ganas de verte y estar contigo para compartir todos los momentos que sean posibles, como te he escrito en otras cartas este colegio es muy estricto, pero Stair y yo buscamos momentos para pasarla bien como en la mansión de las rosas en Lakewood. Hemos hecho nuevos amigos Terry Grandcheter es uno de ellos es un poco engreído y rebelde, pero es un buen tipo.

Estoy contento porque me han permitido crear un pequeño invernadero para cultivar rosas como una actividad extracurricular, como sabes el estar cerca de las rosas me hace sentir estar acompañado por mi mamá.

Espero que esta carta llegue para Navidad, por lo que no pierdo la oportunidad de desearte una feliz navidad en compañía de su familia. Ojalá que pronto nos podamos ver, siempre tuyo Anthony Brown".

Qué bueno que los chicos están haciendo nuevos amigos, leeré la carta de Stair

"Candy Querida, Cómo has estado todos estos meses sin nosotros, no ha sido fácil ya no contar con Archie, pero Tony y las obligaciones del colegio me han mantenido muy ocupado, pero me doy tiempo para continuar con mis inventos, sabes me hace sentir vivo el crear nuevas cosas para mejorar la vida de los demás es muy emocionante.

Candy espero que nuestra amistad no se disuelva por la distancia, si no que fortalezcamos nuestra relación por carta te parece bien, espero que en tu próxima carta me des una respuesta, siempre tuyo Alistair Cornwell"

Vaya Stair fue muy directo una relación no sé de qué habla si solo somos amigos.

A mí me gustaría encontrar a un hombre que me proteja y me haga sentir segura, que sea fuerte, alegre con uno ojos azules como el cielo una sonrisa franca y unos brazos fuertes para que me abrace, mientras Candy se decía esas palabras para sí misma a su mente venía la imagen del señor Albert, Candy en quien estás pensando él es un hombre mayor y quizás tenga novia o esposa, acaso no recuerdas cuando lo encontraste besándose con una chica.

Pero nunca más los he visto juntos, en fin, mejor me apuro para irnos al hogar de Pony.

-Lista pequeña, dijo el señor Brighton

-Sí papá

La familia Brighton, vestía con sus mejores galas, Candy llevaba un hermoso abrigo rojo y un sombrero a juego, igual que su madre, si papa portaba una corbata roja para hacer armonía con sus mujeres.

Esa noche fue inolvidable para Candy, habían compartido con sus tres madres y su padre, una rica cena de nochebuena en las vísperas de navidad, estaba tan contenta que pidió a papá Dios que todos los niños del hogar tuvieran una familia tan amorosa como la de ella.

-Les parece si cantamos un poco de villancicos antes que den las 12 de la noche, propuso la señorita Pony.

-Será un gusto.

-Niños tomen una hoja de los cantos

-Sí hermana María

-Pasemos todos al salón por favor

-Gracias señorita Pony

Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor

Entre los astros que esparcen su luz
Ella anunciando el niño Jesús

Brilla la estrella de paz

Así una vez que llegaron las 12 todos se dieron abrazos y regalos deseándose una feliz Navidad, esa sería la Navidad que Candy recordaría como una de las mejores en toda su vida.

Unos meses después en Chicago, en la Mansión Brighton

-Querida necesitamos hablar

-Mi amor qué sucede

-Tengo un déficit en nuestras finanzas, la estación de Australia no está generando ganancias, lo que está representando solo gastos.

-Y qué piensas hacer

-Considero importante regresar para revisar la administración de la Estación y en caso de ser necesario renovar todo el equipo de trabajo.

-Nos regresamos entonces mi amor.

-En esta ocasión iré solo, considero que es lo mejor.

-Desde que nos casamos nos prometimos apoyarnos en todos, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe, que no recuerdas nuestros votos cuando unimos nuestras vidas.

-Sí mi amor, pero no quiero arrastrar a Candy de nuevo a esa tierra salvaje no la llamabas así, ahora que se está convirtiendo en una señorita es importante que se codeé con jóvenes dignos de ella y honestamente en Australia no hay candidatos indicados para ello, por lo que prefiero que ambas se queden en Chicago.

-Por primera vez estoy de acuerdo en este último punto respecto al futuro de Candy, pero no estoy dispuesta a alejarme de ti.

-Qué propones entonces querida

-Propongo que internemos a Candy en el Colegio San Pablo en Londres, ahí está Anthony Brown, honestamente me parece un joven muy maduro, sensible e interesado en nuestra pequeña, qué opinas.

-Que sería una bendición que nuestra pequeña formará una pareja con el joven Bronwn, es el principal heredero del señor Ardlay. Pero qué opina nuestra pequeña que no la mire entusiasmada con él.

-Aún es muy joven, pero no pierdo la esperanza de que el amor nazca entre ellos.

-Entonces los tres viajaremos a Londres, Candy se queda internada en el colegio, mientras tú y yo nos vamos juntos como cuando recién nos casamos una aventura, pero ahora con destino a Australia.

-Si mi amor será como si estuviéramos recién casados.

-Notificamos a Candy y empaquemos para emprender el viaje.

Londres Colegio San Pablo

-Madre Grey, dejaremos bajo su cuidado a nuestro más valioso tesoro, por temas de negocios tendremos que viajar hasta Australia, por lo que será difícil tener contacto ágil con ustedes, por ese motivo dejaremos como responsables de nuestra hija a los tutores de la familia Ardlay.

-Muy bien señor Brighton, cualquier permiso o eventualidad la notificamos a la familia Ardlay como primer contacto, de igual manera le informaremos a ustedes.

-Si por favor, los jóvenes Ardlay están en el colegio,

-Sí, Alistair Cornwell, Anthony Brown y los hermanos Legan, todos están bajo la custodia y cuidado de esta honorable institución.

-Deseamos que Candy tenga los mismos privilegios y trato, mencionó Beatriz.

-Todos nuestros alumnos son tratados de la misma manera, no contamos con privilegios exclusivos para unos cuantos.

-Es un gusto saber eso, ya que hemos escuchado rumores que el joven Grandchester tiene ciertos tratos exclusivos.

-El Duque de Grandchester siempre ha sido muy generoso con las obras de beneficencia, pero no implica que hagas diferencias con el hijo del duque.

-Solo esperamos que nuestra hija sea tratada con respeto y que reciba la mejor educación.

-De eso no tengan pendiente, así será.

-Candy mi amor, se acercó su madre y le dio un fuerte abrazo te dejaremos en las mejores manos.

Luego se acercó el señor Brighton dando el abrazo más cálido que Candy haya recibido en su corazón.

-Princesita, estarás bien, tus amigos estarán cerca y nosotros estaremos atentos a cualquier necesidad que tengas, por favor escríbenos seguido y no olvides lo mucho que te amo, que te amamos.

Dando un beso en la mejilla a su pequeña traviesa. La rubia no sabía porque, pero sentía un nudo en su corazón como si esa fuera la última vez que miraría a sus padres, era una sensación extraña de miedo y vacío, una ausencia inexplicable.

-Gracias papitos no se preocupen por mí, estaré bien, ya que estaré preparándome para ser una dama completa y tendré la oportunidad de ver a mis amigos.

-Bien princesa no prolongaremos más esta despedida.

Al salir de la oficina de la hermana Grey estaba un joven castaño, de imponentes ojos azul verdoso sentado en uno de los sillones de la sala de espera.

-Señorita Brighton, vaya con la hermana Margaret,

El joven aristócrata no perdió la oportunidad de mirar a esa joven de rizos rubios.

-Bonita la pecosa, vaya creo que hay más de una linda pecosa en el mundo…..

CONTINUARÁ